La línea recta representa la forma más elemental en arquitectura. No obstante, cuando se emplea de manera adecuada, puede dar lugar a construcciones asombrosas. La manipulación de líneas, texturas, colores y materiales permite la creación de edificaciones que trascienden la monotonía de los edificios rectangulares y grises que han definido gran parte del entorno urbano.
El ejemplo de Yasmeen Lari y su enfoque en la construcción de centros comunitarios ofrece una perspectiva interesante. A primera vista, el uso de elementos rectos podría parecer simplista. Sin embargo, en mi opinión, representa un uso ingenioso de los bambús, que desempeñan un papel crucial como pilares que sostienen las estructuras de manera uniforme. La elección de utilizar tres bambús por cada pilar incrementa la robustez y seguridad de la construcción. Además, se convierte en un componente decorativo, funcional y resistente, que aporta un carácter distintivo al balcón circundante de la segunda planta.
Cabe destacar que, aunque la naturaleza del bambú no siempre garantiza su total rectitud, en su mayoría puede afirmarse que presenta una forma relativamente recta. Este material se selecciona con el objetivo de lograr una estructura sostenible, práctica y económicamente viable. En esta línea de pensamiento, el uso del bambú se considera sumamente eficaz y funcional, en consonancia con los principios de diseño que persiguen la sustentabilidad y la practicidad.