Yasmeen Lari, con un profundo compromiso hacia la sostenibilidad, opta deliberadamente por abstenerse del uso del color en sus obras.
En aquellas raras instancias en las que decide incorporarlo, recurre a la naturaleza misma, obteniendo sus pigmentos de vegetación cuidadosamente recolectada o cultivada con este propósito. Es importante destacar que cuando decide emplear el color, lo hace de manera ponderada, enfatizando el contraste sin exageraciones, con el objetivo de crear un ambiente de estética y serenidad.
En el centro comunitario, se despliega un trío de tonalidades cautivadoras: el vibrante naranja, el suave matiz café claro, y el auténtico verde de la naturaleza. Este juego de colores se asemeja a la paleta de un bosque de bambú, donde el verde natural se entremezcla con la serenidad del café.