El triple código de la realidad de Kosuth
Joseph Kosuth, precursor del arte conceptual, plantea tres realidades diferentes. O puede que no.
Uno y tres martillos, Joseph Kosuth (1965)
M. Camí (31/01/2024)
M. Camí (31/01/2024)
Una foto de un martillo, un martillo y la definición de un martillo; son diferentes a primera vista, pero en realidad no lo son. Para Kosuth, artista conceptual nacido en Toledo (la ciudad en Ohio, no la de Castilla-La Mancha), la diferenciación entre la estética de la obra y la obra en sí es clave. Lo importante no es cómo es la obra, sino la conceptualidad de ella, es decir, su idea. Kosuth deshace la jerarquía entre las ideas de lo que conocemos como “martillo”.
De esta manera, análogo a la idea ontológica de Platón o a La traición de las imágenes de Magritte, el artista equipara la concepción de martillo, sea una foto de este, una definición léxica o el mismo objeto en sí.
Este es un claro ejemplo del objetivo del arte conceptual; puede que antes fuese diferente, pero ahora, la obra de arte (lo que vemos) se reduce al concepto. El arte no reside simplemente en la obra tangible, sino que trasciende a su conceptualidad. La naturaleza del arte no se reduce a la materialidad de la obra.
«El arte es, de hecho, la definición del arte»
Kosuth, invita a la audiencia a repensar su condicionada concepción de lo que es observar una obra; el arte conceptual, pues, nos obliga a sobrepasar la barrera de lo meramente visible. Nos impulsa a pensar viendo una obra. Algo muy mal acogido por muchos.