Actuar y Aparecer
Mujeres y male gaze en el Arte según John Berger.
M. Camí (14/12/2024)
Mujeres y male gaze en el Arte según John Berger.
M. Camí (14/12/2024)
Os seré sincero: yo soy muy pesado con esta obra. Me la llevo a todos lados, menciono a su autor constantemente y pienso en ella con recurrencia. Os seré aún más sincero: no la he acabado aún. Si me conocéis mínimamente, sabréis mi amor por Ways of Seeing de John Berger; una recopilación de ensayos donde el autor reflexiona sobre cómo lo humano ha mantenido y mantiene relación con el arte; cómo lo observamos y apreciamos. Hoy no quiero divagar en ningún tema yo mismo, sino más bien hablar de este hombre que tanto estímulo me ha proporcionado a lo largo de estos casi dos años que llevo leyendo su obra. Especialmente de ciertas reflexiones del tercer ensayo, sobre el desnudo femenino y la male gaze en el arte.
Antes, un pequeño disclaimer (que siempre viene bien):
En general, destacaré los argumentos que considero más relevantes –aunque creo que me será difícil por la cantidad de texto que tengo subrayado. Además, quiero recalcar que este es el único trabajo que he leído con detenimiento sobre la representación femenina en el arte; soy consciente de que el siguiente ensayo tiene autoría masculina y que su visión puede no ser la más precisa. Por último, decir que los conceptos masculino y femenino serán tratados como construcciones culturales asumidas, y no se profundizará en su cuestionamiento esencial. En este escrito solo se hablará de lo que Berger escribió en su tiempo, pero cualquier discrepancia es bienvenida.
Nude in a glade, Hermann Moest
A grandes rasgos, en este ensayo se habla sobre la representación dicotomizada de individuos en la historia del arte clásico; de cómo la presencia masculina dependía del poder que ellos mismos (varones) encarnaban –por lo que cuanto más grandioso era su alcance de poder, más notoria era su presencia en la representación artística. En cambio, se argumenta que con las mujeres no ocurría de la misma manera, pues su representación va estrechamente vinculada a su fisicalidad y a la actitud que personifican sobre sí mismas. Durante el ensayo, el autor describe minuciosamente los comportamientos que las mujeres debían seguir:
“Una mujer debe contemplarse continuamente. Ha de ir acompañada casi constantemente por la imagen que tiene de sí misma. (...) Desde su más temprana infancia se le ha enseñado a examinarse continuamente. (...) Tiene que supervisar todo lo que es y todo lo que hace porque el modo en que aparezca ante los demás, y en última instancia ante los hombres, es de importancia crucial para lo que normalmente se considera para ella éxito en la vida. Su propio sentido de ser ella misma es suplantado por el sentido de ser apreciada como tal por otro.” (Berger, 1972, p.46)
De este planteamiento surge su famosa frase de: "los hombres actúan y las mujeres aparecen". Los hombres son figuras activas, que piensan por sí mismas y deciden y controlan sus propias acciones. Las mujeres, en cambio, están destinadas a ser sujetos pasivos que son mirados por otros; su apariencia es sumamente más relevante que sus actos.
“Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres se contemplan a sí mismas siendo miradas.” (Berger, 1972, p.47)
La comparación que Berger plantea entre los conceptos “supervisor” y “supervisado” explica cómo el supervisor que la mujer lleva dentro de sí es masculino. Es decir, explica cómo la mujer adopta una perspectiva externa sobre sí misma, una voz interiorizada que representa los valores propios de la male gaze. Además, en este caso la supervisada también es femenina, lo que contribuye a su cosificación y a su transformación en un mero objeto visual, una visión.
Nude Girl on a Panther Skin, Trutat (1844)
Susannah and the Elders, Tintoretto (1555-1556)
Una vez establecidas las convenciones sociales sobre lo masculino y lo femenino, el ensayo pasa a analizar de lleno el desnudo, en especial el desnudo femenino. Manteniendo esta relación supervisor-supervisado, Berger plantea una diferencia entre nakedness y nude: en castellano, desnudez y desnudo. Para él, la desnudez se creaba en la mente del espectador/observador. De hecho, dice: “Ella no está desnuda tal cual es. Ella está desnuda como el espectador la ve.” (Berger, 1972, p.50). La desnudez de una mujer en una pintura, por tanto, no es normalmente una expresión de sus propios sentimientos, sino un signo más de sumisión a los deseos del propietario.
Esta diferencia entre desnudez y desnudo de la que os acabo de hablar, se desarrolla mejor en una obra de Kenneth Clark llamada The Nude, donde se explica que estar desnudo (nakedness) significa no estar cubierto de ropa, mientras que el desnudo (the nude) es una forma de arte. Para Berger es muy importante recalcar que el desnudo (nude) es una forma de arte que siempre se encuentra convencionalizada por cierta tradición artística. Y aquí mi parte favorita:
“Estar desnudo (to be naked) es ser uno mismo. Ser un desnudo (to be nude) equivale a ser visto en estado de desnudez por otros, y sin embargo, no ser reconocido por uno mismo. Para que un cuerpo desnudo se convierta en “un desnudo” (a nude) es preciso que se le vea como un objeto.” (Berger 1972, p.54)
Por lo tanto, “La desnudez se revela a sí misma. El desnudo se exhibe. Estar desnudo (naked) es estar sin disfraces.” (Berger, 1972, p.54). Lo que hace que el desnudo (the nude) esté condenado a no alcanzar nunca la desnudez.
Esto que John Berger nos explica se encuentra muy presente en la forma de representar a la mujer en el arte. Una mujer que aparece en un cuadro debe alimentar cierto apetito ajeno, pero jamás el suyo propio. Bien lo explica él aquí:
En el arte vemos “las expresiones de una mujer que responde con un encanto calculado al hombre que ella imagina que la está mirando –aunque no le conozca. Ella ofrece su feminidad para que sea examinada por él.” (Berger, 1972, p.55)
Venus de Urbino, Tiziano (1538)
El ninfeo, Bouguereau (1878)
El ensayo sigue ahondando en el tema, pero tampoco es plan citar aquí todo el libro; con estos pasajes me basta para enseñaros por dónde van los tiros de la obra. Aunque, como he mencionado, aún no lo he acabado, Ways of Seeing es un libro fascinante desde el punto de vista teórico. Aprecio mucho la figura de John Berger porque fue el primer autor que leí que supo tanto poner en palabras lo que yo tenía en estado de abstracción como involucrarme de lleno en la historia del arte y en sus estudios.
Si os ha resultado interesante este rápido comentario del texto que he realizado, os animo a que leáis la obra. Aunque puede llegar a ser muy pesada, es un acierto tanto si os interesa este campo de estudio como si queréis reflexionar sobre la convergencia que ha existido y sigue existiendo entre cultura y arte.