Marina Tsvietáieva

¡Hágase la luz!...

—¡Hágase la luz! — y un triste día nuboso

cayó como una capa sobre el agua muerta.

Miró la tierra sonriendo extrañamente:

-¡Hágase la noche!- dijo entonces el otro.


Y apartando el rostro pensativo,

siguió su camino más allá de las nubes.

Señor de la noche, es a ti a quien canto,

a ti que me dijiste a mí y a mis noches: seas.


Marina Tsvietáieva de El canto y la ceniza [2005]

Trad. Mónika Zgustova y Olvido García Valdés