SOBRE EL RÍO URUGUAY, EN EL SUR ENTRERRIANO


Reserva natural de gran impacto natural

Por: Rubén Skubij


Sobre los humedales del río Uruguay se levanta una reserva natural impactante y que comenzó a generar una gran difusión. Son más de 2000 hectáreas destinadas a la reserva natural de usos múltiples, propiedad de Estancia La Estopona SA. Detalles de un lugar de características fantásticas.

La provincia de Entre Ríos posee una naturaleza única con la presencia múltiple de flora y fauna lo que la convierte en una región de crecimiento constante, además de lugares desconocidos y por el cual recibe a miles de turistas durante todo el año.

La topografía de la bella Argentina la conforman estructuras disímiles, todas atrapantes. Entre Ríos se levanta sobre una imponente llanura que vemos al transitar las rutas y caminos, más la presencia de cientos de ríos, arroyos, lagunas y riachos, entre otros.

El sur entrerriano presenta un ‘espectáculo’ si nos referimos a la naturaleza que comenzó a ser disfrutado. Hablamos de ‘un submundo’ donde conviven la flora y fauna bajo un silencio que sorprende y un paisaje que enmudece a todo visitante.

Una invitación al deleite lo constituyen los humedales de la costa del río Uruguay. Allí se encuentra Estancia "La Estopona S.A" que cuenta con una majestuosa reserva natural protegida, a partir de un convenio con la Fundación Azara para la conservación de un patrimonio que miles de años atrás estuvo bajo el mar. Al retirarse dejó un sitio gigante llamado "Barranca Muerta".

La Estopona es un campo de 5 mil hectáreas de las cuales 2500 están bajo una protección que implica el mantener todo sin la intervención del hombre para modificar su fisonomía, más allá de ser una Reserva Natural de usos múltiples.

La Fundación Azara asesora en la conservación de sitios, clasificación de especies, tanto de la flora como de la fauna, armando cartelería, trazando senderos con un objetivo educativo y turístico, formando de esta manera al visitante de una conciencia conservacionista.

Raúl Almeida –director del Museo de Ciencias Naturales y Arqueología “Prof. Manuel Almeida- contactó a la Fundación con los dueños de la Estancia. A partir de allí se inició un diálogo fructífero, entendimiento del valor de ese sitio como patrimonio y la necesidad de protegerlo.

Al recorrer el lugar se detectan vestigios de la última ingresión marina ocurrida hace unos 10/ 12 mil años atrás donde el mar subió su nivel. Esa acción generó la inundación de gran parte del sur del departamento, retirándose a su nivel actual hace unos 5 a 6 mil años.

-¿Puede explicarse una Entre Ríos con mar en algún momento de la historia?

R.A.: sí, prueba de ello es lo que se llama ‘Barranca Muerta’, altura que bordea el río Uruguay desde nuestra zona hasta el delta, y por éste subiendo por la costa del río Paraná. Cuando uno viaja a Buenos Aires y llega a Céibas, el camino continúa sobre un gran terraplén elevado hasta llegar al primer puente. Toda esa zona estuvo bajo el mar, cuando se retiró el ‘bajo’ se sedimentó con los años y se fueron formaron albardones, esteros y bañados derivando en un gran humedal con una gran riqueza en biodiversidad.

Este gran humedal se inunda con las crecientes o repuntes del río Uruguay, incluso las mismas llegan hasta el borde mismo de la vieja barranca. En La Estopona encontramos un ecosistema fantástico que está muy bien preservado. Tienen un sitio de lujo porque no queda -en la zona- un lugar tan natural como ese.

- ¿Qué incluye la protección de especies de flora y fauna?

La persona que accede al sector protegido se encuentra con la riqueza natural de flora y fauna que tiene un sistema a medida, se puede comprobar desde dicha barranca hasta la propia costa con el río Uruguay; eso fluctúa en parte entre 3 a 6 kilómetros, por 7 km de costa que posee la Reserva.

Aquí conviven albardones, esteros lagunas y bañados. Este humedal es como si fuera el negativo de un elta. En lugar de un canal hay un albardón -cordón de tierra firme- y en lugar de una isla, un gran bañado o estero con lagunas.

Al retirarse el mar la rompiente dejó un cordón arenoso, después dejó lo que es el pozo -atrás de la ola- formando el estero o bañado. Con los años esa franja de arena acumuló humus formándose los albardones.

- La fauna autóctona es muy rica, se observa al caminar los diferentes lugares.

Es maravillosa, también la exótica. Entre los primeros se pueden mencionar a los carpinchos, nutrias, lobitos de río, hurones, zorros, zorrinos, mulitas, aguará popé u "osito labador" que es poco conocido, etc; además de grandes aves y gran variedad de pájaros. Entre los exóticos el jabalí y el ciervo axis.

La vida animal allí se multiplica por el agua que le da una vida inusitada. Cuando el río Uruguay crece los bañados reciben a miles de peces que ingresan desde el río; al bajar muchas veces no encuentran los cursos más profundos para regresar al río, muriendo al secarse las lagunas poco profundas; da paso a un ciclo fantástico de la vida natural ya que esta terrible situación para algunos es la vida para otros, ofreciendo un banquete para todo tipo de aves y mamíferos que habitan el lugar.

Dicha Reserva tiene varias aristas interesantes para conocer que van desde lo natural a lo histórico cultural. Las visitas pueden ser por todo el día o también se puede pasar una o dos noches, tanto en cabañas como en campamento, agregándole otro ingrediente que es el compartir un fogón, apreciando la vida nocturna del monte, escuchando sus sonidos como así también mirar hacia arriba y apreciar la belleza de un cielo limpio, lleno de estrellas, dando pie a otra actividad como el astroturismo.

HISTORIA DE LA ZONA

Almeida explicó a Semanario que la Reserva Natural que se levanta en La Estopona contiene un gran legado cultural. “En sus montes cobija los restos de nuestras raíces, sitios arqueológicos donde se puede apreciar los vestigios que dejaron los pueblos originarios, los Chanaes. Esto grupos, cazadores recolectores, habitaron la zona hace unos 2000 años”.

En los albardones se encuentran varios cerros o túmulos, alturas artificiales construidas por los Chanáes con el fin de protegerse de las crecientes del río. En estos cerros que llegan a medir algunos más de 5 metros de altura “se observan a flor de tierra los restos de la actividad de estos grupos aborígenes como trozos de cerámica, herramientas de piedra, huesos de animales consumidos, etc”.

Recordó que en 1664 fue fundada por los Dominicos la Reducción de Santo Domingo de Soriano, reducción indígena que en el año 1705 cruzó a la República Oriental del Uruguay, lugar donde actualmente se encuentra la población de Villa Soriano. También, en dicho lugar, funcionó el primer puerto que le dio actividad a la ciudad de Gualeguaychú, Puerto Landa, “lugar de desembarco de varios personajes de nuestra historia como la de Sarmiento cuando viajó a Concepción del Uruguay para encontrarse con el Gral. Urquiza”.

Revista Semanario Nº 89 - Agosto 2019 - Dirección Periodística: Rubén H. Skubij