EL AYER DE UNA COMUNIDAD MOVILIZADA


La historia del Tranvía en Gualeguaychú

Por Dardo Campoamor

En la ciudad hay registros sobre el tranvía que datan de principio de la década de 1870 cuando diferentes compañías presentan iniciativas para proyectar este medio de transporte con perspectivas de mejorar el tránsito en la ciudad.

El Tramway en la Estación del FFCC de Gualeguaychú

Gualeguaychú era muy conectada con Buenos Aires, como así también muy atenta a lo que pasaba en ciudades muy importantes de la provincia como Paraná y Concordia; de ellas adoptó la idea de dotar a la población con un servicio tranviario, sabiendo las positivas consecuencias que esto podía traer.

Ya no más viajes en carros que hundían sus ruedas en el barro y forzaban en demasía a los pobres animales, ni tampoco ese incómodo traqueteo de las grandes ruedas de madera golpeando contra los adoquinados, el servicio tranviario prometía un suave deslizamiento sobre paralelas de hierro que, con su bajo coeficiente de rozamiento, daría un viaje más placentero, cómodo y rápido para la ciudad que para fines del siglo XIX empezaba a salir de las cruentas guerras en la región y en el interior de la provincia. Finales de 1880 y comienzos de 1890 van a ser para esta ciudad años de incorporación de adelantos como el telégrafo, el ferrocarril y el tranvía.

Los registros cuentan que en 1875 los señores Kelsey y Cía. presentan un proyecto para ofrecer un servicio que, por el oeste llegaría hasta calle Agricultura (hoy Ayacucho) y por el este, hasta el Puerto (lugar de mayor movimiento en la ciudad por esos años) corriendo el tranvía por calles Bolívar, San Martín o 25 de Mayo.

Se aprueba el estudio de este proyecto sometiéndolo a la Ley de la Provincia para Tramways o ferrocarriles de sangre en las ciudades y en la campaña de la Provincia.

Pasa el tiempo y el proyecto no se concreta. Se presenta el señor José Grass quién pide a la provincia autorización para la instalación de una línea de tranvía en la ciudad, pedido que tuvo despacho favorable en la capital el día 6 de febrero de 1884.

En 1885 se presenta la solicitud firmada por Gabriel Oliver pidiendo la autorización para la construcción de una línea de tranvía que, arrancando desde el muelle de pasajeros del Puerto, vaya hasta Alem y por ésta recorra hasta la calle Bolívar, luego doble por calle Comercio (actual Mitre) y a continuación siga por calle 25 de Mayo hasta Rocamora y de ahí con destino hasta la Estación de Trenes (al año siguiente, 1886, va a presentarse los planos terminados para la construcción de la Estación de trenes en el lugar en el que se encuentra actualmente).

Esto indica cuán pendiente estaba la comunidad por la llegada del ferrocarril. Este proyecto no lo va a poder concretar el Señor Oliver porque no llegó a un acuerdo en las condiciones con la Municipalidad, pero va a ser importante porque ya queda establecido el recorrido del tranvía.

Más tarde, en el año 1888, quienes habían conseguido la concesión de la línea, los señores Ramallo y Cía, deciden dejarla en manos del Dr. Martín Meyer, quién representado por Faustino Villagra, se compromete a cubrir todas las cláusulas fijadas con la municipalidad. En julio de ese año comienzan a trazar la línea del tranvía y la empresa adquiere un terreno próximo a la estación del ferrocarril para construir un galpón en donde guardar lo referente al servicio tranviario (caballos, forraje, vagones, etc).

La empresa se llama “Tramway Gualeguaychú” y es el primer servicio de transporte público de la ciudad, su administración queda en manos de Antonio Daneri quien también era gerente del Banco Territorial, el cual financia la construcción del tranvía, lo que significa que fue financiado con capitales locales, es decir, con dinero del pueblo. Este es otro de los hechos por los cuales a Gualeguaychú se le dice que es madre de sus obras.

El tendido de las vías va a llevar todo el año 1889 y recién en noviembre de 1890 comienza a funcionar el tranvía en Gualeguaychú, al principio desde el Puerto hasta la calle Méjico (actual Alberdi). En enero de 1891 llega el tranvía a la Estación de trenes completando así su recorrido. Durante sus años de servicios dejó muchas anécdotas, como las de cornetín del mayoral que, a pedido de los vecinos, tuvo que dejar de usarse ya que al principio estaba reglamentado que sonara en cada una de las esquinas, pero su estridente sonido provocó malestar en la comunidad que solicitó se dejara de usar.

Otro hecho que se destaca es la yunta de caballos que estaban apostados en la intersección de Alem y Bolívar en dónde la cuesta arriba que tenían que transitar los caballos que tiraban del tranvía yendo del puerto a la estación era muy empinada y por esa razón se le sumaban dos caballos más para realizar ese trayecto. Al ser una sola línea, se había construido un desvío en el cruce de las calles 25 de Mayo y Suipacha (actual Pte. Domingo Perón) para que el tranvía que venía desde la estación, se desviara y esperara a que pasara el tranvía que lo hacía desde el puerto y luego continuar con su viaje.

Otro de los acontecimientos que se destacan es la queja por el alto valor del boleto que era de 10 centavos moneda nacional. La velocidad máxima no podía exceder los 10 k/h y los coches debían dejar paso a otros vehículos cuando cruzaban en las esquinas. Debía el mayoral detener totalmente la marcha para el ascenso o descenso de los pasajeros que se realizaba en el lugar en donde cada cual lo solicitaba, de ahí que el recorrido de 15 minutos que insumía la marcha directa, se convertía en una hora.

La empresa se llama “Tramway Gualeguaychú” y es el primer servicio de transporte público de la ciudad, su administración queda en manos de Antonio Daneri quien también era gerente del Banco Territorial, el cual financia la construcción del tranvía

FINALIZACIÓN DEL SERVICIO

Llegando a 1900 empiezan a adoquinarse las calles con mucha rapidez y estos trabajos atentan contra el buen funcionamiento del tranvía, a lo que hay que sumarle la creciente incorporación de vehículos a las calles, más que nada entrando en el siglo XX.

Posteriormente se va a producir la Primera Guerra Mundial que genera dificultades que hacen del tranvía un servicio poco rentable.

Así y todo, la empresa moderniza sus coches para el año 1915 y ampliar su capacidad. Hasta 1916 se leen publicidades en los periódicos, de diferentes comercios que toman como referencia al tranvía para señalizar sus locales.

Pero ya para 1917 no se encuentra más que un pequeño texto publicado el 3 de julio de ese año, en donde se expresa “El tranvía se va… mejor dicho se fue. Ya no hay acomodo posible, entrando en el trato hasta los fierros viejos…”.

El Tramway transitando por calle 25 de Mayo y 3 de Febrero, frente al Hotel Comercio

TIPOS DE COCHES

Este servicio contaba con carruajes de dos tipos: Los abiertos, llamados “jardineras” de siete bancos, con capacidad para 35 pasajeros y los cerrados que podían llevar hasta 20 pasajeros.

A los viajantes había que sumarle al cartero público, a un empleado de la empresa y a un agente de la policía que viajaban en la plataforma delantera.

Las jardineras se utilizaban en verano y en los días soleados de invierno, sobre todo cuando la gente concurría a la placita del puerto o a la Estación en donde habitualmente tocaban bandas.

Estos coches solo poseían el piso y un techo, todo lo demás estaba descubierto, solo existía la unión por medio de parantes que servían para bajar o subir tomándose de ellos. Los de invierno eran cerrados con ventanas pequeñas, con vidrios. Se ascendía por los costados, pisando el pescante.

En los días lindos y soleados de otoño o invierno, por la tarde, la empresa sacaba los coches abiertos de su quietud para realizar paseos de los que participaban las familias y grupos de jóvenes. También los días patrios o feriados se cumplían estos paseos especiales.

El tranvía fue reemplazado por el servicio de automnibus y su rastro se fue perdiendo en el tiempo. Se recuerda que hasta los años 40 los coches estuvieron guardados en el antiguo galpón de calle Tal (actual Maestra Piccini).

Hoy solo se pueden encontrar algunos tramos de rieles como pequeña muestra de su paso por esta ciudad.

Fuentes:

• Cuadernos de Gualeguaychú – Suplemento especial del diario El Argentino. N°90. Título: “El Tranvía a caballo, bella memoria en Gualeguaychú”.

• Diario El Argentino. 28 de mayo de 2017. Sección “Culturales”. “El tranvía de caballos en Gualeguaychú” Primera parte. Autor Hugo Daroca. (Página 14).

• Diario El Argentino. 4 de junio de 2017. Sección “Culturales”. “El tranvía de caballos en Gualeguaychú” Segunda parte. Autor Hugo Daroca. (Página 14).

• “Evocaciones del ayer” de Enrique Ángel Piaggio 1ª Edición (1996).

• Archivo fotográfico del Museo Ferroviario “Enrique Aagaard” de Gualeguaychú.

Revista Semanario Nº 124 - 6 Agosto de 2022 - Dirección Periodística: Rubén H. Skubij