La inteligencia de las especie humana en la actualidad es estudiada desde puntos de vistas amplios y complejos, esta inteligencia que se conoce como la capacidad de ejecución de respuestas a diversos problemas en los contextos sociales, culturales y políticos donde intervienen los individuos de manera colectiva. La inteligencia es un benefactor social que cambia constantemente, en este sentido encontramos que la inteligencia para Gardner, es una expresión plural, de ahí que si propuesta de las inteligencias múltiples, es decir la diversidad de capacidades humanas, una de ellas se enfoca a la naturaleza, la cual se denomina inteligencia naturalista y nos dice que es la capacidad de observar y estudiar los elementos que componen la naturaleza como objetos animales y plantas. A paertir de aquí podemos hablar de una inteligencia colectiva en una forma de conocimiento que surge a partir de la colaboración de varios individuos, enfocados en un tema en particular en nuestro caso a la preservación del medio que nos rodea y del cual somos particiones directos la estructura del ecosistema.
La inteligencia colectiva en el medio ambiente se refiere a la capacidad de los individuos para automatizar diversas actividades de manera coordinada y adaptativa, generando respuestas inteligentes frente a desafíos ambientales. En otras palabras, trabajar juntos para optimizar el uso de recursos naturales. Comprendiendo que aquellos son de manera finita y los podemos reconstituir gracias a la inteligencia colectiva hacia el ecosistema en general, manteniendo una resistencia al consumo desenfrenado de dichos recursos naturales que nos lleve a cambios culturales en relación al medio ambiente, mejorando la supervivencia en general del coexistir.
En relación al ecosistema localizamos como el “complejo de organismos junto con los factores físicos de su medio ambiente” en un lugar determinado, y propuesto además como una de las unidades básicas de la naturaleza siendo así la unidad básica de la naturaleza, en la cual los seres humanos somos participes de ella y más aún en la actualidad con el auge de las redes sociales y el uso de internet nos permiten estar informados de lo que pasa a nivel mundial, y cada uno puede tomar la decisión de apoyar a la causa con la que más se identifica.
De igual manera, la UNESCO (2019) expresa en cuanto a los nuevos comportamientos humanos que se debe asumir frente al “cambio de mentalidades, que significa establecer un nuevo orden general de prioridades en la política y la economía, en la industria y la vida cotidiana. Pero, sobre todo, se trata de tomar conciencia de las dimensiones éticas del cambio climático, fenómeno que pone en peligro no solo los ecosistemas del planeta, sino también nuestros derechos fundamentales, al generar injusticias y agravar las desigualdades”. Estas condiciones éticas deben ser divulgadas de manera colectiva para fomentar una conciencia más unificada que desarrolle y explore nuevas tecnologías en generación de bienestar del medio ambiente y el entorno social.
En este orden se puede decir que la creciente demanda en el uso las tecnologías de la información y comunicación (TIC) han revolucionado nuestra vida cotidiana, sin embargo, han contribuido a aumentar las preocupaciones ambientales y sociales. La aceleración de factores como el agotamiento y escasez de recursos, daños ambientales, uso de agua y energía, y un incremento insostenible de desechos tecnológicos en zonas urbanas, se ha convertido en una preocupación para los gobiernos.
Alexandra Getial & Wilmer Benavides