Aprender a controlar las emociones para evitar que sean ellas las que tomen el control de una situación.
Mejorar la comunicación verbal para expresar mejor lo que se siente.
Desarrollar más la empatía para comprender de forma más precisa los sentimientos de los demás.
Desarrollar la escucha activa para entender el mensaje que otros quieren comunicar.
Aprender a hacer autocríticas constructivas.
Practicar mindfulness.
Aprender a negarse a ciertas cosas, priorizando el bien propio antes que el de los demás; sin embargo este actuar, no interviene en el proceso de acción y comprensión de los demás.
Desarrollar la capacidad de identificar las emociones, para evitar confundirlas con otras y tener consciencia sobre lo que se siente en cada momento.
La inteligencia emocional, es una cualidad que destaca por su utilidad en cualquier ámbito de la vida. Ella te permite crear nuevas relacionales y fortalecer las que ya existen, solucionar conflictos, comunicar efectivamente, comprender contextos emocionales, empatizar con los demás, regular las emociones, tomar buenas decisiones, superar situaciones difíciles y trabajar apropiadamente en equipo.
La importancia de la inteligencia emocional, lleva al ser humano a un estado de gestión sobre sí mismo, donde de manera saludable, pretende movilizar activamente las acciones que están permeadas por las emociones y sentimientos que transitan en su ser en diferentes situaciones.