Kabul es la capital y la ciudad más grande de Afganistán, con una población estimada en 2015, de 4 635 000 habitantes. Capital de la provincia de Kabul, es un centro económico y cultural situado estratégicamente en un valle estrecho que rodea al río Kabul, en la parte alta de las montañas antes del paso Khyber.
Kabul se encuentra en lo alto de un estrecho valle entre las montañas Hindu Kush, con una elevación de 1790 metros (5873 pies), lo que la convierte en una de las capitales más altas del mundo. Se dice que la ciudad tiene más de 3500 años de antigüedad. Se encuentra en una ubicación estratégica a lo largo de las rutas comerciales del sur y centro de Asia, y una ubicación clave de la antigua Ruta de la Seda. Ha sido parte de los imperios Aqueménida seguidos por diversos imperios hasta que finalmente se convirtieron en parte del Durrani (también conocido como el "Imperio afgano") en 1747. Kabul se convirtió en la capital de Afganistán en 1776, durante el reinado de Timur Shah Durrani, el segundo hijo de Ahmed Sah Abdali.
A principios del siglo XIX, los británicos ocuparon la ciudad, pero después de establecer relaciones diplomáticas se vieron obligados a retirar todas las fuerzas de Afganistán. La ciudad fue ocupada por los soviéticos en 1979, pero también la abandonaron después de que se firmaron los Acuerdos de Ginebra de 1988. Una guerra civil en la década de 1990 entre varios grupos rebeldes destruyó gran parte de la ciudad, causando muchas bajas.
Kabul es conocida por sus jardines, bazares y palacios. También fue anteriormente una meca para los jóvenes hippies occidentales. Desde la remoción de los talibanes del poder a fines de 2001, la ciudad comenzó a reconstruirse con la ayuda de la comunidad internacional. A pesar de los numerosos ataques terroristas por elementos antiestatales, la ciudad se está desarrollando y fue la quinta ciudad de más rápido crecimiento en el mundo en 2012. La ciudad está dividida en 22 distritos.
El 15 de agosto de 2021, Kabul fue tomada por combatientes talibanes, convirtiéndose en la trigésima tercera capital provincial en ser capturada por los talibanes como parte de la Ofensiva talibana de 2021. Con la captura de Kabul, los talibanes retomaron el control de Afganistán.
Situación geográfica de Afganistán y Kabul
Antigüedad
Kabul tiene una antigüedad de más de 3000 años, dado que se cree que fue establecida entre el 2000 a. C. y el 1500 a. C. En el texto hindú Rig Vedá se menciona la palabra "Kubhā" para referirse al río Kabul. Aunque no está claro cuál era el nombre que recibía la ciudad en la antigüedad, según diversas fuentes el asentamiento era conocido como Chabolo, Kophes. Los persas en el siglo III a. C. la llamaban Kaburay el sabio chino Xuanzang la denomina Gaofu, por ejemplo.
En el siglo I de nuestra era, la ciudad fue conquistada por el primer emperador Kushana, y permaneció en el imperio hasta el siglo III, período durante el cual Kabul fue una de las dos capitales de los Kushan. En el año 435 fue conquistada por los heftalitas (hunos blancos). Luego de su derrota, sus descendientes formaron una corta dinastía en Kabulistán, llamada Kabul-Shahan, y construyeron un muro defensivo alrededor de la ciudad, para protegerse de posibles ataques de los árabes. Algunos restos de ese muro han sobrevivido hasta la actualidad.
El Liang Shu también describe la conversión al budismo de Fusang por parte de los seis monjes budistas provenientes de Gandhara (actual Afganistán):
"En tiempos antiguos, la gente de Fusang no sabía nada de la religión budista, pero en el segundo año de DaMing de la dinastía Song (485), cinco monjes de Kipin (Kabul región de Gandhara) viajó por barco a ese país. Propagaron la doctrina budista, distribuyendo escrituras y dibujos, y aconsejaron a la gente a renunciar a los apegos mundanos. Como resultado, las costumbres de Fusang cambiaron ".
Kabul
Periodo islámico
En el año 674 las invasiones islámicas alcanzan el actual territorio de Afganistán y conquistaron Kabul. Sin embargo, recién iniciado el siglo ix, con la llegada de Ya'qub bin Laith as-Saffar, fundador de la dinastía safárida del este de Irán, se instauró definitivamente el control islámico sobre la ciudad y sobre todo Afganistán.
Durante los siguientes siglos, la ciudad fue sucesivamente controlada por los Samánidas, la dinastía Hindú Shahí, los Gaznávidas y el Imperio Gurida. En el siglo XIII Kabul fue ocupada por las hordas mongolas, y en el siglo xiv volvió a resurgir como centro de comercio, bajo el control de Tamerlán, quien se casó con la hermana del gobernante de Kabul. Sin embargo, al decaer el poder de los Timúridas (descendientes de Tamerlán), la ciudad fue conquistada en 1504 por Babur, emperador mogol que instaló en ella su cuartel general.
Imperio Durrani
Nadir Shah, emperador conocido como el Napoleón Persa, conquistó la ciudad en 1738, pero fue asesinado nueve años más tarde. Ahmed Sah Abdali, militar afgano que comandaba la guardia personal de Nader Shah, asumió el trono a la muerte de este. Reafirmando el poder de los Pashtun, extendió sus dominios formando un nuevo imperio afgano. Por ello es considerado a menudo como el fundador de la actual República Islámica de Afganistán. Tras su muerte, su hijo (Timur Shah Durrani), hereda el poder y traslada la capital de Afganistán de Kandahar a Kabul.
En 1826, Dost Muhammad Khan asume el título de nuevo monarca afgano; sin embargo, en 1833, ante el temor de que la influencia rusa se expandiera hasta las fronteras de la India, el país es invadido por el Imperio británico, que pone en el poder a un impopular gobierno títere al mando de Shah Shuja, dando comienzo a la Primera guerra anglo-afgana, la cual finaliza en 1842 con la derrota de los británicos. Dost Muhammad fue entonces liberado de su encarcelamiento y recobró su trono.
En 1878, los británicos vuelven a invadir Afganistán, lo que da comienzo a la Segunda guerra anglo-afgana, la cual se extiende hasta 1881, cuando se retiran a la India, después de haber dejado en el poder a Amir Abdur Rahman.
Independencia
En 1919, el rey Amanullah Khan asume el poder, e inicia una serie de reformas occidentalizantes. Decreta, además, la independencia de Afganistán de todo control extranjero en la Mezquita de Id Gah, y da comienzo a la Tercera guerra anglo-afgana, cuyas negociaciones de paz concluyeron en 1921. En 1929 Amanullah se ve obligado a abandonar Kabul, debido a un alzamiento de los sectores ultraconservadores, encabezados por el antiguo bandido Habibullāh Kalakāni, que usurpó el trono. La ciudad quedó durante varios meses bajo el dominio de las huestes de Kalakāni, que trató de revertir todas las reformas, hasta que fue derrotado y ejecutado. En 1933 el nuevo rey Nadir Khan es asesinado, asumiendo el trono su hijo, de tan solo diecinueve años, Mohammed Zahir Shah, quien sería a la postre el último rey de Afganistán.
En 1932 se funda la primera universidad afgana, la Universidad de Kabul, comenzando a crecer la ciudad como centro industrial del país en la década de los 40. En los años 50 se inicia la pavimentación de calles en Kabul. En los 60 la ciudad adquiere características más cosmopolitas, abriéndose la primera tienda de una cadena internacional (Marks & Spencer) de toda Asia Central, y en 1967 se inaugura el Zoológico de Kabul.
Shah Shujah Durrani en 1839.
Kabul en la década de 1970
Guerra civil afgana
En 1969, se registra un alzamiento religioso contra las políticas reformistas del rey. En 1973 un golpe de Estado, encabezado por Mohammed Daud Khan, derroca al rey e instaura una república. En 1975 un sistema de trolebuses eléctricos proveyó de transporte público a la ciudad. El sistema fue construido con asistencia técnica de Checoslovaquia.
En 1978 la ciudad fue el epicentro de la Revolución de Saur, que instauró un gobierno socialista. El nuevo régimen aplicó un plan de desarrollo de la capital y de construcción de viviendas para trabajadores, con el objetivo de solucionar la pésima situación habitacional de Kabul (de los 70 000 edificios de vivienda que había entonces, 40 000 eran inhabitables y 20 000 familias no tenían casa), que se realizó con ayuda soviética.En 1979 tuvo lugar el golpe de Estado de Hafizullah Amín (septiembre) y su posterior derrocamiento (diciembre). Kabul era un bastión para los comunistas afganos durante la guerra contra los muyahidines; estos últimos cometieron numerosos atentados terroristas en la ciudad. En 1989 se cerró la embajada de Estados Unidos en Kabul, tras la retirada de las tropas soviéticas que habían llegado diez años antes.
En 1992 el gobierno comunista de Mohammad Najibullah fue derrocado, y la ciudad cayó en poder de los muyahidines, los cuales, al estar divididos en facciones, continuaron luchando entre sí. En diciembre de 1992 se detuvo el último de los trolebuses de la ciudad, a causa del conflicto armado, y fueron reemplazados por un sistema de 800 autobuses públicos que continuó proporcionando el transporte a la población. Hacia 1993 el servicio de electricidad y agua potable de la ciudad fue completamente interrumpido. En septiembre de 1996 la ciudad cayó en poder de los talibanes, quienes lincharon públicamente al expresidente Najibullah y a su hermano. Tras la victoria talibán, las luchas callejeras entre las facciones llegó a su fin.
Cinco años más tarde, en 2001, las fuerzas de los Estados Unidos invadieron Afganistán, provocando la huida de los talibanes de Kabul, mientras que la Alianza del Norte tomaba el control de la ciudad. A partir de 2003 la ciudad comenzó lentamente a recuperarse, gracias a la ayuda de la inversión extranjera.
El 20 de enero de 2018 ocurrió un atentado en el Hotel InterContinental, perpetrado por la red global insurgente el Talibán, el ataque dejó como saldo 22 personas fallecidas y entre 22 a 43 personas heridas entre locales y extranjeros.
El 15 de agosto de 2021 los talibanes tomaron el control de la ciudad durante la retirada del ejército estadounidense, con lo que Kabul pasó a ser la capital del recién restaurado, aunque no internacionalmente reconocido Emirato islámico de Afganistán. Al mismo tiempo, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani Ahmadzai abandonó el país y se declaró en el exilio junto al 1º vicepresidente Amrullah Saleh y al 2º vicepresidente Sarwar Danish.
Wazir Akbar Khan
Kabul en 2011
Dirigentes talibanes
Desde que tomaron el control de Afganistán, los talibanes han incumplido múltiples promesas de respetar los derechos humanos y los derechos de las mujeres. Tras capturar Kabul el 15 de agosto de 2021, las autoridades talibanes han impuesto severas restricciones a los derechos de las mujeres y las niñas, han suprimido los medios de comunicación y han detenido arbitrariamente, torturado y ejecutado sumariamente a críticos y supuestos detractores, entre otros abusos.
Los abusos de los derechos humanos por parte de los talibanes han provocado una condena generalizada y han puesto en peligro los esfuerzos internacionales para hacer frente a la grave situación humanitaria del país, según Human Rights Watch. La economía se ha hundido, en gran medida porque los gobiernos han recortado la ayuda exterior y han restringido las transacciones económicas internacionales. Más del 90 %de los afganos sufren inseguridad alimentaria desde hace casi un año, lo que hace que millones de niños sufran desnutrición aguda y la amenaza de problemas graves de salud a largo plazo.
El pueblo afgano está viviendo una pesadilla en materia de derechos humanos, víctima tanto de la crueldad de los talibanes como de la apatía internacional. El futuro de Afganistán seguirá siendo sombrío a menos que los gobiernos extranjeros se comprometan de forma más activa con las autoridades talibanes y les presionen enérgicamente sobre su historial de derechos.
Desde que tomaron el poder, los talibanes han impuesto normas que impiden ampliamente a las mujeres y las niñas ejercer sus derechos más fundamentales de expresión, movimiento y educación, y que afectan a sus otros derechos fundamentales a la vida, los medios de subsistencia, la atención sanitaria, la alimentación y el agua. Han prohibido a las mujeres viajar o ir a su lugar de trabajo sin que las acompañe un miembro masculino de la familia –requisito imposible para casi todas las familias— y las han excluidos de muchos trabajos. Los talibanes han negado a casi todas las niñas el acceso a la escuela secundaria.
El desastroso historial de derechos humanos de los talibanes y su falta de voluntad para comprometerse de forma significativa con las instituciones financieras internacionales han fomentado su aislamiento, señaló Human Rights Watch. Los gobiernos extranjeros deberían suavizar las restricciones al sector bancario del país para facilitar la actividad económica legítima y la ayuda humanitaria, pero los talibanes también deberían reducir los abusos contra los derechos y hacer que los responsables de los mismos rindan cuentas.
“Los talibanes deben revocar urgentemente su terrible y misógina decisión de prohibir a las niñas y a las mujeres el acceso a la escuela secundaria”, afirmó Abbasi. “Esto enviaría un mensaje de que los talibanes están dispuestos a reconsiderar sus acciones más atroces”.
Muchos gobiernos han denunciado o criticado la decisión de los talibanes de restringir la educación de las niñas, incluido todo el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y casi todos los miembros del G7 y el G20. Ningún gobierno ha defendido o tratado de justificar la posición de los talibanes.
A lo largo del último año, Human Rights Watch ha publicado numerosos comunicados de prensa e informes sobre los abusos de los derechos humanos cometidos por los talibanes, y recientemente ha publicado un documento actualizado de preguntas y respuestas sobre la crisis humanitaria y económica general de Afganistán, así como recomendaciones para mitigarla. Entre ellas se incluye el apoyo a Estados Unidos y a los talibanes para negociar un acuerdo que permita a los afganos de a pie participar de forma más eficaz en la actividad comercial legítima.
El ataque aéreo estadounidense del 30 de julio que mató al líder de Al Qaeda, Ayman al Zawahri, no parece haber desbaratado las negociaciones en curso entre Estados Unidos y los talibanes. Cada uno de ellos debería actuar con urgencia para alcanzar un acuerdo que resuelva la crisis económica del país.
El hambre aguda es generalizada en todo Afganistán, a pesar de que los alimentos y los suministros básicos están disponibles en los mercados de todo el país, dijo Human Rights Watch. Casi 20 millones de personas, la mitad de la población, sufren niveles de inseguridad alimentaria de nivel 3 de “crisis” o de nivel 4 de “emergencia”, según el sistema de evaluación del Programa Mundial de Alimentos (PMA). Más de un millón de niños menores de 5 años –que corren un riesgo especial de morir cuando se les priva de alimentos— padecen desnutrición aguda prolongada. El PMA informó en junio de que decenas de miles de personas en la provincia de Ghor habían caído en el nivel 5 de inseguridad alimentaria aguda “catastrófica”, precursora de la hambruna.
En general, los afganos sufren algún tipo de inseguridad alimentaria desde el mes de agosto, saltándose comidas o pasando días enteros sin comer y recurriendo a medidas extremas para pagar por los alimentos, como enviar a los niños a trabajar.
El impacto de la crisis económica sobre las mujeres y las niñas es especialmente grave, ya que éstas tienen cada vez más dificultades para acceder a la asistencia y la atención sanitaria.
La situación humanitaria sería aún peor si la ONU y otros proveedores de ayuda no hubieran aumentado sustancialmente sus operaciones en 2022, señaló Human Rights Watch.
“Después de un año en el poder, los líderes talibanes deberían reconocer la catástrofe que han provocado y revertir el curso en materia de derechos, antes de que más afganos sufran y se pierdan más vidas”, dijo Abbasi.
Afganistán, situada en el sur de Asia, tiene una superficie de 652.860 Km2 y una población de 40.099.462 personas, se encuentra en la posición 37 de la tabla de población, compuesta por 196 países y presenta una moderada densidad de población, 61 habitantes por Km2.
Su capital es Kabul y su moneda Afganies.
Afganistán es la economía número 134 por volumen de PIB. Su deuda pública en 2020 fue de 1.305 millones de euros, con una deuda del 7,4% del PIB está entre los países con menos deuda respecto al PIB del mundo. Su deuda per cápita es de 33 € euros por habitante, sus habitantes son los menos endeudados del mundo.
Hay algunas variables que pueden ayudarle a conocer algo más si va a viajar a Afganistán o simplemente quiere saber más sobre el nivel de vida de sus habitantes.
El PIB per cápita es un muy buen índicador del nivel de vida y en el caso de Afganistán, en 2021, fue de 312 € euros, por lo que se encuentra con esta cifra está en la parte final de la tabla, en el puesto 193. Sus habitantes tienen un bajísimo nivel de vida en relación a los 196 países del ranking de PIB per cápita.
En cuanto al Índice de Desarrollo Humano o IDH, que elabora las Naciones Unidas para medir el progreso de un país y que en definitiva nos muestra el nivel de vida de sus habitantes, indica que los afganos están entre los que peor calidad de vida tienen del mundo.
Si la razón para visitar Afganistán son negocios, es útil saber que Afganistán se encuentra en el 173º puesto de los 190 que conforman el ranking Doing Business, que clasifica los países según la facilidad que ofrecen para hacer negocios.
En cuanto al Índice de Percepción de la Corrupción del sector público en Afganistán ha sido de 24 puntos, así pues, la percepción de corrupción de los afganos en su país es muy alta.
1 afganie, moneda de Afganistán
Todas las escuelas públicas de Kabul volvieron a abrir en 2002 y se mejoraban cada año. La mayoría de los niños y niñas de la ciudad asisten a las clases. Algunas de las escuelas públicas más conocidas son Amani High School, Durrani High School, Ghulam Haider Khan High School, Ghazi High School, y Rahman Baba High School.
Los colegios privados y las universidades de la ciudad también fueron renovados después de 2002, algunos de ellos han sido construidos recientemente, pero otros existen desde principios de 1900.
Las universidades de Kabul son:
En la actualidad (2023) Afganistán es el único país del mundo donde se priva a la mitad de la población, las mujeres y las niñas, de un derecho humano básico: el de la educación. Cuando acaban sexto de primaria, con 12 años, las afganas tienen que abandonar los bancos de las escuelas regladas por orden de los talibanes, la milicia fundamentalista en el poder desde el 15 de agosto de 2021. Muchas niñas y jóvenes afganas no se han resignado a la prohibición de proseguir sus estudios y han buscado alternativas a esa educación formal que se les niega.