mientras dure el COVID

Mientras dure el COVID

Helena Garcia Arnau

Como dijo algún poeta, en algunos días de este confinamiento, solamente “un papel me viste el alma”, otros en cambio el papel y el coraje de encontrar estrategias para sobrevivir, vuelan juntos. Hoy pero, soy afortunada. Os contaré. Para acallar esta calma impuesta que no es paz, he recurrido a los cantantes franceses en un afán de practicar a viva voz ese alter ego escondido que me convierte en diva. Stacey Kent entonaba “que reste-t-il de nos amours” y yo la acompañaba envuelta en seda, al tiempo que pensaba teñida de nostalgia en aquellos a los que había mirado con ojos de ternura o pasión. Si, si, tenéis razón. La música ha obrado como las madalenas de Proust. Suena el teléfono. No lo puedo creer. El pasado convocado, acude a la cita

—¿Cómo estás?, pregunta.
—¡Cuánto tiempo!, respondo.
—Sí, pero la ocasión lo merece, dice.

¡Bendito Covid!. Una excusa para recordar aquello que tuvimos, que fue cercanía, lectura, música, amigos, risas e instantes infinitos.

—Loco.
—Ríete, tu siempre eres (utiliza el presente) mi más bella historia de amor, dice plagiando a Bárbara, la mítica cantante francesa.
—Es lo bueno de romper a tiempo, le contesto.
—Siempre ácida, pero sé que estás contenta de oírme, añade.

Me callo para no darle la razón. Él añade:

—Aquel día que mirándome a los ojos imitaste a Francoise Hardy supe que aunque hubiesen otras chicas en mi vida, ninguna seria como tú.

O sea, habíamos llegado al quid de la cuestión: estaba solo y tiraba de agenda.

—No pienses mal, que te conozco, le oigo decir.
—Me lees, me escucho responder.

Y él consciente que estoy de nuevo en su red, remata:

—¡Ne me quitte pas!

Estoy perdida pero no tanto, por eso entre risas le contesto:

—Mientras dure el Covid.

15/04/2020