desayuno

Desayuno

Helena Garcia Arnau

Entre la primera página y la columna de Millas,

no hay dedicatorias que hablen de tu amor,

ni rosas secas que al contacto con el aire,

vistan sus pétalos con gotas de roció,

recordándome que a esta hora siempre tenia tu voz.

El aire sigue oliendo a café, a tostada,

a dulce aroma de mermelada,

pero cuando el bálsamo meloso se evapora,

me baña una sombra de tristeza, y

aunque intento reconciliarme con la vida,

no puedo respirar, me falta el aire.

Me digo que esta angustia no puede ser buena,

que en la fiebre del silencio,

debo exprimir mi sentimiento como una fruta,

destilar la miel de mi corazón hasta agostarla,

convertirla en hiel. Pero una vez más, fracaso.

Por eso escondo tu nombre,

saltando las letras del periódico. Sólo yo sé

que estas ahí. Ahora, dos horas después, siempre.


Entre tu periódico y el mío, distancia.

Entre tu boca y la mía, salitre.

Enmarco la distancia con tus besos:

infinitos cristales de sal dibujan nuestro mapa.


25/03/2020