En la Universidad de Iowa, en 1939, Wendell Johnson y su equipo esperaban descubrir la causa del tartamudeo tratando de convertir a los huérfanos en tartamudos. Hubo 22 sujetos jóvenes, 12 de los cuales eran los no tartamudos. La mitad del grupo experimentó enseñanza positiva, mientras que el otro grupo fue tratado con el refuerzo negativo. Los profesores dijeron continuamente al último grupo que eran tartamudos. Nadie en ninguno de los grupos se hizo tartamudos al final del experimento, pero los que recibieron tratamiento negativo, desarrollaron muchos de los problemas de autoestima que los tartamudos suelen mostrar.
Tal vez el interés de Johnson en este fenómeno tiene que ver con su propia tartamudez cuando era niño, pero este estudio nunca pasaría la evaluación de un comité de revisión.