Tacos e insultos autonómicos

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¡Qué bien sienta soltar un taco!

En Andalucía son de una riqueza barroca. En esta comunidad se han registrado decenas de vocablos para decir “tonto”. En el País Vasco prefieren insultar en castellano y en Aragón la blasfemia es muy abundante, pero sin tocar a la Virgen del Pilar. Cada región confiere a la palabrota su variedad e idiosincrasia particular. En este breve diccionario autonómico se recorre la España de los tacos, donde se dan la mano el rencor, la envidia y la imaginación.

Alfonso XII fue explícito en su felicitación al capitán Silvestre cuando el desembarco de Alhucemas: “Olé tus cojones”. Era la expresión de júbilo del monarca. Un taco servía para concretar la satisfacción del rey. Cualquier sensación (júbilo, pesar, indignación...) tiene su correspondencia en una palabrota, en lo que llaman los cursis “una expresión malsonante”. El español está minado de ellas. Es uno de los idiomas europeos más imaginativos a la hora de construir sus particulares interjecciones.

No son más de 15 o 20 los tacos que habitualmente entran en una conversación. Generalmente, todos ellos son palabras que mantienen un sentido sonámbulo, pues dependiendo del contexto asumen un significado o el contrario: joder y ¡joderrrr!; coño y ¡cooooño! Por ejemplo. Eso sí, pueden ser considerados como esas orillas del español que menos han evolucionado en los últimos siglos. “Son siempre los mismos y se ha innovado muy poco en este terreno. Su función es desacralizar de algún modo aquello que está prohibido o se nos presenta como tal”, comenta el sociólogo Amando de Miguel.

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