El alquiler está difícil

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En primer lugar, no hace falta ser grafólogo ni CSI para notar que los tres carteles han sido redactados por el mismo API aficionado que no tenía rotulador. Las mismas "eses", las mismas dificultades ortográficas y tipográficas (trazos repetidos de bolígrafo) y, sobre todo, el mismo teléfono, que me he molestado en recortar para evitar tentaciones.

Los tres carteles muestran varias cosas:

    1. La primera es que el autor tiene problemas con las consonantes en posición implosiva y explosiva, y con el verbo "alquilar", en concreto. Del primer cartel al último, el verbo ha perdido las dos "eles". No deja de ser curiosa la dificultad con la palabra "alquilar", ya que es un término bastante corriente y que se puede observar -bien escrito- en balcones y ventanas de pueblos y ciudades.
    • La segunda es que tiende a cerrar el diptongo (en dos de ellos). Esta última cuestión es interesante; precisamente, el castellano se caracteriza porque en su evolución desde el latín, convertía la "o" tónica en el diptongo "ue" (ponte > puente / fonte > fuente). El escribiente del cartel ha recorrido el camino inverso y ha preferido la "o" o la "u" de nuevo.
    • Y la tercera cuestión es que no domina la ambigüedad del mensaje. ¿Alquila un piso con muebles y sin niño? ¿O no quiere niños en su piso con muebles? Perdón, "ñiños". Y a ver quién es el guapo que sabe pronunciar la "ñ" a principio de palabra.

Es probable que el autor del texto no domine la lengua castellana, pero tampoco las leyes básicas de la mercadotecnia y la comunicación publicitaria. La tipografía denota un texto descuidado y vacilante y de alguna forma, condiciona la expectativa del posible receptor.

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