Esta conmemoración se debió realizar el lunes 23 en virtud de las actividades del programa Pintó Deporte que se cumplieron el 24 en Carmen y el 26 en nuestra localidad.
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A quienes quieren informarse sobre la fecha y su significación pueden visitar La escuela digital.
Recordemos que además de la Declaratoria de la Independencia nacional este día es el aniversario del teatro Solís (1856), y del Palacio Legislativo (1925)
Admiramos este poema de Serafín J. García y creemos que poner un poco de sentimiento en conmemoraciones como esta es un ingrediente para crear vivencias positivas de la historia. Dejamos el texto.
"Írritos, nulos, disueltos",
cantaba el viento en los talas,
y acompañaban el canto
los boyeros con sus flautas.
"Írritos, nulos, disueltos",
repetían las calandrias
mientras colgaban caireles
de música entre las ramas.
Y el clarín de los horneros
campo adentro repicaba,
sembrando la buena nueva
entre un júbilo de alas.
Y aunque era invierno en el tiempo,
hasta grillos y chicharras
desherrumbraban sus élitros
para unirse a la cantata.
Estaba de fiesta el campo
y el monte lo acompañaba
porque era fecha de gloria
para la 'tierra "orientala".
Y el mismo cielo, allá arriba,
alternaba nubes blancas
con su azul, como ofreciendo
para la bandera franjas.
Cuentan que aquel veinticinco
fue de punta a punta un alba,
pues hasta la tardecita
parecía una madrugada.
Todo en él era comienzo,
todo en él era esperanza,
y hasta el sol se detenía
para ver nacer la Patria.
"Írritos, nulos, disueltos"
los actos que subyugaban,
del viejo afán artiguista
el fruto al fin se tocaba.
Y por eso, "Írritos, nulos,
disueltos", todos cantaban,
hombre y ave, insecto y árbol,
flor y espina, viento y agua