"Esto les servirá de señal"
(Tríptico para compartir en la Noche de Navidad en Familia) 131 kb Ver Descargar
Preparado por el P. Publio Díaz Rengifo, ocd
18 Diciembre:
Expectación del parto de la Stma. Virgen María o Nuestra Sra. de la O 161 kb Ver Descargar
TRÍPTICO ADVIENTO 2011. 42 kb Ver Descargar
Preparado por el P. Publio Díaz Rengifo, ocd
Preparadas por P. Publio Díaz ocd
INTRODUCCIÓN: Con la novedad que siempre supone celebrar el misterio central de nuestra fe, la Pascua de Jesucristo, les ofrezco este pequeño subsidio, hecho con la alegría y sencillez que supone celebrar estas fiestas, deseando que les sirvan a fin de que sus celebraciones puedan expresar la belleza del misterio que celebramos. Como todos los años, para su utilización deben ser revisadas previamente.
DOMINGO DE RAMOS
Monición Ambiental:
Inicio de la Semana Mayor del Año Litúrgico. Semana en la que quedan al descubierto las intenciones más o menos escondidas, colocadas sobre mesa o la cruz.
La traición del corazón humano se hace presente frente a un corazón que desborda todo el amor y la misericordia de Dios. Lo que hoy es aclamación gozosa, mañana será muerte y traición. Pero la fuerza del amor puede más que la muerte. Iniciemos nuestra celebración aclamando a este Rey victorioso que entra a Jerusalén a cumplir su acto de mayor obediencia al Padre: su Pascua.
Sin ejercicio de poder ni triunfalismos humanos Jesús entra en Jerusalén avanzando hacia la consumación de un amor. Jesús entra en la ciudad santa sobre un humilde asno, con palmas y aclamaciones para un rey victorioso. Es acogido con vivas, pero no nos engañemos mucho: después de pocos días no faltará quien lo quiera crucificado.
LITURGIA DE LA PALABRA
El Siervo de Dios es el ejemplo de docilidad, de escucha de la Palabra y de la voluntad divina. Su destino es un destino misterioso: es objeto de burla; y todavía sin revelarse tiene la certeza de cumplir un designio, una misión de salvación. Escuchemos.
Monición Segunda Lectura (Flp 2,6-11)
La fuerza salvadora de Dios se manifiesta en el despojamiento de Jesús, el Hijo de Dios, que aparece en la humildad hasta la muerte en cruz. Pero después de la humillación, después de la obediencia, se manifiesta toda la gloria del Padre en su resurrección. Escuchemos.
Monición al Evangelio (Mt 26,14-27,66)
El relato de la Pasión es la comprobación de lo que Jesús vino a anunciar: que Dios nos ama con pasión. Fue todo lo que hizo Jesús a lo largo de su existencia. Estos gestos nos envuelven, nos admiran y nos conmueven. Escuchemos.
Monición a la presentación de dones: El pan y el vino que llevamos al altar, símbolos sencillos y humanos se convertirán para nosotros en el don del Cuerpo de Cristo.
LUNES santo
Monición Ambiental
La razón de nuestra debilidad es el pecado. Ella es vencida por la pasión de Cristo. Aparentemente la pasión y muerte de Cristo es un fracaso: en realidad representan el principio de una nueva vida para toda la humanidad.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera lectura (Is 42,1-7)
Un misterioso Siervo, con su humildad y docilidad se encuentra en las manos de Dios como instrumento de salvación y de alianza: es el principio de la liberación. Su misión no es fácil; sin embargo el éxito de la misma está en las manos de su Dios. Escuchemos.
El gesto de una mujer, María, se contrapone al de la queja de Judas que no comparte el amor gratuito. Estos gestos presagian anticipadamente la muerte y sepultura de Jesús. Escuchemos.
Monición a la preparación de los dones:
Pan y vino, ofrecidos en el altar, luego serán transformados en el cuerpo y la sangre de Cristo para ser comidos por la comunidad cristiana que crece al participar de la misma mesa del Señor.
Martes santo
Monición Ambiental
Los misterios de la Pasión renovados en la memoria de la Iglesia están ya próximos. Serán celebrados no como hechos del pasado, sino como gracias del presente; entonces alcanzaremos la dulzura del perdón divino. Iniciemos nuestra celebración unidos de corazón al misterio redentor.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera lectura (Is 49,1-6)
El Siervo elegido por Dios, es llamado para que cumpla el gran proyecto de salvación de Dios. El pondrá en el Señor toda su confianza. Escuchemos...
Monición al Evangelio (Jn. 13,21-33.36-38)
La noche, esconde el dolor y la decepción de aquellos que traicionan al amigo. Judas ha traicionado, Pedro negará a Jesús: ninguno debe ilusionarse confiando en sí mismo. Solo Jesús permanece fiel. Escuchemos.
Monición a la preparación de los dones:
De la generosidad del trabajo humano, presentamos el pan y el vino. La vida y la alegría de Cristo y su sacrificio en la cruz se nos comunicarán a través de ellos.
Monición ambiental (en Venezuela se celebra el paso de “Jesús Nazareno”)
Por el suplicio de la cruz sufrido por el Hijo de Dios, somos liberados del verdadero enemigo, el demonio, y encontramos el camino hacia la resurrección. El camino que aparenta ser derrota es en realidad victoria. Vale también para nuestra vida, si se decide a seguir el ejemplo de Cristo. Iniciemos nuestra celebración uniéndonos al Salvador en su camino a la cruz.
LITURGIA DE LA PALABRA
La confianza en la ayuda de Dios es la carta de triunfo para el Siervo en la realización de su misión, aunque las dificultades sean muy dramáticas. Escuchemos.
En la Pascua de despedida de los suyos, Jesús prueba el amargo cáliz de la infidelidad cuando uno de ellos ha concertado la traición con precio de esclavo: treinta monedas. La traición es también nuestra terrible posibilidad. Escuchemos.
Monición a la preparación de los dones:
La generosidad de la tierra nos ofrece el pan y el vino que por la acción bondadosa del Espíritu del Señor se transformarán en el cuerpo y la sangre entregada del Señor.
MISA CRISMAL (JUEVES SANTO U OTRO DIA CERCANO A LA PASCUA)
Monición ambiental: Esta Eucaristía celebrada al final de la Cuaresma pone en relieve la figura de Cristo, sumo y eterno sacerdote de la Nueva Alianza y fuente del cual emergen todos los ministerios en la Iglesia. De modo especial, el ministerio episcopal, que mediante la imposición de manos le es otorgado la plenitud del sacramento del orden, la totalidad del sagrado ministerio. Así a través de los Obispos y de los sacerdotes que le ayudan fielmente en la misión, el Señor Jesucristo, aunque esté sentado a la derecha de Dios Padre, continúa estando presente entre los creyentes. La comunidad de los creyentes toda, consciente de este don para la Iglesia, manifiesta su veneración y su adhesión de fe a su Obispo diocesano.
En conexión con la Pascua próxima a celebrar, esta Eucaristía pone en relieve el que los sacramentos brotan de la Pascua. La Pascua quiere ser novedad cada año: todo empieza de nuevo. Por eso el obispo hace presente como una de la manifestaciones de su plenitud sacerdotal la bendición de los óleos de los enfermos y catecúmenos y de la consagración del sagrado crisma, recordándosenos que estos oleos son los medios llenos de la virtud del Espíritu Santo a través de los cuales todas las acciones sacramentales de la Iglesia están llenas de la eficacia del misterio pascual.
Iniciemos, hermanos, con mucho gozo esta Eucaristía, agradeciendo a Dios el ministerio pastoral de nuestro Obispo y la colaboración que al El prestan los sacerdotes, pidiendo al Señor que su acción lleve cada vez mas a configurar una Iglesia servidora como Cristo, Buen Pastor.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera Lectura (Is. 61, 1-3.6.8-9)
La unción recibida por el profeta lo coloca en la línea del servicio solidario con su pueblo. Misión que realizará a través del gesto consolador y de ser constructor de una nueva situación para su pueblo. Escuchemos.
Monición Segunda Lectura (Ap. 1,5-8)
Jesucristo, alfa y omega, principio y fin de todo, es el mismo que a costa de su preciosa sangre nos ha constituido miembros de su heredad y partícipes de su alabanza al Padre de los cielos. Escuchemos.
Monición Evangelio (Lc 4, 16-21)
La Palabra y el Espíritu Santo son el fuego dinamizador de la misión de Jesús que se prolonga en nuestro hoy a través de sus discípulos: la de anunciar la Buena Noticia de Dios, especialmente a los pobres y excluidos. Escuchemos.
Monición a la renovación de las Promesas Sacerdotales:
La íntima comunión que surge del ministerio de la colaboración entre el Obispo, padre y pastor de la grey diocesana y el presbiterio, ayuda e instrumento del obispo para apacentar el pueblo de Dios se hace visible en esta concelebración eucarística. Esta comunión y la misma celebración se convierten en el espacio idóneo para renovar las promesas sacerdotales efectuadas por cada sacerdote el día de su ordenación y que viene a fortalecer el compromiso en la vocación recibida como participación de la misión de Cristo Sacerdote para toda la Iglesia y la humanidad. Asistamos con profunda atención y espíritu de oración a este momento.
Monición a la bendición de los óleos y consagración del Sagrado Crisma( para ser dicha después que se diga el “ Por él sigues creando todos los bienes” de la Plegaria Eucarística I o antes de la doxología “Por Cristo, con él y en él” de las restantes Plegarias Eucarísticas). El aceite era considerado por los pueblos antiguos como símbolo del bienestar y de las bendiciones de Dios. A el se le agregaron otros sentidos como el de la dulzura y suavidad y de fuerza en los momentos en que mas se necesita, especialmente para expresar la fuerza y la salud necesaria para la misión que se ha encomendado, de manera particular a los reyes, sacerdotes y profetas. Pero es Jesús, el verdadero “Ungido””el Cristo” el que posee la plenitud de los dones del Espíritu. Los creyentes en Jesús, reciben la unción de ese Espíritu, siendo impregnados con los dones de su gracia, de verdad, de santidad, de fuerza. Es esta vida de Dios, fruto de la Pascua de Jesús, comunicada a través de los gestos sacramentales de la Iglesia para que todos tengamos vida y esta en abundancia. Los óleos bendecidos y consagrados en este día realizan de manera particular en los sacramentos acciones especiales sobre el creyente: El óleo de catecúmenos fortifica, el crisma consagra y el óleo de los enfermos lenifica las heridas del dolor y la enfermedad.
TRIDUO PASCUAL
JUEVES SANTO (MISA VESPERTINA DE LA CENA DEL SEÑOR)
Monición Ambiental
Llegó su hora, la de pasar de este mundo al Padre. Jesús se reúne en la intimidad de los amigos a celebrar su gran don para la comunidad, la Eucaristía: pan que se parte y vino generoso que se derrama. Es su cuerpo y su sangre, regalo para el mundo. Misterio sublime de un amor que se convierte en gesto aleccionador para todos los discípulos: amor que se convierte en entrega solidaria para los demás. Agradezcamos al Señor el regalo tan maravilloso de la Eucaristía y pidámosle que renueve en nosotros su mandato de amor renovando continuamente su presencia hasta que el vuelva en majestad y gloria. Iniciemos nuestra celebración uniendo nuestros corazones y nuestras voces en el canto inicial.
LITURGIA DE LA PALABRA
El ritual judío de la Pascua rememora el acontecimiento de liberación vivido por el pueblo de Israel. Ritual que prepara el definitivo acto redentor: la Pascua de Jesús. Escuchemos.
Segunda lectura (1 Cor 11,23-26)
La comunidad recibe el nuevo memorial de la Pascua de Jesús. Es la Tradición que le hace vivir en permanente comunión con el misterio de la salvación: Jesús muerto y resucitado. Escuchemos.
Evangelio (Jn. 13,1-15)
La Pascua de Jesús es amor y entrega sin condición. El discípulo no puede tener otro camino si quiere entrar en comunión con Jesús y su misión. Escuchemos.
Lavatorio de los pies
Lo proclamado en el Evangelio se hace gesto visible en este sencillo rito que nos recuerda la realidad central de la vida de Jesús y de los cristianos: el amor solidario.
Monición a la Presentación de los óleos (opcional)
P: Cada año, el Jueves Santo (u otra fecha) en la Misa Crismal, el obispo consagra el Crisma, que se utiliza en el bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal, y bendice el óleo de los enfermos y el óleo de los catecúmenos.
Ahora nosotros recibimos estos óleos con los que en nuestra comunidad celebraremos, a lo largo del año, los sacramentos.
(Se traen los óleos mientras se canta: "Pueblo de Reyes")
Primero se entrega el óleo de los enfermos y el sacerdote dice:
P:Te bendecimos, Señor, por el óleo de los enfermos, bálsamo sanador que has regalado a nuestros hermanos enfermos para que ante la enfermedad puedan reafirmar su fe en la salvación que de ti viene y puedan en orden a la misma salvación unir su dolor al tuyo. Protégelos siempre.
El pueblo responde:
T, Bendito seas por siempre, Señor.
Se entrega el óleo de los catecúmenos.
P. Te bendecimos, Señor, por el óleo de los catecúmenos, y te pedimos por los que sean ungidos con este óleo. Hazlos crecer en una auténtica búsqueda del Evangelio y fortalécelos en el combate cristiano.
El pueblo responde:
T: Bendito seas por siempre, Señor.
Se entrega el santo crisma
P: Te bendecimos, Señor, por el Santo Crisma, y te pedimos que quienes sean marcados con su signo en el bautismo, la confirmación y la ordenación sacerdotal, reciban la abundancia de los dones del Espíritu y así la Iglesia crezca y llegue a la plenitud de tu Hijo Jesucristo.
El pueblo responde:
T: Bendito seas por siempre, Señor.
Los óleos se dejan en un lugar visible
A continuación se presentan el pan con el vino y el agua, y también la colecta.
Presentación de los dones
Pan y vino, alimentos que son don de Dios y trabajo humano, llevados al altar, lugar del sacrificio y de la comunión, se transformaran por la acción del Espíritu de Dios en el cuerpo y la sangre salvadora de Jesús para redención del mundo.
Traslado del Santísimo Sacramento
Lo que fue un gesto utilitario hoy se convierte en el mas sublime gesto de adoración. La Iglesia, permanece en oración humilde agradeciendo al Padre por el regalo de la Eucaristía, presencia viva y vivificante de Jesús resucitado entre nosotros.
VIERNES SANTO (CELEBRACIÓN DE LA PASIÓN DEL SEÑOR)
Monición ambiental (puede ser suprimida)
Tarde del Viernes Santo. Se oyen nuevamente las palabras de Jesús colgado en la cruz, que pueden resumirse en esta: ¿Por qué Dios mío? ¿Para qué? Una pregunta que sigue resonando en la inmensa mayoría de hombres y mujeres a lo largo y ancho del mundo entero, frágiles y nada buenos, pero creyentes. En esa pregunta de Cristo resuenan todos los escenarios del escarnio, de la irracionalidad y de la muerte; en esa pregunta se siente el frío, la infidelidad y el hastío que quiebran y destrozan la vida de los seres humanos y de los pueblos.
Pero esa palabra de Cristo trae consigo otras palabras que abren los hogares fecundos del perdón, de la gloria; en esa palabra de Cristo despunta el amanecer de otras palabras-¡palabras definitivas!- de amor, de fidelidad y de confianza.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera Lectura (Is 52,13-53,12): En el cuarto canto del Siervo, el dolor encuentra todo su valor redentor certificado en la aceptación de Dios. Escuchemos.
Monición Segunda Lectura (Heb. 4,14-16; 5,7-9): Cristo, es el nuevo sumo Sacerdote que asumiendo el pecado de todos entra en la muerte para liberarnos de ella llevándonos a una nueva existencia y ser proclamado salvador de todos. Escuchemos.
Monición Evangelio (Jn. 18,1-19,42): El apóstol Juan, testigo ocular de la pasión, nos la relata con la fuerza de quien ha sido discípulo y testigo de sus padecimientos encontrando en ella la puerta que lleva a Jesús a su glorificación. Escuchemos.
Monición a la Oración Universal: Lo que fue anunciado en el Evangelio se convierte en plegaria ardiente. La Iglesia mira al crucificado y pide que esta sangre derramada en la cruz caiga sobre toda la humanidad como bálsamo sanador
Monición a la Veneración de la Santa Cruz: La cruz gloriosa se levanta como signo de victoria. Lo que fue el lugar de la humillación se convierte por el acto de amor supremo de Jesús en el mayor signo de la vida. Veneramos, pues, con fe y devoción este signo recordando que la vida se da por el amor.
Monición a la Comunión: La Pasión comunicada, entrega de Cristo en la cruz, se participa a todos en la comunión de este día. La entrega del Maestro es sellada en este banquete que recibimos gratuitamente.
SABADO SANTO (VIGILIA PASCUAL)
LITURGIA DE LA LUZ (para ser leída antes de encender el fuego):
Hermanos, hemos llegado a la noche más importante del año. En ésta noche santa, la Iglesia entera, se reúne para cantar las maravillas de Dios obradas en y por Jesucristo. En esta noche, todo el mundo, hombres y mujeres, niños y ancianos, de todas las culturas, mentalidades, situaciones sociales esperamos escuchar el gran anuncio de esta Pascua nueva: ¡Jesús muerto por amor, vive para siempre! Venimos hoy a la Iglesia, a buscar al crucificado y nos encontramos con que Dios ha hecho mucho más: que aquella muerte por amor ha llegado a ser semilla de Vida para todos, por eso, hoy debemos proclamar con convicción esta verdad: creer, amar, ser fieles, ponernos al servicio de los demás son cosas que merecen la pena y que conducen a la Vida de Dios, porque Cristo, nuestra esperanza ha resucitado. Noche en la que son invitados a fiesta todos los hombres y mujeres de la tierra: del norte, del sur, del este y del oeste. Noche en que la tierra y el cielo se unen en un gran gozo. Noche para estar despiertos y percibir el paso liberador de Dios que realiza su salvación desatándonos de nuestras esclavitudes y pecados. Y en los más oscuro de esta noche brilla el cirio pascual, presencia de Cristo resucitado, que como columna de fuego ilumina los pasos del pueblo peregrino en medio de sus tinieblas. La Iglesia, recibe esta iluminación pasando por la iluminación que brota de las aguas del bautismo. Un canto, lleno de poesía y lirismo, acogido en una atmósfera de fe y alegría nos hace entrar en la solemne Noche de la Pascua.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera Lectura (Gen 1,1-2,2): Relato que marca la primera intervención amorosa de Dios: la creación. Signo anticipado de la nueva creación en Cristo. Escuchemos.
Monición Segunda Lectura (Gen 22,1-18): Abraham, hombre de fe, pone toda su confianza en Dios, al igual que Cristo, obediente incluso hasta la muerte. Escuchemos.
Monición Tercera Lectura (Ex 14,15-15,1): El pueblo de Israel experimenta la salvación fuerte de Dios de la esclavitud de Egipto. El paso por el mar es anticipo de la liberación realizada por Cristo en su misterio de muerte y resurrección.
Monición Cuarta Lectura (Is 54,5-14): El profeta Isaías recuerda la fidelidad y misericordia de Dios ante la infidelidad del pueblo. Israel está llamado a ser la nueva Jerusalén, imagen de la Iglesia de los bautizados. Escuchemos.
Monición Quinta Lectura (Is 55,1-11): La alianza pactada por Dios con su pueblo es como agua que calma la sed o banquete que sacia el hambre. En Cristo Resucitado esa alianza será renovada y entraremos en ella a través del bautismo. Escuchemos
Monición Sexta Lectura (Ba 3,9-15.32-4,4): La vida se nos presenta como el camino en búsqueda de la plenitud. Esta solo se encuentra cuando adherimos nuestra propia vida y destino a la Sabiduría que viene de Dios y que nos es manifestada en Cristo. Escuchemos.
Monición Séptima Lectura (Ez 36,16-28): La perfecta alianza de Dios con su pueblo se inicia en la autentica transformación interior. La Pascua de Cristo es oferta y cumplimiento de esta renovación para los que crean en él. Escuchemos.
Gloria: Escuchadas las intervenciones salvadoras de Dios en el Antiguo Testamento, entonamos este himno festivo silenciado en nuestra preparación cuaresmal y que preanuncia el gozo de la Pascua.
Monición Epístola (Rom 6,3-11): La gracia del bautismo reproduce la Pascua de Jesús: En El morimos y resucitamos a la vida nueva de la gracia. Escuchemos.
Monición Evangelio (Lc 24,1-12): Al canto del Aleluya Pascual, hacemos el solemne anuncio de la Pascua de Jesús. El relato evangélico no deja lugar a dudas que una victoria se ha dado: la de la vida sobre la muerte. La tumba vacía y los lienzos apartados nos recuerdan que Cristo es vencedor de la muerte y todas sus consecuencias. Escuchemos con mucha atención.
LITURGIA BAUTISMAL
Anunciada la Pascua de Jesús entramos en la liturgia bautismal, centrándonos en la acción que produce este “baño regenerador y renovador”. Sumergiéndonos en su misterio, hacemos eficaz lo que el bautismo significa para la vida cristiana: iniciación a la vida de fe, incorporación a la Iglesia, nacimiento a la vida de Dios y participación en la muerte y resurrección de Cristo. Esta noche haremos memoria de lo acontecido y lo que acontece en nuestras vidas por esta acción sacramental y nuevamente renovaremos nuestra adhesión a Jesús Resucitado.
LITURGIA EUCARISTICA:
El banquete eucarístico es la cumbre de nuestra Vigilia, la Madre de todas las Vigilias. Este banquete anticipo y realidad del banquete que ha de venir, el banquete del cielo, anuncia la plena comunión final. Los bautizados nos acercamos a el con la señal de la cruz en la frente, vestidos con el alba blanca de la inocencia y el cirio iluminado de la fe en las manos. Sacramentalmente la Iglesia, esposa del Cordero, come el cuerpo y la sangre del Señor resucitado, proclamando su muerte y resurrección hasta que El vuelva,
Monición final (Recuerdo a la Madre del Resucitado)
Hermanos, en esta noche santa, noche de vela junto al Resucitado, es justo que nos alegremos en esta festividad tan gozosa con aquella que experimento por primera la alegría de la primera Pascua. Ella, la Madre de Jesús, resucitado, traspasada por la espada del dolor unida a toda la comunidad eclesial puede exclamar: “Si, es cierto, mi esperanza y mi amor ha resucitado”. Con toda la Iglesia démosle nuestra salutación con el “Reina del Cielo, alégrate” (Se puede traer a este momento de la celebración una imagen o cuadro de la Virgen)
REINA DEL CIELO, ALEGRATE
V. Reina del cielo alégrate; aleluya.
R. Porque el Señor a quien has merecido llevar; aleluya.
V. Ha resucitado según su palabra; aleluya.
R. Ruega al Señor por nosotros; aleluya.
V. Gózate y alégrate, Virgen María; aleluya.
R. Porque verdaderamente ha resucitado el Señor; aleluya.
Oremos:
Oh Dios, que por la resurrección de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, has llenado el mundo de alegría, concédenos, por intercesión de su Madre, la Virgen María, llegar a alcanzar los gozos eternos. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
DOMINGO DE PASCUA DE RESURRECCION
Monición ambiental:
Queridos hermanos: El alborear de este nuevo día nos invita a cantar el triunfo de la vida de Dios, el triunfo pascual. Pues la vida triunfa en Jesús: Jesús sale del sepulcro, y su alma y su mismo cuerpo son glorificados. Y serán glorificados para siempre, pues Cristo resucitado ya no vuelve a morir, sino que gozará para siempre de esta vida triunfante, desbordante, que invade su cuerpo aun visible. ¡Misterio divino, impenetrable, incomprensible! Pascua es nacimiento de la Iglesia y el despliegue desbordante de la vida del Verbo encarnado, ante todo sobre su propio cuerpo y sobre todo su cuerpo místico. Iniciemos nuestra celebración eucarística desbordantes de esta alegría pascual.
LITURGIA DE LA PALABRA
Monición Primera Lectura (Hech. 10,34.37-43) La resurrección de Jesús es el núcleo básico de la vida del creyente y de la Iglesia. Es el testimonio primigenio de la predicación apostólica. Escuchemos
Monición Segunda Lectura (Col 3,1-4): La vida del cristiano es resurrección, participación de los bienes celestiales que nos ha alcanzado Cristo victorioso. Escuchemos
Monición Secuencia: Canto poético, que en el día de la resurrección del Señor proclama la encarnizada lucha entre la muerte y la vida y el triunfo de Cristo sobre el mal a causa de su resurrección. Los discípulos testigos que han visto los signos de su Pascua anuncian dicho triunfo
Monición Evangelio (Jn. 20,1-9): María Magdalena, todavía va a oscuras al lugar donde fue enterrado el Señor. La piedra ha sido removida, el Señor no está allí. La muerte es vencida, ahora señorea la vida. Hay que anunciar presuroso lo que ha acontecido: El Señor ha resucitado. Escuchemos.
Monición a la presentación de los dones: Ya no hay sufrimiento que no se haya convertido en camino de esperanza. Los dones que ofrecemos del pan y el vino se transformarán por el gesto sacramental en presencia renovada y renovadora de Jesús.
Monición final: La Pascua ha iniciado. Su esplendor ilumina nuestras vidas a través del hecho bautismal. Nuestra condición de bautizados nos empuja a vivir la vida nueva comunicada por el Señor resucitado. Anunciemos al mundo la novedad de esta vida que nos ha sido regalada.
Imagen sin identificación de procedencia
NOCHE VIEJA DEL 2010.
UNA ORACION PARA AGRADECER, PEDIR PERDÓN Y RECIBIR BENDICIONES
“RECUPERAD, DIOS MIO, EL TIEMPO PERDIDO, CON DARME GRACIAS EN EL PRESENTE Y PORVENIR”
(Sta. Teresa de Jesús)
Preparada por p. Publio Díaz ocd
SE NOS VA UN AÑO, OTRO VIENE CARGADO DE ILUSIONES
Año Nuevo: Inicio del 2011.
Todo se convierte en deseo, expectativas, mirada al futuro. El inicio de un nuevo año es el momento para reunir las fuerzas y toda la ilusión para comenzar el mejor año de la vida, porque el que se proponga convertir éste en su mejor año, lo puede lograr. El año nuevo es una oportunidad más para convertir la vida, el hogar, el trabajo en algo distinto. "Quiero algo diferente, voy a comenzar bien, así será más fácil seguir bien y terminar bien. Quizá el año pasado no fue mi mejor año, me dejó un mal sabor de boca; éste va a ser distinto, quiero que así sea, es un deseo, es un propósito, y no lo voy a echar a perder. Tengo otra oportunidad que no voy a desperdiciar, porque la vida es demasiado breve. Mucho de esto depende de ti, si en tu corazón existe esa energía que brota del corazón mismo del amor de Dios lo podrás realizar. Para el cristiano el tiempo no es el repetir cíclico de situaciones sino es un caminar hacia el frente donde se despliega un gran horizonte lleno de muchas cosas realizables y en la que por supuesto está el misterio del amor de Dios que nos acompaña en nuestro caminar, dirigiendo nuestra vida por senderos de paz, de armonía, de realizaciones, etc.
Un año recién salido de las manos del autor de la vida, es un año que aún no estrenas. ¿Qué vas a hacer con él?, ¿El año pasado no te gustó?, ¿No diste la medida?, ¿Con éste qué vas a hacer? Un nuevo año recién iniciado: Todo comienza si tú quieres, todo vuelve a empezar... No podemos dejarnos abrazar por la mediocridad y la inconformidad. Este año que comienza es un reto para todos. Todos desean a los demás y a si mismos un buen año, pero pocos luchan por obtenerlo. Prefiero ser de los segundos. Comienza un nuevo año y con el un mundo de oportunidades se abre ante nosotros. El momento es propicio para reflexionar internamente sobre experiencias pasadas, situaciones presentes y el porvenir. Para aprender del pasado, disfrutar el presente y construir un futuro mejor. Si nos detenemos por un momento y hacemos una pausa para mirar hacia atrás, podremos darnos cuenta que nos encontramos exactamente donde nos han traído nuestras acciones pasadas. El ser humano construye su futuro día a día mediante sus pensamientos, palabras y acciones, y estas a su vez van moldeando el presente. Solo lo que nos proponemos lo podemos alcanzar. Que esta noche que nos abre las puertas del 2011 sea propicia para plantearnos metas a realizar en el próximo año, confiados en la bondadosa asistencia del Quien es todo en todos: Dios
INICIO DE LA ACCION DE GRACIAS EN LA NOCHEVIEJA 2010.
T: En el nombre del Padre y del Hijo Y del Espíritu Santo. Amén
L: Casi al concluir esta noche del año viejo escucharemos con atención esta reflexión:
L: Hoy terminas de escribir un capítulo más de la historia de tu vida.
Cuando naciste, este libro era todo tuyo. Te lo puso Dios en tus manos. Podías escribir en él lo que quisieras: un poema, una pesadilla, una aventura, una blasfemia, o una oración. Podías… ahora ya no puedes, ya no es tuyo, ya lo has escrito, ahora es de Dios. Te lo va a leer Dios, en el día mismo en que te mueras, con todos sus detalles. Ya no puedes corregirlo, ha pasado al dominio de la eternidad.
Piensa unos momentos en esta Noche Vieja. Toma tu libro y hojéalo despacio. Deja pasar sus páginas entre tus manos y entre tu conciencia. ¡Ten el gusto de leerlo a ti mismo!
Lee todo. Repite aquellas páginas de tu vida en las que pusiste tu mejor estilo, no te olvides de que uno de tus mejores maestros, si tienes la conciencia bien formada, eres tú mismo.
Lee también aquellas páginas que nunca quisieras haberlas escrito. ¡No!... ¡no intentes arrancarlas!, es inútil. Ten valor para leerlas. Son Tuyas.
No puedes arrancarlas… pero puedes anularlas cuando escribas las páginas siguientes. Si lo haces así, seguramente Dios las pasará de corrido cuando lea tu libro en tu último día.
Lee tu libro esta Noche Vieja. Hay en él trozos enteros de ti mismo.
Es un drama apasionante en el cual, el primer personaje eres tú: Tú en escena con Dios, con los hombres, con la vida.
Tú lo has escrito con el instrumento asombroso de tu libertad sobre la superficie inmensa y movediza del mundo.
Es un libro misterioso que en su mayor parte, la más interesante, no puede leerlo nadie más que tú y Dios.
Esta noche, cuando hayas terminado de leerlo… si te dan ganas de besarlo, bésalo. Si te dan ganas de llorar, llora fuerte sobre tu libro viejo, pero sobre todo… reza sobre tu libro viejo. Tómalo entre tus manos, levántalo hacia el cielo y dile a Dios sólo dos palabras: “gracias” y “perdón”.
Después, dáselo a Cristo, no importa… así como esté, aunque tenga páginas negras… nunca olvides que Cristo sabe perdonar.
Esta noche, Dios te entregará un libro nuevo. Es todo tuyo. Puedes escribir en él lo que quieras. Escribe el nombre de Jesús en la primera página. Después pídele que no te deje escribir a ti solo. Pídele que te lleve siempre de la mano y del corazón.
L: Ahora en silencio, damos gracias a Dios por los acontecimientos vividos en este año, pedimos perdón por lo que no vivimos bajo su presencia y pedimos su fuerza para los proyectos que nos proponemos realizar en el año venidero.
L: Si algunos quieren hacer espontáneamente una oración breve de acción de gracias, de perdón o una petición puede hacerla. Terminado ese espacio el L2 hace la siguiente oración
L2: ORACIÓN DE NOCHEVIEJA
Señor, ha pasado un año, con su cortejo de actividades, de trabajos, de idas y venidas. Te lo ofrecemos tal como lo hemos vivido y como Tú lo has visto. Míralo con amor y archívalo en los pliegues de tu misericordia.
Te damos gracias, Señor, por los beneficios que hemos recibido a lo largo de este año. Gracias por las noches tranquilas y por las horas inquietas. Gracias por la salud y la enfermedad. Gracias por la sonrisa amable y por la mano amiga...
Queremos confiarte ahora nuestros deseos de gozo y de paz para el año nuevo que va a comenzar. Señor, bendícenos y concédenos caminar por sendas de paz y de justicia.
También queremos pedirte, Señor, por todos los que han muerto y han ido a tu encuentro en este año que termina, por los que se sienten solos y vacíos en medio del ruido y de las luces de esta Nochevieja, por los enfermos y moribundos, y por todos los que sufren en su cuerpo o en su espíritu...
Haz que todos seamos iluminados con tu Verdad y fortalecidos con tu Vida, y que sepamos descubrir, en lo efímero del tiempo, la esperanza gozosa de tu Eternidad. Amén.
L: Ahora todos juntos recemos la oración que el Señor nos enseñó: Padre Nuestro…….
Y a María, quien nos dio al Salvador, la invocamos como Madre del que es Señor del tiempo diciendo: Dios te salve, María……….
L: El Señor, que es rico en bondad hacia sus hijos, nos bendiga y nos guarde en este año que vamos a comenzar y nos mantenga siempre en su presencia.
T: Amén.
Si esta oración se hace antes de la Cena, puede utilizarse esta oración para la bendición de los alimentos:
Señor Dios, dador de todo cuanto somos y tenemos, en esta noche en que concluimos un año y nos abrimos con expectativas y gozo al año que viene, reconocemos los beneficios de tu amor y con sencillez de corazón te pedimos bendigas cuanto tenemos y cuanto compartimos en esta mesa haciendo que estos dones sean ya participación de la alegría, de la fraternidad que algún día alcanzaremos todos al compartir la mesa de tu Reino. Amén
Foto: Iván Mora Pernía
Celebración Familiar en torno al Pesebre en la Nochebuena de Navidad.
NAVIDAD 2010
“Dios se nos ha hecho hombre en pobre portal”
Preparado por P. Publio Díaz ocd
NAVIDAD: UNA LUZ NACE PARA EL PUEBLO EN TINIEBLAS.
Ha llegado nuevamente la Navidad, celebración del misterio del Dios cercano, humano y salvador. El mundo entero se reviste de la alegría que nos trae el nacimiento del pequeño Niño de Belén.
En esta Navidad del 2010 sentimos como imperativo hacernos solidarios con los hermanos que han sufrido las consecuencias de catástrofes naturales o de otro orden, especialmente los hermanos que por razones geográficas o culturales nos son mas cercanos.
El orden naturales establecido por la mano del Creador acusa el abuso de los seres humanos. La naturaleza en su legítimo derecho pareciera defenderse de la agresión de los habitantes de este planeta. Y las consecuencias de este desorden lo pagan miles de inocentes.
Y ante tanto sufrimiento de los que han experimentado el embate de la naturaleza, ¿Podemos celebrar la Navidad?
Precisamente, la primera Navidad fue anunciada a los pastores, aquel pueblo pobre y excluido que no contaban mas que con el mísero salario de su trabajo y que los exponía a la pobreza de los bienes. A ellos dirigió el Angel la Buena Noticia del Nacimiento de Jesús. Ellos conocieron la alegría del Nacimiento. Y ellos, los de corazón sencillo fueron los primeros en contemplar al Salvador del mundo. Ellos contaron lo que el Angel les había dicho del Niño(LC 2,15-18) causando asombro entre quienes les escuchaban.
Hoy ese anuncio a nuestros hermanos que sufren se convierte en gestos de cercanía, de solidaridad y de compartir lo mucho o lo poco que tenemos, haciendo renacer en sus corazones la luz que nos nació en el protal de Belén y que disipa las tinieblas del dolor y del desamparo. Es Navidad cuando hombres y mujeres de este mundo y de este País nos comprometemos a salvaguardar el orden natural creado por Dios y que en boca de San Juan de la Cruz, el “lo dejó vestido de su hermosura”.
CELEBRACIÓN FAMILIAR EN TORNO AL PESEBRE EN LA NOCHEBUENA DE NAVIDAD.
Indicaciones: Leer y preparar la celebración con antelación(L: Lector; T: Todos).
Realizar la celebración a ser posible en torno al pesebre familiar. Cuando se nombre cada personaje debe ser colocada la imagen.
Tener para la celebración: campanas, cirio, algún CD de música navideña.
INICIO
L. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo
T. Amén.
L: El Dios Todopoderoso del cielo ha descendido
T. Del seno de la Virgen, nos ha nacido.
L. En torno al pesebre recordemos el acontecimiento de la Navidad. Dios se ha hecho hombre en pobre carne mortal.
PASTORES: En medio de un gran temor, en una noche fría, un Angel nos anuncia una Buena Noticia: “Hoy les ha nacido en la ciudad de David el Salvador, el Mesías y Señor”, No dábamos crédito de esto, cuando un ejército del cielo cantó que la gloria de Dios era la paz para los hombres de buena voluntad.
L. Jesús, necesitamos muchos ángeles que pregonen nuevamente la paz a toda la tierra.
ESTRELLA: Soy astro de la bóveda celestial. Ha nacido el Salvador. Toda la creación se inunda de alegría. Marco la ruta que señala donde está el recién nacido.
L. Ilumina, Señor, nuestras noches con el resplandor de tu luz e indícanos caminos que nos lleven a Tí.
JOSÉ: No todo es claro. No entiendo pero creo que Dios tiene un plan de salvación. Con el corazón apretado por no tener un lugar donde nacer mi Hijo, le ofrezco solícito mi fiel custodia.
L: Suscita, Señor, entre nosotros hombres responsables en sus deberes familiares y con una gran capacidad de mirar los acontecimientos desde una profunda fe.
MARIA: Nuevamente he dicho si y mil veces si al plan de Dios. He aquí al Hijo de mis entrañas e Hijo de Dios. El mundo en él recupera la alegría.
L: María, madre de Jesús, enséñanos a ver en cada situación y en cada circunstancia el actuar amoroso de Dios
PAJAS: El ha tomado carne mortal. Con su nacimiento, Cristo viene a compartir y a salvar nuestra historia.
L: Que nuestro pecado y debilidad no sean obstáculo para tu venida ¡Ven, Salvador¡
L: “Se manifestó la bondad de nuestro Dios y Salvador y su amor al hombre”(Tit 3,4)
(seguidamente un niño coloca la imagen del Niño Jesús en el pesebre mientras se tocan campanillas y se enciende un cirio. Se puede cantar en este momento el aguinaldo “Niño Lindo” u otro acorde al momento)
TODOS EN PROFUNDO SILENCIO ADORAN EL MISTERIO DEL NIÑO QUE NOS HA NACIDO.
Preces:
L. Agradecidos al Padre de los cielos que en su Hijo nos manifestó su amor le decimos:
POR EL NACIMIENTO DEL HIJO DE TU AMOR, BENDICENOS SEÑOR.
- Por la Iglesia extendida en el Universo para que no cese de anunciar la Buena Noticia a todo el mundo.
- Por nuestros gobernantes, para que descubran que los primeros en escuchar la Buena Noticia fueron los pobres y se pongan a su servicio.
- Por las familias, para que Jesús que quiso nacer en una de ellas les conceda vivir unidos por los lazos del amor.
- Por los que sufren a causa de los cambios climáticos, los que son víctimas de la violencia, los que no tienen techo y pan, los que no poseen un trabajo digno y los que están
lejos de sus hogares, para que el Nacimiento de Jesús les traiga mucha paz y la solidaridad de los hermanos.
Unidos en comunión con Jesús, el Hijo de María, oramos al Padre de los cielos diciendo: Padre Nuestro…,.
L: Dios Padre de amor, que por el nacimiento de tu Hijo has iniciado la obra de salvación, te pedimos que a cuantos celebramos con gozo esta fiesta nos hagas alcanzar los bienes que en El tu nos prometiste. Por Jesucristo Nuestro Señor.
T: Amén
L: El Señor Jesús, que hoy nos ha nacido para nuestro bien, nos bendiga y nos guarde de todo mal hasta el día en que entremos a gozar de la vida eterna.
T. Amén
(a continuación se pueden intercambiar algunos presentes si los hay y los augurios de Buena y Santa Navidad. Colocar un villancico o aguinaldo de fondo para hacer más festivo este momento)
BENDICION DE LA CENA DE NAVIDAD
Padre de bondad, en esta noche santa, llena de gracias y bendiciones por el nacimiento en nuestra carne de tu Hijo Jesucristo, te pedimos con profundo agradecimiento que bendigas estos alimentos, signos de la alegría compartida y de nuestro deseo de unión familiar y haz que lo que hoy celebramos nos mueva a compartirlo con los hermanos más necesitados hasta el día en que todos juntos nos podamos sentar en la mesa de tu Reino en la vida eterna, Amén
Pregón de Navidad
¡Despierten, amigos, despierten!
Oigan que el silencio de la noche se rasga,
y la palabra se hace carne, se hace hombre
y cumple las promesas anunciadas desde siempre.
La estirpe prometida a la mujer,
allá en el paraíso,
se hace carne, se hace el niño
que al pecado y al mal ha de vencer con su dominio.
El vástago del reino de David,
Señor nuestra justicia,
el jefe de Israel,
ha cruzado las puertas, está aquí,
hecho carne, hecho niño,
en Judá, en Belén.
Tienen la señal entre ustedes.
La doncella, la virgen,
está encinta, y da a luz
un hijo, Emanuel: Dios con nosotros.
¡Despierten del sueño, despierten!
¿No esperaban la luz?
Vean la noche rasgarse en resplandores
porque llega la luz.
¿No anhelaban la paz?
Escuchen a los coros de los ángeles
dando gloria al Señor
y trayendo a los hombres la paz.
¿No gritaban pidiendo salvación?
¡Les anuncio el gran gozo!
El Mesías del mundo está ya entre ustedes,
ha iniciado su pascua,
el gran paso de la redención.
¡Albricias, mis amigos, aleluya!
Aquí está la señal.
Hallaran recostado en un pesebre,
envuelto entre pañales,
a un niño en el portal.
Es Jesús, salvador.
Es el Dios con nosotros. Es el Señor.