PRIMER DIA:
Empezamos un nuevo Mes de María Juvenil y también ligado a la vida familiar en nuestra Iglesia para honrar a nuestra madre María Inmaculada.
Ella nos indica el camino para encontrar la vida, la verdad y un futuro que ayude a la propia realización de los adolescentes y jóvenes que miran con gran esperanza su futuro y su ubicación en nuestro Chile de hoy y del mañana.
María, la Madre de Jesús se interesa por todos y todas. Ella, aprendió de la ternura y amor del Dios que a todos quiere con un proyecto de vida bueno y fecundo. Así lo quiso para su hijo Jesús. Hoy tengamos presentes a los jóvenes indiferentes o alejados de Dios que, según las encuestas, han ido en aumento en nuestro país.
Cantemos a nuestra Madre: María tu eres mi madre… (u otra afín al tema)
Jesús, tú eres hijo de María y José, que te acompañaron en tiempos de tu adolescencia y tu juventud. Ayúdanos a poner nuestro corazón en escucha de tu Palabra y a realizar gestos y acciones en favor de los que buscan un nuevo horizonte de vida buena.
Del Evangelio según San Lucas (Lc 7,12-15):
“Cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, sacaban a enterrar a un muerto, hijo único de su madre, que era viuda, a la que acompañaba mucha gente de la ciudad. Al verla el Señor, tuvo compasión de ella, y le dijo: “No llores”. Y, acercándose, tocó el féretro. Los que lo llevaban se pararon, y él dijo: «Joven, a ti te digo: Levántate.» El muerto se incorporó y se puso a hablar, y él “se lo dio a su madre”
Palabra de Dios
Estimado/a joven, ¿no te ha sucedido a veces que todo parece ponerse gris u oscuro en el caminar por tu vida? ¿No saber qué hacer, hacia donde dirigir tus pasos? Y luego reaccionas y sigues adelante con nuevas energías y optimismo porque vas aclarándote en ese caminar. Si eso parece ser común en muchos jóvenes; existen otros amigos, compañeros tuyos u otros que pasan por tu lado que viven con un horizonte cerrado y con la angustia permanente en su corazón, sin saber a quién acudir o qué hacer con su vida. Tú puedes ser ocasión de su propio reencuentro. Piensa, cómo podría ser.
Una cosa que está siempre presente en la vida de Jesús, de la Iglesia y hoy en día de nuestros Pastores, es la preocupación porque todo joven sea feliz y tenga las fuerzas por darle un sentido positivo a su vida. Ya Jesús dice: “He venido para que tengan vida, y vida en abundancia”.
Te invito a ponerte en presencia de María, madre de bondad, para que pienses en algún joven compañero de curso, de trabajo o del vecindario o un amigo por el que quieras rezar. Te invitamos a que en un momento de oración digas el nombre de uno de ellos (o bien lo escribas en un papel).
Pide al Señor que nunca pierdas el sentido de tu vida rezando el siguiente Salmo 23:
“El Señor es mi pastor, nada me falta.
En prados de hierba fresca me hace descansar,
Me conduce junto a aguas tranquilas, y renueva mis fuerzas.
Me guía por la senda del bien, haciendo honor a su nombre.
Aunque pase por un valle tenebroso, ningún mal temeré,
Porque tú estás conmigo; tu vara y tu bastón me dan seguridad”.