Utilizo planes donde establezco mis objetivos y con los cuales me voy dejando guiar. Estos planes usualmente son una idea para dejarme llevar pero cuando estoy en el salón de clase, enfrentándome con la realidad del alumnado, comienzo hacer ciertos ajustes y cambios. Así que por tal razón, siempre tengo un plan A, plan B y plan C. Aprendí que la redacción de objetivo es una labor que al refinar nuestra redacción puede conducir el proceso educativo hacia formas más efectiva de aprendizaje y desarrollo de destrezas. Pude constatar la importancia de la alineación de los objetivos con los estándares, la expectativa, los valores y las destrezas. Aprendí que cada objetivo debe ir anclado a hacia a estos elementos. Al hacerlo logramos construir un marco de acciones sólida y clara para la orientación de nuestros objetivos sin desenfocar la planificación y sus resultados. Al hacer esto podemos especificar de mejor forma lo que queremos que los estudiante desarrollen, del mismo modo que sincronizamos más armónicamente las expectativas de cada dimensión trabajada.