Cataluña
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junio 2024
Con la información estadística disponible en el momento de realizar el presente informe, la previsión del ritmo de crecimiento del PIB de la economía catalana para 2024 se sitúa en un 2,3% según Hispalink, un valor ligeramente superior al del conjunto de España (2,2%).
Así pues, se prevé que el PIB generado por la economía catalana retome una senda de crecimiento similar a la existente en los años previos a la pandemia. Se espera también que el ritmo de crecimiento para 2025 se situé ligeramente por encima con una tasa de crecimiento interanual del 2,4%, y que, prosiga en 2026 hasta alcanzar una tasa de crecimiento del 2,5%.
Después de un periodo de varios años en que la economía catalana se ha visto afectada por diferentes perturbaciones globales (pandemia del COVID-19, guerra de Ucrania y shock inflacionario), la situación económica parece haberse estabilizado y volver a una senda de crecimiento similar a la existente a finales de la década pasada. Los principales indicadores de coyuntura económica muestran que ya se ha recuperado prácticamente todo el terreno perdido durante los momentos más duros de la pandemia y el empleo sigue mostrando una fortaleza inesperada en todos los sectores influido en buena medida por los efectos del cambio demográfico que ya se empiezan a apreciar de manera clara. También se ha conseguido frenar las tensiones inflacionistas y ya se han dado los primeros pasos para lo que podría ser un cambio de rumbo de la política monetaria, si bien éste continua siendo el principal riesgo ante el escenario que se plantea en el presente informe.
Así pues, con la información estadística disponible en el momento de realizar el presente informe, la previsión del ritmo de crecimiento del PIB de la economía catalana para el presente año se mantiene respecto al experimentado el pasado año. En concreto, se prevé que el PIB generado por la economía catalana aumente en un 2,3% durante 2024, un aumento ligeramente superior al del conjunto del estado según las previsiones de Hispalink (2,2%). Se espera también que el ritmo de crecimiento interanual para 2025 se situe en un 2,4% y que en 2026 aumente de nuevo hasta situarse en un 2,5% (de la misma manera que los ritmos de crecimiento esperados para el conjunto del estado).
Las previsiones que se presentan en este informe están en línea (si bien son ligeramente más optimistas) con las realizadas por otros organismos e instituciones. Por ejemplo, según el escenario macroeconómico de Cataluña para 2024 y 2025 del Departamento de Economía y Hacienda de la Generalitat de Cataluña publicado en abril de 2024, se espera que el PIB crezca un 2,1% tanto en 2024 como en 2025. También el informe trimestral de coyuntura catalana de mayo de 2024 de la Cámara de Comercio de Barcelona apunta en una dirección similar con previsiones del 2,1% y del 2,2% para 2024 y 2025, respectivamente.
A nivel sectorial, en el presente año, se espera que el sector de la construcción sea el más dinámico y aumente de manera relevante su ritmo de crecimiento alcanzando una tasa del 4,8% seguido del sector industrial con un crecimiento del 3,7%. El sector servicios presentaría un ritmo de crecimiento más moderado del 1,7%. Para 2025, se espera que la actividad se desacelere tanto en el sector de la construcción como en el de la industria con tasas cercanas al 3,5% y al 1,9% respectivamente. Sin embargo, en el caso de los servicios se prevé que tenga un comportamiento más dinámico hasta alcanzar una tasa de crecimiento del 2,5%. Las perspectivas para 2026 son ligeramente más favorables con tasas de crecimiento esperadas del 3,6% para el sector de la construcción, y del 2,7% para los servicios.
Cabe destacar que tal y como se ha explicado en informes anteriores, durante el horizonte de predicción, se espera que los distintos proyectos y acciones vinculados a los fondos NGEU tengan un impacto positivo sobre la actividad económica de los diferentes sectores. Sin embargo, es necesario superar los retrasos que se han producido en el inicio y ejecución de algunos de estos proyectos así como asegurar una mayor coordinación entre los distintos agentes implicados para poder conseguir el mayor impacto posible en un momento en el que avanzar en la transición hacía un nuevo modelo energético resulta imprescidinble. Por último, el aumento de ingresos fiscales directamente relacionado con el aumento de la inflación ha dado un respiro a las administraciones en el proceso de reducción del déficit y de la deuda pública que, sin embargo, deberá acentuarse en los próximos años dado que todo apunta a que se volverá a activar el pacto de estabilidad y crecimiento y, por tanto, habrá que hacer un importante esfuerzo de consolidación fiscal. En este sentido, es importante tener en cuenta las experiencias de crisis anteriores y del impacto negativo que tuvieron determinadas políticas sobre el aumento de la desigualdad, un problema claramente relevante y preocupante que es necesario abordar de manera decidida en el futuro.
Redacción: Miquel Clar / Raul Ramos, Equipo Hispalink-Cataluña.
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Informes previos
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