Gioconda Belli

Áspera textura del viento

Nacida de la selva me tomaste

arisca yegua para estribos y albardas.


Durante muchas noches

nada se oyó

sino el chasquido del látigo

el rumor del forcejeo

las maldiciones

y el roce de los cuerpos

midiéndose la fuerza en el espacio.


Cabalgamos por días sin parar

desbocados corceles del amor

dando y quitando,

riendo y llorando

-el tiempo de la doma

el celo de los tigres-


No pudimos con la áspera textura de los vientos.

Nos rendimos ante el cansancio

a pocos metros de la pradera

donde hubiéramos realizado

todos nuestros encendidos sueños.

Gioconda Belli en El ojo de la mujer (Antología) [1991]