En las rocas: Playlist killed the video star.

Hoy en día, sólo los que le tienen un fetiche al objeto, compran discos. Ya sean acetatos, CDs o de cinta magnética, estos objetos cumplieron con su función: preservar el archivo musical hasta que se encontró el formato perpetuo. The Buggles con su clásico ochentero Video killed the radio star anunciaba el final de una época en la que las estaciones de radio perdían popularidad frente a un medio que apenas empezaba y que era más llamativo porque era más visual: el formato de video promocionado por MTV. Sí, se transformó la promoción del disco, pero la gente tenía que seguir soportando otras diez canciones para escuchar una sola; si le sabías mover a la consola, sabías dónde empezaba la canción, pero era aún así, difícil de encontrar. Lo mismo con la cinta magnética, que, si bien, los reproductores más avanzados ya tenían manera de buscar canción por canción, volvían un reto encontrar eso que se quería escuchar en el momento.

Con la cinta magnética, entró también la grabadora de mano. Este pequeño objeto, trajo la posibilidad de grabar únicamente las canciones que se querían escuchar, y los cassettes vírgenes eran accesibles al bolsillo. Lo complicado era esperar a que salieran en la radio, y que no interrumpiera la grabación ni el locutor, ni los sonidos que podrían provocarse en la casa. Este fue el nacimiento de los mixtapes, precursores de las playlists. En un mixtape, había canciones de distintos tipos, géneros, autores, discográficas, etcétera, en simples cassettes de veinticinco minutos por lado (esto fue la más grande limitante, ya que provocaba que las canciones queden cortadas- esto conocido como el Jisazo, en honor a José Ignacio Solórzano, JIS, caricaturista tapatío-, o que no se aprovechara por completo cada lado del cassette).

En los noventa, entró el Compact Disc, que revolucionó con la manera de ensamblar un disco, ya que se acomodaban las canciones como si fueran cualquier archivo (cosa impensable en un disquete) y se podían desensamblar en cualquier equipo de cómputo. Esta fue la gran evolución del mixtape, ya que, incluso los primeros CDs tenían casi cuatro veces la capacidad de un cassette, y no requerían el cambio de lado. Todavía existía la limitante de que el reproductor y el contenido no eran uno sólo, sino que se requería de dos objetos totalmente distintos, y cada uno frágiles, a su manera.

Con el inicio del milenio, llegaron unos aparatitos, capaces de reproducir música desde un disco duro interno, sin necesidad de otro objeto que no fuera parte del reproductor: los afamados Reproductores MP3. Con estos reproductores, se dio también origen a la piratería digital, ya que, en aplicaciones como Ares o LimeWire, se podía bajar cualquier cantidad de archivos que alguien previamente había cargado a su computadora y los distribuía sin ninguna ganancia, pero generando que las disqueras tampoco generaran ganancia alguna.

En esto despuntó la compañía Apple, que creó su tienda digital en la que podías comprar canción por canción y no necesariamente el disco completo. Incluso, la compañía de Steve Jobs sacó sus propios reproductores, los afamados iPods, que venían en todas las variantes, desde el clásico shuffle, el nano y el touch, que después serviría de plataforma para lanzar el iPhone, que combinaba la reproducción musical del iPod, con la posibilidad de realizar llamadas y tomar fotos y videos.

Los celulares empezaron, poco a poco, a incorporar mayor memoria de disco duro en sus sistemas, y con eso, la posibilidad de cargarle canciones. Esto provocó que, en muchos de los casos, los archivos saturaran la memoria de los teléfonos, haciendo imposible que los incipientes sistemas operativos pudieran, incluso, funcionar de manera eficiente. Gracias a estos fallos de memoria, se introdujeron las memorias externas, cuya modalidad más común, fue la que produjo SanDisk, hoy conocida como SD. La principal desventaja era que, la mayoría de la música consumida, era pirata.

Ante la creciente preocupación por el abandono de los medios tradicionales en pro de la piratería, diversas disqueras idearon que el sistema de distribución del futuro ya no estaba en lo físico, sino en lo virtual, y ahí nace Spotify premium, Weezer, Apple Music, y muchas otras, que realizan la distribución de la música por medio de una membresía mensual, que te da acceso ilimitado a todos los archivos digitales que poseen las diversas bases de datos de manera legal, y con ganancias para el artista.