5° B

Profesora Marian Ghione. Correo: marian_ghione@hotmail.com

Holaaa! Me extrañan? No?

Bueno antes de empezar a trabajar Martín Fierro les dejo esta actividad relacionada a la literatura y el contexto en la que ella se produce. ¡Escuchen toda la música que les dejo, escriban y cualquier cosa me consultan!!!

La literatura de denuncia social ofrece un análisis crítico de su época y la convierte en un disparador de la reflexión acerca de la sociedad, es decir que es importante entender la relación que hay entre la literatura y el contexto social

Así como José Hernández logró expresar en la voz de un gaucho y a través de una forma popular como el recitado las injusticias a las que era sometido ese grupo social, en la actualidad también podemos encontrar la literatura de denuncia en productos populares como la música.

1- Escuchá esta canción de La Renga (Debajo se transcribe la letra).

https://www.youtube.com/watch?v=yST3fJu_fvA


A la carga mi rock and roll (La Renga)

A la carga mi rock and roll, desborda cualquier mar

que contenga el gran vaso de tu cola de paja.

y si mi boca de dragón enciende la mecha

y no te gusta que diga una sola verdad

vas a usar tu prensa para aplastarme,

y a la canción de la vida vas a desterrar.

Vas a estar perdiendo el tiempo,

porque atrás nuestro viene un viento

que derriba todo lo que toca,

porque mi canto ya tiene otras bocas

y ya nadie lo puede callar.

A la carga mi rocanrol, desborda cualquier mar

que contenga el gran vaso de tu cola de paja.

si mi lengua de fuego no tiene ni un pelo

y no te gusta que te cuente la realidad

vas a apuntar tu cañón a nuestras mentes

y a la canción de la vida aniquilar.



2- ¿Según la letra de esta canción, qué objetivo se persigue a través de la música del rock and roll.? Pensá en el significado de esta estrofa del Martín Fierro:

Mas ande otro criollo pasa

Martín Fierro ha de pasar;

nada lo hace recular

ni las fantasmas lo espantan,

y dende que todos cantan

yo tambien quiero cantar.

3- ¿Hay alguna frase en la canción de La Renga que tenga un significado similar?



4- Escuchá “Canción para un niño en la calle”, interpretada por Mercedes Sosa y René Pérez de Calle (Debajo está transcrita la letra de la canción)

https://www.youtube.com/watch?v=h0Bi0lPqXTs

Canción para un niño en la calle (Mercedes Sosa y René Pérez de Calle 13)

A esta hora exactamente,

hay un niño en la calle...

¡Hay un niño en la calle!

Es honra de los hombres proteger lo que crece,

cuidar que no haya infancia dispersa por las calles,

evitar que naufrague su corazón de barco,

su increíble aventura de pan y chocolate

poniéndole una estrella en el sitio del hambre.

De otro modo es inútil, de otro modo es absurdo

ensayar en la tierra la alegría y el canto,

porque de nada vale si hay un niño en la calle.

Todo lo tóxico de mi país a mí me entra por la nariz.

Lavo auto, limpio zapato, huelo pega y también huelo paco.

Robo billeteras pero soy buena gente, soy una sonrisa sin dientes

Lluvia sin techo, uña con tierra, soy lo que sobró de la guerra

Un estómago vacío, soy un golpe en la rodilla que se cura con el frío

El mejor guía turístico del arrabal por tres pesos te paseo por la capital

No necesito visa para volar por el redondel porque yo juego con aviones de papel

Arroz con piedra, mango con vino y lo que falta me lo imagino.

No debe andar el mundo con el amor descalzo

enarbolando un diario como un ala en la mano

trepándose a los trenes, canjeándonos la risa,

golpeándonos el pecho con un ala cansada.

No debe andar la vida, recién nacida, a precio,

la niñez arriesgada a una estrecha ganancia

porque entonces las manos son inútiles fardos

y el corazón, apenas, una mala palabra.

Cuando cae la noche duermo despierto, un ojo cerrado y el otro abierto

Por si los tigres me escupen un balazo mi vida es como un circo pero sin payaso

Voy caminando por la zanja haciendo malabares con cinco naranjas

Pidiendo plata a todos los que pueda en una bicicleta en una sola rueda

Soy oxígeno para este continente, soy lo que descuidó el presidente

No te asustes si tengo mal aliento, si me ves sin camisa con las tetillas al viento

Yo soy un elemento más del paisaje los residuos de la calle son mi camuflaje

como algo que existe que parece de mentira, algo sin vida pero que respira.

Pobre del que ha olvidado que hay un niño en la calle,

que hay millones de niños que viven en la calle

y multitud de niños que crecen en la calle.

Yo los veo apretando su corazón pequeño,

mirándonos a todas con fábula en los ojos.

Un relámpago trunco les cruza la mirada,

porque nadie protege esa vida que crece

y el amor se ha perdido, como un niño en la calle.

Oye: a esta hora exactamente hay un niño en la calle

Hay un niño en la calle.

· Respondé:

a) ¿Cuál es la realidad social que se denuncia a través de esta canción?

b) Encontrá frases de esta canción que remitan a críticas hacia la sociedad, descripción del modo de vida, situaciones de abandono y marginalidad, soluciones al problema.


5- Un análisis similar puede realizarse con otras canciones como éstas:

· Los dinosaurios- Charly García

· Como la cigarra- Mercedes Sosa

· Nuestro Amo juega al esclavo- Patricio Rey y sus redonditos de ricota

· Sobreviviendo- Victor Heredia

· Maribel se durmió- Luis Alberto Spinetta

· Sr Cobranza- Bersuit Vergarabat

· Canción de Alicia en el país- Serú Girán

· La memoria- LeóN Gieco

a- Elegí una de ellas, investigá y redactá de manera breve el contexto en el que fue escrita. Mencioná cuál es la situación social que denuncia.

6- Inventá un poema o un escrito donde manifiestes tu denuncia social referido al contexto en el que vivimos hoy.


ACTIVIDAD PARA 5° B

TURNO TARDE

Profesora: GHIONE, MARIAN


La siguiente actividad tiene relación con el "Día de la memoria, la verdad y la justicia" que se conmemora todos los 24 de marzo para recordar a las víctimas de la última dictadura militar.

  1. Leer el siguiente texto y realizar las consignas que se encuentran debajo

Útero vacío


Por esa época yo trabajaba en el Juzgado, y era un abogadito recién recibido, imbuido de mi propia importancia.

Lamentaba profundamente que mis ingresos todavía no me permitieran acceder al ansiado 128, que me ahorraría esas cuadras hasta la estación de Tribunales, donde tomaba el subte que me dejaba sano, salvo y algo desarreglado en mi departamento, al borde mismo de Once.

Ella subió en la estación de la Facultad de Medicina. Flaca, alta, con el pelo oscuro tapándole media cara y un montón de libros en las manos de dedos largos y huesudos. Manos de artista, diría mi abuela; manos de cirujana, pensé yo.

Se sentó a mi lado, arremangándose el guardapolvo blanco que llevaba abierto y flotante, como alas, sobre los jeans, que entonces llamábamos vaqueros, y una camisa a cuadritos, muy poco femenina.

Casi sin querer eché un vistazo a los libros que se puso sobre la falda. El título y el nombre del autor me saltaron a la cara, y no pude evitar el respingo: La Náusea, de Sartre. Era poco sabio, por no decir totalmente estúpido, andar circulando en un transporte público con un libro prohibido.

Alcé la vista y me encontré con sus ojos, grandes y pardos, como los de un cachorro, que habían sorprendido mi mirada de horror y me la devolvían, divertidos.

– No nos podemos quedar solo con lo que dicen los comunicados, no te parece?- cuchicheó, y reconocí la cadencia musical de Córdoba en su voz.

Tal vez debería haberme callado, quizás hubiera sido mejor mirar para otro lado, o cambiarme de asiento, pero esos ojos lo enganchaban a uno , y me di cuenta de que quería seguir mirándolos.

-¿No es peligroso?- pregunté, y ella me sonrió con una boca ancha y generosa, en un relámpago de dientes blancos.

– ¿Sartre? Hay cosas más peligrosas, y mucho menos bellas– sentenció, y a continuación disparó su nombre, como una declaración.

– Victoria.

– Aníbal – me las arreglé para responder, sin tartamudear.

– Ah, como el Cartaginés- sonrió.

– Como Troilo, mi viejo era fanático – reconocí, y ella se rió, con tintinear de cucharitas de plata.

Se bajó igual que como había subido, un remolino de pelo suelto y piernas largas, apoderándose de la plataforma como una conquistadora.

Dos días después volvió a subir en la misma estación. Me identificó de inmediato, y abriéndose paso entre la gente, fue a pararse a mi lado.

– ¿Cómo te va, Cartaginés? – saludó, y yo sonreí, feliz, ante ese chiste que sentí privado.

Una tapa colorida asomaba, insolente, entre los apuntes. Elsa Bonnerman y “Un elefante ocupa mucho espacio”.

Esta vez me animé a hacerle la pregunta con los ojos.

– Para los pibes de la villa – explicó – Doy una mano en un comedor comunitario, ya sabés, higiene, alfabetización, esas cosas.

Asentí, imaginándomela leyendo, con esa sonrisa blanca y abierta, y la voz cantarina.

Desde entonces nos veíamos tres o cuatro veces a la semana, en ese tubo rugiente y veloz, demasiado veloz para mi gusto, que terminó transformándose en mi universo paralelo, un lugar mágico que me desesperaba por alcanzar, caminando deprisa hasta la boca del subte, bajando las escaleras de dos en dos, hasta zambullirme en ese útero mecánico que me llevaría hasta ella.

Hablábamos y reíamos; a veces había incluso pequeños conatos de pelea por lo que ella llamaba mi “burguesa miopía”, y yo su “exaltada hipersensibilidad”.

Terminaba noviembre cuando le dije que deberíamos tomar algo, animarnos a salir del útero a la vida real.

Sonrió, apartándose el pelo de la cara, en un gesto que yo ya había aprendido a identificar como previo a una de sus lapidarias declaraciones.

– Esto debería ser la vida real, Cartaginés. Ojalá lo fuera. No me gusta mucho lo que hay ahí afuera.

Insistí, debatí, arguyendo, en esa esgrima verbal que tanto disfrutábamos, hasta arrancarle un casi sí.

– Me voy a Córdoba unos días, pero en dos semanas vuelvo. Entonces capaz que exploramos ese “afuera” que vos querés – me sonrió. antes de plantarme un beso en la boca y bajar, casi de un salto.

La vi alejarse, hacerse más chiquita en el andén, muerta de risa ante mi cara de desesperado asombro por no haber bajado a tiempo para seguirla.

Pelo suelto y piernas largas, sonrisa plena, a medida que el subte se alejaba, aprisionándome lejos de ella.

Pasaron los quince días prometidos, y treinta mas. Terminó Diciembre. Aún durante la Feria, me iba hasta Tribunales y tomaba el subte de vuelta, la cara pegada a la puerta, buscándola, esperando el reencuentro que no llegaba, y dándome cuenta de que solo sabía su nombre, sin dirección, ni apellido, ni teléfono.

Pasaron meses, después años; empecé a no pensarla durante un par de horas al día, luego un par de días al mes, y así, hasta llegar a ese estadío de sonrisa melancólica, muy de vez en cuando.

En febrero del 2005, atravesando la Plaza de Mayo, me crucé con la Marcha de las Abuelas. No presté mucha atención, pensando en el regalo que le iba a comprar a mi nieta al salir de mi despacho, inmerso en mi vida, tan lejos de su lucha, porque yo nunca había tenido problemas.

Pasaba de largo, indiferente, inmune,hasta que los ojos de cachorro y el largo pelo lacio me golpearon desde la imagen congelada de una fotografía en blanco y negro: Victoria Armendáriz, 22 años, secuestrada por un grupo armado paramilitar el 26 de noviembre de 1979 en las escaleras del subte, estación Facultad de Medicina.

Y de golpe dejé de ser indiferente, dejé de ser inmune, y me quedé mirando la foto hasta que me picaron los ojos.

Y después corrí. Crucé la Plaza, corriendo, olvidado del auto que me esperaba en el estacionamiento pago, olvidado de mis 52 años, corrí hasta llegar a la boca de Catedral y me sumergí en el vagón, casi sin ver.

Lloré todo el recorrido. Lloré como un chico y como un hombre, lloré porque ella siempre había tenido razón, y hay cosas mucho más peligrosas y menos bellas que Sartre.

Y porque ahora yo también deseaba que el mundo real fuera ese, nuestro útero mecánico, ahora vacío, que ya no me llevaría a su encuentro.

* Por Cecilia Solá.

  • ¿Cuál es la situación conflictiva que se da en el relato?

  • ¿Qué sucede con Victoria?

  • ¿Cuáles son los indicios que nos hacen pensar que Victoria podría ser perseguida y secuestrada por la dictadura?

  • ¿Qué sentido social creen que tuvo la desaparición forzada de personas?

  • ¿Cómo actúa Aníbal cuando no la ve más? Compará su accionar con el de las Madres y Abuelas de los desaparecidos. Podés consultar en libros, en fuentes confiables de la web, hacer preguntas a familiares y lo que consideres pertinente.

  • ¿Cómo explicarías el nombre del cuento? ¿A qué hace referencia “útero vacío?