anarco-taranta

Desde el 22 de enero de 2010 y hasta que las inclemencias meteorológicas o algún desalmado lo respeten, puede verse, al pasar por la carretera que va desde Ohanes a Abla por el puerto de Santillán, en las inmediaciones de la Ermita de Tices, junto a las ruinas de una antigua construcción, el cartel que encontraréis en las fotografías al final del texto, una gran A anarquista en rojo sobre un fondo negro.

Dicho cartel fue colocado allí como homenaje al poblado minero anarquista ˗“autogestionado”, “libertado”, desconocemos los detalles- que existió en esa zona -tampoco podemos precisar el lugar exacto donde estaba asentado- al final del siglo XIX.

Creo que es conveniente precisar que se trata de un homenaje a las mujeres y hombres que allí vivieron y murieron, a los hombres de carne y sangre que desearon su libertad por encima de todo, no a la “ideología anarquista” en sí que, como toda ideología (Las viejas ideologías son verdades de ayer, hoy esclerosadas, que se oponen a la verdad nueva pues continúan considerándose a sí mismas como la verdad absoluta y, por ende, eterna. Anton Pannekoek, “Los consejos obreros” http://www.marxists.org/espanol/pannekoek/1940s/consejosobreros/index.htm) no supone más que un obstáculo para la realización de una sociedad sin clases en armonía con la naturaleza etc., etc.

Lo cual no quiere decir que esa A no siga cargada de la simbología de la rebelión (sobre todo si se graba en ciertos lugares como demuestra la foto de la página principal de esta web), de la rebelión sincera y apasionada de un pueblo que entonces como ahora sólo aspira a vivir con sus propias reglas, consumiendo lo que produce, produciendo sólo lo que necesita, administrando sus necesidades y sus riquezas (la naturaleza) sin necesidad de llevarlas hasta el agotamiento a causa de un sistema económico insostenible como el actual. Como escribe una compañera: “la palabra Anarquista, va más allá de las palabras”.

Esa A roja sobre fondo negro es un grito, un grito de sufrimiento y de rebeldía al mismo tiempo (porque las separaciones no hacen más que reproducir el mundo de dominación burgués), un quejido milenario como el de las encinas de la zona, que sale del interior de la roca caliza de la montaña, para reventar en la garganta negra de esos mineros cuya descendencia, si la tuvieron, desconocen incluso los vecinos de la zona, porque en la comarca la minería desapareció, al dejar de ser rentable, hace muchos muchos años. Para implosionar en una tarant@ que funda el pasado con el futuro.

Ay, un minero así

Y en el fondo de una mina

Gritaba un minero así

En qué soleá me encuentro

Es mi compañía un candil

Y mi compañero muerto.

Este acto no tiene ninguna vinculación con la tan traída “memoria histórica” que reivindican legalmente algunos “izquierdistas de parlamento”, nada hace más daño a las mujeres y hombres evocados que la recuperación de la “dignidad democrática” que estas asociaciones reclaman…

CONTRA LA MEMORIA HISTÓRICA

NIHILISMO ACTIVO

*Si tienes algún tipo de información o conoces algún libro que haga referencia a este poblado minero te agradeceremos que te dirijas a nosotros a través de este e-mail: fandangorev@yahoo.es