-!Hola!, ¿Cómo les va?
-Acá estoy otra vez. ¿Saben quién soy?jajajajajaja, claro que saben... soy la profe de Educación Física.
¿Se acuerdan cómo me llamo?! yo me llamo ----------
Y acá estoy otra vez para jugar con ustedes. Hoy les traje un cuento-juego y juego-cuento hermoso para que jueguen en sus casas.
- El juego-cuento se llama “Augusto y su sonrisa”
Para jugarlo hay que entrar al cuento ..... y ayudar a Augusto a encontrar su sonrisa, porque la perdió y está muy triste.
- ¿Vamos?
Augusto, el TIGRE, estaba triste porque había perdido su sonrisa entonces se fue al bosque y se estiró muuuuuucho muuuucho muuuucho y empezó a buscarla por todos lados.
- Vamos a estirarnos para ayudar a Augusto a encontrar su sonrisa? Estiramos los brazos, las piernas...y qué otras partes del cuerpo podemos estirar?
Pobre Augusto, no la pudo encontrar. Entonces se agachó y buscó por debajo de las plantas.
- Vamos a gatear y a pasar por debajo de una silla o de la mesa buscar para ver si podemos ayudar a Augusto a encontrar la sonrisa? ¿Por qué otros lugares de la casa podemos pasar por abajo?
Pero ¡saben qué? Ahí tampoco la encontró, así que decidió trepar por los árboles más altos del bosque...
- Esta vez vamos a pedirle a quien nos está leyendo el cuento, que nos ayude a trepar, que nos sostenga y nos cuide al trepar ¿Por qué lugares de la casa podés trepar?
En las copas de los árboles había pájaros... hermosos pájaros que cantaban... pero tampoco encontró su sonrisa. Así es que decidió irse a las montañas altas, muy muy altas pero tampoco encontró su sonrisa.
Entonces se fue al río y nadó mucho, un montón.
- Nademos como Augusto, entre los peces. Nademos por los distintos lugares de casa, ¿Por dónde podemos nadar en casa? ¿Qué partes del cuerpo se mueven para nadar?
¡Ufa! pero tampoco en el río estaba su sonrisa.
Augusto avanzó por el desierto, por la arena y allí vió sombras. Y vió que cuando él se movía, las sombras también se movían. Entonces se puso a bailar. ¡Qué risa!, cuando bailaba se veían sombras que bailaban con él.
- Bailemos como Augusto.
De pronto Augusto sintió tic-tac tic-tac tic-tac y se dio cuenta que se había largado a llover. Las gotitas lo salpicaban. Entonces empezó a saltar y a jugar con los charcos de agua.
- Juguemos como juega Augusto. Saltemos con un pie, con el otro, levantemos los brazos y las manos de contentos/as como Augusto.
De pronto Augusto se miró en un charco plateado. Y saben qué? Augusto se miró y !Oh¡
Encontró su sonrisa. Sí, su sonrisa. Ahora Augusto está muy contento porque encontró su sonrisa y porque nosotros y nosotras lo ayudamos a encontrarla. Y Augusto se dio cuenta de que su sonrisa va a estar siempre que él esté contento.
Claaaro, bailamos los peces, trepamos, jugamos a estirarnos, escuchamos la música de la naturaleza, y Augusto se dió cuenta que la felicidad está en todas partes. Augusto está tan contento de que lo hayamos ayudado a encontrar su sonrisa que ahora quiere que nos dibujemos jugando con él. Que nos dibujemos saltando, bailando, treapando y nadando. Y que después de pintar el dibujo lo guardes muy bien así lo traés al jardín cuando volvamos a la escuela. Cuando nos volvamos a encontrar en la clase de Educación Física.
Ahora ya tenés un amigo para jugar en tu casa y hacer Educación Física. Acordate de cuidarlo bien y de traerlo cuando volvamos a la escuela.
Si querés, mañana podés jugar otra vez con Augusto. Siempre Siempre antes y después de jugar hay que lavarse las manos con jabón.
Chau,
La profe de Educación Física