(Barrio del Arrabal): Municipio de la provincia de Zaragoza. Está situada a 12Km al sur de la ciudad de Zaragoza, en el eje formado por el río Huerva.
Hasta 2023 había unos viejos toboganes de aspecto ochentero. Finalmente, debido a su estado lamentable y peligroso, fueron eliminados.
Fuente: barrioszaragoza.org
(Puerto Venecia): El Caffè Florian abrió un 29 de diciembre de 1720 en la Plaza de San Marcos de Venecia. Es el más antiguo de Italia.
Fue inaugurado bajo el nombre “Alla Venezia Trionfante” pero pronto se impuso la costumbre de llamarlo simplemente “Florian”, como era conocido su fundador, Floriano Francesconi.
A través de sus vidrieras, el Florian ha visto pasar tres siglos de historia, siendo testigo mudo del esplendor y la caída de la Repubblica Serenissima di Venezia o de las conspiraciones secretas de quienes querían subvertir el dominio francés y luego el austríaco.
El café permaneció activo incluso en tiempos de guerra. Desde hace más de un siglo allí se disfruta de la Orquesta, tan emblemática como el café, que de abril a octubre ameniza las veladas con un repertorio que incluye desde piezas de ópera y música clásica hasta éxitos inmortales y música contemporánea.
Foto de Manuel Capdevila.
(Barrio de Valdespartera): Calabuch es una película española dirigida por Luis García Berlanga que fue estrenada el 1 de octubre de 1956. Su reparto fue Edmund Gwenn, Valentina Cortese, Franco Fabrizi, Juan Calvo, Félix Fernández, José Luis Ozores, José Isbert, Francisco Bernal, Manuel Alexandre, Pedro Beltrán y Manuel Beringola.
La película cuenta que en plena Guerra Fría, el profesor Hamilton, un sabio ingenuo que creía en las bondades de la energía nuclear, al darse cuenta de su error, huye y se lleva consigo todos sus secretos. Encuentra refugio en Calabuch, un pueblo mediterráneo que a él le parece maravilloso porque la gente se limita a vivir y conserva el sentido del humor y de la amistad.
(Barrio de la Romareda): Gonzalo Calamita Álvarez (Villaviciosa de Odón, Madrid, 1871 - Zaragoza, 1945). Químico. Una figura destacada en el ámbito universitario aragonés donde fue Decano de la Facultad de Ciencias desde 1918 hasta 1933 y Rector de la Universidad hasta su jubilación en septiembre de 1941. También fue académico fundador y Presidente de la Academia de Ciencias desde 1933 hasta 1935, y concejal en dos ocasiones.
Se licenció en Ciencias Físico-Químicas en la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró. En 1897 obtiene la cátedra de Química Orgánica de la Universidad de Zaragoza.
Los que promovieron que su nombre formara parte de nuestro callejero argumentaban que la Escuela de Ciencias de Zaragoza fue forjada por sus manos, junto con sus compañeros los doctores Rocasolano y Savirón. Tenía una fuerte personalidad y gran talla intelectual; contaba que en unión de otros jóvenes profesores habían tenido la audacia de cambiar el atuendo universitario, sustituyendo el tradicional chaqué y la chistera por la americana.
Fue un impulsor de industrias químicas en la región, especializándose en la rama del azúcar y durante 27 años dirigió habitualmente fábricas del ramo (vitícolas y azucareras).
Fuente: CDL Aragón.
Pero... hay una cara "B". Calamita, siendo rector de la Universidad de Zaragoza desde 1935, se posicionó activamente a favor del golpe del golpe de Estado en España de julio de 1936, poniéndose a disposición del General Jefe de la Quinta División él mismo y todos los edificios universitarios, a excepción del de la plaza de la Magdalena, para alojar organismos militares o servicios del ejército, poniendo a disposición de los nacionales la totalidad del personal y el material universitario útil en la contienda.
Tanto es así que la vida académica desapareció y las aulas fueron clausuradas hasta el final de la guerra. La actividad docente, fue sustituida en 1937 por conferencias de exaltación nacionalcatólica, en la que los profesores, científicos e intelectuales adictos a la causa rebelde, expresaron las justificaciones de la Cruzada y dieron apoyo moral a la reacción antirrepublicana.
Durante la contienda su implicación y apoyo al golpe militar fue notable. Ejerció de jefe de “El Servicio Químico de Guerra de la Quinta División”, agregado al Estado Mayor y compuesto por el personal de la Facultad de Ciencias, que intentó resolver toda clase de problemas del Estado Mayor, desde la falta de combustible y aceites adecuados para los motores, hasta la fabricación artesana de más de cien mil “botellas incendiarias”. También asumió la jefatura de la sección técnica de Aragón de la Dirección Nacional de Guerra Química, donde se ensayó para el desarrollo de armas químicas.
Estos trabajos se realizaron en los laboratorios de la facultad zaragozana, para lo cual fueron militarizados y abandonaron su actividad académica para servir de importante punto logístico que proporcionaría al ejército rebelde en Aragón inestimables recursos de toda índole durante guerra.
Con la presencia del recientemente nombrado Rector Gonzalo Calamita (el más alto, el del centro), acto de entrega e Inicio de las obras de la Ciudad Universitaria en 1935 en terrenos del Ramo de Guerra. Fotografía de Miguel Marín Chivite (DARA). Como demuestra la foto, el franquismo tergiversó los hechos para apropiarse de una iniciativa (creación de la Ciudad Universitaria) que correspondió casi en exclusiva a los gobiernos municipales y estatales de la II República.
El Noticiero del 10 de octubre de 1937.
Hoja Oficial del Lunes del 31 de agosto de 1936.
Asumió con sumo agrado el decreto número 108, de 13 de septiembre de 1936 por el que fueron depurados de sus cargos o suspensos de empleo y sueldo, y algunos fusilados, dos catedráticos de Ciencias, profesores y algunos subalternos de la Universidad de Zaragoza, a los que pronto encontró reemplazo entre los afectos al dictador.
La represión no tardó en extenderse a todos los niveles de la enseñanza. Así desde el 19 de agosto de ese año la Junta de Defensa Nacional, a propuesta del propio rectorado zaragozano, decretó las nuevas normas que imperarían en las escuelas de primaria, cuya enseñanza debía responder a las conveniencias de los sublevados.
Las bibliotecas tampoco se salvaron de su fervor "patriótico", creando un modelo de represión y depuración propio por el que fueron destruidos más de 4.000 libros.
Por todos estos "méritos", en 2018, se presentó una proposición conjunta de CHA ARAGONESISTA y ARMHA, aprobada provisionalmente, para el cambio de nombre de esta calle. Una nueva corporación municipal, integrada por PP, Ciudadanos y VOX, consiguió dejarla en el olvido.
Fuentes:
* Cándido Marquesán Millán (2019) en Andalán
* "El apoyo de la Universidad de Zaragoza a la sublevación militar de 1936", Ángel Alcalde Fernández (2010). En Actas del I Encuentro sobre Historia de la Universidad de Zaragoza, celebrado en La Almunia de Doña Godina (Zaragoza) los días 15 al 17 de abril de 2008.
La primera mención a la calle Gonzalo Calamina en prensa que he encontrado es en El Noticiero del 30 de mayo de 1969.
El paso subterráneo entre el paseo Isabel la Católica y calle Gonzalo Calamina. Iniciado en noviembre de 1973 y acabado en septiembre del año siguiente, tiene ocho metros y medio de anchura, es de una sola dirección con entrada por el lado de La Romareda y la salida por el centro de la calle Calamita, y de uso exclusivo para vehículos. Pese a las quejas de los vecinos, recogidas en prensa, nunca se permitió su uso peatonal.
Aragón Exprés del 29 de noviembre de 1973.
Autobús número 30 de Casablanca metido en una zanja en Isabel La Católica junto a las obras del paso subterráneo de urgencias de la calle Calamita en 1974. Fuente: Juan Carlos Lahoz Pérez.
(Barrio del Picarral): Municipio capital administrativa de la comarca del Jiloca, en el noroeste de la provincia de Teruel, a 70 km de Teruel.
Está dentro del Grupo de viviendas Francisco Franco. Está ubicado en el espacio comprendido entre las calles Somport, Monte Perdido, José Luis Lacruz Berdejo y el camino de Juslibol. Durante la Alcaldía-Presidencia de José Mª Sánchez Ventura (1946-49), especialmente sensibilizado desde su etapa de Concejal por el problema de la vivienda en Zaragoza, se emprende la construcción de la primera barriada obrera periférica, de características muy modestas pero con suficientes garantías de habitabilidad. Fue proyectado por los arquitectos municipales José de Yarza y José Beltrán para seis manzanas 645 viviendas ultrabaratas y varias tiendas. Las obras comenzaron en 1947 y terminaron en 1949, aunque no se entregaron hasta 1952.
Más información: zaragoza.es
(Casco Histórico): Miguel Juan Pellicer Blasco (Calanda, 1617 - Velilla del Ebro, Zaragoza, 1647) era un agricultor, conocido por el milagro de Calanda, según el cual la Virgen del Pilar le restauró una pierna que le había sido amputada tras un accidente (o le hizo crecer una nueva). Se trata de uno de los milagros más fascinantes y mejor documentados de todos los tiempos.
Según la leyenda Miguel Pellicer, segundo hijo de una familia de labradores que contaba 19 años en ese momento, pierde la pierna derecha al ser atropellado por un carro de trigo en Castellón en julio de 1637, fracturándose la tibia por su parte central.
Tras unos días en el hospital de Valencia se traslada al hospital Ntra. Sra. de Gracia de Zaragoza, donde le amputaron la pierna (un tal doctor Estanga) cuatro dedos por debajo de la rodilla. Tras su convalecencia le colocaron una pierna de madera y una muleta y, como ya no era válido para trabajar, recurre a la mendicidad a las puertas del Pilar para sobrevivir.
Durante dos años así permaneció. Como era muy devoto de la Virgen desde niño, aprovechaba para oír misa todos los días y para ungirse el muñón con aceite de las lámparas para intentar suavizar el dolor y porque se le atribuía ciertas propiedades curativas al haber ardido junto a la imagen de la virgen.
Mural al fresco del "Milagro del cojo de Calanda" de Ramón Stolz (1952) en la Basílica del Pilar. Fue donado por la Corte de Honor de Señoras, como homenaje a la Virgen en el cincuentenario de su fundación. Fuente: zaragozacool
Después volvió a su casa en Calanda y la noche 29 de marzo de 1640 sus padres lo encontraron mientras dormía con dos piernas, notándose en la amputada las viejas cicatrices que tenía antes de su accidente. Pellicer contó que en esos momentos soñaba que estaba en el Pilar y que cree que ha sido un milagro de la Virgen.
Tras unos meses de recuperación cuentan que era capaz de "menear el pie y los dedos", "correr con ligereza y subir la pierna derecha hasta la cabeza sin dolor ni pena alguna".
Unos días después de la sorprendente implantación de la enterrada pierna, el notario de Mazaleón, levanta acta notarial de "tan impresionante hecho" y Miguel volvió a Zaragoza para dar gracias a la Virgen del Pilar y, a instancias del Ayuntamiento de la ciudad, se incoó en el arzobispado un proceso el 5 de junio de 1640, pronunciando sentencia afirmativa de curación milagrosa, el Arzobispo D. Pedro Apaolaza, asesorado por nueve teólogos y canonistas, el 27 de abril de 1641.
Tras un proceso que se conserva íntegro con las declaraciones de los 25 testigos que comparecieron, la archidiócesis aragonesa reconoce el hecho como "milagro" el día 27 de abril de 1641, diez meses después de haberse iniciado.
El suceso se extendió rápidamente por la Corte primero y por toda Europa después. Pellicer meses después viaja a Madrid para ser presentado al Rey Felipe IV, que besa la pierna.
A finales del siglo XVII comienza la construcción en Calanda de un templo, el denominado Templo del Pilar, ubicado en la casa de Miguel Pellicer y dedicado a la Virgen del Pilar, a quien se le atribuye el milagro. Donde antes se ubicaba la habitación de Pellicer, en la actualidad hay una capilla en honor al milagro.
La última noticia que tenemos de Pellicer es la inscripción en el libro de difuntos de la parroquia de Velilla de Ebro (Zaragoza) el 12 de septiembre de 1647. Parece ser que mientras regresaba a Zaragoza procedente de Mallorca, donde por encargo del Cabildo del Pilar había estado recaudando limosnas, moriría de una enfermedad desconocida a su paso por la población aragonesa de Velilla de Ebro, sumido en el más absoluto anonimato.
Como yo, no todos se creen la versión milagrosa y creen que todo fue un fraude.
Ya en la época se plantearon hipótesis como la de la suplantación de personalidad. Es decir, la existencia de un doble de Pellicer pero parece poco probable que existiera un gemelo sin el conocimiento del resto de vecinos de Calanda.
Adolfo Castillo Genzor, en el muy católico diario El Noticiero del día del Pilar de 1969, argumentaba para convencer a los escépticos que los primeros signos que mostraba la pierna de Pellicer (aspecto mortecino en contraste con la pigmentación del resto no amputado, cicatriz, surco sanguinolento en la zona de la implantación, etc) y su evolución en los días posteriores al "trasplante" (restauración de la piel y de los tejidos hasta alcanzar la parte muerta de la pierna el nivel de la otra parte), se asemejaba mucho a lo que le ocurrió al corazón que el Dr. Christiaan Barnard trasplantó con éxito en 1968.
Cuadro "El Cojo de Calanda", atribuido a Bernardino Montañés. Fuente: liturgia.mforos.com
Reportaje a toda página publicado en La Hoja del Lunes del 10 de octubre de 1938, donde informaban que dos años después se conmemoraría el 300 aniversario del milagro calandino.
Por contra el escritor Brian Dunning supone que la pierna de Pellicer no desarrolló gangrena durante los cinco días en el hospital de Valencia, sino que este estuvo un tiempo convaleciente sin poder trabajar. Al salir se dedicó a mendigar y descubrió que tener una pierna inutilizada aumentaba la cantidad de limosnas. Tras haberse curado, pensó que sería más lucrativo doblar la pierna para parecer que no la tenía (muchos de esos falsos mendigos está documentado que lo hacían) y durante dos años desempeñó el papel de un mendigo amputado. Más tarde, de vuelta a casa de sus padres en Calanda, tuvo que dormir en otra cama y descubrieron que no estaba cojo. La historia del milagro habría sido una manera de salir del paso. Dunning afirma que no existe evidencia de que su pierna haya sido tratada, ni mucho menos amputada alguna vez en el hospital de Zaragoza, y a tres médicos de allí, nadie los entrevistó.
Antonio Gascón Ricao, en serhistorico.net, argumenta que es algo raro que la muerte de Pellicer pasara tan inadvertida hasta el año 1849. Consta carta del Cabildo zaragozano al Virrey de Mallorca Francisco Sureda y Vivot donde se recomendaba que vigilasen de cerca Pellicer porque no llevaba una vida cristiana. Ante los rumores de que Pellicer había en realidad sido ajusticiado como “vulgar delincuente” en Pamplona, en los años posteriores al milagro porque no había llevado una vida, responsables eclesiásticos solicitaron que se investigara el tema de la muerte de Pellicer. Aquella indagación dio como resultado que se conociera en aquellas fechas la existencia de la partida de defunción de Velilla de Ebro, desmintiendo el bulo de que fue ajusticiado en la capital Navarra.
Y así quedó la historia hasta 1972 porque apareció un borrador de una segunda edición de un libro que trataba el tema donde se recogía el desentierro de un cadáver el año 1949 en una zona muy concreta del cementerio de Velilla (hecho confirmado), una “diligencia, bajo el control de la autoridad eclesiástica”, en la cual habían participado varios conocidos médicos de Zaragoza. No debieron encontrar lo que iban a buscar o lo que encontraron no confirmaba la hipótesis del milagro, porque de sus indagaciones y resultados nada hicieron público.
Unos investigadores años después pudieron acceder a la documentación notarial de dicha exhumación cuya exposición desmontaba definitivamente el milagro. Antonio Gascón explica de forma más completa en la noticia de su web que peritos tomaron las medidas antropométricas del supuesto cadáver del personaje, verificando que “la pequeña irregularidad en la cara interna de la tibia derecha.
La existencia de este callo de fractura era contraria a la perfección de las obras sobrenaturales. Es decir, de no haber encontrado un callo de fractura en aquella pierna hubieran podido deducir que podría haber existido “algo milagroso”, pero había callo. Debieron jurar silencio sobre lo sucedido porque ningún medio de comunicación de la época recogió la noticia pese a la existencia de gran número de periodistas conocedores de la misma.
Los forenses Pérez Argiles y Conde Andreu midiendo los huesos. Foto de Antonio Gascón en serhistorico.net. Les recomiendo leer este documento, es interesantísimo.
Y ahora respondamos a la pregunta clave: ¿Por qué?. El milagro fue la oportunidad surgida (o "cocinada") por el cabildo pilarista y el rey, que colaboró en su relevancia impulsando la ampliación del Pilar, para difundir y exaltar la devoción a la Virgen del Pilar, más afín a los postulados centralistas de la Corona, frente a la Catedral del Salvador, sede catedralicia de la diócesis de Zaragoza desde 1118, de profundo sentimiento aragonesista y tradicional sede de la coronación de los reyes de Aragón. El milagro fue la excusa perfecta para que el Pilar consiguiera la hegemonía como centro sagrado de referencia de la ciudad, frente a la otras devociones como las de la catedral del Salvador, Santa Engracia, San Lamberto, San Valero, Nuestra Señora del Portillo o Santo Dominguito de Val.
La Voz de Aragón, 18 de noviembre de 1934.
Paso del Milagro de Calanda, obra de Maniano Benlliure en 1940 para el Cabildo de Zaragoza, con motivo del 300 aniversario del milagro. Aragón Exprés del 28 de marzo de 1973.
Fuentes: Antonio Gascón Ricao, en serhistorico.net - Miguel Ángel Sabadell, en muyinteresante.com - Iván Sánchez Margelí (2018-2019), "El Milagro de Calanda: propaganda y devoción pilarista en la era de la Contrarreforma".
En el Heraldo de Aragón del 3 de marzo de 1940) informan que el Pilar gótico (acabado el año 1515) la puerta mayor se hallaba entonces situada en lo que hoy es el muro lateral derecho, es decir, en el callejón del Retiro Bajo. Creo que a la vista del dibujo de Teodoro Ríos (que deja el Ebro a la izquierda) donde superpone la planta del templo actual con el gótico-mudéjar (y yo he marcado en rojo el acceso principal) podemos decir que esta afirmación no es cierta porque dicho acceso estaría hacia la actual plaza del Pilar.
Aquí estuvo el denominado trenque o postigo de Aguadores o de Blancas (siglo XV). Se puede ver en foto del Pilar de 1870. Había otro postigo de Aguadores en lo que hoy es la calle Gavín a (ver calle Gavín).
El postigo de Aguadores o postigo de Blancas señalado en rojo en una foto del siglo XIX de la que no tengo más datos.
En 1911 figura en el plano parcelario de Casañal como Callejón del Retiro Bajo del Pilar.
Servía para nombrar la puerta de entrada al templo más cercana a él "Puerta del Retiro Bajo del Pilar" y comunicaba la Casa de los Infantes con la basílica por un corto corredor. Con los derribos del inmueble que tenían en el Retiro Bajo en 1941, la veintena de niños cantores pasaron por el Asilo de la Coronación situado en la calle de Palafox número 4, hasta que estrenaron en junio de 1953 su nueva residencia, accesoria a la calle Jardiel (El Noticiero, 9 de julio de 1953).
La calle adquiere su nombre actual en 1940 (El Noticiero del 25 de enero).
Desde 1890 circulaba con el callejón del Retiro bajo una alcantarilla diseñada por magdalena que partiendo desde la Puerta de Santa Engracia, pasaba por Independencia, Coso, Alfonso I, plaza del Pilar, por este callejón, para desaguar en el Ebro. Casi 1.400 metros.
Ocho años después tuvieron que colocar una barandilla a la altura de la capilla del Pilar por su peligrosidad (La Derecha, 15 de febrero de 1898).
Plano parcelario de Casañal de 1911.
El callejón del Retiro Bajo del Pilar en el centro en el este oriental de la más pequeña y antigua plaza del Pilar. Foto de Coyne de los años 20 del siglo XX (DARA). La entrada al callejón estaba flanqueada por una barbería.
El callejón del Retiro bajo del Pilar en el plano de 1853 de Yarza y Gironza. Frente a la entrada que daba a la plaza del Pilar vemos una manzana de casas que desaparecería para siempre con la reforma y ampliación de la plaza del Pilar llevada a cabo tras la Guerra Civil.
Inmediatamente acabada la Guerra Civil se proyecta una plaza del Pilar mucho más amplia y diáfana a base de piquetear manzanas completas de casas.
Vemos en cuadrícula del plano de Borobio y Beltrán el proyecto de lo que sería la nueva calle Milagro de Calanda, que triplica en anchura (hasta los 8.5 metros) el viejo callejón del retiro bajo del Pilar. La razón era fundamentalmente dar salida en coche a la plaza del Pilar.
Las expropiaciones para aislar la basílica comenzaron entre El Pilar y la Lonja, en torno a este callejón de Retiro Bajo, el año 1941 (Heraldo de Aragón, 9 de agosto de 1941).
Para ello se firmó un convenio entre el Cabildo y el ayuntamiento por el que el primero cedía terrenos del Retiro Alto (calle Jardiel) y Bajo (calle Milagro de Calanda) a cambio de un millón de pesetas y de un solar anejo a la Hospedería, de 1.947 metros cuadrados en los que el Cabildo se comprometió, como así hizo, a edificar la nueva casa de Infantes y el Museo Catedralicio (Amanecer, 5 de septiembre de 1942).
Plano de Borobio y Beltrán de 1939.
Ese mismo año de 1942 el palacio del Marqués de Ayerbe, en sus últimos años dedicado a Escuela Normal de Maestros y después delegación de hacienda, fue derribado para aislar la basílica y construir sobre el solar el nuevo ayuntamiento de la ciudad. Su derribo permitió ampliar el callejón y ampliar la que sería calle Milagro de Calanda. Fuente desconocida.
Foto del año 1945. Un año después en el espacio dejado por el palacio de Ayerbe comenzaría a levantarse el nuevo ayuntamiento de la ciudad, que no fue inaugurado hasta 1965 al atravesar múltiples problemas de financiación. Fuente: Manuel Ordóñez.
Primer plano que he encontrado (Francisco Sierra Anel, año 1946) que ya rotula la vía con el nombre actual y donde se ve un "fantasmagórico" perfil del ayuntamiento y las manzanas afectadas por la reforma de la plaza.
Foto del nuevo ayuntamiento tomada en torno a 1960-1965 (AMZ). Lo sabemos porque faltan las esculturas que actualmente franquean su entrada, que representan a San Valero, patrono de Zaragoza, y al Ángel Custodio, obra de Pablo Serrano y colocadas el 10 de septiembre de 1965. Fuente: Jesús Fatás López.
(Barrio de las Delicias): Villa del Bajo Aragón integrada en la Ruta del Tambor y el Bombo.
Inicialmente llamada calle de los Pinos (había otra de igual nombre en el barrio de Venecia, cerca del cementerio de Torrero).
El barrio en sus inicios, después de la vías de tren, se componía solo de siete calles en el lado izquierdo de la carretera de Madrid: Sangenis, de Costa, Monterde, Unceta, Alfonso XIII, de los pinos y la del Castillo (El Noticiero del 11 de abril de 1912).
El 25 de enero de 1940 (Diario Amanecer, página 2) se acuerda el cambió el nombre por el de calle Capitán Pina, y así siguió hasta mediado de los años 90.
Calle de los Pinos, antecesora de la calle Capitán Pina y paseo Calanda, en el plano de Miguel Ángel Navarro de 1925.
La primitivas parcelas de esta zona eran de pequeño tamaño y fueron construidas entre 1910 y 1930 por trabajadores humildes que después de cumplir su jornada laboral los dedicaban a hacer las adobas y a construir sus viviendas, corrales y huertos. Estos terrenos los habían parcelado los señores Pamplona Escudero y fueron vendidos a humildes gentes venidas de todo Aragón para buscar un futuro mejor.
Eran tiempos difíciles y el pagar diez o quince pesetas por metro cuadrado, era un gran esfuerzo económico para estas familias trabajadoras, por lo que iban costeando sus terrenos, mediante el pago a plazos, en amplias y dilatadas cuotas semanales de 7 o 9 pesetas.
Así, poco a poco las vaquerías, los grandes huertos, esos caminos pedregosos y polvorientos, se fueron urbanizando y como consecuencia de éste nacieron calles (Aragón Exprés, 27 de septiembre de 1981).
Capitán Pina a la altura del número 8, en 1947. Fuente: Mariano Aladrén.
En 1916 en el número 25 autorizan a Bernarda Portera a instalar un horno de cocer pan (Heraldo de Aragón del 30 de septiembre) en esta calle.
En el número 13 había una casa con vaquería para una decena de vacas en 1925 (La Voz de Aragón del 10 de julio). También consta la existencia esos años de abundantes corrales por las noticias en prensa de hurtos de gallinas.
En 1928 aquí se celebraban las corridas de pollos (carreras tradicionales aragonesas en que a los ganadores se les obsequiaba con estos animales) de las fiestas del barrio de las Delicias (La Voz de Aragón del 13 de julio).
El Meetic del momento. Heraldo de Aragón, 6 de junio de 1929.
Tradicionalmente dentro del barrio de las delicias estaba el conocido como barrio de la explanada del Castillo o del Castillo, el más antiguo del barrio. Comprendía parte de la avenida de Madrid y las calles Monterde, Sangenís, Unceta, Graus, Castillo (actual calle San Roque), Pinos (actual paseo Calanda), Alfonso XIII (actual calle padre Manjón), Oriente y Sol (actual calle Bolivia). El Noticiero del 22 de noviembre de 1925, página 3.
Pese a que entiendo que no serían muchos los vecinos, entre 1929 y 1931 se sucedieron un buen número de sucesos luctuosos que tuvieron su reflejo en los diarios de la época: un vecino borracho se acuchilla (La Voz de Aragón, 26 de agosto de 1926), niño de tres años muere aplastado por el carro de su padre (Heraldo de Aragón, del 14 de mayo de 1926), un vecino enfermo desde hace tiempo se suicida en el Ebro frente a la calle Antonio Pérez (El Noticiero, 6 de febrero de 1929), y a un niño le cae encima una tapia causándoles heridas importantes (Heraldo de Aragón, 26 de marzo de 1931).
Barrio de la explanada del Castillo en 1925, en el plano de M.A. Navarro.
El Capitán Pina, Luis Pina Monzón (Zaragoza, 1904 -1937) fue un militar franquista fallecido el 25 de agosto de 1937, un día después de ser herido en la defensa de Fuentes de Ebro. La maquinaria propagandística franquista lo encumbró a la categoría de héroe patriótico, junto al teniente Julián Catalán Azcutia y al grupo de guardias de asalto de la 13ª Compañía a sus órdenes.
En agosto de 1937 los republicanos desataron una amplia ofensiva en el frente aragonés con el objetivo de capturar la ciudad de Zaragoza y distraer tropas nacionales del frente Norte, donde Santander estaba bajo amenaza.
En el bando golpista el V Cuerpo nacional era el responsable de todo el frente de Aragón. Como no disponía del suficiente personal para formar una línea continua de defensa las tropas estaban concentradas en pueblos, tales como Belchite y Fuentes, preparados para una defensa completa de todo su perímetro.
Los empeños republicanos se concentraron en reducir estos aislados reductos sublevados. Fuentes de Ebro era uno de ellos y su ubicación en el valle del Ebro sobre la principal carretera hacia Zaragoza y a menos de 35 kilómetros de esta ciudad lo hacía en el último reducto nacional significativo en la ribera sur del Ebro antes de Zaragoza.
El Capitán Pina en La Hoja del Lunes, 30 de agosto de 1937.
El Teniente Catalán en La Hoja del Lunes, 30 de agosto de 1937.
El ataque estuvo mal planificado por el general polaco Karol Swierczewski y sus resultados desastrosos. Algunos brigadistas, tomando a sus propios tanques por enemigos, dispararon contra ellos y estos respondieron abriendo fuego sobre las trincheras de los brigadistas. Los tanques que consiguieron aplastar las alambradas enemigas y atravesar las trincheras entrando en Fuentes pronto descubrieron que, debido a la estrechez de las calles, no había espacio para maniobrar y algunos fueron destruidos. Como los tanques avanzaron demasiado deprisa, los infantes que debían acompañarlos se quedaron atrás y no pudieron proporcionar el apoyo inmediato a los tanques, que se encontraron aislados tras las líneas enemigas. Cuando intentaron regresar tras sus líneas la mayoría fueron rodeados y muertos cuando rechazaron rendirse.
La ofensiva no alcanzó ninguno de los objetivos ya que la capital cántabra cayó a las primeras de cambio y las fuerzas republicanas nunca llegaron hasta Zaragoza pese al vasto sacrificio de tropas y material.
Como ya decíamos, el 25 de enero de 1940 (Diario Amanecer) se acuerda el cambió el nombre de la antigua calle de los Pinos por el de calle del Capitán Pina.
Domingo Olleta Mombiela (Zaragoza, 1819 - 1895), conocido como el Maestro olleta, fue un sacerdote y gran compositor zaragozano de música religiosa del siglo XIX.
Nacido en Zaragoza el 20 de diciembre 1819, el 6 de julio de 1827, hijo de Manuel, de Zaragoza, y de Josefa, de Cariñena. Sin llegar a los ocho años, fue admitido como niño del coro en el colegio de infantes de la capilla de música de la catedral de la Seo, y bajo la dirección del maestro don Pedro León Gil estudió piano, armonía y composición. En 1859 salió hecho profesor de piano y de violín, y maestro en harmonía y contrapunto.
Durante unos años se ganó la vida de violín concertino en la orquesta del Teatro Principal donde contactó con grandes músicos españoles (Eslava, Gorriti, Giner, Vila de Forns, Francisco Andrevi, Reflce) y extranjeros (Querubini, Mercadante, Rossi, Rossini, Gounod) que influyeron notablemente en sus primeras composiciones, de gran teatralidad.
Mientras cursaba los estudios sacerdotales, junto a los de armonía, contrapunto y fuga. En 1842 compuso su primera obra con su manucordio, la Misa de Gloria, denominada "La Grande", a doble coro y orquesta. En 1851 fue nombrado por oposición organista de la parroquia de San Felipe donde destacó por su virtuosismo con el órgano.
Domingo Olleta representado en la fachada del Grupo Escolar Gascón y Marín. Wikipedia.
El Maestro Olleta. La Crónica del 22 de octubre de 1913.
En 1853 se ordenó sacerdote y en 1858, previa oposición, fue designado Maestro de Capilla de La Seo. En las horas libres dejaba volar su talento e inspiración escribiendo composiciones religiosas que le dieron justa fama.
El 25 de abril de 1861 sufre una hemiplejia que le afectó todo el lado derecho y lo dejó sin habla, matando completamente actividad creadora y dejando en esbozo unos inicios que anunciaban la obra de un genio. En los 20 años de producción musical más de cuarenta y cinco obras, melodías bellísimas vestidas de espléndido ropaje orquestal. Entre ellas merecen destacarse la monumental misa en "Do" a cuatro voces llamada Valeriana (1860) por dedicarla a San Valero, por el que sentía gran devoción; el llamado miserere Pequeño (de 1861, escrito para cinco voces y orquesta); la misa de Requiem (1848, estrenado en las exequias dedicadas al filósofo Jaime Balmes, causando gran expectación); el Oficio de Difuntos; el responso gran “Libérame, Dómine”; un miserere llamado El Grande (escrito para doble coro y orquesta) y la gran Misa de Requién con sus responsos.
Como había conservado el oído durante los 34 años siguientes continuó ejerciendo de Maestro de Capilla y de dirigir la orquesta con la mano izquierda, pese a sus problemas de movilidad o para hablar con sus músicos, sin faltar un solo día a la silla del coro de la catedral.
Era académico de Bellas Artes de San Fernando, de número de la de San Luis de Zaragoza, de mérito de la de Amigos del País y profesor honorario de la Escuela de Música de Zaragoza.
Falleció el 25 de abril de 1895 tras una dolorosa enfermedad en la Casa de los Infantes de La Seo (desaparecida, estaba en la actual plaza de la Seo, detrás del cubo que guarda los restos del foro romano). Sus funerales tuvieron la pompa de un canónigo, celebrándose en el altar mayor de La Seo y cantándose obras suyas en el acto.
Por su notoriedad el ayuntamiento tomó el acuerdo de dedicarle un nicho en el Cementerio de Torrero, pero en 1913 se procedió a la exhumación de los restos para reinhumarlos en la capilla de Santo Dominguito de La Seo (La Crónica, 22 de octubre de 1913), en la que existe una lápida en latín que reza ""Aquí están los huesos y cenizas del perínclito maestro zaragozano don Domingo Olleta Mombiela, que buscando las armonías musicales con gran piedad, dio mucha gloria a la Iglesia y a la Patria".
Fuentes: Fausto Gavín en el Diario de Avisos de Zaragoza, 22 de octubre de 1913 - José Blasco en El Noticiero, 26 de marzo de 1946 - José Blasco Ijazo en El Noticiero, 6 de febrero de 1954 - Ángel Sagardia en El Noticiero, 11 de abril de 1968.
Foto de la Casa de los Infantes de La Seo en los años 30. Fotografía de António Passaporte, Archivo Loty desde debajo del arco del Arzobispo.
Calle Maestro Olleta. El actual paseo Calanda estaba formado por dos calles, Capitán Pina y Maestro Olleta. Era el tramo que se abrió desde el cruce de las calles Capitán Pina y Graus, hasta la avenida Madrid.
Plano del año 1982.
Ya desde el siglo XVIII había una calle llamada Olleta en el callejero, en el barrio de la Magdalena. No se refería al Maestro Olleta, si no a Jusepillo de la Olleta un estudiante, pobre y anónimo que acudía al convento de San Agustín a por “sopa” con una olleta atada al cinto (ver más en Olleta, calle de Jusepillo de). A mediados del siglo XX ya había algunas voces que solicitaban añadirle el "de la" a la calle para que no se confundiera al excelso compositor con el pillo de la olleta.
Calle de Jusepillo de la Olleta en el plano de Yarza y Gironza (1853).
El 9 de marzo de 1946, en el marco de una conferencia ("Los músicos de Zaragoza durante el siglo XIX") en el Ateneo zaragozano, José María Laguna Azorín, el Decano del Ilustre Colegio Notarial brindó al Ayuntamiento la idea de homenajear a Domingo Olleta (el músico) con una calle en la ciudad. Se adelantó ya en ese momento que lo más adecuado sería una de los alrededores del templo de La Seo, lugar donde ejerció profesionalmente y donde descansan sus restos. Allí mismo se concretó más y se propuso poner el nombre de calle Maestro Olleta a la calle Pabostria, lugar donde vivió, y que esta sustituyese a su vez el nombre a la calle Lucero, de la que no constaba ninguna significación relevante.
No era una novedad, otros músicos notables estaban ya presentes en el callejero: Federico Chueca (madrileño), Manuel Fernández Caballero (de Murcia), don Miguel Hilarión Eslava Elizondo (de Burgos), José Anselmo Clavé (catalán), Pablo Martin Sarasate (pamplonés), don Ramón Félix Cuéllar y Altarriba (de Zaragoza), don Pablo Luna (de Alhama de Aragón) y el bilbilitano don Pascual Marquina.
El 3 de abril de ese mismo año se presentó a votación y se desechó la propuesta por mayoría (El noticiero del 4 de abril de 1946, página 7). La razón es que se entendía que el nombre Pabostria estaba muy arraigado y convenía más darle una calle nueva.
El crecimiento de la ciudad dio la oportunidad de dar una calle de reciente creación a Domingo Olleta. No me consta cuando exactamente, pero en los años 50 del siglo XX varios planos (Beltrán y Casañal de 1958 y de Margalé de 1964) consta la existencia de una vía denominada calle del Maestro Olleta. Se trataba de una continuación de la calle Italia, en ese momento en proceso de urbanización, desde el cruce con el Camino de la Mosquetera hasta la calle de la Duquesa de Villahermosa.
En 1972 (El Noticiero, 14 de enero) se acordó cambiar el nombre de la calle por el de "Italia" reservándose aquella denominación para otra calle de la ciudad. No debió ser un cambo inmediato porque se volvió a proponer seis meses después (El Noticiero del 12 de julio) y al final de ese mismo año (Aragón Exprés del 13 de diciembre de 1972, página 5) consta un artículo con información sobre una sesión plenaria del ayuntamiento donde consta la propuesta de que "a la actual calle del Maestro Olleta se le cambie esta denominación por la de calle de Italia, por ser realmente prolongación de, la que tiene este nombre; reservándose aquélla denominación para otra calle de la Ciudad".
Plano del año 1958 de Beltrán y Casañal.
Calle Maestro Olleta en un plano de 1993.
Parece ser que la propuesta fue aceptada y se amplió la calle Italia dejando en el banquillo la vía dedicada a nuestro compositor. Sería por poco tiempo porque ya en 1978 consta en la guía Telefónica de ese año como calle Maestro Olleta el primer tramo de la también desaparecida Capitán Pina, desde avenida Madrid a la calle Graus. Era una calle nueva abierta a golpe de piqueta pasando por encima del viejo colegio Moreno Calvete, la primera que se obró para abrir el moderno, amplio y rectilíneo paseo de Calanda.
Tampoco aquí se asentó el bueno del Maestro Olleta. A principios de los años 90 del siglo pasado le quitan de nuevo su calle a nuestro compositor del XIX en beneficio de un paseo Calanda recién abierto.
Dicen que las noches de invierno de luna llena se escucha al pobre padre Olleta gritando que le den de vez una jodida vez su calle....
Vinos Izquierdo, en Capitán Pina número 74, tres números antes (en dirección a la avenida Madrid) del cruce con la calle Domingo Ram, y con un acceso más pequeño por la calle Sangenís. Estaba regentada por Moisés Martín y era uno de los últimos lugares de Zaragoza donde se jugaba con asiduidad a la rana para jugarse la ronda en la ciudad. Se lo expropiación para hacer el actual paseo.
Antes fue la antigua "Casa del Botero" o "Bar de la Bota" en los años 70 del siglo XX, del tío Juan José. El nombre de "casa el botero" venía porque el abuelo antes de poner la taberna se dedicaba a hacer botas para vino.
Estaba inicialmente en una parcela la calle Sangenis número 73, con salida a la calle Capitán Pina número 74. Disponía de un espacio de terreno dentro de la parcela, donde en verano se ponían mesas y la gente se tomaba allí sus porroncicos de vino mientras se comía la merienda, que normalmente se traían de casa. Allí se jugaba ya a la "rana" y a los "hoyetes". Cuando se jubiló, paso a regentarla Moisés.
Fuente: Mati Ventura y Ruti Ka.
Moisés Martín, el de la izquierda, y sus clientes jugando a la rana. Aragón Exprés, 26/11/ 1974.
En los años 80 las parcelas orientales de la calle estaban en muy mal estado y eran utilizadas como locales de ensayo por grupos locales. Algunos músicos que allí comenzaban sus carreras artísticas fueron los integrantes del grupo Zumo de Vidrio, que después mutó al nombre de Héroes del Silencio.
Allí también había un taller de forja donde hacían verjas, tajaderas de riego, trébedes (sartenes de hierro con patas).
El Noticiero del 23 de julio de 1967.
El Noticiero del 17 de octubre de 1976.
Bar Luisico, de Luis Hernández. Estaba en los años 70 del siglo XX en el número 11 de la calle Graus, en medio de lo que hoy sería el paseo Calanda. Su dueño "domaba" gorriones... Antes fue el Bar Caballero.
Parroquianos del bar Luisico. Foto cedida para esta web por Ana Isabel Beltrán.
M.A. Brunet con fotos de García Luna. Aragón Exprés del 28 de junio de 1973.
Ultramarinos Simorte, en la esquina con la calle Bolivia, regentada por Paco y Maruja Simorte, junto con Blas, el marido de Maruja.
La tienda de Discos Babel en la manzana de casas eliminadas de la calle Graus. Tenían otra tienda en la avenida de América.
Fundiciones Lara, una modesta empresa que estaba en esta calle.
En la calle Capitán Pina residió un número importante de gitanos durante la década de los ochenta.
El actual paseo de Calanda, al igual que con las calles Cerdán y Escuelas Pías, estaba formada por dos calles que desaparecieron en 1991 al eliminarse las parcelas del lado de los pares y el colegio Moreno Calvete. Eras las calles Capitán Pina y la calle Maestro Olleta, ambas actualmente desaparecidas. El lado de los impares mantuvo la alineación pero con modernos edificios.
La apertura del paseo Calanda y de Vía Univérsitas, junto con la prolongación de Duquesa Villahermosa, facilitaron la circulación rodada por interior del abierto y lo abrieron a las grandes vías y centros neurálgicos de la ciudad.
El Plan Especial aprobado en 1973 no se completó hasta mediados de los años 90. De resultas de este ensanchamiento, el paseo se extiende actualmente desde la avenida de Navarra hasta la calle de la Duquesa de Villahermosa. Debajo se hizo un gran aparcamiento.
Aparcamiento improvisado en lo que hoy es el cruce entre Duquesa Villahermosa y el paseo Calanda. Foto de Gerardo Sancho (DARA, 1977) y localización en plano de Margalé de 1964.
El corte del paseo Calanda antes de realizarse sobre el plano de Galtier (1971-1973)
Este tipo de actuaciones supusieron algunos inconvenientes. Algunas comunidades de propietarios tuvieron que convertir en fachada principal de un edificio lo que era el patio de luces, o dejarlo sin acceso al paseo (algo raro normalmente), como sucede con algún edificio (el número 30) que solo mantiene su entrada por la calle Sangenis.
La calle Capitán Pina (actual paseo de Calanda), antes (1991) de la demolición de las parcelas de la izquierda, que fueron los locales de ensayo de muchos grupos ochenteros de nuestra ciudad, y después (1994). Fotos publicadas con el permiso de Miguel Ángel Jiménez Torres.
Capitán Pina 1994. Foto: Jaime Galindo (El Periódico de Aragón).
Aparcamiento improvisado en lo que hoy es el cruce entre Duquesa Villahermosa y el paseo Calanda. Foto realizada dejando Duquesa Villahermosa a la espalda y en dirección a la avenida de Madrid (Aragón Exprés del 11 de mayo de 1980). A la derecha la comparativa de la parte derecha de la foto con la actualidad.
Apertura en 1994 del tramo entre las avenidas Navarra y Madrid. Fuente: Pepe Martin.
Obras de construcción del parking subterráneo, con la calle Franco y López al fondo, en 1994. Fuente desconocida.
Escuelas del Castillo. Llamadas así porque estaban en el barrio rural de la Explanada del Castillo, por ocupar el terreno abierto desde la Aljafería hasta los edificios del Manicomio (de ahí su nombre). Fue el primer colegio de niñas y niños del que habría de ser barrio de Las Delicias, en la entonces carretera de Madrid a Francia, luego avenida de Delicias, más tarde avenida de Madrid 145 y hoy en el número 13 del paseo de Calanda.
La primera noticia sobre el colegio que he encontrado en la hemeroteca es de El Noticiero del 28 de octubre de 1905, en el que se solicita al alcalde de turno, el doctor Cerrada (ver más en Cerrada, calle del Doctor Félix), la construcción del primer grupo escolar en el barrio de El Castillo, a lo que responde que ya ha dado orden para que se comience la construcción.
Para los ayuntamientos esto de dedicar partidas económicas y tiempo a la educación pública era algo novedoso y no lo pusieron fácil, sufriendo especialmente los maestros de la época retrasos en el pago de sus emolumentos o en sus condiciones de vida (los consistorios tenían frecuentes reclamaciones por no asumir los gastos de su alojamiento o proveerles de vivienda digna, como exigía la normativa). Así el ayuntamiento de Zaragoza intentó que los gastos de mantenimiento de la nueva escuela fueran a cargo de los presupuestos del Ministerio, pero su solicitud fue desestimada finalmente (Heraldo de Aragón, 17/1/906 - La Educación, 30/4/1907).
En el diario El Progreso del 18 de octubre de 1906 se informa de la inauguración de las escuelas del Castillo con asistencia del alcalde (ahora ya don Alejandro Palomar y Mur), del Rector y de otras personalidades locales. Se trataba de un edificio de dos plantas apenas reformado exteriormente hasta su derribo para abrir el paseo de Calanda. Juliana Solanas fue nombrada maestra interina un mes después (Heraldo de Aragón del 29 de noviembre).
Los inicios fueron bastante precarios ya que hasta el 11 de enero de 1907 (Diario de Zaragoza) no consta que fueran dotadas de material adecuado ni de alumbrado.
En el Heraldo de Aragón del 24 de enero de 1907 se observa el tremendo lío que existió para proveer de maestros a esta escuela en sus primeros años, con lucha por asumir esta competencia y por la forma en que se otorgaban tales puestos. Así en este documento consta la solicitud de los profesionales del gremio de que los puestos de las escuelas recientemente creadas del Castillo y Montemolín fueran cubiertas por oposición. Y es que estas plazas inicialmente fueron cubiertas por comisión otorgada por el rectorado, con el beneplácito municipal que trataba de quitarse el muerto de encima.
La Junta Provincial de Instrucción Pública acordó, el 3 de noviembre de 1906 y con arreglo al artículo 3º del Real Acuerdo de 4 de octubre último (armonizado en el presente caso con la Real Orden de 28 del mismo), que se impartieran clases nocturnas de adultos en varias escuelas, entre ellas la del del Castillo, y que se encargue desde 1º de enero próximo de igual clase en la escuela del Castillo el maestro Tomás Bobadilla con la gratificación reglamentaria, por desempeñar escuela diurna. Fuente: "Escuelas para la educación de adultos en Zaragoza: historia de una realidad cambiante (1838-1907)", de Mónica Vázquez Astorga (2020), TVRIASO XXV.
Noticia de la intención de abrir las escuelas del castillo. El Noticiero del 28 de octubre de 1905.
Noticia de la inauguración. El Progreso del 18 de octubre de 1906.
Los primeros maestros al cargo de estas nuevas escuelas en calidad de interinos fueron Julia Navarro y Juan de Dios Ramón, debiendo también encargarse este de la clase nocturna de adultos. Ambos consta que solicitaron que las plazas les fueran concedidas en propiedad. Juan de Dios debió sustituir a Tomás Bobadilla porque también consta que solicitó su relevo del cargo en enero de 1927.
Muestra del poco interés por la educación de los responsables políticos del momento es que se llegaron a plantear seriamente convertir temporalmente el edificio escolar en un hospital para enfermos de Tifus. Ante semejante desaguisado los vecinos reclamaron (Diario de Avisos de Zaragoza del 22 de marzo de 1909) que no era el emplazamiento más acertado por los vientos de la ciudad, y que se dejaba sin escolarizar a los 140 niños que allí asistían en esos momentos. Además, explicaban que "¿qué padre medianamente interesado por sus hijos enviará a estos a que pasen vanas horas en un local que ha servido de hospital de tíficos?" y que "situado a las puertas de la ciudad no se le envía luz ni agua y en cambio, se le regala un hospital de tíficos".
Afortunadamente al día siguiente se comunica (Diario de Avisos de Zaragoza del 23 de marzo de 1909) la suspensión del desalojo (es decir, no era una simple idea de alguien, todo estaba preparado para hacerla realidad). Una manifestación pacífica de unos 700 vecinos parece ser que ayudó a remover conciencias y el cambio de postura de los responsables políticos.
Consta que en 1912 ya era maestra auxiliar en esta escuela Rosa Arjó, docente muy querida en el barrio y fallecida en 1918 por tifus (ver más en colegio Rosa Arjó en San Antonio Abad, calle de).
La luz eléctrica no llega al colegio hasta finales de 1913 (El Noticiero del 5 de octubre de 1913).
En 1917 las escuelas del castillo vuelven a ser noticia por ser el lugar elegido por las autoridades de la ciudad y la provincia para el recibimiento a la infanta Isabel en su llegada en coche a la ciudad un 17 julio por la tarde (Heraldo de Aragón y Diario de Avisos de Zaragoza del día siguiente). El nombre completo de la infanta era María Isabel Francisca de Asís de Borbón y Borbón (Madrid, 1851 – París, 1931), conocida como "La Chata", era como hija primogénita de la reina Isabel II y hermana de Alfonso XII, Princesa de Asturias e infanta de España.
En 1921 tiene lugar el cerramiento de los terrenos contiguos a las escuelas e instalación del servicio de agua (Heraldo de Aragón del 12 de mayo de 1921). Dos años después nombraron maestra auxiliar de esta escuela a Leonor Cubero (Heraldo de Aragón del 19 de julio de 1923).
En La Voz de Aragón del 25 de marzo de 1927 hacen una buena descripción de la situación de la educación en el barrio a finales de los años 20 del siglo pasado. Se explican el son cinco el número de escuelas en el barrio en 1927 pero solo 3 gratuitas y abarrotadas. Al no existir asilos cuna (guarderías) los padres, en su mayoría obreros, se veían muchas veces obligados a dejar a los hijos al cargo de sus hermanos mayores que por esta causa no podían asistir a la escuela, viéndose privados de recibir la instrucción necesaria. Tras la jornada laboral los progenitores tampoco podían atender la educación de esos niños por su propia falta de formación y porque debían dedicar el tiempo que les quedaba a construirse sus parcelas.
En 1934 el ayuntamiento decide suprimir la escuela del Castillo e instalar en el colegio la Comisaría de Vigilancia, la estafeta de Correos y una oficina municipal, algo muy solicitado por los vecinos que para realizar cualquier trámite (enviar un telegrama o poner una denuncia, por ejemplo) debían recorrer mucha distancia. Se iban a inaugurar dos nuevos grupos escolares con capacidad para dar instrucción a toda la población escolar y se consideraba que este centro educativo ya no era necesario. Para no perder una subvención del Ministerio de Comunicaciones, el 14 de diciembre de ese año se produce el fin de las clases en las escuelas del Castillo para iniciar las obras de acondicionamiento de las oficinas municipales ya mencionadas, siendo los escolares trasladados a un nuevo grupo escolar recientemente abierto en la calle San Antonio Abad, el colegio Rosa Arjó. Fuente: Heraldo de Aragón del 18 de marzo de 1934 y 16 de diciembre de 1934.
En esos momentos eran profesores del centro Severiana Ildefonsa Ducha y, especialmente, Julián Nieto Tapia (Zaragoza, 1893 - 1970), que compaginando su labor docente con la de sacerdote fue toda una institución en los barrios de Las Delicias y Miralbueno.
La foto más antigua que conozco en la que se ven las escuelas del Castillo. De Martín Chivite en Heraldo de Aragón del 18 de marzo de 1934.
Julián Nieto en La Voz de Aragón del 25 de marzo de 1927.
Julián Nieto Tapia (Zaragoza, 1893 - 1970). Sacerdote y maestro del barrio de Las Delicias. Tomó posesión como maestro de Miralbueno el 3 de agosto de 1916, al haberle sido suprimida su escuela de Zuera. Cantó su primera misa en la parroquia de San Miguel el 18 de junio de 1916 y en 1919 es nombrado capellán de las monjas del convento de Jerusalén. Años después de su traslado al nuevo convento del barrio de la Romareda se construye el nuevo campo de fútbol de la Romareda y Julián toma la costumbre de llamar a misa con las campanas del convento después de cada partido en casa tratando de captar a los espectadores
En 1920 se traslada a estas escuelas del Castillo de Las Delicias por permuta. En 1921 abrió al culto la ermita de San Lamberto y Nuestra Señora del Pilar, y creó la Mutualidad Escolar de Miralbueno.
Un colegio de Miralbueno lleva su nombre en reconocimiento a su labor e implicación por el barrio como maestro y como sacerdote de su parroquia.
Busto en el colegio Julián Nieto de Miralbueno.
Foto de los años 30 del siglo XX del alumnado y profesores de las escuelas del Castillo delante de la tapia del Cine Delicias. Se ve claramente a la derecha al padre Julio Nieto. Fuente: Ángeles Gracia (Grupo Delicias Nostálgicas).
En La Voz de Aragón del 25 de marzo de 1927, en unas páginas dedicadas al barrio de Las Delicias, le entrevistaron y él hace una descripción de los problemas educativos del barrio:
"Sabido es que los principales agentes de esta educación son los padres, maestros y el medio ambiente. En cuanto a los primeros, el que sea algo conocedor del barrio ve el abandono en que se tiene a los niños por parte de sus padres. Alguna vez me he lamentado ante ellos de ese abandono y la contestación de todos ha sido siempre Ia misma. ¿Cómo quiere que nos ocupemos lo necesario de nuestros hijos si trabajo cotidiano empezamos otro más penoso cual es el de acabar nuestras viviendas extrayendo los materiales del mismo terreno? Efectivamente habrá pocos barrios en España tan grandes como el de Delicias de Zaragoza, en los cuales sus habitantes, obreros casi en su totalidad, sean propietarios de su misma vivienda en la cual tienen que invertir los pocos ahorros que penosamente en el duro batallar por la vida pueden hacer.
En cuanto a los maestros, triste es conque no podemos hacer gran cosa. Ante mi vista se presenta diariamente un cuadro compuesto de ciento cuarenta y cinco niños, a los cuales quisiera convertir en modelos de educación... [...].
Existen, en este barrio, de veinte mil almas, una escuela nacional con un maestro y una maestra, habiendo de matrícula de ciento cincuenta a ciento sesenta niños y otras tantas niñas, otra escuela municipal la vulgarmente conocida con el nombre de escuela al aire libre Gimeno Rodrigo en la explanada de los PP. Carmelitas, y cuatro escuelas particulares, una de ellas servida 'por maestro y tres por maestra. Gracias a que algunas familias envían sus hijos a las escuelas de Zaragoza y que las religiosas del Terminillo tienen colegio gratuito, no se presenta el problema de la instrucción con más alarmantes proporciones. Aun así quedan muchos niños sin poder ir a la escuela y los que van, juntándose en tan gran número en un mismo local y con un solo maestro, ¿pueden recibir la instrucción a que tienen derecho los ciudadanos?"
Fotografía de Pilar Borobio, año 1974. Fuente: Pascual Orduna Giménez (Grupo de Delicias Nostálgicas).
Julián Nieto fue un importante experto esperantista (idioma planificado creado por Ludwik Zamenhof en 1887 con el objetivo de ser una lengua universal). Representó a nuestra ciudad en el Congreso Universal de Esperanto en Colonia de 1933 (La Voz de Aragón del 19 de julio).
Foto de los años 80 del siglo XX de una profesora del centro. Fuente: Pascual Orduna Giménez. A la izquierda se ve el cartel blanco anunciando la biblioteca, durante muchos años la única del barrio. Tras la tapia de la derecha estaban los recreos. A su derecha, inmediato, quedaba el antiguo Cine España, luego Delicias.
Volviendo a la escuela del Castillo... El 29 de agosto de 1935 se inauguró con presencia de Fermín Delmás (el alcalde de turno) la estafeta de correos en las suprimidas escuelas del Castillo denominada Estafeta urbana número 1 "Delicias". Se ubicó en lo que había sido la escuela de niñas. Se iba a inaugurar con el envío de tres tarjetas postales, una al ministro de Comunicaciones, otra al director general del ramo y la última a Manuel Marraco Ramón, pero un vecino se les adelantó a las cinco en punto de la tarde cuando nada más abrir depositó en el buzón una carta dirigida a Esplugas de Llobregat. El Noticiero del 30 de agosto de 1935.
En algunos foros se afirma la apertura de las escuelas del castillo durante la Guerra Civil, pero yo no he encontrado ninguna evidencia de eso. Se informa únicamente de un acto (Heraldo de Aragón del 6 de diciembre de 1936) de bendición de la bandera (la golpista, por supuesto) que "voluntariamente" fue regalada por los vecinos del barrio y que debió ser muy concurrido (por la cuenta que les traía). Las viejas escuelas fueron punto de reparto de las cartillas de racionamiento durante la contienda, como casi todos los grupos escolares existentes (Heraldo de Aragón del 23 de julio de 1939).
En 1943 se publica (El Noticiero del 7 de diciembre) que el alcalde está pensando volver a las viejas escuelas del castillo para descongestionar el colegio Andrés Manjón y que en ese momento estaba cerrado. Al día siguiente (Heraldo de Aragón del 8 de diciembre) ya se publica que el ayuntamiento acordó solicitar cuatro grados escolares que funcionarían en las viejas escuelas del castillo.
Por lo que he leído en el grupo Delicias Nostálgicas, albergaba cuatro aulas en la planta baja (chicos y chicas separados hasta en el recreo por una tapia), una biblioteca (durante muchos años la única del barrio) en la planta alta con suelos de tarima, y una oficina de correos, por eso al colegio se lo conocía como "La Estafeta".
En 1953 (El Noticiero del 28 de noviembre) se decidió renombrar a este centro educativo como "Escuela Nacional Emilio Moreno Calvete", inspector alineado con los franquista en la Guerra Civil que anunció el fin de la escuela laica en la ciudad (ver la entrada sobre este personaje un poco más abajo).
En los años 60 del siglo XX era maestro y Director D. Aurelio Royo.
En 1973 (El Noticiero del 22 de abril) se solicitó al ministerio el derribo de las tapias que protegían el recreo del colegio para abrir la hoy desaparecida calle del Maestro Olleta.
Paseo Calanda, ya abierto y empleado como parking provisional, hasta la avenida Madrid, al fondo, y restos del viejo colegio Emilio Moreno Calvete a la derecha. Año 1988. Foto de E.R.P. Fuente: Ana Isabel Beltrán.
En 1985 lo derribaron para hacer el paseo Calanda, que cuza por lo que fue su antiguo patio. A los alumnos los mandaron temporalmente al colegio de La Venta del Olivar, en la carretera de Logroño. En la década de los 90 abre de nuevo en un edificio nuevo sobre el solar del antiguo derribado. Su dirección postal pasó de ser el 145 de la avenida de Madrid, al número 13 del paseo de Calanda, donde permanece.
Emilio Moreno Calvete ( ??? - Madrid, 1946). Inspector de primera enseñanza de los años 30 y 40 del siglo XX. Fue maestro en Épila, Erla, Tudelilla, Casablanca, en la aneja a Normal y Madrid. Como inspector ejerció en Málaga, Guadalajara, Ávila y Zaragoza como inspector Jefe. Se le otorgó la Medalla de Oro de la Ciudad de Zaragoza y fue director de la revista Magisterio Aragonés.
Sus defensores alaban su gran cultura y sus dotes oratorias, pero sin duda fue su defensa de la sublevación de 1936 lo que lo encumbró y lo hizo merecedor de este "honor". Por su patente derechismo el gobierno legítimo lo cesó, pero como Zaragoza nunca cayó en manos de los Rojos...
Iba de la mano del también muy franquista Gonzalo Calamita (ver más en Calamita, calle de Gonzalo), Rector de la Universidad, y como él, probablemente participó de las purgas y señalamiento de maestros.
Su hermana, Filomena, también era maestra en el primer tercio del siglo XX.
Moreno Calvete se jubiló en 1940 y el diario Amanecer le homenajeó con una columna laudatoria (Amanecer del 5 de diciembre de 1940). Murió en Madrid el 21 febrero de 1946 (El Noticiero del 22 de febrero de 1946).
Con este anuncio se decretaba el fin de la escuela laica en la ciudad hasta la llegada de la democracia. El Noticiero, 26 de septiembre de 1936.
La lectura de sus "lecciones", discursos y colaboraciones en prensa, dejan muy claro que, si bien en sus discursos anteriores no se mostraba tan conservador, una vez el golpe de estado triunfó en la ciudad se abrazó con fuerza a la causa franquista.
Cito textual lo que les pedía a los escolares de la provincia en la página 11 de La Hoja del Lunes de la víspera del día del Pilar de 1937:
"La Patria necesita, hoy más que otras veces, una adhesión sincera, limpia de todo egoísmo; pero reclama también el esfuerzo personal de sus con las armas, con la cultura, con el trabajo corporal, con las economías, y de modo especial con su constante vigilancia para confraternizar con los camaradas dignos, y espolear a los tibios, y repudiar a los indiferentes, y denunciar a los malos patriotas.
No faltéis a ninguna manifestación que tenga por objeto festejar algún acontecimiento die carácter nacional para que despierte en vuestras almas el sentimiento patrio y adquiera, con el ejemplo dado por nuestros bravos soldados, la plenitud de fortaleza que sea precursora de una actuación ciudadana merecedora de gratísimas alabanzas".
Como ya hemos dicho antes, en 1953 (El Noticiero del 28 de noviembre) se decidió renombrar las escuelas del Castillo como "Escuela Nacional Emilio Moreno Calvete", y ni la Ley de Memoria Histórica ha podido con ese inmerecido homenaje.
(barrio de la Universidad): Ciudad de la provincia de Zaragoza, capital de la comarca y del partido judicial que lleva su nombre.
En el plano de M.A. Navarro de 1925 consta que el espacio donde hoy está la calle formaba parte del "terreno de Fita".
En el plano del ejército (1932-1941) aparece perfilada ya la calle.
En el plano de la barriada de Miralbueno y Hernán Cortés de Lorda (1944) consta ya la calle con su nombre y se observa que estaba previsto alargarla hasta la calle Ricla. Finalmente la dejaron a medias.
Plano de la barriada Miralbueno y Hernán Cortés. Lorda (1944).
(Barrio de San Pablo): Municipio de la Comarca de Valdejalón, provincia de Zaragoza. Situada a 45 kilómetros de la capital.
La calle está en los terrenos del viejo convento de Santa Inés.
El tramo entre las calle Santa Inés y Paseo María Agustín fue el último en urbanizarse. Este tramo estaba en el terreno de las antiguas huertas de los conventos de Santa Lucía, Santa Inés y Facetas. Había ya proyecto un proyecto de 1937 que se amplió en 1939 para la prolongaron al oeste del barrio de las calles de San Blas y de Boggiero, además de trazar una nueva calle transversal que continuaba la de Santa Inés.
La Guerra Civil detuvo todo y hasta 1951 no se retomó. El Ayuntamiento pleno acordó el 11 de mayo de 1951 comprar a la Comunidad de Religiosas Dominicanas de Santa Inés 2.963,75 m2 de terreno para prolongar la calle de Boggiero y otros 265,71 m2 para rectificar la del General Franco. El precio de ambas porciones (725.605 ptas) se pagó en terrenos colindantes y 394.750 ptas. en metálico, repartidas en cinco anualidades.
Tomado de "Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957)", de Ramón Betrán Abadía.
Los bloques de esta calle se construyeron a mediados de la década de los 60 del siglo XX.
Quejas de los vecinos por la inexistencia de placas identificativas de la calle en 1972. El Noticiero del 28 de septiembre de 1972.
(Barrio de la Jota): José Calavia Gimeno (Zaragoza, 1874 - 1926). Músico de guitarra y bandurria, y fundador (1902) y director de la Rondalla que lleva su nombre. Obtuvo numerosos premios nacionales (especialmente la medalla de oro ganada en Gijón en 1915) e internacionales, destacándose como uno de los mayores atractivos culturales de su época en nuestra ciudad.
Fue uno de los pocos intérpretes de mérito en la ciudad de instrumentos de púa y pulso (guitarra, laúd y bandurria). En 1917 y 1918 la Rondalla Calavia actuó por muchos lugares de España. En 1924 realizó la función de gala en el teatro principal y un concierto en el casino de Zaragoza en honor a Don Miguel primo de Rivera. En 1927 viajaron a Córdoba acompañando al Orfeón Zaragozano y también dirigió la Rondalla en el templo del Pilar con motivo del estreno en Zaragoza de “Los de Aragón”, del maestro Serrano. En 1919 estrenó en la Plaza de toros de Zaragoza la obra del maestro Bretón, “Cantata” dedicada a nuestra ciudad.
Caricatura de Niko. El Noticiero, 3 de enero de 1926.
"Gran Jota de Híjar" cantada por el Grupo Folclórico La Fiera. Programa "Dándolo todo jota" de Aragón TV.
Uno de los tañedores de guitarra y bandurria de la Rondalla Calavia, que recibió clases de solfeo de su maestro, fue José Oto. Compuso la gran jota de Híjar, estrenada en Zaragoza en diciembre de 1965 y editada por Mariano Bíu en 1969.
La Rondalla Calavia y otras de la época se convirtieron en un vivero de promoción y formación de los más ilustres joteros del momento.
Con su rondalla estuvo presente en casi todos los acontecimientos festivos de Zaragoza.
A su muerte cogió la baturta de la Rondalla Calavia su hijo José, siendo la rondalla oficial de Radio Zaragoza de 1938 a 1943.
Fuente: Callejero Jotero.
Se trata de una calle peatonal, estrecha y muy ajardinada entre las parcelas de una planta tradicionales del barrio. El nombre se decidió por acuerdo del ayuntamiento en 1959 (El Noticiero del 10 de octubre, página 15).
(Parque José Antonio Labordeta): Municipio de la provincia de Zaragoza, situado a los pies del Moncayo.
Simple camino asfaltado dentro del parque con limitación para el acceso de vehículos privados que conecta el paseo de Colón con el paseo de Mariano Renovales.
(Barrio de las Delicias): La madre Teresa de Calcuta (Uskub Macedonia del Norte, 1910 - Calcuta, 1997). Nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu fue una monja católica de origen albanés naturalizada india, que fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, al mismo tiempo que guiaba la expansión de su congregación, en un primer momento, en la India y luego en otros países del mundo.
Recibió el Premio Nobel de la Paz en 1979. Tras su muerte, fue beatificada por el papa Juan Pablo II, otorgándole el título de beata Teresa de Calcuta.
Se le puso este nombre en el pleno del ayuntamiento del día 18 de julio de 1991.
Ver más en Bozada, parcelación de La.
Imagen tomada de desdelafe.mx/
(Barrio Oliver): Pedro Calderón de la Barca y Henao (Madrid, 1600 - 1681). Dramaturgo, poeta, director de escena, soldado y sacerdote.
Fue miembro de la Venerable Congregación de Presbíteros Seculares Naturales de Madrid San Pedro Apóstol y caballero de la Orden de Santiago, conocido fundamentalmente por ser uno de los más insignes literatos barrocos del Siglo de Oro, en especial por su teatro.
El Noticiero del 23 de agosto de 1968.
(Barrio de Las Delicias): Ana María Cecilia Sofía Kaloyeropulu (Nueva York, 1923 - París, 1977), conocida como María Callas. Espectacular soprano griega, es considerada la más famosa cantante de ópera de la segunda mitad del siglo XX. Poseía un gran talento dramático y una portentosa voz, lo que unido a su desdichada vida amorosa y a su temprana muerte, la convirtieron en un mito.
Nació en Nueva York el 2 de diciembre de 1.923. Sus padres, emigrantes griegos, habían llegado a la ciudad en agosto. Cuando se separaron en 1.937, María volvió a Grecia con su madre.
Ingresó en el Conservatorio de Atenas después de rechazar un contrato en el Metropolitan Opera House de Nueva York, marchó a Italia, donde debutó en la Arena de Verona en 1.947 con "La Gioconda" de Ponchielli. De la mano de Tullio Serafín alcanzó la consagración cantando "Turandot" de Puccini, "Tristán e Isolda" de Wagner, "Aida" de Verdi y "Norma" de Bellini. La década de 1.950 fue extraordinaria para ella hasta que, el 2 de enero de 1.958, día en que tenía una actuación de "Norma" en honor al presidente de Italia, Giovani Gronchi y su esposa, perdió la voz, debido a sus excesos, empezando una serie de fracasos que marcarían su decadencia.
Su vida sentimental también fracasó. Se separó de su primer marido Giovanni Meneghini a los 10 años de casarse, y su relación con el millonario armador griego Onassis acabó de manera frustrante cuando éste la abandonó para casarse con Jacqueline Kennedy. La muerte la sorprendió en su casa de París el 16 de septiembre de 1.977, a los 53 años de edad.
Fuente: auditori.cat
La zona de la calle María Callas en el plano parcelario de 1971-1973.
Hasta 2009, se llamó calle Felisa Soteras Sánchez. Organizó la Sección Femenina en 1936 en la provincia de Zaragoza y durante la guerra se encargó del taller de confección que cosía las prendas de los soldados fascistas. El nombre cambió como consecuencia de la Ley de Memoria Histórica.
Estaba casada con José Blesa Soteras, otro de "la Vieja Guardia" (fallecido el 27 de diciembre de 1957). Vivió en la avenida de Madrid, número 247. Le fue impuesta la Medalla de la Orden de Císneros. como veterana camarada de la Sección Femenina en los actos conmemorativos del XXXVI aniversario de la fundación de la Falange.
(Barrio de Santa Isabel): Julio Calvo Alfaro (Zaragoza, 1896 - Barcelona, 1955). Publicista y político.
Hijo de Julio Calvo y Calvo (o Calvo²) y Úrsula Alfaro. Emigró a Barcelona muy joven. Su padre era agente comercial, que representaba a varias casas comerciales de Inglaterra y Nueva York, negocio que él continuó hasta 1925, para dedicarse más tarde a la industria del cuero.
Desde 1918, aparece ya como activo aragonesista. Ese año figuraba como presidente de las creadas Juventudes Aragonesistas, las cuales elaboraron vibrantes manifiestos. Será sustituido algo más tarde en dicho cargo por Gaspar Torrente, y pasa a dirigir la revista portavoz del grupo aragonesista en Cataluña, El Ebro, tarea que desarrollará eficazmente durante casi quince años. En las páginas de El Ebro publicó diferentes ensayos aragonesistas.
También fue miembro de la Junta directiva del Centro Aragonés de Barcelona en 1923 y 1924.
Julio Calvo. Fuente: ecured.cu
Entre 1926 y 1961 colaboró asiduamente en la prensa no sólo aragonesa, sino española y extranjera, y trabajó como traductor, especialmente del inglés, para varias editoriales de Barcelona, compaginando esta actividad con la publicación de novelas y comedias propias., cultivó asimismo los restantes géneros literarios, teatro, novela y poesía (Tierra amada, colección de poemas aragoneses).
Durante los años de la República fue presidente de Unión Aragonesista y desarrolló desde Barcelona una importante actividad. En 1936 será uno de los animadores del Congreso por la Autonomía de Aragón celebrado en Caspe.
Tras la guerra se retirará de las actividades públicas, acabará la carrera de Derecho y ejercerá como abogado laboralista, siendo también profesor en el Instituto Maragall, de Barcelona, y, desde 1941, en los cursos de verano que la Universidad de Zaragoza organizaba en Jaca. En 1941 fue uno de los fundadores de la Peña El Barranqué, formada por antiguos miembros de la Unión Aragonesista.
En 1952 creó la revista Ebro. Cuadernos Literarios.
Fuente: ecured.cu - dbe.rah.es.
(Barrio de las Delicias): Lorenzo Calvo de Rozas (San Cipriano, Vizcaya, 1773 – Madrid, 1850). Político liberal y escritor español. Defensor de Zaragoza en el primer Sitio contra las tropas del general Lefèbvre, sustituyó a Palafox en el gobierno de la ciudad y en la organización de la defensa mientras éste estaba ausente en busca de un enfrentamiento abierto con las tropas francesas.
Comerciante de próspera fortuna, en 1798 se trasladó a Madrid, donde fue miembro de la Junta de Gobierno del Banco de San Carlos (1800); primer director de la Sociedad de Comerciantes (1804) formada por orden de Carlos IV para proveer de grano al Reino en la grave carestía de ese año.
En 1808, siendo un rico propietario en Madrid con negocios en varias ciudades peninsulares y una fortuna de cuatro millones y medio de reales, llegó a Zaragoza el 28 de mayo para reunirse con su primera esposa (María López de la Huesa), a la que había enviado desde Madrid para protegerla de la tensa situación que se vivía allí.
Aunque inicialmente se le detuvo como sospechoso, Palafox, que ya conocía su capacidad y eficacia organizativa, lo nombra corregidor de Zaragoza e intendente del Reino y ejército de Aragón. También actuó como secretario de las Cortes de Reino convocadas el 9 de junio de 1808, vocal de la Junta militar de Defensa y jefe inmediato de los alcaldes de barrio durante todo el primer asedio, cuya defensa contribuyó a organizar eficazmente, aun a costa de ganarse las antipatías de los zaragozanos, quienes veían en él a un engreído.
Liberó a Antonio Sangenis (que estaba recluido por presunta traición) y con su trabajo y supervisión se reunió material y personal suficiente para fortificar la ciudad, apagar incendios y repartir víveres entre la población, y además ordenó debidamente la economía y contabilidad. Destacó su labor en el salvamento de los enfermos del hospital de Nuestra Señora de Gracia tras su entrevista con el general Lefévbre.
Acabada la Guerra de la Independencia, participó como diputado liberal en las cortes de Cádiz junto al otro hermano de Palafox, Luis, marqués de Lazán, con el que tuvo encendidas polémicas. Durante el trienio liberal actuó como ministro (1823). Su vida posterior es un ejemplo de la situación política de la primera mitad del siglo XIX, siendo perseguido, detenido, encerrado y desterrado a ratos, y liberado y exonerado otros, participando en conspiraciones y siendo incluso apaleado por cuestiones políticas.
Lorenzo Calvo de Rozas, óleo de Izquierdo Vivas (AGM de Zaragoza). @DanielAquillue
Más información: asociacionlossitios.com
No fue hasta 1940 que se denominó con su nombre actual (El Noticiero del 2 de junio de 1946, página 12).
Lola Laborda, una pionera del rock que brilló con Los Nápoli, vivó en esta calle, en la parcela del número 3.
Lola Laborda Gil (Trasovares, 1944 - Zaragoza, 1981). Vocalista del grupo "Los Nápoli", pioneros del rock and rol en nuestro país (1958 a 1963).
Según explica Antón Castro en su blog, era hija de Rosalío Laborda y Victorina Gil, que, además de Lola, tenían cinco hijos más (uno de ellos Eduardo Laborda, reconocido pintor). Él se dedicaba a la agricultura y "estaba tocado por la Guerra Civil", y ella era una mujer sensible que cosía muy bien y que albergaba el deseo de que sus hijos estudiasen.
En un principio la madre vivía en una torre cerca del antiguo restaurante El Madrazo y vendías sus frutas y verduras en el Mercado Central con un carrito y una bicicleta, pero más tarde la familia se pasa por distintas casas de alquiler: una de ellas, estaba en San Pablo, frente a la iglesia y a su torre mudéjar. Poco después alquilaron una parcela en la Ciudad Jardín, en la calle Calvo de Rozas, 13.
Lola se matriculó en el Conservatorio de Música, donde cursó solfeo, y asistió a clases en el estudio de la madre de Corita Viamonte. Los que la disfrutaron dicen que poseía una extraordinaria voz, rica en agudos, sensible y muy luminosa. Lola empezó muy joven cantando rancheras, pero pronto abrazó otros temas y estilos como el rock.
Con los Nápoli comenzaron sus primeros pasos en rock and rol que se tradujeron en su participación en programas de radio ("Ondas infantiles") y concursos como "Plataforma de estrellas" y en festivales de verano. Además de Lola, el grupo se componía de Tico a la batería, Quique a la trompeta y Jesús y Renato a la guitarra. Esas fueron las primeras guitarras eléctricas que sonaron en Zaragoza, montadas con piezas llegadas de Alemania y montadas en Musical Serrano.
El repertorio de Lola y Los Nápoli era muy variado. Hacían versiones de temas del rock italiano, pero también les interesaba el rock latino, Los Llopis y Los Teen Tops, y otras fuentes como Los Platters y Elvis Presley. Paulatinamente, por las características de la voz de la cantante, próxima a Gloria Lasso (1922-2005). A principios de los años 60 los Laborda se trasladaron a un piso de la calle Tarragona, y allí prosiguieron los ensayos.
Lola Laborda en 1962 en la parcela donde José Artigot y su familia tenían su editorial de postales. Foto de Fernando Martínez. Libro "Zaragoza. La ciudad sumergida, E. Laborda (2008).
Después de abandonar Los Nápoli se enroló en la compañía de Pepe Blanco, con la que hizo una gira por España durmiendo en fondas, pensiones y hoteles de mala muerte. Se desengañó del oficio y regresó a casa, a trabajar en el Sepu.
Se casó alrededor de 1975 y tuvo dos hijos, muriendo en 1981 triste y con sensación de fracaso.
Fuente: Antón castro en su blog y en Heraldo de Aragón - "Zaragoza, la ciudad sumergida", de Eduardo Laborda (2008).
Foto de Los Nápoli en 1961, cuando actuaron en Río Club, en la entonces calle de Requeté Aragonés. Autor: José Antonio Duce. Fuente: Antón Castro.
Lola y Los Nápoli en el concurso "Plataforma de Estrellas", celebrado en el teatro Fleta (1960). Foto C. Mostacero. Libro "Zaragoza la ciudad sumergida", de Eduardo Laborda (2008).
En el número 3 se ubicó Ediciones Artigot, la más joven de las editoriales zaragozanas que coparon el mundo de la postal a mediados del siglo XX. En concreto, nació a mediados de los años cincuenta, de la mano de José Artigot Cólera, natural de Villanueva de Huerva en la provincia maña.
José Artigot Cólera, su mujer Caridad Fernández y sus hijos Raúl y José Miguel se dedicaron a la comercialización de más de cinco mil postales, en blanco y negro y de tamaño 10 x 15 centímetros, principalmente de paisajes y vistas turísticas, en la zona centro y norte de España principalmente en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Ávila, León, Segovia, Toledo y Madrid. Para poder hacerlo, adquirieron fondos fotográficos de la decana entre 1940 y 1950 de otras editoriales, de las que la más importante fue ‘Ediciones Lujo’.
La editorial tuvo su sede en la calle Don Jaime de la capital aragonesa, pero a principios de la década de 1960 se trasladó a esta calle Calvo de Rozas de la Ciudad Jardín en Zaragoza. Allí permaneció hasta su cierre alrededor del año 1964 con la llegada del color.
Raúl Artigot Fernández (Zaragoza, 1936 - Arriondas, Asturias, 2014), fue un conocido director de fotografía, guionista, productor ocasional y director en películas de los años 70 y 80 del siglo pasado.
Fuente del texto y fotos: toledo.es.
Este número 3 fue un famoso guateque a finales de los 50 y principios de los 60.
(Barrio de Valdefierro): El género Camellia agrupa entre 100 a 250 especies originarias de las regiones tropicales y subtropicales de Asia sudoriental, China y Japón. Un botánico y misionero jesuita del siglo XVII, Georg Josephus Kamel (también conocido como Camellus), transportó plantas de camelios desde Filipinas a Europa. Carlos Linneo nombró a este género en su honor.
Factoría Zane S.A. (heredera de NAZAR), inaugurada el 14 de octubre de 1965, estaba en esta calle. Fabricaba autobuses carrozados. Ver más en Biel, calle.
Diversos pequeños y medianos talleres se construyeron en un mini polígono surgido entre la actual calle Biel y la vía del ferrocarril de Caminreal, en donde está ahora la calle Camelia.
El Bar Andalucía estaba en el número 29 en 1972 (El Noticiero del 14 de enero).
Evolución de la calle desde 2008, urbanizada ya en los pares y naves industriales en los impares, hasta 2023, ya completamente urbanizada con modernas torres residenciales. Fotos de Google Maps.
(Barrio del Arrabal): La Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España (CCHNE o conocida simplemente como Norte) fue una empresa de ferrocarriles española creada por escritura pública del 29 de diciembre de 1858. Su red fue una de las más extensas de España, hasta que fue nacionalizada en 1941, quedando integrada en la Red Nacional de los Ferrocarriles Españoles (RENFE).
La Estación del Norte era una antigua estación de ferrocarril de Zaragoza situada en el barrio del Arrabal. En 1871 contaba ya con varias líneas, (hacia Pamplona, Huesca, Madrid, etc.), siendo en 1878 cuando tiene lugar la anexión de la compañía de ferrocarriles creadora a la Compañía de Ferrocarriles del Norte, de donde surge la denominación actual que se le otorga a la estación.
La actual calle es el resultado de la urbanización y retirada de la playa de vías que salían y llegada a la vieja Estación del Norte, transformándose en un corredor verde a finales de los años 90 del siglo XX.
En el recorrido de la calle caminos del Norte, al final de la calle Bielsa, había desde 1872 una gran plataforma giratoria con un depósito capaz de albergar hasta 22 locomotoras, así como varios talleres de reparaciones. Ver más en Azucarera, parque de la.
Comparativa de planos de Margalé (1964) y AZIMUT S.A. (2004).
(Barrio Oliver): Según leyenda, por el viejo camino que conducía a la torre de una señora muy conocida a la que se la conoce por su oficio (coser camisas) y no por su nombre.
La Camisera es una barriada dentro del Barrio Oliver que comprende: el camino de La Camisera, la calle de La Camisera y el campo de fútbol de La Camisera. Era ya camino rural antes de la parcelación del barrio Oliver.
La calle de La Camisera está registrada desde el callejero de 1964. Fuente: "Callejero: La Zaragoza de las mujeres", varias autoras (2010).
Club de fútbol Oliver. Fundado en 1954 por la fusión de dos clubes zaragozanos: la Sociedad Deportiva Urrutia y el Club Deportivo Oliver. Desde entonces, disputa sus partidos en las instalaciones de La Camisera, enclavadas en el barrio Oliver y junto al barrio de Miralbueno.
El campo primitivo estaba en San Alberto Magno, calle.
Campo de la Camisera en 1972. Fuente desconocida.
Antiguo campo de fútbol "La Camisera", del C.D. Oliver. Foto de Gerardo Sancho (AMZ).
(Iglesia de San Ildefonso): José Camón Aznar (Zaragoza, 1898 — Madrid, 1979). Catedrático, historiador, literato y pensador del siglo XX.
Nacido en el seno de una familia de buena posición económica, vivió sus primeros años en una casa de la calle Boggiero, a espaldas del cine Monumental. Las primeras clases las recibió en el colegio de don José Vázquez, junto a su casa, y sacó el bachiller en los Escolapios.
Se inició en el camino del arte en la Universidad de Zaragoza de la mano de otro ilustre aragonés, el profesor Domingo Miral. Se licenció en Derecho (nunca ejerció) y Filosofía y Letras, para ganar, seguidamente, por oposición, las cátedras de Historia del Arte de las Universidades de Salamanca (1924) y Zaragoza, circunstancia que le abrió un amplio panorama cultural y que, sin duda, le llevó a sus múltiples facetas posteriores, de Arqueología en la Universidad de Madrid y de Historia del Arte Medieval en esta misma Universidad.
Durante esos años en Salamanca, se vio muy vinculado al partido Radical, y a la persona de Miguel de Unamuno, causa por la que tras el final de la Guerra Civil perdiera la cátedra.
Desde 1939 impartió lecciones de Historia del Arte en la Universidad de Zaragoza. En 1942, mediante concurso de oposición, obtuvo la cátedra de Historia del Arte medieval en la Universidad de Madrid, de cuya Facultad de Filosofía y Letras llegó a ser decano y con posterioridad Decano honorario.
Tomada de racmyp.es
Fue miembro de número de las Reales Academias de Bellas Artes de San Fernando, de la Historia y de Ciencias Morales y Políticas, miembro de honor de la Real Academia de Bellas Artes de Zaragoza y correspondiente de las de Bellas Artes de Lisboa, San Carlos de Valencia, San Jorge de Barcelona, también de numerosas en Hispanoamérica. Director de la fundación del Museo Lázaro Galdiano. Consejero del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Presidente de la Asociación Nacional de Críticos de Arte, miembro del Patronato del Museo del Prado, del Museo Arqueológico Nacional, del de Arte Contemporáneo de Madrid y del Alcázar de Segovia. Su producción literaria fue muy copiosa.
Durante toda su vida fue formando una importantísima colección de obras artísticas y literarias. Los últimos años de su vida su interés se centró en la creación del Museo e Instituto de Humanidades Camón Aznar (ver más en Espoz y Mina, calle), al que donaría toda su colección. Murió pocos meses antes de su inauguración, el 30 de noviembre de 1979.
Fuentes: Wikipedia - Gil Comín Gargallo en El Noticiero del 1 de junio de 1974 (pág. 17)
Evolución de la calle y de la zona:
1) Plano de 1769 (Casanova). Se observa la gran superficie ocupada por el convento de San Ildefonso (en rojo) y se localiza el cercano convento del Carmen (amarillo), la Casa de Convalecientes (azul), la Puerta del Carmen (morado) y la calle Azoque (verde).
2) Plano de 1853 (Yarza y Gironza). Se ve que el convento del Carmen ya es cuartel de artillería del Carmen y que en lo que antes era el claustro y dependencias del convento de Sal Ildefonso ya está instalado el Hospital Militar.
3) Plano de 1908 (Casañal). Los terrenos de la huerta del convento de San Ildefonso ya están ocupados por los lavaderos de la viuda de Castelvi y se diferencia claramente la iglesia de San Ildefonso de las dependencias y edificios del Hospital Militar.
4) Plano de 1925 (M.A. Navarro). En los terrenos del lavadero ya se ve el complejo de ocio Iris.
5) Plano parcelario de Casañal de 1879.
6) Plano de 1982. Ya se ha abierto la avenida César Augusto y se ha derribado el viejo Hospital Militar para abrir la calle Camón Aznar, aunque curiosamente, en el plano figura como calle Villa de Espierba.
Antiguo Hospital Militar de San Ildefonso.
Zaragoza a lo largo de su historia ha tenidos varios hospitales militares, que siempre fueron creados tras una guerra. Sobre este tema recomiendo leer la “Breve historia de dos hospitales militares de Zaragoza”, de Luis Alfonso Arcarazo García (2017).
El 31 de agosto de 1808, al final del primer Sitio, quedó destruido evacuándose a sus más de 1.000 pacientes. Entonces tienen que buscar otro edificio público para atender a los heridos en un único punto y así evitar que pacientes y cirujanos tuviesen que andar recorriendo la ciudad, y el elegido es la Real Casa de la Misericordia (actual edificio Pignatelli, sede de la D.G.A.).
Antes de iniciarse el segundo sitio se declaró en la ciudad una epidemia de tifus exantemático o "tabardillo pintado". El número de pacientes fue tal que hubo que habilitar nuevos hospitales de campaña utilizando casas vacías, conventos o iglesias para evitar que los enfermos y los heridos murieran en la calle. En esas circunstancias nace el Hospital Militar de Sangre de San Ildefonso.
El desaparecido Hospital Militar de San Ildefonso, a la izquierda de la iglesia hoy rebautizada de Santiago en 1925. Libro: "L. Roisin, en Zaragoza, años veinte. 81 fotografías de Roisin (1925-1931)", IFC.
El convento, al igual que el resto de centros hospitalarios de la ciudad, fue blanco predilecto de los cañonazos franceses, quedando como prueba las cicatrices dejadas por los impactos de la artillería francesa que se pueden ver desde la calle Camón Aznar, por encima de los restos de la arquería del antiguo claustro del convento. Casamayor, en su descripción de los hechos acaecidos el 5 de febrero de 1809, los describe así:"...de donde fue preciso trasladar los Voluntarios de Aragón que estaban allí enfermos, de los claustros a la iglesia, advirtiéndose que así éste, como todos los conventos de la ciudad, estaban inundados de enfermos…". Fuente: asociacionlossitios.com
Ante el número de enfermos, que aumentaba cada día, y viendo que un nuevo asedio era inevitable, se decide desdoblar el centro sanitario instalado en la Casa de la Misericordia en otros más, tratando de separar a heridos de los infectados.
Los más importantes serán la Casa de Convalecientes, que a partir de ese momento se denominará Hospital de Gracia, dedicada a infecciosos, y el cercano convento de San Ildefonso, que se ocupó para instalar un hospital de sangre (término utilizado para designar un hospital provisional para la recepción de heridos de guerra) en lo que fue biblioteca del convento.
Con la salida de los franceses de la ciudad en 1813 se mantuvieron el hospital de la Misericordia como militar y el de Convalecientes para los civiles. En mayo de 1816 se desalojará el de la Misericordia y se alquilará por 10.000 reales anuales una parte del convento de los dominicos para instalar un hospital militar fijo denominado Hospital Militar de San Ildefonso, en la hoy desaparecida plaza homónima. Abandonado por la desamortización de 1835, la propiedad del convento recayó en 1847 en el ejército, con la excepción de la iglesia y el huerto, que se destinó a lavadero público.
Un documento fechado en 1860 citado por Blasco Ijazo da idea exacta de lo que era el Hospital Militar: "Componíase de una planta baja y un piso primero, distribuidos en varias salas para los enfermos, una cocina económica, despensa, guardarropa, botica, habitación del capellán, capilla con una buena escultura de un Santo Cristo y una valiosa sillería procedente del convento de Dominicos, contraloría, sala de profesores y cuantas dependencias se hacen necesarias en establecimientos de esta índole, llamando poderosamente la atención un lindo jardín que hay en el patio Interior principal, que presta al edificio un agradable aspecto y sirve a la vez de esparcimiento a los enfermos que pueden levantarse, asomarse a las ventanas. [...] Este Hospital Militar está considerado como uno de los mejores de España, por la puntualidad y esmero en todos los ramos del servicio, que hace honor a los Cuerpos de Sanidad y de Administración militar".
El día 19 de octubre de 1858, en unas obras que entonces se estaban realizando en el antiguo hospital militar de Zaragoza, al derribar la vieja pared, apareció el hallazgo de monedas de oro árabes, algunos ejemplares únicos conocidos. No debe extrañarnos ya que el edificio del viejo hospital militar estaba en pleno arrabal musulmán, antes del siglo XI conocido como el de Cinegia, y que tras la conquista cristiana se convierte en una morería cerrada. Este hecho está acreditado por los restos encontrados de la cocina de una casa morisca en un solar adyacente a la iglesia, dentro del viejo convento (Aragón Exprés del 18 de marzo de 1982).
En 1886 se autorizó a los familiares a acudir a las consultas de especialidades de los hospitales militares y a ser intervenidos quirúrgicamente. Se habilitaron salas para mujeres y niños. La asistencia hospitalaria a los oficiales y sus familias rompió el prejuicio de que sólo ingresaban en los hospitales los pobres de solemnidad.
En el año 1900 el Hospital Militar de Zaragoza era el de referencia de la 5ª Región Militar, prestando asistencia a las guarniciones de Huesca, Jaca, Barbastro, Teruel, Alcañiz, Soria, Molina de Aragón y Guadalajara.
Las tropas de Sanidad Militar fueron las primeras en abandonar el viejo hospital en 1932 para ocupar el cuartel de Sanidad en Casablanca.
Problemas graves en el edificio, el suelo del viejo se hundió varias veces, impulsaron el abandono del edificio que se concretó con la inauguración del nuevo Hospital Militar de Casablanca el 19 de noviembre de 1958. En 1970 el viejo hospital fue derruido para abrir la nueva calle Camón Aznar dejando atrás 142 años de historia.
El viejo escudo de don Rodrigo-Cortés-Villalpando, que campeaba en la portada del hospital, y la fuente que adornaba el claustro de antiguo convento de San Ildefonso, se conservan actualmente en la entrada de las actuales instalaciones del barrio de Casablanca. Heraldo.es
Fuentes:
* “Breve historia de dos hospitales militares de Zaragoza”, de L. A. Arcarazo (2017) en heraldo.es.
* "Sobre el hallazgo de dinares del Hospital Militar de Zaragoza (1858)", Fátima Martín (2002).
* "La historia da ese lugar, y desde el lugar, la historia", de José Blasco Ijazo en El Noticiero del 19 de noviembre de 1958.
El cirujano Mariano Gómez Ulla (Santiago de Compostela, 1877 - Madrid, 1945), importante médico militar creador de los hospitales de campaña y del sistema de triaje, obtuvo el 30 de junio de 1900 su primer destino en Zaragoza el año 1900 actuando como médico 2.º teniente en el hospital militar de Zaragoza.
Cuentan que desde la ventana de su cuarto del antiguo convento de San Ildefonso empezó su idilio amoroso con una paisana nuestra, Elisa Salinas y Galindo, con la cual se casó en la basílica del Pilar en 1905. El último nombre con que se renombró la calle de la Biblioteca (calle de daba acceso a la entrada del Hospital Militar) fue el de calle del Doctor Gómez Ulla, hasta que finalmente se eliminó con la apertura de la avenida César Augusto.
Fuente del texto y de la foto: "Mariano Gómez Ulla. Un hombre, un cirujano, un militar", de José María Gómez Ulla y Lea (1981).
Planos de 1867 pertenecientes al proyecto de modificación del hospital militar de Zaragoza para ampliar algunas de sus dependencias (AMZ). Permite apreciar con detalles las diferentes estancias y servicios del Hospital Militar de San Ildefonso. Pincha en las imágenes para ver el documento más grande.
La calle adquiere su nombre en 1981, a pesar de la oposición algunos seguidores de José Camón, que exigían se le concediera una calle de superior categoría.
Aragón Exprés del 18 de noviembre de 1981.
La calle se abre sobre lo que fue el edificio conventual del vasto cenobio dominico dedicado a San Ildefonso del que solo queda la iglesia, desde 1902 dedicada a Santiago. Ver más en César Augusto, avenida de.
Libro Zaragoza Viva, de 1969, página 152.
Foto de 1958 de los trabajos de derribo del viejo Hospital Militar. Foto de Gerardo Sancho (AMZ). Fuente: "Vista de Zaragoza desde la torre de la Magdalena hacia 1864", de Pilar Lop (2011).
Foto de Gerardo Sancho (AMZ) de los años 70 del siglo pasado. Al fondo la calle Santiago Ramón y Cajal.
Inicialmente se planteó como una calle peatonal con una zona verde con arbustos. Aragón Exprés,10/6/1975.
(Puerto Venecia): El campanile de San Marcos es el campanile (un tipo particular de campanario, exento e independiente del templo) de la basílica de San Marcos en Venecia, ubicado en una esquina de la plaza de San Marcos, cerca de la portada de la basílica. Es uno de los símbolos de la ciudad italiana.
(Barrio del ACTUR): Clara Campoamor Rodríguez (Madrid, 1888 – Lausana, 1972). Política española.
Maravillas fue el barrio donde nació en Madrid, en la calle del Marqués de Santa Ana. La repentina muerte de su padre, Manuel, le obligó a trabajar desde joven en distintos empleos. Repartió la ropa que confeccionaba su madre, Pilar, y fue dependienta en una tienda.
A los 36 años se convierte en una de las pocas abogadas españolas y de inmediato comienza a ejercer su profesión. Sus ideas sobre la igualdad de las mujeres la acercan al PSOE. Al proclamarse la Segunda República, Clara Campoamor fue elegida diputada (en 1931 las mujeres podían ser elegidas, pero no ser electoras). Luchó eficazmente para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el divorcio y el sufragio universal, a menudo llamado “voto femenino”.
Consiguió todo, excepto lo relativo al voto, que tuvo que debatirse en el Parlamento. La izquierda, con la excepción de un grupo de socialistas y algunos republicanos, no querían que la mujer votase porque se suponía que estaba muy influida por la Iglesia y votaría a favor de la derecha. Finalmente, la aprobación del sufragio femenino se logró con el apoyo de la minoría de derechas, gran parte de los diputados del PSOE (excepto el sector encabezado por Indalecio Prieto) y algunos republicanos.
Trabajó de telegrafista en Zaragoza algo menos de un año. Cuando Clara ya había cumplido los 21 años se presentó a unas oposiciones al Cuerpo Auxiliar de Telégrafos y las aprobó. Así, el 4 de julio de 1910, hace casi 110 años, comenzó a formar parte de la compañía, siendo auxiliar de segunda clase y cobrando 1.250 pesetas. Su primer destino fue en Zaragoza, pasando al año siguiente a San Sebastián, donde ejerció durante cuatro años.
Por aquel entonces la sede de Telégrafos de la capital aragonesa se encontraba en el número 9 del paseo de la Independencia, junto a la calle de San Miguel. Pocos años más tarde, en 1926, se instalaron en solar del antiguo Teatro Pignatelli, donde en la actualidad se emplaza el edificio de Correos.
Tiene dedicado un IES en nuestra ciudad, en la calle Eugenio Lucas.
Fuente del texto: "Cuando Clara Campoamor fue telegrafista en Zaragoza", de M. Millán (2020), para Heraldo de Aragón.
La vía recibe este nombre en 1982 a propuesta de la Comisión de Acción y Promoción Social en 1981. Aragón Exprés del 10 de octubre de 1981 y 10 de septiembre de 1982.
Hay otra vía en la ciudad con el mismo nombre. En Zaragoza la calle Campoamor tradicionalmente ha sido la del barrio de Las Delicias, dedicada en este caso a Ramón Campoamor, poeta, presente en el callejero desde principios del siglo XX.
De su etapa en Zaragoza se conserva un retrato (el del medio) que fue publicado en la revista gráfica Estampa el 31 de octubre de 1931. Biblioteca Nacional de España.
(Barrio de Las Delicias): Ramón María de las Mercedes (Pérez) de Campoamor y Campoosorio (Navia, Asturias 1817 - Madrid, 1901). Poeta del Realismo literario, autor de obras filosóficas y diputado en las Cortes por el Partido Moderado. Se llamaba en realidad de primer apellido Pérez, aunque prefirió dar relevancia al segundo de su padre, Miguel Pérez Campoamor, y añadirle la preposición de.
Su padre, Miguel Pérez Campoamor, era un labrador acomodado nacido en el concejo de Coaña y su madre era de la familia noble de los Campo Osorio de Navia. En 1821, cuando Ramón aún no había cumplido cuatro años, muere su padre. Se matricula en la universidad de Madrid en medicina, pero tampoco le duró este empeño. Influido sin duda por su admirado Espronceda, a quien conoció en su juventud, y viendo que no tenía la natural inclinación a las ciencias (vomitaba en las disecciones), se lanzó "en el florido campo de la poesía" convirtiéndose en un asiduo concurrente á la Biblioteca Nacional donde se formaba para poeta leyendo más de cinco horas diarias.
Y no se equivocó, siendo considerado uno de los poetas más populares en España en la segunda mitad del siglo XIX. A los veinte años empezó a escribir versos e inició sus colaboraciones en diversas revistas románticas y publicó su primera obra impresa, una comedia titulada "Una mujer generosa" y sus primeros versos "Ternezas y flores". En 1842 se publicaron dos obras más, "Ayes del alma" y "Fábulas". A partir de entonces, iniciaría una larga carrera política y literaria, en la que destaca el nombramiento como redactor del periódico El Español, en 1845.
Fuente: rae.es
Edit. Pascual Aguilar. Col. Bibl. Selecta, nº 15. 1883.
Las obras que más popularidad le dieron fueron las "Doloras" y sus "Humoradas", un conjunto de poemas con una composición breve, carácter dramático y carga filosófica que comenzó a publicar Ramón de Campoamor en 1846 y que continuó hasta su muerte.
Como filósofo, Ramón de Campoamor fue un hombre monárquico estricto (acompañó a la reina a Francia tras la revolución de 1868), tradicionalista y moderado en política, le atraía especialmente el positivismo. Su obra "Lo absoluto" (1865) alcanzó repercusión en los medios académicos y se usó como manual en las universidades.
En 1842 publica "Ayes del alma", una oda dedicada a la reina ex regente M.ª Cristina donde dejó clara su posición política, e "Historia crítica de las Cortes reformadoras (1845)", donde hacía elogiosas descripciones elogiosas de figuras públicas, que después facilitaron su entrada en la vida pública. A finales de la década de 1840 se afilia al Partido Moderado siguiendo sus ideas políticas que consistían en un gran fervor por la reina Isabel II y, en general, hacia la monarquía como forma de organización del Estado. Es nombrado consejero real en 1846, en 1847 es nombrado gobernador civil de la provincia de Castellón y poco más tarde de Alicante, de donde fue nombrado hijo adoptivo.
Se casó con Guillermina o'Gorman, una joven dama de acomodada familia irlandesa afincada en Alicante; una devotísima católica, de cuya unión no obtuvo descendencia pero sí notables recursos económicos. En 1850 es elegido para ocupar un escaño en el Congreso de los Diputados, y entre 1851 y 1854 fue gobernador de Valencia.
Durante el periodo de la Restauración (1874-1931) volvió a la primera línea política siendo elegido diputado diez veces, por distritos de siete provincias diferentes, gracias a la "protección" del conservador Francisco Romero Robledo. De hecho, según contó Valle Inclán, cuando se le preguntaba por qué distrito era diputado contestaba: "¿Yo?, por Romero Robledo".
En 1861 fue designado como miembro de la Real Academia de la Lengua Española, ocupando el sillón E el 9 de marzo del año siguiente.
Se cuenta de don Ramón de Campoamor que una vez recibió a un joven poeta. Y que éste le leyó unos versos muy malos. Más que malos, desmayados. Y que él mismo (el autor) confesó: —Ya me han dicho que debería poner más fuego en mis versos. Y don Ramón, que entendió al revés, contestó: —¿Los versos, al fuego?... No tanto, pero... (Aragón Exprés del 28 de marzo de 1970).
Consta en el callejero desde al menos 1925 porque se cita en la página 15 del Heraldo de Aragón de 11 de octubre de ese año. El primer plano que he localizado en el que consta la calles es el parcelario del año 1935.
Durante los años 30, la Junta de Propietarios de esa zona diseñó el enclave de esta calle y de la calle Marcos Zapata con una curiosa forma semicircular y paralela al giro del tranvía.
La calle Campoamor no consta en el plano de M.A. Navarro (1925, AMZ).
Calle de Ramón de Campoamor en el plano parcelario de 1935 (AMZ).
La calle era el final de trayecto del Venecia-Delicias, línea 5. El tranvía entraba por la calle Campoamor, frente a la calle Delicias y tenía el final de línea a la salida del otro extremo de la calle, frente a la calle Barcelona. Para poder entrar en la calle había un retranqueo de las vías hasta diez metros antes de la entrada en Campoamor para generar el radio necesario en la curva.
Esta popular línea zaragozana en un principio estaba desdoblada en dos. Una que Iba de Delicias a la plaza España, con el número 3; y la otra, con la numeración 5, de Torrero también a la plaza de España.
La unión de las líneas de Torrero y Delicias se anunció en La Hoja del Lunes del 1 de diciembre de 1941 y se confirmó al año siguiente bajo la numeración de línea 6 y con la denominación de Torrero - Delicias, nombre que perduró durante la mayor parte de su existencia y que además dio fama y popularidad a la más famosa línea de tranvías de Zaragoza.
Dentro de esa reforma se decidió que el desvío de la avenida de Madrid fuera por la calle Campoamor para evitar el cambio de trole (pértigas que sirven para transmitir a los vehículos de tracción eléctrica la corriente de los cables conductores aéreos), con la consiguiente pérdida de tiempo, y porque se conseguiría que pudieran circular motores con remolque (dos tranvías unidos). Con ello se pretendía duplicar la capacidad de la línea al poder llevar remolque, y ampliarla y conectar ambos barrios entre sí sin trasbordo.
El 13 de abril de 1952 se amplió su recorrido hasta las proximidades del Cementerio y el nombre genuino y popular de Torrero - Delicias se transformó en Venecia - Delicias.
El 6 de noviembre de 1971 a las 11 y media de la noche hace su último viaje el tranvía por Delicias, finalizando su vida en el final de línea de esta calle Campoamor. La barriada le dedicó una calurosa y concurrida despedida donde no faltaron las jotas de ronda (de la rondalla de la parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe), la entrega de un pergamino de agradecimiento del vecindario a la empresa y sus trabajadores por el servicio dado.
La línea 5. El tranvía 112 recién llegado de Tolosa y el remolque 102. Foto del 11 de noviembre de 1955. Fuente: Vicent Chus Lopi.
Foto de Christian Schnabel poco antes del final de la línea en 1971. Fuente: Fernando Gómez Ayala.
Anuncio del fin de la línea de tranvías "Venecia-Delicias" en el diario Aragón Exprés del 6 de noviembre de 1971.
No faltaron las autoridades, que hicieron el trayecto desde la plaza de España, y abundantes nostálgicos, hasta completar los 150 viajeros del último servicio.
El homenaje lo recibió el coche número 110 y su conductor, el señor Victoriano Carnicer, el más antiguo de la línea y al que le hicieron una interesante entrevista en El Noticiero el 10 de noviembre de 1971.
En el último viaje del tranvía a Delicias fueron entregados billetes conmemorativos, con la inscripción: "último viaje realizado con tranvía a Delicias 6-11-71", al precio habitual de 1.50 pesetas. Aragón Exprés, 6/11/1971.
Parada de inicio-final de la línea de autobús 32 en la calle Campoamor el año 1974 Fotografía de Pilar Borobio. Fuente: Pascual Orduna Giménez.
La línea ganó en velocidad y comodidad a costa de un aumento del precio del billete. Este tranvía número 110 se convirtió en biblioteca Infantil en el parque Tío Jorge de nuestra Ciudad (El Noticiero, 9/11/1971).
Fueron sustituidos por autobuses desde las 5 y media de la mañana siguiente, dejando de prestar servicio el tramo de plaza de Aragón - Delicias. De aquella popular línea sólo queda el tramo de Torrero - Plaza de Aragón y el recuerdo en todos los zaragozanos de la línea más famosa y popular de los Tranvías de Zaragoza. S. A.
Después pasaron la línea a la calle Zapata por ser más ancha, antes de que fuera ampliada hasta Los Enlaces.
El Patronato de Nuestra Señora del Pilar y San Francisco, que dirigía la Real Congregación de la Anunciación y San Luis Gonzaga situada en el número 24 de esta calle organizaba veladas teatrales en navidad (El Noticiero del 25 de diciembre de 1930, página 3).
La Academia San Fernando estaba en esta calle, haciendo esquina con la calle Torres Quevedo. Estaría encima de la comisaría de policía, ocupando el segundo y tercer piso del primitivo inmueble. En funcionamiento al menos en los años 50 y 60 del siglo pasado, disponía de una única clase con alumnos de diferentes edades que se distribuían de delante a atrás de acuerdo a su edad y a los que impartían clase Don Carmelo y Don Martín, entre otros.
En El Noticiero del 22 de enero de 1956, página 2, se informa del acuerdo del ayuntamiento para poner aceras a la calle, y en Aragón Exprés del 9 de diciembre de 1971 del proyecto de urbanización de la con un presupuesto de 785.859,29 ptas. Por lo que vemos en la foto todo se quedó en agua de borrajas o al menos en la tramo de la calle que se ve en la foto.
Calle Ramón de Campoamor en el año 1974, con los raíles del tranvía aún presentes y la calle sin asfaltar. El solar que está a la altura de la mujer del paraguas era el que albergó el inmueble donde se ubicaron la academia San Fernando y la primitiva comisaría de policía. Fotografía: Pilar Borobio. Fuente: Pascual Orduna Giménez.
Haciendo fila en la parada del autobús de la calle Campoamor, junto a la papelería Alcaine, inaugurada en 1942. Aragón Exprés del 17 de febrero del 1972
La Comadrona doña Enriqueta Álvarez, muy conocida en la ciudad, tenía una pensión para partos en el número 2 de esta calle. Se publicitaba como antigua ayudante del científico Ramón y Cajal y con magníficas calificaciones en su carrera. En 1915 ofrecía sus servicios en la calle Santa Catalina 12, tercero; y un año después en el número 8 y 10, segundo (Heraldo de Aragón del 31 de marzo). Estaba casada con el exactor (recaudador de impuestos) Manuel Moreno y mantuvo su consulta en esta calle Rocasolano al menos hasta 1931. En 1933 la clínica mantenía el nombre pero ya figura bajo la dirección del tocólogo Jaime Penella.
En estos establecimientos era frecuente que se proporcionasen nodrizas (mujeres para amamantar a los niños) si lo requerían sus clientes. En 1925 había otra comadrona muy cerca, en la calle Delicias número 4: Rafaela Mustienes.
Heraldo de Aragón del 11 de octubre de 1925. Es la primera mención a la calle Campoamor que he encontrado en la hemeroteca.
Guía de Zaragoza de 1925. Fuente: María Pilar Gonzalo Vidao.
En el número 16 está la Comisaría de la Policía. Me consta que está en funcionamiento desde al menos 1967 (El Noticiero, del 4 de mayo). Tras la reforma del edificio, reabre en 1983 y echa la persiana definitivamente en 2019, siendo el edificio sacado a subasta en 2021.
La comisaría fue testigo de una casualidad enorme. Los religiosos lo atribuyeron a la intervención de la Virgen del Pilar. El 23 de octubre de 1991, los etarras José Luis Urrusolo Sistiaga e Idoia López Riaño "La tigresa" estuvieron a punto de perpetrar una masacre en Zaragoza mediante un coche bomba. Un doble golpe de suerte impidió lo que podría haber sido una nueva tragedia, y de gran magnitud, ya que en su día los especialistas de explosivos de la Policía definieron el artefacto que portaba en el maletero como "técnicamente perfecto".
Sin embargo, a los terroristas se les paró el coche en la confluencia de las calles Lastanosa y Arias en Delicias. Cuando pidieron ayuda a un repartidor para remolcarlo, este se dio cuenta de que la matrícula del coche (que había sido robado previamente en San Sebastián-) coincidía exactamente con la del suyo, y se lo hizo notar. Los terroristas le dijeron que "sería un error" y tras dejar el coche en doble fila, huyeron.
La afortunada coincidencia de matrículas hizo que el hombre avisara a la Policía y, a la postre, evitara una posible masacre, aunque nunca se ha llegado a saber con seguridad cual era el objetivo de los terroristas. La proximidad a la comisaría de Delicias hizo que se apostase por esta como objetivo, pero el hecho de que la bomba estuviera desconectada en el momento de abandonar el coche echó por tierra esta hipótesis.
Fuente: El Periódico de Aragon, 23/10/2011 y El Periódico de Aragon, 18/02/2014.
Google Maps de 2015.
Bar Luisiana en 1964. Publicada con la autorización de Juan Delfa.
Bar Luisiana, en la esquina con la calle Torres de Quevedo, en el número 4. Inaugurado en 1960, era, junto a Casa Agustín, un referente de la hostelería en el barrio. El nombre se lo pusieron sus dueños, ferroviarios, por el "Lusitania Expreso" un tren unía las localidades de Lisboa y Madrid a mediados del siglo XX. Cerró hacia 1975.
Bar Oro. En la esquina de la calle Campoamor con la avenida de Madrid número 94. Queda el edificio que lo albergaba, pero hace mucho que el bar cerró. Ver más en Madrid, avenida de.
Bar Oro, en la avenida de Madrid. Amanecer, 28 de febrero de 1943.
(Barrio de San José): Por el cercano Canal Imperial de Aragón (ver plaza Canal Imperial).
Llamada inicialmente calle 14 de abril (proclamación IIª República, en 1931), tras el 18 de julio de 1936 las autoridades franquistas la renombraron como calle del Canal. Diario Amanecer del 25 de enero de 1940.
En la jornada del 14 de abril de 1931 se proclamaba la Segunda República en España. Llegó tras las elecciones municipales celebradas del 12 de abril, que dieron un claro triunfo a las candidaturas republicanas o antidinásticas en casi todas las capitales y grandes poblaciones del país. El día 13 las masas salieron a celebrar efusivamente la victoria de las colaciones republicano-socialistas y la derrota de los partidos monárquicos. El 14 de abril el Rey Alfonso XIII, perjuro a la Constitución de 1878, al ver el jolgorio y la alegría que se vivía en todo el país, dijo aquello de "Las elecciones celebradas el domingo me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo", dimitió, se fue y se proclamó la Segunda República.
Era la gota que colmó el vaso del el régimen monárquico de la Restauración, en crisis desde hacía ya tiempo. La dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-1930) había sido el salvavidas que sostuvo durante unos años a la élite que siempre había gobernado este país y apuntaló durante un tiempo a la monarquía.
Cuando cayó la dictadura de Miguel Primo de Rivera, Alfonso XIII pensaba volver a la situación anterior como si nada hubiera pasado. Para ello, el 12 de abril convocó unas elecciones municipales con la intención de convocar después unas generales. Por primera vez en la historia de España que los que convocaban elecciones las perdían, y por goleada.
Del archivo Heraldo de Aragón. Archivo GAZA.
Proclamación de la Segunda República española en la plaza de la Constitución (actual de España) de Zaragoza el 14 de abril de 1931. Fotos de Martín Chivite para Heraldo de Aragón, la segunda tomada del Archivo GAZA.
Para saber más sobre esos días recomiendo:
* Blog de José María Ballestín Miguel, "Siente lo conocido", El 14 de abril de 1931.
* Los artículos "Segunda República: ¿qué pasó el 14 de abril de 1931?", de Savier Oliva (2016) y "El republicanismo en Aragón", de Santiago Navascués (2021) en El Periódico de Aragón; "¿Cómo era la España que se despertó republicana el 14 de abril de 1931?", Pilar Rodríguez (2021).
* Hemeroteca de los diarios La Voz de Aragón y Heraldo de Aragón del 15 de abril de 1931.
(Barrio de San José): Por el cercano Canal Imperial de Aragón (ver plaza Canal Imperial).
El paseo de América (actualmente renombrado en paseo del Canal) en plano parcelario de Zaragoza Instituto Geográfico y Catastral de 1935.
En los inicios del siglo XX se llamaba Playa de Torrero y paseo del Arenal. Después, hasta 1940, se llamaba paseo de América. Con anuncio en El Noticiero del 25 de enero de 1940 la vía pasa a denominarse como en la actualidad, paseo del Canal.
La Voz de Aragón del 17 de febrero de 1926.
Vista del paseo del Canal en 1895. Foto de Coyne desde el puente de América en culturadearagon.es
Vista del paseo del Canal de inicios de los años 30 del siglo XX. Foto de José Galiay (AHPZ) con el puente de América y el dique seco al fondo.
Imagen coloreada del primer cuarto del siglo XX con la torre de Pina al fondo. Postal de la editorial M. Arribas.
Paseo del Canal. Postal de Huecograbado ARTE, Bilbao. Web de compraventa.
Puerto de Miraflores. Construido en 1796 bajo la administración del Conde de Sástago aguas abajo del puente de América, formaba parte de las obras de acompañamiento del Canal Imperial de Aragón. Su diseño se encargó a Tiburcio del Caso Martínez (Zaragoza, 1769 – 1846), delineante del Canal Imperial a las órdenes del director facultativo Fernando Martínez Moncín, y aparejador encargado de la construcción de San Fernando de Torrero.
El Canal Imperial, además de como un canal de riego era un canal de navegación de gran importancia logística y este puerto de Miraflores era una de sus infraestructuras principales para garantizar la navegación de mercancías, abastos y personas. Incluía la iglesia de San Fernando (ver más en San Fernando, vía de) y su amplia plaza, y media docena de pabellones destinados a almacenes, graneros, viviendas, bodega, fonda y a su propia aduana para el cobro de aranceles. Para facilitar la carga y descarga de las barcazas la anchura del canal en esta zona aumentaba su anchura. Nadie podía ir en los barcos del Canal si no llevaba pasaporte.
Puerto de Miraflores en 1794, de Tiburcio del Caso. "Descripción del Canal Imperial de Aragón" por el marqués de Aguilar. Proyecto GAZA.
El 24 de agosto de 1802 Carlos IV, su esposa María Luisa de Borbón-Parma, y su hijo, el futuro Fernando VII, junto a Godoy, madrugaron para darse un paseo por el Canal llegando, con algunas paradas en Gallur y Mallén, hasta el Bocal Real tras embarcar en este puerto de Miraflores (Gazeta de Zaragoza, 26 de agosto de 1802).
Durante la ocupación francesa (1809 - 1813) fue utilizado como cuartel general del ejército francés. Siguiendo la estrategia de "tierra quemada", poco antes de su retirada causaron graves daños al varadero y a los edificios del puerto (destruyeron unas pinturas de Manuel Bayeu de la iglesia de San Fernando).
Según Fernando Castán (El Noticiero del día del Pilar de 1944), desde el fondeadero salían (según datos de 1831) barcos ordinarios los lunes y jueves; iban estos barcos al Bocal, recorrido en el que invertían día y medio, y tornaban a Torrero los miércoles y sábados. Otros barcos partían los martes para recoger en el Bocal a los viajeros que llegaban en la diligencia de Navarra
En 1852 las tropas deben abandonar el cuartel de convalecientes por haberse cedido a la ciudad para ser utilizado como hospital ante una epidemia de cólera. Para alojar a la tropa, entre octubre y noviembre de 1854 se decide ceder al entonces Ramo de Guerra algunos edificios del puerto de Miraflores que ocupará el Batallón de Granaderos de la Corona. Los Oficiales del Batallón de Granaderos de la Corona ocuparon las viviendas del Sobrestante, constructor de barcos y Guardalmacén mientras que la tropa ocupó los almacenes de la Playa. En 1866 fue dictada una Real Orden del Ministerio de la Guerra por la que también se cedía al ejército la iglesia de San Fernando. La Junta del Canal sólo mantenía ya para su uso el varadero (atarazanas), la caseta, una de las manzanas de casas que reunirían los talleres y almacenes del Canal, y el edificio conocido como "La Fonda" (reconocible en fotos de los años 70 por su planta cuadrada y su palomar en el tejado), devuelto en 1868.
El Regimiento Castillejos, creado en Zaragoza el 9 de enero de 1869 tras la revolución democrática que envió al exilio a la reina Isabel II, se traslada el 21 de octubre de ese año se traslada definitivamente a Zaragoza. En lo que queda de siglo en las viejas instalaciones portuarias se sucederán los regimientos, dándoseles de forma puntual algún otro uso, como cuando dicho edificio de talleres sirvió de cárcel a los prisioneros carlistas. Por una Real Orden de 1885 el complejo se convirtió en Cuartel de Caballería y los bajos de algunos edificios pasaron a ser cuadras. Es en 1888 cuando se traslada allí el 18 Regimiento de caballería de los Cazadores de los Castillejos.
En 1916 se oficializó el deslinde de las propiedades de los ramos de Guerra y de Fomento y prácticamente la totalidad de los edificios pasan a jurisdicción militar.
Proyecto de deslinde de edificios y terrenos de Torrero entre los ramos de Guerra y de Fomento, Zaragoza, 12 de marzo de 1917. Los trazos más gruesos corresponden a edificios del Canal Imperial, el resto se lo quedó el Ramo de la Guerra. Libro: ¡Aquí... Zaragoza!, de José Blasco.
En 1930 se acuerda dejar como calles de tránsito público la que enlazaba el camino de la Iglesia de San Fernando (hoy Vía de San Fernando) con la Playa de Torrero (ahora Paseo del Canal), calle transversal que se denomina actualmente Barón de la Linde y una parcela del paseo del Canal que parte de Barón de la Linde y desemboca en la travesía fronteriza a las casas, llamada de Paraíso (¿hoy Sancho Lezcano?). Con ello se conseguía ampliar la avenida de San José hasta el Canal.
Poco a poco el acuartelamiento aumentará en extensión a costa del Canal imperial, decidiéndose el cierre de la calle Barón de La Linde que quedó engullida en 1942.
Montaje elaborado por Mario Maganto con fotos de Gerardo Sancho en 1971 del cuartel de Castillejos, dos años antes de su demolición, desde la torre de la iglesia de San Antonio de Padua. Tras la denominada "Huerta del General" (en primer plano a la izquierda), pueden verse los diferentes pabellones y sus usos, señalados muy didácticamente por el autor del montaje.
En 1973, en el marco de la operación cuarteles, el ejército vende ayuntamiento casi todos los edificios castrenses enclavados en el casco urbano. Sin embargo se reservaron este cuartel de Castillejos para instalar para instalar el Centro Regional de Mando de la V Región Militar, comenzando el 27 de marzo de 1973 el derribo del viejo cuartel. Las tropas ocuparon las nuevas instalaciones en marzo de 1978, y allí siguen.
Fuentes utilizadas para el texto:
* Fran Ríos, en una entrada del 23 de julio de 2021, en "Anteayer Fotográfico Zaragoza".
* "Historia del acuartelamiento San Fernando", Asociación Los Sitios.
Verbenas de San Juan y San Pedro. Conmemorando la llegada de aguas al canal, se celebraban desde el siglo XVIII verbenas muy populares dedicadas a San Juan y San Pedro. Tenían lugar entre el puerto de Miraflores y la playa de Torrero la noche precedente y la madrugada de los días de San Juan y San Pedro. Eran las más importantes de la ciudad, frente a otras verbenas como la de San Antonio, la del Carmen, la de Santiago o las que tenían lugar en Macanaz. Se decía "vamos a tomar la Sanjuanada" y estas fiestas tan multitudinarias eran que parecían romerías, llenando esos días el paseo de Torrero (actual paseo Sagasta) de gentes dispuestas a disfrutar de una agradable noche veraniega.
La costumbre pagana de celebrar con hogueras el solsticio de verano es de tiempos pretéritos. Se utilizaba el fuego como elemento purificador de todo lo nocivo, bailando alrededor de él y algunos saltándolo en señal de arrojo y como protección mágica ante males y enfermedades. Mudó más tarde a festividad cristiana que celebra del nacimiento de san Juan el Bautista el día 24 de junio y de San Pedro, menos famosa, el 29 de junio, asimilando los ritos de las hogueras a las ideas cristianas.
Foto de Tomás Mora Monforte tomada el 14 de octubre de 1934 en la celebración de los 200 años del nacimiento de Ramón Pignatelli. Texto y foto publicada en "El Desván de Rafael Castillejo".
Cabalgata fluvial en el Canal Imperial durante Fiestas del Pilar de 1947. La imagen estaría tomada tramo del Canal entre la pasarela de la calle Ruiz Tapiador y el puente de América. La "cabalgata" consistió en un descenso, desde el chalet de Buenavista, y hasta el Puente de América, de varios pontones sobre los que se emplazaron reproducciones en bulto redondo de elementos del pasado de la ciudad, como la estatua de Pignatelli, la Fuente de los Incrédulos, y la Puerta del Carmen, modeladas por el escultor local Armando Ruiz Lorda. En otro pontón, un cuadro de jota representaba en directo un homenaje a la jota. Fuente: Gerardo Sancho Ramo (AMZ), texto del Proyecto GAZA.
De la primera verbena en Torrero, el 24 de junio de 1788 en el puerto y astillero de Miraflores, tenemos conocimiento por el cronista Faustino Casamayor. Dio comienzo con retraso por la lluvia a las 5 de la tarde con la partida del barco grande, El Carlos, y una cuadrilla de máscaras, acompañadas de una completa orquesta y de danzas en medio que hicieron las delicias de los zaragozanos que abarrotaron las orillas. Lo acompañaban otros barcos enramados y adornados con banderas, también con música, desde los que salían seguidillas y jotas. Presidió el acto Francisco Xabier de la Ripa, Oidor de la Real Audiencia y Juez conservador del Canal Imperial.
Según Fernando Castán (El Noticiero del día del Pilar de 1944), otras fiestas importantes eran las que se celebraban el 21 de noviembre: "Las más distinguidas de la población, con coches, carretelas y demás carruajes, dando mil vueltas por la Playa; esta circunstancia atrae allí a lo más lucido de la ciudad, presentando el todo una perspectiva en extremo agradable".
Tras unos años sin celebrarse tras los Sitios (1808-1809), se reanudaron años después cuando la ciudad se recuperó de los estragos de la guerra. Fueron aumentando tanto su dimensión que consta el diseño de un parque por Dionisio Casañal en 1892. Seis años después el ayuntamiento adquirió por 65.000 pts. un extenso un olivar de Pablo Buil Bayod (Jurado de la Audiencia) que, unido a unas viejas graveras eliminadas, ocupaba casi todo el parque Pignatelli actual. Allí se trasladaron las verbenas y su bullicio, que se prolongaba hasta las casas en las que se encontraba el café de Pablo "el Bruto".
Vendedor de escorzonera con su garrapiñera. Dibujo de Ambrosio Ruste en el Heraldo de Aragón del 20 de junio de 1950.
En la arboleda de la Playa del Canal, adornada con guirnaldas y farolillos, nunca faltaban entre las andanas de árboles los aguaduchos, mesas enmanteladas con un cubo de hielo donde se ponían a refrescar limonadas, y los puestos de instalados por vendedores ambulantes con sus calderas de churros y buñuelos, bollos, barquillos de frutas, chufas y cestos de albahaca dispuestos para su venta.
No podían faltar las bebidas espirituosas tradicionales del momento: aguardiente, botellas de retacía (licor dulce), el anís escarchado, el salsifí (refresco producido al hervir escorzonera y dejar enfriar el caldo resultante). El Noticiero del día del Pilar de 1944.
Las músicas interpretadas por regimientos militares y charangas, o por pianos de manubrio, anticipaban la fiesta desde el final del actual paseo Sagasta. Hasta que llegó la versión eléctrica en 1902, era tradicional volver a casa en los tranvías de mulas con un ramito de algún tipo de planta olorosa (hierbabuena o albahaca) o claveles.
A partir de 1914 estas verbenas de libre acceso vinieron muy a menos perdiendo parte de su glamour y siendo frecuentadas por gente de mal vivir y borrachos. Las verbenas se trasladaron al Saturno Parque en 1923, mutando en la verbena de la Prensa, de gran éxito ese año. De allá pasó a la finca de Yarza (en la entrada del paseo de los Plátanos (actual paseo de la Constitución), a Las Palmeras, al Iris Parque (ver más en César Augusto, avenida), y al recinto de la Feria de Muestra de forma más dilatada.
En Torrero, como continuación de aquellas típicas verbenas de la sanjuanada y sampedrada, hubo barcazas engalanadas que iban a Casablanca con bailes y música, y, en dirección contraria, la góndola Santa Cecilia, que navegaba hacia la Quinta Julieta arrastrada por una caballería.
Parece que todo acabó en 1935 cuando la Asociación de Propietarios del barrio de Pignatelli publicó una nota en prensa anunciando su cancelación (La Voz de Aragón del 22 de junio).
Fuentes: Heraldo de Aragón del 24 de febrero de 1902 - La Voz de Aragón del 10 de junio de 1931 - El Noticiero del 20 de junio de 1950 (José Blasco).
Almenara de San Antonio de Padua. En dirección al Cuarto Cinturón, frente a la urbanización Pilar Canal, está esta infraestructura hídrica, la última de desagüe del canal de las cuatro que hay en Zaragoza, hasta donde llegaba su navegación. Construida en 1790 con dos finalidades: servir de escorredero o desagüe del canal al Ebro (a 2.5 km) y suministrar el agua sobrante a la acequia de Miraflores para regar los campos de La Cartuja de la Concepción.
La almenara se compone de dos edificios, adosados uno al otro: la almenara de planta cuadrada y de la vivienda del vigilante, de planta rectangular regular. Ambos edificios levantados en ladrillo encalado y cubiertos por tejado a dos aguas y teja árabe. La almenara tiene dos alturas y en su interior encontramos un espacio diáfano, con dos grandes compuertas en el interior y una escalinata metálica para poder subir a la parte alta, ya que en ella se encuentran los controles de las compuertas. En la parte alta hay una ventana que deja ver el salto de agua que se crea en la parte trasera de la almenara.
Almenara de San Antonio en 2008, antes de ser vandalizada. Foto publicada con la autorización de su autor, Carlos Colás Curiel.
Almenara de San Antonio hacia 1950. Foto de Ovidio Carretero, cedida para esta web por su nieta, Natalia Laínez.
Comparativa de la almenara de San Antonio en 1833 (Memoria histórica del Canal imperial de Aragón noticia sobre las utilidades que produce, y explicación de lo que contienen las láminas que se publican, Madrid, 1833. Proyecto GAZA) y en 2008.
Foto de Google Maps de esta almenara recién restaurada en 2008. Ahora está repleta de pintadas y su estado, al menos el exterior, es lamentable.
Junto a ella estaba el escorredero y puente de Media Legua. Surtía de las aguas del Canal dirigiéndolas hacia el Ebro. Del puente sobre el canal sale el camino del mismo nombre hacia la Cartuja Baja.
Parece ser que este puente es citado por Ramón Menéndez Pidal en su obra El Cid Campeador, afirmando que Rodrigo Díaz de Vivar cruzó el puente en agosto de 1084 acompañado (desde 4 leguas antes, en la villa de Fuentes) de Mutamín y los notables de la corte musulmana de la ciudad de Zaragoza y de numerosos vecinos, que celebraban la victoria sobre el enemigo.
En el siglo XIX era un punto de extracción habitual de personas ahogadas en el Canal.
Animales actores de ópera... Diario de Zaragoza del 21 de octubre de 1878.
Desde la Almenara hasta Casablanca se recogían del cauce del canal las conchas de margaritífera auricularia (especie de molusco bivalvo de agua dulce que se encuentra en peligro crítico de extinción), para lo cual se sacaba una concesión anual de 250 pesetas en 1889 (Diario de Avisos de Zaragoza del 29 de septiembre). Se empleaba el nácar de las valvas para la fabricación de empuñaduras de navajas y collares.
Huerto de la Media Legua. Media legua viene a ser media hora caminando desde Zaragoza. Se llega bajando veinte minutos por el camino de San Antonio, y tras cruzar por el puente las vías del tren, a cien metros a la derecha, junto a la Z-40, exactamente en este punto.
El Jardín de la Media Legua surge de la pasión y el trabajo de los farmacéuticos Julio Palazón y Paquita Ors (Laboratorios Paquita Ors), hoy ayudados con mimo por su hijo, el también farmacéutico y empresario cosmético Jerónimo Ors. Palazón, de profesión farmacéutico, ya jubilado, en el barrio de las Fuentes, creó en los años 60 del siglo XX un jardín ha llegado a tener más de 1.000 variedades de rosas, prácticamente todas variedades que podemos llegar a imaginar.
No le falta detalle, porque la cara interior de los muros acogen escritas, con primorosa caligrafía, citas de Juan Ramón Jiménez, Fray Luis de León o Miguel Hernández relativas a las rosas.
Jerónimo Ors en el Huerto de la Media Legua. Fotos de Guillermo maestre para 20minutos.es
Foto de lo que quedaba de la villa del doctor Artero en 2023. Google Maps
Clínica del Doctor Artero. Francisco Artero fue un médico que atendía a los vecinos del barrio de Torrero y la zona alta de San José. Los que lo conocieron dicen que pasaba la "iguala", un convenio por servicios que el estado no ofrecía entre médico y cliente por el que aquel presta a este sus servicios mediante una cantidad fija anual en metálico o en especie.
Tenía la clínica y su villa en el paseo del Canal número 25, en la orilla izquierda, pocos metros después de la curva de las Terrazas de Cuéllar (actual plaza del Canal Imperial). Fue durante muchos años toda una institución esta zona de la ciudad en la que toda la labor sanitaria recaía exclusivamente en él, el doctor Emilio Rosell de la calle Lugo, y en don Rafael, el practicante (Anteayer Fotográfico en El Periódico de Aragón).
No estaba solo, en el segundo cuarto del siglo XX esa zona era lugar de segunda residencia habitual de la burguesía zaragozana, que tenía aquí sus villas de recreo.
La Voz de Aragón del 19 de agosto de 1930.
La primera noticia que he encontrado de la casa es de La Voz de Aragón del 19 de agosto de 1930 que informaba de un pequeño incendio en la misma sin demasiadas consecuencias. Cuentan que la clínica disponía de rayos X y tenía dos salas de espera, la principal con un gran espejo de marco barroco y unas sillas de estilo clásico de maderas acolchadas, y otra más pequeña donde atendía a los gitanos de las graveras de forma gratuita. Los que lo conocieron dicen que pasó consulta hasta los años 60 del siglo XX, siempre con un puro en la boca. Eran otros tiempos.
Estuvo muy vinculado al fútbol zaragozano, primero como portero del Stadium Zaragoza (El Noticiero del 20 de enero de 1925) y del Iberia (en 1929, Heraldo de Aragón del 26 de noviembre de 1940), después como vicepresidente del club Arenas (El Chiquero, 15 de marzo de 1943), en el que bajaba a tratar a los lesionados si eran de cierta gravedad.
La casa fue abandonada, vandalizada, y, finalmente, piqueteada en junio de 2023, gracias a la desidia de nuestro representantes municipales.
Junto al paseo del Canal, en el cruce con las calles Santa Gema y Neptuno, en la que hoy es la plaza Crónica del Alba, asesinaron a Miguel Vicente Basanta López, obrero de la construcción en paro y militante comunista aragonés abatido por un agente de la policía del franquismo el 5 de febrero de 1977. El motivo, hacer una pintada ("Trabajo sí, policía no") en la tapia de la antigua fábrica de Alumalsa, frente a las antiguas Graveras (hoy parque de la Paz). El asesino quedó impune. Ver más en Basanta, calle de Vicente Miguel.
Asesinato de Eugenio Saturnino Lloré Huarte (Zaragoza 1882 - 1933), jefe de la Guardia Municipal con varios reconocimientos municipales por su labor en el municipio. Fue perpetrado mediante disparos de pistola por desavenencias laborales el 17 de marzo de 1933 por el exguardia municipal Jesús Calvo Sierra a las cuatro y cuarto de la tarde, cuando su superior salía de su domicilio salía de su domicilio en la Avenida Central, 41. El asesino, de 40 años, vivía con su mujer y cuatro hijos en la calle de Goicoechea 24, portería.
La Voz de Aragón del 18 de marzo de 1933.
El funcionario fue atendido de un balazo en el estómago en el segundo piso del número 19-21 del actual paseo del Canal, donde aún fue seguido por Jesús Calvo que disparó un segundo tiro que no alcanzó su blanco.
Tras cometer el delito salió visiblemente nervioso y con el arma en la mano por la avenida de la República hacia la plaza Paraíso, para presentarse ante las autoridades. El Jefe de la Guardia Municipal falleció poco después, siendo enterrado en Torrero.
Parece ser que la causa fue que se había decretado su expulsión del cuerpo y el cambio de servicio por varios expedientes por embriaguez firmados por su superior. La sentencia, que apreció varias eximentes, le impuso la pena de seis años y un día de prisión y el pago de 20.000 pesetas de indemnización.
Fuentes: Heraldo de Aragón y La Voz de Aragón del 18 de marzo de 1933, del 5 de diciembre de 1934 y del 6 de diciembre de 1934.
Colegio de Santa Ana, en el camino del Canal 135. Se trata de un concertado religioso de titularidad de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Ocuparon estas instalaciones de 4 hectáreas en el curso 1977-1978 por un cambio legislativo que exigía unos metros de patios de recreo que no tenían. Dicen en su web que preguntaron para decidir su nueva ubicación por las zonas más necesitadas en centros de enseñanza y que decidieron irse al barrio de La Paz, pero supongo que como siempre en estos casos buscaban suelo barato que con el tiempo se revalorizase, porque al ser concertado muchos gitanicos de las graveras no habrá que puedan pagar la cuota "voluntaria" que se exige para estar en estos exclusivos clubs.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana fueron fundadas por el Padre Bonal (ver más en Bonal, glorieta del padre o mosén Juan) y la Madre Rafols (ver más en Rafols, calle la Madre), héroes de los Sitios, en 1804 para atender el Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia. También tuvieron una labor destacada en las sucesivas epidemias que sufrió la ciudad (muy bien descritas en la última página de El Noticiero del 22 de enero de 1946). Allí se hacían cargo de los niños acogidos en el hospicio provincial, antigua Real Casa de Misericordia, después Hogar Pignatelli y hoy sede de la D.G.A.
Consta en la hemeroteca que ya en 1886 atendían a párvulos en su convento ubicado el número 66 de la calle Mayor (Botín de Guerra del 4 de junio) dirigidas por Sor Isabel López.
Periódico Botín de Guerra del 4 de junio.
A pesar de este dato, en la web oficial afirman que los orígenes de la labor educativa de esta congregación religiosa los debemos a la hermana Martina Balaguer, recién elegida Superiora General el 3 de mayo de 1889, tras las votaciones celebradas en el Hospital de Nª. Sª. de Gracia, quien tuvo la intuición de abrir un colegio en Zaragoza, que contó con el visto bueno del Cardenal Benavides, arzobispo de la diócesis.
Tenían claro que querían abrir un colegio, la duda era dónde. La zona del Coso, cerrada por el Mercado Central, presentaba grandes diferencias en cuanto a la escolarización. En el distrito del Sepulcro y San Carlos había pocas escuelas en relación a la zona del Pilar y la Audiencia, quedando prácticamente desatendidas las zonas de Azoque y San Miguel, y allí se fueron.
Foto de Lucien Roisin fechada en 1929 donde se ve el Coso Medio y remarcado en rojo el acceso al colegio de las Anas, aún en el número 96-98. Fuente: Archivo GAZA.
Camarillas.
Clase de prácticas de cocina.
Comedor.
Biblioteca.
Salón de actos.
Patio y acceso a la capilla.
Fotos publicadas en el Grupo de antiguas alumnas. Fuente: CarLina Burana.
Evolución urbanística de la calle Santa Catalina en los planos de Casañal (1880 y 1908), M.A. Navarro 1924 y Margalé (1964).
Según cuenta en su web, y se anunciaba en el Diario de Avisos de Zaragoza el 11 de junio, tras hacer a prisa y corriendo las reparaciones y reformas necesarias, iniciaron su labor educativa el 1 de julio de 1889, comenzando como parvulario e impartiendo Primera Enseñanza en dos pisos alquilados de la calle Coso números 96-98. El 2 de septiembre lo abrieron para externas e internas, a las que después se añadieron las niñas de media pensión y vigiladas.
Parece que les fue bien y el número de alumnas fue aumentando y con ello la necesidad de espacio, por lo que fueron agregando edificios adyacentes durante todo el siglo. Ya era popularmente era conocido como "el colegio del Coso", por ser el lugar de acceso principal.
En 1920 ya preparaba alumnas libres para la Normal del Estado y tenía un floreciente internado, llegando a las 1.200 alumnas (dicen que 300 gratuitas). En 1929 termina la primera gran ampliación del edificio que se extiende hasta la mitad de la calle Santa Catalina, ya alineado con la nueva, ensanchada y ampliada vía.
En 1939, ya en el renumerado Coso 80, fue aprobado como Centro de Enseñanza Media y el reconocimiento oficial por parte del Ministerio para que se cursen los estudios del bachillerato de siete años. Al sobrepasar el número de alumnas que cabían en el Coso las Hermanas adquieren y adaptan algunos locales de la calle Porcell que pronto resultarían también insuficientes.
En 1939 empezaron la licenciatura las dos primeras Hermanas en España y el 30 de septiembre de 1948 se crea la Escuela de Magisterio Sta. Ana, que se encuentra entre las cinco primeras Escuelas de Magisterio de la Iglesia, siendo la que tuvo mayor número de alumnas seglares. La aprobación ministerial de la Escuela de Magisterio “Santa Ana” se otorgó al año siguiente.
A finales de los años 50, este colegio se ampliaría varias veces más, llegando hasta la calle San Miguel. Al cesar en su ejercicio de oftalmólogo el Dr. Ángel Faci se piensa en alquilar su piso vacante más los propietarios de la casas número 76 (de los señores Escoriaza) y 78 del Coso proponen a las Hermanas la venta de sus casas para la expansión del Colegio que se formalizará el 5 de mayo. Un mes después se firmó la escritura de compra del Hotel Florida en el número 76 (cerrado en 1964), por un elevado precio (José Blaco Ijazo, El Noticiero del 31 de marzo de 1966).
Se adquieren las fincas colindantes de Santa Catalina y San Miguel, a D. Salustino Lon y D. Luis Gabás. Se piensa una posible permuta de locales para la instalación del periódico “Amanecer” ubicado en la calle Porcell. La última adquisición la hacen con el solar del número 21 de la calle San Miguel.
No fue suficiente, en 1960 un cambio en la normativa que les exigía mayores metros cuadrados de patios de recreo y sin posibilidades de nuevas ampliaciones les trastocó sus planes.
En 1968 esta congregación se hizo cargo de una guardería en Valdefierro construida gracias a dos donantes particulares (El Noticiero del 2 de noviembre).
En 1976 el espacio no daba para más en los tres recreos, el de la terraza, el patio de Arcos y el del Sagrado Corazón. En el comedor había que hacer varios turnos. El Ministerio insta a desplazar el Colegio a otra zona donde pueda cumplir con los requisitos solicitados.
Calle Santa Catalina en el año 1978 con el Coso al fondo, cuando aún no se había completado la ampliación de la calle. A la izquierda se observa ya la fachada del colegio de las Anas, producto de su ampliación de 1929. Los talleres tipográficos Casa Martínez que estaban en Coso número 84, con los derribos se trasladaron a la acera de enfrente. Fuente: Julián Rosa.
El 11 de enero de 1978 se comenzaron las clases en el Paseo del Canal, siendo inauguradas las nuevas instalaciones el 25 de marzo. En el diario Aragón Exprés del 29 de junio de 1980 se decía que las fachadas de este inmueble decimonónico, uno de los pocos que ya entonces quedaban en el Coso, se iban a conservar, pero finalmente no fue así y prevalecieron los intereses de los de siempre.
Perdida la fachada del Coso con la construcción del hotel Reino de Aragón proyectado en 1998, la mayor parte del viejo colegio pervive aún con acceso por la calle Santa Catalina.
Yo lo recorrí cuando cursé el Inter-Cou (curso correspondiente al actual 2º de bachillerato) en 1994, cuando se fusionaron temporalmente las Anas con las Madres y Padres Escolapios y nos juntaban a todos los alumnos y alumnas de sus respectivos bachilleratos.
Patio de la terraza. Fuente: CarLina Burana.
Foto del año 1977 de la esquina entre el Coso y la calle Santa Catalina, con el colegio de las Anas en el centro que ese año se habían llevado las clases a su nueva ubicación del paseo del Canal). Origen desconocido.
Fuentes: Presentación sobre la historia del colegio - Web oficial de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.
En el solar ocupado actualmente por el campo de fútbol del Montecarlo (ver el enlace) estaba la fábrica de ladrillos del activo contratista de obras Juan Machetti Mino, desde finales del siglo XVIII hasta 1960. Este italiano asimilado aragonés tenía su casa en la calle Pignatelli número 1.
En la Revista Semanal Ilustrada "Zaragoza" del 29 de abril de 1907 le hicieron un completo reportaje a cuatro páginas. En él ubican la fábrica en el vértice del ángulo formado por la carretera que va al cementerio de Torrero y el curso del Canal, frente a la Quinta Julieta. Para gestionarla se constituyó el 21 de diciembre de 1904 la sociedad colectiva denominada la Fabril Constructora Aragonesa (publicado en Heraldo de Aragón del 4 de abril del año siguiente). Tras unos problemas iniciales, que a punto estuvieron de echar por tierra el proyecto, y ya solo bajo la propiedad del señor Machetti, un emprendedor italiano afincado desde hacía años en España, la fábrica comenzó a dar beneficios convirtiéndose, según el articulista, en una referencia en el país.
Acceso a la fábrica. Fotos del Sr. Pelayo para la Revista Semanal Ilustrada "Zaragoza" del 29 de abril de 1907.
La fábrica, rodeada por un muro exterior de obra vista y decoraciones geométricas, constaba de dos magníficos cuerpos de edificios; el destinado á la fabricación y el horno. Independientemente de los dos estaba la extensa dependencia donde se deposita el ladrillo para su desecamiento antes de la cocción.
El edificio de fabricación era una construcción rectangular, espaciosísima y de elevada techumbre. Una potente caldera de vapor instalada en 1907 ponía en movimiento la máquina triturada de las tierras y elevaba el agua para hacer la pasta, llamada buro. Mezclada el agua con tierra, la máquina amasadora daba salida al barro, convertido en ladrillos completamente perfeccionados, cuyos moldes recibían una moda giratoria horizontal desde la que lo arrastraban fácilmente al secadero, en carretillas de mano.
El secadero estaba cubierto en toda su extensión por sólida techumbre. En el horno continuo, con amplias entradas al nivel del suelo y estancias independientes, se efectuaba la cocción del ladrillo. La combustión se mantenía y regulaba desde el primer piso, mediante un sistema de pequeñas y numerosas bocas que facilitaban grandemente la labor de los obreros. Frente á los secadores y al horno, internada en el monte, estaba la grandiosa chimenea de 40 metros.
La fábrica daba en ese momento un rendimiento diario de 18.000 a 20.000 ladrillos diarios. Una línea de vagonetas movidas por tracción animal enlazaba la tejería con el puente de América, bordeando el canal.
De esta vieja instalación fabril aún pervive una chimenea dentro de un parque con merendero situado entre el Canal Imperial y la Calle Alhama de Aragón. Como puede leerse en su base, fue construida en los años 30 por los hijos de Tejero Ibáñez Hernández.
Los Machetti continuaron en Zaragoza. José, uno de los hijos del patriarca, fue asesinado a tiros el 18 de octubre de 1921 (Heraldo de Aragón del 20 de octubre) cuando se dirigía a su domicilio en la calle Hernán Cortés número 44 siendo empleado jefe del personal de la fábrica de Escoriaza. Parece que había sido previamente amenazado por motivos laborales. Otro miembro de la familia tenía un gabinete fotográfico en el número 27 del Coso (El Día, 19 de diciembre de 1923), en el patio del Bazar X, desde el 7 de mayo de ese año.
Quinta Julieta. Actualmente podemos encontrarla en el número 144 del paseo del Canal.
Primera etapa: Finca de recreo situada en el número 96 duplicado a finales del siglo XIX. Se ubicaba en el término de Miraflores, a la izquierda del Canal Imperial, cerca del cruce del acueducto con el moderno tercer cinturón y en las estribaciones del histórico barranco de la muerte, a dos kilómetros de la Zaragoza de entonces.
A finales del siglo XIX la expansión de la ciudad hacia el sur y la urbanización del antiguo camino a Torrero (actual paseo de Sagasta) favorecieron la implantación de palacetes burgueses por todo ese paseo y de villas de recreo suburbanas, llamadas "quintas", de inspiración romana y habitualmente con nombre de mujer), por todo el Canal Imperial. Algunos nombres de quintas del canal que he encontrado en la hemeroteca son: quinta Villa-Hermosa, quinta Vista Alegre,... y la más famosa, la Quinta Julieta.
El creador y propietario de la pintoresca "Quinta Julieta" fue Enrique Sagols y Ferrer (Gerona, 1852 - Zaragoza, 1921), presidente de la Cámara Agrícola Oficial de Zaragoza y del Casino Mercantil, socio de mérito de la Sociedad Aragonesa de Amigos del País, y hombre para todo de la Zaragoza del cambio de siglo donde se relacionó con los más importantes personajes zaragozanos de la época como Basilio Paraíso, del que era amigo.
Fotografía hecha por un excursionista francés en 1898 perteneciente al archivo Mollat-Moya tomada de Archivo GAZA. En primer término la góndola "Santa Cecilia" o el "Cisne del canal" en la curva donde se derivaba agua a la acequia del Ontonar y desde donde partía hacia la Quinta Julieta remolcada por el mulo de sirga. Al fondo, las antiguas instalaciones del puerto de Miraflores del Canal Imperial, en ese momento ya compartidas con el cuartel de caballería de Castillejos. Texto de Anteayer Fotográfico en El Periódico de Aragón.
Enrique Sagols remarcado en rojo en una foto de finales del siglo XIX de la familia Sagols. Fuente: María Pilar Gonzalo Vidao.
Gran emprendedor y muy respetado, abarcó muchos campos: Contratista de letrinas y pozos negros (sus métodos innovadores fueron premiados en la Exposición Aragonesa celebrada en Zaragoza en 1885-1886) mecánico, jardinero, agrimensor, perito tasador de tierras, fabricante de abonos y desinfectantes, ingeniero de Averly, inventor, suscriptor de patentes, criador de cerdos y otros animales, escritor y político. Pero nada de esto le hizo pasar a la fama, sería su finca "Quinta Julieta", punto de reunión de toda la sociedad zaragozana de su época, la que le haría un icono de gran interés entre los curiosos de la historia de la ciudad.
Hijo del también ingeniero José Sagols, vivió en la calle Ramón y Cajal número 75 (El Noticiero del 9 de agosto de 1921) con Julia Rodrigo Coutens, su mujer, con quien tuvo tres hijas: Enriqueta (fallecida muy joven de tifus), Cecilia y Emilia. El nombre de la finca lo puso en honor de Julia (Julieta), su mujer.
La Quinta Julieta se formaría por la compra y unión de dos fincas de terreno árido e inculto en 1889 y 1892. Como quería dedicarla a la explotación agrícola, a la cría de animales (incluso anguilas) y a la apicultura solicitó al ayuntamiento que le fuera concedida para su finca la declaración de colonia agrícola, y así obtener los beneficios y exenciones fiscales que llevaba consigo. Consta en prensa que ya en 1889 (Diario de Avisos de 24 de diciembre) le fue concedida. También solicitó los beneficios de población rural pero no me consta que en este caso le fueran concedidos (Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de enero de 1891).
Las cosas le iban bien al señor Sagols y se animó en convertirla además en una finca de recreo. Tras unos años de trabajo y acondicionamiento creó un auténtico paraíso, un vergel con rizadas arboledas, amplios jardines, animales exóticos, pagodas orientales, rosaledas, dos cascadas paradisíacas, estanques artificiales con puentes de madera, aves acuáticas y peces de colores, canales, columpios, cenadores, campo de tiro, plaza de toros, atracciones de feria, un restaurante y hasta un simulado y ecléctico "castillo", un chalet que era el edificio principal de la finca. El "castillo" contaba con almenas desde las que se divisaba una agradable vista y un restaurante y elegantes gabinetes para tomar un refrigerio elaborado por alguno de los cocineros estrella de la ciudad (La Derecha, 31 de mayo de 1897) como Gabriel Monreal, antiguo del Gambrinus (La Derecha, 11 de junio de 1897) o Alfredo Flores entre 1900 y 1908 (“Fondas, hoteles y banquetes en la Zaragoza del siglo XIX” de Santiago Parra de Sas).
El domingo 30 de mayo de 1897 a las once de la mañana se inauguró. Conocedor de la importancia de la prensa, el señor Sagols invitó a periodistas de todos los diarios de su poca, que publicaron agradecidas notas en prensa de la finca y por las que podemos conocer sus principales características. Ejemplos de ello son las del Heraldo de Aragón del 29 de mayo de 1897, Diario de Zaragoza del 29 de mayo de 1897, Diario de Avisos de Zaragoza del 31 de mayo de 1897, y La Derecha, del 6 de agosto de 1898.
Allí nos cuentan que el acceso, inicialmente gratuito, era junto al Canal Imperial. Se llegaba en tranvía o carruaje por el Camino de Torrero hasta la Playa de Torrero, donde los visitantes montaban en una góndola blanca llamada Santa Cecilia, en honor de la hija mayor de los propietarios, con un cisne tallado en la proa para realizar un plácido trayecto de ocho minutos arrastrados por un caballo blanco a un precio de diez céntimos. La cuerda utiliza para el arrastre era larguísima, para que la caballería se pierda de vista, y, a su vez, no se perdiera demasiado la ilusión marinera de los navegantes. El Marqués de La cadena en La Hoja del Lunes del 13 de octubre de 1941.
En los momentos en que el canal no llevaba agua suficiente se sustituía por un servicio de coche de caballos que hacía el servicio cada media hora hasta las 10 de la noche.
Los que la conocieron hablan de ella como un paraíso (La Crónica, 9 de julio de 1914) refugio de paseantes, escritores y eruditos de renombre como Benito Pérez Galdós (1908) o Emilia Pardo Bazán (Nuevo Diario de Zaragoza, 3 de octubre de 1899) que disfrutaron y alabaron sus instalaciones y jardines.
Plano de Quinta Julieta (en ese momento renombrada como "del Salvador"), de Santiago Lagunas Mayandía en 1956, perteneciente al archivo del colegio El Salvador. El punto 3 corresponde a la casa de Sagols, el 4 es el comedor, el 5 el palomar, el 6 (arriba) la casa del hortelano, el A la plaza de toros, B el salón de tiro, el D los kioscos, el E el lavadero. Fuente: "La Quinta Julieta (1897-1917): la posesión más deliciosa y distraída de Zaragoza", de Mónica Vázquez Astorga (2019).
Foto aérea de la Fototeca (1956) y comparativa actual (2025). En lo que hoy sería el Tercer Cinturón, se observa el círculo de la plaza de toros.
Postal Hauser y Menet, serie "Zaragoza", nº 2005. Fuente: “Fondas, hoteles y banquetes en la Zaragoza del siglo XIX”, Santiago Parra.
Allí la burguesía zaragozana más acaudalada gustaba pasar sus días de asueto y celebrar fiestas, reuniones y banquetes. Había diversiones para toda la familia y sus visitantes podían bañarse o remar en alguno de sus lagos, y disfrutar de una comida a la española y a la francesa en sus cenadores y junto a las grutas y estanques. Su fama fue tal que Ramón J. Sénder, que la frecuentó en su juventud, le dedicó la tercera novela de su obra "Crónica del Alba".
Galería de tiro de la Quinta Julieta en 1911. Fuente: Julián Rosa.
Cascada y lago. Fotos del catálogo de Leonardo Buñuel, padre del director de cine Luis Buñuel, en 1904.
Fuente: Miguel Pascual y María Pilar Gonzalo Vidao, Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Entrada al chalet o "castillico". Postal 18 de la colección emitida por el Colegio de El Salvador hacia 1922. Fuente: Mª Pilar Gonzalo Vidao, de Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Dibujo de Luis Palao, en La Ilustración Española y Americana. Fuente: Archivo GAZA.
En la finca se celebró el primer certamen nacional de tiro organizado por la Asociación del Tiro Nacional, en el marco de las Fiestas del Pilar de 1900, entre los días 17 y 20 de octubre. Se establecieron cinco categorías: obreros, jornaleros y trabajadores; cazadores; estudiantes; tropa; jefes y oficiales del ejército.
Como la finca no tenía de las instalaciones necesarias, los días previos fueron frenéticos para organizar un servicio de coches hasta la finca y construir las galerías, salas de espera, zona de fuegos (que atravesaba el barranco de la muerte) y gradas provisionales necesarias para albergar a los 1.500 espectadores que lo presenciaron tras comprar su entrada en el quiosco frente al Gambrinus, en la actual plaza de España.
Este campeonato fue el germen de la Escuela Militar de Tiro (ver más en Constitución, paseo de la).
Fuentes: La Alianza Aragonesa del día 2, El Mercantil de Aragón del día 9, Diario de Avisos de Zaragoza de los días 17 y 18, La Derecha del día 22, Heraldo de Aragón de los días 17, 19 y 23.
Los años no pasaron en balde. La expectación decayó y otras propuestas de ocio se pusieron más de moda. Así, en el Cabezo Cortado, había sido abierto otro restaurante con gran concurrencia de "gente de la de coche" (de lujo), con el pomposo nombre de Vista-Hermosa (1906-1915), que era una parte del edificio donde estuvo el Preventorio Antituberculoso (ver más en Juan XXII, calle de). La vieja Quinta Julieta entró en decadencia y el descenso de visitantes empujó a un ya anciano Sagols a vender la propiedad en 1917 a los PP. Jesuitas del colegio El Salvador. Solo cuatro años después, el 7 de agosto, Sagols falleció a los 69 años (El Noticiero, 9 de agosto de 1921).
La vieja góndola Santa Cecilia, ese su cisne romántico icono de su época, pereció poco a poco y a la vista de todos carcomida y enfangada en un encadenado junto al puente de América, víctima del tiempo, del desuso y del olvido. Heraldo de Aragón del 28 de febrero de 1935 y El Noticiero del día del Pilar de 1944.
Postales 16 y 23 de la colección emitida por el Colegio de El Salvador hacia 1922. Fuente: Lucioangel Zaratiegui y María Pilar Gonzalo Vidao, Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Fuentes:
María Pilar Gonzalo Vidao para Anteayer Fotográfico Zaragozano.
"La Quinta Julieta (1897-1917): la posesión más deliciosa y distraída de Zaragoza", de Mónica Vázquez Astorga (2019).
"La Quinta Julieta, la villa de recreo de la élite zaragozana por la que pasearon Galdós y Sender", de Nacho Viñau para hoyaragon.es.
"El Visor de Chus Tudelilla: Fincas de recreo en Zaragoza (II), La Quinta Julieta", de Chus Tudelilla para El Periódico de Aragón.
Cuadernos de Aragón, 38. "Fondas, hoteles y banquetes en la Zaragoza del siglo XIX", de Santiago Parra de Sas.
Segunda etapa: Casa de ejercicios espirituales de los Padres Jesuitas. Como decíamos antes, finalmente en 1917 la finca fue vendida a los PP. Jesuitas del colegio El Salvador y ya nada fue igual, ni siquiera el nombre que fue cambiado por "Quinta del Salvador".
Como explica Mónica Vázquez, por decreto de 23 de enero de 1932, la Segunda República disuelve la Compañía de Jesús con el pretexto de que obedece a un poder extranjero (el papa) e incauta todos sus bienes.
Por ello la quinta fue arrendada en 1933 a un horticultor llamado Aurelio Benedicto (con floristería y residencia en la avenida de la República, número 12). Aunque durante la guerra civil ese decreto es derogado por el sublevado Gobierno de Burgos, los Jesuitas no recuperan la finca hasta 1943 tras un largo proceso judicial. Esos años la antigua finca de recreo ha sufrió graves deterioros.
Estudiantes en la fiesta escolar del Colegio Alemán en la Quinta Julieta. A. de la Barrera para La Voz de Aragón del 17 de junio de 1930.
Diario Gráfico Independencia del 5 de septiembre de 1930.
El viñetista Teixi en La Voz de Aragón del 1 de enero de 1931.
La finca era aún lugar de fiestas y festivales, especialmente de la comunidad alemana de Zaragoza, antes y durante la Guerra Civil. El Noticiero del 1 de mayo de 1938.
En 1944 la comunidad religiosa realizó algunas obras de conservación de las edificaciones existentes e inició la construcción de una casa de ejercicios espirituales encargada a Santiago Lagunas en 1958 e inaugurada tres años después. Será declarada Bien Catalogado del Patrimonio Cultural Aragonés en 2005.
Casa de Ejercicios Espirituales hacia 1960. Archivo Coyne (DARA).
El lugar era el ideal, natural y tranquilo, a la vez que cercano al casco urbano de la ciudad. Se trata de un edificio exento y singular por su planta (con la portada cóncava que parece acoger a los visitantes y sus abundantes elementos figurados (la figura de Cristo o los vanos en forma de cruz). Junto a ella se levantó una casa residencia de las Esclavas de Cristo Rey, que son las que atienden el edificio.
En 1981 algunos de los edificios de la época de Sagols aún estaban en buen estado (la casa de los propietarios, el comedor, la casa del hortelano). El granero era ya ruina. El resto ya habían desaparecido. Con las obras del tercer cinturón desapareció lo que quedaba en la parte inferior de la finca, incluido el "castillo", siendo uno de los últimos elementos en desaparecer en 2004.
Triste epílogo para otra finca de recreo, como la de Bruil, de las que solo nos quedan un puñado de fotos y las descripciones de los que pudieron conocerla en su apogeo.
Fuente: "La Quinta Julieta (1897-1917): la posesión más deliciosa y distraída de Zaragoza", de Mónica Vázquez Astorga (2019).
Tercera etapa: Poblado chabolista.
El fuerte crecimiento demográfico y urbano zaragozano durante el primer tercio del siglo XX (especialmente intenso, insistimos, durante la segunda y tercera década de siglo) va a traer consigo el ensanche de la ciudad hacia el Sur. Estos ensanches urbanos integraban dos tipos diferentes de asentamientos. Por un lado, minoritario, el protagonizado por sectores sociales de alto nivel de renta, localizado alrededor del eje del Paseo de Torrero/Sagasta. Por otro lado, el protagonizado por la oleada de inmigrantes rurales, en su mayoría analfabetos y sin cualificación profesional, recién llegados a la ciudad y que tienden a localizarse en nuevos barrios periféricos.
Fuente: "La transformación de la ciudad. Zaragoza en el siglo XX (1900-1936)", de Luis Germán Zubero (1989).
Como explica Ana Asensio Belenguer (2015), antes de la Guerra Civil existían en Zaragoza unas 600 familias gitanas que se ubicaban en el Barrio del Boterón y en algunos campamentos no permanentes donde se ubicaban aquellas agrupaciones familiares que todavía tenían formas de vida trashumantes. Al final de la contienda se produjo una reforma urbana en la ciudad que hizo desaparecer el Barrio del Boterón, y la población gitana se agrupó en diversos núcleos chabolistas, el principal las Graveras de Torrero, unos amontonamientos de grava de distintas alturas.
En las graveras del Torrero (o poblado de Israel), en la loma ocupada actualmente por el parque de La Paz, frente a la vieja fábrica de Alumalsa, malvivían en cuevas ya 120 familias en 1942, año del que tengo constancia del primer plan para desalojarlas y erradicar este tipo de infraviviendas en la ciudad. La propuesta inicial consistió en proporcionar "viviendas ultrabaratas" a las personas que tenían arraigo y necesidad de permanecer en la ciudad (solo tres familias), y al resto facilitarles su retorno a sus lugares de origen, para acto seguido desalojar y destruir todas las cuevas (El Noticiero,18 de septiembre de 1942).
Plano de Margalé (1964) donde se señala el espacio ocupado por las Graveras.
Amanecer del 18 de septiembre de 1942.
Cambiaron de idea y solo dos meses después la propuesta para estas familias sería diferente. Se les proporcionarían viviendas ultrabaratas en unos terrenos municipales tras el matadero de la calle Miguel Servet (ver más en "las casicas", Ballesteros, calle de Florentino). Lo de ultrabaratas debía ser cierto a tenor de lo poco que les costó levantarlas... En la prensa de la época (El Noticiero del 13 de enero de 1943) se anunciaba la adjudicación de las primeras 40 viviendas a principios del año siguiente, todas a familias de las graveras de Torrero, y se felicitaban porque con esta actuación "quedaba resuelto el problema que su ocupación había provocado". Espóiler, no fue así.
Imágenes de las Graveras publicadas en Aragón Exprés del 22 de noviembre de 1979. Aún quedaban 120 familias viviendo allí.
Graveras de La Paz en 1977. Al fondo la imponente fábrica de ALUMALSA, situada en el solar donde hoy está el polideportivo Pepe Garcés. Fuente: "La evolución urbana de Zaragoza al este del Huerva", Carmen Santos Vich, 1978. Proyecto GAZA.
Vídeo de los derribos de las Graveras tomado entre 1981 y 1982.
El Noticiero del 28 de marzo de 1967.
La emigración rural continuó llegando a la ciudad y las Graveras volvieron a llenarse de familias y miseria en los años 50 del siglo XX. Muchos de ellos eran gitanos dedicados a la selección y recogida de residuos en vertederos, a la carga y descarga en el Mercado Central o a la recogida de fruta. Aprovechando el desnivel del terreno habían vuelto a abrir cuevas donde vivían con toda clase de animales.
Lejos de mejorar sus condiciones de vida los gobiernos municipales del momento intentaron ponérselo difícil para echarlas, o al menos para evitar el aumento de su número. Según Pedro Arnal Cavero en el Heraldo de Aragón del 18 de diciembre de 1954 (citado por Paco Sanz en Poetas en La Paz, eldiario.es), sin luz y una única fuente, sus desdichados y anónimos habitantes "pasan la noche sobre harapos, sobre asquerosos sacos con esparto y hojas de mazorcas de maíz".
Las soluciones planteadas eran meramente caritativas y movidas más por el egoísmo y la moral cristiana que por cuestiones éticas y de dignificación de las personas en situación de exclusión. "Una sociedad que se dice cristiana no puede tolerar la subsistencia de estos zocos, clima el más propicio para toda clase de endemias y epidemias morales. Por imperativa de la ley de Cristo, por dignidad, por egoísmo, deben desaparecer las graveras" (El Noticiero del 25 de abril de 1953). Daba igual que no tuvieran para comer o guarecerse, lo más importante es que todos estuviesen bautizados.
El padre Damián, un capuchino de “armas tomar”, vivió y trabajó mucho tiempo por lo gitanos de las Graveras.
En otros puntos de la ciudad la situación de los gitanos no era mejor. Se calculaban en 3.000 los que vivían en la ciudad, y casi todos en condiciones deplorables y sin servicios básicos (agua o recogida de basuras, por ejemplo), muchos de ellos en el barrio Oliver, Casco Viejo, Castillo Palomar, Bozada y parque Torrerramona.
Las cosas lejos de solucionarse se fueron complicando a inicios de la década de los 70 del siglo XX, llegándose a superar las 200 familias en la Gravera (El Noticiero del 29 de octubre de 1970). Los accidentes (derrumbamientos, ahogamientos infantiles) y los conflictos (robos, agresiones) estaban a la orden del día. Uno de los más graves fue el conocido como "crimen de las graveras" en 1972, cuando un gitano asesinó a otro de un clan distinto de un disparo (Aragón Exprés del 15 de junio de 1973).
Ver más en Paz, parque de La.
Para erradicar el problema del chabolismo se creó cerca de allí el conocido poblado chabolista conocido como Quinta Julieta. No salió bien, pero lo cierto es que todas las partes de la ecuación era lo que solicitaban. Puede leerse en la hemeroteca que la intención ya era evitar la creación de un "gueto", como había ocurrido en otras ciudades españolas y finalmente ocurrió en Zaragoza.
El lugar donde construir el asentamiento fue otro problema. No podían ponerse barreras ni distancia excesiva de los gitanos a la ciudad porque muchos tenían su sustento en ella, pero también se quería tenerlos a cierta distancia para que pudieran mantener sus costumbres y vivir al aire libre. Tampoco se consideraba adecuado llevarlos a un punto muy lejano de las Graveras. El lugar elegido fue una zona al sureste de la vieja Quinta Julieta de Sagols, de la que finalmente la nueva barriada tomó el nombre en un giro extraño del destino. De asociarse ese nombre con un lugar paradisiaco frecuentado por la alta burguesía a hacerlo a gitanos, marginación y miseria. Fuente: Aragón Exprés del 22 de noviembre de 1979.
Tras quince años de promesas y cuatro con el proyecto parado por asuntos burocráticos, recalificación urbanística mediante, finalmente se firma el convenio de construcción de las viviendas protegidas entre las instituciones implicadas (MOPU, Ayuntamiento, Diputación Provincial, Arzobispado-Cáritas y la Asociación para la Promoción Gitana, creada en 1975), dentro de un plan piloto de erradicación del chabolismo de Zaragoza en los años 80 que costó 500 millones de pesetas al ayuntamiento. Fuente: Aragón Exprés de los días 4 y 5 de junio de 1980.
Según indican los periódicos de la época, los propios gitanos participaron de su construcción. Funcionaban en régimen de alquiler para incentivar que los gitanos buscasen un trabajo estable para poder pagar los gastos básicos (recibos de agua, luz, etc)
Aragón Exprés del 31 de diciembre de 1981.
Quinta Julieta en sus inicios. Archivo Taumar.
Montaje de Miguel Pascual sobre una foto aérea actual donde se señala la ubicación de los edificios piqueteados de la Quinta Julieta.
Fueron construidas ciento quince viviendas unifamiliares dos plantas, con cocina, chimenea, cuarto de baño, dormitorios, agua corriente y luz. Además, la nueva colonia disponía de una casa de cultura, dispensario, escuela de preescolar, cuadras para las caballerizas y donde guardar la chatarra que para algunas familias supone un medio de vida.
En cuanto fueron entregadas las viviendas comenzaron inmediatamente las obras del nuevo parque de La Paz, inaugurado el 31 de octubre de1987, para quitarles cualquier intento de volver a sus las cuevas.
La Quinta Julieta recién construida. Fuente: "Mujeres gitanas de Zaragoza: de lo privado a lo público, un análisis desde la Perspectiva de Género", Ana Asensio Belenguer (2015). Universidad de Zaragoza.
La tienda de ultramarinos de Pura en la Quinta Julieta. Fuente: "Mujeres gitanas de Zaragoza: de lo privado a lo público, un análisis desde la Perspectiva de Género", Ana Asensio Belenguer (2015). Universidad de Zaragoza.
Lejos de resolverse el problema de los gitanos y la infravivienda en la ciudad el problema se incrementó por varias causas. La primera fue el contraste entre el tipo de vivienda (cuevas y chabolas sin agua ni luz) de la que venían y el que se les ofrecía, un salto demasiado grande. La segunda fue la ausencia de medios de comunicación con la ciudad. Además, el número de pobladores de esta nueva y gitana Quinta Julieta no dejó de crecer hasta las 850 personas, por la atracción ejercida hacia el resto de gitanos de la ciudad y por la llegada de otros de otras ciudades españolas (que en algún caso animaron a "sus gitanos" a venir diciéndoles que tendrían casa nueva y hasta les subvencionaron para facilitarles el viaje).
Pronto el aumento de actos delictivos de algunos de sus pobladores afectaron a la convivencia con los vecinos del barrio de La Paz. Los campos cerca del nuevo "barrio" fueron arrasados y pronto se convirtió en el principal punto de venta de droga de la ciudad. Todos los días aparecían allí coches robados y quemados. Nadie entraba allí salvo sus habitantes, el médico y las maestras. Las viviendas estaban destrozadas, inhabitables.
Como se indica en un artículo de Javier Ortega en El País del 20 de marzo de 1986 (Rafael Margalé Herrero), solo cuatro años después de entregar las viviendas la Asociación de Vecinos de La Paz convocó una manifestación en la que participaron unas 2.000 personas, mientras permanecían cerrados los comercios del barrio en la que exigían la "disolución del gueto gitano". Su destino ya estaba sentenciado pero aún tardaría un par de años en llegar.
En 1988 las 214 familias que fueron censadas allí fueron realojadas en distintos puntos de la ciudad de Zaragoza. Cada una de las familias recibió millón y medio de pesetas para adquirir una nueva vivienda. El objetivo era la distribución de la población gitana por distintas zonas de la ciudad, con la finalidad de evitar nuevas concentraciones y guetos.
Finalmente la Quinta Julieta fue piqueteada y aplanada por completo en 1988. Desaparecidas las huellas de ocho años de marginación aún se pueden distinguir en el solar las soleras de hormigón de unas decenas de casas y algunas calles del desaparecido poblado.
Fotos de la Quinta Julieta en 1984. Imágenes publicadas con la autorización de su autor, Dani Pérez, del grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
Quinta Julieta El Poblado gitano (1988). Filmo Aragón.
Reportaje sobre la Zaragoza gitana. Programa Vuelta atrás, Aragón TV.
No todo fue negativo, se iniciaron experiencias pioneras en busca de la integración del colectivo gitano. Por primera los gitanos disfrutaron de servicios públicos que hacía tiempo que disfrutaba el resto de la ciudadanía como educación y sanidad.
Fuente y más información: "Mujeres gitanas de Zaragoza: de lo privado a lo público, un análisis desde la Perspectiva de Género", Ana Asensio Belenguer (2015). Universidad de Zaragoza.
Ver más en Canal Imperial, plaza del.
(Barrio de Miralbueno): Depresión orográfica.
Está junto al camino de Bárboles, en las proximidades del colegio Juan de Lanuza.
(Barrio de San José): Por el cercano Canal Imperial de Aragón.
El Canal Imperial de Aragón, es una de las obras hidráulicas europeas más renombradas de todas las realizadas en el continente y la más importante en España en la Edad Moderna. Su construcción supuso un gran coste financiero y político para la monarquía ilustrada que lo llevó a cabo, pero los múltiples beneficios que ha producido a lo largo de su historia (riegos, navegación, energía motriz, abastecimientos de agua, etc.) justifican sobradamente el esfuerzo realizado. Es una obra que se anticipó a su tiempo, pero sobre todo y, en cualquier caso, es un ejemplo de perseverancia y esfuerzo colectivo.
El Canal, no sólo resolvió el problema de abastecimiento de agua a la ciudad de Zaragoza, sino que aumentó la superficie cultivada en casi un tercio. De esta forma, la agricultura relegó la artesanía a un segundo plano, convirtiéndose la huerta de Zaragoza en la más grande de España, superando incluso a la Valenciana.
La construcción del Canal fue la solución del “gobierno ilustrado”, sobre todo a partir del “motín de los Broqueleros” de 1766, no sólo para repartir tierras, sino para ponerlas en valor, aumentar la producción, atajar el paro de los numerosos jornaleros sin tierras, y concebir una obra que facilitase el transporte de la mercancías y pudiese evitar las crisis agrícolas.
La entonces plaza del general Muñoz Grandes en 1979. A la derecha, parte de las instalaciones de la CHE y aún un poco más a la derecha, fuera de plano, estaría el edificio del ya cerrado colegio de La Salle Torrero. Foto de José Jaria Serrano (AMZ). Fuente: Proyecto GAZA.
Preciosa foto en la actual plaza del Canal Imperial. Al fondo se ven los viejos almacenes del Canal Imperial. Sin autor ni fecha conocidos, el original es propiedad de José Carlos Rodríguez Vicente y fue situada por Anteayer Fotográfico Zaragozano en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
El objetivo era claro: roturar y regar los comunales al sur del Ebro y repartir las tierras entre los jornaleros y mendigos. Esta “reforma agraria” benefició además de a los pequeños propietarios que pusieron en regadío sus propiedades, a unos 6.000 a 7.000 trabajadores que habían participado en la construcción del Canal. El reparto de tierras de los grandes secanos comunales de Miralbueno, Garrapinillos y Miraflores (1782) se hizo por sorteo, beneficiando básicamente a jornaleros, artesanos y pequeños propietarios.
Además, junto al riego, uno de los usos más importante del canal fue el industrial, ya que permitía disponer de energía hidráulica muy barata. Ello posibilitó la instalación de las primeras industrias de la ciudad en las faldas del monte Torrero, en torno a la subida a Cuéllar.
Describir qué es el Canal Imperial, qué personas han influido y los acontecimientos que han tenido lugar en él es algo imposible en unas pocas líneas. Para conocer en profundidad esta gran obra hidráulica del siglo XVIII recomiendo la lectura de estas fuentes:
"El Canal Imperial y la navegación hasta 1812", de Guillermo Pérez Sarrión (1975).
Web oficial del Canal Imperial de Aragón. canalimperial.com
"Un recorrido virtual por el Canal Imperial de Aragón: desde Pla-Za hasta Valdegurriana", zaragozaciudadana.es.
"El Canal Imperial de Aragón en Zaragoza", zaragoza.es
"Nuestro “cuarto río” es imperial", Anteayer Fotográfico Zaragozano, en aragondigital.es/. Parte 1 - Parte 2 - Parte 3 - Parte 4.
La Voz de Aragón del día del Pilar de 1934, página 5.
La denominación popular del lugar fue la de La Terraza o plaza de la Terraza. En el plano parcelario de Zaragoza Instituto Geográfico y Catastral de 1935 consta como plaza de las Terrazas de Pina, por la cercanía de la Torre y Fábrica de Pina,
La plaza de las Terrazas de Pina (renombrada como plaza del Canal Imperial) en plano parcelario parcelario de Zaragoza Instituto Geográfico y Catastral de 1935.
El 22 de abril de 1974 el nombre del lugar mutó a plaza del General Muñoz Grandes.
Plaza Muñoz Grandes en un plano de 1993.
Agustín Muñoz Grandes (Carabanchel Bajo, 1896 - Madrid, 1970). Militar conocido por haber tenido un papel relevante durante la guerra civil española y la dictadura franquista, así como haber comandado la División Azul durante la Segunda Guerra Mundial. Ganó una gran popularidad como jefe de esta unidad, llegando a ser condecorado por el propio Hitler.
A su regreso a España, ocuparía puestos relevantes en el seno de la dictadura franquista, siendo capitán general de la Región militar de Madrid, ministro del Ejército o jefe del Alto Estado Mayor. En 1962, Franco le designó vicepresidente del Gobierno, lo que le convirtió en una de las figuras más importantes del régimen hasta su fallecimiento en, como no, el hospital del Generalísimo. Su entierro fue presidido por Juan Carlos de Borbón, por si alguien tenía alguna duda.
Desde el 28 de marzo de 2003 es la plaza del Canal Imperial.
La acequia del Ontanar/Ontonar/Entonaro o de Miraflores (según fuentes), nacía en este punto. En la curva que aquí hace el Canal Imperial están las tajaderas donde se deriva el agua hacia esta acequia.
Hay una plaza de reciente denominación, posterior a 2020, denominada plaza de la acequia de Ontanar. Heraldo.es
Nace en la plaza del Canal Imperial (1). Discurre por la calle Joaquín de Traggia o Terrazas de Cuéllar (antigua Capitán Oroquieta), bajaba hasta la fábrica de Tejidos de Dámaso Pina (por los antiguos jardines de dicha torre, en la actualidad parque Jardín de la Memoria, 2), se cruzaba con la acequia del Plano (a la altura de la calle Luis Royo Villanova, 3), y unos metros después con el antiguo camino de San José (actual avenida, 4), para proseguir su curso junto a la torre de Monforte (actual calle Juan José Gárate), después por la calle Nuestra Señora del Agua (5) para abastecer luego la fábrica de cervezas La Zaragozana (6), y, por la actual calle Lausana, discurriendo en paralelo al camino de las Alcachoferas (origen del sinuoso trazado de la actual calle de María Moliner, 7) donde se unía por la conocida como acequia del Presidio, para desembocar en la acequia de San José, que bajaba por el camino de las Torres (8), y unirse con la acequia de las Abdulas en la esquina con Sagasta (9).
Esta importante acequia fluyó al aire hasta su cubrimiento casi completo a principios de los ochenta del pasado siglo XX por que la muerte del niño José Luis Romera, en mayo de 1977, precipitó su cubrimiento tras una importante movilización vecinal.
Perduran algunos pequeños tramos al aire en el Jardín de la Memoria y en el espacio medianero entre el colegio de María Auxiliadora y las traseras de los bloques del lado de los pares de la calle de Juan José Gárate.
Como ya hemos comentado, abastecía de agua a las fábricas de Tejidos de Dámaso Pina, y la de cervezas La Zaragozana (ver más en Berenguer IV, calle de Ramón), que también aprovechaban la fuerza motriz generada por las aguas para disponer de energía hidráulica muy barata.
Recorrido de la acequia de Ontanar (en amarillo) y ubicación de las acequias de Las Abdulas (azul), del Presidio (rosa) y del Plano (verde) en los planos de Casañal (1899), M.A. Navarro (1925) y de 2022.
Línea de tranvía llamada El Arenal. Descubierta por Juan Antonio Peña Gonzalvo, gran conocedor de los Tranvías de Zaragoza. Según describe María Pilar Gonzalo Vidao, esta línea se puso en servicio el primer trimestre de 1905, siendo inaugurada el 5 de septiembre de ese mismo año. El recorrido iba desde la plaza de la Constitución (actual de España) hasta lo que ahora se conoce como las Terrazas de Cuéllar (plaza del Canal Imperial hoy).
Proyecto de deslinde de edificios y terrenos de Torrero entre los ramos de Guerra y de Fomento, Zaragoza, 12 de marzo de 1917. Se observa el trazado del tranvía que daba la vuelta en la actual plaza del Canal. Libro: ¡Aquí... Zaragoza!, de José Blasco.
Foto desde las Terrazas de Pina del paseo del Arenal con el puente de América al fondo. Se ve a la derecha entre la hilera de árboles el tranvía del Arenal. Realizada por Fototipia Thomas, es propiedad de Manuel Ordóñez y se incluye en el álbum de la exposición "Zaragoza Artística e Industrial". Fuente: María Pilar Gonzalo Vidao.
Torre de Dámaso Pina Crespo, un lugar fastuoso con preciosos jardines y parterres para él y su familia. Era un importante industrial textil cuya fábrica estaba en el solar que hoy es el parque El Jardín de la Memoria.
La torre tenía un edificio muy grande, en el cual, en la parte baja, aparte de las dependencias agrícolas, estaba la vivienda del capataz y familia que debía de cuidarse del gran jardín y la huerta. Al estar junto a las modernas instalaciones de la fábrica este ya tenía: luz, agua corriente y vertido.
Leí a José María Ballestín, en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, algunas características del espléndido jardín del que disfrutaba la finca. Contenía un "precioso conjunto de jardines, estatuas, pérgolas, parterres, un cenador, y una destacable variedad de plantas y árboles con buenas vistas a los terrenos inferiores, y al propio Canal, desde donde fluía la acequia del Ontonar. Los importantes desniveles aterrazados, más allá de los muros de la casa, permitían ocho fructíferos huertos de notable tamaño".
El Canal Imperial con la Torre de Pina al fondo. Foto de Coyne.
En 1905 el Sr. Dámaso Pina era uno de los pocos propietarios de un automóvil en la ciudad (Heraldo de Aragón del 11 de agosto de 1905) y por la hemeroteca sé que tuvo un hijo, Dámaso Pina Pérez, y un cuñado, Alfredo Sarto (El Mercantil de Aragón del 31 de junio de 1901), que fueron los que ya se hicieron cargo de la fábrica (La crónica del 30 de octubre de 1916) tras su fallecimiento, el 11 de septiembre de 1910 en su casa de Paracuellos de la Ribera (Heraldo de Aragón del 2 de noviembre de 1910).
Los jardines de la torre de Dámaso Pina hacia 1920. Fuente desconocida.
Los jardines de la torre de Dámaso Pina. Fotos de Julio Requejo (DARA). Hacia 1922-1925.
Después fue la gran casa de Pablo Salvador López. Republicano, algo tradicional en esa época en el barrio.
En la monumental finca se instaló el precioso café de Torrero, propiedad de Pablo Salvador y proyectado por el arquitecto Ricardo Magdalena Tabuenca que contaba con bar, restaurante, billares, un salón de piano, decorado por los artistas plásticos Dionisio Lasuén Ferrer y Eugenio Yanguas Ortiz, y su bello jardín, donde las noches festivas de verano se hacían concurridos bailes públicos y verbenas (La Derecha, 30 de junio de 1883).
Una década después, añadió en los bajos una tienda de comestibles (La Derecha del 3 de agosto de 1893).
Más tarde fue reformado por el mismo propietario siendo denominado como café Terraza de Torrero o el gran casino de Torrero, inaugurado a las siete de la tarde del 1 de julio de 1900 (Diario de Avisos de Zaragoza del 31 de mayo de 1900). Se consideraba un establecimiento de primera donde sus clientes disfrutaban de amplios salones y de su hermosa terraza donde se servía cerveza de La Zaragozana, exquisitos helados y, los jueves, crema de avellana, la especialidad de la casa. Con el fin de facilitar la asistencia de público a los conciertos y bailes implantó un servicio de carruajes que los cogía y dejaba en la cercana parada del tranvía eléctrico. Fuente: "Cafés de Zaragoza. Su biografía, 1797-1939", de Mónica Vázquez Astorga (2015).
En 1904 toda esa gran finca (casa, jardines y bodega) fue adquirida por un conocido industrial zaragozano (del que desconozco el nombre) que tenía la intención de darle un mejor aprovechamiento (Diario de Zaragoza del 21 de abril de 1904), pero hasta los años 70 del siglo XX no hubo grandes cambios.
Ver más sobre la fábrica de tejidos de Dámaso Pina en Memoria, parque de la.
La Voz de Aragón del 5 de junio de 1930.
Urbanización levantada en la vieja finca de Pina. Aragón Exprés 22 de diciembre de 1972.
Aragón Exprés del 16 de noviembre de 1977.
Será hacia 1970 cuando toda la zona fue piqueteada y allanada para levantar la urbanización "Terrazas de Cuéllar", que aún pervive. En los bajos de los nuevos bloques se ubicaron:
* Un consultorio público de atención primaria (números 1 y 2). Entró en funcionamiento el día 17 de noviembre de 1977.
* La farmacia (en el número 1), de Trallero.
En esta plaza se estableció una parada de la línea 23 de los autobuses urbanos, cuando su trayecto era Barrio de la Paz - plaza de San Miguel, siendo la mejor conexión para ir al centro de la ciudad.
Hasta 2003 era una zona degradada, sin asfaltar y dedicada al aparcamiento de vehículos. Tras ser motivo de reivindicación vecinal durante casi tres décadas, el 16 de mayo de ese año se inauguraron las obras de urbanización de la plaza siendo alcalde José Atarés. Se logró vincular su mejora a la reforma de la parte alta de la Avenida de S. José, y ahora tiene otro mejor aspecto. Fuente: elperiodicodearagon.com
El colegio La Salle de Torrero, denominado oficialmente como Escuelas Cristianas de la Sagrada Familia, se abrieron en unos almacenes del Puerto de Miraflores (ver más en Canal, paseo o camino de) cedidos por el Canal Imperial de Aragón. También eran conocidas como las escuelas de "la Balseta", por estar ubicadas apenas a cien metros del lavadero público de ese nombre (ver más en Balseta, glorieta de la).
Según la web del colegio La Salle Gran Vía, la Asociación de la Sagrada Familia, establecida en la parroquia Santa Engracia en 1908, fundó estas escuelas bajo el Patronato de la Sagrada Familia, siendo director el párroco de Santa Engracia, Don Basilio Lapeña. Se inauguraron el 2 de mayo de 1911 (Diario de Avisos de Zaragoza del 4 de mayo, página 1 - Heraldo de Aragón del 3 de mayo, página 1), aunque ya estaban funcionado desde hacía algún tiempo.
No hubiera sido posible sin la cooperación de la Junta del Canal Imperial de Aragón, que cedió las instalaciones, y la importante aportación económica de Celestino Valero Oliván, que sufragó la instalación y mantenimiento de escuelas católicas en diversos puntos de la ciudad: escuela de las de las escolapias de Santa Engracia (en la calle Barcelona del barrio de las Delicias), el colegio de las Adoratrices (de Hernán Cortés) y las Escuelas Católicas (de Montemolín y del Portillo). El Noticiero del 27 de octubre de 1923, página 5; y del 14 de febrero de 1930, página 2.
Celestino Valero era un importante industrial de la alta burguesía zaragozana y feligrés de Santa Engracia. Poseía una sedería en la plaza de San Antón número 2. En 1925 se había fusionado la Sociedad Agrícola Industrial Navarra con la Compañía Azucarera Peninsular, y él fue uno de los cuatro consejeros que se incorporaron al Consejo de Administración de ésta. Su hermano Antonio Valero Oliván fue presidente de la CAI entre 1913-1925.
Inicialmente estuvieron dirigidas por el maestro Don Pedro Luna (al menos entre 1923 y 1930).
Diario de Avisos de Zaragoza del 4 de mayo.
En un artículo de El Noticiero (16 de noviembre de 1924, página 3) se explica que en ellas se daba clases a niños de ambos sexos. A los chicos los Hermanos de la Doctrina Cristiana, a las chicas las Hermanas de San Vicente de Paúl. Por aquellos años no todos los niños del barrio tenían plaza. Recibían enseñanza 360 niños y 50 adultos. También atendían a 150 chicas los domingos en el Oratorio Festivo. Su número fue aumentando al ritmo que crecían el censo del barrio y el aumento de aulas disponibles.
Amplio reportaje de las Escuelas Católicas de Torrero publicado en El Noticiero del 16 de noviembre de 1924. Pincha en el enlace para acceder.
En el curso 1924-1925 se hicieron cargo de esta escuela los Hermanos de las Escuelas Cristianas, dirigidos por Don Pedro Luna que contaba con el apoyo de Don Basilio Lapeña, el párroco de Santa Engracia.
Según su declarada intención fundacional en 1924, se crearon para contrarrestar la peligrosa influencia de una escuela "protestante" de la zona, mediante una adecuada educación cristiana orientada a los niños pobres de la barriada, para encauzarlos hacia el tradicionalista camino del bien. Esas escuelas protestantes en realidad no lo eran. Esa peligrosa mala influencia provenía de la escuela laica de Julio Cejador Frauca, en la cercana calle Santa Gema. Para la secta del papado, todo lo que no era completamente católico era protestante, o directamente el demonio. De hecho, desde la primera década del siglo XX se crearon varias escuelas católicas gratuitas en la ciudad para contrarrestar la influencia que el establecimiento de los primeros centros educativos laicos suponía. El Noticiero, del 7 de abril de 1910, página 3.
El colegio La Salle de Torrero en 1943. Fuente: Proyecto GAZA.
En 1930, los Hermanos, hasta entonces integrados en la comunidad de Montemolín, formaron una comunidad independiente en el barrio de Torrero.
Fue utilizado como hospital de sangre en la Guerra Civil (Ministerio de Defensa).
Tenía un equipo de fútbol fundado en 1955 muy conocido en el barrio.
El colegio fue clausurado en 1974, a un año del medio siglo de existencia, que fue celebrada por la asociación de exalumnos La Salle de Torrero, ya clausurada, otra de las fuentes de información para redactar esta entrada. Estaba domiciliada inicialmente en la calle Sancho Lezcano número 16. En sus últimos años tenían su sede social en el último edificio en pie del antiguo centro educativo.
Para saber más: "Cien años, gracias a ti. Colegio La Salle Montemolín, Zaragoza. 1909-2009", de Jaime Álvarez Pérez de Labeaga, José Antonio Noain Roncal (2009).
Foto de la última sede de la asociación de exalumnos La Salle de Torrero. A la izquierda, fuera de la foto, está la entrada de los talleres del Canal Imperial. Fuente: cartasaldirector.org
(Plaza Los Sitios): José Canalejas y Méndez (Ferrol, La Coruña, 1854 - Madrid, 1912). Abogado y político regeneracionista gallego. Fue ministro de Fomento, de Gracia y Justicia, de Hacienda y ministro de Agricultura, Industria, Comercio y Obras Públicas durante la regencia de María Cristina de Habsburgo-Lorena y Presidente del Consejo de Ministros y nuevamente ministro de Fomento y ministro de Gracia y Justicia durante el reinado de Alfonso XIII.
Hijo de un ingeniero de los ferrocarriles, cursó el bachillerato en Madrid en el Instituto de San Isidro y obtuvo las licenciaturas de Derecho en 1871 y de Filosofía en 1872 en la Universidad Central de Madrid y el grado de doctor en ambas facultades. En 1873 era auxiliar de cátedra, pero fracasó en dos oposiciones a cátedra, por lo que abandonó la enseñanza. Ingresó en la compañía de los Ferrocarriles de Madrid a Ciudad Real y a Badajoz, donde alcanzó el cargo de Secretario General y defendió como abogado a la compañía en pleitos con otras empresas ferroviarias españolas. Implantó el servicio militar obligatorio (1911).
En octubre de 1908 vino a Zaragoza y fue obsequiado por sus seguidores con un almuerzo en la Quinta Julieta (ver más en Canal, paseo o camino del). Volvió en 1908 (Heraldo de Aragón del 3 de octubre) alojándose en el domicilio del jefe de los demócratas en Zaragoza, D. Francisco Roncalés.
Siendo presidente del gobierno murió asesinado junto a la Puerta del Sol de Madrid por el anarquista (1912) el anarquista aragonés Manuel Pardiñas Serrato, nacido en El Grado (Huesca). El asesino estudió en la Escuela de Artes y Oficios y trabajó como pintor decorador en Zaragoza.
En 1912 Enrique Blanco y Adelardo Fernández Arias realizaron un cortometraje semidocumental sobre su asesinato y entierro titulado "Asesinato y entierro de don José Canalejas", que fue la primera película interpretada por el actor José Isbert, con 26 años.
Heraldo de Aragón del 13 de noviembre de 1912.
Fue retratado por el fotógrafo Gustavo Freudenthal (1869 - 1948) en su estudio fotográfico del Coso 31, como casi todos los personajes de la época que pasaron por la ciudad. Heraldo de Aragón del 13 de noviembre de 1912.
Una gran manifestación con más de 20.000 asistentes protestó contra el magnicidio el 16 de noviembre. Al frente de la misma iba el alcalde de turno, César Ballarín, que presidió el recorrido entre la Plaza de La Seo y el Gobierno Civil, donde el alcalde entregó al Gobernador la expresión escrita (Heraldo de Aragón del 17 de noviembre de 1912) de la protesta contra el infame atentado cometido en la persona del presidente del Consejo de ministros.
Bajo el seudónimo de Jakim Boor, Fracisco Franco, publica el libro "Masonería" (1952), donde responsabiliza a esta organización de orquestar el atentado contra Canalejas, al que también se califica de masón.
Más información: "Un anarquista oscense mata al presidente en la Puerta del Sol de Madrid", de María Pilar Gonzalo Vidao/ Anteayer Fotográfico Zaragozano para Heraldo de Aragón (17 de septiembre de 2020).
Protesta por el asesinato de Canalejas.Gobierno Civil, en plaza de Aragón (16 de noviembre de 1912). Foto de Marín. Fuente: Arturo Bayod.
Hemeroteca:
* Periódicos de la época: Diario de Avisos de Zaragoza (12/11/1912) - Heraldo de Aragón del 13 y del 17 de noviembre de 1912.
* Especial sobre el aniversario del asesinato de Canalejas en Aragón Exprés del 13 de junio de 1973, página 17.
Consta como calle Canalejas desde al menos 1925, donde aparece en el plano de M.A. Navarro. Consta acuerdo del ayuntamiento de la ciudad del 9 de abril de 1938 el cambio de nombre por el de calle Quinto (Libro de Actas de 1938, tomo 273, página 54; El Noticiero del 9 de abril de 1938), pero creo que no se llevó a efecto porque en ningún plano posterior he encontrado confirmación de dicho cambio. Seguramente la propuesta de cambio fue por la aprobación la llamada "Ley Candado" en 1910, por la que Canalejas, católico convencido, pretendía acotar el poder de la iglesia.
No entiendo nada... En 1932 hubo una propuesta para darle el nombre de Canalejas al final de la calle Costa, cuando ya recibía ese nombre en los planos desde al menos 1925. La Voz de Aragón del 11 de agosto de 1932.
La calle Canalejas en el plano de M.A. Navarro de 1925.
Calle José de Canalejas en 1908 antes de que fuera llamada así. Foto publicada en "Arquitectura y Construcción". Fuente: Arturo Bayod.
En el número 2 de esta calle (antiguo número 7 de la plaza Los Sitios), en la esquina con plaza los Sitios (entre Mefisto y Canalejas), pervive un edificio racionalista proyectado en 1934 por Antonio Merlo García de Pruneda en un solar del ayuntamiento cedido al estado para acoger la Delegación de Hacienda. Más tarde Hacienda se trasladó a la calle Albareda, siendo habilitado como hospital musulmán durante la guerra de 1936-39.
Antes la institución estuvo en un caserón desaparecido cerca del Pilar (donde hoy está la hospedería/residencia del Pilar, en la plaza del Pilar) y en la calle de la Morería (ver más en Valenzuela, calle del Teniente Coronel). Más adelante se trasladó a la calle Albareda.
Heraldo de Aragón, 24 de noviembre de 1927.
Foto de Martín Chivite donde se oficializa el comienzo de las obras del nuevo edificio para la Delegación de Hacienda. Heraldo de Aragón 17 de febrero 1934.
Grupo de enfermeras del hospital musulmán. Fotos, esta y las siguientes, de Martín Chivite (1938) digitalizadas por Biblioteca Nacional de España.
El edificio se convirtió en Hospital de Moros durante la Guerra Civil. En este tema recomiendo el documento de Expósito, Rubio y Solorzano, siendo mis palabras un mero resumen de lo allí expuesto.
Por la necesidades específicas de los soldados musulmanes (ramadán, alimentación característica, rezos, abluciones y ritos funerarios) se crearon hospitales específicos para su asistencia atendidos por personal indígena para el sacrificio de reses de consumo, cocineros, pinches o enfermeros, incluso se nombró a un encargado de lavar a los muertos y de su enterramiento. Contaba incluso con mezquita y faquir.
Este de la calle Canalejas fue el denominado “Cuarto Hospital, el moro”, abierto el 15 de octubre de 1936 utilizando tres edificios, la Delegación de Hacienda, que fue el primero en organizarse con 40 camas en una planta, aunque cuando se pudieron utilizar sus siete plantas llegó a albergar unas 400 camas. El segundo pabellón fue el Grupo Escolar Gascón y Marín, y pasados cinco meses se utilizó también el Colegio de los Corazonistas, de forma que en Zaragoza el hospital para musulmanes llegó a contar con unas 800 camas, la mayoría permanentemente ocupadas hasta tal punto que en varias ocasiones hubo que ingresar en otros hospitales, como pasó en el Hospital Provincial.
Fotos del Hospital Moro. La primera (17-7-1938) muestra al Gobernador Militar General Rañoy visitando heridos marroquís. La segunda (24-12-1937) muestra a señoritas bien de Acción Católica preparando el aguinaldo del soldado (ver más en El Noticiero, 24 de noviembre de 1938, pág. 12) cuyo contenido era aportado de forma "voluntaria" por los comercios de la ciudad o mediante rifas y eventos "multitudinarios".
El hospital instalado en los edificios de “Hacienda” y “Colegio Gascón y Marín” se dedicó para el ingreso de heridos, mientras que el Colegio de los Corazonistas se utilizó para el ingreso de enfermos.
El hospital de moros fue autosuficiente, ya que, además de sus salas y servicios dispuso de quirófano y aparato de Rayos X. Para dirigir la cocina se nombró a sor Martina Eguiza ayudada por varios cocineros marroquíes.
Según Julián Ruiz Marín, en su Crónica de Zaragoza y Memoria de las calles de Zaragoza (año 1936), sus iniciadores "fueron el comandante Cariñera y su esposa, Juana Castel, siendo constante benefactor el industrial del mercado Juan Pina, que a menudo reparte billetes y muchos kilos de fruta entre los seguidores de Alá. Su director es el teniente coronel de Benito ,auxiliado por enfermeras, como Carmen Crespo, Pilar Iñigo, Rosita Rivas, Carmen Suárez, Pilar Buendía, Carmen de la Figuera,... a las que se supone acendrado espíritu de sacrificio dada la siniestra fama justificada de la morisma,con su natural salvajismo ".
Recital de guitarra de Regino Sáinz de la Maza del 9 de enero de 1938 en el saloncillo de visitas del Hospital Musulmán.
El director del hospital fue el teniente coronel Joaquín de Benito, el administrador el capitán de Intendencia Enrique Gallego, y entre el personal médico contó Jesús Remacha, Antonio Valcarreres Ortiz, Julio Ariño, Alejandro Palomar de la Torre, Sancho Marchetti, Julio San Pío, Jaime y Antonio Galán y Robert Macintosh. Estaba dirigido por la comunidad de Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
Fuentes y más información:
"Hospital Militar de Zaragoza", de Raúl Expósito, Jesús Rubio y Manuel Solórzano (2012) en el blog Enfermería Avanza.
"Un hospital musulmán con alfombras y teteras en pleno centro de Zaragoza", de Mariano Millán (2022) para Heraldo de Aragón.
El 17 de julio de 1938, en el segundo aniversario del “Glorioso Alzamiento Militar” en Marruecos, los gestores de nuestra ciudad tuvieron a bien agradecer a las tropas marroquís su destacada colaboración con la celebración de un “Día de África”. Los periódicos de la ciudad del día siguiente informaron que el acto principal de agradecimiento “a sus amigos marroquís” tuvo lugar en la plaza Castelar (último día que se llamó así), más concretamente en el hospital militar musulmán que allí estaba instalado.
Dicho acto principal consistió en el izado de banderas del Jalifá, la nacional y la del Movimiento en el edificio con la presencia de, además de los internos y trabajadores, de gerifaltes de Falange, Juventudes y Sección femenina. Allí estaba todo “establishment” de la ciudad franquista: el General de la 5* Región Militar (Francisco Rañoy) el alcalde (Antonio Parellada), el Gobernador Civil (Francisco Planas), el presidente de la Diputación (Miguel Allúe Salvador), el Gobernador Militar (Mariano Lasala) y el Rector de la Universidad (Gonzalo Calamita) y el Jefe de Propaganda del Ministerio del Interior (Martínez Moya).
Autoridades presentes en el acto.
Con el edificio en construcción de la CHE, en el paseo de Sagasta , desfile de flechas y cadetes de las juventudes nacional-sindicalistas
En la aún plaza de Castelar (cambiaría de nombre ese día por plaza José Antonio). Estaba la cosa como para no levantar el brazo...
Izado de las banderas del Jalifá, la nacional y la del Movimiento en el antiguo edificio de hacienda.
Para darle mayor enjundia al acto estaban presentes bandas de música y una formación de Milicias Juveniles (secciones varias de flechas, cadetes y de la sección femenina) que llegó desde la Gran Vía hasta este hospital musulmán acompañados todo el recorrido por el “calor” de los zaragozanos que, brazos en alto y con gritos de ¡Franco! ¡Franco!, ¡Arriba España! y ¡Que vivan los moros!, mostraban su “voluntaria” fidelidad incondicional al nuevo dictador.
El director del hospital, el temiente coronel don Joaquín de Benito, y el capitán del Equipo Quirúrgico, capitán doctor Val Carreres, hicieron la visita guiada por las diferentes plantas del edificio a las personalidades presentes para charlar con los "camaradas moros". Los “moros que derraman su sangre por la causa de la civilización occidental y de España”, estaban encantados, porque la visita tenía como complemento la entrega de algunos obsequios (tabaco y golosinas) y este acto les distrajo brevemente su convalecencia.
No se quedó ahí la cosa… Todas las emisiones de Radio Zaragoza de Falange Española Tradicionalista y de las JONS estuvieron dedicadas a Marruecos, y todos los personajes de esa fascista Zaragoza leyeron textos loando a Marruecos y sus gentes como muestra de agradecimiento, respeto y admiración.
La conferencia estrella fue la del doctor catedrático de nuestra universidad Andrés Giménez Soler (El Noticiero del 19 de julio de 1938, página 8). Os dejo entrecomilladas algunas de sus sentidas frases que os van a sacar una sonrisilla:
“Españoles y bereberes marroquís eran y sigue siendo un pueblo afín por el origen, por la lengua y por las costumbres […]. A pesar de haber tenido tantas guerras con este pueblo, no ha dejado en el alma española ni rencor ni odio, ni antipatía ni desvío, sino al revés, afecto, cariño y hasta orgullo de haber tenido como enemigo a tal pueblo”.
“Todo lo útil del tiempo de los moros, y lo que está destruido, y preguntamos quiénes lo destruyeron, nos dicen: los franceses”.
“Los romanos, manifiesta, hicieron grandes obras, pero para ellos, no para la nación, mientras que las de los moros fue para enriquecer el país, para defenderlo y civilizarlo”.
“Los compañeros de Tarik y Muza veían España como una prolongación de España y sus habitantes hermanos suyos por la sangre, por las costumbres”.
“La Inquisición no persiguió ni una sola vez un mahometano”.
“Se extiende de la obra de los reyes Católicos y del cambio de política de su tiempo, que ellos querían ganar Marruecos por «considerarlo como continuación del solar patrio”.
Por supuesto, acabó siendo ovacionado y con muchos “pidiendo un taxi”. Nadie entonces se quejaba de la contradicción que implicaba el empleo de tropas musulmanas por los adalides del catolicismo. Si había alguna duda, no manifestada (por supuesto), había toda una serie de fotos propagandísticas de “moros” tratando con sumo respeto los lugares e imágenes católicas.
Heraldo de Aragón del 17 de julio de 1938
La Hoja del Lunes del 18 de julio de 1938
El Noticiero del 19 de julio de 1938.
Se calcula que a lo largo de la contienda fueron reclutados entre 62.000 y 85.000 marroquíes, de los que unos 30.000 morirán o resultarán heridos. Básicamente eran voluntarios reclutados en la zona del Rif con una motivación económica, pues vivían en extrema pobreza tras varios años de malas cosechas.
Tras la guerra Franco, si te he visto no me acuerdo. Les "agradeció" sus servicios con pensiones ínfimas, sensiblemente menores que las del resto de su soldadesca. "Moros" y judíos son utilizados, igual que entonces.
Casa Canalejas, en el número 4. El proyecto de esta obra es de Fermín Llanas en 1927 para Felipe Arregui Hernando, administrador principal de Correos de la provincia de Zaragoza desde 1934 (La Voz de Aragón del 10 de mayo de 1934) hasta su jubilación en 1945. Estaba casado con Salvadora Martínez, con la que tuvo 4 hijos. Parece ser que el alzamiento de 1936 no le vino mal porque fue ascendido por los sublevados a los pocos días (Heraldo de Aragón del 7 de agosto) y poco antes de su jubilación le fue concedida la Medalla de Oro de la Caja Postal de Ahorros (El Noticiero del 27 de mayo de 1945). Era Hermano Mayor de la Hermandad de la Virgen del Pilar y falleció el a 29 de octubre de 1959.
Su ubicación en una de las calles laterales de la plaza de los Sitios lo sitúa dentro del principal ensanche burgués de la ciudad anterior a la guerra civil. Decorativamente se puede hablar que es de estilo clasicista, destacando las ménsulas de los soportes de los balcones, especialmente las de la primera planta.
Fue la primera casa levantada en Zaragoza para una comunidad de vecinos en propiedad horizontal.
Una explosión de butano el 27 de diciembre de 1997 provocó cuatro heridos, uno de ellos muy grave, y destrozó 10 viviendas, dañando gran parte de la fachada (El País del día siguiente). El edificio fue reformado según proyecto de Carlos Miret Bernal añadiéndole dos plantas más.
Fuentes y más información: zaragoza.es y zaragozaarquitecturasigloxx.com.
El número 4 en 2023. Google Maps.
Casa de Socorro, en el número 6, en la confluencia con el paseo La Mina. Era una institución con más 77 años de historia que cerró en 2010 por acuerdo municipal del 26 de marzo. Ofrecía sanidad privada y pública a 1.750 funcionarios, suponiendo un agravio comparativo y elevados costes para el Consistorio.
Según explica José Blasco en El Noticiero del 28 de marzo de 1950, página 12, formaba parte del Cuerpo de Beneficencia Municipal.
La atención a aquellos que necesitan de una mayor protección es una de las competencias municipales más importantes. Ha habido una evolución de los conceptos asociados a la atención social: desde los documentos medievales en los que se habla de “pobres” o “necesitados”, de limosnas o dotes para las doncellas sin recursos, pasando por la idea de beneficencia o asistencia social de la época moderna y contemporánea, hasta la actual organización de los Servicios sociales comunitarios y especializados. En 1822 se establece con carácter obligatorio la asistencia domiciliaria y se crea la Junta Municipal de Beneficencia. Fuente: zaragoza.es
La Casa de Socorro y ambulancia D.K.W. (Boletín Municipal de Zaragoza, año II, nº 6, 3er. trimestre 1961). Fuente: Miguel Pascual, en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
Amado laguna de Rins, siendo alcalde de la ciudad, tuvo la idea de crear el cuerpo facultativo de beneficencia municipal y de instalar en la ciudad casas de socorro, una vez terminada la implantación de la "cartilla de beneficencia", consultándola a los catedráticos de medicina Félix Cerrada y Patricio Borobio Díaz, que apoyaron la propuesta. Hasta 1904 disponía el Ayuntamiento de un médico, Victoriano Sierra para la asistencia de la Casa de Amparo, y de Lorenzo López Sañudo para reconocer a los cadáveres. También se hallaba adscrito el practicante Roberto Sanjoaquín. La asistencia pública se prestaba en el Real Hospital de Nuestra Señora de Gracia.
Anteriormente el Real Decreto de 17 de julio de1884 creó la Junta de Señoras en la beneficencia municipal y provincial, siendo suprimidas en 1931.
Diferentes disposiciones legales acuciaban al municipio a constituir un cuerpo facultativo de la beneficencia y ya en 1905 en 1905 quedó constituido el Cuerpo de la Beneficencia Municipal propiamente dicho con la Casa de Amparo, las Juntas Municipales de Beneficencia y las Juntas de Damas de Beneficencia que atendían a los enfermos o desvalidos.
Ese año había en el presupuesto municipal 40.000 pesetas para establecer beneficencia domiciliaria y tres casas de socorro. Al año siguiente se consignaron partidas para proveer de un médico de beneficencia a la Casa de Amparo, un médico inspector para el cementerio, ocho médicos numerarios, diez titulares de barrios, seis camilleros, un secretario-conserje y ocho practicantes. Ocuparon sus puestos por oposición bajo las órdenes de un director, Victorino Sierra, atendiendo a los 2.356 pobres con cartilla de beneficencia.
Primera propuesta para instalar la Casa de Socorro. Heraldo de Aragón del 29 de octubre de 1904.
La primera Casa de Socorro se estableció en los bajos del número 143 (después el 139) del Coso, casi frente a la calle del Hospitalillo (hoy renombrada Cantín y Gamboa), entrando en funcionamiento el 13 de mayo de 1906. Esos locales antes estuvieron ocupados hasta el 4 de diciembre de 1905 por el viejo Café de la Magdalena (ver más en el Coso).
Orden de instalar en el Coso la primera Casa de Socorro. El Noticiero,15 de agosto de 1905.
Inauguración de la primera Casa de Socorro. Diario de Zaragoza del 14 de mayo de 1906.
Enseguida se vio que estas instalaciones eran insuficientes y que el edificio no era el adecuado por tener evidentes signos de derrumbe. Se comenzaron obras de consolidación trasladándose el servicio a la Cruz Roja del paseo del Ebro. Ni de lejos se cumplía la ley, ni en el número ni en lo que a la calidad del servicio se refería. Las intervenciones de urgencia eran tantas y los prestadores del servicio tan pocos que el municipio se lanzó a crear las casas de socorro necesarias para la densidad poblacional de la ciudad (La Gaceta del 17 de febrero de 1925).
La elección de su ubicación no fue fácil y se alargó en el tiempo, pero se tenía claro que debían instalarse en lugares céntricos. La primera instalada fue en el Portillo en 1930, pero enseguida se vio que continuaba siendo pequeña e insuficiente, y el caserón del Coso continuaba en un estado lamentable, con las ratas recorriendo sus estancias y paredes muchas veces repintadas y combadas. Finalmente se lo llevó la piqueta justo 10 años después.
Entre 1920 se añadieron dos tocólogos y un equipo de comadronas. En 1922 se ampliaron las zonas de asistencia domiciliaria (Casablanca y Delicias), quedado fuera Torrero y Montemolín. Las deficientes condiciones eran suplidas por el buen hacer de los facultativos y trabajadores, que continuamente reclamaron mejoras en la prestación del servicio. La recogida de heridos aún se hacía en camillas por no contar con ambulancias.
El asunto de las pocas y deficientes casas de socorro fue motivo de atención en la prensa. El famoso Mefisto escribió este texto humorístico.
Reportaje informando de la nueva Casa de Socorro de Eduardo Fuenbuena y fotos de Martín Chivite para el Heraldo de Aragón del 25 de agosto de 1933, página 6.
Todas esas carencias se resaltaban en épocas de epidemias y situaciones extraordinarias. Así, en la huelga de septiembre de 1920 el personal tuvo que encargarse hasta de enterrar a los fallecidos. En desagravio se les concedió la Medalla de Cobre de la ciudad, que muchos no recogieron por orgullo, indignados por el poco valor dado a su sacrificio.
Finalmente en este número 6 de la calle Canalejas y número 9 del paseo de la Mina, en un edificio recientemente construido dedicado a escuelas de La Caridad (antes ese solar estuvo destinado a Casa del Pueblo), en lo que en ese momento era calle Costa, se habilitó esta casa de socorro, inaugurada el 11 de octubre de 1933. Desde el 8 de febrero de 1947 allí prestaron servicio las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl.
El edificio estaba muy bien equipado y constaba de sótano (habitación del portero y almacenes), planta baja (policlínica, servicios de urgencia y salas de hospitalización, para obreros accidentados en el trabajo y de vacunación gratuita, y, desde 1947, sala de rayos X) y segunda planta (secretaría, archivo, despachos, residencia de las religiosas, oratorio, sala de juntas, despacho del decano, salas de personal, del médico de guardia, dormitorios, duchas y baños). Se añadió el servicio de odontología, muy demandado, y ya contaba con garaje para las ambulancias.
Casa de Socorro. Dibujo de Ruste. El Noticiero del 28 de marzo de 1950.
(Puerto Venecia): Canaletto, cuyo verdadero nombre era Giovanni Antonio Canal (Venecia, 1697 - 1768). Pintor italiano, famoso por sus paisajes urbanos de Venecia dentro del nuevo género de la veduta. Hijo del pintor Bernardo Canal, tomó el nombre de Canaletto para distinguirse de él.
Todo el barrio de Puerto Venecia está dedicado a pintores, edificios y lugares representativos de Italia.
(Barrio del Picarral): Archipiélago del océano Atlántico que conforma una de las diecisiete comunidades autónomas, reconocida como nacionalidad, y una de las regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. Está formado por siete islas principales: El Hierro, La Gomera, La Palma y Tenerife, que forman la provincia de Santa Cruz de Tenerife; y Fuerteventura, Gran Canaria y Lanzarote, que componen la provincia de Las Palmas.
I.E.S. Avempace, en el número 5. Según la web del propio centro educativo, nace como Instituto de Bachillerato Mixto 10 en el curso 1980/1981. Es consecuencia educativa de los Pactos de la Moncloa de 1979 y se instala en la Margen Izquierda del Ebro.
Esta ubicación condicionará en buena medida su manera de ser y de entender la actividad docente, al estar enclavado en el Picarral, un barrio obrero con una larga tradición de lucha social y con una población importante de etnia gitana. Además, durante mucho tiempo, el Mixto 10 va a ser el único centro de secundaria de este lado del río, lo que nos ha convertido en un punto de referencia obligado para la historia educativa de esta parte de Zaragoza.
Con la expansión de la ciudad, el barrio se amplia con familias jóvenes, que le dan una nueva configuración a la zona Picarral-Zalfonada y que contribuyen a constituir un centro diverso, que se ve enriquecido con la llegado de un número importante de personas inmigrantes desde los años 90.
Sobre el personaje histórico Avempace, ver más en Avenpace, parque o jardines de.
Remarcado con un círculo rojo, el Mixto 10, actual I.E.S. Avempace, cuando estaba en construcción. Como abrió en 1980, podemos decir que la foto, del Banco de Imágenes del Picarral, es de 1979 y 1980.
(Barrio Oliver): Jerónimo de Cáncer y Velasco (Barbastro, ¿1599? - Madrid, 1655). Dramaturgo y poeta oscense del Siglo de Oro. Desempeñando el cargo de contador del Conde de Luna, debía llevar una vida muy pobre porque solicitó a su protector, el Duque de Medina Sidonia, le regalase un traje. Aunque su poesía lírica no alcanzó gran altura su obras teatrales eran ingeniosas, festivas y chistosas, en la que prodigó equívocos y retruécanos conceptistas. Son justamente célebres sus comedias burlescas y sus entremeses. Murió tan pobremente que hubo necesidad de costear su entierro con limosnas.
Compiló su poesía en el libro Poesías varias (Madrid, 1651), donde destacan romances, jácaras, quintillas de ciego y agudos epigramas. Son justamente célebres sus entremeses, algunos de los cuales son Este lo paga (1660), El cortesano (1663) o Los Putos (1668.) Tiene también muy graciosos romances, quintillas de ciego y jácaras. Hizo dos comedias burlescas, La muerte de Baldovinos y Las mocedades del Cid.
Calle Jerónimo Cáncer en 2014. Google Maps.
La calle recibe su nombre en 1960 (El Noticiero del 13 de agosto de 1960, página 13).
En el número 4 se instaló la sociedad "La Unión" en el Bar Candial, propiedad de don José González, gran aficionado a la colombicultura, donde tenían lugar tertulias y reuniones de los asociados sobre su deporte de palomos. El Noticiero del 7 de noviembre de 1969.
(Barrio de Santa Isabel): Cándalo es una rama seca, pero se refiere a una acequia de ese nombre que hay en el barrio y supongo que ahora irá soterrada o la habrán desviado
La calle Brazal de Candala en 1996 cuando todo esto era campo. Fuente: memoriadesantaisabel.com
(Casco Histórico): Antonio Candalija y Uribe (Jaén, 1819 – Andújar, Jaén, 1903). Abogado, periodista y político, alcalde y Gobernador Civil de Zaragoza.
Hijo de Mateo Candalija Martínez y de Dolores Uribe Samper, fue el segundo de cinco hermanos. En 1851 contrajo matrimonio en Andújar con Pastora Pérez de Vargas y Castrillo, natural de Écija (Sevilla), hija del marqués de La Merced, con la que tuvo dos hijos: Pilar (Marmolejo, Jaén, 1855), y Manuel (Zaragoza).
Estudió Derecho en la Universidad de Granada y comenzó a escribir en periódicos. Abogado de los tribunales nacionales, apareció en tierras aragonesas en 1848 como jefe civil del distrito de Belchite (1848) y Caspe (1849). Entre el 19 de julio de 1851 y el 7 de junio de 1866 ocupó el cargo de alcalde corregidor presidente de Zaragoza.
Sustituyó entre 1851 y 1853 como alcalde a Luis Franco y López (ver más en Franco, calle de Luis). Durante esta primera actuación municipal poco pudo hacer Candalija, por escasos medios económicos del ayuntamiento. Esbozó proyectos, como la apertura y prolongación de la calle del Trenque, que aprobaría el gobierno en 1861, lo mismo que el ensanche de la calle Jaime I.
Suprimidos casi todos los Corregimientos en 1853 pasó a la Dirección General de Penales. En 1860 trabajó en Madrid en la redacción del diario moderado La Época.
Ocupó de nuevo el sillón de alcalde entre el 20 de agosto de 1866 y el 30 de septiembre de 1868, poniendo en práctica una política de mejoras municipales, luchando contra las vicisitudes de una época dominada por la suspensión de garantías constitucionales.
Como argumentaba Adolfo Castillo Genzor, historiador, "en Zaragoza, todas las grandes transformaciones las han llevado a cabo extranjeros" (Aragón Exprés del 15 de marzo de 1973). Y así fue en la calle Alfonso I, planificada en 1865 por el alcalde de la ciudad en esos momentos, D. Antonio Candalija (jienense con calle en una de las adyacentes).
Dibujo de la calle Montera de la segunda mitad del siglo XIX. La esquina con el muro, y vegetación en su interior, pertenecía a los Marqueses de Artasona. Fuente: sanpablozaragoza.org/ . Arturo Bayod.
Calle Candalija poco antes del acceso a la calle Violín, a la derecha. Acuarela de Salvador de Azpiazu, 1925 (AMZ). Proyecto GAZA.
Nada más llegar a la ciudad a la alcaldía en 1851, este hombre ve con asombro que no hay una sola calle de rango que una el Coso con la plaza del Pilar. En el siglo XIX la ciudad respiraba devoción y existía la costumbre entre los zaragozanos visitar una vez al día el Pilar. Para llegar a él sólo existían unas costanillas y calles estrechas, casi pasadizos, más angostas aún que las del actual “Tubo”, que recibían el nombre de "trenques” para llegar a ella por el sur, polo de desarrollo urbano en esa centuria. Desde el principio tuvo claro que para mejorar la estructura de la ciudad era necesario abrir una vía directa entre el Coso y la basílica que evitase rodeos por callejuelas angostas. No le dio tiempo más que a proponer la idea porque solo dos años más tarde un cambio de gobierno hace que sea destituido. Sin embargo, el debate sobre esta cuestión ya se había desatado en Zaragoza. Ver más en Alfonso I, calle.
En 1861 el gobierno aprobó el proyecto y cinco años más tarde, al subir Narvaez al poder Candalija vuelve a Zaragoza como gobernador de la provincia y meses después también repite como alcalde, algo insólito. Con estos dos poderes en su mano, remueve el expediente y ordena abrir la calle Alfonso sin más dilaciones, a pesar de que la sola idea provocaba una manifiesta hostilidad, especialmente después de que el ensanche del primer tramo de Jaime I no había sido del agrado de los vecinos.
Abrir la calle Alfonso estuvo a punto de costarle la vida a Candalija. Sin duda pudo llevar a cabo su propósito al ser forastero y con ello no sentirse tan afectado por la feroz crítica que provocó en su época porque tras su mandato tenía claro que se iría de la ciudad. Cuando la noticia de las intenciones del alcalde se publicó en "El Eco de Aragón" en el ayuntamiento se lio una gorda, con el pueblo y la prensa poniendo el grito en el cielo. Pensaban unos que ya habría un mejor momento para hacer semejante obra, que había otras inversiones más urgentes (agua potable, asfaltado, mercados, etc), y otros que Candalija solo pretendía el lucimiento personal.
Como indica Blasco Ijazo (1973), entre los que más alzaron la voz fueron los ricos botigueros de las calles Sombrerería (actual Prudencio), Convertidos, Danzas y la Virgen, que veían lastimado su negocio con la apertura de una calle principal entre el Coso y el Pilar porque esas calles pasarían a ser secundarias.
¡La calle de Alfonso, se hace!, respondió a los críticos en el salón de plenos, aduciendo razones piadosas (dar mayor visibilidad e importancia a la basílica), higiénicas y económicas (generar puestos de trabajo en medio de una crisis obrera) para justificar la apertura (El Noticiero del 3 de enero de 1943, página 8). Tras lograr con su encendido discurso la aprobación del proyecto en un pleno en el que amenazó varias veces con desalojar al público asistente, nombró a Segundo Díaz Gil para el puesto de arquitecto municipal vacante, pues ya tenía un prestigio bien ganado en Madrid. Como ayudantes contó con Mariano Blasco (tío del literato de nombre Eusebio) y Antonio Gregorio.
Y la piqueta comenzó a hacer su faena. Con todos en contra, el 4 de noviembre empezaron los preparativos y en diciembre de 1866 las expropiaciones y los derribos interrumpidos por algaradas y concentraciones que pretendían paralizarlos, en algunos casos teniendo que utilizar a los bomberos para expulsar a los vecinos más remisos de sus viviendas. No lo consiguieron, salvo en el caso del viejo caserón de los Arias, para marzo del año siguiente se completan todos los derribos dejando la calle expedita en sus 12 metros de anchura, una más que en la calle Jaime I, en una sola rasante (llana), frente a las dos que defendían algunos (ascendente hasta la plaza Sas y descendente hasta el Pilar). El Noticiero del 11 de enero de 1948, página 10.
El 20 septiembre de 1868, año de la inauguración de la apertura del actual paseo de la Independencia, cae Isabel II con un Candalija (profundamente isabelino) que había cumplido dos años como gobernador y alcalde de Zaragoza. Como además el ambiente en la ciudad estaba aún en contra suya, a finales de septiembre tuvo que refugiarse en casa del padre de Antonio Fleta Manjón y salir por piernas de la capital maña disfrazado de baturro, según unas fuentes, o escondido en un cajón de tabaco en otras, camino a Andújar, huyendo de sus enemigos políticos y urbanísticos. No pudo ver como se inauguraban las dos primeras casas de la nueva calle a finales de 1869 y como la opinión de la ciudad hacia su gestión como alcalde estaba cambiando.
Además de la apertura de la calle Alfonso I, también se le deben la eliminación de los caserones que estrechaban la calle Jaime I entre San Pedro el Viejo hasta La seo, los puentes de San José y Santa Engracia (sobre el Huerva) y el rellenado de las Balsas de Ebro Viejo con materiales de desecho de las demoliciones de la calle Alfonso I.
Años 70, con la calle tomada por el tráfico (AMZ). Fuente: Carlos Calavia Abadía.
En el año 1875 paseó por la nueva calle el rey Alfonso XII, quedando gratamente impresionado, y Candalija fue nombrado Gobernador Civil de Valencia y un año después de Málaga en recompensa por su lucha por la Restauración monárquica. Como desagravio a su triste salida de la ciudad, ese año, siendo alcalde de la ciudad Luis Franco y López, se le concedió el título de Hijo Adoptivo de la ciudad de Zaragoza (Diario de Avisos de Zaragoza, del 27 de febrero de 1875).
El 13 de octubre de 1914 se renombró la calle Montera, que desemboca en la de Alfonso I, con su nombre en una ceremonia que, partiendo desde la Lonja, acabó con el descubrimiento por parte del alcalde, doctor Palomar, de una lápida ya desaparecida de mármol blanco de Italia en estilo renacimiento con los escudos de la ciudad y la provincia realizada por el marmolista Joaquín Beltrán. En el Heraldo de Aragón del 14 de octubre de 1914 y en El Noticiero del día del Pilar de 1947, dicen que estaba colocada en la nueva calle Candalija esquina con la de Alfonso I, en la casa que fue sastrería de los hermanos González, sustituyendo a otra más antigua. Por el contrario, en El Noticiero del 30 de noviembre de 1969, páginas 16 y 17, dicen que la placa se puso en el chaflán del número 1 de la calle Alfonso I.
Parece que en el acto hubo algo de choteo porque en inicialmente en la lápida aparecía el verbo grabar con "v", con el consiguiente cabreo de las autoridades presentes por semejante patada al diccionario.
Texto de la placa descubierta en 1914. Heraldo de Aragón del 14 de octubre de 1914.
Fuentes:
* "¡La calle Alfonso, se hace!", de José Blasco Ijazo, en El Noticiero del 3 de enero de 1943.
* "¡Una sola rasante... y caiga el que caiga!", por José Blasco en El Noticiero del 11 de enero de 1948.
* "¡La calle de Alfonso I se hizo!", del Zotti, El Noticiero del 30 de noviembre de 1969, páginas 16 y 17.
* "La obra de un andaluz de Andújar", de Adolfo Castillo Genzor en Aragón Exprés del 15 de marzo de 1973.
El primer nombre con el que se conoció la vía fue el de Antigua carrera de la Laguna de San Felipe. Laguna tiene aquí el sentido de “hoyo, agujero”. Desembocaba en el fosal o cementerio de dicha parroquia.
Supongo que para ahorrar palabras más tarde mudó de nombre a calle de la Montera, siendo más larga que la actual hasta la apertura de la calle Alfonso I porque llegaba hasta la plaza del Carbón (actual plaza de Sas). En 1914 mudó definitivamente de nombre a calle de Candalija.
Alineación de la calle. El antiguo número 3 de la calle (actual número 4) sobresalía de la rectitud actual de la calle. Los arquitectos municipales, con predilección por las líneas rectas y homogéneas, y una cruzada contra los estrechamientos y las singularidades que dificultaban el tráfico rodado y afeaban el paso de las procesiones, se la tenían jurada hacía tiempo.
Las amenazas fueron confirmadas cuando consiguieron expropiar parcialmente el inmueble en octubre de 1930 y entrando la piqueta a hacer de las suyas en ese "diente" los primeros días del año 1931 (El Noticiero del 10 de enero). Los periódicos de la época se alegraron de la mutilación urbanística de esas "casas que estorban". Hasta pasado el verano de ese año no se iniciaron las obras de pavimentación y aceras de la calle.
A los vecinos de la calle la alineación no les salió gratis porque la calle subió de categoría y eso llevaba aparejado un aumento de la contribución urbana justificado por el mayor valor de los inmuebles de la calle desde ese momento (La Voz de Aragón del 17 de julio de 1931).
La calle de la Montera en el plano de 1853 de Yarza y Gironza.
Comparativa de planos centrados en la calle de Candalija. En el primero (Casañal, 1911) se remarca en rojo la anomalía urbanística del número 3. En el segundo (Instituto Geográfico Catastral, 1935) se puede ver que la calle ya ha sido alineada.
Foto de hacia 1904-1908 de la calle Candalija desde un piso elevado de la plaza de Sas. Puede verse a la derecha el estrechamiento provocado por el número 3. Foto de la colección de María Pilar Bernad. Fuente y Datación de Alfonso Martínez Abad. Abajo a la izquierda puede verse el comercio de paños "González Hermanos".
Noticia del inicio de los trabajos de alineación definitiva de la calle en El Noticiero del 10 de enero de 1931. La foto de la derecha, de Abelardo de la Barrera, es la que corresponde a la calle Candalija, como vemos en la misma de la derecha, de mejor calidad tomada de Archivo GAZA.
Según cuenta Orencio Pacareo en el Heraldo de Aragón del 18 de noviembre de 1921, cuando la calle se llamaba Antigua Carrera de la Laguna de San Felipe, en la primera mitad del siglo XVII, tenía aquí su residencia en un ángulo de la calle el industrial zaragozano Diego Salanova, con puerta de escale a la calle del Trenque de Jimeno Gordo (que hoy estaría en el primer tramo de la calle Alfonso I) que era la comidilla de sus vecinos porque era utilizada por los que acudían a ver a Salanova en horas inadecuadas sin ser vistos.
Los que la conocieron dicen que aunque austera en el exterior era más suntuosa en su interior que muchos palacios. Los envidiosos de esa época corrieron el rumor de que era homosexual por su buen gusto y conocimiento de la moda femenina. En secreto Salanova guardaba una colección de tapices de gran valor traída de Flandes traído por un noble de los que acompañaban a Felipe II cuando fue llamado a Alemania por su padre, el Emperador Carlos I, para sustituirle. Finalmente, temiendo que semejante obra artística fuera vendido y sacado del reino, el notario y secretario del Concejo, Francisco Antonio Español, se lo requisó, pagándole un justiprecio de mil libras jaquesas.
En esta calle estuvo el almacén de harina de Enrique Almech en 1860 (tenía otro en la calle Mayor). La fábrica estaba en el camino entre el puente de Santa Engracia y Torrero (actual paseo Cuellar). Era originaria de 1845.
Un taller de tornillería estaba aquí instalado, sobre la actual calle Alfonso I, que aún no existía, junto a la plaza del Carbón. Recordemos que antes de 1868 era un poco más larga (El Esparterista del 29 de mayo de 1856).
En esta calle estaba la casa cantón que pertenecía a la familia del Conde de Berbedel, don Antonio Ximenez de Urrea Clavero y Sessé. Era en el siglo XVI de los Pérez Olivan y Vaguer, de estirpe tan ilustre en las Letras, las Artes y la Iglesia (El Noticiero del 20 de febrero de 1975, página 15). Estaba numerada en el número 5 en 1814 (Diario de Zaragoza del 4 de noviembre, página 4), junto a la plaza de Sas, y desapareció con la apertura de la calle Alfonso I.
Con la desaparición de la Casa de los Berbedel también lo hizo en 1860 una tienda de muebles de lujo regentada por Don Antonio Chavarría (Leche de El Saldubense del 15 de noviembre de 1860, página 4). En 1853 también estaba aquí la tienda de alquiles de carretas de Vicente Ortiz (Diario de Zaragoza del 27 de noviembre).
Los primeros talleres de la Imprenta Blasco estuvieron en los bajos de la casa que hacía esquina con la calle Gil Berges (eliminada en 2007). Tomás Blasco Benito, nacido en Zaragoza en 1851, comenzó su actividad profesional junto a Santos Andrés en 1882 en la entonces calle Montera tras adquirir el negocio de Castro y Bosque. Ambos realizaron trabajos de modelación, prensa diaria y libros. En 1895 comienzó su labor en solitario. Tras la adquisición del edificio, en 1923 el taller de imprenta, que ha llegado hasta nuestros días, se traslada a la plaza Ecce Homo, 8. Ver más en Ecce Homo, plaza.
Número 1:
Almacén de tejidos de M. Broto y Hermanos.
Hotel Europa, también denominado anteriormente "de Inglaterra-Europa", y "Europa e Inglaterra".
En 1900 en el número 19 de la calle Alfonso I, en el chaflán con la actual calle Candalija número 1 (antes Montera) estaba el comercio de paños "González Hermanos, Comercio de paños, tejidos e hilados al por mayor". Ver más en Alfonso I, calle.
Publicidad de 1883 aprox. Fuente: María Pilar Gonzalo.
En 1934 la Pollería de Francisco Pablo, en este número 1. Casa especializada en todo cuanto se refiera a la venta de aves y caza. La Voz de Aragón del 28 de enero de 1934. Tenía un servicio a domicilio.
Bazar económico de Don Demetrio López y, desde octubre de 1939, la joyería platería de Benito Balmaseda Alonso (Blasco Ijazo en El Noticiero, 3 de marzo de 1948),
Joyería Balmaseda con la calle Candalija a su derecha en 1948. Tomado de Proyecto GAZA.
Sección de foto ya referencia y datada poco antes (1904-1908) de la calle Candalija. Abajo a la izquierda puede verse el comercio de paños "González Hermanos".
Número 2, esquina con Alfonso I número 21. Aquí abrieron los siguientes comercios:
En 1887 establecimiento de telas y lanas del Sr. Arcillero. Diario de Avisos de Zaragoza del 22 de septiembre, página 5.
En 1902 aquí estaba el bazar de ropas "La Estrella", de Rufino Úbeda "para vestirse barato, donde el más elegante traje de caballero cuesta pocos duros y donde se ofrecen unos pantalones entallados que son los preferidos por los zaragozanos de buen gusto". El Noticiero del 1 de enero de 1950, página 3.
Hacia 1905 estaría el también comercio de tejidos "Simón Navarro y Hermano". Simón había sido dependiente de Almacenes del Pilar con Pedro Cativiela. (Heraldo de Aragón del 28 de septiembre de 1896, página 6).
Hacia 1915 aquí estaba la Vajillería Candalija.
1904-1908, comercio Simón navarro y hermano en el número 2 de la calle Montera. Sección de foto de la colección de María Pilar Bernad. Fuente: Alfonso Martínez Abad, de Anteayer Fotográgico Zaragozano.
Casa Polo. Este comercio de tejidos se hallaba instalado en los bajos de la casa número 2 de la calle Candalija. El edificio tenía tres fachadas, con sus respectivos escaparates y puertas: una que da a esta calle y las otras a las de Alfonso I número 21 y Torre Nueva.
Era propiedad de Arturo Polo, que comenzó en el gremio con 13 años de dependiente en Molina de Aragón. Siete años después volvió a Zaragoza instalándose de dependiente en los comercios de Alfonso Ciria primero y de Juan Mazón después. Luego de siete años recayó en la Antigua Casa de Zamora. Con este bagaje, buenos ahorros y un préstamo bancario se hizo con el traspaso del almacén de tejidos al por mayor de don Fernando Pelegrín, en este número 21 de la calle Alfonso I. La apertura al público de su tienda se produjo en abril de 1922.
Como el negocio iba cada día mejor don Arturo decidió ampliar su negocio y tomó en arriendo el piso entresuelo de la misma casa. Una escalera interior construida con motivo de la reforma que impuso la ampliación de los locales, comunicaba con éstos.
La tercera reforma del local fue motivo del reportaje a toda página en el Heraldo de Aragón del del 20 de mayo 1934, del que he obtenido casi toda la información sobre la tienda.
Apenas un mes después de esta reforma, fue víctima de un atentado con líquido inflamable que lo destruyó por completo, motivo por el que se trasladaron al paseo de la Independencia número 32 (actual número 38), en la esquina con la calle Albareda, junto al Café Ambos Mundos. Heraldo de Aragón del 21 de junio de 1934 y La Voz de Aragón del 22 de junio de 1934. Parece ser que la causa fue el despido de dependientes durante una huelga general.
No fue un hecho aislado. Con el mismo procedimiento, lanzamiento de botellas de líquido inflamable contra los escaparates, atacaron solo tres meses después Casa Cativiela, también en la misma calle Alfonso I. El negocio continuó pero ya en el número 38 paseo de la Independencia (Ver más Independencia, paseo de la).
Casa Polo. Jalón Ángel para Heraldo de Aragón del 20 de mayo 1934.
Foto Quevedo, en 1938.
En junio de 1947 compró el local Salvador Margarit para instalar Vestimenta S.A. y después fue sustituida por Bolsos Gracia hasta que cerró en el año 2012. Ver más en Alfonso I, calle. Se ve en la esquina inferior derecha de la foto de la Joyería Balmaseda de 1948.
Vajillas Cerdeñoasa creo que estaba aquí (aunque figura en el anuncio adjunto en el número 5).
El Centro de Expresión de Zaragoza, en 1982.
Vajillas Cardeñosa. El Noticiero del 25 de junio de 1935.
Vestimenta S.A. en un anuncio en prensa de 1961. Fuente: Fran Ríos.
Bolsos Gracia (AMZ).
Número 3:
Las casas número 3 y 5 actuales están catalogadas y constituyen en origen una sola finca y se reedifican de forma unitaria. Se trata de una casa antigua (con mirador de arquillos y puerta en arco de medio punto) propiedad de José Ostalé, reformada con arreglo al proyecto del maestro de obras Joaquín Jordán de 1866, retranqueando la fachada a la nueva línea de la calle, y solucionado el problema de solapado de propiedades existente. En el plano parcelario de D. Casañal ya aparece la finca dividida. Recientemente (1996) han sido rehabilitadas la fachada y las cubiertas. Corresponde a una edificación del siglo XVI, remodelada interior y exteriormente dentro de la estética academicista imperante a comienzos de la segunda mitad del siglo XIX (1866). Fuente: zaragoza.es
Comercios de la calle:
* Pescaderías Cantábricas, en 1925. Anunciaban que recibían 60 salmones cantábricos diarios. Cerró en 1926 como se deduce por los anuncios de venta de sus cámaras frigoríficas.
La Voz de Aragón del 28 de marzo de 1926.
* Lámparas VOLTA, de Gustavo Seegers, en 1932. Fue Cónsul efectivo de Alemania en Zaragoza (La Hoja del Lunes, 29 de septiembre de 1941). Era uno de los 347 alemanes que vinieron a Zaragoza desde Camerún con el estallido de la Primera Guerra Mundial en el verano de 1914. Durante la Guerra Civil se alineó con las ideas de Hitler. Falleció en 1943.
La Voz de Aragón del 11 de octubre de 1928.
* Coderín, almacén de pinturas, en 1928.
La Voz de Aragón, 28 de septiembre de 1932.
"La Casa de la Moda", Tienda de sombreros. Heraldo de Aragón, 30 de septiembre de 1932.
* Farmacia Velasco, en el número 3, en 1932. En los años 70 del siglo XX la farmacia estaba en el número 4 y ahí sigue.
* Casa mortuoria en 1952.
La Voz de Aragón del 28 de abril de 1935.
Fotógrafo "PARÍS", estaba en este número en la década de los 50 del siglo XX. Miguel París García (Letux, 1921 - Zaragoza, 2004) fue un pionero de la televisión en Aragón.
Empezó a interesarse por la fotografía en 1946, un año después de concluida la II Guerra Mundial, en la que participó como voluntario de la División Azul.
Ya en Zaragoza destacó como tenista en el C.N. Helios. Como profesional de la imagen abrió su estudio en esta calle, aunque luego se trasladó a la calle Don Juan de Aragón. Trabajó para la Diputación Provincial de Zaragoza y para los periódicos Amanecer, Heraldo y Pueblo, así como para las agencias de noticias nacionales, Cifra y Efe.
El gran pionero de la televisión en nuestra tierra, porque en 1958 se convirtió en el primer corresponsal de TVE.
A partir de la década de los 60, su principal dedicación fue la televisión, que todavía tenía mucho de elaboración artesanal. En aquella época no era raro ver a Miguel París en la carretera de Madrid y parando al primer coche que pasaba para pedir a sus ocupantes que llevarán sus películas a la capital.
Uno de sus trabajos provisionales más importantes fue la información del incendio del hotel Corona de Aragón.
En el número 4 estaba la Farmacia de la Mutualidad Sanitaria de Trabajadores en 1985.
Academia Peropadre en el que creo que ahora sería el número 4. Diario de Avisos de Zaragoza, 2 de mayo de 1880.
Número 6: Edificio catalogado de cinco plantas de nueva planta de estética academicista, estilo imperante en su época. Fue edificada para Gregorio Gascón con arreglo al proyecto del maestro de obras Mariano Pueyo en 1869.
Más información: zaragoza.es
Calzados Sanse y joyería Aínsa (entre al menos 1976 y 1983) estaban en este número.
Aragón Exprés del 17 de mayo de 1977.
Aragón Exprés del 9 de septiembre de 1979.
Número 7 - 9: Era el antiguo número 8 de la plaza de San Felipe.
Aquí estaba la Casa de Candalija. Antes fue conocido como el palacio de los Virto de Vera.
También era conocido como el palacio del Duque de Villahermosa o de los condes de Guara. Ambas denominaciones eran correctas desde que en 1748 los títulos de IV conde Guara y XI duque de Villahermosa recayeron en la misma persona, Juan Pablo Azlor de Aragón, hijo del III conde de Guara y sobrino del X duque de Villahermosa, que falleció soltero y sin hijos.
Datada posiblemente de finales del siglo XVI, en 1840 la adquirió León Alicante Barthe y posteriormente don Gil Gil y Gil, catedrático de derecho y candidato al escaño republicano por Zaragoza en 1905. Pasó a sus descendientes hasta que se hundió el 20 de mayo de 1971, cuando era propiedad de don Joaquín Gil Marraco, abogado y fundador de la Sociedad Fotográfica Aragonesa.
Era un caserón descomunal con entrada por la calle Montera número 8 (después Candalija, 7-9) y que daba por su parte de atrás a la calle de Fuenclara. Construido del siglo XVIII, en él destacaban su zaguán de entrada, una escalera noble de estilo renacentista que arrancaba del patio a mano izquierda y, especialmente, un patio de estilo aragonés con cuatro columnas, muy valioso.
Plano del libro "Zaragoza según el plano de 1712 y su vecindario de 1723", de José María Ballestín Miguel (2017).
El número 8 (nuevo 7-9) de la calle Montera en el plano parcelario Casañal 1911. Se aprecia perfectamente la situación del patio y el retranqueo del caserón en la calle Fuenclara, frente al callejón del Desengaño.
Patio de la Casa de los Guara. Desconozco la fuente.
Imagen de la calle Candalija en 1937 con la Casa de los condes de Guara a la izquierda. Las banderas nos advierten que era un lugar ocupado por los golpistas para hacer labores logisticas de apoyo (ropero y taller textil). Foto de Murueta-Goiena (DARA).
Noticia del derrumbe de la Casa de Candalija. Conocido por nuestros mayores como el del bazar "La Bola Dorada" o el del Banco de Crédito Zaragozano. Foto de García Luna en Aragón Exprés del 21 de mayo de 1971.
Desapareció el 20 de mayo de 1971 cuando se hundió a las 20.30 horas cuando ejercía de casa de vecindad, destino final de muchos palacios de la ciudad parcelados para que sus propietarios obtuvieran mayor rendimiento económico de su venta o alquiler con poca inversión para su mantenimiento y conservación. Un ejemplo más en nuestra ciudad de la desidia de las instituciones que no evitaron esta pérdida patrimonial tan importante. Solo la suerte hizo que no hubiera víctimas mortales, pero el patio y su escalera se perdieron para siempre.
Pese a su tamaño y ubicación, que debían hacerlo muy apetecible para los tiburones urbanísticos, el solar estuvo durante más de tres décadas vacío. O no,... porque albergaba algunos restos de columnas salomónicas testimonio de su pasado. Finalmente, como indica Fran Ríos en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, en 2007 el enorme bloque de viviendas a tres calles que hoy vemos comenzó a construirse.
"Conozca usted España" Zaragoza es algo más (13/ 04 /1967) de José Luis Borau. Se pueden ver los letreros de los comercios la Bola Dorada, paños Sesma y del Centro de Estudios Tuga ubicados en la Casa Candalija, entre el min 12.49 y el 12.57 min.
El 22 de septiembre de 1685 se trasladaron el Santísimo Sacramento y el Ecce Homo de la cercana iglesia de San Felipe a esta casa del Conde de Guara (Don Artal de Azlor) en donde permanecieron hasta el año 1691, en que terminada la nueva iglesia , se llevó el Ecce Homo a la capilla que hoy ocupa. Manuel Abizanda y Broto en El Noticiero del 20 de abril de 1916, página 5.
Esta talla es una de las más bella imágenes del Renacimiento aragonés ((siglos XIV-XVI) y fue descubierta cuando en 1681 se procedía a desmontar el altar de la antigua iglesia para proceder a su demolición y erigir la actual de San Felipe. Ver más en la iglesia de San Felipe en San Felipe, plaza de.
Ecce Homo de la iglesia de San Felipe.
Muebles Bartos, estaba domiciliada en este número 7. Inaugurada aquí el 24 de junio de 1939, estuvo abierta hasta al menos 1958.
El Noticiero del 23 de junio de 1939.
La Bola Dorada. En los bajos de la Casa Candalija, en la plaza de San Felipe número 8 (hoy calle Candalija número 9) se hallaba el bazar "La Bola Dorada" de la familia Grasa.
Lo fundaron Félix Grasa y su mujer en 1832 en el Coso número 7 (después el 17), en la conocida como casa de Dronda (de vecinos con posibilidades), en un local de reducidas dimensiones. En esos años tenía a su lado tenía una herboristería y la sombrerería de Alonso.
Hacia 1866 a Félix lo sucede su sobrino, Joaquín Grasa y Sieso, que había entrado como aprendiz a los 14 años de edad. Joaquín nació el 25 de abril de 1842, en La Sotonera (Huesca) siendo sus padres, Tomás Grasa Palacín y Joaquina Sieso y Ortas (Esquedas, Huesca), comerciantes en Zaragoza. Fuente: ancestors.familysearch.org.
La tienda de Félix Grasa en el Coso número 7. Diario de Zaragoza del 4 de junio de 1851.
La Bola Dorada fotografiada en 1932 por Aurelio Grasa, hijo de los propietarios. Heraldo de Aragón del 27 de noviembre de 1932.
Primera noticia de la apertura de la sucursal en la calle Alfonso I. Diario de Zaragoza del 10 de diciembre de 1877.
Traslado a la actual calle Candalija. El Noticiero del 11 de junio de 1901.
Heraldo de Aragón del 11 de octubre de 1931.
Heraldo de Aragón del 27 de noviembre de 1932.
El pomposo nombre del comercio "La Bola Dorada" parece que se lo puso Joaquín. Con él aludían a que en ese bazar, el primero de su época, se podían encontrar todas las curiosidades imaginadas. Podemos decir que estaba dedicado a la quincallería (venta de objetos de metal, generalmente de escaso valor, como tijeras, dedales, sacacorchos, imitaciones de joyas, juguetes, etc).
Félix Grasa, el fundador, fallece en mayo de 1895 a los 89 años (Diario Mercantil de Zaragoza del 7 de mayo), sabedor de que había dejado su negocio en buenas manos.
Cuando llevaba años al frente del negocio, Joaquín se casó con Eloisa Sancho y Serrano, con la que tuvo cuatro hijos: Félix (en honor al fundador de su empresa, que falleció poco después del nacimiento del hijo mayor), Pepe, Emilio y Aurelio. Eloisa sería fundamental para la supervivencia del negocio porque, aunque desconocedora del trabajo comercial, era muy "echada pálante" y pronto se hizo indispensable.
A Joaquín las cosas le fueron bien y abrió una sucursal con un elegante escaparate bajo su residencia, en el entresuelo del número 1 de la recién abierta calle Alfonso I (Diario de Zaragoza del 10 de diciembre de 1877), en el hueco del actual portal de acceso a la finca.
En 1901 les comunican que la casa de Dronda va a ser derribada y buscando un local de mayores dimensiones cerró las dos tiendas anteriores y se trasladaron a este número 8 de la plaza San Felipe (en la actual calle Candalija), en la planta baja del Banco de Crédito.
Pronto fue uno de los locales de referencia en la ciudad, pero la alegría familiar se truncó al fallecer Félix con 42 años de edad el primogénito (El Noticiero y Heraldo de Aragón del 27 de marzo de 1921) tras una larga enfermedad, y, año y medio después, su padre, Joaquín Grasa, el 30 de agosto de 1922, a los 80 años de edad (Heraldo de Aragón del 31 de agosto).
Félix Grasa fue uno de los pioneros de la bici, constando en la hemeroteca de la época como conocido "spormets" y miembro de "La Velocipédica Zaragozana" (Heraldo de Aragón del 4 de enero de 1909).
Sus otros tres hijos hacen carrera. Pepe contrae matrimonio y se establece en el comercio independientemente de su casa. Aurelio se hace médico dermatólogo, logrando prestigio y nombre bien merecido en el ejercicio de su profesión (con consulta en la calle Costa 3, principal, en 1937) y en la fotografía y el fotoperiodismo. Emilio, el menor (nacido en 1900), queda junto a su madre trabajando tras el mostrador del bazar.
Como vemos e los anuncios en prensa posteriores a la muerte del Joaquín Grasa, en esos momentos continúa llamándose el comercio igual, pero el subtítulo muda a "Viuda de Joaquín Grasa", que es la que continúa al frente de la tienda ayudada por su hijo Emilio, como ya hemos dicho. El óbito del cónyuge era una de las pocas formas en las que una mujer podía ponerse al frente de un negocio hasta épocas muy recientes.
En verde se señala la ubicación de La Bola Dorada en la calle Alfonso I en una foto del Archivo Coyne de 1895 (AHPZ). Fuente: Arturo Bayod.
Heraldo de Aragón del 3 de enero de 1924.
En esos momentos los zaragozanos conocen la tienda con el apodo de “El Arca de Noé", para expresar que en su interior se encuentran siempre las cosas más variadas y más difíciles, con especialidades para cada época del año: Belenes en Navidad, juguetes para Reyes, objetos funerarios para Todos los Santos y con divertidas caretas para Carnaval. Y siempre, en el escaparate, una gran bola dorada, imagen de marca de la empresa. En algún momento de su historia el acceso a la tienda fue por puerta giratoria, seguramente una de las primeras de la ciudad.
La Bola Dorada en 1910 en la actual calle Candalija. El fotógrafo fue Aurelio Grasa, hijo del propietario y hermano del niño asomado al balcón, Emilio. Fuente: "Aurelio Grasa 1893-1972", Galería Costa, 3, 1976. Página 10. Formó parte de la exposición conmemorativa celebrada en dicha galería en 1978. aureliograsa.es. Proyecto GAZA.
El 22 de noviembre de 1936, con 82 años primaveras, fallece Eloísa Sancho (El Noticiero del 24 de noviembre de 1936), la madre de Emilio Grasa, quedando ya solo este al frente de la tienda, como se explicita en los anuncios en prensa posteriores.
El Noticiero del 7 de abril de 1966.
No tengo ninguna constancia pero creo que la historia de este histórico comercio cerró definitivamente con del derrumbe de la Casa de Candalija en 1971 porque en la foto de García Luna en el artículo de Aragón Exprés del 21 de mayo de 1971 donde se daba cuenta de la noticia se acompañaba de una foto reciente en la que parece estar aún abierto.
Lo que sí he confirmado es que 1972 "La Bola Dorada" ya había cerrado y sus enseres y otros restos los compró el propietario de “El Cotillón” (en la calle Cervantes número 2), la única casa en Zaragoza que se dedicó después a vender artículos de broma y de fiesta (confetis, máscaras, banderitas, polvos pica-pica, etc). Aragón Exprés del 28 de septiembre de 1982.
Fuente: "El popular Bazar -La Bola Dorada-, que acaba de cumplir cien años de vida", en Heraldo de Aragón del 27 de noviembre de 1932, página 3.
Banco de Comercio de Zaragoza. Este viejo caserón fue a mediados del siglo XIX el lugar de constitución de la Tertulia del Comercio, en el mismo local que la Caja de Descuentos zaragozana desde 1839. De acuerdo a sus estatutos fundacionales, la "Tertulia del Comercio" era una Sociedad de contratación y de recreo, siendo el objeto primordial de la misma facilitar e impulsar los negocios del comercio en general. Esta Tertulia del Comercio tenía entre sus objetivos fundar un centro en el que cupieran las más destacadas figuras del comercio local, idea que cristalizó en hecho cierto el año 1858 con el Casino Mercantil (en el Coso).
La historia bancaria en nuestra ciudad comienza a mediados del siglo XVI cuando se abrió la Lonja para dotar a las actividades mercantiles que antes se realizaban junto a la catedral de la Seo y otras iglesias de la ciudad de un espacio acorde con su importancia. A mediados del siglo XVII ya ejercía la Lonja de banco mercantil, favoreciendo mucho a la ciudad durante la epidemia de 1652, Fue cerrado en 1681 y reabierto por Felipe V en 1729 por corto plazo de tiempo. El establecimiento bancario en nuestra ciudad había quedado en agua de borrajas.
Gestada en la "Tertulia del Comercio" de la entonces plaza San Felipe (hoy calle Candalija) y gracias al impulso de Juan Bruil (ver más en Bruil, calle de Juan), al que secundaron importantes personalidades de la oligarquía local, un siglo después, el 1 de agosto de 1845, se constituyó en el paseo de la Independencia número 32 el banco más antiguo de la ciudad con el nombre de Sociedad Anónima Mercantil "Caja de Descuentos Zaragozana" y cinco millones de reales de capital inicial. Era inicialmente un banco de emisión y descuento.
El día primero de septiembre del mismo año dieron comienzo las operaciones de la Caja de Descuentos, instalada y abiertas sus oficinas provisionalmente en el domicilio particular de don Juan Bruil, calle del Coso número 193, correspondiente al número seis moderno, frente a la Audiencia.
Cartel del Banco de Comercio en el portalón de acceso a la casa de los condes de Guara, a la izquierda del bazar La Bola de Oro, como marco de la partida de canicas que juegan esos niños en la plaza San Felipe en el invierno de 1908. Fuente: barbozagrasa.blogspot.com
Revista Aragón (SIPA, diciembre 1933). Fuente: Fran Ríos.
Más tarde se trasladaron a esta calle Candalja número 7, en el caserón de los condes de Guara, contratando el arriendo con don León Alicante, propietario de esta casa, en que estaba la “Tertulia del Comercio”. Tras las obras necesarias para dejar debidamente habilitadas las oficinas aquí se estableció la Caja de Descuentos. Su negocio estaba en toda clase de operaciones de descuento y giro de préstamos y anticipos sobre géneros y frutos, sobre títulos de la Deuda del Estado y con hipotecas; recibiendo dineros a interés e instalando una Caja de Ahorros.
Tras el paso de Juan Bruil por el Ministerio de Hacienda, regresó a Zaragoza y tras lleva a cabo los trabajos necesarios y, por virtud de Real decreto de 25 de abril de 1857 y conforme a las bases de la ley de Bancos de 28 de enero de 1856, se concede a la Caja de Descuentos Zaragozana la autorización para refundirse en Banco bajo la denominación de "Banco Zaragozano". Iniciaron sus operaciones el día primero de septiembre de 1857 y empezaron a dar billetes al público que lo solicitaba el 9 de octubre.
El año de 1870 se lleva a cabo la primera suscripción de nuevas acciones, para constituir el segundo capital del Banco de Zaragoza. En 1873 se otorga exclusividad de emisión al Banco de España, perdiendo ese privilegio el banco fundado por Bruil. A raíz de este momento surge a la vida el Banco de Crédito de Zaragoza. En el mes de marzo de 1875 quedó constituida la sociedad y solo tres años más tarde acontece la muerte de Juan Bruil, su fundador, siendo sustituido en la dirección sucesivamente por Marracó, Figueras y Castán.
En 1889 la entidad bancaria adquiere, en subasta judicial, por el precio de 659.000 pesetas, el edificio del viejo Café Ambos Mundos. En abril de 1930, siendo su director Mariano Baselga Ramírez (ver más en Baselga, calle de Mariano), se trasladaron a ese inmueble de Independencia 30-32. Según la prensa de la época, se iba de un local alquilado, viejo y oscuro (el de la calle Candalija) a otro de su propiedad y moderno (el de Independencia).
En 1947 el Banco de Crédito de Zaragoza era absorbido por el Banco Central.
Fuentes: La Voz de Aragón del 9 de mayo de 1930 - La Voz de Aragón del 17 de julio de 1935 - El Noticiero del día del Pilar de 1951, página 11 - El Noticiero del 3 de febrero de 1970.
Acción Popular tenía su sede zaragozana en este número 7 de la calle Candalija (también consta como el número 8, pero es el mismo lugar solo que cambió la numeración de la calle).
Ocuparon los locales que antes eran del Banco de Comercio. Tras las pertinentes reformas, los inauguraron el 3 de abril de 1932 (La Voz de Aragón del 30 de marzo de 1932, página 2). Inicialmente la sede estaba en la calle Verónica número 14, primero.
Este partido político confesional católico fundado el 29 de abril de 1931 inicialmente denominado Acción Nacional fue fundado recién proclamada la Segunda República con el nombre de Acción Nacional para la "salvación político-social de España" y defender la religión católica, la propiedad y a familia.
Tuvo que cambiar de nombre en abril de 1932 por el de Acción Popular, a causa de una orden del Gobierno republicano-socialista de Manuel Azaña limitando el uso de la palabra "nacional".
Salones de Acción Nacional atestados para escuchar al entonces diputado agrario, presidente de la Acción Nacional española, señor Gil Robles. Heraldo de Aragón del 28 de abril de 1932.
En 1935 su presidente nacional era en ese momento el Diputado a Cortes por Zaragoza Ramón Serrano Suñer. El que después sería destacado franquista, filonazi y cuñadísimo del dictador Franco, vino a dar una conferencia a estos locales el 22 de junio de 1936, apenas veinte días antes del golpe de estado que destrozó el país, cuando ya tenía conocimiento de la conspiración cívico-militar que estaba en marcha contra el gobierno del Frente Popular. Seguramente vino a abonar el terreno...
Durante la guerra estos salones sirvieron de sede para el "Taller de Nuestra Señora del Pilar", que sirvió a la causa nacional organizando las donaciones y el trabajo de las mujeres de su agrupación femenina para gestionar un ropero y un taller de confección de prendas de abrigo para el frente (clausura del taller, El Noticiero del 30 de junio de 1939).
También aquí se establecieron los libros de firmas para adherirte "de forma voluntaria" al golpe de estado de 1936 y tratar de hacer méritos para no ser llevados a las tapias de Torrero. Acción Popular (El Noticiero del 27 de noviembre de 1936).
Comparativa de una foto actual (propia, 2025) y foto de la calle Candalija del año 1937 donde las banderas de la entrada y las ventanas delatan que este edificio fue utilizado para labores logísticas por el bando nacional durante la Guerra Civil. Foto de Sabino Murueta-Goiena (DARA)
El Noticiero del 21 de junio de 1931.
Los medios de comunicación tradicionales de la derecha haciendo frente común en primera página para tratar de revertir los cambios que se preveían con el advenimiento de la II República en abril de 1931. El Noticiero del 27 de junio de 1931.
Noticia en esperanto insertada en el diario El Noticiero del 3 de abril de 1911.
La asociación "Esperanto Kultura Klubo” (Club Cultural Esperanto) tenía su sede en estos locales del número 7, puerta 11, en 1935. La asociación se constituyó en nuestra ciudad el 28 de abril de 1935 con José Vallojera Royo de presidente (Heraldo de Aragón del 4 de mayo). En mayo de ese año ya inauguraron su nueva sede en esta calle Candalija, que describían como nueva y amplia.
La primera noticia en la hemeroteca relacionada con esa asociación es de 1910, donde se dice que en Alcañiz se ha constituido el grupo esperantista "Alkañizo Esperanta Klubo" (El Noticiero del 18 de diciembre de 1910). En Zaragoza existían otras entidades esperantistas, siendo Frateco (hermandad) la primera en nuestra ciudad (1908). Otras fueron el Club Esperantista, el Centro Esperantista de Zaragoza y "Zaragoza Esperantista.
La asociación "Esperanto Kultura Klubo” tenía como objetivo fundamental la organización de cursos, muchos gratuitos, de esperanto, pero trataron de promover otro tipo de eventos culturales. El primero de septiembre celebraron en el salón teatro de Miguel Servet su primera velada teatral con Ramón Sierra como director artístico, a lo que le siguieron festivales, excursiones, cafés y concursos fotográficos.
Esta asociación esperantista tenía una mayoría socios de condición trabajadora, por lo que se inclinaba hacia la izquierda política, hecho que los condenó y explica que las noticias de esta asociación en nuestra ciudad se pierdan tras el alzamiento militar franquista. Además, pese a su carácter transversal, el esperanto no estaba considerado favorablemente entre los círculos sublevados. Los grupos esperantistas fueron cerrados en la mayoría de las ciudades donde triunfó la rebelión, o según se iban conquistando por las tropas de Franco.
Numerosos esperantistas fueron represaliados, especialmente por pertenecer a círculos progresistas, pero su actividad en relación con el esperanto aparece en sus expedientes y eso indica que fue un dato que tuvieron en cuenta para dictar las penas. Entre los asesinados en Zaragoza se encuentran dos personas que ejercieron de presidentes de la asociación: S. González, junto a su hermano solo por el hecho de serlo, y Joaquín Larrumbe Tomás, que fue representante zaragozano en el Congreso Universal de Esperanto de Colonia de 1933 (La Voz de Aragón del 19 de julio).
Joaquín, natural de Cariñena y con domicilio en calle Madre Sacramento número 47, debió sufrir algún tipo de discapacidad física (La Voz de Aragón del 16 de marzo de 1927, página 15) por la que fue exceptuado del servicio militar. Fue asesinado fusilado el 21 de septiembre de 1936, tenía 24 años, seguramente por el mero hecho de ser maestro nacional, como los otros 63 maestros documentados que fueron asesinados por el mero hecho de serlo. Dos días antes en el diario Amanecer constaba entre el amplio listado de maestros suspendidos de empleo y sueldo. Haber sido un reconocido esperantista seguramente no le ayudó. Lo acusaron de “espionaje” y el pretexto fue que encontraron en su casa una carta del coronel Mangada (militar leal al gobierno legítimo republicano y esperantista reconocido), aunque estaba fechada antes de empezar la guerra.
Sobre el Esperanto en Zaragoza ver más en Zamenhoff, calle del doctor; y Esperanto, glorieta del.
Fuentes:
* Aragona Esperanta Societo "Frateco"
* "La utilización del esperanto durante la Guerra Civil española", de José Antonio del Barrio y Ulrich Lins (2006).
La academia PROODOS, dirigida en diferentes momentos por por Manuel Ibarra Burillo, Federico Lavall Jost y Eduardo Meseguer, impartía clases de primera y segunda enseñanza, preparaciones para carreras especiales, Comercio, Magisterio, etcétera, contando con los idiomas en los años 30 del siglo XX.
También la sastrería de Lope estaban también aquí, en el entresuelo (cuando el edificio se rotulaba en el número 8).
Academia Proodos. Heraldo de Aragón, 30/9/1932.
Número 8 (anteriormente figuraba como el número 10): Edificio catalogado con fachada a tres calle construido en 1901 para José Mª Laguía Saldaña (agente de negocios) por el maestro de obras Mariano Anselmo Blasco y Taula. Más información: zaragoza.es
El Noticiero del 26 de abril de 1914.
Trajes Romeo. La Voz de Aragón, 12/10/1932.
El ministro de educación franquista José Ibáñez Martín (el de las gafas de la izquierda) visitó unos locales que tenía la Organización de Ciegos de Aragón de esta calle (desconozco el número). La hoja del Lunes, 19/7/1943.
Terrorismo anarquista. José Logroño Larios y Agapito Lorente Marín, dos de los detenidos en una redada realizada en el domicilio de Agapito Lorente, en la calle Conde Aranda, en 1933 acusados de anarquismo y terrorismo (tenencia de armas), vivían en varios pisos de esta casa (La Voz de Aragón del 14 de diciembre).
Número 10.
Huevería La Monumental, en el número 10. Propiedad de Julián García, su lema era "Siempre huevos frescos", aunque también vendían aceite con sus modernos medidores "Nerbi" de aluminio.
Fue inaugurada el mes de mayo de 1934. Destacaba su decorado y colorido acceso y sus escaparates, una novedad en este tipo de establecimientos. Pintada de talleres Codín, tercera generación de pintores desde 1840, la carpintería corrió a cargo de don Ángel Gros, que tiene sus importantes talleres en Germanías, 16 (Hernán Cortés).
Julián García ya tenía antes otra huevería en la calle Armas número 17 (La Voz de Aragón del 10 de noviembre de 1929).
Noticia de la inauguración en Heraldo de Aragón del 20 de mayo de 1934.
Comparativa entre ayer y hoy. Domingo de Ramos, 25 de Marzo 1956, en la calle Candalija, a la derecha se ve el cartel de la huevería La Monumental y al fondo Iglesia San Felipe. Foto de Martín Nebra. Fuente: Carmen Nebra. Foto actual propia (2025).
Amplio reportaje de La Monumental poco después de su apertura. La Voz de Aragón del 29 de mayo de 1934.
Número 11. No existe. Este bello edificio corresponde en realidad al número 4 de la calle Gil Berges (ver más en Gil, calle de Joaquín).
Escultura "El pastor del águila", de Pablo Gargallo. Inaugurada el 2 de mayo de 2003, sus casi tres toneladas se asientan en la intersección de las calles Alfonso y Antonio Candalija, como una invitación a adentrarse en la vía por la que se llega al Museo Pablo Gargallo. Es la única réplica existente de la obra original, que se halla en la plaza de Cataluña, en Barcelona
Pablo Gargallo esculpió "El pastor del águila" en 1928, tras ganar un concurso del Ayuntamiento de Barcelona, hizo esta escultura de bronce fundido y patinado para colocarlo en la plaza de Cataluña donde aún se encuentra junto a "El pastor de la flauta" y "La vendimiadora", aunque esta última fue pronto trasladada a los jardines del Parque de Montjuich, donde permanece.
La fundición de la obra fue posible gracias a la hija del artista Pierrette Gargallo, a la Fundación SAMCA y a que todavía se conserva el molde de escayola en el Museo de Olot, que fundió un nuevo ejemplar en bronce de esta excelente pieza utilizando el modelo original.
A finales de febrero de 2007 fue objeto de un intento de robo por unos desconocidos. Se dio cuenta el responsable de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Zaragoza, Antonio Mostalac, al notar que "estaba algo desplazada hacia la izquierda" cuando pasaba casualmente junto a ella.
Fuentes: Arte Público - Escultura Urbana - elperiodicodearagon.com
Foto propia de 2025.
Foto propia de 2025 del número 8 de la calle con la entrada a la calle Violín, punto donde se produjo el conocido como "Crimen de la calle Montera".
El crimen de la calle Montera, cometido el 20 de noviembre de 1887.
Joaquín Bielsa "Tremendo" cumplía 28 años y con sus amigos se dispuso a celebrarlo con sus amigos merendando, jugando al mus y bebiendo unos cuartillos de vino en una tienda cercana a los Campos Elíseos (frente a la actual Glorieta de Sasera), y de tabernas. Continuaron el bebercio en una de la calle Estébanes, donde libaron abundantemente y ya tuvieron un amago de discusión entre ellos que quedó en nada,... de momento.
En torno a las 9 y media de la noche, estando el grupo en la plaza Sas, dos vigilantes nocturnos los amonestaron por la algarabía que estaban montando y lo soez de sus palabras. Tras cruzar la calle Alfonso y penetrar en la de Montera, el cabo del cuerpo de seguridad Justo Gracia y el agente Florencio Carbó les instaron para que dieran por finalizada la juerga y se fueran a sus casas, advirtiéndoles de que con su comportamiento estaban infringiendo el Bando del Buen Gobierno (uno de ellos estaba orinando en la calle).
Poco después alguien avisó a los guardias de que se estaba produciendo una pelea entre seis o siete sujetos en la calle Montera, a la altura de la calle Violín, y que al menos uno había sacado a relucir un revólver. Cuando Justo y Florencio llegaron a restaurar el orden, el grupo compuesto, entre otros que no fueron identificados, de Bonifacio Morella, Antonio Ruiz "Picharri", Joaquín Bielsa "Tremendo", Vicente Ibáñez "Galaguerro" y Juan Ramón, se abalanzó contra los agentes, empuñando armas blancas y de fuego.
Al ruido de los tiros acudieron los vigilantes antes referidos. Cuando llegaron Carbó yacía ya en el suelo cosido a puñaladas y Gracia se defendía con su sable a vida y muerte, cosa que así hubiera sido por la superioridad numérica de los atacantes sin la intervención de los vigilantes con sus chuzos (palos con pinchos de hierro).
Con la ayuda de algunos vecinos consiguieron poner en fuga a la banda del "Tremendo", consiguiendo apresar a éste. Otro de ellos, Bonifacio Morella se retorcía en el suelo herido con heridas en la cabeza, de arma blanca en el brazo y de arma de fuego en una mano. El médico don Copons, uno de los vecinos que acudieron en ayuda de las fuerzas del orden y que se batió el cobre inmovilizando a "Tremendo", acudió a atender a al cabo Gracia, herido con cinco heridas de muerte en las piernas.
El Juez de instrucción abrió diligencias, recogiéndose las pruebas y los cuerpos del delito: un revólver, una pistola, tapabocas, una navaja de grandes dimensiones, y los chuzos y sable de los trabajadores públicos. En un principio se consideró que fueron "Galaguerro" y Juan Ramón los autores de los asesinatos. La policía parece que "ajustó cuentas" con los detenidos, que alegaron en el juicio haber sido golpeados en la inspección de seguridad.
El juicio se inició en la Audiencia a primeros de julio del año siguiente. Los acusados lo estaban por atentado a mano armada a la autoridad y dos homicidios, con el agravante de reincidencia para Joaquín y Florencio Bielsa, y para Bonifacio Murillo, ya condenado por violación y homicidio.
El 7 de julio se dictó sentencia, resultando de la misma condenados a veinte años de reclusión Bonifacio Morella y Joaquín Bielsa "Tremendo", y a seis años Antonio Ruiz "Picharri" y Vicente Ibáñez. Florencio Bielsa fue absuelto.
Fuentes: Diario de Avisos de Zaragoza del 21 de noviembre de 1887 y del 7 de julio de 1888 - El Diario de Zaragoza del 2 de julio de 1888.
Plaza e iglesia de San Felipe, palacio de Arguillo y la Torre Nueva desde la calle de la Montera. The Leaning Tower of Zaragoza. Grabado de Heawood (1876). Grabados Laurence Shand.
(Barrio de Delicias): Vidal de Canellas (1190?, Cañellas, Barcelona - post. 1252, Huesca). Obispo de Huesca y el principal colector y ordenador de los Fueros aragoneses en la famosa obra jurídica conocida como Vidal Mayor, primera codificación general de leyes que regirán en el Reino de Aragón. Fue mandado redactar por el rey Jaime I durante las Cortes reunidas en Huesca en 1247, para regir legalmente el reino desde ese momento en adelante.
El alcance del Vidal Mayor supera a la de una mera colección de fueros, puesto que alberga precisiones técnicas dirigidas a los foristas, que eran los profesionales del Derecho que se encargaban de redactar fueros, y a letrados expertos en la administración de justicia. El único manuscrito que se conserva del 'Vidal Mayor', no está en Aragón, sino en el Museo Paul Getty en Malibú (Estados Unidos).
Cambio de calle para Vidal de Canellas. Hasta mayo de 1957 la calle Vidal de Canellas era la que actualmente se denomina como calle José García Sánchez (El Noticiero del 24 de mayo, página 1). La nueva calle Vidal de Canellas se dio a otra calle contigua que no tenía nomenclatura.
Vista de dos planos de Margalé del final de la década de los años 50 del siglo XX donde se aprecia el cambio de vía que llevó el nombre "Vidal de Canellas".
Comercios de la calle.
El Noticiero del 11 de octubre de 1964.
El Noticiero del 12 de octubre de 1969.
(Barrio de Santa Isabel): Ángel Canellas López (Zaragoza 1913-1991). Catedrático de Paleografía y Diplomática e historiador zaragozano.
Se doctoró en Madrid con un estudio sobre el rey Sancho Ramírez. Licenciado en Derecho y Filosofía y Letras por la Universidad de Zaragoza, amplió estudios en Sevilla, Barcelona, Münster, Salamanca y Nancy hasta 1936.
Impartió enseñanzas en las Universidades de Santiago de Compostela, de la que fue decano, y en la de Zaragoza, donde fue vicerrector (1968-1971 y 1974-1977) y decano de la Facultad de Letras en 1967. Su fecunda tarea de investigación histórica en archivos nacionales e internacionales y centro del CSIC, se complementó con su labor de cofundador y director de la Institución Fernando el Católico, desde 1977 hasta su transformación en Fundación pública. Su producción bibliográfica supera las 250 publicaciones, especialmente en temática relacionada con la paleografía y diplomática de la Corona de Aragón.
Fue cronista oficial de la provincia de Zaragoza, miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Luis de Zaragoza, de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, académico de honor de la Real de Medicina de Zaragoza y director de la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza (1977-1985), entre otros cargos.
Casó con María Ángeles Anoz Navaz, con quien tuvo 10 hijos; tres de sus hijas fueron archiveras.
Parque de los Paseantes.
El Noticiero, 25 de abril de 1953.
(Zona Centro): Municipio del Valle del Aragón, comarca de la Jacetania, en la provincia de Huesca. La Estación Internacional de ferrocarril, monumental edificio con cierto aire francés y espectacular cubierta de pizarra, se ha convertido en el emblema más conocido y divulgado de Canfranc.
Evolución urbanística de la calle. Inicialmente esta zona sería parte de los terrenos del Cuartel de Artillería (ver plano de Lucea 1850). La calle surge como tal tras la Primera Exposición Aragonesa de 1868 (ver más en Aragón, plaza de). Seis años después de la clausura, Segundo Díaz, arquitecto municipal, firma el proyecto de reparcelación de los terrenos que pretendía convertir la plaza y su entorno, en palabras suyas, en el barrio más bonito de España. La parcelación de las calles adyacentes dio lugar a dos calles muy cortas (calle Canfranc y Puigcerdá, actual Agustina Simón) y a las transversales, como la calle Bilbao. Las primeras noticias de la calle Canfranc en la hemeroteca son del año 1882.
La calle estuvo incompleta hasta 1958. El corte, mediante un simple muro, dejando a la izquierda el convento de las Reparadoras y el colegio de La Enseñanza a la derecha. Hasta esa fecha, en el arranque de la actual calle Canfranc desde la Puerta del Carmen desde 1927 (año en que se aisló la Puerta del Carmen) había una replaceta que luego desapareció con la prolongación de la calle.
Evolución urbanística del entorno remarcando con una línea azul la ubicación de la calle (aunque en el primero ni estaba proyectada) en diferentes planos. 1) Plano de Lucea (Lorda) de 1850. 2) Plano de parcelación de Segundo Díaz de 1868. 3) Plano de Casañal de 1908. 4) Plano de M.A. Navarro de 1924.
Foto de Lucas Cepero de 1920 (Dani Creaneo) En la segunda fotografía se señala en naranja la Puerta del Carmen, en amarillo la calle Canfranc (en ese momento acababa unos metros después del cruce con la calle Bilbao), en azul el “Campo de Sports”, en verde Automóviles Moncayo y en rojo Maderas de Alejandre. En la foto inferior, fechada pocos años después, puede verse otra perspectiva de esa zona. Como curiosidad vemos que el colegio de La Enseñanza, en el cruce con la calle Bilbao, aún no está porque sus obras no se iniciarían hasta 1925.
Se observa la plaza creada en el arranque de lo que aún tardarían 3 décadas en ser parte de la calle Canfranc. Se ven la nave y taller de Automóviles Moncayo S.A. (paseo Pamplona número 2 en ese momento), y, a la derecha, entre las ramas, el almacén de Maderas de Alejandre (se lee en el planímetro de 1930). Detrás se ve el colegio de La Enseñanza en obras (1925-1928).
Ceremonia de aislamiento de la Puerta del Carmen en 1927 presidida por el alcalde Allúe. Foto de A. de la Barrera. Fuente: “La tutela del patrimonio aragonés: La Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Zaragoza (1835-1957)”, de Alex Garris (2017).
Fotos de Antonio Passaporte (DARA) y del Proyecto GAZA de los años 30 del siglo XX. Podemos ver el nuevo edificio antecesor del número 22-24 de la actual calle Canfranc. En la segunda podemos ver a la derecha las cocheras de los autobuses Moncayo.
Automóviles Moncayo. Paseo Pamplona número 2. El Noticiero, 25 de enero de 1927.
Imagen lateral de la Puerta del Carmen donde se ve el arranque de la que será más adelante la calle Canfranc, aún cerrada, aunque en esta foto pudiera dar a engaño porque en realidad la vía que se ve sería el paseo de Pamplona. La calle Canfranc se abriría años más tarde, entre la puerta y el edificio que sobresale a la izquierda sobre la nave industrial. Gerardo Sancho Ramo, años 30 del siglo XX (DARA).
Foto de Gerardo Sancho de los años 60 del siglo XX (DARA). Aún pervive el edificio esquinero, ahora ya con la calle Canfranc abierta hasta la Puerta del Carmen. En los bajos se asentaba una peluquería.
El número 22-24 de la calle Canfranc en construcción en 1966 y ya acabado, con la Puerta del Carmen en primer plano. Foto de Gerardo Sancho Ramo (AMZ). En la segunda foto se ve el letrero de las oficinas que Iberia tenía en los locales comerciales de ese edificio.
Foto del número 8 de la calle Canfranc.
Número 8. Edificio de viviendas de cinco plantas catalogado con fachada en ángulo a dos calles. Destaca la entrada al edificio, con una puerta de madera tallada.
El edificio se sitúa dentro del eclecticismo de final del siglo XIX, quizá de Félix Navarro. Fuente: zaragoza.es
Acequia del Pontarrón. Por la calle Bilbao circulaba al aire esta acequia así llamada por el puente o alcantarilla bajo el que atravesaba el paseo de Pamplona, frente a la actual calle doctor Cerrada. Abastecía a la fuente de la Princesa o fuente de Neptuno, la primera de la ciudad. Iba al aire por lo que hoy es la calle Bilbao, cruzaba la calle Canfranc, hasta cruzar la calle Cádiz y por la calle Laurel finalizaba en lo que hoy es el Centro Comercial Independencia (“El Caracol”). Más información en Bilbao, calle.
En 1901 en el número 6 de la calle había unas carpintería (El Mercantil de Aragón, 30 de marzo de 1901).
En 1929 se pavimentó por primera vez (La Voz de Aragón, 9 de abril de 1929).
El Servicio Interurbano de teléfono (el antecedente de la Telefónica) estuvo en el segundo piso del número 7 de esta calle Canfranc.
El servicio urbano de telégrafos se implantó en Zaragoza el 19 de marzo de 1887 (Diario de Avisos de Zaragoza de ese día, página 7), inicialmente en esta calle Canfranc. En ese momento la Sociedad de Teléfonos de Zaragoza, estaba representada por D. Ricardo Orduña y sus funcionamiento estaba regulado por un decreto que establecía los impuestos que debían abonar y definía una red telefónica urbana como toda agrupación de estaciones telefónicas enlazadas entre sí por medio de una o varias centrales para la comunicación directa le cada una de ellas con las demás (La Derecha del 20 de agosto de 1894).
Pocos días después el ayuntamiento acuerda establecer cuatro estaciones telefónicas públicas. Una en la Diputación, otra en la Granja Modelo, otra en el nuevo Manicomio y la otra en el punto donde debía residir el director de los establecimientos de Beneficencia (La Derecha, del 4 de abril de 1887). Un día después se instaló un aparato en el palacio del marqués de Ayerbe (La Derecha, del 5 de abril de 1887) y pocos días más tarde en el parque de Bomberos, para mejorar la rapidez y eficiencia de este servicio (La Derecha, 14 de abril 1887).
Como la nueva calle Canfranc estaba en sector recién urbanizado resultaba complicado tender el cableado. A esto se añadía el problema de que para implantar el servicio había que colocar soportes para tender los alambres de comunicación, a lo que algunos de los propietarios se negaban (La Derecha, del 15 de marzo de 1887). Ello motivó su traslado en 1890 al número 24 del Coso, más céntrico y con maquinaria capaz de atender a 200 clientes.
Más información: "El edificio de Telefónica merece un respeto", de Fran Ríos (2023). Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Colegio, iglesia y convento de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. En el número 12. Desaparecido.
No hay que confundirlo con el Convento de las Reparadoras del Sagrado Corazón. Las Esclavas (fundadas en 1877) surgen originariamente con el nombre de "Reparadoras del Corazón de Jesús", y son obligadas a cambiar ese nombre por el actual en 1886. Vulgarmente se las conocerá siempre como las "Reparadoras". De ahí la confusión y que mantengan ese nombre años después (en un plano de 1944 así aparece).
Llegaron acompañadas de la R. M. Pilar Porrás. Asistenta general y fundadora con su hermana R. M. Rafaela del Instituto religioso creado en Madrid el año 1877. Cuando contaba ocho años de vida la Congregación habla ramificado su obra de apostolado en córdoba, Jerez de la Frontera, Zaragoza, Bilbao y Cádiz, por este orden cronológico, teniendo en 1968 treinta y dos casas en funcionamiento.
En Zaragoza se instalaron de momento en una casa modesta de la calle Mayor (número 40 antiguo). Dicha casa desapareció en los años 30 del siglo XX por la prolongación y enlanche de la antigua calle de la Yedra (actual calle San Vicente de Paúl). Desde el principio tuvieron escuela gratuita de niñas, aspecto que les granjeó el cariño de la ciudad.
Dos vistas de la iglesia de la entrada de la iglesia de las Esclavas. La calle que cruza de izquierda a derecha es la calle Canfranc, que en esos momentos acababa a la altura de la iglesia. Al fondo se ve la salida de la calle Bilbao al paseo de Pamplona. Fotos de Coyne hacia el año 1945 (DARA).
Pronto se percataron que el domicilio de la calle Mayor se les quedaba pequeño para desarrollar su labor docente. La Madre Rafaela hizo gestiones para adquirir terreno donde poder edificar el convento que les era preciso eligiendo un solar entre la calle Bilbao y el paseo de la Lealtad (actualmente renombrado como de Pamplona), que en ese momento era solo una "casuca" con terreno de huerta.
Sección de plano de Magaña de 1917 donde se remarca en círculo rojo el convento de las Esclavas.
Formalizada la compra en 1888, la obra fue encomendada al arquitecto zaragozano Ricardo Magdalena Tabuenca. El edificio fue consagrado el 9 de agosto de 1895 y en 1917, ganando terreno contiguo, se levantaron tres aulas capaces de albergar a unas 170 niñas alumnas.
Cuando ese último tramo de la actual calle Bilbao se denominaba calle Teruel, estaba en el número 2, ocupando desde la esquina de calle Canfranc hasta el paseo de la Lealtad. Actualmente se ubicaría en el número 12 de la calle Bilbao y la entrada a la iglesia estaría en la calle Canfranc número 9.
El edificio incluía iglesia, colegio y convento. Fue proyectado por Ricardo Magdalena en formas eclécticas en 1890 e inaugurado en 1895. Desde 1956, en esa misma ubicación, contaban con una residencia universitaria femenina.
Alegando problemas de espacio, el curso 1968-69 se hizo el traslado a un nuevo emplazamiento (al quinto pino, según alguna de sus alumnas) en la reciente Vía de la Hispanidad, en el número 61, renombrado como C.M.U. (Colegio Mayor Universitario femenino) Azaila.
El edificio fue derruido en 1968, siendo sustituido por bloques de viviendas.
Fuente: "El viejo convento de las Esclavas, en derribo", de José Blasco Ijazo. El Noticiero del 9 de noviembre de 1968, página 18.
Interior de la iglesia de las Esclavas. Altar. Foto de Coyne hacia el año 1945 (DARA).
Interior de la iglesia de las Esclavas. Imagen tomada desde el altar hacia los pies de la nave. Foto de Coyne hacia el año 1945 (DARA).
Momento de la destrucción de la iglesia del complejo. Foto de Gerardo Sancho (1968, DARA).
La Escuela de Comercio, antecesora de la Escuela de Artes y Oficios, estuvo en la calle Canfranc antes de 1909. Desaparecida. Tenía por objeto "la enseñanza de los que se dedican a la profesión mercantil, y también la de los agentes y empleados públicos de los Consulados, casas de contratación, Juntas y Tribunales de comercio".
Estaba en la calle Teruel (tramo final de la actual calle Bilbao), en el tramo entre el paseo Pamplona y la calle Canfranc, frente al Colegio y convento de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús. Actualmente se situaría en el número 11 de la calle Bilbao.
Su fundación data del año 1887, con motivo de las reformas llevadas a cabe en la Enseñanza por el entonces ministro de Instrucción Pública, señor Navarro Rodrigo. Debió estar inicialmente instalada en un viejo caserón de la calle Santiago y después en la Escuela de Artes y Oficios. Finalmente fue instalada en este modesto local alquilado de la calle Bilbao y allí continuó hasta al menos 1901. En 1908 debió ubicarse en la Escuela de Artes y Oficios de la plaza Los Sitios. Entre sus directores estaba Antonio Mompeón Motos.
Ver más en Bilbao, calle y en La Escuela de Artes y Oficios, Sitios, plaza de los.
En antiguo número 3, construido en 1936, según el Catastro. En 1977 fue vendido por veinticinco millones de pesetas pero aún tenía algunos vecinos y sus bajos ocupados. Tras intentar comprarles las viviendas por medio millón de pesetas y viendo que no lo conseguía, el comprador se dedicó a hacer la vida imposible a los "irreductibles galos" que se mantuvieron en sus trece.
Para convencerlos que vendieran la casa la empresa constructora comenzó su acoso a los vecinos. Aparecían arrancados conductos de agua, abiertas las ventanas de los pisos vacíos, los ruidos al golpearse por la noche eran tremendos, el agua y el frío se colaban por todo el edificio; se inundaron los pisos; se arrancaron las calefacciones; el ascensor fue desguazado; hubo fallos en el tejado y se produjeron goteras.
Pese a que el ayuntamiento, tras confirmar la estabilidad del edificio, ordenó paralizar los derribos que se estaban realizando sin permiso alguno, y como el propietario no acometió las obras de mantenimiento exigidas, recurrió al sistema de adjudicación directa por un importe total de un millón cuatrocientas cincuenta mil pesetas que tenía que pagar el dueño del edificio. Finalmente los vecinos se debieron salir con la suya porque el edificio pervive hoy en día.
Fuente: Aragón Exprés, 19 de noviembre de 1980.
Calle Canfranc número 3. De Coyne, en torno a 1950 (DARA) porque la mercería Canfranc me consta en la hemeroteca que estaba en sus bajos en 1953.
Número 3 de la calle Canfranc poco antes de ser derribado víctima de una constructora sin escrúpulos que acosó a sus vecinos. La foto está hecha la plaza Aragón en una imagen imposible hoy en día porque la bloquearía la mole del número 10 de la plaza Aragón. Aragón Exprés de 19 de noviembre de 1980.
En el cruce con la calle Bilbao se situó primero el Lavadero del Parque (de Artillería) o del Carmen y después el “Campo de Sports", el primer campo de fútbol cerrado de la ciudad, funcionando entre 1917 y 1924. Más información en Bilbao, calle.
Comercios de la calle:
Había una carpintería en el número 6 (El Mercantil de Aragón del 30 de abril de 1901).
Gasping, dedicada a las lista de boda, estaba en el número 6 en 1977.
En el número 3 estaba la imprenta y editorial Gambón en 1931.
Marzo de 1931, número 45 de la Revista de la Confederación Hidrográfica Sindical del Ebro.
Camas Irisarri estaba en los números 5 y 7 de esta calle hasta 1887.
Miguel Irisarri López de Goicoechea estableció hacia 1860 en la calle Mayor número 53. Al menos desde 1882 traslada la fábrica y su domicilio (La Derecha del 30 de abril de 1883) a la calle Canfranc. En 1887 abrió una fábrica en el paseo de Sagasta (entonces paseo de Torrero), junto a los Campos Elíseos, en la que trabajaban más de 100 operarios y una producción de 100 camas diarias (Diario de Avisos de Zaragoza del 18 de agosto de 1887). Fue de los primeros comercios en vender a plazos.
Más información: "Fábrica de camas y colchones de muelles de don Miguel de Irisarri López de Goicoechea", de María Pilar Gonzalo Vidao. Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Camas Irisarri. Diario de Avisos de Zaragoza del 21 de septiembre de 1882.
Librería Fontibre estaba en el otro local comercial del número 9 desde al menos 1973.
Era una especie de franquicia perteneciente a la Red de librerías DELSA. La primera tienda la abrieron en 1957. Después abrieron una nueva tienda en la calle Zurita número 8, inaugurada el 30 de diciembre de 1966. Tras Canfranc se fueron a un nuevo local en la calle San Miguel, del que se fueron en 2022 buscando más amplitud.
Actualmente siguen abiertos en la calle León XIII número 18, pero ya integrados a la cadena de librerías TROA.
Heraldo de Aragón del 20 de marzo de 1921.
El Noticiero del 7 de agosto de 1956.
Oficinas de Viajes Ecuador, en el número 9. La entrada se situaba donde estuvo la entrada a la iglesia de las Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús.
Fue inaugurada el 13 de septiembre de 1972 por el padre Roldán, escolapio que me dio clases de historia en el bachillerato de los Escolapios de Conde Aranda.
Hoy está ocupada por las oficinas de Viajes Halcón.
Aragón Exprés del 14 de septiembre de 1972.
(Avenida de Goya): Antonio Cánovas del Castillo (Málaga, 1828 – Mondragón, Guipúzcoa, 1897). Político e historiador, Presidente del Consejo de Ministros durante la mayor parte del último cuarto del siglo XIX.
Fue una de las figuras más influyentes de la política española de la segunda mitad del siglo XIX, al ser el mayor artífice del sistema político de la Restauración, convirtiéndose en el máximo dirigente del Partido Conservador. Es considerado como uno de los más brillantes políticos conservadores de la historia contemporánea española y criticado por sus detractores por crear una falsa apariencia de democracia mediante el "turno de partidos", por suspender la libertad de cátedra en España o por su postura favorable al esclavismo.
Murió asesinado el 8 de agosto de 1897, en el balneario de santa Águeda, en el municipio de Mondragón, Guipúzcoa, por el anarquista italiano Michele Angiolillo, inscrito en el establecimiento como corresponsal del periódico italiano Il Popolo. Según declararía en el momento de su detención, el motivo fue la venganza por las muertes de los anarquistas detenidos en Barcelona a raíz del atentado contra la procesión del Corpus en junio de 1896.
Anteriormente en los planos se la nombra como calle del Carmen. Ya en 1920 se la cita en la hemeroteca como calle de Antonio Cánovas (Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de octubre), supongo que el cambio estuvo motivado por la existencia de una plaza y otra calle muy cercana con ese nombre, lo que podía provocar errores postales. Pese a eso mucho comercios seguían anunciándose con la vieja denominación de calle del Carmen hasta la década de los años 30 del siglo XX.
Siendo alcalde el franquista Antonio Parellada García, quiso revolucionar el callejero con un importante cambio de nombres. Proponía eliminar del callejero la calle Cánovas mudándola a calle de Codo (El Noticiero del 9 de abril de 1938).
Plano de M.A. Navarro (1925) con la actual calle Cánovas señalada con la anterior denominación.
Primera referencia que he encontrado en la hemeroteca de la calle Cánovas. Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de octubre del 1920.
Creo que es la antigua calle del Carmen (hoy de Cánovas) porque es la que muestra una anchura acorde con la de la foto y, viendo la foto siguiente, muestra hiladas parcelas de casas de con la uniformidad de la de esta foto. Si es así, sería la primera foto de la calle y creo que está hecha desde el extremo junto a las vías del ferrocarril. La Voz de Aragón, 2 de abril de 1927.
Foto aérea de 1927 perteneciente a la C.H.E y que conocí de Salvador Alberto Martín López.
Municipalización y urbanización de la calle. La calle estaba en el conocido barrio de Hernán Cortés, grupo de edificaciones que había a ambos lados de la antigua carretera de Valencia (actualmente las calles Hernán Cortés, el paseo Teruel y la avenida de Valencia), a partir de la puerta del Carmen. Surgió de la parcelación de terrenos de Francisco Delgado en 1909.
A finales de los años veinte tenía dos zonas diferenciadas. Una más antigua y más amplia que ya formaba parte del municipio de pleno derecho, con todos sus derechos y deberes, y otra más moderna, conformada por las calles de Fita, Dato, Ricla, Cánovas, Princesa y del Carmen (entonces avenida), cuyos límites eran el cuartel y la vía de los Directos (actual avenida Goya) y, lateralmente, por el camino de los Cubos (actual calle del Doctor Cerrada) y la carretera de Valencia (hoy avenida).
Esta segunda zona de la barriada a finales de los años 20 del siglo pasado vivía una situación indefinida, anónima, al margen del municipio porque no era reconocida como parte suya por este, con muchos de los deberes y tributos (arbitrios) que pesaban sobre los demás ciudadanos y sin ninguno de los derechos compensadores. Ejercían de vías públicas sin serlo.
La razón es que casi todos estos barrios habían surgido en el extrarradio de la ciudad consolidada en esos momentos de la mano de potentados que tras adquirir dichos terrenos como rústicos los parcelaron y vendieron en dilatadas cuotas semanales a familias pobres. Estas familias venidas de todo Aragón para nutrir de mano de obra barata la floreciente industria local, levantaban sus viviendas, huertos y corrales después de cumplir su jornada laboral, que no era ni mucho menos como la actual, con sus propias manos y sus limitados recursos, con poco orden o concierto.
Agrupados en juntas de propietarios, los vecinos de estas nuevas barriadas, inicialmente privadas, para optar a la municipalización normalmente debían asumir los gastos alcantarillado, traída de agua y luz (no la tuvieron hasta los inicios de los años 30 del siglo XX), incluso la vigilancia nocturna a base de serenos. Así, poco a poco las vaquerías, los grandes huertos, esos caminos pedregosos y polvorientos, se fueron urbanizando y como consecuencia nacieron calles, como la de Cánovas.
Estas barriadas extramunicipales no eran pequeñas. En el caso de la que nos ocupa (Hernán Cortés) eran núcleos poblacionales importantes que superaban los 10.000 habitantes y contenían industrias de verdadera importancia, como la fábrica de galletas "La Universal".
Como hemos explicado antes, una característica de los suburbios zaragozanos era la ausencia de plan urbanístico por lo que reinaba la anarquía constructiva, y un ejemplo claro lo tenemos en esta calle Cánovas que en sus inicios no tenía salida por ninguno de sus dos extremos. En su extremo este por la trinchera de la vía de tren y la torre de Fortis, en el oeste por viejas parcelas.
Hasta finales de 1937 no se aprobó su prolongación (El Noticiero del 2 de diciembre), una de las principales reivindicaciones de los vecinos junto con la eliminación del callejón que comunicaba la calle con el paseo Teruel y la calle Hernán Cortés (Heraldo de Aragón del 29 de julio de 1931, página 1).
Fuentes: La Voz de Aragón del 2 de abril de 1927 (página 8) - Heraldo de Aragón del 17 de julio de 1928 (página 2).
Plano de Casañal y Beltrán (1935), con la calle sin salida en sus extremos.
Plano de José Blasco de 1946 (Distritos de la ciudad) en el que ya se observa la ansiada prolongación de la calle, que ya estaba abierta en su lado este a lo que más tarde será la avenida de Goya.
Plano de Margalé (1958) en el que observa el callejón (actual calle Pérez Galdós) aún con las viejas parcelas.
Plano de Margalé (1964) en el que observa el callejón ya despejado para abrir la actual calle Pérez Galdós.
Dos vistas del lado de los impares del final de la calle Cánovas con la avenida Goya, durante las obras urbanización de la avenida Goya en 1967 (DARA).
Foto del DARA del callejón inmundo y de las viejas parcelas que hoy estarían en la calle Pérez Galdós, últimos testigos de la primitiva parcelación. La foto estaría hecha dejando el paseo de Teruel a la espalda del fotógrafo. El edificio del fondo sería el número 6 de la calle Pérez Galdós.
Foto de los primeros años de los años 60 del siglo XX del callejón del inicio de la calle Cánovas (actual calle Pérez Galdós), motivo de reivindicación vecinal. Detrás se observa el edificio de viviendas del número 8 (construido en 1944) del paseo Teruel.
Quejas por la suciedad y el ruido. A finales de los años 20 del siglo pasado la población del barrio era ya elevada y muchas de las parcelas estaban construidas, pero otras muchas estaban como se adquirieron, algunas incluso sin vallar, con los problemas de higiene que su uso como estercolero conllevaba. Pese a que pagaban la contribución igual que un habitante del Coso, los operarios de limpieza solo venían de tarde en tarde y cuando lo hacían no era precisamente para limpiar.
En El Noticiero del 21 de junio de 1929, página 4, se publica una carta del presidente de la Junta de propietarios del barrio de Hernán Cortés quejoso por la dejadez de los empleados de limpieza de la ciudad, que parece que tenían algún tipo de almacén de carritos o de "punto limpio". Cuenta el firmante, D. Enrique Gómez, que los barrenderos utilizan un solar entre la calles Princesa, Cánovas y del Carmen (entonces avenida) como punto de descarga de sus carritos de inmundicias para que más tarde otro más grande se las llevase a alguno de los vertederos, lo que incitaba a otra gente a llevar las suyas y dejar allí más. El olor debía ser tan fuerte que los vecinos del número 32 de la calle Cánovas debían tener las puertas y ventanas cerradas para poder respirar y evitar el acceso de moscas e insectos.
No parece que hicieran mucho caso porque en El Noticiero del 4 de noviembre de 1955, página 2, con la zona ya asimilada por la municipalidad, puede leerse una noticia en el mismo sentido. Se describen las molestias provocadas por el ir y venir de carros de barrenderos que en este lugar guardaban sus carros y acumulaban su maloliente mercancía para que un camión de basura se lo llevase. Además se quejaban de la deficiente pavimentación y de una sima de la que brotaba agua putrefacta.
Calle Cánovas en los años 90.Fuente: "Las Calles de Zaragoza". Cambio 16. Aragón. Fotos Dani Pérez y Jesús Ibáñez.
Fotos de Iñaki Urbez, publicada en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, de los barrenderos de la calle Cánovas en 1970. Tenían unos almacenes para guardar los carritos en esta calle. El montaje con el fondo actual ha sido realizado por mí.
Fábrica de galletas "La Universal" en los números 14 al 18 de la calle Cánovas. Dedicados a la fabricación de galletas, gaufrettes (una especie de obleas), bizcochos. Vendían en la misma fábrica a 1.25 pts. el kilo, siendo sus especialidades las de Vainilla y María Boer (La Voz de Aragón del 18 de febrero de 1934).
Fue fundada por el industrial José María Azanza Fuertes antes de 1925. Azanza fue presidente de la asociación de propietarios del barrio de Hernán Cortés a finales de los años 20 del siglo pasado y de la asociación de fabricantes de galletas.
El establecimiento fue clausurado en el mes de marzo de 1943 (El Noticiero del 8 de abril, página 6).
Lateral de una caja metálica de galletas "La Universal". Se observa un dibujo de la fábrica. Foto del libro "Memoria visual de Zaragoza (años 20)", de Antonio Tausiet y José María Ballestín (2021).
Primer anuncio en prensa que he encontrado de la empresa. El Noticiero del 11 de octubre de 1925.
Tomada de una web de subastas.
Al año siguiente ya consta la fábrica en manos de Doroteo Asín Inés, hijo de Don Doroteo Asín Laín (venido de Huesca, acreditado fabricante con obrador en la calle Juslibol número 6 en 1913) y de Miguela Inés Cerezuela, y casado con Doña Emilia Longás.
Aficionado al deporte y perteneciente al Club Ciclista Zaragozano, patrocinó muchas pruebas ciclistas en la ciudad. Patrocinó un equipo ciclista llamado "La Universal" que participó en la Vuelta Ciclista a España de 1947, siendo el único que completó la ronda con todos sus integrantes: Martín Mancisidor, Vicente Carretero, José Lahoz (el mejor clasificado), José Escolano y José Casorrán. Fuentes: El Noticiero del 17 de junio de 1947 - Wikipedia.
Sobre José Casorrán hay un reportaje en El Periódico de Aragón con motivo de su fallecimiento a los 100 años en 2019.
También fue presidente del club aficionado El Levante (El Noticiero del 27 de octubre de 1946, página 9) y mecenas religioso (se hizo cargo del coste del altar del Santísimo Cristo de los Sitios del templo del Carmen, de los Padres Carmelitas Descalzos de Zaragoza en 1948).
La fábrica estuvo en funcionamiento hasta que en los inicios de los años 50 del siglo XX fue derribada y reconvertida en bloques de viviendas.
Hubo una fábrica de dulces y turrones del mismo nombre propiedad de doña Pilar Aparicio establecida en el número 101 de la avenida de Madrid (La Voz de Aragón, 18 de febrero de 1934).
Cromo de La Universal" tomado de una web de compraventa.
Primera noticia que he encontrado del cambio de titularidad de la fábrica. El Noticiero del 27 de agosto de 1944.
El Noticiero del 7 de junio de 1947.
Publicidad de establecimientos del barrio de Hernán Cortés en La Voz de Aragón 30 de abril de 1927, página 4.
Taller mecánico Dulce y Llenas en el número 3.
Dulce y Llenas en el número 3 de la calle Cánovas (cuando aún se rotulaba como del Carmen). Heraldo de Aragón, 3 de enero de 1923.
Fábrica de Chocolates Domínguez, en el número 5. Empresa nacida en 1931 en una ubicación que no conozco, se trasladaron a esta calle a inicios de 1936 por ampliación del negocio. En 1953 me consta que estaba en el número 74 del paseo del General Mola (actual paseo Sagasta).
Estuvieron abiertos hasta al menos 1965 cuando lo dirigía Jaime Domínguez Vidaurreta.
La Federación Aragonesa de Boxeo, estaba en el número 6 (El Noticiero del 4 de septiembre de 1969). En este gimnasio comenzó dando (y recibiendo) sus primeros golpes el boxeador José Antonio López Bueno, campeón mundial de boxeo del peso mosca, versión WBO, en 1999. Ver más en Lugo, calle.
Taller de pintura y barnizado de coche de Fernando Suárez, en el número 3 o el 7.
La Voz de Aragón del 13 de septiembre de 1927.
Premiado por la lotería. El segundo premio (cinco millones de pesetas) del sorteo extraordinario del 12 de mayo de 1930 correspondió al número 4.412, fue vendido en Zaragoza y Félix Pérez, antiguo capataz de cultivos de la Azucarera de Aragón y propietario de la calle de Cánovas número 37, 1º, repartió numerosas participaciones entre los vecinos de la calle, cobrando él 15.000 duros.
Félix Pérez con su mujer e hijo, ganadores lotería. Heraldo de Aragón del 13 de mayo de 1930.
En la hemeroteca consta que en 1926 en el número 9 de la calle del Carmen estaba el Centro Instructivo del barrio de Hernán Cortés. Entiendo que sería un colegio privado para niños/as del nuevo barrio.
Panadero tramposo. La Voz de Aragón del 4 de julio de 1925, pagina 1.
En los números 14 y 16 había una casa mortuoria (Heraldo de Aragón del 5 de octubre de 1917).
Carpintería de Antonio Royo. La Voz de Aragón del 24 de julio de 1932, página 17.
Molino. Hacia 1927 se instaló en la calle un molino que fue motivo de quejas de los vecinos de la calle por su ruidoso funcionamiento desde tempranas horas (La Voz de Aragón del 25 de septiembre de 1927).
La empresa de escareas mecánicas y ascensores Zardoya Otis, estaba afincada en el número 16.
El Noticiero del 11 de marzo de 1977.
Fábrica de cajas de José Marcuello Catalán, en el número 20 desde 1932. Tenía una producción de más de 5.000 cajas diarias. Originario de Daroca, estaba casado con Nieves Gutiérrez.
Heraldo de Aragón del 29 de mayo de 1932.
La Voz de Aragón del 24 de julio de 1932, pagina 17, y La Voz de Aragón 23 de julio de 1933, página 9.
Un conocido ladrón zaragozano de poca monta de los años 20 llamado Emilio Gómez Isas y apodado "Pichichi" (nada que ver con el futbolista que da nombre al premio de máximo goleador), reclamado en varias provincias, escapó por el balcón en paños menores cuando los agentes supieron que estaba escondido en casa de su amante, Dolores Laplaza Régula, que vivía en la entonces calle del Carmen número 34 y que lo ayudó a huir.
Finalmente fue detenido cuando al huir de una casa del barrio de Casablanca trató de cruzar el Huerva y lo retuvieron un grupo de obreros que trabajaban en el parque de Buenavista. Heraldo de Aragón del 1 de mayo de 1926, página 2.
Heraldo de Aragón del 13 de marzo de 1940.
(Barrio de Valdespartera): Cantando bajo la lluvia es una película musical de Hollywood, estrenada en 1952. La película fue un gran éxito gracias a sus escenas de baile, en especial la de Gene Kelly bajo la lluvia, cuando canta la canción que da título al filme. Se estrenó en abril y fue la película más taquillera durante ese mes y la décima de 1953.
Sinopsis: Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Selden (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, cuando la conoce, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen).
La película se estrenó en Madrid el 12 de abril de 1952 y en Zaragoza en el Coliseo Equitativa de Zaragoza el 11 de enero de 1954.
Anuncio de su estreno en Zaragoza, el 11 de enero de 1954. El Noticiero del 9 de enero.
Calificación de la película. El Noticiero, 14 de enero de 1954.
(Barrio de Torrero): La concurrida plaza adquirió su nombre por las pródigas canteras de yeso, situadas más allá del cementerio (hacia las Planas de María), principal fuente económica del barrio desde al menos las dos últimas décadas del siglo XIX hasta su clausura en 1947. En el espacio de la actual plaza de las Canteras era donde se almacenaba el yeso.
De ellas bajaban un trenecillo de vía estrecha que transportaba las piedras por el camino de Cuarte hasta las fábricas de yeso, como "la Perejiles", la de Francisco Julián y Bailera, la de Vidal, o la de Pedro López de Villuendas. El proyecto para la construcción de un ferrocarril movido por fuerza animal para el servicio particular de las canteras y fábricas de yeso de Torrero, de Bruno García Abad, fue aprobado por real Orden de 10 de julio de 1887 (Diario de Avisos de Zaragoza del 2 de agosto de 1887), siendo ejecutada la obra por Prudencio Martínez. La sociedad anónima "Ferrocarril de las Canteras de yeso de Torrero" lo gestionaba, siendo su presidente Mariano Royo Villanova, y, tras su fallecimiento, su hijo José María, entre otros.
Como vemos, inicialmente las vagonetas eran tiradas por caballerías, después sería mediante tractores, para finalmente serlo por la Chocolatera, una máquina de ferrocarril similar a las que se utilizaban en el de Utrillas que necesitaba de entre 20 y 30 minutos para hacer el trayecto de ida y vuelta completo.
Los primeros vecinos de la plaza de las Canteras fueron los trabajadores de las canteras, que vivían de realizar un trabajo duro y peligroso, en el que no eran infrecuentes los accidentes graves, como el que se produjo en 1891 en que fallecieron dos trabajadores sepultados. Alrededor de la plaza comenzaron a surgir almacenes y distintos servicios para atender las mercancías: agencias de transportes, traperías, talleres, cantinas y posadas. En ese momento la conexión con el resto de la ciudad era exclusivamente el puente de América, la única pasarela sobre el Canal Imperial.
Algunas familias de trabajadores fueron los Mur, los Casimiro y los Bordonada. Cobraban por vagoneta bajada a la fábrica con un horario de 8 a 13 horas y de 14 a 18 horas, pudiendo cobrar unas 100 pesetas semanales.
La empresa, tras depender de otra de Madrid, dejó de funcionar en 1947. Tenía 40 obreros. El útimo resto de la desaparecida fábrica que pervivió unos años fue el muelle, lugar donde se almacenaba la piedra de mármol.
Las viejas canteras de yeso ahora es un vertedero o escombrera aparentemente abandonado. Foto propia 2025.
El recorrido del ferrocarril por el camino de las Canteras (amarillo), el puente de América (morado), la plaza de las Canteras (verde), la fábrica de yeso López (azul), el cementerio (rojo) y las canteras (naranja) en un plano de 1865 (AMZ) y hoy.
El recorrido del ferrocarril hasta el cementerio por el viejo camino de las Canteras, actual calle Fray Julián Garcés (amarillo, junto al nombre que así lo corrobora), el puente de América (morado), la plaza de las Canteras (verde), la fábrica de yeso López (azul), el cementerio (rojo) en el plano de de M.A. Navarro de 1925.
Accidente en graveras en la primera página de La Voz de Aragón del 5 de agosto de 1931.
Fuentes y más información:
* "Un paseo por el recuerdo. Torrero un barrio con historia", de Raúl Bernal Sánchez, Valentín Pinilla Gracia y Juan Sancho Castillo (2005).
* "El tranvía de las canteras. 1886", de Juan Antonio Peña Gonzalvo.
* Yesos López (ver más en América, avenida de).
Antes de los años 60 del siglo XX se llamó plaza Larraz, pero solían acompañarlo en los anuncios por palabras de los periódicos del término "Canteras", que debía ser el nombre popular.
La actual plaza de las Canteras ha sufrido una importante evolución urbanística en los últimos 100 años. Punto neurálgico de la vida del barrio, siempre estaba concurrida, se hacía mucha vida de barrio y era el lugar donde se hacía el baile en las fiestas.
La pavimentación de adoquín de la plaza se hizo a finales de 1959 (El Noticiero del 29 de noviembre). En un artículo de El Noticiero del 16 de junio de 1958 lo calificaban con el "lejano oeste".
La plaza era hasta 1976 final de la línea 5 que cubría el trayecto "Venecia-Delicias". Como aprendí de Juan Antonio Peña Gonzalvo, la 3 era Delicias y la 5 Torrero. Luego (1942) las unieron dando lugar a la 3/5 Torrero-Delicias que se renumeró como 5 Torrero Delicias. En 1952 la alargaron hasta la plaza de las Canteras.
Para permitir la vuelta del tranvía, había una glorieta arbolada construida en los años 50 0 60 con un pequeño enrejado en sus inicios, una fuente decorativa en el centro, algunos bancos y un surtidor de petróleo, donde se servía a granel para alimentar las estufas. Más tarde se trasladó a al final de la calle Fray Julián Garcés, cercano a la actual gasolinera.
Fotografía de Alicia Simón que Raúl Bernal Sánchez me ha dado permiso para publicar en esta web. Antes la cedió a María Pilar Gonzalo Vidao, que la subió al Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza y describió con primor. Se ve la plaza de las Canteras sin asfaltar hacia 1950 desde la embocadura de la avenida América con el camino de las Canteras (hoy calle Fray Julián Garcés) en frente, antes de que se construyese la zona arbolada central que vemos en las fotografías posteriores.
Como vemos en el plano de Beltrán y Casañal (1958), el final de línea era la plaza Larraz (actual plaza de las Canteras), donde hacía la curva para enfilar de vuelta hacia Las Delicias.
Plaza de las Canteras con su placita arbolada en medio. Fotos 1) Suplemento de Heraldo de Aragón de noviembre de 2016 (Luis Aduan)
Foto desde el cruce con la avenida América. Aragón Exprés del 7 de junio de 1981.
Foto de José Mª Valero en 1969. Tranvía de la línea 5 del primer modelo de tranvía que circuló en la ciudad con calefacción. Fuente: "Centenario del Tranvía Eléctrico (Zaragoza 1902-2002)", de José Mª Valero Suárez (2002). Foto publicada en El Desván de Rafael Castillejo.
Plaza de las Canteras con su placita arbolada en medio desde la calle Fray Julián Garcés. Fotos 1) “Zaragoza sus calles y su historia”, de Castillo Genzor (1984) - 2) "Nuestra Zaragoza/ Boletín informativo del Ayuntamiento de Zaragoza", de 1990, Archivo GAZA, poco antes de la remodelación.
La actual plaza es de 1990-1991, siendo su trazado actual fruto de negociaciones entre el ayuntamiento, los vecinos y los comerciantes. El proyecto de remodelación, obra del arquitecto Alberto Mendo, aumentaron sensiblemente la superficie peatonal, limitaron la circulación a un solo sentido, y eliminaron los aparcamientos. Incluyeron además un conjunto monumental en memoria del maestro Manuel de Villanueva ampliado con una escultura que homenajea a la profesión de cantero, del que más tarde hablaré.
El conjunto monumental incluía inicialmente un muro que fue objeto de una campaña de oposición de los comerciantes de la calle Alicante por entender que restaba visibilidad a sus comercios. En la versión definitiva de este muro se rebajaría en altura y se desplazaría unos metros hacia la acera contraria.
Obras en el memorial de la plaza en 1991. Sobre el muro se ve el cartel que daba muestras de la oposición de los comerciantes de la calle Alicante. Foto de Juan Carlos Arcos para El Periódico de Aragón, Proyecto GAZA.
La plaza en 1991, una vez completada la reforma, djando a la espalda la avenida América. Postal de Comercial Josán publicada por Tere Lo.
Escultura El Cantero, de Gregorio Millas en 1991. Esta obra se concibe como un homenaje al trabajo, de ahí su dedicación por una parte a los trabajadores de las canteras que dieron nombre al lugar donde se emplaza, y al maestro Manuel Villanueva, del que luego hablaré, por su labor en el fomento de la cultura en el barrio de Torrero.
El arquitecto Alberto Mendo, responsable de la nueva ordenación de la plaza, propuso a Millas la realización de una fuente y un medallón conmemorativos; el artista decidió ampliar la idea inicial incluyendo en el conjunto una escultura. La pieza central guarda gran similitud conceptual a la que un año antes, en 1990, realizó Manuel Arcón en el barrio de Delicias y que recibió el título de El esfuerzo.
Fuentes: Zaragoza Escultura Urbana - Arte Público de Zaragoza
Fuente: Asociación El Cantero.
Como ya hemos comentado la plaza contiene un muro de placas de mármol en cuyo lateral derecho se halla una pequeña fuente, una inscripción en homenaje al maestro Manuel Villanueva Pérez, así como un medallón con su rostro en medio-relieve.
Manuel Villanueva Pérez (Zaragoza, 1919 - 1987), conocido como "el barbero de la guitarra", nació en el barrio de San Pablo producto de la unión de Dolores y Daniel. Se casó con felicitación del Hoyo maestro con la que tuvo cuatro hijos varones. Se inició en la música en la taberna "los Caracoles", propiedad de sus padres, con una guitarra que había a disposición de los clientes. Esta afición le llevó a recibir clases de un profesor invidente que marcaría su vida musical. En la calle La Luz trabajó de cromador-pulidor en un taller de metalistería de la familia en la que trabajaban todos sus miembros.
Por motivos políticos, tras la Guerra Civil tuvieron que venderla a la familia Berdié y Manuel "disfrutó" de seis años en la prisión del barrio donde comenzó a componer, escribió una novela dedicada a su hijo Manuel y formó una rondalla. Fuera de prisión, en 1947, se estableció como peluquero de caballeros en un local de la calle de las Canteras número 16 (actual calle Fray Julián Garcés), anteriormente regentado por el Sr. Ferrer.
Foto publicada en "Un paseo por el recuerdo. Torrero un barrio con historia", de Raúl Bernal Sánchez, Valentín Pinilla Gracia y Juan Sancho Castillo (2005).
Durante mucho tiempo tuvo prohibida la salida del barrio por el puente de América por una orden de restricción de movimientos. Eran tiempos duros en los que complementaba sus ingresos entre cliente y cliente dando clases de guitarra, bandurria y laúd, y reparando radios.
Por motivos políticos, tras la Guerra Civil tuvieron que venderla a la familia Berdié y Manuel "disfrutó" de seis años en la prisión del barrio donde comenzó a componer, escribió una novela dedicada a su hijo Manuel y formó una rondalla. Fuera de prisión, en 1947, se estableció como peluquero de caballeros en un local de la calle de las Canteras número 16 (actual calle Fray Julián Garcés), anteriormente regentado por el Sr. Ferrer. Durante mucho tiempo tuvo prohibida la salida del barrio por el puente de América por una orden de restricción de movimientos. Eran tiempos duros en los que complementaba sus ingresos entre cliente y cliente dando clases de guitarra, bandurria y laúd, y reparando radios.
En esos años hizo la mayor parte de sus composiciones y fundó la Rondalla Aragón, donde destacaron el bandurria Pepe Alustiza y el guitarrista y bailador Pascual Sierra, también vecinos del barrio. La sección de baile estuvo dirigida por José María Soguero y en de la canto contó con figuras como Carmen Coronas, Encarnita Rodríguez, Juan Prat, Matías Maluenda, Francisco Caballero o José Oto.
Su buen hacer fue reconocido con su ingresó en la Sociedad de Autores de Música y el nombramiento de profesor de la Escuela Oficial de Jota donde realizó una labor muy fructífera, obteniendo sus mayores éxitos. Compuso más de cincuenta canciones, la primera “El pajarito”, la aprendió Pilar Lorengar, y fue la única que la cantó, teniéndola en su repertorio habitual.
En 1968 publicó su segundo disco con la orquesta de Rudí Ventura que contenía cuatro canciones interpretadas por Santos de España. En dos de los temas utilizó su seudónimo “Man Villper”. En 1971 cerró la peluquería, un punto de reunión del barrio a la que acudían muchos vecinos en busca de consejo.
Fue miembro del jurado del Certamen Oficial de Jota en la edición de 1972. Escribió una novela autógrafa titulada “Los amores de un bracero” y colaboró en el libro “Así se cantó la Jota” junto a Andrés Cester Zapata y Julia Valdovinos.
Escribió una Misa Aragonesa, compuesta por siete piezas musicales: el bolero de Épila, de Zaragoza, de Alagón, de Luna y las danzas de Cesaraugusta, de Sariñena o de Calamocha. Aunque muchos la conocen como misa baturra, el maestro Villanueva no quiso llamarla así porque ese término fuera de Zaragoza era utilizado como sinónimo de cateto (Aragón Exprés del 26 de marzo de 1980, página 7).
Es autor de un Himno a Aragón (uno de los cinco que se han escrito), otro al Real Zaragoza y de un pasodoble dedicado a "Canario", el futbolista del Real Zaragoza, y otro al torero "Platanito". Incluso compuso un tema para Manolo Escobar titulado "María la de Torrero".
Cuando remodelaron la plaza de las Canteras los vecinos pidieron que se le homenajeara con el texto y el medallón del muro que la conforma por su labor en pro de la cultura del barrio.
Fuentes:
* "Un paseo por el recuerdo. Torrero un barrio con historia", de Raúl Bernal Sánchez, Valentín Pinilla Gracia y Juan Sancho Castillo (2005).
* Cuenta de Facebook de la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón.
* "Los cinco himnos que tiene Aragón", de Mariano García para Heraldo de Aragón.
* "Podemos seguir hablando del Maestro Villanueva como compositor", de Cinco Villas Editor.
Los principales comercios del barrio se ubicaron aquí:
Retales Torrero, en el número 10 de la calle Alicante, en pleno centro de la plaza de las Canteras, junto a la parada del final del tranvía. Su propietario fundó después almacenes Sancarlos en la misma plaza pero en el lado de la avenida de América número 11. Me consta abierto por la Guía Telefónica al menos hasta 1978.
Textil Torrero en El Noticiero del 12 de junio de 1958.
El Noticiero del 3 de diciembre de 1974.
Retales Torrero junto a la parada del tranvía de 1969. Foto de Gerardo Sancho (DARA).
Modas Labarta, en Fray Julián Garcés número 7, en la plaza de las Canteras, desde al menos 1968. Siguen abiertos y, como ellos mismos remarcan en su cartelería, son la primera casa en Aragón especializada en trajes de baturro.
La tienda de ultramarinos de Teófilo Remiro Ballester estuvo al menos entre 1944 y 1957 en la avenida América 16 (o 18 o 20, por cambios en la numeración de la calle), a la altura de la plaza de las Canteras. Pertenecía a la red de establecimientos donde se podía comprar con las cartillas de racionamiento a precios fijos ciertos productos (garbanzos a 5.20 pts/kg en 1954).
El Mercadillo América también estaba aquí en los años 70 del siglo XX. Por esos años los constructores veían en mercados como un filón de oro, ya que con la creación de treinta o treinta y cinco puestos obtenían unos beneficios superiores en mucho a los que conseguirían vendiendo o alquilando los locales de la casa.
Imagen de @abrumada 2020 en zaragozadeluxe.com
Calzados Bonaria. En 1958 se trasladó al número 4 de la calle Checa.
El Noticiero del 12 de junio de 1958.
Bar Venecia, de Jesús Pescador, en el número 2 de la calle Alicante, en la plaza de las Canteras. También era conocido como Bar "El pescador" por el apellido del propietario.
Aragón Exprés del 12 de junio de 1958.
Talleres de cerrajería San José, en la avenida América número 20. Estuvieron abiertos al menos desde los años 20 (La Voz de Aragón del 28 de mayo de 1929, página 15) hasta los años 50 del siglo XX.
Taller cerrajería San José en 1956. Fuente: Juan Francisco Sarinena.
La Radio Relojería Alonso estaba en el número 3 de la avenida América, plaza de las Canteras número 8. Abierto al menos entre los años 40 y 70 del siglo XX.
Relojería Alonso. El Noticiero del 16 de julio de 1949.
Foto Henry. Aragón Exprés del 27 de febrero de 1976.
(Barrio de la Magdalena): Francisco Cantín y Gamboa (Zaragoza, 1856 - Zaragoza, I900). Abogado, diputado provincial y alcalde de Zaragoza unos meses, entre mayo de 1898 y marzo de 1899 sucediendo en el cargo de D. Rafael Pamplona Escudero y antecediendo a D. Amado Laguna de Rins.
Según explica Castillo Genzor en El Noticiero del 9 de septiembre de 1970, página 22, los del linaje Cantín de Zaragoza son una de esas familias nobiliarias cuyas raíces se hunden en el tiempo. Ya consta un tal Pedro Cantín en la Comunidad de Daroca a poco de conquistarla a los musulmanes, siendo parte de los tercios que permitieron a Jaime I la conquista del Reino de Valencia, distinguiéndose en la toma de Burriana. Su arraigo lo tenían en Torralba de Sisones, cerca de Calamocha.
El primer Cantín con casal en nuestra ciudad fue Francisco-Bibiano Cantín, nacido en Teruel en 1747 de otro de igual nombre que procedía de Torralba. Estaba ya domiciliado en Zaragoza en 1773, lo sabemos porque tuvo que exhibir sus títulos de hidalguía para ser declarado exento del servicio militar. Tenía su casa en la calle San Pablo, donde hizo poner en la fachada el escudo que lo identificaba. Casó con doña María Manuela Lucientes y Salvador, tía carnal materna de Goya. El nieto de Francisco Bibiano, Félix de nombre, casó con Segunda Gamboa, y a resultas de dicha unión vino al mundo un 17 de septiembre nuestro protagonista, D. Francísco Cantín y Gamboa, en el casal palaciego familiar.
Tras estudiar leyes perteneció al Partido Liberal de Cánovas, siendo nombrado por el Gobierno de la Regencia para presidir el ayuntamiento desde el 8 de marzo de 1898. Pese a lo breve de su mandato es bien recordado por los zaragozanos.
Animado por su carácter caritativo fundó cuatro meses después la benéfica institución de "La Caridad" para responder al elevado número de mendigos que había en la ciudad, fruto de la emigración de campesinos atraídos por la incipiente industria zaragozana. Esta acción de gobierno fue muy valorada por los vecinos del nuestra "Muy Benéfica" ciudad, título otorgado en 1886 por la reina regente Mª Cristina, que otorgó al Ayuntamiento el uso del título por la solidaridad mostrada ante la epidemia de cólera de 1855.
"La Caridad", inicialmente instalada en los terrenos del antiguo Almudí del Coso Bajo (en el cruce con calle Espartero), empezó su vida activa el 14 de julio, siendo desde entonces este alcalde su presidente honorario. Servida por las hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl, tuvo su siguiente emplazamiento en unos locales del ayuntamiento hasta que el 29 de enero de 1910 se trasladaron definitivamente a la plaza de Los Sitios (ver más en La Caridad, en Sitios, plaza de los) en uno de los edificios que se conservaron tras la Exposición Hispano-Francesa.
Bajo su bastón de mando se iniciaron las gestiones para la clausura de la Penitenciaría de San José. Las razones aducidas para ello eran mejorar las condiciones higiénicas de los presos, morales y de falta de seguridad, pero, como casi siempre detrás había motivos económicos. Algunos gremios de la ciudad (zapateros, alpargateros, ebanistas, etc) se quejaban por la competencia desleal de los talleres del penal que, con costes de producción sensiblemente más bajos, tiraban los precios de algunos productos manufacturados. Los intentos fructificaron a finales del año 1900 y el traslado de los presos a otras ciudades españolas comenzó siendo ya el alcalde Amado Laguna de Rins. Ver más en Villafeliche, parque de.
Francisco Cantín y Gamboa (DARA).
Noticia del nombramiento del nuevo alcalde en el Diario de Avisos de Zaragoza del 7 de mayo de 1898.
El último día de 1898 pronunció una conferencia en el Ateneo, entidad de la que fue presidente, con el título de Reformas factibles en Zaragoza dada su riqueza y sus aspiraciones en un período de veinticinco años (publicada en Zaragoza en 1899); en ella esbozaba sus criterios sobre las reformas urbanísticas y de infraestructura que precisaba la Zaragoza finisecular: mejoras en el subsuelo (alcantarillado), en el suelo (adoquinado de las calles), necesidad de edificaciones y reformas en el interior del casco urbano, y planificación de ensanches y paseos (haciendo hincapié en la urgente urbanización de la entonces Huerta de Santa Engracia).
Caballero de la Gran Cruz de Isabel La Católica, presidente del Ateneo y socio de Sociedad Aragonesa de Amigos del País, se casó con Josefina de Franco, muriendo muy joven sin descendencia apenas un año después de dejar la alcaldía teniendo por entonces su residencia en el Coso número 3.
Primera mención que he encontrado en la hemeroteca a la calle Cantín y Gamboa. La Voz de Aragón, 12 de junio de 1932.
La actual calle Cantín y Gamboa fue en sus inicios denominada calle del Hospitalito, por el orfanato así denominado que estaba en esta calle, y que más adelante describiré en profundidad.
En el Diario de Avisos de Zaragoza del día del Pilar de 1899, página 2, el general de artillería Mario de la Sala Valdés y García Sala (1844-1909), experto en los dos Sitios (1808-1809), proponía que la calle le fuera dedicada a Manuela Sancho. Argumentaba impropiedad del nombre que campeaba, puesto que precisamente, la vía que en esos momentos esta recientemente abierta, pasaba por detrás del desaparecido hospital de huérfanos, que tenía su fachada en la calle de Palomar. Argumentaba además, que en las casas de la nueva calle Manuela Sancho lució su extraordinario valor. Finalmente no se rotuló como calle Manuela Sancho esta calle, si no una cercana que en esta desemboca.
Aunque Castillo Genzor en El Noticiero del 9 de septiembre de 1970 (página 22) afirma que en junio de 1943 cambiaron el nombre a la calle Hospitalillo para dedicarla a Cantín y Gamboa, en la hemeroteca (Heraldo de Aragón del 15 de octubre de 1931, página 1) consta que ese cambio fue una década antes, en 1931.
Por esas fechas se publicó en El Noticiero del 9 de diciembre de 1931, página 2, que la propuesta (La Voz de Aragón del 1 de diciembre de 1931, página 10) de los alcaldes de barrio para dar el nombre de la calle al concejal Ramón Abadías, que tanto había luchado por la apertura de la calle, era desestimada por un acuerdo municipal que impedía dar el nombre de una calle a una persona en vida.
Evolución urbanística de la calle.
Esta calle no existía durante los Sitios (1808-1809), la mole inmensa del Hospitalito tapaba lo que sería desde 1931 la calle Cantín y Gamboa.
A mediados del siglo XIX el gran inmueble del ya en extinto orfanato del hospitalito se había ido dividiendo el secciones y vendido para viviendas y comercios en sus bajos, lo que facilitaría realizar las expropiaciones necesarias que permitieron abrir el primer tramo de la calle.
A finales de 1877 el arquitecto municipal Ricardo Magdalena firma el proyecto de alineación, prolongación y ensanche de la calle, que tardó varios años a ejecutarse, por las muchas expropiaciones, etc.
Ya se publica en prensa (Diario de Avisos de Zaragoza del 17 de octubre de 1877, página 4) que el primer tramo de la calle se había abierto mediante un proyecto que fue declarado de Utilidad Pública. Era el tramo que partía del Coso hasta las calle Noria y Pozo, con el nombre de calle del Hospitalito, porque se abrió justo por el medio del antiguo orfanato.
En 1901 es cuando en el ayuntamiento se empieza a valorar la idoneidad de prolongar la calle del Hospitalito para enlazar el barrio de la Magdalena con la Ronda (calle Asalto) y el barrio de Las Fuentes.
Evolución urbanística de la calle en los planos. 1) 1809 - Cuerpo de Estado Mayor del Ejército, 2) 1850 - Lucea, 3) 1872 - Estado Mayor del Ejército, 4) 1880 - Casañal, 5) 1908 - Casañal, 6) 1931 - M.A. Navarro, 7) 1935 - Plano parcelario de Zaragoza Instituto Geográfico y Catastral AMZ.
Foto de A. de la Barrera en La Voz de Aragón del 27 de junio de 1930, página 16. Al fondo se observa la tapia que bloquea la prolongación de la calle. A la izquierda, la Escuela Normal de Maestros, que dos años después se trasladaría al cruce la calle Arcedianos con la de San Vicente de Paúl, donde hoy está el Conservatorio Profesional de Música.
Se pretendía evitar a los vecinos de este nuevo barrio dar un gran rodeo para llegar al centro, porque en esos años tenían que pasar por la Puerta del Duque (La Voz de Aragón del 11 de agosto de 1928).
En 1908 ya se ve que el espacio de la plazuela formada por calle del Hospitalito, de la Torre y del Pozo. El gran edificio de la Escuela de Bellas Artes (señalada con el número 14 en el plano) será el siguiente obstáculo a eliminar pero durante unos años el proyecto se quedó olvidado en un cajón.
En 1924 la prensa vuelve a hacerse eco del clamor de los vecinos de la zona y de Las Fuentes, barrio ya muy populoso, para abrir por completo la calle, urbanizar, hermosear e higienizar el entorno. Incluso se ofrecieron al ayuntamiento a asumir ellos mismos el coste total de las expropiaciones que había que hacer (Heraldo de Aragón del 11 de enero de 1924, página 5 y El Noticiero del 22 de abril de 1925).
En el Heraldo de Aragón del 4 de septiembre de 1925 se da cuenta de que la calle aún no llegaba a la de Manuela Sancho y de las quejas de los vecinos porque la calle estaba sin asfaltar ni adoquinar y que los críos las piedras que allí se encontraban las utilizaban para liarse a pedradas.
En La Voz de Aragón del 9 de mayo de 1926 (página 11) los vecinos, con el concejal Abadías al frente, vuelven a reunirse con el alcalde de turno para solicitar que tras treinta años en reposo se active la apertura completa de la calle.
Aquí se explica que ya está casi por completo ampliada y alineada pero sin salida a la calle Asalto porque faltan por concretarse un puñado de expropiaciones que incluían las casas número 62 y 66 de la calle de Manuela Sancho, la huerta correspondiente al convento de Santa Mónica y un solar con cobertizos entre las calles de Hospitalito y de Manuela Sancho, frente a la calle del Hospitalito. También se confirma que los gastos de la apertura habían sido íntegramente asumidos por los propietarios de la vía.
Pese a que en la anterior reunión el alcalde había dado orden de que se activase la apertura de la calle, en La Voz de Aragón del 9 de marzo de 1929 se informa de que los técnicos municipales aún están haciendo las valoraciones previas a la expropiación de las casas del final de la calle. Aquí también se comenta que está prevista la construcción de un puente sobre el Huerva (el de la calle Jorge Cocci), a fin de que los vecinos del ya populoso barrio de San José posean otra directa y más corta comunicación con la urbe.
En la página 4 de La Voz de Aragón del 1 de marzo de 1931 se publica que ya se ha firmado la última expropiación necesaria, la del convento de las Mónicas, y que pueden entrar ya las máquinas a eliminar tapias y paredes. La calle aún estaba sin asfaltar.
El 5 de agosto de 1931 (La Voz de Aragón, página 11) ya se anuncia el inminente derribo de las últimas tapias de la huerta del convento de Santa Mónica, él último obstáculo para el allanamiento del terreno y para que la apertura de la calle fuera una realidad ese mismo mes.
Solo faltaba el muy solicitado puente sobre el Huerva que comunicase la zona de "los Carteros" del populoso barrio de Las Fuentes con la ciudad por la barriada de la Magdalena (El Noticiero del 21 de abril de 1932).
Foto del archivo municipal donde se ve el corte en la muralla de medieval de la calle Asalto y la tapia que delimitaba el antiguo huerto de la Mónicas.
Hospitalito de Niños Huérfanos de la Magdalena (también llamado Hospitalillo u Hospitalico). Estaba en un edificio cedido por el Gobierno ubicado hacia el número 166 del Coso, en la esquina de la calle palomar, con fachada también a la calle del Justador (actual Doctor Palomar), casi a la altura de la plaza Magdalena.
Se funda bajo el nombre de Hospital de Santa María Magdalena, siendo sus primeros estatutos redactados por Miguel Español, notario de número de esta ciudad, y aprobados por el Virrey, en ese momento el Conde de Morata, y los jurados de la ciudad, el 20 de octubre de 1543.
Estaba destinado a la acogida de los huérfanos pobres (aunque solo lo fueran de padre) y de baja condición social (pordioseros, hijos de prostitutas y penados, etc) que vagaban en buen número por las calles y que constituían un verdadero problema social. Hasta entonces no habían tenido más que una precaria acogida en el Hospital de Nuestra Señora de Gracia.
Inicialmente permanecían los huérfanos en el Hospital de Gracia. Cumplidos los 5 años pasaban a otros edificios.
Localización de los elementos más significativos del plano de Carlos Casanova (1769) donde se remarca en amarillo el Hospitalito de Huérfanos frente a la Puerta de Valencia, que estaría en la actual plaza de la Magdalena.
Las niñas iban al Hospitalico de San Gil, también llamado de Santa Fe, por haber sido fundado en el siglo XIV por la cofradía de este nombre. Estaba situado en la calle del Peso o en la calle Cinegio (creo que se corresponde con la actual calle del Cuatro de Agosto), en la parroquia de San Gil. Llevaban el hábito de la Inmaculada Concepción, esto es, sayas blancas con escapularios azules.
Los niños, vestidos con ropillas de buriel largas hasta el tobillo, iban a este de la Magdalena.
Los dos se unificaron en 1768 en el de niños (este de la actual calle Cantín y Gamboa). Acogían en torno a cien menores desvalidos y les proveían alimentación sana y abundante, ropas nuevas, educación diferenciada por sexos, todo en estancias separadas, lo que justificaba Fray Diego Murillo al afirmar que aún "en la edad pueril no están bien juntos hombres con mujeres". Su gobierno era regido por el canónigo Enfermero de la Seo, dos ciudadanos y un jurado, llamado hospitalero. La antigua iglesia, al amenazar ruina, fue derruida y en 1782 se comenzó un nuevo templo, en estilo neoclásico, que se concluyó en 1786: dedicada a la Virgen de los Desamparados, contaba con cuatro altares, de ellos uno dedicado a la Virgen del Rosario y otro a la Virgen del Tremedal.
El edificio fue escenario de los peores combates durante los Sitios (1808-1809). En el primero de los Sitios, después de la explosión del almacén de la pólvora (27 de junio de 1808), en el Hospitalito fueron custodiados los enseres de las casas arruinadas y en su cementerio se enterraron las víctimas (El Noticiero del 27 de junio de 1958, página 2).
En el segundo de los Sitios fue reducto de la defensa aragonesa, especialmente durante el mes de febrero de 1809. El edificio fue incendiado por las bombas francesas quedando en situación de ruina. Ante la imposibilidad de trasladar a los huérfanos a Huesca, se vieron inmersos en los combates, muriendo casi todos (74 de 90 internos) por la epidemia y el hambre.
Con motivo de la llegada a Zaragoza de los monarcas Fernando VII y Mª Josefa Amalia de Saboya, tras visitar otros establecimientos de caridad y educación, hicieron una visita al Hospitalito el 2 de mayo de 1828, descrito en las páginas 2 y 3 el Diario de Zaragoza de 12 días después.
En esos momentos el Hospitalito de la magdalena estaba regentado por la "Sitiada", una Junta para la gestión de ciertos establecimientos como los de la Misericordia o el Hospital, constituida por el Arzobispo de la diócesis Don Diego de Castrillo y el Ayuntamiento de la capital compuesta de tres prebendados, tres regidores y tres nobles de la cofradía de San Jorge.
En el manifiesto de la regia visita impreso por Mariano Miedes en 1828, se da cuenta del estado aún ruinoso del edificio, del que solo se había restaurado una tercera parte, y eso teniendo en cuenta el adecentamiento que disfrutó por la regia visita.
La atención a los huérfanos también se había visto resentida en esos duros años de postguerra. Ahora a los niños y niñas se les enseñaba sólo a leer y su aprendizaje profesional se reducía al de hilar lana al torno. A petición de la reina en lo sucesivo también se les enseñaría a escribir.
En el Diario de Zaragoza del 16 de marzo de 1836 (páginas 2 y 3) se explica que en el Hospital de Gracia seguían estando los huérfanos hasta los cinco años, junto a enfermos, ancianos, dementes e inválidos. También puede leerse que las huérfanas tenían una habitación en este establecimiento. No se explica la razón del porqué de esta distinción, y extraña teniendo en cuenta que en el Hospitalito de la Magdalena había huérfanos de ambos sexos.
En ese diario se explica que la atención a los menores había mejorado estando dividido el edificio de la magdalena en dos zonas separadas, una para cada sexo. En ese año el edificio disponía de talleres y fábricas donde los huérfanos varones aprendían a leer y escribir, y podían aprender el oficio por el que sentían mayor inclinación.
Plano del edificio del Hospitalito en 1911. Plano parcelario de Dionisio Casañal número 3500 (DARA).
Los ingresos generados por la venta de sus manufacturas iba destinado una parte al mantenimiento de la institución, habitualmente deficitaria pese a las aportaciones externas (caridad e indulgencias, fundamentalmente) y la otra a los huérfanos (supongo que se les guardaría para que a la salida del hospicio pudieran tener algunos recursos para subsistir).
El Noticiero del 27 de junio de 1928, página 3.
En ese periódico explicaban que en esos años las huérfanas del Hospitalito también estaban mejor atendidas formándolas en "tareas propias de su sexo", como el hilado y la costura.
Contaban con "sala espaciosa para el recreo de las niñas, corral o patio descubierto con igual objeto, donde a la vez pueden lavar y tender sus ropas, cuarto de comedor, cocina y demás oficinas independientes y aseadas. Otra sala anchurosa para la labor, oratorio con sus confesionarios, estancias y cuartos separados para dormitorio de cada muchacha, habitación para la directora y, por fin, en el piso bajo, un grandioso local en donde se trata de establecer una escuela de primeras letras, y para la cual ya se tienen reunidos todos los utensilios necesarios, y ajustado el profesor y pasante que deben servirla, bajo la inmediata inspección de un caballero regidor inteligente en el ramo".
Años después, en el mismo emplazamiento del orfanato, sobre sus ruinas, se levantó otro nuevo edificio retomando su función de orfanato en el 158 del Coso hasta los años 50 del siglo XIX. Sabemos que estaba clausurado en 1854, por un anuncio en prensa (El Zaragozano del 22 de junio de 1854, página 2) donde se informa de la apertura de establecimiento de coches de alquiler y taller en el "extinguido Hospitalico".
Imagen de la postal número 29 de la colección "Patria y Fe". Fuente: José Luis Cintora.
Y aquí me viene bien hablar del conocido como "Padre de Huérfanos", una institución y figura benéfica creada en Valencia (1338) que recogía a los niños huérfanos y desamparados de la calle para brindarles cuidado y protección. Posteriormente se desarrolló en diferentes localidades de la Corona de Aragón como Zaragoza, en la que consta desde al menos el siglo XV (sus primeros estatutos conocidos son de 1475) y que se mantuvo durante tres siglos.
Según Jesús Martínez Verón, Antonio Navarro, Jorge Gay (2021), no era el único "Padre" dentro de la nómina municipal. Hay constancia del "Padre del burdel" y "Padre de los locos", y en los tres casos se encargaba de dar el tratamiento "piadosamente" correcto. En el caso primer caso su función era vigilar la mancebía municipal y denunciar a los adúlteros in fraganti, en el segundo la de cuidar a los dementes recluidos en el Hospital de Gracia.
En el caso del "Padre de huérfanos", no siempre era bien visto por los zaragozanos porque su labor en muchos casos distaba mucho de la asistencial. Para evitar la mendicidad y la delincuencia si era posible buscaba ocupación a los necesitados; pero, cuando no resultaba factible o cuando se sospechaba de cualquier actitud delincuente, se procedía al encarcelamiento o expulsión.
Antes de la fundación de los hospitalicos de expósitos, la función de esta especie de funcionario era hacerse cargo de las criaturas huérfanas o menores de edad sin familia y con pobreza, acogiéndoles unos días en su casa y después buscándoles acomodo en otras casas como servicio doméstico o como aprendices de algún oficio. El objetivo era evitar que el niño/a se convirtiera en un delincuente o en un alborotador y se integrase en el sistema social de la época.
Tras la fundación del hospitalito de la Magdalena la función del "Padre de huérfanos" se reducía a velar por su porvenir los primeros años y tutorizar a los muchachos y muchachas que al cumplir los quince años dejaban el orfanato y eran destinados en casa de algún artesano como aprendices o como servicio doméstico, en el caso de las chicas.
En Zaragoza por esta función recibían una retribución del ayuntamiento y solía ir acompañado por un verguero propio (una especie de escolta o persona que supiera pelear). Para acceder al cargo debían concurrir en él cualidades de edad, vecindad, patrimonio y con conocimientos de leyes para que pudiera levantar acta de sus actuaciones, llegándose a exigir su firma para cualquier acuerdo de aprendizaje de huérfanos.
La calle Padre de Huérfanos en el callejero del plano de Margalé de 1964. Se situaba en el barrio de la Ortilla, donde actualmente se ubica la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.
El " Padre de Huérfanos" más importante de la ciudad fue Ignacio Garcés. Entendió su labor de una manera menos expeditiva y nada más tomar posesión de su cargo (1666) publicó un bando, dirigido a la población local, en el que proponía la construcción de un edificio que pudiera acoger a todas las personas que vagaban por la ciudad. Sería el origen de lo que más tarde sería Real Casa de Misericordia (actual sede de la DGA).
Poco a poco el nombramiento se convirtió en oficio e institución (una especie de funcionario municipal), con varios empleados a sueldo: escribano, dos alguaciles y varios asesores letrados, además del propio padre de huérfanos. En la creación del de Zaragoza se establecía que además del salario anual el padre de huérfanos tendría derecho a corretaje por contrato, descontado al huérfano de su salario. En el siglo XVI pasó a ser un puesto designado por el rey en concepto de pago por los servicios prestados a la Corona. El cargo se fue corrompiendo, llegando a ser vitalicio, incluso heredado por mujeres (algo ilegal en algunos fueros, donde las mujeres no podían ser tutoras ni desempeñar cargos públicos).
Nuestro callejero recordaba esta figura institucional con la calle "Padre de Huérfanos", entre las calles María de Luna y la de Antillón, viales todos del desaparecido barrio de la Ortilla.
Fuentes y más información sobre el Hospitalito:
* "Manifiesto que la M.N.L. y H. Ciudad de Zaragoza ofrece al público de los principales regocijos con que explicó su alborozo, durante la permanencia en la misma de sus amados Soberanos al regreso del Principado de Cataluña para la Corte", impreso por Mariano Miedes en 1828.
* “Historia de los dos sitios que pusieron a Zaragoza en los años de 1808 y 1809, las tropas de Napoleón", de Agustín Alcaide Ibieca (1831).
* Diario de Zaragoza del 16 de marzo de 1836, páginas 2 y 3.
* Diario de Zaragoza del 24 de julio de 1872, página 2.
* Manuel Abizanda Prieto en El Noticiero del 27 de junio de 1928, página 3.
* "Los hospitalicos de niños y de niñas de Zaragoza en 1605 según la visita del arzobispo Tomás de Borja", de Juan Ramón Royo García (1994).
* Guadalupe Ferrández Sancho, en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
* "Recuerdos y remiendos de una tesis doctoral sobre el oficio concejil de Zaragoza llamado padre de los huérfanos", de Ángel San Vicente Pino (2008).
* "Historia y vida cotidiana del Hogar Pignatelli. 1666-1971", de Jesús Martínez Verón, Antonio Navarro, Jorge Gay (2021).
El Hospitalito, sede la Escuela Normal de Maestros hasta 1931.
Pasados los años y por la necesidad de un edificio más grandes que albergase a un mayor número de huérfanos, tras acabarse las reformas pertinentes el 10 de octubre de 1866 en la actual sede de la DGA, la institución y su función se trasladó a la Casa de la Misericordia, destinándose el edificio del Coso a Escuela Normal de Maestros, tras hacer también obras importantes de adecuación a sus nuevos usos.
Los orígenes de la Escuela Normal de Maestros se remontan a 1844, siendo la de nuestra ciudad una de las pocas que nacidas en esas fechas subsistieron poco después de su creación.
En el Diario de Avisos de Zaragoza del 20 de agosto de 1844 se anuncia la comisión superior de educación primaria, dependiente del ayuntamiento, buscaba para alquilar una "casa capaz próxima al centro de esta capital que tenga las habitaciones necesarias al efecto".
En el Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de octubre de 1844 ya se publica que su apertura tuvo lugar el 1 de noviembre, siendo inaugurada oficialmente siete días más tarde en un acto descrito en Diario de Avisos de Zaragoza del 12 de noviembre. En la calle de la Salud (actual calle Santa Isabel) número 149 tuvo su primer emplazamiento. Allí estuvieron durante tres años hasta que se trasladaron a la calle San Andrés (donde después se instaló la escuela de sordomudos y ciegos), pagando un alquiler de 7.700 reales anuales. La matrícula solo era gratuita para los maestros ya establecidos en una escuela elemental a los que se les debía pensionar y facilitar la asistencia.
Plano del Estado Mayor del Ejército de 1872 donde se remarca la Escuela Normal en el edificio reconstruido del Hospitalito.
Al centro asistían los alumnos aspirantes a maestros y otros que no lo eran. Como requisitos de acceso a los futuros maestros se establecían saber leer y escribir correctamente, las cuatro reblas de aritmética, estar instruidos en la doctrina cristiana y tener algunas nociones de gramática castellana, siendo examinados por los maestros de la escuela. Los matriculados que no deseaban trabajar como maestros debían acreditar haber estudiado con aprovechamiento las materias de la instrucción primaria de una escuela elemental.
Se establecían los objetivos de la institución: formar maestros idóneos y suficientemente instruidos para las escuelas elementales y superiores de la provincia; servir de escuela superior primaria para la población en que se establece; y ofrecer en la escuela práctica de niños un modelo para las elementales de la provincia, públicas y privadas.
Los que alumnos que aspiraban a ser maestros de escuela elemental debían cursar un año, dos los de escuela superior.
Las lecciones eran de religión y moral, aprendizaje de los deberes del cristiano y del ciudadano, a cargo de un sacerdote; gramática y ortografía con nociones y reglas de retórica poética y literatura española; aritmética, álgebra, geometría elemental y práctica y dibujo lineal; geografía e historia nacional; ciencias exactas (física, química e historia natural, aplicados a los usos comunes de la vida), y para los que aspirasen a maestros, el estudio y práctica de los métodos generales y especiales de enseñanza más ventajosos para la instrucción de los niños.
En la Normal también existía una escuela práctica para niños de entre 6 y 12 años de edad, siendo admitidos gratuitamente únicamente los que así lo acreditasen ante la comisión superior de educación primaria. La Escuela Normal les proveía de las plumas, tinta y papel que necesitasen en la escuela.
Su primer director fue Joaquín Avendaño. Su claustro estaba formado por siendo su segundo maestro Eugenio Fernández y Diego Berdier, regente de la escuela práctica. Entre 1849 y 1865 es dirigida por Miguel Sureda (de ideas muy liberales, de gran cultura y fácil palabra), estando domiciliada la Escuela Normal en la calle San Andrés, donde después se instaló la escuela de sordomudos y ciegos.
Hasta 1856 solo los hombres podían formarse como docentes. A partir de entonces la mujer se incorporó a este puesto de trabajo; pero durante muchos años su formación se desarrolló por separado. La Escuela Normal de Maestras de Zaragoza aprobó su reglamento en 1856 (El Instructor del 15 de febrero) aunque creo que no comenzaron sus clases hasta septiembre de 1858 (El Saldubense del 14 de septiembre, página 6) en la casa del Sr. Robres, en la plazuela de Liñán (El Saldubense del 21 de diciembre, página 1). La carrera de Magisterio era uno de los pocos accesos de la mujer al mundo académico y muchas lo utilizaron para después poder formarse en materias que en su tiempo les estaban vedadas.
D.A. Morais en el Diario de Avisos de Zaragoza del 24 de enero de 1906 (página 3) informa que en 1856 se traslada la Escuela Normal de Maestros al edificio donde antes estuvo el Hospitalico, con domicilio en el número 4 de la calle Palomar, así consta ya en el plano de Lucea de 1850 (colección de Lorda), siendo remodelado en 1859 (Diario de Zaragoza del 22 de julio). Una lápida sobre el gran portalón que le daba acceso y que había sido también el de la iglesia del citado hospital daba cuenta de su anterior función de orfanato. De la vieja iglesia aún quedaban restos tras la destrucción del edificio en 1809. Ese primer año los propios alumnos en sus prácticas agrícolas tuvieron que allanar el terreno y trazar los cuadros de la extensa huerta de la escuela, que daba al Coso tras una verja frente a los números 176 y 176 duplicado (numeración de 1906).
En ella cursaban estudios entre 60 y 100 aspirantes a maestros de escuela elemental y superior (diez de ellos internos y pensionados). En el edificio había una escuela práctica de niños a la que acudían unos 150 alumnos de entre seis y doce años de edad que pagaban en función de las posibilidades de sus familias (entre 4 y 12 reales mensuales cada uno).
El humorista gráfico Chás (Heraldo de Aragón del 11 de mayo de 1932) hace broma de los graves incidentes ocurridos entre guardias de asalto y estudiantes en la jornada del 10 de mayo de 1932 por la discusión del Estatuto de Cataluña en el Parlamento enmarcados en la agitación social posterior a la proclamación de la II República.
El 15 de febrero de 1856 se publicó en El Instructor el reglamento de la Escuela Normal de maestras de la provincia. Las normativa que regula los establecimientos de enseñanza se publica en 1857 (El Saldubense del 22 de septiembre). Ese mismo año en el Diario de Zaragoza del 8 de septiembre se informa de los requisitos de acceso, entre los que están tener entre 17 y 25 años, certificado de buena conducta o de aptitud física para el puesto.
Volviendo a la Normal de Maestros, en 1865 Miguel Sureda permuta su plaza de Zaragoza con Marcelino Insauriaga, que la tenía en Málaga. Insauraga, fallecido en febrero de 1868, figuraba entre los más ilustre pedagogos de su época. Le sustituyó Victoriano Palacio hasta que a comienzos de abril de 1869 cogió la dirección Román Torres y García, que continuo en ella y en ella murió 15 años más tarde.
Algunos profesores que por ella pasaron fueron Nata y Gayoso (que en 1859 pasó a la inspección de primera enseñanza de Barcelona), Joaquín Lizárraga (sustituto del anterior que en 1865 se fue a dirigir la Normal de Oviedo), Eduardo T. de Echevarría (también abandonó esta Normal en 1865), mosén Marcelino Anzano (profesor de religión y moral), Diego Berdiel (profesor de Ortografía y Caligrafía y regente de la escuela práctica agregada a la Normal desde octubre de 1844 hasta 1879), López Catalán (escuela de párvulos), Valentín Zabala (en la elemental), Carlos Yeves (director madrileño de la Normal entre 1867 y 1877, escritor del periódico pedagógico "Los anales de la primera enseñanza" y posteriormente Catedrático), Victoriano Palacio (segundo profesor y después director, que en 1869 pasó a la Normal de Pamplona), Atanasio Sanz (que también sería director de la de Pamplona años después).
El 7 de noviembre de 1871 comenzó a impartir clases de adultos, para mayores de 13 años (Diario de Avisos de Zaragoza del 3 de noviembre).
Solo entre 1931 y 1936, en la II República, hombres y mujeres estudiaron en una misma, y única, escuela normal, formándose en las mismas aulas. Un método de trabajo que no se reinstauró oficialmente hasta 1964 y efectivamente hasta 3 años después, como luego veremos.
Finalmente abandonan el viejo Hospitalito en los años 30 del siglo XX para ocupar un inmueble hecho exprofeso en el solar del número 30 de San Vicente de Paúl, donde estaba primero la casa de los Batista de Lanuza (siglo XVI), después el Colegio Palafox, y hoy, desde 1994, el Conservatorio Profesional de Música de Zaragoza. El inmueble actual fue proyectado en 1930 para la Escuela Superior Aneja a la Normal de Maestros, pero el traslado no se formalizó hasta después de 1932 porque consta en la hemeroteca (La Voz de Aragón del 9 de febrero de 1932) la visita de Fernando de los Ríos, Ministro de Instrucción Pública, a la Normal de maestros de la Magdalena y que se fue contrariado por el mal estado del inmueble.
En cualquier caso creo que hacia mediados de 1932 los "normalistas" ya estaban disfrutando de sus nuevas instalaciones en las que permanecerían hasta la segunda mitad del siglo XX. Creo que en ese momento el centro tiene la denominación oficial de Escuela de Magisterio Baltasar Gracián.
En el curso 1936-37 se suspenden las clases hasta 1939. En el curso 1942 se recupera la normalidad, si entendemos normal la escuela franquista.
En el acto de fin del curso académico de las escuelas de magisterio de 1961 el director de la de maestros, el Sr. Santos Samper, tras la inexorable misa, puso de relieve las últimas consignas de los Papas Pío XII y Juan XXIII, dirigidas al Magisterio Primario: a) claridad en lo que se ha de enseñar b) sobrevaloración de la educación sobre la instrucción c) la escuela como órgano al servicio de la Familia, de la Patria y de la Iglesia. Es decir, privilegiar la educación de individuos sumisos al poder político y religioso, privilegiar la enseñanza religiosa sobre el conocimiento útil de las ciencias y humanidades. La dictadura fue una tragedia educativa que nos retrasó 40 años. El Noticiero del 31 de mayo de 1961, página 11.
Durante muchos años la Escuela Normal de Maestras estuvo en la Casa del Marqués de Aytona, junto al Pilar. En 1960 y 1961 la Escuela de Magisterio Femenino me consta que estaba en unos locales en el edificio de la antigua universidad, en la plaza de la Magdalena (El Noticiero del 29 de junio de 1960, página 13).
Hasta el 1 de octubre de 1964 no se reunificarían en España por ley las escuelas normales de maestros y maestras, inicialmente solo a efectos administrativos porque la enseñanza seguía dándose con "absoluta separación entre hombres y mujeres" (El Noticiero del 9 de octubre, página 4). Pero no sería hasta 1967 cuando la ley se puso en práctica. Las oposiciones, los escalafones y listas de maestros nacionales ya estaban unificadas y eran únicas desde 1957.
Foto de Chivite en Heraldo de Aragón del 27 de septiembre de 1931 ya se anunciaba la próxima inauguración de la Normal de Maestros en San Vicente de Paúl.
A finales de los años 50 el edificio de San Vicente de Paúl vuelve a quedarse pequeño y anticuado y vuelven a trasladarse en 1965. Pese a que en aquel momento los estudios de Magisterio no tenían todavía carácter universitario, el nuevo edificio se situó dentro del recinto de la ciudad universitaria, en la calle de San Bosco número 7, iniciándose las clases allí el 2 de noviembre de 1965 (El Noticiero del 27 de octubre, página 11).
El 27 de enero de 2017 se inauguró el edificio que hoy alberga los estudios del Grado de Magisterio, denominado actualmente Facultad de Educación y situado en pleno campus universitario. El traslado de alumnos se hizo progresivamente desde 2014.
Edificios catalogados de la calle. Fuente: zaragoza.es
Los números 4, 6 y 8. Son casas de arquitectura tradicional, con una importante reforma (interior y exterior) situable en el último tercio del siglo XIX dentro de la estética academicista que se mantiene hasta muy avanzado el siglo XIX. Recientemente (2000) han sido rehabilitadas sus fachadas. Las dos primeras (números 4 y 6) mantienen la alineación original de la calle cuando se abrió en 1877.
Las siguientes casas están edificadas sobre las pequeñas parcelas originales de este ensanche medieval correspondiente a la parroquia de San Miguel de los Navarros, conservándose el estrecho callejón de la Estrella, en la parte posterior. Esta zona se llamó de "detrás del Hospitalico".
Los Número 10-12, 14 y 16. En las tres el proyecto es muy similar, siendo de estética ecléctica y reformada a comienzos de siglo XX (1913), de carácter popular. En la del 10-12, en 1913 los propietarios de las fincas de referencia, Pedro Lon y Prudencio Invernón (Jefe de la Estación de Cariñena), reforman estas casas que habían adquirido ese mismo año, con arreglo al proyecto del arquitecto Miguel Ángel Navarro (1913), unificándolas y sujetándose a la nueva línea de la calle. En el número 16 son interesantes las rejas de los balcones que reflejan una reforma de las primeras décadas del siglo XX.
Sucesos significativos ocurridos en la calle.
El 15 de abril de 1916 (Diario de Avisos de Zaragoza) se cometió un asesinato en la ebanistería de Vicente Pérez, en local del número 8. Mariano López, un oficial de 15 años, asesinó al hijo del dueño, de 18 años y de carácter violento y que solía tratarles de forma despectiva y con insultos. Esa mañana pasó de los insultos a la agresión física, descargando un puñetazo sobre el adolescente sin motivo alguno que lo justificase y Mariano en un ataque de ira le clavó la gubia con la que estaba trabajando en el vientre. El 4 de octubre (Diario de Avisos de Zaragoza) se resolvió el juicio con una sentencia que lo sancionaba simplemente por imprudencia, se alegó que fue un gesto impulsivo y no premeditado, librándose del cargo de asesinato.
Cruce de la calle Cantín y Gamboa con la de Pozo desde la calle de la Torre en 1951. Archivo Mora (DARA).
Tiroteo con un muerto y varios heridos en 1931. El 10 de diciembre de 1931, el día antes de que Niceto Alcalá-Zamora jurase su cargo de primer presidente de la II República española, un día antes de que se aprobase la Constitución y en el marco de una huelga general de la CNT en la que se produjeron los habituales altercados, en la calle del Hospitalito un grupo de pistoleros atacó a la policía.
En el intercambio de disparos resultó fallecido Dionisio Lostao, un peón municipal eventual, por una bala perdida y heridos el comisario jefe, Ramón Oliveras Maranges, un agente (Teodoro Medrano) y uno de los atacantes (José Soria López), que fue apresado.
Por lo que se cuenta en la prensa de la época (Heraldo de Aragón y La Voz de Aragón del día siguiente al suceso), el comisario de policía había tenido conocimiento que algunos obreros extremistas habían quedado a primera hora la mañana con armas y bidones de gasolina para quemar tranvías que no secundasen la huelga y preparó un dispositivo para abortar sus intenciones.
Foto de A. de la Barrera del lugar donde se produjo el tiroteo en el resultó muerto un obrero. La Voz de Aragón del 11 de diciembre de 1931.
Cuentan que cuando un pequeño grupo de individuos que caminaban por la calle del Hospitalito hacia el Coso se cruzaron con el comisario y los agentes, lo reconocieron y comenzaron un tiroteo junto a una obra de pavimentación en la que había obreros trabajando. Uno de ellos fue alcanzado por Soria, según cuentan a quema ropa, al intentar pedir auxilio a la policía parapetado en la zanja abierta en la obra. Unos minutos después, tras ser herido, el pistolero se entregó.
Otros dos pistoleros que acompañaban a Soria trataron de huir por la calle del Pozo, pero les cortó el paso un grupo de guardias de Seguridad, contra los que hicieron fuego. Siempre disparando, retrocedieron hasta hallar franca salida por la calle de Manuela Sancho, poniéndose en salvo.
Dos años después, el 6 de junio, se daba noticia en La Voz de Aragón que el resultado del juicio fue la absolución de Soria porque no quedó acreditado que fuera él quien el que mató al obrero ya que la pistola presentada en el juicio estaba inutilizada, como siempre había declarado el acusado. Esto tiene pinta de que el disparo fue una bala perdida de uno de los policías y trataron de "cargarle el muerto" a Soria.
Explosión de un hornillo de petróleo. María Aznar Faure, nacida en Buenos Aires y domiciliada en el número 17 de la calle Cantín y Gamboa, falleció cuando manipulaba un hornillo en su casa en 10 de junio de 1960 (El Noticiero). Su suegra, Marcelina Trasobares Crespo, de 81 años, al oír la explosión trató de auxiliarla lanzando un líquido que vio junto a ella, con la mala suerte de que resultó gasolina y acrecentó el problema. Presa de un ataque de nervios se lanzó a la calle falleciendo también poco después.
Escuela de Bellas Artes. Instalada en un caserón con entrada en la calle de La Noria número 5. El edificio conocido como los Graneros del Cabildo estaba en medio de lo que hoy es la calle Cantín y Gamboa, pasado el cruce con las calles Pozo y de la Torre en dirección a la calle Asalto.
El pintor Marcelino Unceta estudió allí, destacando por su extraordinaria facilidad para dominar el dibujo. Cuentan la anécdota que uno de los profesores hacía unos estudios de dibujo de un caballo que alojaban en un corral del edificio, Movidos por la curiosidad, Unceta y otros estudiantes accedieron al lugar donde el profesor hacía los dibujos. Unceta, ni corto ni perezoso, corrigió algunos errores que advirtió en el trabajo de su profesor, que siguió con su trabajo aceptando las aportaciones del estudiante y sin amonestarlo. Yo creo por las fechas que este suceso, si ocurrió fue en el desaparecido convento de Santa Fe.
Fuente: Los Hermanos Albareda en El Noticiero del 12 de abril de 1953, página 10.
Escuela de Bellas Artes señalada con el número 14 en el plano de Casañal de 1899.
Calle Cantin y Gamboa desde el cruce con la calle de la Torre con la calle Asalto de fondo en 1951. Archivo Mora (DARA). En el punto que se ve en la foto estaría la Escuela de Bellas Artes de Zaragoza entre 1893 y 1900.
Los estudios de Bellas Artes en nuestra ciudad comenzaron en los locales de la Sociedad de Amigos del País por su iniciativa y a sus expensas de Juan Martín de Goicoechea, su fundador. Allí comenzaron a impartirse enseñanzas de pintura, entre otras materias. La escuela fue destruida durante la Guerra de la Independencia, siendo reedificada después (Diario de Avisos de Zaragoza del 16 de enero de 1909, páginas 3 y 4).
Cuando la Diputación Provincial asume su gestión se establece la de Zaragoza en el exconvento de Santa Fe (en la actual plaza de Salamero), en unos locales inadecuados para esos estudios por el estado ruinoso y la poca capacidad del edificio. Supongo que la razón para llevar allí la escuela era que allí estaba el museo provincial.
En un artículo del Diario de Zaragoza del 18 de junio de 1881 se solicitaba su traslado a un edificio en mejores condiciones y que se instalase junto a ella una Escuela de Artes y Oficios, esta con un perfil más obrero y ambas afines en sus estudios.
En el diario La Derecha del 21 de enero de 1893 se publica que una semana después se trasladarían de forma temporal los estudios de Bellas Artes al edificio de la Universidad (plaza de la Magdalena) debido al estado de ruina total del convento de Santa Fe.
Casa de la Real Sociedad Económica Aragonesa en la desaparecida plaza del Reino, en la en la intersección de la actual calle San Vicente de Paúl con calle Palafox. Foto de Mora (DARA).
Entre los edificios que se barajaron para ubicarla estuvo la Casa de Ezmir, pero el arquitecto municipal lo desaconsejó por lo que la Diputación abrió un concurso en el que los propietarios de locales presentasen sus ofertas para su instalación (La Derecha del 1 de marzo de 1893). Solo se presentó una oferta, los graneros del Cabildo, sitos en la calle del Hospitalito (Diario de Zaragoza del 14 de marzo de 1893, página 2) que tenían el área suficiente y se podían comprar baratos.
Diario de Avisos de Zaragoza del 1 de enero de 1897.
Finalmente el 21 de marzo de ese año (Diario de Avisos de Zaragoza) se acordó la instalación de la Escuela de Bellas Artes en el edificio de la calle de la Noria, número 5, denominado Granero del Cabildo, perteneciente al señor marqués de Sierra Bullones, por el alquiler anual de 2.500 pesetas anuales (el arrendamiento estaba previsto por solo dos años). A los gastos de reparación indispensables contribuyó con 1.500 pesetas el Ayuntamiento. Una semana después ya consta que habían comenzado las obras de adecuación del edificio. El 17 de abril se reanudaron las clases en el "nuevo" edificio, siendo Ladislao Cabetas su director, inaugurándose esa misma noche (Diario Mercantil de Zaragoza del día siguiente, página 3).
Hay que tener en cuenta que el edificio de la Magdalena era una solución provisional, por lo que en la Diputación hubo diversas propuestas para encontrarle acomodo definitivo. Una de ellas abogaba por adquirir La Casa Zaporta (o de la Infanta) e instalar allí el Museo Provincial, la Escuela de Artes y hasta la Escuela de Artes y oficios (La Derecha del 3 de abril de 1893). La idea volvió a la palestra en 1900 ante las informaciones de que el famoso patio de la Infanta iba a ser comprado por extranjeros y trasladado por piezas fuera del país.
En 1895 se consigue tras muchos esfuerzos la instalación en nuestra ciudad de una Escuela de Artes y Oficios, en el piso bajo del edificio destinado a Facultad de Medicina y Ciencias (Diario de Avisos del 18 de octubre de 1895), página 2. Las clases se iniciarían en el curso 1895/1896.
En 1899 consta de profesor el escultor Dionisio Lasuén, que en 1910 era el director de la Escuela Superior de Artes e Industrias en sustitución de Ricardo Magdalena, fallecido ese año.
El 24 de enero de 1900 el nombre de la Escuela de Bellas Artes varió después de 100 años, fundiéndose con la de Artes y oficios (El Mercantil de Aragón) y adquiriendo el nombre oficial de Escuela de Artes e Industrias. A consecuencia este cambio normativo, el 17 de abril se acuerda el traslado de la Escuela de Artes a la Escuela de Bellas Artes e Industrias (La Derecha de ese día), situada donde se había instalado en 1895 la Escuela de Artes y Oficios, en el piso bajo de la facultad de Medicina. En mayo ya consta en la prensa que los locales de la Magdalena donde estuvo alojada la Escuela de bellas Artes estaban a disposición de quienes los quisieran arrendar (El Mercantil de Aragón del 4 de mayo).
El ayuntamiento acordó la expropiación del viejo caserón conocido como los Graneros del Cabildo (sede de la Escuela de Bellas Artes) en 1914 para abrir la actual calle Cantín Gamboa hacia la calle Asalto (La Crónica del 29 de julio, página 1).
La Escuela de Bellas Artes ya había abandonado el caserón de la calle Noria, que se ofrecía en alquiler. El Mercantil de Aragón, 21 de junio de 1901.
Escuela de Artes y oficios en la plaza de los Sitios. Foto de Coyne (DARA).
La siguiente década la lucha fue conseguir para la ciudad una Escuela Superior de Artes elevando la categoría de la Escuela Elemental de Artes e Industrias de Zaragoza a Escuela Superior de Industrias y Bellas Artes. Para ello se fusionarían la Escuela de Bellas Artes (en esos momentos bajo el formato de academia no oficial) y la Escuela de Artes e Industrias (oficial), ambas impartidas en la Facultad de Medicina y Ciencia. Las opiniones a favor se basaban en que con la superior en nuestra ciudad los estudiantes no tendrían que irse fuera a obtener los títulos de perito. A mediados de 1909 se consiguió dicha fusión (Heraldo de Aragón del 1 de junio) mediante un acuerdo en el que el ayuntamiento y la Diputación aceptaban contribuir a su mantenimiento.
En 1909 estos estudios se trasladaron por problemas de alojamiento a la plaza de Castelar (actual plaza de los Sitios), a un edificio que había formado parte de la Exposición Hispano-Francesa, denominado "Edificio de Artes e Industrias", y que tras la muestra fue redenominado como "Escuelas de Industrias y Bellas Artes, de Comercio y de Artes y Oficios".
Depósitos de agua romanos. Al sudeste de la ciudad romana (a la altura de las calle Cantín y Gamboa y Manuela Sancho número 50), junto al Huerva se han encontrado restos de dos grandes depósitos en opus caementicium, uno de los cuales pudo ser doble o múltiple. Una cisterna tenía casi 14 m de largo, muros de hasta 2 m de grosor y un suelo de 1 m de potencia situado a suficiente altura (201,8 m) como para abastecer de agua a cualquier punto de la ciudad. Fuente: zaragozamuseos.home.blog
En el cruce de esta calle con la calle Heroísmo debió estar el cementerio de la parroquia de la Magdalena en el siglo XV.
Comercios de la calle.
Droguería/ferretería/mercería Los Leones, domiciliada en el número 1 de la calle Cantín y Gamboa y también en el número 158 del Coso (antes en el número 176). Era propiedad de Eladio León Pérez (nacido en 1882 y fallecido entre 1961 y 1962) y su familia (seis hijos) de "Leones", que vivían en uno de los pisos superiores. Estuvieron abiertos al menos entre 1932 (Heraldo de Aragón del 27 de julio, página 3) y 1978. Se mostraron muy activos en la defensa del bando franquista durante la Guerra Civil con donativos y otros ofrecimientos, además de que dos de sus hijos se enrolaron como voluntarios. Eso no impidió que fuera sancionado varias veces por vender productos de procedencia dudosa y precios por encima de lo establecido.
Membrete de una carta visto en una web de compraventa.
Ferretería Los Leones ya cerrada. Google Maps 2011.
Fábrica de sombreros, bastones y paraguas de Pedro Lamarque y Greissel, en la esquina con la plaza de la Magdalena a mediados del siglo XIX.
La primera noticia que he encontrado de este empresario explica que ya tenía su domicilio en las "casas del Hospitalico" y que ofrecía al público su máquina de vapor para quemar vino y producir aguardiente "claro y del mejor gusto" empleando la cuarta parte de legía que se empleaba en las calderas ordinarias (Diario Constitucional de Zaragoza del 19 de octubre de 1840, página 4).
La primera noticia de la fábrica de sombreros aparece en Diario Constitucional de Zaragoza del 2 de junio de 1843 (página 3), en ese momento en el número 192 del Coso (en la esquina con la calle del Hospitalito) con el nombre de fábrica de sombreros de Lamarque y Miguel.
Tres años más tarde se anuncia (Diario de Zaragoza del 13 de octubre de 1846, página 3) que han formado sociedad Pedro Lamarque y D. Adolfo Greissel para establecer una fábrica de bastones, mangos de paraguas y de sombrillas en los locales de Lamarque en el extinguido Hospitalito. La dirección de la nueva empresa quedaba a cargo Greissel que estaba establecido antes en la esquina de la calle Arco de la Cineja con la calle San Gil (calle Jaime I hoy).
La venta de sus productos al por menor se hacía en la prestigiosa tienda de sombreros de los señores Lamarque y Miguel. Estaba ubicada en la esquina de la calle del Trenque número 1 (actual calle Alfonso I) con el Coso número 7, en los bajos de la casa-palacio de los marqueses de Tosos (donde hoy está el hotel Alfonso I) desde al menos 1863 (El Aragón del 18 de marzo, página 3).
El 12 de diciembre de 1850 se anuncia en El Zaragozano que se disolvía la sociedad Lamarque-Greissel, quedando a cargo de este último la fábrica de la calle Hospitalito. La trasladará seis meses después al palacio de Arguillo de la plaza de San Felipe (El Zaragozano del 10 de junio de 1851, página 3).
Antonio Lamarque y Pemarchan (o Pemarhanc) fallece el 9 de julio de 1872 en Bagñeres de Bigorre (Francia). Su mujer, Teresa Laborda y Lorbés, lo hace el 7 de noviembre de 1882 (Diario de Zaragoza).
Sombrerería de Gaspar Lamarque en la esquina del Coso y la calle Alfonso I. La primera foto es del archivo Coyne (DARA-AHPZ, 1895). La segunda, de 1898, la publicó Manuel Ordonez de una web de compraventa. Como vemos en la primera imagen, encima y como complemento al rótulo del local, en la primera imagen podemos ver dos medallones con dos sombreros en ambos lados de la esquina como reclamo a la clientela.
Juventud, del día del Pilar de 1914.
Su hijo Gastar Lamarque Laborda, oriundo de Cintruénigo y casado con Delfina Sánchez Fairén, mantiene la sombrerería de la entrada de la calle Alfonso I constando por primera vez en la hemeroteca en La Alianza Aragonesa del 17 de febrero de 1873. El establecimiento servía de punto de avisos de la llegada de carbón del establecimiento La Confianza (calle del Portillo número 30), regentado por su hermano Antonio.
En 1903 (Diario de Zaragoza del 25 de diciembre) consta que se trasladó al número 54 del Coso. Se volvió a trasladar en 1914 a la calle Cerdán número 8 (El Noticiero del 3 de marzo, página 4), cerrando en una fecha que no he podido encontrar.
Garpar Lamarque Laborda fallece el 29 de agosto de 1925 en Cintruénigo, Navarra dejando siete hijos: Arturo, Antonio, Rafael (médico destinado a Cascante, Navarra), Teresa, Pilar, Francisco y María.
Su hija María Pilar Lamarque (Zaragoza, 1903 - Madrid, 1993) fue una bibliotecaria y archivera que organizó, junto a otras compañeras de profesión, la Primera Exposición de Bibliotecas infantiles de España en 1933, y fue una de las fundadoras de la Sociedad para el Fomento de Bibliotecas, Archivos y Museos en 1934.
A la muerte de su padre la joven no quiso vivir con su hermano médico y prefirió estudiar en la Universidad de Zaragoza, residiendo en la casa de Juan Moneva Puyol (en la calle Felipe Sanclemente), presidente del Estudio de Filología Aragonesa y Catedrático de Derecho Canónico de la Universidad de Zaragoza, de cuya hija María Pilar era muy amiga.
Ambas se matricularon en la facultad de Filosofía y Letras en 1917 y titulando tres años después. Formó parte del grupo de pioneras que cursaron una carrera universitaria de manera oficial, la primera en 1913, con María Dolores de Palacio, Áurea Javierre y Mur, María Moliner, María Pilar Pacareo, María Dolores Claver, María Monzón Casión, Mª Concepción Fernández, Mª Pilar Suñé, Isabel Lozano y Ramona Mercedes Izal.
Pilar Lamarque. Blog Visiones Literarias
Antes de acabar la carrera se incorporó en 1920 al Estudio de Filología Aragonesa, EFA, que bajo el patrocinio de la Diputación de Aragón potenciaba el estudio de lexicografía aragonesa y en 1922 aprueba la oposición al Cuerpo de Facultativos de Archivos, Bibliotecarios y Arqueólogos junto con María Moliner. María Pilar se queda en Madrid haciendo prácticas en el Archivo Histórico Nacional, y alojada en la Residencia de Señoritas, entra en contacto con los círculos intelectuales de la época.
Participa como profesora en las Colonias Escolares de Vacaciones de la Institución Libre de Enseñanza y el Museo Pedagógico Nacional para niños de familias sin recursos. Conoce en Madrid a Eulogio Varela Hervías, archivero en el Archivo Municipal de Madrid y profesor de Arte en la Institución Libre de Enseñanza, con el que se casará en Cascante, Navarra, en 1926, donde nace su primera hija al año siguiente. En 1928 asciende a funcionaria de primera clase y forma parte del Seminario de Biblioteconomía con sede en la Biblioteca de la Universidad de Madrid. Su inclinación bibliófila y su amor a los libros los vuelca en la infancia y en 1933 organiza en el Círculo de Bellas Artes la Primera Exposición de Bibliotecas infantiles con otras tres bibliotecarias, Juanita Capdeville, Enriqueta Martín y Juanita Quílez. La experiencia se consideró el primer paso para una organización de bibliotecas para niños y para el fomento de la mejor literatura infantil.
En nombre de la Biblioteca Nacional, María Pilar forma parte fundadora de la Sociedad para el Fomento de Bibliotecas, Archivos y Museos en 1934 y asiste al Congreso Internacional de Bibliotecas y Bibliografía en 1935.
La guerra civil detiene la expansión bibliotecaria. Durante la guerra civil trabaja como facultativa de la Biblioteca Provincial en Pontevedra. Sufre como funcionaria un proceso de depuración en 1938 sin consecuencias negativas y posteriormente un segundo, recurriendo a la ayuda de Javier Lasso de la Vega, que ostentaba la jefatura del Cuerpo Facultativo de Archivos, Bibliotecas y Museos, que la respalda frente a la postura reticente de Ángela Lapuerta, directora del Instituto Femenino Miguel Servet de Zaragoza donde se la destinó.
Sigue ejerciendo después en Castilla y Andalucía hasta que en 1965 vuelve destinada a la Biblioteca Nacional de Madrid, donde permanece ya hasta su jubilación.
Su hija, María Pilar Varela Lamarque, también fue archivera.
Fuentes: zaragoza.es - wikipedia.org - "María Pilar Lamarque Sánchez, bibliotecaria pionera", en el blog Visiones Literarias de Charo Fuentes (2021).
Tarjeta tomada de una web de compraventa.
Barbería en el número 3 de la calle, junto a la plaza de la Magdalena (Diario de Avisos de Zaragoza del 4 de septiembre de 1877, página 18).
Mutualidad mercantil, S.A. (Sociedad Cooperativa de consumo y crédito de comerciantes de comestibles ), en el número 3 de la calle. Presidida por el Sr. Marraco, proveían a los establecimientos de ultramarinos o coloniales (especialmente de aceite, chocolates y jabones) en los años 20 del siglo pasado.
Taller de fotograbado “Luz y Arte”, en el número 4.
Según Fátima Blasco Sánchez (2019), este taller de fotograbado es el mismo que fundaron Modesto Soteras y Vicente Monforte en 1890 en el paseo de la Independencia número 29, que después pasará a ser propiedad de Casa Portabella, después a Juan Buj, hacia el año 1910 a José Galiay con el nombre de “La Luz”. Finalmente el mismo taller fue adquirido por “El Noticiero” y en 1921 por Florencio Royo y Miguel Embid lo convertirán en el importante taller “Luz y Arte”.
Nacieron como empresa dedicados a la grabación industrial en 1922 dirigida por por Miguel Embid Guajardo y Florencio Royo Allueva, dos amigos y compañeros de trabajo de Heraldo de Aragón, donde se dedicaban al fotograbado para la realización de las ilustraciones del periódico. La demanda en la época por este tipo de trabajos de grabado industrial les impulsaron a establecerse y fundar "Luz y Arte", pioneros en esta industria en España y escuela de grabadores industriales durante varias décadas. En esos años para poder imprimirse las imágenes en periódicos o libros, antes había que hacer clichés en tipografía, en zinc y montados en madera, con métodos muy similares a los que empleó Goya para sus grabados.
Fuente: Alberto Fernández.
Inicialmente se establecieron en la calle Miguel Servet 23 3º izquierda (Heraldo de Aragón del 17 de marzo de 1923, página 8). Sus primeros trabajos en prensa fueron en Aragón Gráfico, 05 de noviembre de 1922, página 17; y en El Noticiero, 6 de diciembre de 1922, página 1.
El Noticiero del 2 de enero de 1924.
Se trasladaron a la calle del Hospitalito número 4 en 1926 (Heraldo de Aragón del 8 de enero, página 8) y allí eran habituales de La Hoja del Lunes.
Diario Amanecer del día del Pilar del año 1941.
En 1942 trasladaron sus talleres al número 17 de la plaza Los Sitios (plaza José Antonio entonces), esquina calle Zurita, llegando a estar casi 30 personas realizando grabados para los periódicos de aquellos años, libros, editoriales, etc, tanto para tipografía como luego para litografía. Me consta que estuvieron abiertos hasta al menos 1978 (según la Guía Telefónica de ese año).
Anuncios del 18 de abril de 1942.
Fuentes:
* "Pedro García. El oficio del dibujante", libreto de la exposición celebrada en el palacio de Montemuzo del 5 al 26 de septiembre de 2006.
* "Fotograbados Luz y Arte. Un clásico zaragozano", en El Zaragonés.
* "La Imprenta Blasco: Cien años al servicio de la ciudad de Zaragoza", de Fátima Blasco Sánchez (2019).
Aragón Exprés del 11 de junio de 1973.
Fábrica de jabón de los Sres. Plá, en el número 5 de la calle. La abrieron en 1877 (según el Diario de Avisos de Zaragoza del 18 de agosto, página 6), pero su presencia debió ser breve.
Academia preparatoria de acceso a la AGM "La Figuera", en 1977 se trasladan al número 7 de esta calle desde el paseo de Sagasta número 22 por las obras de ampliación de la avenida Goya. Inauguraron sus nuevas instalaciones en abril de 1970 y seguían allí en 1978 (según guía telefónica). Fue fundada por Fernando de La Figuera y en su etapa en la calle Cantín y Gamboa la dirigía su hijo Pascual.
La Federación Aragonesa de Actividades Subacuáticas, estaba en el número 5. Fue su primera sede, en 1971. Estaban muy vinculados a los dueños de la academia La Figuera (Aragón Exprés del 19 de marzo).
Fábricas varias del ingeniero e inspector industrial Raimundo Balet Viñas, en el número 6 y 18.
De familia burguesa vinculada al comercio de tejidos, su padre, Balet Bellver, procedía de una familia manresana de productores de algodón y su madre Engracia Viñas Güell de la familia de mecenas. Su hermano Jaime Balet Viñas también estaba vinculado a la fabricación de tejidos. Había creado ya la empresa textil Manufacturas Serra & Balet S.A en 1913 en la barcelonesa barriada de Sants.
Etiqueta de la fábrica de tejidos de Raimundo Balet. Web de compraventa.
Raimundo se titula en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Industrial de Barcelona en 1881, ciudad donde ocupó un alto cargo. Llega a Zaragoza desde León (donde aún se puede ver una casa junto a su esposa, Rosa Salesa Creisel, con la que tuvo seis hijos. Ya en 1911 figura como vicepresidente del Centro Catalán de Zaragoza. La familia fijó su residencia en el paseo de Ruiseñores número 15 antiguo (posteriormente número 41), en un coqueto chalecito burgués que perteneció antes a Santiago Cantí, muy al gusto de la época, reformado hacia 1919, y que aún se conserva.
Funda en 1916 en la calle Noria 5 y las oficinas al lado en la calle Hospitalito número 18 (actual Cantín y Gamboa) una fábrica de tejidos de yute y algodón que contaba con 20 telares metálicos movidos por un generador de vapor (Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de enero). En 1923 figura un taller mecánico de coches en el número 6, con despacho en el número 18.
En 1926 se publicita en este mismo número 18 una fábrica "de saquerío" propiedad del mismo Raimundo Balet. Desde mediados del siglo XIX, los sacos de algodón tomaron el relevo a los barriles de madera como el elemento masivo de embalaje de productos alimenticios de primera necesidad por su universal empleo en múltiples utilidades, lo que le garantizaba una larga vida práctica y favorecía su reutilización y reciclado.
Todo este tiempo continuó con la confección de tejidos. En prensa se informa de que cien operarios trabajaban en la fábrica de tejidos en 1938.
La Voz de Aragón de 4 de junio de 1926.
A su muerte el 2 de octubre de 1931 con 70 años de edad, el negocio lo continuó su viuda, y en un anuncio de 1938 la empresa figura ya con el nombre de "Viuda de don Raimundo Balet". La Sra. Salesa falleció el 9 de noviembre de 1943 y la empresa continuó con el nombre de Manufacturas textiles de Balet y Vender S. A. Lo sabemos por una noticia en prensa de un robo que sufrieron.
Como todos los empresarios zaragozanos vinculados al textil, los Balet abrazaron con los brazos abiertos el levantamiento militar del 36 que dejó nuestra ciudad en la retaguardia y que les proporcionó pingües beneficios con la fabricación de uniformes y pertrechos para las tropas del bando sublevado.
El 4 de febrero de 1943, dos hijos de Raimundo, Jaime y Manuel Balet Salesa, la transformarán fundando con su cuñado Ramón Aragüés y solo seis empleados la importante empresa papelera "Sociedad Anónima Industrias Celulosa Aragonesa" (S.A.I.C.A.), trasladándose al Arrabal (ver más en San Juan de la Peña, avenida de). La compañía es hoy una multinacional que cuenta con más de 10.000 empleados y presencia a través de sus unidades de negocio en 11 países.
Jaime Balet Herrero (nacido el 18-10-1934), hijo del fundador de la Saica, fue Presidente de la Sección Económica del Sindicato Provincial Textil, vocal de la Junta de Fabricantes de papel y miembro de la Junta Rectora de la Agrupación de Contribuyentes de la Industria Papelera, miembro del Consejo Nacional de Juventudes y que llegó a concejal delegado de Tráfico del Ayuntamiento de Zaragoza, fue el centro de una truculenta historia de la que no conocía nada hasta que me he topado con ella buscando información de esta empresa.
Este Jaime Balet (tercera generación de la saga), el domingo 29 de abril de 1973 asesinó a golpes con una barra de hierro a su esposa y madre de sus cuatro hijos, intentando disimular su crimen con un chapucero robo en el puerto de Velate, para el que contrató un sicario alemán. Pronto salió la verdad y el teutón "cantó la parrala" dejando al de la SAICA "con el culo al aire".
El Noticiero del 14 de junio de 1925.
Jaime Balet Herrero. Diario de Navarra.
El juicio de resolvió 4 años más tarde, y el alemán lo pagó con la pena de muerte. Jaime, también condenado a la pena capital, pasó parte la condena en un hospital psiquiátrico (no podía estar con los delincuentes comunes, ironía) se la conmutaron por treinta años de prisión y solo tres años después, en 1980, ya gozaba del régimen de prisión abierta con bastantes privilegios y la libertad total le llegaría poco después. Luego que te cuenten eso de que la justicia es ciega y los jueces franquistas desaparecieron con la dictadura...
A lo largo de sus 29 años de carrera (entre 1976 y 2005), el capellán de la cárcel de Pamplona, donde cumplió su breve estancia en prisión, nunca se olvidaría del ideólogo del asesinato de Pilar Cano: “La primera televisión que llegó a la cárcel fue la de Balet” (Gastón Trelles, 2023).
Fuentes y más información:
* "Saica, el imperio del papel", de Ricardo Barceló para El Periódico de Aragón.
* "El “chapucero” crimen de Pilar Cano, asesinada por el amor de su marido... a otra", de Gastón Trelles (2023).
* Aragón Exprés del 9 del 9 de 1979, página 12.
* "El coqueto y burgués paseo de Ruiseñores, en Zaragoza, con sus chalecitos desaparecidos", de Gonzalo Vidao. M. P. (2024). Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Sociedad Cultural "Amigos del Arte", en el número 17. Era un local de punto de encuentro cultural cuando en la ciudad no había casi nada.
Su comenzó en 1949 cuando Corita López, conocida tiple de los años 50 y 60, y madre de Corita Viamonte, fundó su academia para enseñar a los jóvenes artistas. Nombres de la escena aragonesa comenzaron en esta Sociedad. Grandes nombres como Víctor Ullate, Carmen Roche, Fernando Esteso, La Maña e incluso su hija, Corita Viamonte, se formaron bajo sus indicaciones.
Según los Estatutos, fue en 1966 cuando se constituye como Sociedad Cultural y su actual secretario, Felipe Márquez, asegura que es de las primeras asociaciones culturales que se inscribió en Zaragoza. La actividad principal que se realizaba era el baile los fines de semana. Muchos jóvenes de los 60 y los 70, muchos vivieron en este local su primera Noche Vieja o sus primeros bailes. Llegaron a ser un grupo de jota que actuaba en muchos festivales localidades de Aragón y de fuera de la comunidad.
A los pocos meses se trasladó a estos locales la Escuela de Violería. Se trata de un proyecto surge en 2014 para crear la primera escuela española especializada en las enseñanzas para la construcción de instrumentos musicales tardogóticos, renacentistas, barrocos y guitarra española.
Aunque el fin es otro, este nuevo uso ha conservado el diseño de la entrada, el ambigú, escenario y vestuarios. Además, la sala que antes albergaba actos y bailes se ha transformado en el taller de construcción de instrumentos, y sus paredes conservan fotografías de las actividades de la sociedad.
Aragón Exprés del 3 de octubre de 1975.
Fuentes: "Adiós a la Sociedad Cultural Amigos del Arte", Lourdes Funes para Onda Cero - Escuela de Violería
Fábrica de molduras de barro, carteles, capiteles, medallas en las fachadas, lápidas de mármol, pierda o tierra, y mucho más instalada en la calle del Hospitalito en 1856.
La Libertad del 31 de agosto de 1859, pág. 4.
El Noticiero del 23 de mayo de 1947, página 3. La marca sevillana fundada en 1941, cuando aún se lavaba a mano, aún pervive.
La panadería Pilarín, estaba en la esquina con calle Pozo a principios de los 70, en la Guía Telefónica de 1978 ya no consta. Había otra panadería, de Dª Antonia y su hijo, Nicolás.
La sedería de D* María Uriz, viuda de Martos, estaba instalada en el 176 del Coso (número 1 de la calle Hospitalito). Lo sabemos por un importante incendio que calcinó su establecimiento en 1904 (El Progreso del 16 de diciembre).
Puesto de menudeces del mercado de Cantín Gamboa. Aragón Exprés, 23 de febrero de 1970.
Taller de carpintería, número 6.
Diario del Pueblo del 13 de abril de 1893
Fábrica de cerveza alemana de Juan David Lechner, en el ya en desuso Hospitalito en julio de 1846 (Diario de Zaragoza). Ofrecía tres clases de cerveza: la floja del tonel (alemana), la mediana y la fuerte. Las dos primeras eran para beber sin mezcla alguna, y la última con limón. Anunciaba su producto aduciendo que era saludable. En 1849 se trasladó a la calle San Juan el Viejo número 155 (Diario de Zaragoza del 30 de enero de 1849).
Diario de Zaragoza del 26 de enero de 1949.
El Zaragozano del 25 de julio de 1852.
El Clamor Zaragozano, 31 de marzo de 1901.
Taller de Juan Comas Lavila, que permaneció en, ya en el número 13, hasta al menos 1973. Heraldo de Aragón del 13 de octubre de 1934.
El Noticiero del 24 de agosto de 1958.
Fábrica de máquinas hidráulicas, bombas y calderas de Chedufaut, en el extinguido Hospitalico hacia 1840.
Taller de coches de Guillermo Fontán y compañía, en el extinguido Hospitalico hacia 1853. Se trasladó y consta hasta 1864 en la Casa de la Infanta en que se vuelve a trasladar a la calle Ballestar (actual Moneva) número 3.
Celestino Salis, pintor en coches, también se instaló en el viejo Hospitalito. Se trasladó en julio de 1857 a la calle Rufas número 98.
Anuncios, 3 de diciembre 1941.
Fábrica de sacos de los hijos de D. José Palomar, en el número 3 en 1911 (Lealtad del 9 de abril).
Farmacia, en el número 39 desde al menos 1969.
El Anuncio Mensual del 1 de julio de 1916.
Heraldo de Aragón del 5 de julio de 1919.
(Barrio de Delicias): Municipio de la provincia de Teruel, de la comarca Cuencas Mineras. En esa zona hay varias calles dedicadas a pueblos turolenses.
(Barrio de Valdefierro): Nombre de la estrella más brillante de la constelación de Auriga, (El Cochero), y la sexta más brillante del cielo.
(Parque Goya): Los Caprichos es una serie de 80 grabados del pintor Francisco de Goya, que representa una sátira de la sociedad española de finales del siglo XVIII, sobre todo de la nobleza y del clero. En la primera mitad presentó los grabados más realistas y satíricos criticando desde la razón el comportamiento de sus congéneres.
En la segunda parte, durante su enfermedad, abandonó la racionalidad y representó grabados fantásticos donde mediante el absurdo mostró visiones delirantes de seres extraños, considerando esto último el estilo más valioso y auténtico del pintor. Goya concibió inicialmente esta serie de grabados como Sueños (y no como Caprichos).
El parque tiene una superficie de 46.160 m2.
(Barrio de Valdefierro): Una de las constelaciones del Zodíaco, llamada comúnmente Capricornio, sobre todo en lo referente a la astrología. Aunque a veces se representa como una cabra, generalmente se le añade una cola de pez.
En marzo de 1971 se procedió al asfaltado de esta calle por parte de la empresa Técnica y Obras S.A. El Noticiero del 26 de marzo, página 22.
En julio de 1981 se establecieron los sentidos de circulación de esta calle y las adyacentes.
En 2005 hicieron obras para ampliar las aceras.
Vieja parcela bien arregladica de la calle con su típico jardín posterior. Google Maps.
Aragón Exprés del 4 de julio de 1981.
(Barrio de la Jota): Por una torre que los vecinos llamaban Los Caracoles (antigua de los Liñán) por haber muchísimos ejemplares de este tipo de molusco gasterópodo. Su entorno era conocido como las parcelas o barriada de Escudero, y allí creció el barrio conocido inicialmente como parcelación Damán. Sus primeros habitantes los de siempre, obreros migrantes que llegaron para trabajar en las fábricas del cercano polígono industrial de Cogullada.
La vaquería Joaquín Roche estaba en la Torre de Los Caracoles número 6 en los años 20 y 30 del siglo pasado.
El tenor Miguel Fleta trabajó de muy joven, cuando desconocía el tesoro de su garganta, en menesteres humildes en la torre de los Caracoles. El Noticiero del 6 de mayo de 1952, página 2.
La urbanización de la calle se hizo en base a un proyecto aprobado en 1974. El Noticiero del 26 de enero.
Foto de Juan José Espartosa en 1960 en la calle de los Caracoles.
(Plataforma Logística Plaza): Caravís, población celtíbera primero y romana después situada entre Borja y Zaragoza, en la actual villa de Magallón.
(por determinar, en el entorno de la Avenida Cataluña). Joaquín Carbonell Martí (Alloza, Teruel, 1947 – Zaragoza, 2020). Popular cantautor turolense y escritor, autor de 18 discos y 14 libros. Fue reconocido con la Medalla al Mérito Cultural del Gobierno de Aragón.
Hijo de un maestro republicano represaliado por el franquismo y una catalana, estudió interno cuatro años en los Salesianos de Sarriá (Barcelona). Con 15 años abandonó los estudios y entró a trabajar de botones en el hotel Subur de Sitges. Continuó con su dedicación a la hostelería en localidades de la costa catalana, como sumiller y camarero, aunque en invierno trabajaba en el molino de aceite de su familia en Alloza.
Regresó a Teruel en 1966 y retomó los estudios en el Instituto Nacional de Bachillerato Ibáñez Martín de Teruel donde tuvo como profesores a José Antonio Labordeta, Eloy Fernández Clemente (director y fundador de la revista Andalán) y el actual dramaturgo valenciano José Sanchis Sinisterra. Coincidió como alumno con Federico Jiménez Losantos, el expresidente de Endesa, Manuel Pizarro, y Cesáreo Hernández, con quien dio sus primeros pasos musicales.
Allí se considera que nació, de la mano de Labordeta, el movimiento de la Nueva Canción Aragonesa, que incluye a miembros como La Bullonera, Tomás Bosque o el propio Joaquín Carbonell, que en aquel entonces ya comenzaba a componer canciones con mucho sabor aragonés sobre los problemas del pueblo: amor, injusticia, trabajo.
Estudiante de filosofía, interrumpió la carrera en tercer curso para dedicarse por entero a la canción popular. La primera referencia en la hemeroteca la he encontrado en El Noticiero del 18 de diciembre de 1969 donde el articulista lo calificaba de promesa y le criticaba gritar demasiado y su anticlericarismo por su canción "La Beata", de la que decía que tenía fecha de caducidad... Un visionario.
Publicó su primer disco “Con la ayuda de todos”, en 1976, y emprendió un recorrido por todos los rincones de Aragón y la mayoría de capitales españolas. Grabó más de una decena de discos como cantautor, dos de ellos dedicados a la figura del cantautor francés Georges Brassens. Carbonell dirigió y presentó además varios programas de televisión en TVE en Aragón. Posteriormente se inició como poeta y narrador, además de colaborar diariamente en El Periódico de Aragón, donde escribía una sección de entrevistas y la crítica televisiva bajo el título "Antena paranoica". Como músico creó canciones relacionadas con el club de fútbol Real Zaragoza, como son “Corazón de León”, “Zaragol” o el himno oficial del septuagésimo quinto aniversario. También escribió y grabó junto a otros artistas la "Canción para Dimitris".
En 2017 publicó un nuevo disco con canciones inéditas bajo el título El carbón y la rosa. El 23 de abril de 2019 recibió la Medalla de oro en reconocimiento a una trayectoria profesional. Celebró sus 50 años sobre el escenario con un concierto el 2 de diciembre del 2019 en el Teatro Principal de Zaragoza, del que se editó un disco-libro. Su último concierto fue en Grisel (Zaragoza) el 11 de julio de 2020.
Recientemente fallecido por complicaciones derivadas del Covid-19, residió en los últimos años en el municipio de La Joyosa (Zaragoza). Por acuerdo municipal de enero de 2025, será homenajeado con una calle en la nueva urbanización de la Avenida de Cataluña (zaragoza.es).
Joaquín Carbonell ante a placa con la canción "De Teruel no es cualquiera" en Teruel. Autor Aorivear - Trabajo propio, CC BY-SA 4.0.
Concierto 50 años. Grabado en directo el 2 de diciembre de 2019 en el Teatro Principal de Zaragoza.
(Barrio de las Delicias): Mariano Carderera y Potó (Huesca, octubre de 1815 - Madrid, 1893) uno de los pedagogos españoles más importantes del siglo XIX. Ocupó cargos públicos de primer orden, como jefe de negociado en el Ministerio de Fomento, ya en Dirección de Instrucción Pública, ya en universidades, y secretario del Consejo de Instrucción pública.
Hijo de Valentín Carderera Escario (Huesca) y Gracia Potó (Pomar del Cinca), tuvo un hermano banquero, Joaquín. Fue sobrino del pintor de cámara de Isabel II e historiador, Valentín Carderera. Creo que no tenía relación de parentesco alguna con Mariano Carderera Riva, alcalde de Huesca, asesinado en los primeros días de la Guerra Civil de 1936.
Su vida transcurrió en Huesca, Barcelona y Madrid. Dedicado al principio a la carrera eclesiástica, realizó estudios de Filosofía, tres cursos con el grado de bachiller, y seis de Teología en los años escolares de 1829 a 1837, en la Universidad Literaria de Huesca, pero la Guerra Carlista impidió que prosiguiera sus estudios. En la Universidad de Barcelona estudió matemáticas, ampliación de la Física, Química, Mineralogía, Botánica, Zoología y lengua griega.
Casó con Francisca Ponzán Almudévar, de Huesca, y de este matrimonio nació Mariano (Huesca, 1846 – Villagarcía de Arosa, Pontevedra, 1913), importante ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, arquitecto y catedrático.
Mariano Cardeperera Potó, pintado por Valentín Carderera. Ángel Hernando (2016).
Casa de Carderera en Madrid y placa conmemorativa de su fachada. Fuente: By Asqueladd, CC BY-SA 3.0
Fue alumno pensionado por la Diputación Provincial de Huesca para cursar estudios en la Escuela Normal Central de Maestros de Madrid durante los cursos 1839-1841, escuela que había sido recientemente fundada por el médico liberal Pablo Montesino y que tuvo una gran influencia en él. Regresó como director en 1840 como uno de los primeros maestros modernos de instrucción primaria creados en España.
A su vuelta a Huesca, fue clave en la creación y puesta en marcha de la normal oscense de la Escuela Normal de Maestros, que se inauguró el 5 de marzo de 1842, para la que había sido nombrado director por la Comisión Superior de Instrucción Primaria el 1 de mayo de 1841. Debido al excelente papel desempeñado, se le nombró director de la Escuela Normal de Barcelona el 24 de agosto de 1847.
Posteriormente fue nombrado para una de las plazas de Inspector General de Instrucción Primaria por Real Orden de 26 de mayo de 1849, por lo que fijó su residencia en Madrid. Fue uno de los seis primeros inspectores generales nombrados como aplicación del Reglamento de marzo de 1849, cargo que simultaneó con el de vocal de la comisión auxiliar del gobierno de Primera Enseñanza. Años más tarde, fue también secretario (1866) y consejero (1877) del Real Consejo de Instrucción Pública.
Siguió estudios privados, a su costa, de varios idiomas como francés, alemán, italiano e iniciación del inglés, lo que fue clave para visitar los más acreditados institutos de enseñanza en Francia, Alemania, Bélgica, Suiza y Austria.
Como consecuencia de sus inquietudes por conocer las tendencias y corrientes educativas coetáneas, visitó la Exposición Universal de Londres (1862) para conocer la pedagogía lúdica froebeliana y a su vuelta publicó La Pedagogía en la Exposición Universal de Londres de 1862. Asistió también a la de París de 1867 (La Perseverancia del 17 de septiembre de de 1866, página 3) participando como jurado en dicha exposición, en la vienesa de 1873 y en la Filadelfia de 1876 (Diario de Zaragoza del 15 de agosto de 1975, página 2).
Por último, asistió al Congreso de Maestros de París que se celebró en 1881, aunque en estos viajes no se limitó a ser mero representante de la administración educativa sino que aportó sus obras pedagógicas más representativas, recibiendo algunos premios por dichas publicaciones.
Participó en varias publicaciones de educación. Así, Joaquín Avendaño y él respaldaron la Revista de Instrucción Primaria (1849-1851) y La aurora de los niños (1849-1854); fue el único redactor de Anales de la educación (1854-1858) y aconsejó a Anales de la enseñanza. Revista de las escuelas y de los maestros (1875-1880). Tradujo la segunda edición del Curso de Pedagogía o principios de educación pública para uso de los alumnos de las escuelas normales y de los maestros de A. Rendu, una obra aprobada en Francia por el Consejo Real de Instrucción Pública, Tarragona, 1845.
Algunos libros donados por Carderera en una exposición celebrada en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca en 2017.
Trabajó por elevar el estatus socioeconómico, cultural y profesional del maestro. Carderera atribuía un gran valor a la formación de los profesionales de primera enseñanza y les reconocía el poder de cambio social. Al interesarse por conocer nuevas experiencias educativas en el extranjero demostró una actitud abierta y receptiva hacia la innovación educativa y se mostraba partidario de una metodología activa e intuitiva. Sintonizando con los pensadores educativos más relevantes de su época, recomendaba la incorporación de recursos didácticos como salidas al campo, visitas a fábricas o excursiones a pie, que más adelante se incluirían como uno de los supuestos metodológicos de la Institución Libre de Enseñanza.
Jubilado en 1887, fue un gran benefactor de la Escuela Normal de Maestros de Huesca a la que donó mil volúmenes de obras de instrucción primaria (Diario de Avisos de Zaragoza del 10 de octubre de 1887, página 4). Falleció en Madrid, donde los maestros auxiliares de las escuelas públicas de Madrid le tributaron un homenaje descubriendo una la lápida para honrar su memoria en su casa calle de Moreto, número 1 (La Derecha del 5 de junio de 1893).
Fuentes y más información:
"Centenario del fallecimiento de Mariano Carderera Ponzán, ingeniero de Caminos y arquitecto (1846-1916)", de Ángel Hernando del Cura (2016).
"Mariano Vicente Carderera Riva, último alcalde republicano de Huesca, fusilado extrajudicialmente en 1936 por una cuadrilla de falangistas", de Tulio Riomesta (2019).
Calle Carderera durante las obras de pavimentación. Al fondo la avenida Madrid. Aragón Exprés del 27 de septiembre de 1981.
El nombre de la calle se decidió por acuerdo del ayuntamiento en 1959 (El Noticiero del 10 de octubre, página 15).
En 1981 se publicó anuncio de convocatoria de subasta para contratar las obras de pavimentación de esta calle y las de su entorno (Aragón Exprés del 23 de abril, página 19).
Evolución urbanística de la calle. Hasta finales de los años 70 del siglo XX la calle Carderera acababa en un callejón sin salida en el que unas viejas parcelas bloqueaban el acceso a la calle Argel. Según se aprecia en los planos de Margalé, en 1954 la calle no estaba ni siquiera iniciada, pero en 1964 ya se ve que desde el extremo de la avenida de Madrid que se han aplanado algunos solares para abrir la Vía Univérsitas y, paralela a ella, la calle Carderera. En 1971-1974 ya se aprecian dos tramos de la calle Carderera abiertos: el más cercano a la avenida de Madrid hasta casi llegar hasta la calle Argel y el tramo final desde unas decenas de metros antes de la calle Tarazona hasta la calle Daroca. En 1980 la apertura/alineación de la calle estaba completada.
Plano de Margalé de 1964 en el que se remarca lo que sería el trazado de la calle Carderera años después.
Plano parcelario de 1971-1974 de Trabajos Fotográficos Aéreos Información Galtier Hispania (AMZ) donde se remarca el trazado definitivo que tendría años después la calle Carderera.
Foto anterior a 1974 de la calle Carderera sin pavimentar y utilizada como aparcadero de coches tomada desde la esquina con la avenida Madrid. Al fondo aún observamos intactas las parcelas que bloqueaban su salida a la calle San Rafael. Publicada en Aragón Exprés del 21 de octubre de 1978.
Como vemos en estas imágenes de 1974 (con los bloques de pisos de la avenida Madrid al fondo) se procede a derribar las viejas parcelas que bloqueaban el acceso a la calle Argel. Foto de Pilar Borobio Enciso, archivo de la Asociación Paso a Nivel y publicadas por Pascual Orduna Giménez.
Viejas parcelas de la calle. En la acera de los pares, entre los números 16 y 26, a ambos lados del cruce con la calle Tarazona, se encuentran las pocas parcelas primigenias de la calle.
Imagen del número 20 de la calle Tarazona, en su fachada recayente a la calle Carderera y del número 16 de esta última. Goole Maps de 2022.
Estas edificaciones de dos plantas inicialmente fueron fincas rurales que ofrecieron importantes rendimientos a los dueños del terreno y al avispado burgués que las compró y luego revendió en pequeñas parcelas.
En este punto del barrio este proceso parcelador se retrasó hasta los años 50 del siglo XX, 40 años después de las primeras ventas de parcelas del barrio en torno a las calles Delicias y Unceta.
En este caso se denominó Parcelación Valtueña y se vendieron en 1953. La licencia de obras para el tramo Tarazona 19-25 y Carderera 24-26 fue concedida en 1953, aunque en el catastro no figuran construidas hasta 1965. En 1954 se concede la licencia de obras para el tramo Tarazona 20-26 y Carderera 16-18, obrándose ya ese mismo año.
Estas dos fases crearon un tramo completamente armónico e incluso simétrico, con 6 casas a cada lado, todas de dos altura. Este planteamiento contrasta con las parcelaciones primitivas del barrio, donde la construcción corría a cargo de cada comprador y por tanto reinaba la heterogeneidad. Otra diferencia con esas primeras parcelaciones de otras zonas del barrio es que estas casas ya no tienen patio con huerto.
Fuente: Manuel Zaragoza, Grupo Delicias Nostálgicas.
Parroquia de Santo Dominguito de Val, en el número 1.
Santo Domingo de Val hace referencia a un niño zaragozano imaginario del siglo XIII que, siendo monaguillo, supuestamente fue martirizado. Un bulo que sirvió de justificación y acelerante del odio de los cristianos hacia el diferente, en este caso los judíos, dos mil en esos momentos en la ciudad. Más información en Santo Dominguito de Val, calle.
La primera noticia en prensa de esta parroquia la he encontrado en El Noticiero del 20 de septiembre de 1969, página 10. Habla de que se había fundado un cine "pesetero" en 1953 por el cura Julián Matute Hervías (canónigo del Pilar y fundador/director del Colegio Santo Domingo de Silos en Las Fuentes) en 211 de la avenida de Madrid (la calle Carderera aún ni existía), con la ayuda económica de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja. Vivió en la calle Graus número 2. En 1978 ya me consta que estaba cerrado.
Desde sus inicios, encima de la parroquia de Santo Dominguito de Val, había una sala de cine con el mismo nombre oficial de "Santo Dominguito de Val", pero que todos en el barrio conocían como el cine “pesetero”, con salida a la calle Argel.
Estas salas de proyección se conocían por "cines peseteros" porque inicialmente costaban una peseta, un precio asequible por estar situados en barrios obreros y ser frecuentado por la chiquillería de la parroquia. Los chicos del barrio acudían los domingos a ver un programa de sesión doble seleccionado por el cura de turno y en el que se cortaban las partes "poco apropiadas" (un simple beso entre una pareja). A los asistentes a catequesis sólo les costaba 50 céntimos y los monaguillos entraban gratis. Se vendían gaseosas y "chupones" (barrillas de caramelo que hacían en punta y pinchaban a los de delante). Los asientos eran simples bancos de madera.
Miembros de la parroquia Santo Dominguito de Val delante del edificio Telefónica de la avenida de Madrid. Foto de Lola Cuesta Escolano de 1968.
Julián Matute a su llegada a nuestra ciudad. El Noticiero del 14 de julio de 1951.
En este caso concreto estaba regentado por el cura Julián Matute, "el de la varica", que exigía echar un rezo antes de comenzar la película y si te portabas mal cuando se apagaban las luces, te pegaba con ella en la cabeza. También era habitual que tapara la pantalla con la mano cuando los protagonistas se daban un beso, con los consiguientes pitidos de los chavales, y que interrumpiese la proyección para sermonear a los asistentes. Al final de la película este cura anunciaba el programa del siguiente fin de semana.
En estas labores de vigilancia de la chiquillería le ayudaba, vestido con bata azul, el conocido como "el Gorra", del que decían que era más bien "cortito" y que normalmente se ubicaba en la puerta controlando el acceso y durante la película avisaba al cura si te "arrimabas" demasiado a alguna chica.
Era el segundo de los cines "educativos" o de catequesis fundados por Julián Matute, porque ya en 1951 había fundado uno el número 19 de la calle Alonso V.
El padre Matute, siendo director del colegio Santo Domingo de Silos, estuvo en el centro de la polémica en 1979 por sus métodos didácticos (castigos corporales graves), por gestión autocrática del centro, por el acoso a alumnado de familias "rojillas" y, fue la gota que colmó el vaso, por expulsar a 24 alumnos, lo que les dificultaba enormemente el derecho a la escolaridad al no haber otros centros educativos en el barrio. Aragón Exprés del 25 de septiembre de 1979, página 15. Ver más en Santo Domingo de Silos, calle.
En 1966 el barrio había crecido mucho y, con él, el número de feligreses y la distancia que deben recorrer para acudir a los oficios, por lo que se anuncia la división de la parroquia de Santo Dominguito creándose una nueva, la de Nuestra Señora de Guadalupe (ver más en Martínez, calle de Eloy), junto a los terrenos de psiquiátrico (actual parque de las Delicias). La división no era simplemente por motivos religiosos, en la España de la dictadura una nueva parroquia implicaba más dinero público por el Concordato entre la Santa Sede y el Estado español. El Noticiero del 30 de octubre de 1966.
(Barrio de Delicias): Se le puso ese nombre por la cercanía de la estación de Cariñena, situada donde hoy está la calle Santander, muy próxima a la estación Campo del Sepulcro, y de la que actualmente no queda nada.
Para escribir esta entrada he tomado como referencias fundamentales el libro de Pascual Orduna “Delicias. Mitos y leyendas” (2021), la web "Ferrocarriles de España" de Juan Peris Torner, y un artículo al respecto publicado del Heraldo de Aragón del día del Pilar del 12 de octubre de 1983, entre otras cosas.
Los antecedentes de este ferrocarril son una primitiva autorización de 1857 destinada al estudio de un ferrocarril entre Zaragoza y Cariñena, pero no se materializó. El intento bueno se materializó en 1881 la “Sociedad General de Obras Publicas” presentó un proyecto solicitando la concesión de un tranvía a vapor de Zaragoza a Cariñena, acompañado de la carta de pago del 1% del valor del tranvía en concepto de garantía. Se otorgó la concesión a Juan Font Iglesias, con la condición de concluir la línea en tres años y depositar en concepto de fianza 119.726 pesetas que representaba el 3% del valor del presupuesto cifrado en casi cuatro millones de pesetas.
La concesión se otorgó el 5 de diciembre de 1884 y Juan Font Iglesias, solo cuatro meses después, cedió sus derechos de la concesión a la “Compañía del Ferrocarril de Cariñena a Zaragoza” constituida el 17 de enero de 1885, en Barcelona. Podemos entender la excepcionalidad que suponía esta concesión ferroviaria si tenemos en cuenta que el ferrocarril llegaba a Cariñena, una simple capital de comarca, antes que a capitales de provincia como Teruel (1901).
La construcción de los 46 kilómetros de la línea de Cariñena a Zaragoza se inició el 10 de diciembre de 1884. Corrió a cargo de la Sociedad General de Crédito de Barcelona que dirigía el ingeniero alemán Germán Schierberk, cónsul de Dinamarca en la ciudad condal. La concesionaria fue la “Compañía del ferrocarril de Cariñena a Zaragoza”. Una de las obras más importantes que tuvo que acometer fue el "Puente de los Canales", cerca de María de Huerva.
Estación de Cariñena en 1944. Foto de la colección de Paco Monzón tomada de una exposición de la que no tengo datos.
Brigada de obras entre Villarreal y Cariñena. Foto: fondo de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de Cariñena. Fuente: Ferrocarriles de España.
De arriba a abajo y de izquierda a derecha, el tren inaugural, el retrato de D. Germán Schierbeck, la derecha la máquina explotadora, arco inaugural en la estación zaragozana y puente de los Canales. Montaje realizado en 1887 de fotografías de Rómulo Zaragoza sobre fotos de remitidas por Juan Sancho y Serrano. Fuente: A.M.Z.
Película Gigantes y Cabezudos de Florián Rey, en el que se ve la estación de Zaragoza del ferrocarril de Cariñena.
Se construyó para dar salida a la producción de vino y otros productos agrícolas e industriales de la comarca de Cariñena y exportarla a otras regiones españolas y hasta a Francia a costes razonables. Con esta infraestructura la producción de la comarca se enfocó a la venta a gran escala en vez de al autoconsumo aprovechando el bajón en la producción francesa por los efectos de las epidemias en sus viñedos entre 1877 y 1887. Además, se permitía el viaje en el día a la capital regional, por un precio asequible y con dos frecuencias diarias.
La línea de Cariñena partió en su viaje inaugural de la estación de Zaragoza el 10 de agosto de 1887 a las cinco y media de la mañana bajo un arco engalanado. Su máquina explotadora, engalanada para la ocasión, llegó tras un agradable viaje entre viñedos y olivares conducida por el ingeniero señor Presas, que se encargaba de la dirección, y del señor Schierberk, que lo hacía del freno.
Las autoridades y la banda de música del regimiento de infantería viajaban en él, siendo recibidos con múltiples muestras de alegría en las estaciones intermedias de Cadrete, María de Huerva, Muel y Longares, por la prosperidad que traía a toda la comarca. Además se pusieron en funcionamiento cuatro apeaderos en Casablanca (cerca del puente del Canal), Cuarte, Santa Fe y Botorrita. La llegada a la estación cariñense fue antes de las 8 de la mañana.
Personal de la estación de ferrocarril de Cariñena en la estación maña hacia 1915. En la primera se ve la locomotora número 5 "Cataluña" en la estación de Zaragoza, propiedad de Mariano Pallarés y publicada en un libro del que no he apuntado los datos. En la segunda, de una web de subastas, de nuevo el personal de la estación frente a la puerta de acceso a la sala de equipajes.
El trazado por nuestra ciudad discurría por Duquesa Villahermosa y el barrio de Casablanca (Vía Ibérica y calle de la Vía, de ahí su nombre), hasta la carretera de Valencia.
Para sus dos trenes diarios contaba con cinco locomotoras fabricadas en Inglaterra por la empresa Sharp Stewart. El primero, llamado “el correo” salía a las 9 y llegaba a Cariñena a las 11:03 horas. El otro era “el mixto” y lo hacía entre las 17:16 horas y las 19:18 h. El precio del billete para el trayecto completo era de 5.75 pesetas en primera, 4.35 en segunda y 3.90 en tercera clase. Por la noche quedaba cerrada a toda circulación.
La estación terminal de Zaragoza estaba entre las calle Santander y Tarragona. Los periódicos de la época decían de ella que tenía un "edificio pequeño y unos jardines adornándolo. Con un andén que parecía el paseo de un pueblo. Con unos muelles atiborrados de mercancías, entre las que siempre predominaban los bocoyes del rojo y sustancioso vinillo de la comarca. Era una estación pequeña con sus trenes minúsculos y muy pintoresca por el tipo de viajeros que la frecuentaban: labriegos humildes cargados de alforjas, que se conocían todos, por la proximidad de sus vecindades y que se preguntaran a voces, de coche a coche, por sus familias y por sus haciendas". Heraldo de Aragón del 2 de abril de 1933, página 7.
La comunicación con el centro de la ciudad estuvo asegurada con uno de los dos ramales del tranvía de Madrid, después línea Delicias (eléctrico desde 1902), que partía de la plaza de la Constitución (hoy plaza de España), hacía su recorrido por el paseo de la Independencia, las calles Cádiz, Hospital, Misericordia, Pignatelli, la estación de Madrid (Campo del Sepulcro), hasta llegar en la estación de Cariñena. Los que iban a pie o en carruajes o tartanas llegaban normalmente por lo que hoy sería la calle Anselmo Clavé,
Este tren sirvió de transporte de multitudes para presenciar en Valdespartera las primeras exhibiciones de aviación de los pilotos franceses Tixier y Gamier a primeros de octubre de 1912.
Prudencio Invernón Pérez, fue durante muchos años el Jefe de la Estación de Cariñena y persona muy apreciada en la ciudad. Tenía casa en la calle Hospitalito, actual Cantín y Gamboa y falleció el 4 de diciembre de 1939, estando ya jubilado.
A pesar de su éxito inicial de la línea, en seguida se vieron sus limitaciones, la principal era no se enlazaba con las redes de MZA ni de Norte. Como se encontraba a 8 metros más elevada que la estación del Campo del Sepulcro, cuando decidieron unir ambas estaciones (por la actual calle Vicente Berdusán), tuvieron que hacer importantes trabajos para salvar el desnivel.
A partir de 1903 las plagas (filoxera y mildiu) y el aumento de los impuestos a las bebidas alcohólicas hicieron la línea deficitaria, lo que motivó que en abril de 1913 la Compañía de Ferrocarril Central de Aragón adquiriese la mayoría de las acciones como parte del Plan de Ferrocarriles Secundarios. Su idea era unir el trazado Zaragoza-Cariñena con el de Daroca-Valencia. La inauguración del último tramo de 120 km de la línea de la vía ancha Caminreal-Valencia tuvo lugar el 2 de abril de 1933, pasando todo el personal de la extinguida Compañía de Cariñena, en la del Caminreal.
Con la inauguración de la línea de ancho estándar Caminreal-Zaragoza, la línea de Cariñena quedó fuera de servicio el 28 de febrero de 1933. La antigua estación en Zaragoza, por la que casi todos los zaragozanos habían pasado y pese al buen servicio que había dado, fue abandonada en favor una nueva estación ubicada junto a la actual avenida de Navarra y que recibió el nombre de estación de Caminreal.
Desconozco el año en que fue demolido el edificio de la estación pero me consta que un año después (La Voz de Aragón del 20 de enero de 1934) se hicieron gestiones para habilitar el edificio de la abandonada estación de Cariñena como sede provisional de la Facultad de Veterinaria, siendo concedida tal autorización. En 1944 consta como sede 5ª Unidad Veterinaria Militar. Poco después se debió consumar su demolición para urbanizar la parcela y descongestionar el barrio de las Delicias.
El trazado de la vía fue desmantelado antes de 1935 y hacia finales de esa década se abrió al paso de automóviles y mejorar los accesos al pujante barrio de Las Delicias y a la nueva estación de Caminreal por lo que ya en los años 50 del siglo XX se denominarían calles Santander y Duquesa Villahermosa.
Copla Mefisto en el Heraldo de Aragón del 5 de abril de 1933.
La Voz de Aragón del 28 de febrero de 1933.
La línea de Cariñena fue el primer ferrocarril de vía estrecha de la ciudad llegó a nuestra ciudad, pero no el primer tren ni la primera estación de la ciudad, porque 25 años antes había llegado la primera locomotora de ancho estándar de la línea Barcelona a Zaragoza a la estación del Campo del Sepulcro.
Su ancho de vía era menor que las líneas de gran recorrido por lo que supuso la limitación del servicio y su posterior desaparición. Los ferrocarriles de ancho de vía estrecha tienen radios de curva pequeños y vías con estructuras más pequeñas, por lo que son sustancialmente más económicos de construir, equipar y operar que los ferrocarriles de vía de ancho internacional o estándar, que permiten tener mayores capacidades de carga y mayores velocidades. Habitualmente los ferrocarriles de vía estrecha fueron construidos como parte de empresas explotadoras o manufactureras y eran principalmente ferrocarriles industriales antes que de transporte general. Con la desaparición de la línea Cariñena-Zaragoza tras 46 años de existencia ya no quedó en la ciudad otro ferrocarril de vía estrecha que el de Utrillas, que estuvo activa entre 1904 y 1966.
Alrededor de la estación surgió el denominado barrio de Cariñena, primero, o de Salamanca, después; una zona industrial con fábricas, campos desolados, acequias y, hasta hace pocas décadas, coches abandonados, que no se comenzó a urbanizar hasta el derribo de la estación. En esos años 50 y 60 del siglo XX fue también lugar habitual de instalación de los circos que visitaban la ciudad. Un ejemplo es el circo alemán "Berlín Zirkus 64" en el Pilar de 1964 (El Noticiero del 2 de octubre).
Tras la clausura en 1933 del ferrocarril Cariñena-Zaragoza, el tendido viario de esta línea fue desmantelado, y la estación término en la ciudad quedó en suspenso, con su muelle de carga, depósitos de máquinas, cobertizos, balsa de agua, cochera y edificio principal abandonados, en medio de una industrial zona marcada por la potente presencia de los talleres de Carde y Escoriaza.
El edificio fue finalmente derribado a inicios de los años 50 del siglo XX.
La Voz de Aragón del 1 de enero de 1933.
Foto aérea de un momento entre 1935-1936 del entorno de la Estación de Cariñena, remarcada en amarillo. En la segunda imagen se señala en azul el recorrido de las vías que salían de la estación (actual calle Duquesa Villahermosa) en esos momentos ya con las vías desmanteladas, los jardines de la estación (1), el edificio principal (2), el depósito de locomotoras (3), vías de la estación del Campo del Sepulcro M.Z.A. (4), final del paseo de Teruel (5), e inicio de la carretera de Valencia, hoy ya avenida (6) con el círculo que entiendo que corresponde a un circo que visitaría nuestra ciudad. Fuente: Fototeca.
Sección del plano parcelario de Zaragoza Instituto Geográfico y Catastral de 1935 (A.M.Z.) donde se señalan los diferentes elementos de la estación de Cariñena. De derecha a izquierda: vía del tranvía habilitado para transporte de mercancías, por la red tranviaria de la ciudad, kiosco, edificio principal, muelle, balsas, cobertizos, depósito de máquinas, báscula y cochera.
Recorrido de la línea de Cariñena-Zaragoza por la ciudad remarcado en el plano de Borovio y Beltrán de 1938.
Fotos de 1934 en la línea Cariñena-Zaragoza ya clausurada de un automotor de vía estrecha a la altura de las esclusas de Casablanca. Foto del archivo de la CAF (DARA).
Foto del tranvía M-3 en las traseras del edificio de la Estación de Cariñena, entre sus jardines. Este y otros tranvías se habilitaron para llevar y traer mercancías, desde esta estación a otros puntos de la ciudad, por la red tranviaria urbana.
Un trolebús BUT modificado en Escoriaza es remolcado para transportarlo por ferrocarril a San Sebastián. Justo detrás, el edificio principal de la antigua estación de Cariñena. A la izquierda, los primeros bloques de la calle de Tarragona. A la derecha, pretil del puente que salvaba la zanja del ferrocarril procedente de Campo Sepulcro. Texto Proyecto GAZA. Foto del archivo de la CAF, DARA.
Tras quedar sin uso en 1933, a mediados de los años 40 comenzó la urbanización de la zona, con la apertura de la nueva calle de Santander para descongestionar el barrio de las Delicias y facilitar la comunicación desde el sur de la ciudad con la recién abierta estación de Caminreal, evitando el ya saturado paso a nivel de la avenida de Madrid. No tardaron en elevarse los primeros bloques residenciales en la misma.
La abandonada estación de Cariñena, en su parte trasera recayente a Clavé, era utilizada sus últimos años como camino por el que sacar materiales producidos y carrozados en Carde y Escoriaza hacia la estación de Campo Sepulcro.
Comparativa entre el plano de 1938 de R. Borobio y J. Beltrán (Ensanche de la ciudad. Primera Zona Miralbueno. 7ª Sección. Alineaciones), de A.M.Z., donde se marca en negro el perfil de la vieja estación de Cariñena y en rojo las nuevas alineaciones planteadas; con el callejero actual.
Fuentes:
* “Delicias. Mitos y leyendas”, de Pascual Orduna (2021).
* "Aquel ferrocarril de Cariñena", de José Blasco Ijazo en El Noticiero del 24 de julio de 1955, página 11.
* Heraldo de Aragón del día del Pilar del 12 de octubre de 1983.
* Ferrocarriles de España, de Juan Peris Torner.
Recordando su existencia se dedicó una calle a la vieja estación comarcal. Consta en el callejero desde al menos 1909, año en la que he encontrado dos anuncios por palabras en la que ya aparece citada como calle Cariñena (Diario de Avisos de Zaragoza del 2 de septiembre, página 4). En los planos el primero en el que la he encontrado mencionada es en el plano de Martín de 1920.
En el plano de M.A. Navarro (1925) consta como calle del Sol.
Calle de Cariñena reseñada en amarillo en el plano de Martín 1920.
Creo que esta borrosa foto se podría corresponder con el lateral de la Estación de Cariñena. Heraldo de Aragón del 8 de junio de 1934.
El postinero "Barrio de Cariñena" surgió con la estación hacia 1900. Hasta los años 50 el denominado "barrio de Cariñena" se trataba de un barrio industrial donde abundaban los talleres, pequeñas industrias y vaquerías, junto a pintorescos chalets con bellos jardines y verjas. En sus inicios era considerado un paraje natural, por su frondoso arbolado, tranquilo, bello e higiénico.
En tres artículos (La Voz de Aragón del 30 de marzo de 1927, página 8 - Heraldo de Aragón del 26 de enero de 1930, página 9 - El Noticiero del 6 de abril de 1930, página 6) se describe bien el barrio.
Hizo la parcelación don Rafael Pamplona Escudero (con calle cercana dedicada), el cual cedió los terrenos con grandes facilidades para los nuevos propietarios. Los vecinos son en su mayoría altos empleados de las industrias próximas, de las Compañías M. Z. A. y Cariñena, algunos militares y otros elementos de cierta categoría. Algunos comerciantes se han establecido en el barrio, pudiendo decir que no es preciso salir de él para adquirir lo más necesario o de uso más diario y frecuente.
Estaba formado por las calles Cariñena, Moncayo, Pamplona, Gascón, Sol, San Pedro, Ferrocarril y Camino del Cigarral (actual calle Escoriaza y Fabro y principal acceso a la barriada). Las describen como limpias, con aceras y bien trazadas, especialmente las calles Moncayo y Pamplona Escudero. En esos momentos había 75 edificios en el barrio, con unas 250 viviendas para un millar de habitantes.
Desde sus inicios contaba con buenos depósitos de agua potable del Canal Imperial que abastecían por decantación a sus vecinos mediante tuberías instaladas, como era habitual, por los propietarios del barrio. En ese momento estaban construyendo la red de alcantarillado para la que el ayuntamiento solo abonaba una séptima parte.
Como los demás barrios, el de Cariñena nació y creció sin otra tutela y apoyo que el de sus fundadores. Los inicios de estos barrios eran ajenos a los Ayuntamientos, que sólo se cuidaron de los barrios para explotarlos, cobrándoles servicios completamente ajenos al auxilio de las arcas municipales.
Desde sus inicios contaba con buenos depósitos de agua potable que abastecían por decantación a sus vecinos mediante tuberías instaladas a costa, como era habitual, de por los propietarios del barrio. El alumbrado también fue instalado por cuenta suya, siendo sostenido por el ayuntamiento previo pago de 600 pesetas anuales. En ese momento estaban construyendo la red de alcantarillado para la que el ayuntamiento solo abonaba una séptima parte.
El barrio contaba con un vigilante diurno y un guardia nocturno. En las cercanías había varias capillas: la de la fábrica Orús (pública en festivos), la Casa de Convalecientes de la Hermandad de la Sopa y de las Madres Adoratrices. Los niños mayores asisten a colegios de la ciudad, en su mayor parte los chicos al colegio Costa, y las niñas a las MM. Adoratrices en Hernán Cortés. También había un colegio privado de párvulos. La asistencia médica corre a cargo de los médicos de Las Delicias, y farmacia tienen la más próxima en Hernán Cortés.
Las industrias del barrio eran los talleres Escoriaza, Chocolates Orús, Criado y Lorenzo, Industrial del Cartonaje, fábrica de sopas de Torres y Faci, fábrica de pan "La Bilbaína", el depósito regional de la Azucarera de Luceni y la vaquería "La Higiénica", entre otras.
Como principales retos del barrio estaban la pavimentación del Camino del Cigarral (actual calle Escoriaza y Fabro), camino importante y con mucho tráfico de personas y vehículos entre la ciudad y Las Delicias, por les estaciones de tren cercanas y por las fábricas que había en su entorno. El estado de ese camino motivó frecuentes quejas de los vecinos por su estado, con muchos baches que se transformaban en un barrizal con las lluvias (Heraldo de Aragón del 8 de enero de 1931).
A mediados de los años 50 todo cambió. Se eliminaron las viejas parcelas y fueron sustituidas por bloques de pisos con entrada en la calle Santander, quedando solo algunas parcelas aisladas como testimonio de un tiempo que ya pasó. La calle Cariñena dejó de ser industrial y los coquetos chalets la convirtieron en una calle insulsa entre boques de viviendas solo alegrada por el espacio formado por la glorieta del Somontano.
Parcelas supervivientes (números 1 y 3) de 1932 de la calle Cariñena. Google Maps.
Industrias y comercios de la calle.
Entre al menos 1909 y 1939 en el número 11 de la calle estaba la vaquería higiénica "La Holandesa". En 1914 falleció su primer dueño el dueño y fue traspasada a Manuel Sanz, que le puso el nombre, con despacho en la calle Palomeque número 24. El nombre le venía por un tipo de vaca que abundaba en este establecimiento.
Vaquería "La Holandesa". El Noticiero,8/3/1915
* En 1919 también consta en prensa la ebanistería o fábrica de muebles de Antonio Laborda (Heraldo de Aragón del 20 de junio) en ese número 11. Venía de la calle Danzas número 3 donde estaba desde al menos el año 1900. La tienda de venta al público la tenía en la calle San Pablo número 37.
Ese año también consta la existencia de una casa mortuoria en ese número de la calle.
Ebanistería de Antonio Laborda en la calle Danzas. El Clamor Zaragozano, 4/1/1900.
* La industria lubrificante "Criado y Lorenzo", dedicada a la producción de correas y gomas, se instaló en el número 9 de esta calle. Cuando estaba en esta calle Cariñena, uno de los propietarios era Guzmán Lorenzo izquierdo.
Se fundó en 1911 a iniciativa de Antonio Criado González (comerciante de cereales) y el negociante Ángel Lorenzo e Izquierdo, los cuales nombraron a la sociedad como "La Industrial Lubrificante".
Venía de la calle San Miguel número 5 y en los primeros años 20 se trasladaron a esta calle Cariñena, entre las estaciones de Cariñena y Campo Sepulcro, lo que facilitaba el transporte de las material primas y sus manufacturas por ferrocarril, aprovechando las buenas comunicaciones con Cataluña.
Como era costumbre en la poca, los responsables del complejo industrial quisieron construir varias centenas de viviendas para los trabajadores, pero no disponían de terreno suficiente, así que después de permanecer un cuarto de siglo en la calle Cariñena, se trasladaron y construyeron el complejo "Colonia fabril de Nuestra Señora del Pilar", en la carretera de Madrid (actual avenida), km. 319, junto a Los Enlaces. Fue inaugurado en 1940. Su ubicación era
Un accidente por la explosión de una autoclave de vapor en la fábrica de la calle Cariñena se cobró la vida de un obrero en 1935 (Heraldo de Aragón, 27 de marzo, página 5).
Durante la Guerra Civil la empresa estuvo militarizada.
Ver más en Enlaces, rotonda de los
Más información: "Casa Criado y Lorenzo de Caucho", de José Garrido Palacios (2025).
* El almacén y la fábrica de vinos y licores de la "Casa Cerdán y Mansergas" estaba en el número 1 (después en el 7) de la calle en 1923, aunque los inicios de la empresa fueron en 1887. Vendían al detall en la tienda de ultramarinos de Federico Figueras, en la calle Azoque número 110, o en su propia tienda, en el 108 de la misma calle, frente a la calle Cádiz.
Dirigida por Vicente Mansergas, la casa recibió un diploma en le Exposición Hispano Francesa que campeaba en el despacho de la empresa. Vendían a Aragón y exportaban al norte de España.
Cerdán y Mansergas. El Noticiero del 6 de junio de 1923