(Barrio Oliver): José Bosqued Gacía - Molins (Zaragoza, 1915 - 2010). Capellán del barrio Oliver y fundador de la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción y el Patronato Escolar en el barrio.
Miembro de una de esas familias burguesas que hicieron y deshicieron durante el siglo XX en la ciudad, era nieto del fundador de la Sociedad Anónima Farmacéutica Aragonesa (S.A.F.A.), fundada en 1919, y hermano de Ignacio Bosqued García, propietario una farmacia en el paseo de la Independencia y presidente del consejo de administración de SAFA en los años 70 del siglo pasado.
Aprobó sus estudios de escolar y bachiller en 1930 en el colegio de los Corazonistas, pasando posteriormente a estudiar Derecho en la Universidad de Zaragoza. En el año 1943 comenzó la carrera de sacerdote y en 1950 fue ordenado diácono.
El 7 de agosto de 1951 fue destinado al Barrio Oliver por el Arzobispo de Zaragoza y en 1953 funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción junto con 13 vecinos del barrio. Casi al mismo tiempo funda el Patronato Escolar en el barrio con varios de los colegios de la zona. Además colabora estrechamente con D. José Sinues y el Sr. Gómez Laguna, alcalde de la ciudad, en la construcción de la Guardería de San José.
El 23 de junio de 1970 el Papa Pablo VI le concede el título de Monseñor de la Iglesia Católica y en 1979 recibe el premio Inmortal Ciudad de Zaragoza. Construye el complejo parroquial de la plaza Teodora Lamadrid que incluye la Iglesia de la Coronación de la Virgen y el Hogar del Jubilado, así como locales para ocio. Como reconocimiento a toda su labor, Zaragoza le entrega la Medalla de Plata de la ciudad.
En el año 1982 y a petición de todos los vecinos del barrio Oliver, el Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza nombra una de las principales calles del barrio con su nombre.
Falleció el 18 de diciembre de 2010. En el primer aniversario de su muerte se colocó una placa en la fachada de la parroquia de la Coronación de la Virgen una placa en agradecimiento a toda su labor hacia este barrio.
Información obtenida fundamentalmente de lallegada.com.
Bar Lisboa, en el número 6. Abierto en el barrio desde los años 60 del siglo pasado, es uno de los tradicionales del barrio. Su tortilla de patata parece que está especialmente rica.
El padre Bosqued inaugurando en octubre de 1961 la nueva línea de autobuses del barrio Oliver, formada por cuatro autobuses Nazar. Fuente: Archivo Miguel Pascual
(Barrio de la Magdalena): Antiguamente así se denominaba a todo el antiguo barrio (también conocido como barrio del Sepulcro) que comprendía las calles cercanas al coso que había antes de que se abriera San Vicente de Paúl.
(una frase dBARRIO DEL BOTERÓN
Sobre el barrio del Boterón (o del sepulcro): Era el barrio más castizo. Tanto que una frase hecha de los zaragozanos era "ser más castizo que el Boterón". De límites indefinidos, se articulaba en torno a su vía principal, la calle del Sepulcro.
El nombre procede del gremio de artesanos curtidores de botos, botas y pellejos de piel de cabra para guardar aceite y vino durante los siglos XIV y XV. Su fabricación se hace a base de pieles, normalmente de cabra, poniendo el pelo en la parte interior y se calafeteaban con pez, para evitar cualquier pérdida de líquido. Como puede observarse esta ubicación esta próxima al barrio de las Tenerías, que era donde se curtían las pieles.
Los boteros vivían en las calles del Conde Alperche, plazuela de Santa Rosa y otras del sector que en la actualidad han desaparecido total o parcialmente, con ocasión de la apertura de San Vicente de Paúl.
En el callejero del siglo XV:
* Callizo de Domingo Vero, aunque desconozco cuál sería su ubicación exacta, debió estar junto al templo. Era el nombre de un vecino ilustre de la calle.
Delimitación del barrio del Boterón en plano de Casañal de 1908 en comparación con el plano actual.
* Postigos.
Junto al convento del Santo Sepulcro, en la parte de la ribera, se abrió en 1302 un postigo para que los arráeces (patronos de barcas fluviales), parroquianos en su mayoría de San Nicolás, tuvieran un acceso más fácil al Ebro. Fue el rey Jaime II quien concedió la oportuna licencia para el retranqueo. En el siglo XY continuaba abierto este portillo (que hoy está obstruido por edificaciones), saliendo a él la calle denominada del Hospicio de Nuestra Señora de Monserrate.
Siguiendo por la ribera y muy próximo al anterior encontramos el postigo de Aguadores, poco más o menos en la actual calle de Gavín. A él salía la calle denominada del postigo de Aguadores, junto al cementerio de La Seo. No hay constancia de la fecha en que se rompió el muro si bien podrá ser éste el portillo que abrió en 1327 el caballero Galacian de Tarba, con la oportuna licencia de Jaime II, para comunicar sus posesiones a ambos lados de la muralla.
Fuente del texto y plano de: "ZARAGOZA EN EL SIGLO XV. Morfología urbana, huertas y término municipal", de María Isabel Falcón.
A este respecto uno de los pocos vestigio del viejo u desaparecido Boterón persiste a duras penas en el número 26 actual de la calle del Sepulcro, junto al bar Boterón. Allí hay un portalón de madera tras el cual estaría, el callejón de la Pluma, un callizo sin salida que se prolonga en desnivel hacia su final cuyo nombre se le puso en en 1863 sin ningún motivo especial.
Plano de Martín de 1920 donde se ve ese callejón de la Pluma y el portalón actual detrás del que estaba antes de los derribos.
Dibujo Martín Durbán publicado en el Heraldo de Aragón del 7 de julio de 1922 que muestra una parte del viejo Boterón que desapareció después de la Guerra Civil. Tomado del libro Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957).
Históricamente era un barrio de nobles y palacios. Contaban en un reportaje de El Noticiero del 29 de enero 1966 que en el barrio de El Boterón se encontraban a cada paso arcos y aleros, puertas y balcones, grandes patios, timbrados con escudos y blasones que nos hablaban de de las linajudas familias que los habitaron, llegando a decir que "por aquí pasó la historia". La cercanía a la puerta del Sol, las plazas del Reino y de la Seo, al convento del Santo sepulcro, al Coso y a la Universidad era un buen reclamo para que allí se asentasen algunas de los más nobles apellidos de la ciudad y una buena parte de sus ricos comerciantes.
A finales del siglo XIX el barrio se fue quedando lejos de la parte más moderna de la ciudad (calle Alfonso, Independencia, plaza Aragón) y perdiendo el atractivo para sus nobles vecinos que fueron dejando paso a otro tipo de vecindario. Los imponentes casas señoriales donde antes vivía una familia con sus criados se transformaron en casas de vecindad dividiéndose el espacio para meter todas las de viviendas posibles y decenas de inquilinos. Y claro, poco a poco se fue degradando, viéndose como algo viejo, y sus estrechas y tortuosas calles, sus viejos callizos, eran mal vistos por los partidarios de grandes avenidas.
A principios del siglo XX lo abigarradado de su callejero, unido a la vejez de sus moradas, su hacinamiento y las deficientes condiciones higiénicas (sin alcantarillado y sin pavimentar hasta la apertura de San Vicente de Paul) lo convirtieron en un foco de insalubridad y delincuencia donde se concentró una parte importante de la población gitana de la ciudad. Tanto es así que se lo consideraba el punto más sucio de la ciudad, pobre, oscuro y cañí. En el año 1885, el cólera hizo estragos en la ciudad y en este barrio se enseñoreó haciendo verdaderos estragos, arrojando la mortalidad una del 40% sobre el resto de la población.
Estaba sentenciado, todos los planes urbanísticos desde 1860, fervientemente defendidos por los interesados periódicos locales, solo contemplaban piquetearlo para romper su estructura urbanística casi impenetrable y expulsar masivamente a sus inquilinos tradicionales hacia la periferia.
Entre el 8 y el 14 de diciembre de 1933 se inició en Zaragoza una revuelta anarquista que puso patas arriba la ciudad y fue epicentro de réplicas por toda España. Como tomo del artículo de Paco Sanz, fue como una versión maña de la "Semana Trágica" de Barcelona. Aunque había habido enfrentamientos las horas previas en otros puntos de la ciudad, la revuelta se intensificó en este barrio del Boterón con enfrentamientos desde la calle Conde Alperche (calle desaparecida al inicio de la actual calle San Vicente de Paúl desde la ribera del Ebro) hasta la desaparecida plazuela del Reino (Ver más en San Vicente de Paúl, calle de).
En dicha plaza tuvo lugar una dura pugna que se saldaría con varios heridos y un muerto. Los anarquistas disparaban desde el número 29 de la calle Palafox, logrando incluso tomar la torre de la Iglesia de la Magdalena (o la de San Nicolás) de la que serían desalojados por los guardias de Asalto. Los días siguientes se cortó la luz y se prohibió salir a la calle a los vecinos del barrio.
Fuente: eldiario.es (parte 1) - eldiario.es (parte 2), ambos de Paco Sanz.
Como curiosidad nos cuenta Gil Comín en El Noticiero del 7 de junio de 1974 (página 18) que uno de los primeros "tiovivos" que rodaron por el mundo fue ideado por un gitano de este barrio que empleando la fuerza motriz de su matalón (caballería flaca y endeble) o de él mismo la hacía girar sin cesar en viajes de a perrilla.
Calle Palafox en 1933. En la portada de una revista donde guardias de asalto posan recreando los sucesos de 1933 en el cruce entre la calle Palafox (la que se ve tras el camión) y las desaparecías vías del Chantre y del Conde de Alperche (a la izquierda). Foto de Martínez, para revista "Nuevo Mundo", diciembre 1933. Proyecto GAZA.
Pero de momento los planes urbanísticos antes descritos se habían quedado en proyectos sin ejecutar y ninguna amenaza se había cumplido, pero la Guerra Civil lo cambió todo. Ya el 18 de julio de 1936, cuando ya se sabía que la guarnición se había sublevado, con el pretexto de evitar disturbios, un destacamento de la Guardia de Asalto se dirigió al Boterón donde encontró algo de resistencia por la alta concentración allí de obreros anarquistas que ya habían protagonizado una importante revuelta anarquista de 1933. Como habréis intuido, muchos de este barrio fueron fusilados poco después.
Seguro que este aspecto también influyó en los gobernantes franquistas para pasar de las palabras a los hechos. La primera mutilación del entorno se acordó bajo el pretexto de higienizarlo, pero seguramente también pretendía a limpiarlo de "rojos".
Pasada la contienda la barriada todo se materializa en la apertura de la calle San Vicente de Paúl y la primera reforma del barrio del Sepulcro expropiando los solares laterales a las nuevas calles para revenderlos con fines especulativos en lotes mayores una vez hecha la urbanización. Completada en apenas quince años, supuso la alteración profunda de más de un tercio de la superficie del casco romano y la expropiación y el derribo de ocho hectáreas de inmuebles privados. Ver más en San Vicente de Paúl, calle.
La zona antes de la apertura de San Vicente de Paúl (Martín, 1920) y después, tomada libro "Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957)".
En la década de los 60 lo que quedaba del viejo barrio se componía mayoritariamente de casas viejas y en mal estado de dos plantas, con mayoría de población gitana y animales domésticos (caballerías, cerdos, etc) con ellos. La convivencia entre gitanos y payos parece que era buena a tenor de algún artículo que he leído de esa época. Aunque había gitanos ricos, la mayor parte eran chamarileros y continuaban dedicándose, como siempre lo hicieron, a la venta de caballerías y a la cestería, de la que decían que eran unos virtuosos y que vendían a la puerta de sus casas.
Foto tomada desde el paseo Echegaray Caballero frente al número 150 aproximadamente en una toma imposible de repetir ahora y que da muestra del nivel de destrucción que del viejo barrio producido. Aragón Press del 14 de junio de 1973.
Entre 1965 y 1980 recibió la puntilla definitiva con el ensanchamiento de varias calles, la destrucción de muchas de sus viejas casonas y la eliminación de callejuelas y callizos de nombres ya olvidados que dotaban al barrio de una personalidad especial (Garro, Retiro, Pallaruelo, Grillo, Monserrate y Lobo, Silencio, de la Rosa y Esmir) en pro de un desarrollismo poco respetuoso con el patrimonio de todos.
No solo se perdieron elementos materiales, también se esfumaron en poco tiempo sus habitantes tradicionales cuando las expropiaciones forzosas y los negocios urbanísticos empujaron a la emigración a los gitanos del Boterón a otros núcleos chabolistas de la ciudad, como el cercano Arrabal o las graveras de La Paz. Con ellos se perdió en nuestra capital cultura inmaterial, gritos expresivos, frases típicas e interjecciones chocantes de la Zaragoza más castiza.
Ver más en Sepulcro, calle del; San Vicente de Paúl; Piedad, plaza de Nuestra Señora de la; San Nicolás, plaza de; San Bruno, plaza de.
El Boterón en1958. La foto se hizo desde un punto de la calle Sepulcro cercano a la plaza de San Nicolás. El edificio del fondo, a la derecha de la foto, corresponde con el de los números 43 a 47 de San Vicente de Paúl. Foto de Gerardo Sancho Ramo (AMZ). Fuente: Proyecto GAZA.
Cofradía de la Virgen de la Piedad. San Nicolás era considerado el santo milagroso por excelencia en la ciudad y mucha gente acudía los lunes a hacerle peticiones. Los vecinos, muy devotos ellos, fundaron la Cofradía en 1937 y desde entonces recorre el barrio en la noche del Jueves al Viernes Santo. Como la Magdalena y el Boterón eran habitados principalmente por familias gitanas la Cofradía pasó a ser conocida entre la población con el sobrenombre de "la Cofradía de los gitanos". A su paso las mujeres elevaban a sus hijos, se cantaban saetas enfervorizadas y los gitanos rezaban arrodillados en un silencio absoluto al paso de la peana.
El día 15 de abril de 1938, a las cero horas, saldría la primera procesión propia de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad. El día, la hora y el recorrido se han mantenido invariables hasta hoy: iglesia de Santa Isabel, Manifestación, Alfonso I, Coso, Plaza de España, Don Jaime, Plaza de la Seo y calle del Sepulcro hasta la iglesia de San Nicolás. De la cofradía no os digo más porque si queréis saber más lo mejor es ir a la web de la cofradía: lapiedad.es
Foto de Coyne (DARA), posterior a 1955, de la cofradía de los Gitanos saliendo de la iglesia de San Nicolás. Por Arturo Bayod supe que es posterior al año 1955 porque la Virgen lleva la corona actual.
Fuente visual: Archivo Mora (DARA). Al fondo se ve la calle Sepulcro y el inicio de la calle Gavín.
LA CALLE DEL BOTERÓN
Aquí estuvo hasta los años 80 la calle Pallaruelo (o Pallazuelo). Esta calle era la continuación a la calle Gavín y terminaba en un fondo de saco sin salida al paseo del Ebro.
Parece ser que antes de la Guerra de Sucesión (principios del siglo XVIII) se llamó calle Bual.
El posterior nombre de Pallaruelo se explica en el Correo de Aragón (Diario de Zaragoza) del 10 de julio de 1868, y no debemos confundirlo con otro Tío Pallaruelo (ver más en calle Boggiero) de mediados del siglo XIX.
"Pallaruelo era un zapatero remendón cuyo tenducho era el punto donde se reunían a chismografiar todas las comadres del barrio. Durante la Guerra de Sucesión Pallaruelo se constituyó en furibundo tribuno de la causa del Archiduque, y en la Batalla del Barranco de la Muerte, asistió como voluntario, batiéndose con valor y regresando a casa con el botín suficiente para no coser más zapatos. Rico ya, Pallaruelo compró la casa que había vivido durante su pobreza y aunque se portó como bueno, al subir al trono Felipe V (solo medio año después), el antiguo zapatero tuvo que emigrar como todos los partidarios del Archiduque [...]".
Hay varias versiones de esta historia. Algunos cuentan que la tienda la tenía en las Tenerías... Pero esta la primera fuente de la misma que conozco, por lo que la reproduzco textualmente. La calle pervivió con esta denominación hasta finales de los años 50 del siglo XX.
La Crónica del 3 de diciembre de 1913.
La vieja calle Pallaruelo actualmente se corresponde espacialmente con la actual calle del Boterón, pero esta con salida al paseo.
Esta ampliación y alineación de la calle hasta Echegaray ya estaba prevista en 1923 para higienizar el barrio (El Noticiero del 2 de septiembre de 1923, página 1) y parece que se consiguió (Heraldo de Aragón del 18 de septiembre de 1923, página 3), temporalmente al menos porque en el Heraldo de Aragón del 23 de noviembre de 1932 ya estaban solicitando su apertura al paseo de nuevo.
La apertura, alineación y cambio de nombre definitivo de la calle parece que se completó en 1964 (plano de Margalé).
Calle Pallaruelo en una acuarela de A. Ruste (DARA)
La zona en guía urbana de los años 60 editada por Comercial Josán.
Escuela Roger de Lauría, estaba en el número 7 de esta calle en los años 70 del siglo XX. Expedían títulos náuticos.
Roger I de Lauria (Reino de Sicilia, 1245 - Cocentaina, Reino de Valencia, 1305). Marino y militar italiano al servicio de la Corona de Aragón. Fue almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia, la cual dirigió brillantemente durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón. Se le concedió el condado de Cocentaina (Alicante) como recompensa por su trayectoria militar al servicio de la Corona de Aragón.
Hogar del Pensionista, en el número 2. Fu el primero de su género en Zaragoza. En 1971 una orden ministerial creó el Plan Nacional de la Seguridad Social de Asistencia a los Ancianos. En realidad se trata de activar el plan gerontológico nacional, que pretendía poner en marcha doscientos hogares y clubs de pensionistas, centros geriátricos a discreción, cincuenta residencias, ayudas domiciliarias, etc. Don José Royo Sagartizábal fue su primer administrador y en una entrevista explicaba que todos los servicios, menos los de bar, eran gratis y que contaba con dos salas recreativas (para juegos de cartas y similares, y una de televisión) y una biblioteca.
Aragón Press del 2 de julio de 1971.
El Hogar del Pensionista poco después de abrirse al público (DARA).
(Barrio del Arrabal): Localidad y municipio situado en el sur de la comarca de Zaragoza, a 22 km de la capital. En este municipio se encuentra la población celtíbera de Contrebia Belaisca del siglo IV y V a. C., en ella se han encontrado los famosos Bronces de Botorrita que se datan en el siglo I a. C.
Hasta 2023 había unos viejos toboganes de aspecto ochentero. Finalmente, debido a su estado lamentable y peligroso, fueron eliminados.
Fuente: barrioszaragoza.org
(Barrio de Valdefierro): Boötes, (el pastor de bueyes = Boyero), es una de las 88 constelaciones modernas. Boötes parece ser una figura humana grande, mirando hacia la Osa Mayor.
Toda esa zona del barrio está dedicada a constelaciones y objetos celestes.
Viejas parcelas al inicio de la calle Boyero. Foto Google Maps de 2024.
Los talleres de Muebles LACASA estaban en el nº 20. Llegaron a ser los principales patrocinadores del Vuelta a Aragón de 1976. Eran propiedad de Manuel Palomares, que tenía establecimientos de Corona de Aragón 22 y 24, y en la esquina de las calles Embarcadero, escuela y Vía (lugar donde nació la firma). Aragón Express del 10 de febrero de 1979.
Pequeña parcelación dentro del barrio de Las Delicias de finales de los años 30 en el entorno de la torre los Chicharreros. Se llegaba a la misma por el camino de la Mosquetera que arrancaba en la actual plaza Roma. Se situaba entre los caminos de la Mosquetera y de la Cabra, junto a los que discurrían las acequias del mismo nombre.
Históricamente nació como barrio de carácter rural con edificaciones de una sola planta y alguna torre en las actuales calles María Guerrero, Díaz de Mendoza, Castilla y Álava, perpendicular a las otras, con el resto del polígono dedicado al cultivo de cereales, viñas y olivos. La razón de esas primitivas edificaciones muchas veces autoconstruidas era la escasez de vivienda (o de recursos para pagarla) a la que tenían que enfrentase los que venían de los pueblos buscando una vida mejor en los inicios de la industrialización de la ciudad.
Evolución de la parcelación de La Bozada en planos de 1925 (Navarro), 1938 (Borobio y Beltrán), 1947 (Blasco Ijazo), 1958 Beltrán, 1964 (Margalé), 1980, 1993. Se remarca en rojo la parcelación La Bozada, en azul el Psiquiátrico (actual parque de Las Delicias) y en verde el colegio de las Paulas (denominado oficialmente Santa María Reina). En el primer plano se destaca en morado el amino de la Mosquetera y en amarillo el camino de la Cabra.
Los primeros vecinos parece que eran jornaleros y labradores de las torres vecinas y en los patios de sus parcelas tenían un pequeño huerto y criaban algunos animales para consumo propio para complementar la economía familiar.
Así en el plano parcelario de 1937 las calles aparecen sin nombre y apenas hay una docena de viviendas levantadas. Las más grandes se ubican en la parte este de la calle Castilla, una torre (la de los "Chicharreros", un horno de pan y un tejar. En esos años ya contaba con dos tabernas.
Hasta 1933, apenas unos metros al este pasaban las vías del ferrocarril de Cariñena, de vía estrecha al que los vecinos llamaban el "Escachamatas". Al otro lado de la vía estaba el convento de las Hermanas de la Caridad, conocido como "las del Cardenal" por su relación con el cardenal Soldevilla, asesinado en 1927 en una de sus visitas al convento. Destacaba el cenobio por sus grandes huerta y una de las mejores vaquerías de la ciudad, con sementales muy reconocidos.
Al norte estaba el Manicomio Nuestra Señora del Pilar sucesor en esta labor del Hospital de Gracia, destruido durante los Sitios. Construido en 1878, su extensión era mayor de la actual del parque de las Delicias y en 1924 era considerado el mejor del país por sus amplias zonas verdes.
También al norte estaba el primitivo barrio de Delicias, que por esas fechas llegaba hasta la Ciudad Jardín.
El crecimiento de Las Delicias es imparable, pero no alcanza aún a La Bozada, que mantiene su carácter entre lo urbano y lo rural hasta los años 70, con muchos vecinos labradores de la antigua huerta de la Romareda.
Con el desarrollismo salvaje del final de la dictadura franquista de los años 70 comienzan a construirse edificaciones de cinco y diez plantas dentro del polígono, aunque se mantiene el núcleo original del barrio. Un claro ejemplo son las torres de Vía Univérsitas, construidas en los años 70 y que fueron durante años las más altas de la ciudad de Zaragoza.
Hasta los años 80 se mantendrían los contrastes. Era un barrio extraño constituido por un montoncito de casas situadas aún en medio de la nada, con manzanas de casas que no guardaban las líneas rectas de unos planes urbanísticos que más tarde se las tragarían, junto al ya desdibujado camino de la Mosquetera
Grandes bloques de decenas de viviendas convivían con viviendas de una planta con un único propietario o parcelas agrícolas. En esos momento ya se comienza a echar en falta servicios básicos y zonas verdes. Tras muchas reivindicaciones la Asociación de Vecinos María Guerrero consigue mejorar las condiciones de vida de la parcelación con la mejora en el transporte público y la creación de nuevas zonas verdes (jardines Avicebrón y Teresa Sarto).
En la actualidad todo el polígono se encuentra urbanizado y goza de varias zonas verdes para el disfrute de la población. Las edificaciones del núcleo primigenio del barrio se han visto modernizadas a lo largo de los años, pero nunca superando los edificios las cuatro alturas, que vienen definidas en el Plan General de Ordenación Urbana.
Fuentes: avvmariaguerrero.home.blog/ - Grupo de Facebbok La Bozada.
Foto de finales de los años 50 del siglo XX (AMZ). En rojo se remarca La Bozada, en tierra de nadie.
Foto de TAF Helicopter (1965). En rojo se remarca La Bozada, en tierra de nadie. En primer plano Vía Hispanidad y la embotelladora ARVIN. Foto y descripción aportada por Aluterio Cifuentes en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
(Barrio de Montecanal): (Hamburgo, 1833 - Viena, 1897) fue un pianista y compositor alemán del Romanticismo, aunque se le puede considerar ya un postromántico. A Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos, manteniéndose fiel toda su vida al clasicismo romántico y conservador influenciado por Mozart, Haydn y en especial Beethoven. Las expresiones Las tres bes o La santa trinidad se refieren a Bach, Beethoven y Brahms como tres de los mayores compositores de la historia de la música.
Se trata de una calle peatonal de apenas 70 metros de longitud.
(Barrio de San José): Louis Braille (Francia 1809 - 1852). Profesor francés ciego, famoso por la invención del sistema de lectura para ciegos que lleva su apellido, (sistema Braille).
A la edad de 3 años perdió la vista. Se infectó el ojo izquierdo tras un accidente en el taller de su padre al clavarse un punzón en el ojo izquierdo. La infección acabó por dañarle el ojo derecho también, provocándole una ceguera irreversible debida a una oftalmopatía simpática. Tras obtener una beca de estudios, en 1819 se trasladó a París, donde ingresó en el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos, institución en la que posteriormente ejerció como profesor. En este mismo centro conoció a Charles Barbier, inventor de un sistema de lectura para ciegos que Braille reformó y completó hasta convertirlo en el que iba a ser el sistema universal de lectura para los afectados de ceguera.
Antes de los años 50 del siglo pasado es simplemente un espacio sin urbanizar entre las calles Privilegio de la Unión y Cartagena (actual avenida César Augusto). A esta calle se la denominaba, al margen, de la tutela municipal, calle de Alejandro Pastor (un contratista), y pertenecía a la parroquia de San Vicente Mártir.
Supongo con motivo del centenario de la muerte de Luis Braille (1952), se le da este nombre a un vial inmediato a la estación de tren de Utrillas en marzo de 1956.
Noticia del cambio de nombre de la vía. El Noticiero del 23 de marzo del 1956.
Artículo donde se cita la antigua denominación de la vía y confusiones por estar sin placas y mal escrita. El Noticiero, 16 de abril de 1963.
A esta zona se la conocía como "La Isla de S. José". También se le conocía como barrio de Comín, ver más en Castelar, calle de Emilio.
En el número 1 de esta calle estaba en los años 80 del siglo pasado uno de los cinco consultorios médicos del barrio de San José.
En 1984, la calle quedaba interrumpida por la permanencia de unas naves industriales, poco antes de la calle Monasterio de Samos.
Vista de la Braille desde el número 16 hacia Camino Cabaldós. Como se puede ver, la calle quedaba interrumpida por la permanencia de unas naves industriales antes de la calle de las Flores.
Fuente: Banco de Imágenes de San José.
La calle ha tenido una interesante evolución.
En sus primeros años de vida la vía era zona de parcelas, campos de cultivo, caminos y acequias. Entre 1941 y 1964 allí se localiza el campo de fútbol del Arenas Sociedad Deportiva. En 1958 (planos de Margalé y Beltrán) era apenas una entrada desde el Camino Cabaldós. Según un nomenclátor de 1962, por entonces ya alcanzaba a la calle General Ricardos.
Entre 1964 y finales de los años 80 del siglo XX vemos que se amplía notablemente, extendiéndose desde el Camino de Cabaldós, conforme se construían nuevas fincas pero sigue cerrada en el extremo de la calle Monasterio de Samos.
En 1970 consta como travesía Luis Braile.
En los años 80 no conectaba aun con el Camino Cabaldós por unas naves antes de llegar al cruce con la calle de las Flores.
Desde los primeros años de los años 90 del siglo pasado ya figura con su morfología y con la categoría de calle.
Planos: 1)1958 Margalé 2) 1958 Beltrán 3) 1964 Margalé 4) 1968 5) 1980 6) 1987 7) 1991 8) 1993.
Publicidad en Aragón Press, 28/10/1971.
El Noticiero del 21/2/1968.
Bar Mikado. En el chaflán de las calles Braille y Camino Cabaldós. Tiene una curiosa exposición sobre el ferrocarril de Utrillas. El nombre del local hace referencia a uno de los modelos de locomotora a vapor más exitosas en la España de los 50 y 60 del siglo pasado.
Bar Mikado en Google Maps (2024).
En esa zona estaba el campo de fútbol del club Arenas Sociedad Deportiva, decano de Aragón, con muchos seguidores en la ciudad y conocido por su coraje y su juego recio. Estaba en el enorme solar que había entre dentro de la irregular cuadrícula formada por las calles Privilegio de la Unión y Emilio castellar, la avenida de San José y el Camino Cabaldós entre los años 1941 y 1955.
Un partido épico en el campo que había en el actual parque Bruil (ver más en Asalto, calle) Zaragoza, que resolvía las semifinales del Campeonato de España de ese año entre el Barcelona y el Arenas de Güecho, fue el origen del club maño. El equipo vizcaíno logró empatar a cuatro goles al equipo catalán, con un gol al final del tempo reglamentado, y ganar el partido en la prórroga, clasificándose para la final, que perderían contra el Real Unión Club en el Estadio de Torrero de Zaragoza el día 15 de mayo de 1927.
Esa gesta del Arenas de Güecho en las semifinales causó tal impresión en la capital del Ebro la actuación del equipo vasco, que un grupo de aficionados, al frente de los cuales estaba su primer presidente (D. Julián Sánchez), acordaron en noviembre de ese mismo año formar otro en Zaragoza con el mismo nombre y colores, rayas rojinegras.
Los inicios fueron duros porque no tenían campo propio e iban deambulando por los que les dejaban: La Cartuja (1928 a 1930), San Juan (1931 a 1932), la Hípica (1932 a 1934) y los Campos Elíseos (1935 a 1936).
La Guerra Civil les afectó mucho porque muchos de sus jugadores fueron movilizados y cinco fallecieron, pero después los buenos resultados fueron llegando, alcanzando varios años el primer puesto del futbol regional que les dio derecho a jugar torneos interregionales. Pero pese a ello, seguían sin campo propio volviendo a jugar en el campo de San Juan (Amanecer, 24 de agosto de 1939).
Tradicional equipación del Arenas (DARA).
Parte del artículo dedicado a la inauguración en el diario Amanecer del 30 de septiembre de 1941. Se ve en la última foto que al final del partido estuvo complicado pillar un taxi.
Finalmente, bajo la presidencia de Juan José Sarto y patrocinio de don Agustín Gericó, el 28 de septiembre de 1941 consiguen inaugurar su propio recinto deportivo, conocido como el campo de San José, sobre antiguos campos de cultivo del Barrio de la Paciencia, en un solar alquilado que estaba sobre la actual calle Luis Braille y muy cerca del Frontón Zaragozano. Las cosas se hicieron como dios manda: bendición del canónigo de la catedral, saque de honor de la señorita Beatriz Monasterio, hija de José Monasterio Ituarte, Capitán General de la V región Militar (Zaragoza), y los himnos del Movimiento y nacional con todos (cualquiera se hacía el estupendo) aireando el sobaco.
Foto de Sancho del equipo local en su nuevo campo en el diario Amanecer, 30/9/1941. El Arenas vistió en aquella ocasión con camiseta blanca debido a que coincidían sus colores con los del Huesca, y por entonces, era el equipo propietario el que cambiaba de color (El Noticiero, 9/7/1969). Las edificaciones detrás de los jugadores corresponderían al lado que daba a Privilegio de la Unión.
El partido inaugural contra el Huesca de la jornada inaugural de Primera Regional de la temporada 1941/42 fue un despropósito porque las gradas no estaban instaladas (tuvieron que colocar miles de sillas para los asistentes), el césped estaba a medio crecer y las lluvias de los días anteriores dejaron el campo impracticable. Al menos se fueron con el buen sabor de boca de la victoria 2-1 y a las buenas críticas de las instalaciones que pueden leerse en los periódicos de la época.
Foto de Gerardo Sancho (DARA) el día de la inauguración donde se ven algunas de las sillas que hubo que poner para acomodar al público al no haberse hecho las gradas a tiempo. Fuente: Arturo Bayod.
No fue el primer equipo del barrio de San José. En el Heraldo de Aragón de 24 de mayo de 1942, página 7, se habla de que antes ya daban patadas al balón en esa zona el Atlético Comín y el Rabalete. En este campo jugaban también como locales equipos que no se podían permitir tener campo propio, como el Club Atlético Zaragoza.
Fotos de Gerardo Sancho en DARA con diversas perspectivas del campo.
Localización del campo de San José en plano de 1952 y en la actualidad.
En ese campo fueron destacados jugadores Ruberte, Pepito, Palo, Arrazola, Zapata, Anas, Castan, Peña, Escuer, Cosculluela, Rodríguez, Narro, Salinas, Sexmilo, Aquerretalos y los hermanos Violeta, padre y tío del mítico jugador conocido como "el León de Torrero". Por el campo del Arenas desfilaron en competición oficial, equipos como el Castellón, Escoriaza, Málaga, Valladolid, Levante, Atlético de Bilbao (con Lezama o Venancio) y el Barcelona (con Velasco y Curta).
Fueron los momentos de mayor gloria deportiva, disputando varias liguillas de ascenso a segunda división (años 1946-1947 y 1960) y de copa, llegando a eliminar al Real Zaragoza en este torneo del KO.
Tener campo propio no fue la solución para un Arenas que siempre vivió al borde de la desaparición por sus problemas económicos. Parece que en esa época instalaron unos pabellones para que se pudieran reunir socios y fidelizar a la afición, porque las recaudaciones eran escasas. En 1943, ya bajo la presidencia de Fernández Pérez, en Heraldo de Aragón ya escriben que el campo se les había quedado pequeño y que necesitaba reformas tales como instalar una grada (ni un simple escalón de tierra parece que tenían). Ya los partidos importantes los jugaban en el estadio de Torrero.
Foto de los momentos que precedieron al inicio del partido amistoso celebrado el 18 de mayo de 1950 entre el Arenas y el Barcelona con motivo del homenaje al presidente del Arenas, señor Prats. Ganaron 5 a 2 los catalanes. Prats entregó la copa a Velasco, capitán de los forasteros, y este se la devolvió para que figurase en las vitrinas del club. El Noticiero del 19 de mayo de 1950, página 6. Fuente: Lucioangel Zaratiegui.
Partido Arenas - Atlético de Bilbao en el Campo de San José el 8 de abril de 1950, con el mítico Lezama en la portería de los vascos y Violeta (padre del mítico jugador del Zaragoza) defendiendo a los areneros. El Noticiero del 8 de abril de 1950, página 7. Foto: Gerardo Sancho (DARA).
En 1955 siguen los problemas extradeportivos porque con el equipo clasificado para la fase de ascenso a segunda división no tienen capacidad económica para adquirir en propiedad el estadio de San José y se huelen que, debido a el solar empieza a ser apreciado por los especuladores del ladrillo, se pueden ver de nuevo sin campo (El Noticiero del 14 de enero de 1955).
Ese año abandonaron ya el campo de San José, arrasado hacia 1964 para hacer pisos, y el club volvió a una diáspora que lo llevó a jugar en los campos del Arrabal, de Torrero, de San Antonio (Barrio Jesús), y los de la federación. Mientras se formó la Peña Deportiva Aragón con el simple objeto de construir un propio. Pero pese a las aportaciones de los socios de la sociedad, por unas cosas u otras, seguían sin campo.
En 1957, pese a la enconada rivalidad de los areneros con el primer equipo de la ciudad, pudieron salvarse de la desaparición gracias a que el Real Zaragoza les cedió gratis su campo para los partidos decisivos. Como se cuenta en El Noticiero del 1 de diciembre de 1960, bajo la presidencia de Alfonso Solans (supongo que el mismo que luego lo fue del Real Zaragoza y levantó la Recopa), jugaron arrendados en el campo de Torrero. En esos años, junto con el Amistad (su rival históricamente más habitual), debió ejercer de equipo filial del Real Zaragoza (El Noticiero del 31 de julio de 1959).
Fueron los años de mayores éxitos del club jugándose el ascenso a la segunda división en varias ocasiones entre 1957 y 1961 alternando entre el campo del Arrabal y el de Torrero (Aragón Press del 1 de septiembre de 1972). Eliminó en una liguilla al histórico Real Unión de Irún, también al Amposta y al Éibar, que después de venir con cuatro goles de ventaja, perdió en Torrero por 5-0. Fueron el Alavés, Onteniente y Manresa los que frustraron las aspiraciones de ascenso a la Segunda División.
El Noticiero del 9 de julio de 1968, página 12.
Finalmente, bajo la presidencia de Dr. Martín Celimendiz, el campo se hizo realidad el 9 de julio de 1969 (El Noticiero) al final del Camino del Vado, en el denominado estadio de "Entrerríos" en una inauguración por todo lo alto que contó con la presencia del alcalde D. Cesáreo Alierta y que finalizó con un ágape en su nueva ciudad deportiva "Martín-Celiméndiz" con piscina olímpica que el Arenas disponía desde 1967 en el Cabezo Cortado, a la izquierda del Canal Imperial (ver más en Melilla, calle) y donde había más secciones deportivas.
En esos años nombraron Socio de Honor del Club a un tal Juan Antonio Samaranch, en ese momento Delegado nacional de Deportes, que se acercó a Zaragoza para inaugurar el Libro de Oro del club.
Paradójicamente, ya con campo de fútbol propio, modernas instalaciones multideportivas y más de mil socios, el club estuvo siempre lejos de las glorias deportivas pasadas. Este terreno de juego junto al Gállego pasó a pertenecer al Real Zaragoza, que más tarde se lo cedió para su gestión al Ayuntamiento de Zaragoza que lo cedió a la UD La Jota pero debido a su mal estado quedaron abandonados hasta que la Unión Deportiva Latinoamericana las han recuperado para crear sus propias competiciones, que reúnen una multitud cada fin de semana.
Parece que también jugaron en el ahora abandonado campo de Miraflores, propiedad de Cuber según se lee en un muro que a duras penas aún pervive.
(Barrio La Paz): República Federativa del Brasil, es un país soberano de América del Sur que comprende la mitad oriental del subcontinente y algunos grupos de pequeñas islas en el océano Atlántico.
Se trata de una corta y estrecha travesía peatonal que se debió nombrar a principios de los años 60 del siglo pasado porque en el plano de Beltrán, rectificado por Casañal, de 1958 no aparece, mientras que en el plano de Margalé de 1964, sí.
(Barrio Oliver): Ángela Bravo Ortega (Guadalajara, 1929 - Zaragoza, 2003). Conocida como Tita Bravo, fue una mujer cristiana y comprometida, defensora de los derechos de los trabajadores.
Trabajó desde 1975 como auxiliar de enfermería en el Servicio de Urología del Hospital Clínico Lozano Blesa, siendo elegida miembro del Comité de empresa hasta 1993.
A la lucha por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, reivindicación histórica, se uniría la lucha por el reconocimiento al valor de la identidad femenina, a raíz del resurgir del feminismo contemporáneo, tras los movimientos sociales de 1968.
Junto a su marido, Dionisio Santolaria, apoyó la creación de la primera residencia obrera para los trabajadores procedentes del éxodo rural (hasta entonces malvivían en pensiones) y el nacimiento de la Organización Sindical de Trabajadores de Aragón (OSTA), a la que perteneció hasta su muerte.
Ángela Bravo en Aragón Press, 15 de marzo de 1977.
XXV Aniversario de la victoria, desfile militar en paseo Isabel la Católica. Foto de Gerardo Sancho (DARA).
Es la primera sindicalista a la que se le dedica una calle en Zaragoza. Está enterrada en el cementerio de Torrero. Fuente: noticia de elperiodicodearagon.com - Callejero: la Zaragoza de las mujeres.
Ha sido incluida en la ruta denominada Las Imborrables que reconoce la relevancia de cuarenta mujeres sepultadas en el cementerio zaragozano de Torrero, entre las que se encuentran también figuras como Manolita Marco Monte, Lolita Parra y Gerona o Manuela Moreno.
Fuente. Ruta mujeres imborrables por el cementerio de Torrero, de Magdalena Lasala.
Como curiosidad, la familia Bravo Ortega tiene en Zaragoza dos calles dedicadas. La de Ángela y la de su hermano Antonio, un pediatra de reconocido prestigio. Ver más en Bravo, calle de Antonio.
En 2009 se aprueba el cambio de denominación de la calle a propuesta de OSTA.
Inicialmente se llamaba calle de Víctor Hugo. Según El Noticiero del 9 de abril de 1938, página 9, el alcalde franquista Antonio Parellada le puso este nombre, pero no sé si se llegó a poner en práctica la propuesta.
Tras el 1 de abril de 1939 se llamó calle de La Victoria (El Noticiero del 25 de enero de 1940). En 2009 vuelve a mudar de nombre pasando a ser la calle Ángela Bravo Ortega como consecuencia de la Ley de Memoria Histórica de 2009.
El término "La Victoria" hacía referencia a la proclamación de los vencedores de la Guerra Civil. Relativo al desfile de la Victoria celebrado durante el franquismo. Se celebraba de manera oficial con motivo de la entrada victoriosa de Franco en Madrid. El 19 de mayo de 1939 se celebró el primer desfile de la Victoria y participaron 250.000 hombres, 3.000 camiones, 1.000 cañones, 3.000 ametralladoras y 600 aviones.
(Barrio Delicias): Antonio Bravo Ortega (Madrid, 1921 - Zaragoza, 1957). Médico puericultor del Estado, discípulo de Suárez Perdiguero, y Lorente Sanz.
Era hijo de D. Antonio Bravo, Jefe de Obras Públicas de Zaragoza y hermano de Ángela, sindicalista, y él. Ver más en Bravo, calle de Ángela.
En Madrid estudió el bachiller con premio extraordinario y comenzó la carrera de Medicina pero la finalizó en Zaragoza, donde fue Premio Extraordinario. En 1948 sacó la plaza de médico puericultor del Estado cuando era médico especialista de niños del cuadro médico de la Asociación de la Prensa. Para celebrarlo sus amigos y compañeros le dedicaron una cena en el Hotel Lafuente (ver más en Valenzuela, calle del Teniente Coronel. Fuente: El Noticiero del 18 de julio de 1948.
Profesor adjunto de la Cátedra de Pediatría de Zaragoza, tenía su clínica en Calvo Sotelo, 9 (actual Gran Vía de Santiago Ramón y Cajal). Sus amigos y compañeros lo describen como un gran médico, un trabajador infatigable, una persona bondadosa e inolvidable.
Muerto el 24 de mayo de 1957 a los 36 años por una angina de pecho, su actividad profesional duró solo once años. Dejó tres hijos, de los que destaca Merce Bravo, ilustradora.
Fue la primera vez que en el Paraninfo actual las banderas ondearon a media asta. Está enterrado en el cementerio de Torrero.
La calle consta en el callejero desde el 9 de enero de 1958 a petición popular. Fuente: El Noticiero del 11 de enero de 1958.
El Noticiero, 25 de mayo de 1957.
Antonio Bravo. Biblioteca Nacional de España.
Algunos creen erróneamente que la calle está dedicada al picador (o varilarguero) Antonio Bravo “Relámpago”. Como no tiene calle dedicada en la ciudad y es un personaje popular en la primera mitad del siglo XX en la ciudad, le dedicamos unas líneas aquí.
En Zaragoza hubo cuatro hermanos (Tomás, Manuel, Mariano y José) que fueron picadores y los cuatro ostentaron el sobrenombre “Relámpago”. El más notable de los cuatro hermanos fue Manuel, picador de Florentino Ballesteros.
Su hijo fue Antonio Bravo y Lecina (Zaragoza, 1905 - 1963), también de apodo "Relámpago", nació el 24 de agosto y tenía su casa en el barrio de Las Delicias. La primera vez que se vistió y actuó de picador fue aquí, el 4 de abril de 1926, en una novillada de Miura, celebrada el día de Pascua de Resurrección, figurando como reserva. En su primera temporada ya se hizo famoso en el arte de picar, sumando nada menos que cincuenta y dos actuaciones.
Destacó como excelente caballista y buen varilarguero. Actuó en las cuadrillas de los matadores José García, "Maera", Pepe Amorós, Solorzano "Maravilla", Antonio Bienvenida y Julio Aparicio y César Girón. Destacó como picador serio y seguro, sin efectivísimos siendo la máxima figura de su época.
En 1929, en Bilbao, al caer contra el estribo, se abrió una brecha en la frente, de la que conservó una cicatriz, como recuerdo toda su vida.
José Borobia (ver más en Borobia, calle de José) le dedicó un pasodoble. Falleció el 3 de marzo de 1963, a los 57 años de edad.
Fuente: El Noticiero, 5/3/1963 - El Noticiero ,7/3/1963 - hemerotecadigital.bne.es
Su hijo fue Manuel Bravo López (Zaragoza, 1935 - Jaca, 2021), otro "Relámpago", que a diferencia de sus antecesores fue matador de toros. Tomó la alternativa el 11 de octubre de 1960 en la plaza de toros de Zaragoza y que toreó dos veces en pamplona, aunque ninguna de ellas en San Fermín. Su carrera como maestro taurino fue corta (lo dejó a los 26 años) debido a una lesión en la rodilla.
Fuente: torosennavarra.com - elpirineoaragones.com - aplausos.es
Antonio era primo del también popular mozo de espadas Diego Castillo "Relámpago".
Manuel López el día que tomó la alternativa (1960).
Foto de elpirineoaragones.com
Calle Antonio Bravo en plano de Margalé de 1964.
En el número 6 en los años 60 y 70 del siglo pasado hubo una farmacia, aunque en 1972 ya se había trasladado al número 12 de la calle. Actualmente está la Asociación Cultural Nobleza Baturra, agrupación folclórica aragonesa fundada en 1967 por Carmelo Betoré. Fundó esta asociación tras participar en el rodaje de la película “Nobleza baturra”.
En 1976 estaba en los números 18-20 la fábrica la empresa Muebles Pardos, con tienda en avenida de Madrid 174.
(Barrio de Casablanca): Pico del Pirineo oscense, en el valle de Tena. Tiene una altura de 2760 metros y en su parte baja tiene un ibón del mismo nombre.
(Barrio de Delicias): Localidad situada en el valle del Aranda, encajonado por las sierras ibéricas, segundo municipio en número de habitantes de la comarca.
(Barrio del Picarral): Alberto Bressel Marca (Zaragoza, 1899 - 1975). Impulsor de la empresa “Maquinista y Fundiciones del Ebro” (de fabricación de maquinaria), cercana a esta calle, Presidente de la Cámara de Comercio y de la Feria de Muestras.
La historia de los Bressel en nuestra ciudad comienza cuando un ingeniero de nacionalidad alemana (aunque creo que nacido Musselshell, Montana, Estados Unidos), Albert Bressel Müller, llega a finales del siglo XIX para participar en la construcción de la Azucarera de Aragón (ver más en Azucarera, calle de la) y, una vez puesta en marcha, ejercer de jefe de mantenimiento.
Supongo que como otros ingenieros alemanes que llegan en esos años para trabajar en la incipiente industria aragonesa tenía pensado llegar, cumplir el contrato de obra firmado e irse, pero el amor llamó a su puerta. No eligió mal, se casó con Florinda Marca Gaudó (1879-1946), hija del administrador de la azucarera. Y empezaron a llegar los vástagos: Arturo, primogénito y nuestro protagonista (1899), Andrés (1901), Florinda, Emilio y Alberto (parece que fue árbitro de fútbol en los años 20 del siglo pasado). Andrés parece que falleció prematuramente porque en la esquela de Albert, patriarca familiar, no aparece citado.
En 1911 Albert Bressel, con experiencia adquirida y previendo la necesidad del nuevo sector industrial azucarero aragonés de crear maquinaria que mejorase la eficacia de la fabricación de azúcar, se lanza a la piscina independizándose y fundando un pequeño taller de cerrajería en la calle Policarpo Romea (bocacalle del Coso bajo) junto al importante industrial zaragozano José Pellejero Cucalón (socio capitalista, proyectista de la mayoría de edificios de la fábrica y codirector de la misma). Así nacieron los Talleres Bressel y Pellejero, dedicados inicialmente a producir piezas de repuesto para la maquinaria de las azucareras con solo once trabajadores.
Hacia 1913 trasladaron la producción a una nueva gran superficie en la avenida de Cataluña a la altura de los números 17-19 (entonces correspondía al 242 de la carretera de Barcelona), en lo que había sido la torre de Viscasillas (según consta en plano de Casañal de 1899).
Foto de Arturo Bressel en 1951, cuando entra en el ayuntamiento como concejal. Tomada de El Noticiero,1 de diciembre de 1965.
El joven ingeniero y hombre de negocios José Pellejero en esos años era ya presidente del Círculo Mercantil, director de la Alcoholera Agrícola del Pilar, gerente de la Azucarera de Aragón, secretario del consejo del ferrocarril de Utrillas, entre otros muchos cargos.
Consta que en 1914 Alberto Bressel se encarga de los trabajos metálicos durante la construcción del cine Doré, en Independencia número 14.
En la foto Arturo Bressel, José Pellegero, Albert Bressel y Alberto Bressel. Fuente: antoniosaz.blogspot.com
Evolución de la zona de la avenida Cataluña donde se asentaron los Talleres Bressel y Pellejero en 1908 (Casañal), 1938 (posiblemente de Arturo Bressel Viñuales para el proyecto GAZA) y 1964 (Margalé). En rojo el espacio ocupado por Maquinista y Fundiciones del Ebro y en azul la ubicación de la Estación del Norte, en el Arrabal.
El crecimiento de la nueva empresa fue espectacular en esa segunda década del siglo XX. En 1917 se proyecta una de las ampliaciones y se construye la sección de calderería. Dos años más tarde se lleva a cabo una nueva ampliación basada en la yuxtaposición de naves y edificios en función de las necesidades y los requerimientos técnicos. En esos años adquiere su definitiva denominación de Maquinista y Fundiciones del Ebro, S.A.
Pero no todo fue un camino de rosas, la España de esos años era un hervidero de huelgas y conflictos sociales que desembocó en una huelga de trabajadores del sector en 1916 por una mejora de sus salarios, de las condiciones laborales, y el reconocimiento de las organizaciones sindicales del sector. Además, en 1918 Alberto Bressel tuvo un accidente de coche yendo a Molina de Aragón, fracturándose ambos brazos.
En 1926 se les concede autorización para construir un apartadero en la estación del Norte, en el Arrabal.
El 25 de marzo de 1931 fallece Albert Bressel. Le dedican necrológicas en Heraldo de Aragón (la esquela de la izquierda, del 26 de marzo) y La Voz de Aragón (28 de marzo).
En julio de 1935 Arturo, junto con su hermano Emilio y Rogelio Gracia (chófer), participaron en el rescate de heridos de un accidente de autobús en Coruña. Adjunto el recorte de prensa del suceso.
Durante la Guerra Civil, al igual que el resto de grandes factorías de la ciudad, fue rápidamente militarizada y puesta al servicio del bando franquista, que necesitaba armamento y munición. Al ser un elemento muy importante en la logística del bando nacional, en esos años en la fábrica se construyó un amplio refugio antiaéreo.
José pellejero Cucalón, l otro socio de la empresa no tardó en tomar partido. Como casi toda la élite empresarial zaragozana, en 1936 se alineó con los golpistas formando parte de la junta gestora del ayuntamiento de la ciudad tras el "glorioso alzamiento militar".
Su hermano Cristóbal Pellejero, doble licenciado en Filosofía y Letras y Derecho y director del Instituto Goya (1933), fue uno de los encargados de redactar los nuevos manuales educativos en sintonía con el nacionalcatolicismo. Fuente: Libro "Depurar y Castigar", de Eliseo Moreno.
El Noticiero del 25 de julio de 1935.
En los años veinte, comercializadas con la marca EBRO, habían comenzado la fabricación de elementos para redes de abastecimiento de aguas. Concluida la guerra civil creció la demanda de este tipo de material para reconstruir las ciudades devastadas tras el conflicto bélico.
En 1940 comenzó la fabricación de máquinas y herramientas bajo la denominación NESTOR, marca que adquirió prestigio en todo el país. Fuente: zaragoza.es
Fotos de Coyne (1940-1965) del interior de la factoría siderúrgica. Fuente: DARA.
En 1939 Arturo Bressel, el hermano mayor y el que da nombre a esta calle, asume el cargo de director de la empresa, y durante su gestión la convierte en una de las grandes industrias locales.
En 1939 se produce una de las sucesivas ampliaciones de la fábrica, construyéndose su característico e icónico torreoncillo angular que durante décadas sería una de las vistas más habituales del Arrabal. A su derecha, la Nueva Harinera de Juan Solans. A la izquierda, las dos chimeneas de la antigua Azucarera del Arrabal. Y en preimer plano los restos de la Estación del Norte. Foto de 1998 de Andrés Ferrer de la serie "Historia Ausente (1994-1999)". Fuente: Proyecto GAZA.
La empresa se encarga de construir la pasarela metálica colgante, inaugurada en 1941, antecesora del actual puente de Santiago. Ver más en Santiago, puente de.
Parece ser que los Bressel se distinguieron por dispensar un buen trato a sus trabajadores (700 trabajadores de los años 50). La fábrica albergó un dispensario médico que atendía a casi 2000 personas, servicio de comedor, sala de juegos y una biblioteca a disposición de los trabajadores.
Según artículo publicado en Heraldo de Aragón del 3 de noviembre de 1940, también contaba con una escuela de aprendices que fue de las primeras en tener reconocimiento en España.
Escuela de Aprendices. Fuente: Arturo Bressel Viñuales.
En ese momento ya estaba casado con Concepción Egido Gracia, había tenido una nutrida descendencia y pasaba su tiempo libre dedicado a su colección de sellos. Como importante industrial zaragozano que era ocupó cargos importantes en la ciudad. Así, desde 1951 y con Gómez laguna de alcalde, fue concejal del ayuntamiento y en 1955 era ya segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza. A finales de 1965 es nombrado presidente de la Cámara de Comercio e Industria.
Y mientras tanto la vida pasaba y la empresa continuaba creciendo hasta convertirse complejo industrial heterogéneo de 22.000 m² que creció añadiendo instalaciones conforme iba surgiendo su necesidad donde trabajaron hasta 700 trabajadores en los años 50 del siglo pasado.
Comparativa entre tres fotos, una de mediados de los años 60 del siglo XX, otra de 1981 y la última, en la actualidad. En la primera imagen de Arturo Bressel Viñuales, descendiente de la familia Bressel, perfila en rojo el espacio ocupado por la factoría en una foto de mediados de los años 60 (se ve el puente de Santiago en construcción). En la segunda, de 1981 de Jesús San Andrés, se ven ya en el centro los bloques de diez plantas de los jardines de Aguilar del Ebro levantados, los primeros en esta parte de la ciudad y se señala en rojo el acceso principal a la factoría. En la tercera, cenital, se remarca en rojo el espacio que ocuparía la factoría.
Finalmente Arturo Bressel fallece el 12 de marzo de 1975 habiendo recibido las Medallas del Trabajo, la de Oro de las Cámaras de Comercio de España, la de Honor de la Feria Muestras y siendo loado por El Noticiero del 14 de marzo.
La fábrica continuó una década su actividad metalúrgica, hasta 1988. Todo fue eliminado en 1998 siendo sustituido por modernos bloques residenciales de diez plantas. El viejo barrio industrial y obrero perdió lo que lo hacía diferente, era ya otro, residencial y para rentas altas.
El primer edificio en ser demolido (1994) fue el torreoncito angular acristalado en su cúspide. Ocupado por indigentes e incendiado, lo que aceleró su fin. Foto de "150 años de ferrocarril en Zaragoza", 2011. Tomada del Proyecto GAZA.
Del conjunto fabril solo se ha conservado uno de los edificios, el Edificio Tribeca. Su función original era la de carpintería y almacén de modelos primero, y de oficina administrativa y técnica de la empresa al final. Después fue sede de Diario 16. En 1998 el edificio se rehabilitó para albergar viviendas.
Ver más en Cataluña, avenida de.
Fuentes: zaragozaarquitecturasigloxx.com - elperiodicodearagon.com - zaragozaguia.com
Antes se la conoció con el nombre calle Batalla del Ebro. En consonancia con la ley de Memoria Histórica, el Ayuntamiento de Zaragoza cambió de nombre en 2009 para eliminar referencias a héroes e hitos del franquismo del callejero de la ciudad.
La batalla del Ebro es recordada en los libros de historia por ser la más larga y duradera de la Guerra Civil. Tuvo lugar, en 1938, al oeste de la línea del río Ebro, en la zona occidental de la provincia de Tarragona (Terra Alta) y en la zona oriental de la provincia de Zaragoza (Mequinenza). Los cuatro meses de disputa (entre julio y noviembre de 1938) significaron el fin de la guerra en Aragón, cayeron del lado nacional y dejando herido de muerte al bando republicano. Tomado de elperiodicodearagon.com
Aquí y en las calles adyacentes se encuentran las 120 viviendas ultrabaratas del Grupo Francisco Franco, de promoción municipal. Ver más en Anzánigo, calle de.
El Noticiero del 25 de julio de 1963 conmemoraba a toda página el veinticinco aniversario de la Batalla del Ebro.
(Barrio Universidad): Tomás Bretón y Hernández (Salamanca, 1850 - Madrid, 1923). Músico, compositor y director de orquesta. Fue una de las grandes figuras de la música española del tránsito entre el siglo XIX y el XX y uno de nuestros más grandes autores dramáticos.
Hijo de una humilde familia y huérfano de padre a los dos años, pudo, a costa de grandes sacrificios, empezar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy de su ciudad natal. A los once años era segundo violín de una orquesta de ópera. Después pasó a violín concertino y más tarde organizó cuartetos con los que hizo el aprendizaje de maestro director.
En 1875 estrenó con gran éxito su primera tentativa operística, Guzmán el Bueno. En la década de 1880 prosiguió su formación en Roma, Milán, Viena y París. A su regreso a España, dirigió la Orquesta de la Sociedad de Conciertos, con la que realizó una valiosa labor en la introducción del repertorio sinfónico europeo.
Su obra más recordada es la zarzuela "La verbena de la Paloma" (subtitulada El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos), dicen que escrita en quince días. Se trata de un sainete lírico en prosa con libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón. Se estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid.
Gran amante del folclore aragonés, especialmente de la jota, nos regaló varias obras:
* La ópera "Los Amantes de Teruel", estrenada con gran éxito en el Teatro Real el 12 de febrero de 1889. La reseña de dicho estreno consta en el Diario de Avisos de Zaragoza del día de los enamorados.
* "La Dolores". Ópera en tres actos estrenada el 16 de marzo de 1895 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, muestra del teatro de ambiente aragonés tan popular en la época. Basada en un drama de Felíu y Codina José Feliú i Codina cuyo origen fue una copla que escuchó a un romancero ciego en la estación de tren de Binéfar (Huesca).
El Diario de Zaragoza publicó el 17 de marzo una crónica que os recomiendo leer. En Zaragoza la estrenó el 28 de abril, dirigiéndola la noche del estreno. Es considerada como la primera ópera española. Ninguna otra ópera ha tenido un éxito tan clamoroso y continuado. La Dolores es fruto de una época, de una necesidad y de unas circunstancias: el deseo continuo a lo largo del XIX de llegar a una gran ópera nacional.
* "Cantata a Aragón", con texto del poeta Luis Guitarte, habla en sus versos de Agustina de Aragón, Los Sitios de Zaragoza, Los Amantes de Teruel y La Campana de Huesca. Fue estrenada en Zaragoza en 1919 y su ensoñadora partitura es un canto a la jota.
Estas obras y su afición por la jota, hicieron de nuestro protagonista una persona muy querida en la ciudad, visitándola varias veces. Bretón fallece en su domicilio de la calle Campomanes de Madrid a los 72 años a causa de una afección cardiaca.
En los primeros años del siglo XX "todo esto era campo" sin urbanizar. Poco a poco esas torres rurales y campos irán dejando paso al primer trazado geométrico de plazas y calles propuesto por Dionisio Casañal en 1906. Es el primer intento de trazado geométrico de urbanización al sur de la plaza Aragón, un ambicioso plan de ensanche de la ciudad.
En 1923, en lo que entonces se conocía como Barrio de Hernán Cortés, se iniciaron las obras de los paseos Calvo Sotelo (actual Gran Vía) y Fernando El Católico, y tras ellos nacería una arteria formada por tres calles (Alberto Casañal, Mariano Cavia y Tomás Bretón). El tranvía conectará esta zona con el centro la ciudad y poco a poco adquirirá los servicios básicos (saneamiento, luz, asfaltado) que le correspondían por ser ya una zona urbana.
Los tramos de Cavia y Bretón eran más estrechos y antiestéticos que el de Casañal por existir casas medio derruidas, vallas, baches y mala iluminación. El cambio comenzó a principios de los años 60 del siglo XX derribando los edificios del lado de los impares y construyeron los nuevos edificios unos metros más atrás. A finales de los años 70 la vía adquirió una anchura de 20 metros para una única dirección de circulación (lo que dotó de mayor fluidez a la circulación), con cuatro metros de acera arbolada por cada lado. Simultáneamente se fue llenando de bloques de viviendas de 7 plantas con amplios locales comerciales con los que la calle fue adquiriendo la actividad comercial de la que hoy disfruta.
Foto de Carlos Carretero Naranjo en la que Arturo Bayod identificó que se trataba de la calle Bretón, siendo el edificio que tiene la niña de la izquierda sobre su cabeza el número 1 actual de la calle Bretón.
La actual calle Bretón inicialmente estuvo dividida en tres tramos. Ya en 1977 (Aragón Express del 2 de noviembre) abogan por unir esas tres calles en una única denominación que conectase desde el paseo Fernando El Católico a la avenida de Valencia, hecho que se concretó el 30 de julio de 1987.
De acuerdo con Anteayer Fotográfico, "la intención de los munícipes que en ese primer tramo del XX urbanizaron el "ensanche" fue homenajear, sin dispersarlos, a los prohombres nacidos o vinculados con Aragón. Así es como se fueron entrelazando las calles de Fita, La Gasca, Cerrada, Pamplona, Laguna, Barbasán, Gracián, Allué... Y por supuesto, las del maestro Bretón, Cavia y Casañal, estas dos últimas quizá extremadamente cortas".
"Una caricia", noticia sobre violencia de género publicado en El Noticiero del 14 de marzo de 1947. Afortunadamente en esto hemos cambiado para bien.
El primer tramo, entre Fernando El Católico hasta la calle Cortes de Aragón, se denominó calle Alberto Casañal. En 1977 ya era ya bastante amplio, con tres carriles pero, curiosamente, sin portales de viviendas.
A Alberto Casañal le costó obtener su vía dedicada definitivamente en la ciudad. Entre el 7 de noviembre de 1923 y el 26 de septiembre de 1931 se le dedicó la actual calle Blasón Aragonés. Desde al menos 1951 y hasta el 30 de julio de 1987 se denominó así a este el tramo de la actual calle Bretón. Actualmente tiene dedicado un paseo en el Barrio del Picarral (ver más en Casañal, paseo de Alberto).
El segundo tramo, calle Mariano de Cavia, llegaba hasta la calle Moret. En 1977 era más estrecho (solo dos carriles) y feo que el de Casañal. Tras perder la denominación en favor de Bretón disfruta de una plaza en el barrio de San Pablo (Cavia, plaza de Mariano) y una calle en el barrio de Santa Isabel (Cavia, calle de Mariano).
El tercer tramo, Tomás bretón, es el que desembocaba en la avenida de Valencia y el que finalmente, en 1987, dio nombre a los tres tramos.
Casa Paco, en el número 4 de la vieja calle Cavia. Casa de vino con buenos vinagrillos y berberechos.
Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de julio de 1935.
Comparativa entre los planos de 1968 y 1993 donde se aprecia la unificación del nombre de la vía.
Restaurante Las Tres Caravelas, fundado en 1970 en el número 9 de la desaparecida calle Cavia y en el mismo número de la actual calle Bretón.
Comercial Cavia, inaugurado en 1977 en el número 8 de la desaparecida calle Cavia y en el 14 de la actual calle Bretón.
Aragón Express del 29 de noviembre de 1977.
La fábrica de alpargatas de D. Joaquín Alba estaba en los años 30 en la calle Cavia (actual Bretón), números 7 y 9. La empresa nació en 1917 en unos modestos locales en la plaza Salamero de los que se trasladaron a una zona de expansión de la ciudad buscando más espacio.
La tienda la tenía en la calle Cerdán número 51, con un gigantesco zapato publicitando el comercio. El nombre de la zapatería era La Única, nombre apropiado "porque esta tienda es única para que todas las clases sociales puedan surtirse en calzado de todos los modelos y de los más económicos precios". En 1935 su producto estrella era la sandalia “Carioca”, con suela de goma hecha con cubierta de neumático de automóvil.
Tenía sucursales en la calle del Heroísmo número 2 y en la avenida de Madrid numero 62.
Fábrica de alpargatas La Única. Diario de Avisos de Zaragoza del 13 de abril de 1930
Tienda de alpargatas La Única, en la calle Cerdán, con su icónico zapato en la fachada. Diario Mercantil de Zaragoza, 15 de julio de 1935.
La Voz de Aragón del 24 de julio de 1932.
Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de julio de 1935.
En el número 1 de Bretón (actual número 21 de la calle) estaba la carbonería de Manuel Lancina Corzán en 1947. Lo sabemos porque fue multado por precio abusivo, según conta en noticia de El Noticiero del 21 de marzo de 1946, página 7.
Parece que luego pasó a manos de su hijo Lázaro Lancina Sebastián al que hicieron un amplio reportaje en el Aragón Express del 4 de diciembre de 1980, páginas 12 y 13 al ser un gremio, el de los carboneros, abocado a la desaparición. De hecho, en el momento de este reportaje, solo quedaban ya ocho carbonerías minoristas en toda la ciudad de las más de trescientas que había dos décadas antes agrupadas en un sindicato.
Reportaje a dos páginas sobre el oficio de carbonero minorista en Zaragoza. Aragón Express del 4 de diciembre de 1980. Foto de Consuelo Rojo.
Pocos años antes se formaban largas filas de consumidores esperando turno en estos ennegrecidos almacenes para comprar petróleo, "galletas de Asturias" (antracita para calefacciones comunitarias), leña, lignitos y antracitas para alimentar el tiro de las cocinas, la llama de aquellas económicas estufas de petróleo, los rescoldos del brasero. Costaba un kilo de antracita algo menos de tres pesetas, y tres pesetas con veinticinco céntimos el litro de petróleo. También vendían "zisco" (residuos del carbón vegetal que se empleaban para braseros) y "granza" (trozos pequeños de antracita para cocinas normalmente).
Eran tiempos de un gran consumo de carbón vegetal. Se traía de las Cuencas Mineras hasta la Estación de Utrillas y algunos almacenes minoristas llegaban a contratar hasta siete vagones diarios. La distribución a las comunidades era frecuente hacerla a pie para ahorrarse los gastos de compra o alquiles de motocarros.
Pero ya a finales de los años 70 del siglo pasado los pedidos para las calefacciones de comunidades y con fines industriales se canalizaban exclusivamente a través de los vendedores mayoristas. A los minoristas solo les quedaba la venta de petróleo y de carbón en muy pequeñas cantidades a personas particulares que mantenían sus antiguas calefacciones de braseros. Si a ello le unimos que hacia 1965 comenzó el uso del gas y que estos minoristas (supongo que por seguridad) tenían prohibida su venta, y que el carbón estaba destinado mayoritariamente para las centrales térmicas, la desaparición de este sector era solo cuestión de tiempo.
El recuerdo del que fue un poderoso gremio y una profesión floreciente en Zaragoza quedará, tal vez, en la denominación de la vieja plaza del Carbón (plaza Salamero), donde hace muchísimo tiempo se vendía al aire libre en improvisado mercadillo, la leña y el negro mineral.
En el número 14 de la vieja calle (una sección de la actual) estaba La Gimnástica, un gimnasio en el que se empezó practicar la halterofilia en Zaragoza en 1954
Fue introducida por el Pepe Martín, deportista polifacético y campeón de España de boxeo profesional (en 1940 derrotando a Victoriano Alonso en el Frontón Cinema), que después fue entrenador de gimnastas, luchadores y boxeadores como Lorén (que participó en los JJOO de Tokio de 1964 y fue suspendido a perpetuidad como boxeador aficionado por agredir al árbitro de su primer combate) y Perico Fernández cuando ganó el Campeonato de Europa de superligeros en 1974.
El primer practicante de la halterofilia en nuestra comunidad autónoma fue José Blesa. En 1955 José Martín, recibió orden de Madrid para constituir en Zaragoza la primera federación regional de gimnasia deportiva y pesas (1956), que inicialmente estaba vinculada a la de atletismo y después a la de gimnasia. Unos ejes de ferrocarril, una barra larga de hierro, una rueda a cada lado, un hombre fuerte en medio... y a levantar.
Fotos de Gerardo Sancho. 1) Firma del combate de boxeo entre los púgiles aragoneses Pepe Martín (rojo) y Luis Soria en los años 40 (DARA). 2) foto del combate (DARA). 3) Años más tarde recibiendo una condecoración de la Federación de "Beddy Builders" (DARA). Soria y Martín fueron los mejores boxeadores aragoneses de la postguerra.
Ignacio Almau. cesbor.blogspot.com
En 1956 se celebró el primer campeonato de neófitos en el Gimnasio Zaragoza B. C., propiedad de Pepe Martín. Los primeros campeones fueron Marcellán, Alonso, Blesa, Bescós y Vissieres. Fue Marcellán el primer aragonés que se clasificaba en un tercer puesto nacional en 1956. Fue Barrios, el primer aragonés que se clasificaba como campeón de España del peso medio en Bilbao en 1957, por delante del famoso Moscos.
El impulso definitivo se dio en el Club Polideportivo Parque (en el Parque Primo de Rivera, hoy Labordeta), que tomó en 1959 las instalaciones del Salduba para forjar el equipo que levantó el 11 de julio de 1965 en Montemar, Alicante, el primer título nacional. Ese equipo estaba formado por Ignacio Alagón, Pedro Pablo Fernández, Juan Bautista Mallot, Cecilio Marcellán, José Luis Alonso, Armando Otero e Ignacio Almau, con Pepe Martín (entrenador) y Antonio Aured (juez).
Pepe Martín falleció en Zaragoza en marzo de 1979.
Ignacio Almau Martínez (Borja, 1944) era el mejor deportista de esa primera época. De niño se trasladó a vivir a Zaragoza y su frágil musculación le impulsó a entrenar en el gimnasio Salduba, donde muy pronto se percataron de sus posibilidades. En 1962 comenzó a practicar la Halterofilia y el 24 de junio de ese mismo año se proclamó Campeón de España en categoría junior, título que revalidó al año siguiente, alzándose con el título absoluto y siendo internacional, por vez primera, frente a Suiza en Valencia.
Fue Campeón de España en diez ocasiones, dos de ellas en la categoría de 56 kilos y ocho en la de 60. Miembro de la selección española en 25 ocasiones, tomó parte en los Campeonatos de Europa celebrados en Leningrado (1968), Varsovia (1969), Budapest (1970) y Sofía (1971). Estuvo presente, asimismo, en el Campeonato del Mundo, celebrado en Varsovia en 1969 y en los Juegos del Mediterráneo que se celebraron en Esmirna, en 1971, año en el que fue galardonado con el Premio al mejor deportista de Aragón. No pudo lograr su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos.
Fuente: El Noticiero, 30/12/1964, página 10 - heraldo.es - cesbor.blogspot.com
1968 VIII Cto. de España de Halterofilia en Zaragoza.
La portada del disco "Vuelve Rocky Kan" (2023). Muestra a Rocky Kan en 1969 con su guitarra en la discoteca Samantha’s. Aparece delante del frontal de vehículo que servía como cabina del DJ.
Discoteca Samantha’s, en la desaparecida calle Cavia el 13, fue una de las primeras de la ciudad. Después sería la mítica discoteca 1800, en el mismo lugar pero ya en el 13 de la calle Bretón. Hoy corresponde al número 18.
La discoteca Samantha’s era propiedad de de José Luis Cano Olivera (Sevilla, 1942 - Zaragoza, 1992), aunque todos lo conocían por su apodo artístico "Rocky Kan". Fue un cantante de Rock and roll de finales de los años 1950, uno de los primeros rockeros españoles de los 60.
Había nacido en Sevilla el 9 de septiembre de 1942. Hijo de un inspector de policía, su familia se trasladó a Zaragoza cuando él era todavía un niño. En la capital aragonesa trabajó durante su adolescencia como botones y camarero en varios establecimientos hosteleros, entre ellos el bar de oficiales de la base militar estadounidense. Allí conoció el rock and roll que llegaba de Estados Unidos.
Deslumbrado por el nuevo sonido y las canciones de artistas como Elvis Presley, Little Richard o Chuck Berry decidió convertirse en cantante de rock. Sus primeras actuaciones tuvieron lugar en locales de Zaragoza ya a principios de 1957. Ese mismo año participó en el programa de Radio Juventud ‘Plataforma de estrellas’, en el Teatro Fleta y cambió su nombre real por el definitivo Rocky Kan.
En 1959 se instaló en Barcelona, en un intento por conseguir un contrato discográfico y publicar sus discos. No fue hasta el año siguiente cuando la compañía Iberofón lo fichó y con ella grabó en 1961 sus primeros EP con versiones de canciones norteamericanas, italianas y francesas, así como algún tema propio. Ese mismo año pero unos meses antes había grabado Chico Valento, el primer disco de disco rock and roll en España.
Su producción, claramente adscrita al rock and roll, incluía versiones de temas estadounidenses, italianos y franceses; así como temas propios. Y, como era corriente en la época, alternaba las interpretaciones en inglés, italiano y español.
A finales de 1963 tuvo que realizar el servicio militar obligatorio, lo que supuso un parón artístico de casi dos años. A su reincorporación a la vida civil los cambios estilísticos y musicales acaecidos en 1964, tras la eclosión de la "British Invasion", el auge del beat y el rythm and blues y el surgimiento de miles de grupos en todo el país habían transformado la escena rock española. Los viejos rockers pioneros de finales de los 50 se veían obligados a amoldarse a las nuevas corrientes, cambiando su imagen y estilo, o a desaparecer. Este último fue el caso de Rocky Kan, aunque no sin antes grabar un último sencillo en 1965 (con la discográfica Zafiro), más orientado hacia el beat y el Ye-yé.
Se retiró hacia finales de los 60. Se casó, formó una familia y a partir de entonces montó varios bares y restaurantes, y una de las primeras discotecas de la ciudad, Samantha’s, en recuerdo a una de sus canciones más exitosas. Las timbas de póker y una vida ocio aconsejable le hicieron acabar en la cárcel a en 1977. Falleció en un accidente de coche el 28 de diciembre de 1992.
Fuente: wikipedia.org - cope.es - heraldo.es
En el 29 de la calle (inicialmente estaba en el número 21) está la Central de Telefónica. Bajo el proyecto de Santiago de Villalonga, fue inaugurada el 25 de abril de 1970 la denominada con rimbombante nombre de Central Automática Nacional de la Compañía Telefónica de España en Zaragoza, actualmente parece estar en desuso.
Cuatro años antes ya estaban buscando personal. El Noticiero del 9 de junio de 1966.
Edificio de Telefónica. Fuente: Julián Rosa.
Cafetería Bretón, en el antiguo número 25 (hoy estaría en el número 31), en la esquina con la calle del Maestro José Soriano. No debe tener nada que ver con el actual bar Bretón que hoy está unos metros más arriba en la acera contraria.
Parquecito frente al número 48 de la actual calle bretón. Se construyó en 1972, como se puede leer en esta noticia de El Noticiero. Antes era un simple aparcadero de coches en batería.
El Noticiero del 25 de agosto de 1972, página 2.
Edificio "Torresol". Postal KOLOR-ZERKOWITZ (1964). Luisa Olga Sanjuan Jaime.
Comparativa entre una foto de García Luna de 1982 en la esquina de Fernando El Católico durante un reventón y en la actualidad.
Fuente: Aragón Express del 22 de enero.
Comparativa entre una foto de los años 70 del siglo XX y hoy. Gerardo Sancho (DARA)
(San Pablo): Labradores y comerciantes del barrio del Gancho que hicieron frente a un motín popular entre el 1 y el 6 de abril de 1766 (el motín del pan). Se conoce erróneamente como el motín de "los broqueteros", porque fueron precisamente ellos los que acabaron con aquella revuelta.
No fue una rebelión aislada. En el siglo XVIII se sucedieron los motines por todo el país contra las inmorales subidas de los productos de primera necesidad, contra la influencia de los extranjeros en el gobierno del país y, como en el caso previo del motín de Esquilache (napolitano y hombre de confianza de Calos III), por la prohibición de determinadas costumbres como el uso de la capa larga y el chambergo (sombrero bajos de copa y anchos de falda) bajo el argumento de que el embozo permitía el anonimato y la facilidad de esconder armas, lo que fomentaba toda clase de delitos y desórdenes. Al pueblo le causa risa que se legislase sobre eso y no se hiciera nada para mejorar su situación.
En el caso que nos ocupa nos encontramos en un contexto de varios años de malas cosechas y sequía, con la existencia de acaparadores que retenían trigo para especular, y con una orden de Carlos III que liberalizaba el precio del trigo. Además la ciudad estaba llena de labriegos hambrientos que habían huido a la ciudad en busca de trabajo. La consecuencia fue la subida del precio del pan, similar al de otras ocasiones, pero en esta sirvió de pretexto para que muchos aprovechasen la ocasión para robar, saquear y ajustar cuentas.
El 1 de abril de 1766 aparecieron en lugares relevantes de la ciudad pasquines animando a la rebelión con amenazas directas al intendente Corregidor de Avilés y a los especuladores de que si no bajaba el precio del pan en el plazo de ocho se les quemarían sus casas. No eran amenazas hechas por un donnadie en su redacción se traslucía que estaban hechas por alguien de cierta cultura.
Los días siguientes continuaron los pasquines descontando cada día para el fin del plazo dado y ahora ya citando a las futuras víctimas profiriendo amenazas contra sus propiedades en la ciudad. Así señalaban con el dedo a don José Avilés, hijo del Intendente Corregidor, a don Francisco Domezaín, a don Lucas Goicoechea, a don Pablo Pascual y a D. Miguel Losilla y se ordenaba a "personas aficionadas a sostener derechos , prerrogativas y preeminencias que por el derecho civil y de gentes que, público privado, nos competen contra los crueles enemigos que atesoran los bienes de los pobres en Cristo que estén prevenidos ya la seña que tienen comunicada concurran al punto que se tiene destinado para ejecutar las extorsiones y hostilidades que en tales casos nos son permitidas".
Las autoridades, el marqués de Castelar (Capitán General de Aragón) y el de Avilés (Intendente Corregidor), debieron entrar en pánico viendo la que se les venía encima. El procedimiento era muy similar al inicio del motín de Esquilache madrileño de la pasada Semana Santa y pensaron que en la ciudad se estaba cociendo reproducirlo. Castelar tomó dos decisiones:
Calle Broqueleros desde C/ San Pablo. 2024. Foto propia.
Por un lado movilizó tropas a Utebo y Monzarbarba. Amedrentadas las autoridades centraban sus esfuerzos en que los alborotadores no salieran de la ciudad para que evitar que el motín se trasladase a otras localidades.
Por otro convocó a una reunieron secreta (se les pidió que llegasen sin uniformes para despistar) con el resto de autoridades y, para aplacar los ánimos, acordaron publicar un bando que autorizaba sin distinción de clases que se pudiera amasar pan y venderlo libremente, privilegio de que antes disfrutaba solo un cierto gremio, además de exigir a los almacenistas de trigo que dieran relación exacta de las cantidades que tenía cada cual, para dar cierta satisfacción a los hambrientos.
No funcionó. Por aquel entonces la publicación de un bando llevaba una parafernalia importante cuando se verificaba con todo el aparato que requería lo solemne de las circunstancias. Un brillante cortejo compuesto de clarines, timbaleros, alguaciles vestidos con pintorescas ropas recorrían la ciudad a caballo pregonando las nuevas normas aprobadas.
En este caso la lectura y publicación debía hacerse al día siguiente, el domingo 5 de abril por la mañana, pero tuvo que posponerse hasta pasada la una del mediodía. El cronista oficial, Tomás Sebastián y Latre, argumentó que fue porque nadie les quería alquilar las monturas, algo raro teniendo en cuenta la existencia en la ciudad de dos regimientos de caballerías. Seguramente se debió a que pensaron que a esas horas habría menos gente en las calles.
Comenzó la comitiva el recorrido desde Capitanía General donde dieron la primera lectura sin novedad, hasta algunos dicen que recibieron aplausos. Continuaron a su derecha bajando por la Albardería (ver más en César Augusto, avenida de) hacia el mercado donde repitieron la lectura, arrastrando cada vez más curiosos. Los primeros "susurros desapacibles" se escucharon en la calle Platería (actual calle de la Manifestación) camino de la calle Mayor. En el cruce de las calles Jaime I y Mayor ya se habían mudado en pitos, insultos, escupitajos y amenazas hacia los infelices ministros de justicia. Además de que la gente se apretujaba cada vez más por la estrechez de esas calles...
Al llegar junto a la antigua universidad y osar leer de nuevo el bando comenzó el la lluvia de guijarros al alguacil mayor y la desbandada de la comitiva municipal. Un clarinetero fue derribado de su caballo y uno de los cabecillas subiéndose sobre él y soplando el clarinete arengó a la plebe para que lo siguiera por el Coso camino del palacio del Capitán General, pidiendo la muerte del Corregidor y el cumplimiento de sus exigencias. El marqués del Castelar estaba enfermo, pero saltó de la cama al oír el espantoso tumulto y envuelto en una bata de seda salió al balcón para calmar a los amotinados. Un estudiante le exigió que bajase el precio del pan, el aceite y las judías, y el General prometió darles satisfacción, pero otro día.
Obra de Pedro Richardo, del colectivo 100 Pression en la Calle Broqueleros, realizada durante el Festival Asalto. Foto propia, 2024.
Palacio de Fuenclara, en la parroquia de San Felipe.
Tomado de heraldo.es
Muchos no lo creyeron y se dirigieron en masa a la casa del Intendente, sita en el palacio de la condesa de Fuenclara, entrando por la fuerza, robando y destrozando todo lo que encontraron a su paso y provocando la primera víctima, un cochero de la casa que se interpuso a la turba y recibió una estocada. José Avilés, el hijo del intendente y militar de oficio les ofreció su vida a cambio de salvar la de su padre, que andaba escondido en el tejado. Le respondieron "no queremos tu vida, que es de Dios, si no lo que es nuestro". Con el mobiliario y enseres de la casa hicieron una hoguera tan grande que amenazó hasta la integridad de la iglesia de San Felipe. El Intendente, su mujer y su hijo, tuvieron que huir por el tejado; refugiándose en la casa vecina de don Joaquín Villaba.
El Capitán General acudió junto con el Regimiento Cantabria con orden de no abrir fuego, pero lo único que consiguió es asegurar la vida del Intendente y que los saqueos se trasladasen a otras casas ricas de la ciudad, entre ellas:
*Las dos casas del mercader Lucas Goicoechea en la antigua plaza de la Cabra. En otros documento pone que estaba en la calle de Goicoechea (ver más en Bayeu, calle de Francisco. Tiraron los muebles por la ventana y los quemaron, junto con ambos edificios, que eran adyacentes. Dos días más tarde el fuego aún estaba activo y a duras penas se consiguió que no afectase al Colegio de las Vírgenes. Ver más en Méndez, calle de Casto.
*La de Francisco Antonio Domezain, funcionario de la Real Hacienda, y uno de los más ricos y acreditados negociantes de esta ciudad.
*Y las de Losilla (en el Mercado), Alejo Romeo, Miguel Pascual (en la calle San Blas) y Pascual Castellanos (en la calle Torre Nueva).
Los responsables eclesiásticos trataron de contener a la muchedumbre con procesiones Santísimo en ristre y rezos del rosario, pero los amotinados simplemente se santiguaban al ver pasar a los religiosos y continuaban a lo suyo por las casas de José Tubo, Vicente Junqueras, Pascual (en la calle San Blas) y en el café del Carmen, en la calle San Gil, participando cada vez más gente en ellos.
Como decíamos meter al ejército y enfrentarse a los alborotadores seguramente sería como echar gasolina al fuego, pero algo debían hacer las autoridades. El capitán José Ortiz, del regimiento de Lombardía y casado con una de la parroquia de San Miguel, le sirvió la solución al Capitán General en bandeja de plata: saldría contra los revoltosos con algunos paisanos amigos suyos y una escolta de cuatro granaderos para publicar un bando aceptando las exigencias de los amotinados de abaratar las subsistencias.
No solo nadie se metió con este pequeño grupo si no que los recibieron entre aplausos. Después aseguró reforzando la guardia del puente de Piedra y de la Tesorería, en la plaza de la Seo, pensando que todo podría haber sido provocado por alguien interesado en montar follón dentro para facilitar un ataque a la ciudad desde afuera.
En la ciudad crecía la indignación que provocaban entre muchos zaragozanos las pendencias de los amotinados, hecho que percibió el capitán Ortiz. Consciente que era necesaria la neutralidad del poder y que no era conveniente meter al ejército para resolver por las armas la situación, decidió dirigirse con los que le acompañaban ante el Capitán General para que solicitar armarse y enfrentarse a lo que podía haber sido un antecedente de la Revolución Francesa.
El grupo de parroquianos que lo acompañaban (por lo general labradores y artesanos acomodados, aunque había de todo) de San Pablo, la Magdalena, San Miguel y del Arrabal, acaudillados por algunos valientes (Muñoz, Porta, Santa Romana, Tomás Escartín) se presentaron a las 8 de la noche en el palacio del capitán general (actual Audiencia Provincial) para hacer la solicitud.
Miguel Thomás, de la parroquia de San Pablo, fue el encargado de convencer al general de que si se negaba a otorgar tan excepcional permiso esa misma noche la ciudad podría arder por completo. Aunque se dice que el marqués de Castelar se negó al principio por lo inusual de la propuesta, finalmente accedió, aunque exigiendo, de forma muy hábil, que el capitán Ortiz se quedase junto a él. Su objetivo que el mismo pueblo acabase con el motín que el mismo pueblo había comenzado, evitando avivar el odio hacia los gobernantes.
Tomado de elperiodicodearagon.com
Mural del artista Vworkshop en la séptima edición del Festival Asalto. Foto propia, 2024.
Con el sí del Capitán General, los broqueleros planearon dividirse en dos cuadrillas para reclutar gente de buena intención. Una cuadrilla partiría al Mercado y otra a las Tenerías para reunirse después en el Coso y convenir una contraseña, "sombrero", que delatara a los que podían infiltrarse en sus filas. Los pocos que reunieron se armaron como pudieron con las espadas y broqueles (pequeños escudos) que encontraron y de forma heroica se lanzaron sobre los que andaban haciendo el mal en la casa de Miguel Pascual, y en el café del Carmen, provocando su huida.
Uno de muertos a cuchilladas de broqueleros fue un individuo grandote y pendenciero llamado Francho Luque y que vivía en la calle del Saco, que se puso a la cabeza de una hueste de desalmados cometiendo todo tipo de tropelías.
Siguieron recorriendo la ciudad enfrentándose a los amotinados, disolviendo a espadazos a la masa de gentes del Coso y sofocando incendios. Las autoridades, ahora sí, tomaron posiciones estratégicas en la ciudad, apresaron a varios de los delincuentes y recuperaron algunas de las riquezas expoliadas.
A las doce de la noche, ya exhaustos, la ciudad volvía al orden. Se marcharon hacia el Coso y formaron frente al balcón del Capitán General. El que ejercía de jefe de todos ellos, Domingo Tomás, labrador de San Pablo, subió y le dijo al marqués Castellar aquello de "Puede vuestra merced dormir tranquilo. Zaragoza está pacífica" y que se iban a sus casas a descansar. Entre ellos Mariano Cerezo (ver Cerezo, calle de Mariano), de 22 años, para el que estos enfrentamientos fueron un aperitivo de lo que se iba a encontrar cuando años más tarde llegaron los crueles asedios de la Guerra de la Independencia.
Los días posteriores toda la apatía mostrada por las autoridades en reprimir el motín se convirtió represión y mano dura contra los responsables del levantamiento. Una decena fueron ajusticiados, el primero el que montó el caballo del clarinero, dejando a la exhibición pública sus cabezas en la Puerta del Carmen a modo de advertencia, y los latigazos, destierros y las deportaciones a prisiones de África estuvieron al orden del día y solo se detuvieron por intervención del arzobispo.
José Luis Galbe en Heraldo de Aragón (3 de octubre de 1926), pone en duda esta la versión oficial y argumenta que todo respondía a un plan maquiavélico urdido por las fuerzas vivas de la ciudad que funcionó a la perfección. La propagada posterior hizo héroes a simples esquiroles o tontos útiles. Resumiendo mucho el capitán Ortiz seleccionó a un grupo paisanos de buena voluntad de entre sus adictos, los armó bien, les dio autoridad para ejercer la violencia, les aseguró el apoyo del ejército y que serán premiados por ello. Otros, pensando que obraban como "Dios manda" les siguieron.
Pasado todo, con alguna distinción, pero igual de pobres, les volvieron a quitar las armas y volvieron a sus oficios anteriores. Con esta estrategia enfrentaron a ciudadanos contra ciudadanos, evitando la entrada del ejército en la ciudad y que la revuelta se extendiera otras ciudades contra las instituciones del estado.
Calle Broqueleros desde la calle San Blas. 2024. Foto propia.
Aunque se pacificó la ciudad, las autoridades quedaron en evidencia por su pasividad. Ante los ojos de todos los héroes fueron los broqueleros y la envidia de las autoridades se materializó en que se les formó un proceso en el que se les acusaba de haber asumido por su cuenta una tarea y una responsabilidad para la que no estaban investidos debidamente.
Los broqueleros tuvieron que pedir perdón al rey por haberse comportado como héroes sin el título apropiado y, con la intercesión del Conde de Aranda, (recién llegado al cargo de la presidencia del Consejo de Castilla en sustitución de Esquilache), no solo los perdonó si no que los premió concediéndoles un año después veintiuna Mercedes de Hidalguía y escudo de armas que representaba un joven vestido de paisano con una espada en la diestra y un broquel con las armas de la ciudad en la zurda y por orla sobre campo de gules un mote en verso que dice: PRO REGE ET PATRIA PARITER CERTARE DECORUM EST.
Escudo de la calle Villacampa número 4. DARA.
Los privilegiados fueron Francisco Alcaine, Blas Bruil, Francisco Calvete, Vicente Casanova, José Esquirol, Manuel Felipe, Miguel Ferrer, Cristóbal de Fuentes, Pascual Garcés, Joaquín Insausti, Manuel Lasierra, Francisco Martínez, Juan Francisco Muñoz, Matías Oñate, Manuel Ortiz, Andrés Pasaña, Félix Porta, Francisco Porta, Manuel Santa Romana, Pedro Valero y Marcos Ximénez.
No es que fueran solo 21 los broqueleros, que fueron muchos más, los privilegiados son los que se distinguieron como jefes de patrulla y los tres alcaldes del Arrabal: Miguel Ferrer, Blas Buil y Francisco Alcaine. A Blas Buil se le concedió además la gracia de ser alcalde del Arrabal de por vida y que después el cargo fuera ocupado por su hijo, José Buil (también se distinguió como el padre en estos hechos) también de por vida.
Aún se conserva uno de aquellos escudos en la fachada del número 4 de la calle Villacampa, en el Arrabal. El escudo está en la fachada de la que fue casa de Miguel Ferrer.
Sobre las medidas que se tomaron a posteriori para evitar nuevos desmanes recomiendo ver lo que sobre el palacio de Armijo se describe en Aragón, calle de Don Juan de.
Fuentes: El Correo de Aragón (1 de octubre de 1867) - Gil de Azagra, Heraldo de Aragón del día del Pilar de 1919 - Andrés Giménez Soler, El Noticiero (2 de enero de 1934) - El Noticiero (20 de junio de 1934) - Adolfo castillo Genzor, El Noticiero (23 de junio de 1970).
Anteriormente llamada calle Sobrejuelas (u Obrejuelas), calle San Antón, calle San Antonio o calle Mesón de San Antonio. La calle está presente con el nombre actual en el callejero desde al menos 1863 y consta así en el plano de Dionisio Casañal de 1877 (en el listado de calles de la parte inferior del plano).
Cuando se llamaba calle Sobrejuelas o Obrejuelas abarcaba un tramo mayor, llegando desde la calle San Blas hasta la calle Castellana (actual calle Boggiero), sumando el tramo de la calle Echeandía actual. Algo parecido pasaba cuando se denominaba calle Mesón de San Antonio, que como vemos en uno de los planos estaría actualmente en un solar de la calle Echeandía.
La actual calle Broqueleros en plano del siglo XVII con la denominación de Sobrejuelas, en plano de 1712 (del libro de Ballestín, 2017) donde se ve la ubicación del mesón San Antonio, en plano de 1769 de Carlos casanova con el nombre de Mesón de San Antonio, en plano de 1853 de Coello con el nombre de calle de San Antonio, y en plano de Casañal de 1880 ya con la denominación de calle Broqueleros.
En el número 2 durante el año 1866 tenía su administración el periódico "El Centinela de los Secretarios". Se vendía a 50 reales el ejemplar. En El Correo de Aragón del 18 de mayo de 1966, página 4, en el centro.
En 1870 en este número estaba el Juzgado del distrito de San Pablo, y en 1905 había una carbonería.
En los bajos del número 3 se ubicaba en 1898 una tienda de ropas viejas, lienzos, sacos de harina, talegas para ganaderos, etc. En 1904 estaba ocupado por un taller de ebanistería propiedad de Antonio Laborda.
En noviembre de 1935 la policía localizaron en una tienda de este número 3 un arsenal de bombas y municiones: 5 bombas, una gran caja de municiones de fusil, 29 cajas de municiones de pistola de nueve milímetros, dos pistolas con dos cargadores cada una, cuatro aparatos cargadores de tambor, 11 muelles de pistola y otros efectos y útiles para fabricación de explosivos. Parece que los almacenes donde se encontraron habían sido arrendados por el dueño de la tienda a Antonio Pérez Fernández, propietario de una frutería en el número 15 de la calle Prudencio y que ya estaba siendo investigado por tenencia de líquido inflamable. Heraldo de Aragón del 14 de noviembre de 1935.
El Mercantil de Aragón del doce de diciembre de 1899. El autor de la columna, Cerero H., propone eliminar los nombres de calles "que no dicen nada" y sustituirlas por otras dedicadas a personajes ilustres.
Del tercer piso del número 4 se calló un niño el 11 de octubre de 1907, muriendo a las pocas horas.
En el segundo piso de este número 4 en el año 1910 estaba el colegio de sordomudos y ciegos que dirigía el profesor D. Lorenzo Cáceres Gracia, de 31 años. El 14 de noviembre de ese año un profesor auxiliar acuchilló al director y a Raimunda Berdejo, la dueña de la casa. Desde principios de ese año prestaba sus servicios como profesor auxiliar del colegio un joven llamado Ramón Usón Gracia, de 18 años de edad y con una grave deficiencia visual.
Heraldo de Aragón del 15 de Noviembre de 1910.
Ambos protagonistas tenían una relación cordial pero una discrepancia por la asistencia a un concierto en una torre de los alrededores desembocó en que Usón acuchilló al director delante de varios de sus alumnos. Cuando ante el alboroto generado entró Raimunda e intentó separarlos también se llevó cuchilladas en el brazo izquierdo. El agresor se presentó ante la autoridad en la oficina de vigilancia de la calle Cinco de Marzo, quedando detenido y siendo trasladado a la cárcel de la calle Predicadores.
Edificio del número 5.
Aquí estaba la posada de San Antón en 1869. Fue subastada en 1883.
El actual edificio es la consecuencia de la reforma emprendida por el maestro de obras Antonio Miranda, propietario de la casa, en 1908. En ella se reordenaron y transformaron los vanos de esta casa antigua de arquitectura tradicional. En el interior, es interesante la puerta interior del zaguán. Más información: zaragoza.es
En 1918 aquí había un punto de venta de leche y productos del ramo.
En junio de 1936 aquí estaba el almacén de jamones de Manuel Lalana Segura. Lo sabemos por la noticia del robo de unos jamones publicada en El Noticiero del 11 de junio de 1936.
Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de febrero de 1918.
En el número 7 había una carnicería en el año 1900. Los sabemos porque allí se disparó accidentalmente Miguel Artigas con una pistola y se hirió en la mano, siendo noticia en La Alianza Aragonesa del doce de junio de ese año.
El Diario de Zaragoza del 30 de marzo de 1887, página 3. Riña en la que finalmente hubo un fallecido según se informó en un periódico de los días posteriores. Era el segundo marido que le mataban a su pobre viuda.
La Derecha del 31 de diciembre de 1891, página 3.
Heraldo de Aragón del 2 de octubre de 1907.
(Barrio del Picarral): Se encuentra en la vertiente sur de los Pirineos, en la comarca aragonesa de Sobrarbe, estando recorrido de norte a sur por el río Ara. Su capitalidad la ostenta la villa de Broto, que le da nombre.
La calle, que por anchura e importancia debería ser denominada avenida, nace con el viejo puente del ferrocarril de la Almozara fue reformado en 1986 por Javier Manterola, siendo de nuevo ampliado y abierto al tráfico rodado bajo la alcaldía de Antonio González Triviño el 30 de septiembre de 1987. Con él se quería dar solución a una ciudad en crecimiento que se había expandido por la margen izquierda del Ebro con la construcción del ACTUR. En la Margen Izquierda del Ebro, la calle de Valle de Broto ganó con la inauguración mucha importancia, en detrimento de la ruta directa por la calle San Juan de la Peña a través del centro. Se consiguió con ello alejar el tráfico del Casco Histórico.
Plano turístico del año 1968 en el se ve aún el puente del ferrocarril de la Almozara y aún no se ha planificado el trazado de lo que, como se ve en el otro plano de 1980, será la calle Valle de Broto.
Foto del cruce de la avenida de los Pirineos y la calle Valle de Broto con Kasán de fondo. Gerardo Sancho en 1983 (DARA).
En el otro extremo del puente de La Almozara, al inicio de la calle Valle de Broto, se puede ver una antigua locomotora, cedida por Industrias López Soriano, que rememora los tiempos en los que este puente estaba destinado al ferrocarril. Ver más en Almozara, puente de la.
Captura de Google Maps del año 2022.
Sede de la Confederación de Empresarios de Aragón (CEOE Aragón), en el número 20. Pabellón de Aragón para la Exposición Universal de Sevilla de 1992. Es obra de José Manuel Pérez Latorre. Ver más en Atarés, avenida de José.
Tomada de Wikipedia.
Parque de Bomberos. En el número 16 de la vía.
Antes en el entorno del actual Parque de Bomberos se levantaba gran montaña de escombros por ser el punto de acumulación de desechos procedentes del derribo de la manzana de Escuelas Pías y Cerdán.
Foto del año 1975 de la montaña de escombros que ocupaba el lugar donde luego se levantaría la Central de Bomberos. Fuente: Juan Carlos Lahoz Pérez.
Se inauguró el mes de marzo de 1983. Antes, desde abril de 1896, el único parque de bomberos era el ubicado en el Convento de la Victoria (ver más en Victoria, plaza de la). Entre sus modernas instalaciones contaba con un centro de comunicación altamente sofisticado (con capacidad para mil líneas), al estilo alemán y cajas negras (para grabar las llamadas y registrar los datos como la hora de la llamada, número que la ha hecho y tiempo de la llamada). Para ello el concejal delegado de Bomberos, Santiago Vallés, visitó parques de bomberos de varias ciudades alemanas para conocer la última tecnología en este campo.
La plantilla en ese momento eran 234 hombres en servicio activo, más 24 de la escala auxiliar, que realizaban también misiones de apoyo
Para colmar las necesidades de la Unidad de Buceadores de Bomberos de Zaragoza (fundada en 1967) se construyó una piscina con foso de buceo que fue modélica en su tiempo.
Inauguración de la nueva Central de Bomberos presidida por el alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, y José Barrionuevo, ministro del interior. Fotos de Gerardo Sancho, 1983 (DARA).
(Zona Centro): Juan Faustino Bruil y Olliarburu. (Zaragoza, 1810 - 1878). Banquero, comerciante, ministro de Hacienda, senador vitalicio y bienhechor de Zaragoza, así declarado por acuerdo del ayuntamiento. Durante varias décadas fue la figura más relevante de Zaragoza y una referencia en materia económica que intervino en cuantos asuntos de este tipo se suscitaron en su época en la ciudad.
Nació en una Zaragoza asolada tras los dos Sitios del matrimonio francés formado por Juan Bruil, natural de Arbeña, y de doña Engracia Olliarburu, oriunda de Busenaris. Fue bautizado en San Pablo por el coadjutor de la parroquia don José Burriel. Los que lo conocieron dicen de él que era un buen mozo, reservado, que vestía de forma distinguida y que, al gusto de la época, lucía patillas cortas, bigote moco y la mosca (pelo bajo el labio inferior aún sin tener perilla) habitual entre esparterístas. No era de habladurías, nadie sabía casi nada de su vida privada.
Comienza sus actividades mercantiles en una tienda que su padre (francés) poseían en la calle Espoz y Mina (calle Tornería entonces), en el cruce de la calle del Arco de Santo Domingo (antes llamado arco de la Raga, ubicado a la entrada de la calle de San Braulio y cerca de su intersección con Espoz y Mina), en la casa que fue de Don Alejandro Palomar. Bruil pasó por todos los puestos, fue aprendiz, mancebo y dueño.
A los 22 años, lo que demuestra que ya podía mantener un hogar, casó con doña Ángeles Mur Mendoza, de solo 14 años de edad, acto que se celebró el 29 de junio de 1832, en la iglesia de San Pablo, siendo el encargado de administrar el sacramento don José Martí, cura de la parroquia. Una de sus viviendas estaba en la calle de la calle Montera (actual calle Candalija)
Como dueño de un establecimiento, y por lo tanto deseoso de estar al corriente de la marcha mercantil de la ciudad, empezó a frecuentar la famosa tertulia de Comercio, de donde salió la idea de crear el Banco de Crédito y el Centro Mercantil. Con solo 35 años, funda (1845) y preside la primera sociedad anónima financiera creada en Aragón, la Caja de Descuentos Zaragozana, que comenzó a operar en su domicilio del Coso número 6, hasta su conversión en 1857 en el Banco de Zaragoza y en Banco de Crédito de Zaragoza a partir de 1875. Era uno de los veinte bancos que hubo en España que podían emitir papel moneda hasta 1874 en que se unificó ese privilegio en el Banco de España (El Noticiero del 25 de junio de 1974, página 28), con el consiguiente disgusto de nuestro protagonista. El objetivo era generar un instrumento poderoso de ayuda a la industria y al comercio que permitiese ensanchar su radio de acción y poner en circulación capitales Inactivos.
También fue comisionado del Banco de San Fernando, el antecedente del actual Banco de España.
Retrato de Juan Bruil regalado al ayuntamiento por la familia tras su fallecimiento.
Diario de Avisos de Zaragoza del 23 de agosto de 1897.
Como todos los genuinos representantes de la burguesía maña del siglo XIX, hizo una gran fortuna con la compra de bienes nacionales emanados de la desamortización de Mendizábal, lo que sumado a la diversificación de sus negocios empresariales (consta como socio representante de varias empresas, como esta de diligencias a Navarra) le convirtieron en el mayor contribuyente fiscal de Aragón en la década de 1860.
En política se alineó con los progresistas, siendo alma y cabeza de la revolución de julio de 1854 que llevaría al poder al general Espartero y que se ideó en su famosa torre de Bruil. Como premio fue nombrado ministro de Hacienda por Leopoldo O'Donnell, ejerciendo entre el 5 de junio de 1855, en que sustituye a Pascual Madoz, al 7 de noviembre de 1856, cayendo con Espartero.
Carroza, parece que con Papá Noel y sus pajes, cruzando el paseo de la Independencia. Se ve la calle de Bruil detrás. Foto de Aurelio Grasa de 1916. Archivo Barbosa Grasa. Proyecto GAZA.
No tuvo una actuación brillante. El momento político, su sencilla apariencia (no llegó a hacerse el uniforme de ministro) y sus pocas dotes oratorias no le ayudaron. Finalmente la oposición de los sectores más revolucionarios y contrarios a sus proyectos de reforma de los aranceles de las aduanas y de restablecimiento de los derechos de puertas y consumos le condujo a la dimisión. Bruil es un destacado artífice de la legislación que aparece durante el bienio progresista, la cual permite el establecimiento de mejores sistemas financieros privados que impulsaran la economía. Suya es la primera ley de sociedades anónimas de préstamo y crédito que permitiría la entrada de capitales extranjeros para la financiación de proyectos en España.
En materia ciudadana contribuyó a la apertura de las calles Alfonso I y Espartero (1856), costeó con su sueldo como ministro la construcción de la desaparecida puerta del Duque de la Victoria (ver más en San Miguel, plaza de), y perteneció a la Junta directiva de la Exposición Aragonesa del 68 que organizó la Económica Aragonesa de Amigos del País, a la que perteneció.
Fue el ideólogo del Canfranero porque en 1853 impulsó el primer proyecto de construcción del ferrocarril a Francia por Canfranc para dar salida a Aragón hacia Francia. También dirigió en 1850 un importante, aunque fracasado porque finalmente se decantaron por el ferrocarril, proyecto para la ampliación del Canal Imperial hasta el Puerto de los Alfaques, con objeto de poder disponer de un fácil acceso al mercado catalán para los productos aragoneses.
Aunque él y su esposa, Ángela Mur y Mendoza, adquirieron un gran número de propiedades durante las desamortizaciones, la más célebre fue la conocida, extensa y lujosa torre de Bruil, extramuro, junto al Huerva. Situada en la calle Asalto, sirvió al matrimonio Bruil-Mur de residencia y lugar de descanso y recreo, tras adquirirla en 1850. Ver más en Bruil, parque.
En otra extensa propiedad suya situada en el Burgo de Ebro, otro ejemplo de su afición a jardinería, fue el Soto de Bruil, donde introdujo modernas técnicas agrícolas y edificó en 1860 la llamada "Casa de Herederos".
A su muerte fue vendido a la familia de Palomar y Mur, que lo ha conservado, especialmente el edificio, con un mimo extraordinario explotándola como finca de alquiler para eventos sociales.
El Anunciador, 30/12/1864, página 2 y 3.
Foto actual del Soto de Bruil.
Fuente: sotodebruil.com
Parece ser que el mantenimiento había hecho mella su la economía familiar. Parece ser que se barajó la posibilidad de utilizar sus jardines para acoger en parte la Exposición Regional de 1868, cosa que podía haber solucionado sus problemas económicos pero el certamen se desarrolló en la Glorieta de Pignatelli (ver más en Aragón, plaza de). Finalmente, ante la imposibilidad de poder mantenerla, el 23 de agosto de 1868 el matrimonio Bruil-Mur decidió vender la torre por 70.000 escudos al notario don Francisco de Cavia y Fernández y su mujer doña Anselma Lac y Gracia.
Bruil murió el 21 de marzo de 1878 de gastroenteritis en su casa de la Maestranza (ver más en Dormer, calle de Diego) y sin descendencia. No debía conservar su gran fortuna porque no se pudieron cumplir todas sus disposiciones testamentarias. Fue enterrado con una cajita con los restos de sus padres que siempre conservó. Su mujer le sobrevivió hasta el 18 de agosto de 1897.
Los restos de Juan Bruil y su esposa descansan en un panteón del cementerio de Torrero obra del escultor Ponciano Ponzano, el mismo que labró el frontón del palacio de Congreso por encargo de Bruil cuando fue ministro. Eran familia desde el 12 de mayo de 1841 en que el escultor se casó con Juana Mur, hermana de la esposa de Juan Bruil.
El busto de su centro, realizado en mármol de Carrara, fue realizado en el año 1854, en vida de Juan Bruil, en uno de los viajes de Ponzano a su ciudad natal, ya que desde su regreso de Roma, se había establecido en Madrid.
Diario de Avisos de Zaragoza del 1 de abril de 1878.
Posteriormente, en 1880, fallecidos escultor (1877) y retratado (1878), será colocado presidiendo su monumento funerario en el Cementerio de Torrero de Zaragoza, cuyo proyecto está fechado en 1880. Fuente: zaragoza.es
Panteón de Juan Bruil y Ángeles Mur (zaragoza.es).
Fuentes: elperiodicodearagon.com - Heraldo de Aragón (3/2/1906) - La Voz de Aragón (1/11/1927) - El Noticiero (14/2/1928) - El Noticiero (3/3/1955).
La actual calle Juan Bruil, situada entre la plaza Aragón y el paseo de la Constitución, llegó al callejero hacia 1887 (así consta en plano de Casañal de ese año).
Detalle de plano de Casañal de 1887 donde se aprecia la calle con su actual denominación.
Frente a esta calle hubo un puentecillo sobre el Huerva desde 1892 hasta que se completó el cubrimiento del Huerva en esta zona.
Plano de Casañal de 1899.
Hubo otra calle anterior dedicada a Juan Bruil entre 1860 y 1868, fue la actual calle Baldomero Espartero. A Bruil le concedieron el honor por ser uno de los impulsores de la apertura de esa nueva vía en 1856 entre las "Piedras del Coso" y la plaza San Miguel.
Debemos entender que, como se ve en los planos anteriores de 1850, antes la puerta era una apertura entre tapias (postigo de San Miguel de los Navarros) para acceder al puente de San José, el barrio de Montemolín y la carretera del Bajo Aragón. Es decir, podemos decir que la plaza San Miguel estaba cerrada, si salida. Era un fondo de saco al que sólo se podía acceder por las calles Reconquista, la de Antonio Agustín y la de San Miguel.
Tras el lamentable estado en el que estaba la puerta Quemada tras los Sitios se consideró que se debía levantar otra, pero esta vez frente al nuevo puente de San José recientemente construido sobre el Huerva (que recordemos ya no estaba delante de la calle Heroísmo). La nueva puerta se acabó el 20 de julio de 1856 y costó solo quince días levantarla exprofeso para la visita del homenajeado.
Para unirla directamente al Coso se abrió una amplia vía para lo que hubo que derruir una manzana de viviendas con la oposición de sus expropiados propietarios.
Según Heraldo de Aragón del 14 de enero de 1907, página 1, uno de esos edificios a derribar era el que tenía instalada la farmacia de Cebollero. Por el patio de esta botica cruzaba una servidumbre de paso que comunicaba el Coso con la plaza San Miguel.
Sección del plano de Casanova de 1769.
Plano de Lucea de 1850 (Colección Lorda).
Había dos manzanas pequeñas contiguas a dicha servidumbre. En estas manzanas vivían Martín Alierta, la perra, la tía Calera,los padres de D. Antonio Usón, concejal del ayuntamiento, el tío Diablo y la señá Leona.
Un callizo daba acceso al horno de la calle de la Parra número 7, junto a él vivían los padres de Don Manuel Urbez (secretario municipal), el señor Antonio (sacristán de San Miguel), el tío Mariano el esquilador, D. Evaristo Lavandera (regente de San Miguel), un carpintero a quien llamaban "el Morretes", entre otros.
Finalmente Bruil se quedó sin calle (El Noticiero del 25 de junio de 1974, página 28) porque un ayuntamiento de la época isabelina decidió mudar el nombre por el del general Espartero. Dos décadas después le concedieron una nueva y definitiva calle a Bruil junto a la plaza Aragón.
Mariano Ferrús, en El Saldubense del 4 de abril de 1862, se queja de la falta de uniformidad de la calle Bruil (actual calle Espartero) poco después de ser abierta.
Edificio de plaza de Aragón número 1 (Manzana D, solar 1). Situado en el extremo inmediato al paseo de la Independencia, en el lado de la calle Juan Bruil, fue la primera edificación de la calle Bruil recién abierta. Tuvo una azarosa vida y variados usos vida:
Inicialmente fue uno de los hotelitos modernistas de la plaza Aragón propiedad del matrimonio Baylín-Aramburo. Terminado en 1879, disponía esta amplísima finca de una superficie de 2.186 metros cuadrados sobre la que se edificó una casa en el centro del solar.
Lo vendieron en 1890 a Tomás Castellano Villarroya que lo destinó a su residencia privada. Su hijo, Tomás Castellano y Echenique, debió ver una buena oportunidad de negocio en la cercana Exposición Hispano-Francesa de 1908 y se lanzó a la caza de inversores para levantar un hotel de prestigio que permitiera acoger a los distinguidos visitantes. El nombre elegido fue el de Gran Hotel Regina, en homenaje a la esposa del rey. Era el mejor de la ciudad, con ascensor, baño en todas las habitaciones y agua caliente. Cerró en 1911 pese a que la infanta Isabel (la Chata) allí se alojó.
Finalizada la Exposición, el chalet quedó libre y la sociedad “Gran Hotel, S. A." dividió la finca en dos. La primera, la que se entraba por la plaza de Aragón número 1, estuvo ocupada por un tiempo por el Gobierno Civil (desde marzo de 1911 hasta el 10 de mayo de 1958), en que se trasladó al nuevo edificio de la plaza de Nuestra Señora del Pilar.
La segunda, aneja a la primera y con acceso por la calle de Bruil número 2 y que ese momento se la conocía como Casa Pamplona, la tomaron en arriendo los Hermanos del Sagrado Corazón (Padres Corazonistas), llegados a Zaragoza en 1904, para continuar con su colegio que antes tenían en la calle de la Industria (ver más en Horno, calle del Doctor Ricardo), luego en un piso de la casa número 1 de la plaza de Santa Engracia y tiempo después en este edificio del número 2 de la calle Bruil. Lo abandonaron en 1924 cuando tuvieron construido su colegio en el paseo de la Mina, número 4 y 6.
Ver mucha más información en Aragón, plaza de (número 1).
Alzado del Hotel Regina en 1908. Fuente. La imagen perdida: los hotelitos de la Plaza de Aragón en Zaragoza. Isabel Yeste. Artigrama, núm. 31, 2016, pp. 391-419.
Fue entonces cuando arrendó la finca de Bruil número 2 que había sido colegio de los Corazonistas para montar una academia militar preparatoria, la Gran Politécnica Torres, en funcionamiento entre 1928 y 1939.
Era propiedad del comandante de Infantería diplomado de Estado Mayor don Antonio Torres Bestard. Era un centro de estudios de Bachillerato y de preparación de oposiciones para el ingreso en la Academia General Militar y en la Escuela Naval. Contaba con internado, amplias clases, un gimnasio al aire libre con modernos aparatos, una capilla, comedor, vestuarios y enfermería. A los pocos años, por escritura de 26 de julio de 1931, se hizo propietario de la misma.
La Voz de Aragón del 16 de agosto de 1931.
Durante la Guerra Civil fue hospital de guerra y punto de recogida de donativos para las tropas nacionales. Durante la Dictadura de Franco fue lugar de manifestaciones estudiantiles y retén permanente de la policía armada.
Reportaje publicitario publicado en La Voz de Aragón del 14 de enero de 1928, página 12. Puncha sobre la imagen para acceder al artículo.
Politécnica Torres en 1936. Imagen tomada desde la avenida de Galán y García Hernández (actual paseo de la Constitución), y centrada en los vehículos con abastos para las tropas sublevadas.
Fuente: fotoszgzmemoria.blogspot.com.
El coronel Torres, una vez terminada la cruzada nacional (a la que estuvo entregado con gran entusiasmo patriótico), decidió dejar el negocio concertando un arriendo con don Luis Bandrés López, figura muy prestigiosa de la hostelería zaragozana, para que abriera un hotel. Era el sueño dorado de don Luis en una época, además, sumamente propicia, conmemorándose en el año 1940 el XIX centenario de la Venida de la Virgen en carne mortal a Zaragoza.
Don Antonio Torres, para liquidar sus asuntos, vendió la finca a la Caja de Ahorros y Monte de Piedad el 1 de septiembre de dicha anualidad y pocos años más tarde, en 6 de septiembre de 1946 ya el negocio boyante, la adquiría don Luis Bandrés, viudo juntamente con la finca colindante de paseo Marina Moreno número 15 para él y sus cuatro hijos, casados.
Bandrés en 1939 encargó al arquitecto Teodoro Ríos reconstruir el viejo hotel Regina. El nuevo establecimiento hotelero se denominó Hotel Centenario (nacido el 1 de mayo de 1940), cuya remodelación y ampliación definitiva se acometió en 1942. De este hotel adquirí una rueda de distancias a capitales españolas con la publicidad del hotel en un mercadillo.
Comparativa de la esquina de la calle Bruil desde el paseo Narina Moreno (actual paseo de la Constitución). Foto de Gerardo Sancho de 1966 (DARA) y actual (2024).
Hotel Centenario, de Ediciones Artigot (AMZ)
Su primer acierto fue llamar al naciente establecimiento "Hotel del Centenario". El hotel desde un principio se vio favorecido por el turismo, sin decaer en su bien logrado crédito. Murió Bandrés el 19 de noviembre de 1960 cuando Iba acariciando la Idea de levantar dos pisos para ganar habitaciones. Sus hijos continuaron el negocio entregados a la preocupación de Introducir determinadas reformas. Un día de 1965 recibieron una propuesta de compra del edificio que aceptaron, cesando su actividad este viejo hotel el 1 de abril de 1966.
Recomiendo leer el repostaje a toda página que le dedicó José Blasco Ijazo en El Noticiero del 31 de marzo de 1966 (página 15), y del que yo he copiado textualmente algunos párrafos.
En 1966, Inmobiliaria y Construcciones Pórtico S.A. solicita licencia de obras para la construcción de un nuevo edificio sobre el solar del viejo Hotel Centenario (que cerró el 1 de abril de ese mismo año), ampliando el espacio hasta lo que hoy es el paseo de la Constitución, edificando poco después el actual Hotel Don Yo, obra de Julio Suso, propiedad de la cadena HUSA y de tres estrellas inicialmente. Abrió en 1970 siendo su primer director fue Francisco Rausell y el maître era don Miguel González.
En los años 70 del siglo XX se hacían subastas en sus salones. Fue cerrado por una pérdida de clientes y remodelado y reabierto en 1980.
Publicidad de la cena cotillón del hotel Don Yo. Aragón Express,19/12/1973.
Aragón Express del 27 de junio de 1974.
La calle ya con los arcos del paseo Independencia construidos y el cartel del hotel Don Yo en medio. Fuente: "Zaragoza: sus calles y su historia", 1984, de Castillo Genzor.
En 1840 comenzó a funcionar La Moderna Casa de Baños, o Casa de Baños de Zacarías, en el Salón de Santa Engracia número 22 (actual paseo de la Independencia), junto a la puerta de Santa Engracia cuando allí estaba, al inicio de la actual plaza de Aragón. Ocupaban toda la manzana entre la calle Bruil y la plaza de Santa Engracia.
Duró hasta 1912 y actualizó sus instalaciones al introducir el agua corriente y los baños de sales medicinales a finales del siglo XIX.
Ver más en Independencia, paseo de la.
La República del 22 de mayo de 1872.
(Barrio de las Tenerías): Juan Faustino Bruil y Olliarburu. (Zaragoza, 1810 - Zaragoza, 1878). Banquero, comerciante, ministro de Hacienda, senador vitalicio y bienhechor de Zaragoza, así declarado por acuerdo del ayuntamiento. Durante varias décadas fue la figura más relevante de Zaragoza y una referencia en materia económica que intervino en cuantos asuntos de este tipo se suscitaron en su época en la ciudad. Ver más en Bruil, calle de Juan.
Este parque tiene una superficie de 33.420 metros cuadrados y sus límites son: al norte con el andador Alberto Albericio Conchán, al oeste con la calle Asalto, al este con el río Huerva y Mariano Alvira Lasierra, y al sur con los jardines Mancomunidad de Aragón. Fue una de las primeras zonas verdes de la ciudad, ha pasado por varias etapas:
Etapa 1: Huerta y olivar del convento de San Agustín.
El terreno había sido la huerta (en la margen izquierda del Huerva) y el mimado olivar (en la margen derecha) cultivado por los padres del convento de San Agustín, fundado en 1219, y sus criados.
En los actuales terrenos del parque se encontraban las ruinas del molino de Juan Martín de Goicoechea, empresario navarro afincado en la ciudad y buen amigo de Goya. Esta almazara fue construida en el año 1785 y contaba con seis prensas de las de viga y libra y tres bodegas.
Tanto el olivar como el molino fueron destruidos durante el Segundo Sitio (1809). El olivar fue talado entre los dos sitios para evitar que los soldados franceses se parapetaran tras sus troncos. La almazara, al ser utilizado de fortín avanzado, fue punto estratégico y lugar de importantes combates, siendo tomado definitivamente por los invasores el 27 de enero. Una columna gala se instalaría en él para asaltar la brecha del centro, que se encontraba abierta en la muralla de rejola, frente al molino.
El convento tampoco quedó indemne. Como muchos otros cenobios de la ciudad, formaba parte de la línea defensiva de la zona oriental de la ciudad y fue objeto de encarnizados combates, que incluyeron bombardeos y voladuras con minas, arruinándolo por completo. Después de la Guerra de la Independencia los carmelitas reconstruyeron en parte el antiguo convento, alojándose dos meses en lo que quedaba del molino. No pudieron acabar porque fue definitivamente exclaustrado en 1835, pasó a manos del estado, dividido y subastado durante la desamortización de Mendizábal.
Fuente y más información: mjmingo.wordpress.com.
Retrato Juan Martín Goicoechea Goya (1790).
Plano del segundo Sitio (1808) donde se remarca la ubicación del molino de aceite y de los olivares de los frailes de San Agustín cortados por los defensores para facilitar la defensa de ese punto de la ciudad.
Postal editada para el centenario de los Sitios localizada en web de compra venta.
Etapa 2: Propiedad de Zacarías Ínigo.
El terreno fue adquirido en 1842 por Fermín Zacarías Ínigo Lafuente, labrador acomodado, y doña María Sardaña de Íñigo (fallecida en marzo de 1850) por 40.000 reales aprovechando el proceso desamortizador de la década de los 30 del siglo XX. No fue su única compra, también se hizo con los terrenos del convento de Capuchinas y de Jerusalén en el Salón de Santa Engracia (ver más en Independencia, paseo de la) para instalar allí años después los famosos Baños de Zacarías o La Moderna Casa de Baño a mediados del siglo XIX (El Noticiero del 26 de mayo de 1946, pág. 6).
Los Zacarías Ínigo fueron una importante familia burguesa de la ciudad en el siglo XIX. Este Fermín Zacarías Ínigo debió ser el hijo de otro Zacarías Ínigo con droguería en el Coso, esquina Arco Cinegio, al que las tropas francesas arruinaron su negocio durante el I Sitio pero que se repuso pocos años después. Durante el Segundo Sitio prestó todos sus ahorros para la defensa de la ciudad (ver la noticia aparecida en El Noticiero del 5 de septiembre de 1936, seguramente para incentivar las donaciones a favor de los nacionales durante la Guerra Civil).
Otro Zacarías, el hijo del matrimonio Ínigo-Sardaña, fue un rico propietario que llegó a diputado provincial por el distrito de Azuara y a Teniente de Alcalde de la ciudad entre 1864-1867. Falleció el 21 de mayo de 1875.
Etapa 3: Propiedad de Juan Bruil.
Ese mismo año de 1842 la huerta de los frailes fue adquirida por Juan Bruil (ver calle Bruil, calle de Juan), que además adquirió años más tarde una parte de los edificios del convento de San Agustín y otro campo que había sido propiedad del Hospitalico de Niños Huérfanos. En total poseía un terreno de casi 30.000 metros cuadrados. Y los compró pese a la opinión de su madre que le decía, "¡Hijo, no compres el olivar de los frailes, que te vas a condenar!". Pero como buen burgués, a dios rogando pero con el mazo dando.
Bruil se hizo especialmente famoso en la ciudad por ser el propietario de esta extensa y lujosa torre extramuros, junto al Huerva, en los terrenos del parque que actualmente lleva su nombre. Primero dedicó la finca en casa de monta de yeguas y burras.
Diario de Zaragoza del 7 de febrero de 1846.
Foto de Gerardo Sancho antes de la reforma de 1965 Montaña Rusa. DARA.
Pero Bruil era un hombre adinerado, caprichoso y apasionado de la agricultura (cualidades muy comunes en la burguesía de la época), y en esta finca de 4 hectáreas de superficie, realizó cuantiosos gastos para convertirla en un frondoso jardín decimonónico regado gracias a la acequia de la Romareda Baja y en una lujosa residencia de recreo que fuera una muestra de su estatus social.
Según un cronista local, se plantaron de espesas alamedas, bambús, palmeras, paseos cubiertos de bóvedas vegetales que desembocaban en plazoletas con cenadores cubiertos, laberintos vegetales, estanques, jardines con caprichosa variedad de flores de especies desconocidas en la ciudad (camelias, magnolias, orquídeas, cedros), extensos invernaderos para especies exóticas y esculturas dedicadas a las estaciones del año.
Por tener tenía hasta una montaña rusa de 25 metros de altura, que era la gran atracción de la finca. No debemos pensar que era como las de ahora, ni mucho menos, si no que debemos imaginarnos una especie de tobogán grande desde el que se podía divisar toda la finca y a la que se subía por una escalera de madera con huecos a modo de cuevas.
Para cuidar el que fue primer establecimiento de arboricultura y horticultura de Aragón tenía un equipo de 10 trabajadores dirigidos por jardineros franceses/belgas (se fueron sucediendo Enrique Bonnamy, Alfredo Carriére, Neumman Foissy, Constant Jourdaín y Lorenzo Racaud).
El último de esos jardineros galos, Lorenzo Racaud, se afincó en Zaragoza junto a su esposa, ocupando una torre de buena huerta de las Fuentes entre las calles Monasterio del Pueyo y el camino de Fillas y trabajando hasta su muerte como jardinero del Hospicio Provincial.
Torre de Bruil en el plano geométrico de José Yarza de 1861. Se observa perfectamente el diseño de los jardines y en su parte superior el molino de Goicoechea. Fuente: zaragoza.es
Diario de Zaragoza, 26/6/1867, página 3.
También fue el primer zoo de la ciudad porque en él había faisanes, cisnes, pavos reales, ciervos y corzos en semilibertad junto al río, pasando por una serie un estanque junto al Huerva convertido en acuario, jaulas con monos y hasta gusanos de seda.
Para vivienda de los propietarios, para dar acceso a la finca y para albergar los servicios básicos que exigía, se erigieron cinco edificios.
La casa, con fachada hacia la calle Asalto, a la altura del cruce con Alonso V, y construida en 1844, era la residencia del matrimonio Bruil-Mur, no solo durante los varanos, también durante largas temporadas al año. Se componía de tres edificios unidos y su sobrio aspecto exterior no presagiaba la suntuosidad de su interior. Disponían de salones para la lectura y la tertulia, billares, y hasta capilla. Aquí, en las habituales reuniones de progresistas y liberales quede las que era anfitrión Juan Bruil, se gestó la revolución de julio de 1854 que llevaría al poder al general Espartero.
Vista de la vivienda de Juan Bruil desde la calle Asalto. Revista La Cadiera. Fuente: Aluterio Cifuentes.
La casa del "Tío Antonio" (el guarda), las viviendas de los otros trabajadores, el palomar, invernaderos, cuadras, corrales, fragua y un edificio que albergaba la explotación de gusanos de seda constituían el resto de edificaciones de la finca al modo de las casas de campo inglesas.
La torre de Bruil en el plano de Casañal de 1880. Se señala en rojo el estanque para peces, en azul el edificio para la cría de gusanos de seda y, en verde, la vivienda principal. Se ve también la ubicación de la almazara de Goicoechea.
El Saldubense del 27 de mayo de 1858, p. 11.
Juan Bruil, muy celoso de su vida privada, no permitía el acceso a la finca a casi nadie, pero tras una riada del Huerva ocurrida el 3 de septiembre de 1855 permitió entrar a todos los críos para disfrutar de las frutas que, llenas de barro, se habrían perdido sin remedio.
La experiencia debió satisfacerle porque poco después, y pese a que don Juan no era un hombre que gustase del exhibicionismo, al cerciorarse del placer que experimentaban los ciudadanos paseando y visitando su finca privada, mandó repartir tarjetas que les dieran fácil acceso especialmente los domingos y festivos. La concurrencia de visitantes resultó extraordinaria.
Y eso era una gran novedad en una ciudad sin parques públicos, en la que aún faltan al menos medio siglo para que los vecinos pudieran disfrutar de paseos por el Cabezo de Buena Vista, los parques de Pignatelli y Primo de Rivera, los paseos de Pamplona, Calvo Sotelo, Fernando el Católico e Isabel la Católica. Hasta la apertura de la torre de Bruil los únicos alicientes para caminar eran el descuidado paseo del Ebro, la arboleda de Macanaz y las Balsas del Ebro Viejo, el paseo de las Damas y el de las Tapias (actual paseo María Agustín), el Camino de Torrero (actual paseo Sagasta), que conducía al paseo Ruiseñores y a la playa de Torrero.
Como puede leerse en El Eco de Aragón del 23 de marzo de 1869, como buen comerciante la razón de permitir el acceso a la torre no fue solamente con un fin altruista, también procuró obtener un rendimiento económico con la venta de árboles frutales, flores, fascales (haces de cereal), semillas y leña a los visitantes.
Etapa 4: Propiedad de la familia Cavia.
Como indica José Blasco Ijazo en El Noticiero del 3 de marzo de 1955, página 7, los gastos de mantenimiento de la finca eran cuantiosos y la fortuna familiar parece que iba menguando, por lo que el matrimonio formado por Juan Bruil y Ángeles Mur decidió vender la torre y el día 23 de agosto de 1868 ante el notarlo don Celestino Serrano y Franco. La enajenaron en 70.000 escudos, en favor de otro notarlo de la ciudad, don Francisco de Cavia y Fernández y su mujer doña Anselma Lac y Gracia.
Su jardinero entre 1869 y 1871 era Benjamín Leclaire, afamado profesor y jardinero mayor del Patrimonio de la Corona en Aranjuez por espacio de veinte años, profesor de horticultura y arboricultura en la escuela central flamenca y condecorado con la Cruz de Oro del Gran Ducado de Mecldemburg y dos Medallas de la Exposición Española en 1857. Vivía en la misma torre hasta que las cosas se torcieron con el administrador de la finca. Fuente: Diario de Zaragoza del 6 de noviembre de 1869, página 4
Parece que la relación contractual acabó de mala manera porque menos de un mes después de haber abandonado (desconozco si obligado o por voluntad propia) su empleo (el 20 de febrero) pagó un anuncio en el Diario de Zaragoza (del 16 de marzo) advirtiendo a los clientes de la torre (era una especie de vivero donde se vendían, árboles, plantas y semillas) que él ya no estaba al frente del mismo y dejando entrever que la supuesta pérdida de calidad de las ventas y envíos se debía a que ya no estaba allí trabajando. Como ya no podía vivir en la torre se trasladó a la calle Alonso V número 52, muy cerca de su anterior lugar de trabajo.
La respuesta del administrador de la finca fue que se ocupase de sus asuntos, que la calidad no había bajado y que se hacían cargo de sus deudas y pedidos.
Catálogo en el que se enumeran los productos disponibles en el establecimiento de horticultura situado a las afueras de Zaragoza para los años 1871 y 1872. Fuente: realacademiadegastronomia.com
Diario de Zaragoza del 6 de noviembre de 1869, página 4.
Diario de Zaragoza del 16 de marzo 1871.
Diario de Zaragoza del 17 de marzo 1871.
Muerto sin testamento don Francisco (24 de julio de 1880) la heredaron sus hijos Mariano (ilustre periodista, ver más en Cavia, plaza de Mariano), Pilar, Constantino, Patrocinio y Carolina.
Finalmente sus hijos decidieron venderla en subasta judicial, rematada en 13 de noviembre de 1878 en 87.100 pesetas a favor de don Ramón Berduque, quien cedió el remate a don Sebastián Monserrat y de Bondía.
Etapa 5: Propiedad de Sebastián Monserrat y de Bondía.
Don Sebastián Monserrat y de Bondía (Maella, 1840 - Zaragoza, 1915) era un político, abogado y propietario, sobrino carnal del obispo de Barcelona. Pertenecía al antiguo linaje que de Ponce de Guardia, famoso caballero que ayudó al Conde Borrell a reconquistar Barcelona, que según la costumbre de la época, trocó su apellido por el de la tierra que ganó con el esfuerzo de su brazo.
Religioso hasta la médula, en 1879 hizo adjurar al pastor protestante Antonio Sánchez, a su mujer e hija de sus "errores", y convertirse al cristianismo.
En política era carlista y jaimista militante.
También miembro de la academia de historiadora y un importante coleccionista de arte. Habilitó los recintos cubiertos de la torre para albergar su colección, conformando un museo de primer nivel que albergaba tapices flamencos, pinturas, porcelanas, arquimesas, monedas, joyas y una biblioteca de más de 8.000 volúmenes, entre ellos bastantes códices e incunables. Escribió, con José Pleyan, "Aragón Histórico, Pintoresco y Monumental".
Si al aspecto vegetal y artístico le unimos que en la finca los festivos se daban conciertos por bandas militares, mejorando aún más si cabe la torre de recreo heredada de Juan Bruil, podemos hablar del lugar de ocio de acceso público más importante de la ciudad durante treinta y cinco años.
Se casó con María Jesús del Paño y Villacampa, hija del jurisconsulto don Ignacio Pano de Sessé. Tuvo cinco hijos: Jesús Teresa, fallecida a corta edad en 1884; Sebastián, que vivía en el número 27 de la calle Jaime I; Pantaleón (alcalde entre el 28 de Junio y el 29 de noviembre de 1917), José María e Ignacio (fallecido el 30 de enero de 1948), concejales y diputados provinciales.
Sebastián Monserrat.
Tras la muerte del padre sus sucesores continuaron con la explotación de la torre, que fue donada ante el notario don Pablo Molinos a su hijo José María el día 14 de julio de 1917, siendo su propietario al menos hasta 1955.
Plano de Casañal del año 1908 donde ya consta como torre de Monserrat.
Los años no fueron pasando en balde. En la las primeras décadas del siglo XX comenzaron a surgir nuevos lugares de ocio (parque Primo de Rivera, quintas Julieta y de San José, etc) que hicieron que la vieja finca de Bruil perdiera popularidad, por lo que José María Monserrat, previendo la falta de rentabilidad por su alto mantenimiento, decidió arrendarla para otros usos.
En 1881 ya no se accedía mediante incitación, se vendían las entradas a la torre por un real. El Faro Católico Aragonés del 17 de abril 1880.
Etapa 6: Luna Park.
En el número 13 de la calle Asalto, el empresario José Nadal abrió en el verano de 1920 el Luna Park. Era un parque de recreo y atracciones que ofrecía un espectáculo moral y atractivo (verbenas, conciertos, toros los festivos, concursos, combates de boxeo, etc) durante los días veraniegos que fue una gran novedad en la ciudad. A los jardines y arboledas existentes añadieron un restaurante al aire libre, un campo de deportes (de fútbol creo), la primera pista de patines de España, plaza de toros y algunas atracciones desconocidas en la ciudad. La entrada era libre los días laborables.
Publicidad de Luna Park. Diario "El Día" del año 1923.
El nombre no fue una novedad. Lo copió de otros establecimientos que una década antes ya estaban abiertos en París o Berlín. Este último tenía montaña rusa mecánica y hasta un zoo humano de somalís.
Convivió con el Saturno Park de la huerta de Santa Engracia (ver más en Sitios, plaza de los). Su vida fue fugaz, en 1924 ya había cerrado.
La torre siguió funcionando como vivero hasta al menos 1933 bajo la propiedad de Pantaleón Monserrat de Pano, con un despacho de venta en la plaza de San MigueI, 14, duplicado.
La Voz de Aragón, 3 de febrero de 1932.
Etapa 7: Campo de fútbol. Dionisio Carreras.
En 1924, Pascual Irache, presidente del Zaragoza Foot-ball-Club (no confundir con el Real Zaragoza), tras su fusión con el CD Fuenclara que carecía de campo propio, construyó donde estaba el Luna Park (Asalto 13) su propio estadio, llamado campo del Conde del Asalto, en unos terrenos arrendados a la familia Monserrat.
Por aquel entonces era éste uno de los equipos punteros del fútbol en la ciudad, militante de la 3ª División regional que buscaba afanosamente hacerse con un terreno de juego propio. Los primeros chutes los habían dado en el campo de La Hípica o de Las Delicias (ver más en Atienza, calle de Agustina).
El contrato que se firmó entre el Sr. Irache, directivo del club y el entonces propietario de la finca, obligaba a éste último a ceder la superficie necesaria para la construcción de un campo reglamentario con una franja alrededor para tribuna y espectadores de pie, adecuar edificios para vestuarios y gimnasio. El club correría a cargo de los gastos y abonaría una cantidad mensual en concepto de alquiler más un porcentaje de taquilla y el pago de las correspondientes contribuciones. Tras el acuerdo, trabajadores y socios del club balompédico se pusieron manos a la obra.
AHPZ. Gabriel Faci. Años 20. Fuente: Proyecto GAZA. A la izquierda de la foto estaba la portería que daba al Huerva y a la derecha la otra, que daba a Asalto.
Noticia de la inauguración en el Diario de Avisos de Zaragoza y en Heraldo de Aragón.
En un primer momento se procedió a la tala y venta de árboles centenarios (fue una gran fuente de ingresos para el club), desbrozado y allanado del terreno, para seguir con la realización de la tribuna principal, elevada mediante la aportación de varios miles de carretadas de tierras y áridos. En seis meses se concluye. Los restos de esta sólida “grada” constituyen, aún hoy, los dos taludes del parque.
Este campo tenía una capacidad para 6.000 aficionados (llegó a alcanzar los 12.000) y poseía unas dimensiones de 105×70 metros sobre el terreno del actual parque Bruil lindando en sus lados cortos con el río Huerva y la calle de Asalto. Además se instalaron piscina, pista de patines, quiosco de música, etc.
La inauguración del campo fue en el 19 de octubre de 1924 a las 3 de la tarde con el partido de la primera jornada de Liga entre el Zaragoza FC y la RSA Stadium (conocidos como los "tomates" por su camiseta roja). Ganaron los segundos por 1-4 (o 0-4) ante un campo lleno hasta la bandera. Los periódicos alabaron el admirable aspecto del terreno de juego, con su fondo arbolado y unas gradas preferentes con sillas y pequeños palcos.
Hubo problemas económicos (parece que el alquiler era abusivo) y en 1925 unieron con los más ricos de la Sociedad Atlética Stadium (el que tenía su campo en el Arrabal), con el VIII conde de Sobradiel (José-Ignacio Cavero y Alcíbar-Jáuregui) a su cabeza, que sufragando la ampliación del campo doblando el tamaño de la grada central. En la fusión se decide que el color de la camiseta sea la roja (tradicional del Stadium) con pantalón azul (primera vez que llevan ese color en el pantalón) continuando siendo conocidos como "los tomates".
En enero de 1926 el Zaragoza recibió la visita del Sparta de Praga en este campo. Los visitantes ganaron por 1-6 en uno de los primeros partidos internacionales en Zaragoza.
En 1932 por problemas económicos a la hora del pago del arrendamiento dejó de utilizarse por el de Torrero y propiciaron la fusión del Zaragoza FC y el Iberia (origen del Real Zaragoza actual), aunque otros equipos como el Amistad lo utilizaron algunos años hasta que en 1936, a causa del golpe de estado, se convirtió en depósito de automóviles requisados.
Esos años era también habitual que se utilizaran las instalaciones para la disputa de campeonatos regionales de boxeo amateur (Heraldo de Aragón del 27 de julio de 1934).
A modo de aclaración... En la ciudad hay tres equipos principales de los años veinte. Por orden de importancia serían el Iberia Sport Club (1917, de primera categoría), la Sociedad Atlética Stadium (1919) y, finalmente, el Zaragoza Foot-ball Club (1921, de última categoría), que es el que jugaba en Asalto.
Desde el 7 de octubre de 1923 ya se estaban jugando partidos en el campo de Torrero, pero allí no jugaba el Zaragoza FC como local porque era el campo del Iberia Sport Club (club de primera categoría).
En 1932, con la fusión del Zaragoza C.D. y el Iberia S.C. el nuevo equipo abandona el campo de la Torre de Bruil sustituyéndolo por el de Torrero. El campo desapareció con la reforma del parque del año 1965.
Tomado con modificaciones de rz1932historia y de fundacionibercaja.es.
Foto aérea de 1935 donde señalo en rojo el campo.
Especial sobre la historia del Real Zaragoza a partir de la página 33 de El Noticiero del 16 de septiembre de 1973.
Dionisio Carreras Salvador (Codo, Zaragoza, 1890 - 1949), tuvo casa en esta calle. Corredor milagroso y a la vez caótico de la prehistoria del atletismo al que sus paisanos lo apodaron como El Campana. Era un superdotado, una de las primeras estrellas del deporte zaragozano, al que le faltó método y algo de rigor. No disponía de entrenador ni de un entrenamiento planificado. Tampoco se cuidaba físicamente pues le gustaba fumar, beber y el buen comer además de tener fama de mujeriego.
Continuador de la gran tradición de andarines aragoneses, sus victorias en pruebas menores (carreras pedrestes y polladas) le concedieron cierta fama. Sus duelos con Dionisio Magén, El Chato de Garrapinillos e Ignacio Latorre fueron muy recordadas. En un mismo día ganó dos pruebas: por la mañana compitió, y venció, en La Puebla de Albortón; estando allí, tomando un café en un bar, se enteró de que también había prueba por la tarde en Azuara. Se puso en camino, había unos quince kilómetros de distancia, y llegó unos instantes previos a que empezase la prueba; tomó la salida, ganó los tres pollos y regresó a Codo e invitó a cenar a sus amigos. Otra prueba de su fortaleza y de su romanticismo es que solía acudir corriendo a Zaragoza, que está a 50 kilómetros de distancia, para besar a su novia.
Ya en la capital trabajó en el cubrimiento del río Huerva. El Zaragoza Foot-Ball Club, se interesó por él y decidió ficharlo para su equipo de atletismo. Le ofreció, en esta calle Asalto, casa con luz y leña, y trabajo de responsable del mantenimiento (conserje) del campo de fútbol del Bruil. Era perfecto porque eso le daba sustento y espacio para sus entrenamientos.
Imagen tomada la cuenta de facebook De Filipides al running.
Noticia aparecida en La Voz de Aragón del 15 de febrero de 1928.
Su gran momento, el que le daría un lugar en la leyenda, se produjo en la Olimpiada de París-1924. El año anterior se había fundado la Federación Aragonesa de Atletismo. Fue el primer olímpico aragonés y para ello se preparó a conciencia, incluso con un entrenador, Francisco Alonso. Tomó la salida con 56 atletas más pero no fue su día (le pilló algo mayor, con 34 años) y se confundió varias veces en el curso de la carrera; con todo, recorrió el recorrido en 2 horas 57 minutos, acabando en la novena posición.
Fue campeón de Aragón de campo a través y el primer campeón de España de maratón (Barcelona en 1928) con una marca de 2h 25 min 28 seg (récord mundial) pero fue anulada porque los organizadores se equivocaron haciendo el trazado y faltaban 5 km. En 1926 ganó la Behovia-San Sebastián.
Se vio obligado a renunciar a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 por una enfermedad. Falleció en Codo en 1943 a la edad de 59 años.
Más información en Antón Castro para Heraldo de Aragón y en R. Martí para El Periódico de Aragón.
Etapa 8: Canódromo. Guerra Civil.
Como ya hemos explicado, en 1932 por problemas económicos a la hora del pago del arrendamiento dejó de utilizarse por el campo de fútbol de Torrero, aunque otros equipos como el Amistad lo utilizaron algunos años hasta que en 1936 se instaló aquí el primero de los dos canódromos que ha tenido la ciudad.
Las primeras noticias sobre el interés por construir esta instalación aparecen en la prensa local en el diario La Voz de Aragón del 12 de diciembre de 1934. Las gestiones llegan a buen puerto y finalmente el sábado 11 de julio de 1936 a las 18 horas se inaugura.
La afición en España por este deporte de origen inglés comenzó solo 5 años antes, con la instalación del primer canódromo en Madrid. Juan Lecube, exfutbolista del Atlétic de Madrid y el Celta, junto a José María Iglesias, un empresario residente en una población cercana a Zaragoza, pusieron los treinta mil duros necesarios para que las carreras de galgos llegasen a la ciudad. Dicen que llegó a ser el mejor del país porque desde todos los puntos los espectadores disfrutaban de una vista completa del recorrido (un óvalo de 350 metros) incluso de noche, gracias a su potente iluminación. La pista era de arena o ceniza y contaba con casetas para formalizar las apuestas a la entrada.
Heraldo de Aragón del 7 de agosto de 1936.
Heraldo de Aragón del 8 de julio de 1936, noticia de M. Chivite sobre la inauguración del canódromo. Pincha sobre la imagen para ver el artículo completo.
Los galgos que corrían eran llevados por sus propietarios particulares y seguían una peculiar dieta a base sopas de leche en el desayuno y un guiso de arroz, carne, huevos y pan duro a media tarde. En algunas ocasiones, por ejemplo el día "se les da también un poco de coñac y hasta champagne a veces". Las pruebas se dividían en de velocidad y de obstáculos. La organización de una jornada de carreras era compleja y requería de unos cincuenta empleados y de entre 60 y 100 galgos de criadores privados para pudiera desarrollar con normalidad.
No pudieron tener peor suerte sus promotores porque solo una semana después de la inauguración tendría lugar la sublevación militar de 1936 y el inicio de la Guerra Civil, motivo por el que el proyecto estaba condenado al fracaso. Pero no se puede decir que no lo intentaron... Tras unos días de parón por el inicio de la guerra, el 8 de agosto de 1936 se reanudaron las carreras con ofertas irresistibles como el acceso gratuito para damas. En un país que malvivía con cartillas de racionamiento habría poco espacio para el vicio de las apuestas en carreras de galgos y las jornadas de carreras se fueron espaciando cada vez más hasta agosto del año siguiente, momento en que las carreras cesaron hasta que el 15 de mayo de 1975 se inaugurase el nuevo canódromo de la calle Miguel Servet.
Parece ser que durante un tiempo intentaron seguir pese a la coyuntura bélica. En el diario Crónica de Zaragoza (1937) se dice que "todos los días grandes bailes en la mejor pista de Zaragoza" y que "la entrada al recinto dará derecho a las carreras de galgos ,pista de baile y una consumición en el bar".
Poca información hay sobre el devenir de la finca durante los años de la Guerra Civil, salvo que fue utilizada como aparcamiento aprovechando que la espesa vegetación permitía ocultar los vehículos requisados por los nacionales a los bombarderos de la aviación republicana.
Desde 1938 hasta el final de la contienda también fue punto de instrucción y encuentro de "Flechas y Pelayos", nombre que se daba a los jóvenes que integraban las organizaciones juveniles de corte fascista. El nombre hacía referencia a una revista juvenil subordinada a los intereses ideológicos de los franquistas.
Tras la guerra (entre al menos inicios de 1939 y mediados de 1940) se instaló allí el primer ARAGONIA. En este caso no era un moderno centro comercial si no una fábrica de jabones y perfumes gestionada por José Mª. Monserrat.
Heraldo de Aragón del 18 de mayo de 1939.
Los años posteriores la finca se abandonó utilizándose como cementerio de coches.
Foto de Gerardo Sancho (DARA) en los años 50 del siglo XX.
Etapa 9: Parque municipal.
Recordemos que, como decíamos anteriormente, hasta 1956 lo que hoy es el terreno del parque siguió siendo propiedad de José María Monserrat de Pano y de cuatro pequeños propietarios más.
En 1953 ya se dieron los primeros pasos para la conversión de los terrenos en el tercer gran parque municipal de la ciudad (tras el de Pignatelli y el de Primo de Rivera) pero no se concretaron hasta que tres años más tarde el ayuntamiento, presidido por Luis Gómez Laguna, expropió los terrenos (con la oposición y demandas de sus propietarios), derribó algunas viejas edificaciones de la antigua torre, añadió los terrenos del viejo molino de Goicoechea e inicio su reforma.
Hubo alguna propuesta para instalar allí de nuevo un campo de fútbol para el Arenas, que finalmente se rechazó.
A las 7.30 horas de la tarde del 17 de julio de 1965 el mismo Gómez Laguna lo inauguró, llevando el nombre de su primer propietario y creador, habiéndose descartado ponerle el nombre de sus últimos propietarios (la familia Monserrat de Pano), seguramente por su titánica resistencia a la expropiación (El Noticiero del 12 de junio de 1959, página 12).
El parque ocupó finalmente 42.000 m2 y albergaba una amplia zona de columpios, kiosco-bar, piscina, canastas de baloncesto, pista de patinaje, fuentes, bonitos jardines y hasta un pequeño zoo, junto a la calle Alvira Lasierra, donde malvivieron zorros, un tigre, pavos reales, leones, monos, jabalíes y dos osos (Juan y Nicolasa) víctimas del poco espacio de las jaulas y de la acción de gamberros.
Foto de Gerardo Sancho (DARA). El alcalde Gómez Laguna (el más bajo de los cuatro que están en primer plano) acompañado del resto de concejales recorriendo el parque el día de la inauguración.
Fotos de Gerardo Sancho (DARA). En la primera, en el lado izquierda se ve la escultura de un niño jugando al guá, obra de Diego Francisco Bretón García-Leñero, toledano de nacimiento y maño de adopción. La obra original se encuentra actualmente en el ayuntamiento.
La piscina tenía de 40 metros de largo. Aunque en alguno de los proyectos estaba previsto que estuviera junto al Huerva finalmente se construyó en el espacio dejado por el viejo campo de fútbol y el canódromo. Estaba en construcción el día de la inauguración y los niños y niñas no pudieron estrenarla hasta el verano siguiente. Todos los usuarios debían esperar hasta que a las once de la mañana el guardia diera el toque de silbato que permitía el baño. Como se ve en las fotos se dividía en tres zonas, siendo la del centro la destinada a los más pequeños. Contaba con unos sencillos vestuarios ubicados en las cercanías.
Inicialmente la piscina estaba proyectada junto al Huerva, en el lugar que ocupó el viejo estanque de los peces de Juan Bruil como puede verse en este plano (DARA).
Varias tomas de la piscina. Las tres primeras de Gerardo Sancho (DARA), y las otras dos en color, la primera encontrada en el DARA y la cuarta y quinta son postales de Comercial Josán.
Biblio-tranvía del parque Palomar en 1979. Al fondo los tejados de Transportes Ochoa, en ese momento en la avenida de Navarra.
Fuente: Lorenzo Gumiel.
En 1972 el ayuntamiento adquirió tres viejos tranvías retirados del servicio para adaptarlos como bibliotecas infantiles en parque públicos (El Noticiero del 28 de abril de 1972). Entre 1976 y 1978 instalaron uno de ellos en este parque Bruil, como hicieron también en los parques Tío Jorge y Castillo Palomar. Su uso fue esporádico y los comentarios en prensa decían que su estado y mantenimiento (suciedad) no incitaban a entrar en ellos. Aragón Express del 11 de agosto de 1975, página 15.
En 1981, durante una reforma de ampliación de la calle Asalto a costa del parque algunos se encadenaron para tratar de evitar que recortasen el parque. No funcionó y la reforma se completó como estaba previsto.
En 1978, trece años después de su inauguración, ya comenzaron las críticas en la prensa por su falta de mantenimiento y limpieza, especialmente el zoo.
Hasta 1983 no se construyó una pasarela que conectase sobre el Huerva el parque con el barrio de Las Fuentes.
En 1984 el parque se volvió a reformar integralmente, tanto de la vegetación como del mobiliario urbano, y se eliminó el zoo.
En esta reforma se colocó una estructura de trece grandes bloques de piedra en varias alturas en forma de muralla pertenecientes a los restos del antiguo molino de Goicoechea en la que hoy juegan y escalan los niños.
Las quejas aparecidas en prensa desde 1978 por el estado de los animales del zoo motivaron su cierre. Para una sociedad en la comenzaban a atisbarse los primeros indicios de ecologismo (la primera referencia al término ecología la he encontrado en la prensa zaragozana a principios de los años 70 del siglo pasado) la crueldad y el trato dado a los animales del zoo provocaba evidente rechazo. Y había razones para ello, según cuentan P. Zapater en heraldo.es, M Díaz en elperiodicodearagon.com, y Alfonso Martínez Abad en fundacionibercaja.es:
Uno de los pavos reales que correteaba por el parque apareció degollado.
Los osos Nicolasa y Juan llegaron los primeros siendo oseznos. No tenían el mínimo espacio requerido, pues su jaula era de 35 metros cuadrados. Llegaron a tener crías que morían a los pocos días. Nicolasa era tuerta a causa de los perdigonazos que recibió de gamberros. Juan falleció por las quemaduras provocadas por un objeto ardiendo que le lanzaron y Nicolasa finalmente, pues fue la última residente del zoo, sería trasladada en 1984 a Rioleón Safary-Park, en el Vendrell, donde murió unos años después sin dejar de dar vueltas sobre sí misma, herencia de su enclaustramiento.
Los zorros debieron morir indigestados por la comida e inmundicias que les lanzaban.
El jabato engordó tanto que apenas podía moverse en su jaula. La solución no pudo ser más bestia: cazarlo y comérselo.
La leona murió por raquitismo.
Los monos desaparecieron. Hay dos teorías. La primera es que murieron, seguramente al no aguantar el invierno zaragozano ni aun poniéndoles una pequeña estufa. La segunda es que se los llevaron por su "conducta inmoral" delante de los menores.
Varias fotos de la jaula de la osa. Imágenes del blog de Daniel Pérez.
Fuentes:
"La azarosa historia del Parque Bruil", de Alfonso Martínez Abad. Anteayer fotográfico zaragozano.
"Los espacios verdes en la Zaragoza del siglo XIX. Patrimonio de ayer y de hoy". Laura Ruiz Cantera. Cuadernos de Cultura Aragonesa, número 65.
“Estudio del parque Bruil: espacio vivido en la infraestructura verde de Zaragoza”, Daniel Seral Martínez (2018). UNIZAR.
"Juan Bruil: una historia de Zaragoza y el canfranero", Sergio Martínez Gil (2021). El Periódico de Aragón.
"Un jardín de recreo en Zaragoza: la Torre de Bruil (1842-1868)", Laura Ruiz Cantera. Artigrama, núm. 33, 2018.
"La torre de Bruil". lazaragozaignorada.blogspot.com
Hemeroteca digital: Heraldo de Aragón (3/2/1906) - La Voz de Aragón (1/11/1927) - El Noticiero (3/3/1955).
"¿Qué pasó con el zoo de Zaragoza que se iba a construir hace más de cinco décadas?", de Heraldo de Aragón en 2025. Pódcast en el que varios periodistas y expertos recuerdan el zoo que no se llegó a construir en Zaragoza.
(Barrio de La Jota): Pablo Bruna, El Ciego de Daroca (Daroca, 1611 - 1679). Compositor de música y organista español del siglo XVII. Daroca era un centro de peregrinación en el siglo XVII a causa del Misterio de los Corporales. Las siete iglesias, la mayor la colegiata, y los siete conventos que poseía la ciudad, es probable que tuvieran todas órgano (se sabe con seguridad de cinco de las iglesias).
De este ambiente musical surgiría Bruna. Fue el segundo hijo de los diez que tuvieron Blas Bruna y María Tardez. Se quedó ciego a los cinco o seis años por una enfermedad, pero eso no impidió que aprendiera música al igual que sus hermanos Blas y Orosia. De tal guisa que a los 16 ya se le permite ser organista de la Colegiata de Santa María la Mayor y de los Corporales de Daroca, pero no se le nombrará organista oficialmente hasta 1631, cuatro años después. Ocupará el puesto hasta su muerte, en 1679.
Bruna tocaba en el órgano construido por Guillaume y Gaudioso de Lupe, padre e hijo, respectivamente, considerado uno de los mejores de España. En 1669 fue nombrado maestro de capilla en sustitución de Juan Baraza, que se había ido a la Catedral de Huesca. Quedaría al cargo hasta 1677, año en el que Juan de Torres, maestro de capilla de la Catedral de Jaca, toma el cargo.
Murió en Daroca, donde pasó toda su vida, en 1679, tras donar sus bienes e instrumentos musicales a su familia, amigos y discípulos. Su fama en vida fue enorme. Los reyes Felipe IV de España (Felipe III de Aragón) y Carlos II hacían parada en Daroca para escuchar al maestro Bruna. El cabildo del Pilar de Zaragoza lo invitó en 1639 a quedarse como organista, pero Bruna lo rechazó. Su popularidad crecía por el flujo de peregrinos de Daroca y hubo en la época una polémica sobre si Bruna era mejor o no que Andrés Peris, el organista ciego de la Catedral de Valencia.
Fuente: Wikipedia. Más información: https://dbe.rah.es/biografias/15924/pablo-bruna
(Barrio de la Almozara): Capital y ciudad más grande de Bélgica y la principal sede administrativa de la Unión Europea.
(Barrio del Picarral): El pantano pertenece al municipio de Biescas y recoge las aguas del río Gállego. Con su construcción quedaron anegadas 234 hectáreas de terreno dedicadas principalmente a pastos, además de una parte del núcleo urbano de Búbal, localidad que dio nombre al embalse. Otras poblaciones, como Saqués y Polituara, fueron expropiadas por completo debido a la proximidad del embalse y están actualmente deshabitadas.
(Barrio de San José): Municipio de la comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza. Tiene una población de 87 habitantes.
Las desaparecidas cocheras del tranvía del barrio de Miguel Servet, en el barrio de San José, estaban sobre el espacio ocupado actualmente por esta calle entre1885 y 1976. Allí se dejaban todas las noches al finalizar el servicio.
Estaban en la calle Miguel Servet, en la acera de la derecha, entre la fábrica Giesa y el edificio de entrada de viajeros de la estación de Cappa (luego de Utrillas), por lo que también se las conoció como "Cocheras de Cappa". Eran unas enormes instalaciones en las que dar cobijo y reparación tranviaria a todas las líneas.
Su espacio lo ocuparon las primeras cocheras de los autobuses urbanos de la ciudad, hasta que, demolición mediante, la zona sea urbanizada.
Plano turístico de 1968 y fotografía actual de Google Maps donde se remarcan las cocheras del tranvía.
Cocheras del tranvía en 1945 (DARA). Justo detrás de las cocheras, imagen parcial del depósito de locomotoras de la Estación de Utrillas, y la chimenea de la Estación, un poco más a la derecha.
Las cocheras del tranvía. Fuente: José María Valero.
En la madrugada del 10 de julio de 1934 se produjeron graves incidentes (más de cincuenta disparos) entre trabajadores de la empresa de tranvías que acabó con varios hospitalizados.
Heraldo de Aragón del 10 de julio de 1934, página 3. En la edición del día siguiente se ofrece más información del suceso (Heraldo de Aragón del 11 de julio de 1934, página 3).
Todo surge tras la huelga general del mes de abril porque la Compañía de Tranvías realizó una admisión de nuevo personal para poner en circulación los coches.
Al terminar el conflicto fueron admitidos los huelguistas, pero la empresa decidió mantener en sus puestos al nuevo personal. No parece que los viejos y nuevos trabajadores se llevasen bien.
(Parque Labordeta): Actualmente es un parque situado detrás de la estatua del Batallador entre el parque José Antonio Labordeta y los Pinares de Venecia, ocupando a lo largo de sus 122.000 m² de superficie, el denominado Cerro del Cabezo de Buena Vista, elevación natural sobre gravas que debe su nombre a sus elevados terrenos desde los que se podía contemplar desde sus bonitos miradores las espectaculares vistas del skyline zaragozano y las huertas regadas por el río Huerva. El monte, a finales del XVIII, había sido literalmente abierto en sus zonas sur y oriental a pico y pala por presos empleados en la construcción del Canal Imperial de Aragón, como son testigo los taludes entre los que se encajona.
La historia del cabezo y del antiguo parque Primo de Rivera está indisolublemente unidas. La idea de hacer el parque actualmente denominado José Antonio Labordeta comenzó a gestarse a principios del siglo XX (una especie de Tibidabo hablaban los periódicos). El consistorio proyectó hacerlo en el entorno de este cabezo (colina en aragonés) porque ya un lugar de paseo entre los zaragozanos para oxigenarse, contemplar desde sus miradores la ciudad y su huerta desde lo alto los fines de semana (estaba lejos y no había tranvía ni autobús que te acercase). Además, permitiría impulsar la urbanización del ensanche de Miralbueno y disponer de un buen marco para colocar la estatua de Pignatelli (que finalmente se ubicó en el paseo de Cuéllar) que iba a dejar la plaza Aragón para dejar su sitio a la del Justiciazgo.
Plano del año 1951 del Instituto Geográfico Catastral. DARA.
Los primeros pasos fueron en 1905 se dieron con la firma de la cesión mediante alquiler del Cabezo de Buenavista entre el alcalde y el Director del Canal Imperial de Aragón. Un año más tarde el parque el alcalde D. Alfredo Ojeda consiguió autorización para coger el agua del Canal Imperial para regar el parque. Entre 1905 y 1914 se plantaron árboles de gran porte (pinos albares y algunos eucaliptos), otros más ornamentales y setos que bordearían los caminos que contenía. Los periódicos en 1916 ya exigían que las actuaciones que "hermoseasen" el cabezo se acelerasen. En 1917 hubo propuestas para llevar el tranvía hasta el Cabezo, pero no fructificaron (La Crónica, 10 de mayo de 1917).
Tres fotos que reflejan diferentes momentos del Cabezo de Buenavista. La primera es de Julio Requejo anterior a 1923 (no sé donde la encontré), donde se observa en una mañana de invierno al fondo la silueta del Pilar, el arbolado recién plantado y no se observa la estatua del Batallador porque aún no se la había ni planteado. La segunda foto es de una postal (tomada de historiasdezaragoza.wordpress.com) de fecha posterior a 1923 porque ya se ve sobre los árboles la silueta de El Batallador y se ve el arbolado más desarrollado. La última es actual (2024) tomada de Google Maps.
Centrándonos en el Cabezo de Buenavista hay que decir que alberga el denominado "Jardín de Invierno" (1914), una vieja gravera de las que se extraían materiales para la construcción que se aprovechó por su inmejorable orientación y el abrigo al cierzo que lo hacían muy agradable en cualquier época del año.
Inicialmente el "jardín de Invierno tuvo una curiosa gruta de origen no natural. Según la "Pequeña Guía del Parque Grande" de Javier Delgado (1997), en 1914 se aprovecharon unas graveras horadadas en esta ladera del Cabezo de Buena Vista para conseguir un refugio natural al que llamaban "la gruta" que contenía un estaque de reducidas dimensiones con nenúfares. Desapareció con la reforma del "jardín de Invierno" de 1959, siendo sustituida por un escenario, reconstruyendo las escaleras y asfaltando la zona para convertirla en un auditorio al aire libre.
Foto de la gruta del Jardín de Invierno Julio Requejo en 1922 (DARA).
Este redactor de La Voz de Aragón del 19 de abril de 1935 era un graciosillo.
Finalmente en 1929 el dictador Miguel Primo de Rivera inauguró y dio nombre oficialmente al actual parque José Antonio Labordeta.
Fuente: Alfonso Martínez Abad, "El Cabezo de Buenavista que dio origen al Parque Grande", perteneciente a Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Actualmente, además del Jardín de Invierno acoge:
El busto de Vicente Galve Sánchez-Plazuelos. Era un profesor de instituto y concejal del Ayuntamiento de Zaragoza a comienzos del siglo XX, y uno de los artífices de la creación del Parque Grande.
Monumento a españoles confinados en campos de concentración alemanes. Se instaló en 1985, año en que se cumplía el 40 aniversario de la liberación de los campos de concentración nazis. La Amical de Mathausen eligió Aragón como lugar en el que conmemorar la fecha, a consecuencia del alto número de aragoneses que sufrieron en el Holocausto.
El Batallador, el gran monumento al rey Alfonso I El Batallador, inaugurado en 1925 como conmemoración del octavo centenario de la reconquista de la ciudad por su parte. Realizado por el escultor José Bueno, formó parte de los actos de conmemoración del aniversario de la reconquista de Zaragoza en 1918.
Sobre el Cabezo de Buenavista ver más en Labordeta, parque de José Antonio.
Foto publicada en la cuenta de twitter del entonces candidato a la alcaldía Jorge Azcón, criticando la desidia del gobierno del alcalde Santiesteve. No hizo nada cuando pilló la alcaldía... Demagogia creo que llaman a eso.
(ACTUR): Estado de ánimo que denota buena predisposición para hacer cosas y divertirse.
Está paralelo a la avenida de José Atarés, y suele arrojar en primavera un aspecto selvático (y algo sucio) por la altura de su vegetación y el desorden de los especímenes que allí crecen. Un paseo por él muestra un paisaje con flores como margaritas, lavandas o dientes de león, que se mezclan con hierbas y otras especies vegetales menos vistosas, como cardos o plantas de trigo, y algún que otro desperdicio, como papeles o bolsas de plástico.
(Casco Histórico): El edifico (Casa del Buen Pastor) donde se encuentra el Centro de profesorado Juan de Lanuza, en el número 2 de la calle.
1ª etapa: Convento de los Teatinos.
Los Tetinos venían de Italia. Los había fundado en 1524 San Cayetano de Thlene. A España llegaron los teatinos ya entrado el siglo XVII. El primero en llegar fue el P. Plácido Frangipane Mirto que con el apoyo de Felipe IV (que lo nombró su predicador) fundó las casas teatinas en varias ciudades peninsulares, entre las que estaba Zaragoza.
Aquí debió llegar para predicar en la iglesia del Hospital Real y General en la Cuaresma de 1630 invitado por el Consejo de Aragón. Sus palabras debieron ser bien recibidas y decidió ese mismo año hacer la primera fundación con teatinos venidos de Italia. En 1632 ya teníamos una comunidad de la orden en la ciudad formada por dieciséis religiosos. En 1681 la Diputación de Aragón decide construir a sus expensas un templo al cuidado de los teatinos dedicado a la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal (infanta y patrona), aunque en la ciudad también es conocida como la de San Cayetano por ser el fundador de la orden teatina. El convento se levantaba junto al templo, en el solar que luego ocuparía el edificio de El Buen Pastor.
En 1807 consta que la Real Asociación del Buen Pastor recaudaba comidas, vestidos y limosnas para aliviar el estado de los presos de las dos cárceles de Zaragoza. "Establecimientos penitenciarios en Zaragoza en el siglo XIX", de Mónica Vázquez Astorga (2012).
Plano de Casanova (1769). En la segunda imagen se señala de morado la iglesia/convento de los PP. Teatinos. La iglesia circular con el número 84 de su izquierda corresponde a la desaparecida iglesia del Temple. De naranja se remarca la calle Buen pastor, que en ese momento se la denominaba travesía de la Cruz.
En 1808, en la contienda contra los franceses, aportaron a la Real tesorería cuarenta mil reales para las obras de defensa de la ciudad y se mantuvieron en la ciudad durante los dos asedios colaboraron administrando asistencia espiritual incluso en la primera línea de fuego, dando sepultura a los cadáveres provocados por la epidemia que arrasó la ciudad (cinco religiosos perecieron por esta causa) y elaborando los cartuchos de munición.
Tras los Sitios, los teatinos residían ya en su convento el 6 de junio de 1814, según la Guía de Zaragoza de 1860, página 213. En 1835 abandonaron la ciudad por haber sido suprimida su casa "por las circunstancias" (a causa de las desamortizaciones que suprimieron conventos y monasterios), haciéndose cargo del templo la Hermandad de la Sangre de Cristo. Regresaron en 1964, tras 129 años de ausencia, para volver a hacerse cargo de la iglesia de San Cayetano que fundaron en el siglo XVII.
Fuentes:
* La desamortización eclesiástica en Zaragoza a través de la documentación conservada en el archivo de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis (1835-1845). Wifredo Rincón García (2018).
* El Noticiero de los días 7 de julio de 1964, 28 de julio de 1964, 14 de septiembre de 1967 y 21 de febrero de 1969.
2ª etapa: La antigua delegación de Hacienda en la ciudad. Según la Guía de Zaragoza de 1860, página 213, tras la supresión del convento teatino el edificio fue ocupado por las oficinas de la Hacienda Nacional, que reunía en esta sede las que tenía dispersas hasta al menos 1860.
3ª etapa: Real Asociación El Buen Pastor, de 1803. Institución benéfica que ayudaba a los presos pobres y les enseñaba un oficio. Cubría alguna necesidad con la venta de sus trabajos, que repercutía en los presos. También daban a los presos instrucción religiosa.
Antes de ocupar el desamortizado convento de los Teatinos estaban alojados muy cerca, en la calle Botoneros, calle desaparecida que debió estar entre las actuales Buen Pastor y Olmo, discurriendo en lo que hoy son los porches junto al Mercado Central, en la avenida César Augusto.
La Real Cárcel de la Corte (ver más en Manifestación, calle de la) estaba ubicada en el arco de la puerta de Toledo, unidas a la parte que servía de cárcel de los Manifestados. Allí se cumplían las sentencias de la Sala del Crimen de la Real Audiencia de Aragón, de la que dependió la administración de justicia de todo el Reino. Para alivio de los presos de la Cárcel de la ciudad, fue erigida la Real Asociación de Caridad, bajo la advocación del Buen Pastor.
En el Diario de Zaragoza del 18 de agosto de 1818 se expone en primera página los fines de la Real Asociación del Buen Pastor.
Los productos elaborados por los presos se vendían y cada cierto tiempo en la prensa (se exponía el estado de las cuentas, con indicación de las salidas (gastos) y las entradas (venta de trabajos de los presos y dinero recogido en colectas y procesiones). Es interesante leerlo para comprender el la labor de esta institución.
Estado de cuentas de la institución El Buen Pastor expuestos en la Gazeta de Zaragoza del 25 de febrero de 1806-02-25, página 9.
4ª etapa: Escuelas municipales El Buen Pastor. En 1909 se acordó el traslado al nuevo edificio la escuela de niños de San Antonio Abad y las de niñas y párvulos de las calle de los Estébanes. Fue culminado el 1 de julio de 1911 (oficialmente en 1912), como se lee en la fachada en una humilde inscripción a mano alzada que alguien escribió. Era una escuela de niñas. Edifico catalogado.
Desde comienzos del siglo XX Ricardo Magdalena, en su condición de arquitecto del consistorio, proyectó una serie de escuelas municipales, la última esta de la calle del Buen Pastor, la más ambiciosa de todas ellas y que no vio acabada.
En 1911 se trasladaron los alumnos de las escuelas de la calle Estébanes y de San Antonio Abad al nuevo edificio.
Saliendo del edificio, en el interior de la primera ventana a la derecha, puede verse una inscripción en el ladrillo con la fecha de construcción del colegio: 1-7 AÑO 1911. Foto propia (2025).
Fotos del archivo Coyne (DARA). La primera foto es anterior a 1905, aún se ve a la izquierda de la iglesia un trozo del convento de los Teatinos, en ese momento ya utilizado como delegación de Hacienda. La segunda foto es de 1910 y se observan las obras del colegio Buen Pastor. En la tercera ya se ve el colegio terminado.
El inmueble incluía no sólo las aulas sino también viviendas para maestros y su construcción se prolongó hasta el año 1912. Recibió el nombre de Buen Pastor en homenaje a la asociación benéfica de esta denominación. La fachada principal recae sobre la calle del Buen Pastor y consta de tres alturas realizadas en ladrillo salvo el zócalo de piedra. Tiene un sótano con bodegas, como era costumbre. Para remarcar la zona de entrada incorporó el escudo de la ciudad de Zaragoza.
Interiormente, destaca su irregularidad (se observa simplemente apreciando lo empinado de la calle) y el uso de columnas de fundición de Averly similares a las de los porches del Mercado. La planta baja también esconde misterios, como la existencia de un cuarto sin puerta del que se desconoce su contenido. Mantiene actualmente sus escaleras primitivas de madera y forja, la carpintería de 1911 y dos patios de recreo con fuentes de fundición de Averly.
El inmueble se consideraba inadecuado al fin educativo en diciembre de 1943 pero no se aprobó la construcción del nuevo colegio hasta 1947 (el Grupo Menéndez Pelayo de la plaza de Santa Marta). Las clases siguieron allí al menos hasta los años 50 del siglo pasado.
En el colegio del Buen Pastor hubo un tiempo en que hacían los reconocimientos médicos para el Servicio Militar. Allí fueron tallados, medidos y pesados unas cuantas generaciones de zaragozanos que vivían pendientes del sorteo del Servicio Militar, que les podía llevar a las provincias españolas en África.
Fuentes: zaragozaarquitecturasigloxx.com - heraldo.es - zaragoza.es
Más información: Paola García (CP Juan de Lanuza).
Fuente: zaragozaarquitecturasigloxx.com
La Voz de Aragón del 25 de abril de1926.
Más adelante lo llamaron colegio María Diaz Lizardi. Fue una maestra nacida en Funes, Navarra, en 1856. Su hermana también fue maestra. Alcanzó el título de maestra superior en 7 de marzo de 1881. Hizo sus primeras oposiciones en San Sebastián, en abril de 1880, obteniendo el primer lugar entre diez opositoras y fue nombrada para la escuela de Orio.
Al frente de esta escuela estuvo siete meses. Unas afortunadas oposiciones hechas en Zaragoza le valieron la escuela que en nuestra ciudad regentó 19 años, desde el 27 de abril de 1881, hasta el 3 de abril de 1900, recibiendo muchos elogios.
Ingresar por méritos en la primera clase del escalafón de maestros de la provincia y obtuvo un premio extraordinario del Ayuntamiento, concedido en 15 de marzo de 1885, y otro concedido en 1898, consistente en una rosa de oro y un diploma honorífico que le fueron entregados en sesión solemne a la que asistieron el Ayuntamiento en corporación, el rector de la Universidad, la Junta local de primera enseñanza, y las familias de sus alumnas. También le concedieron la medalla de oro de la ciudad.
El 3 de abril de 1900 fue nombrada profesora numeraria de la Escuela Normal de Maestras de Tarragona. Su ausencia de Zaragoza no duró más que siete meses y veinte y ocho días. El 1 de diciembre de 1900, tomó posesión del cargo de profesora de la Escuela Normal de Maestras de Zaragoza. En 1926, tras 46 años en la docencia, se jubiló a los 70 años dejando un gran recuerdo entre sus discípulas.
Después de su jubilación mantuvo gran actividad en la Acción Católica de la Mujer de Zaragoza, donde figuraba como Presidenta de la Sección del Magisterio femenino.
En la pared de una de las aulas del actual centro de profesores existe una placa descubierta el 21 de octubre de 1919 donde se la homenajea. La placa reza lo siguiente: "Homenaje de gratitud a la excelsa maestra que con gran abnegación guio a centenares de niñas hacia el bien y la instrucción. Sus discípulas perpetúan el nombre de quien les iluminó el corazón y la inteligencia con sus sabias enseñanzas y ejemplares virtudes".
Fuente: La Voz de Aragón del 25 de abril de 1926 - zaragoza.es
Imagen propia.
En esa época hubo maestros y maestras muy recordados, con presencia en nuestro callejero y con grupos escolares que llevaron y, en algunos casos, mantienen su nombre: Valentín Zabala, Cándido Domingo, Pedro Joaquín Soler, Azcona, Solana, Eulogia Lafuente Querejeta, Tomás Alvira, Andresa Recarte, Díaz Lizardi y, muy especialmente, don Marcelino López Ornat.
5ª etapa. Centro de Profesorado "Juan de Lanuza". En 1994, tras quedar inadecuado para su uso propiamente escolar, el edificio acoge hoy el Centro de Profesorado, conservando buena parte su apariencia original.
Hay una parroquia denominada del Buen Pastor en el barrio de La Paz (ver más en García, calle de Honorio).
También hubo un reformatorio muy conocido en la ciudad con el mismo nombre inicialmente en el barrio de Las Fuentes (ver más en Aragón, calle de María de) y después trasladado al barrio de Valdefierro (ver más en Aldebarán, calle). La institución cesó su actividad en 2006.
Anteriormente conocida como calle de la Cruz.
En esta calle pervive una de las últimas placas de denominación de vía del siglo XIX que perviven en la ciudad. La placa tradicional, una baldosa blanca con letra antigua. Aún sobreviven una treintena de placas similares a la de esta calle.
En el número 1 de esta calle, confrontando con la entrada del Colegio El Buen pastor, estuvo la entrada original al Colegio Central de Santo Tomás de Aquino, privado y laico, fundado por la familia Labordeta Subías. Se ubicó en la parte posterior de la antigua casa de los condes de Sobradiel, y era alquilado como parte independiente de ésta. Ver más en Justicia, plaza del (palacio de los condes de Sobradiel).
El edificio del Buen Pastor estaba junto al solar (o formaba parte de él) donde se levantaba el palacio perteneciente a la familia de los Lanuzas, inmediato a las cárceles de la Manifestación que ocupaba el lugar de los arcos de columna metálicas que hay junto al Mercado Central.
(Parque José Antonio Labordeta): José Julio Bueno Gimeno (Zaragoza, 1884 - Madrid, 1957). Escultor de brillante historial que desarrolló en Zaragoza una abundantísima producción escultórica, sobre todo de tipo monumental lo más representativo de su estilo.
De una familia tan numerosa como unida, desde muy pequeño era aficionado a hacer figuras con barro para el Belén de Navidad. Cuando advirtieron sus dotes fue admitido en un taller de escultura religiosa a los 10 años.
A los 13 años comenzó los estudios artísticos en la Escuela de Artes Industriales de Zaragoza, donde fue alentado por Ricardo Magdalena para que se dedicara a la escultura. A los 19 años consigue su primera obra premiada, cuyo premio le es entregado por el Rey Alfonso XIII en las Fiestas del Pilar.
Exterminio, de José Bueno. Foto de Juan Mora (DARA).
Su carrera profesional se inició modestamente, trabajando de "santero" hasta que, tras librarse del servicio militar, pudo, pasando graves penurias económicas, trasladarse a Madrid. Se destacó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, especialmente en las clases de escultura de los profesores Aniceto Marinas y Juan Samaó, que le cogió gran afecto y se hizo cargo de algunos de sus gastos formativos.
Con 28 años, tras superar unas oposiciones muy exigentes, fue pensionado en Roma (el primer escultor aragonés en conseguirlo) contactando con otros escultores como Capuz o Moisés Huerta y viajando a Grecia y París. En esa época participó en numerosas exposiciones y concursos nacionales e internacionales cosechando segundas y terceras medallas. Al regresar a Madrid ganó su primera medalla de Oro con su grupo "Exterminio" (parece más un nombre para un grupo punk ochentero).
Con 32 años ya tiene ganas de volver a su ciudad natal a vivir de su oficio. A su llegada a Zaragoza ya era toda una personalidad y recibió un abultado número de encargos del ayuntamiento: monumentos, retratos, estatuas, imágenes y trabajos decorativos.
En 1.918 comienza su obra de mayor envergadura (6,50 metros de altura), “Monumento a Alfonso I el Batallador”, en mármol de carrara. Hijo un proyecto para escultura ecuestre pero se lo rechazaron porque la querían en una pose similar a la del retrato del pintor Francisco Pradilla.
En 1.924 consigue la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Se suceden las felicitaciones de sus colegas y los homenajes en Madrid y Zaragoza. Forma parte de numerosas juntas, instituciones y asociaciones. Está en el cenit de su carrera.
Volvió a Madrid en 1926, alcanzando la plaza de profesor de la Escuela de Artes y Oficios de esa ciudad, cargo que ocupó hasta su jubilación con 70 años.
A principios de 1.927 conoce a Hildegard Heimerle, joven estudiante alemana que completaba sus estudios universitarios en Salamanca estudiando castellano y en París estudiando francés, y con la que finalmente se casa y con la que tiene su primer hijo en 1934.
José Bueno y Hilde, su mujer. Fuente: escultorjosebueno.blogspot.com
Foto de Juan Mora (DARA) donde se ve en primer plano a Bueno delante de la obra de la Fosa Común del cementerio de Torrero y otras obras de motivos funerarios.
El año 1.936 todo sale mal. Estalla la guerra civil y 7 días después fallece su esposa por problemas tras el parto de su segunda hija, Matilde. la vida esos años en una ciudad sitiada debió ser muy dura para un padre solo al cuidado de dos hijos de corta edad. Acabada la guerra pudo vivir de su sueldo de profesor y de algunos encargos religiosos, mandando a sus hijas con la familia que tenía en Zaragoza a estudiar en el Colegio Alemán.
En 1.949 concluye la escultura en madera de aliso "Jesús atado a la Columna", una de las obras más destacadas de la Semana Santa Zaragozana por su tamaño (casi 3 metros) y por el gran conocimiento de la anatomía humana que demuestra.
Tras una grave enfermedad termina el “Cristo yacente” (1953, perteneciente a la procesión del Santo Entierro de Alcañiz), “Nuestro Padre Jesús Crucificado” (1955), y “Nuestra Señora de la Lágrimas” (1956).
Además de las comentadas dejó otras obras destacables: Monumento conmemorativo sobre la Fosa Común (cementerio de Torrero), "Mujer dormida" de la (plaza de Basilio Paraíso), monumentos a Mariano de Cavia, a Fernando Soteras “Mefisto” (ambos en plaza de Aragón) y a los Hermanos Argensola (plaza de San Pedro Nolasco), el mausoleo a la Madre Rafols. En los últimos años de su vida ganó un concurso encargarse de un monumento a Goya pero su ejecución se dilató más que la vida de este escultor.
Su estilo está impregnado de un permanente sentido clásico de la forma, de aire grave y contenido en las obras monumentales, y de un fuerte influjo neohelénico en los grandes relieves.
Fuentes: El Noticiero del 30 de mayo de 1957 - escultorjosebueno.blogspot.com.es/ - apintoresyescultores.es - Exposición antológica de los escultores aragoneses.
Más que calle se trata de un andador asfaltado dentro del parque José Antonio Labordeta. Parte de una de las obras más conocidas del escultor, la estatua de Alfonso I el Batallador.
(Barrio de Delicias): Al respecto la guía "Zaragoza, sus calles y su historia" de 1984 ya indica que el nombre no parece tener ninguna referencia ni histórica ni geográfica. Una calle cuyo nombre no nos dice nada y en la que no ha pasado nada.
Grupo de Viviendas Alférez Rojas. Este Grupo de viviendas denominado "Alférez Rojas" fue ejecutado en dos fases tal como se recuerda en sendas placas situadas en la casa nº 19 (fase 1ª, 1959) y en la casa 12 (Fase 2ª, 1961). Edificado en las Delicias en un área claramente diferenciada por su génesis y su estructura del resto del barrio, fue promovido por la Obra Sindical del Hogar. Ver más en Escolano, glorieta de José.
(Barrio de San Gregorio): Capital y ciudad más poblada de la República Argentina. También es llamada Capital Federal, por ser la sede del Gobierno nacional. Desde 1996 es una ciudad autónoma, por lo que tiene sus propios poderes ejecutivo, legislativo y judicial. Está situada en la región centro-este del país, sobre la orilla sur del Río de la Plata, en la región pampeana.
En El Noticiero del 25 de enero de 1940 se cita el cambio de nombre de la calle Banzo por la de Buenos Aires, pero no tengo claro que se refiera esta vía.
(Barrio de Las Fuentes): Eugenia Bueso (también escrito Buesso). Poetisa y relacionera (cronista) aragonesa nacida en Borja (Zaragoza), y activa en la segunda mitad del siglo XVII, durante el reinado de Carlos II.
Muy valorada en su trabajo por el cronista Diego José Dormer y otros escritores de su época, pero a pesar de ello conocemos poco de su biografía y se relacionaba con el compositor Joseph o José Ruiz Samaniego, un alabado buen creador de villancicos, a quien daba algunas letras. Tenía un estilo gongorino de la segunda mitad del siglo XVII muy elogiada por sus contemporáneos.
Residió en Zaragoza y escribió en prosa y en verso. Sólo conocemos tres breves escritos, del género de las relaciones de sucesos, publicados en 1669 en Zaragoza, todos en verso.
Relación de la entrada en la imperial ciudad de Zaragoza hecha por el Serenísimo Sr. D. Juan de Austria. Zaragoça, Diego Dormer, en la plaça de la Seo, 1669.
Relación de las fiestas que en la Imperial Ciudad de Zaragoza se han hecho por la canonización de San Pedro Alcántara y Santa María Magdalena de Pazzi, en verso español endecasílabo (1669).
Relación de la corrida de toros que la Imperial ciudad de Zaragoça hizo en obsequio a su Alteza, Zaragoza: Juan de Ibar, 1669.
Fuentes: Wikipedia - zaragoza.es
Calle Eugenia Bueso en 2005. Foto de Carlos Moncín para Heraldo de Aragón (Proyecto GAZA). Se hizo desde el patio interior enmarcado por los inmuebles de las calles Monasterios de Nájera, de La Oliva, de Silos y Eugenia Bueso.
(Barrio Arrabal): Valle despoblado del Pirineo de la provincia de Huesca lindante con el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, justo al noroeste del valle de Ordesa, y donde nace el río Ara, del que forma parte como zona periférica de protección. En tiempos Bujaruelo estuvo poblado, al levantarse en su interior el Hospital de San Nicolás, construido en torno al 1150 por la Orden de los Hospitalarios y alrededor del cual hubo poblamiento hasta el siglo XVIII. En la actualidad todavía puede verse el puente románico.
La zona formaba parte del mar de vías de la Estación del Norte, que dejó de funcionar hacia 1980, aunque ya durante los años 70 su actividad se había reducido mucho y solo ya al transporte de mercancías. Hasta los años 90 no se urbanizó esa zona.
La calle Valle de Bujaruelo marcada en rojo en un plano del año 1993, antes de que comenzase el proceso de urbanización de esa zona del barrio
(Barrio de la Bombarda): Luis Buñuel Portolés (Calanda, Teruel, 1900 - Ciudad de México, 1983). Director de cine aragonés naturalizado mexicano.
Vino al mundo en una acomodada familia de la alta burguesía afincada en Calanda que le dio una educación privilegiada y le inculcó el amor por la cultura y el arte. La familia disfrutaba de servicio doméstico abundante, finca lujosa en Calanda, casa señorial en Zaragoza y veraneos en San Sebastián.
Estudió en los colegios privados y religiosos de Corazonistas primero y El Salvador después, años que marcarán al de Calanda. Fue expulsado de los jesuitas por su rebeldía. No hay película dirigida por él en la que no proyecte sus recuerdos escolares, los curas y la formación religiosa que recibió.
En la capital descubre el teatro, sus padres tenían palco en el Teatro Principal, y el cine, que descubrió en los dibujos animados de la barraca de Farrusini, situada en la calle San Miguel 3-5. También aquí perdió definitivamente la fe gracias a la lectura de Darwin y su "Origen de las especies".
Ccon 17 años comenzó la carrera de ingeniero de Caminos en 1917 en Madrid, pero su afición al arte y a la literatura le hicieron abandonar pronto aquellos estudios cursando la carrera de Filosofía y Letras, ingresando después en el grupo de intelectuales de vanguardia, haciendo gran amistad con Gómez de Ia Serna, Alberti y Federico García Lorca.
Terminada la carrera marchará París, en un momento de ebullición de movimientos artísticos y literarios, en donde encuentra el clima adecuado para liberar la inquietud que le anima. Allí conoce a Jeanne Rocar, su compañera de toda la vida y el surrealismo, que le sugestiona y que se convertirá en su modo ideal de expresión.
En esos años creará "Un perro andaluz", en colaboración con Dalí, y "La edad de oro", obras maestras del surrealismo, y poco después, con la ayuda económica de su amigo y paisano, el anarquista Ramón Acín, realiza el impresionante documental socio-político "Las Hurdes, tierra sin pan".
Acabada la Guerra Civil, con su amigo Acín fusilado y su familia ha sido perseguida, se exilia en Estados Unidos, sufre dificultades económicas. Tras ser acusado de marxista y ateo, deja su puesto en una empresa cinematográfica y se marcha a Méjico, cuya nacionalidad adopta.
La gran mayoría de su obra fue realizada en México y Francia y es considerado uno de los más importantes y originales directores de la historia del cine. Su vida ha sido descrita por muchos, el vídeo biográfico que os expongo es un buen resumen.
Fuente:
José Luis Pérez Cebrian en Aragón Expres del 13 de junio de 1973.
"El joven Buñuel", de Pedro Zapater (2025). Heraldo de Aragón.
Álbum familiar de Buñuel. Buñuel con 7 años uniformado, como corresponde a un alumno del colegio El Salvador. Aragón Expres del 2 de octubre de 1982.
Luis Buñuel vivió algunas temporadas en la casa de sus padres en la calle Costa. Su padre, Leonardo Buñuel, la mandó construir pasando a su viuda, María Portolés, tras su muerte (1923) en 1923. Ver más en el número 6 de Costa, calle de Joaquín.
Asistió al colegio de El Salvador (jesuitas), en el solar ahora ocupado por la sede central de Ibercaja. Ver más en Paraíso, plaza de Basilio.
Luis Buñuel era practicante de tiro y frecuentó unos terrenos del barrio de Torrero donde una Sociedad de Tiro nacional organizaba concursos y fiestas. Ver más Tiro, calle del.
En el Café Ambos Mundos (paseo de la Independencia), un punto de reunión de la intelectualidad del momento, Ramón Acín le prometió financiar una película a Luis Buñuel si le tocaba la lotería, como así fue.
Tuvo unos multicines dedicados en el centro de la ciudad, los Buñuel. Estuvieron abiertos entre 1978 y 2007. Ver más en Vitoria, calle de Francisco.
Heraldo de Aragón, 29 de noviembre de 1929.
Noticia de su muerte en Heraldo de Aragón, 31/6/1983.
(Barrio del ACTUR). Luis Buñuel Portolés (Calanda, Teruel, 1900 - Ciudad de México, 1983). Director de cine aragonés naturalizado mexicano. Ver más en Buñuel, calle del cineasta Luis.
En el meandro de Ranillas, junto al recinto de la Expo 2008. Se extiende a lo largo de más de 120 hectáreas el Parque del Agua. La conocida por los zaragozanos como "la revuelta de Ebro" fue una antigua zona de huertas ahora alberga uno de los mayores parques urbanos de España que se diseñó Fue construido como uno de los equipamientos de acompañamiento estrella de la Expo de 2008 y con la intención de mantener los ambientes más naturales en el meandro, su función como área de desbordamiento ante crecidas y ofrecer una amplia oferta de servicios y actividades lúdicas para los ciudadanos.
Allí se pueden encontrar flora (especies autóctonas y un bosque de rivera de casi 60 hectáreas) y fauna autóctona (patos y gallinetas especialmente) donde las terrazas recuerdan la vieja división agrícola de este terreno rústico pero adaptándose a su nuevo uso y la morfología de los canales respetan el antiguo trazado de las acequias de riego en un recorrido entre gravas y plantas que depura el agua extraída del río y de la acequia del Rabal sin productos químicos para emplearla en usos lúdicos.
La huerta de ranillas antes de 2008.
Antes de que fuera Zaragoza fuera elegida sede de una Exposición Internacional en 2008 los terrenos del actual Parque del Agua eran una zona agrícola de fértil huerta, principal sector productivo de la ciudad hasta inicios del siglo XX. Incluso dentro de ella tenía su espacio, especialmente en la huerta de Santa Engracia, en los terrenos en torno a la actual plaza de los Sitios.
Las exposiciones no le han sentado bien a nuestras huertas, la de Santa Engracia desapareció con la Exposición Hispano-Francesa de 1908, y la del meandro de ranillas con la internacional de 2008. De la famosa huerta zaragozana solo quedan algunos vestigios en Juslibol, Monzalbarba y Alfocea, y parece que con fecha de caducidad.
Fuentes: tausiet.blogspot.com
El meandro en 2005. Foto aldayjover.com/ - Fuente @PilarBernado.
El meandro en 2004. Fuente desconocida.
De ese pasado agrícola eran una muestra algunas "torres" (topónimo local con el que designan las edificaciones agrícolas) que salpicaban el meandro y que solían llevar el nombre de sus propietarios:
* La Casa del Zapero, presente en los planos de inicios del siglo XIX cuando el meandro estaba limitado por el conocido como "Soto de Mezquita", y que aparece medio siglo después en los planos como Torre de Hijaro.
Sección de un plano de 1866 donde se la Torre de Hijaro y el Soto de Mezquita. Fuente: Biblioteca Virtual de Defensa.
Foto de noviembre de 2004 de los terrenos de cultivo del meandro. Al fondo, en el centro, la Torre de Castillo. De José Luis Gamboa Urgeles.
Plano del ejército (1932-1941) donde se aprecian ambas torres (de Bergua y de Castillo).
Torre de Montañés en 1965 (de Heraldo de Aragón) y en 2004 (de Antonio Castro Visanzay).
* La torre de Bergua, en pie desde al menos 1892 hasta 2008. En su solar se encontraba la Escuela Hípica Parque del Agua, cerrado hoy. El proyecto inicial contemplaba su salvación como ejemplo de ejemplo valioso del modo de explotación tradicional de la huerta zaragozana modificando su uso a centro de interpretación, una granja-escuela y un centro ecuestre. Finalmente fue derribada.
Torre de Bergua en el año 2000. Fuente: Antonio Castro Visanzay
* La Torre de Castillo. Se hallaba en las inmediaciones del actual embarcadero del Canal de Aguas Bravas, junto a la Torre del Agua, donde hace la curva la avenida hacia el puente del Tercer Milenio.
Torre de Bergua. Fuente: apudepa.blogia.com
Ubicación hipotética (en rojo) del puente francés sobre imagen de octubre de 2006. Fuente: asociacionlossitios.com.
Durante los Sitios de Zaragoza (1808-1809) en Ranillas existió un vado de gran valor estratégico. Era el único sitio, aguas arriba del puente de Piedra, por donde se podía acceder a la orilla izquierda a pesar del escaso caudal que el río suele llevar en junio, mes de inicio del primer Sitio. Esta característica hacia que el vado tuviera una importancia estratégica que no pasó desapercibida por ninguno de los contendientes.
A tal fin los Palafox ya había situado dos cañones desde el día el 27 de junio de 1808 para cubrir ese frente y dos días más tarde, resaltando la importancia de la posición, nombran Comandante del vado al Teniente Coronel Rafael Estrada (que también lo era del vado del Gállego) y ponen bajo su mando a 400 hombres que distraen de los distintos frentes de la ciudad. Estas fuerzas se vieron impotentes de impedir el paso a los franceses y polacos después que estos vadearan el río y construyeran un puente por la noche. Fuente y más información: asociacionlossitios.com
Parque del Agua.
El hecho de que fuera zona inundable la resguardó de los planes urbanísticos, pero ya en 1957, en el Proyecto General de Ordenación Urbana de de Yarza se plantearon la supresión del meandro para crear una playa artificial y evitar inundaciones en el Arrabal. Salvo esta bola de partido pero la siguiente ya no sería así. El 16 de diciembre Zaragoza fue elegida en París como sede de la Exposición Internacional del año 2008 y el lema elegido, "Agua y desarrollo sostenible" hizo del meandro una de las infraestructuras estrella del plan de acompañamiento.
La pérdida de una parte importante de la famosa huerta zaragozana que quedaba al menos se tradujo en la creación de un gran parque urbano (122 hectáreas), uno de los más grandes de España, mayor que el del Retiro de Madrid, o el de Montjuich de Barcelona.
Las obras no comenzaron hasta que en 2006 se expropiaron de manera forzosa los terrenos a Claudio Caballero Sánchez, último vecino que residía habitual y permanentemente en Ranillas desde 1994, por 154.768 euros. Fuente: elperiodicodearagon.com
El parque durante una riada (2007). Fuente: lacasadelaarquitectura.es.
Para el parque se opta, como ya se ha dicho, por un diseño que mantenga la antigua estructura de campos y acequias de la vieja huerta que lo precedía con especies autóctonas de ribera (Sauces, álamos, olmos, tamarices o fresnos). Los edificios se construyen con una ligera elevación para protegerlos de riadas.
Para la gestión del parque se adoptan medidas novedosas como el uso de un rebaño de ovejas para pastar en el soto, uso de una isla en el interior del parque como zona de aves protegidas, filtrado del agua de acequia y del río entre gravas y plantas, uso de estiércol de caballos de la hípica y recuperación de la huerta urbana mediante la concesión de 200 huertos de alquiler. Más información: esmartcity.es
El parque se llenó también de propuestas y espacios culturales, deportivos, lúdicos y de aventura: un teatro para niños (Arbolé), un centro hípico, un parque de arborismo, un canal de aguas bravas, un tren turístico que recorre el parque, un jardín botánico, servicio de alquiles de kayak o barca a pedales, un campo de golf y un balneario. Tras una pésima gestión en los últimos años muchas de estas actividades están "durmiendo el sueño de los justos".
Dentro del parque podemos encontrar los siguientes elementos de interés:
* Noria de la Paz: Es una producción artística contemporánea de una noria tradicional mesopotámica montada por catorce artesanos sirios venidos de Hama (Siria).
Como se usó el hormigón en sus estructuras no es una copia totalmente realista. Además, como se prefirió instalarla en el parque sobre un canal con poca pendiente sus 16 metros de altura no se mueven autónomamente. Igual en vez copiar algo mal podrían haber reconstruido y/o reproducido la noria del monasterio de Rueda...
Fuente: esculturaurbanaaragon.com.es
* Reloj solar obra de Juan Antonio Ros, junto a la noria. Se concibió como complemento de la Noria de la Paz, con el fin último de concienciar a los visitantes del dinamismo del sol y de su presencia inmutable, fundamental para la vida al igual que el agua.
Fuente: arte-publico
Antigua Puerta del Gran Hotel. Se trata de una monumental puerta de acceso de hierro fundido obra de Antonio Rubio en 1929, que actualmente se ubica en la entrada del Pabellón de Ceremonias del Parque del Agua (2010), como elemento aislado para recibir a los invitados a las bodas civiles que se celebran en dicho pabellón.
Fue diseñada en julio de 1927 como parte integrante del proyecto del Gran Hotel Zaragoza, (calle Costa número 5). Por ella cruzó el 11 de octubre de 1929 el rey Alfonso XIII cuando inauguró el hotel, y el general Petain, Eduardo VIII con su esposa, la duquesa de Windsor, Juan Carlos I cuando era cadete, Manolete, Ava Gardner, Anthony Mann, Tyrone Power o Gina Lollobrigida en años posteriores.
Puerta del Gran Hotel poco después de su inauguración.
Fuente: zaragozaarquitecturasigloxx.com
Allí permaneció hasta 1980, año en que se clausuró el hotel, y 1982, en que se inició su rehabilitación tras ser adquirido por otra compañía hotelera el 31 de diciembre de 1981, en que se desmontó y se instaló como puerta monumental de acceso a la enorme finca “El Gracijo”, propiedad de una acaudalada familia de la burguesía zaragozana y ubicada en un espacio próximo al barrio de Valdefierro, en Rosales del Canal.
Puerta del Gran Hotel en la finca El Gracijo en 2007 cuando estaba en obras para reconvertirse en cámping (calle San Juan Bautista de la Salle). Fuente: Heraldo de Aragón - Proyecto GAZA.
La puerta se mantuvo con dicho uso hasta que en 2004 la finca, de 40.000 metros cuadrados, fue adquirida por el Ayuntamiento de Zaragoza para instalar el nuevo camping municipal, que se inauguró el 23 de mayo de 2008, poco antes del inicio de la Expo 2008. En un principio, la puerta se dispuso como un elemento aislado en los jardines del camping, permaneciendo allí hasta su traslado a la plaza de entrada del Pabellón de Ceremonias del Parque del Agua poco antes de su inauguración a mediados de enero de 2010.
Fuente del texto y de la foto: Arte Público de la Ciudad de Zaragoza.
(Casco Histórico): María de la Consolación Azlor (Gerona 1773 - Zaragoza 1814), conocida como La Condesa de Bureta, fue una noble y heroína durante los Sitios.
Hija de los virreyes de Navarra, Manuel de Azlor y Urríes, (de la estirpe de los duques de Villahermosa y condes de Guara) y Petronila Tadea de Villavicencio. Cuando tenía 14 años, al fallecer el padre, la familia se trasladó a Zaragoza.
Tuvo excelentes relaciones con el General Don José Rebolledo de Palafox y Melci con el que tenía parentesco por ser descendientes ambos de Doña Cecilia de Urries y Gurrea de Aragón, Condesa de Luna.
Hermosa y menuda, amante de la música y del dibujo, se casó con el Juan Crisóstomo López-Fernández de Heredia, sexto conde de Bureta, a los dieciséis años, enviudando en 1804.
Cuando ya era inevitable el primer Sitio, no quiso abandonar la ciudad y puso su hacienda y palacio, cuya parte trasera daba a esta calle, a disposición de enfermos y heridos, y de los defensores civiles y militares de Zaragoza.
En el primer Sitio organizó el "Cuerpo de Amazonas" encargado de socorrer a los heridos y de llevar víveres a los soldados que se hallaban en puestos avanzados, demostrando al resto de mujeres que podían participar en la defensa. En la jornada histórica del ataque francés del cuatro de agosto, cuando los franceses habían entrado en la ciudad, formó dos baterías en su calle con pelotones femeninos y guarneció los bajos de su casa con los criados de mayor edad, a quienes apostó como tiradores cubiertos, empuñando ella misma las armas resuelta a hacerles fuego hasta morir.
Tras acabar el primer sitio de Zaragoza, el 1 de octubre de 1808, contrajo el segundo matrimonio con Pedro María Ric y Monserrat (1808-1814), barón de Valdeolivos, entre otros lugares.
En el segundo Sitio, trabajó en la muralla del Portillo hasta que le sobrevino un aborto, dedicándose entonces a la preparación de vendas y de sacos terreros. En el invierno del año 1809 le ordenó Palafox reclutase gente para defender el Coso, lo que hizo. Y organizó partidas en el pueblo de Bureta, que dieron como resultado más de treinta enemigos muertos.
Mariano de Miguel González. "Retrato de la Condesa de Bureta durante el sitio de Zaragoza", de 1884. Fuente: artened.com
La condesa en un grabado hecho por Gálvez y Brambila entre 1812 y 1813 al frente de la batería de una calle que se cree es la suya, la de la calle Torrenueva. Fuente: bdh.bne.es
Al producirse la capitulación de Zaragoza el 21 de febrero de 1809, el mariscal francés Lannes le permitió a ella y su familia la abandonar la ciudad para trasladarse a Cádiz, hasta que en 1813, concluida la guerra, la condesa regresó a Zaragoza y falleció un año después con 41 años (ver Gazeta de Zaragoza del 31 de diciembre de 1914) en su casa de la calle Santiago.
Fue enterrada en el presbiterio de la parroquia de San Felipe y Santiago el Menor, con la ciudad de luto en su honor.
Se le puso su nombre a esta calle por ser adyacente a su palacio, con entrada por la calle Torrenueva, esquina con la calle Antón Trillo. El edificio se derribó en 1933 siendo sustituido por el SEPU y hace unos años por un moderno bloque de viviendas. Ver más en Torre Nueva, calle.
En el portal de acceso al edificio de viviendas que resultara de reacondicionar los antiguos Almacenes SEPU (levantados en 1934 sobre el solar de la casa de la Condesa de Bureta) se colocó una placa el 27 de enero de 2009, coincidiendo con el 200º aniversario del asalto francés a Zaragoza. El acto fue organizado por la constructora ARYCO, con el asesoramiento de la Asociación y la participación de la Condesa Viuda, María del Carmen Izquierdo López.
Fuente: asociacionlossitios.
En 1860 recibe su actual nombre (El Noticiero del 2 de junio de 1946), calle de la Condesa Bureta. Anteriormente se denominaba Puyada (subida) de la Carrera Nueva (siglo XVIII) y, en otro momento fue una parte de la calle de Antón Trillo y, antes de dedicarse a la condesa, se llamó calle Ecce Homo, como la plaza adjunta.
Inicialmente debió ser más angosta pero cuando se derribó el palacio para hacer el SEPU se aprovechó para ensanchar, alinear, pavimentar e higienizar esta calle junto con la de Antón Trillo (La Voz de Aragón, 1 de junio de 1935). Supongo que se paralizaría porque la Guerra Civil estaba al caer.
Calle Bureta remarcada en una sección del plano de Martín de 1920.
A finales del siglo XIX la zona y especialmente la calle Bureta era un sitio donde abundaban casuchas miserables, obradores artesanos y casas de prostitución y otros antros donde los escándalos eran muy habituales, según se recoge en los diarios de la época.
Nuevo Diario de Zaragoza del 8 de marzo de 1899.
En 1864 el 12 tenía Juan Guarino su taller de pintura. También vendía pintura.
La calle Bureta desde la plaza Ecce Homo en una foto del DARA comparada con una imagen actual.
(Barrio del Arrabal): María Pilar Burges Aznar (Zaragoza, 1928 - 2008). Pintora, acuarelista, grabadora, figurinista, escenógrafa, diseñadora y profesora, creadora de un estilo pictórico propio que ella misma acuñó como "hiperrealismo situacional" y artista muy presente en la cultura de la ciudad.
Nació en la calle Roda (ver más en Santa Isabel, calle). Se crio en un edificio del Coso, casi esquina con el Tubo, en el seno de una familia de destacados deportistas. Su padre, Juan Antonio Burges Casanova, fue un notable y polifacético atleta y futbolista cofundador del histórico club de fútbol Iberia, germen del futuro Real Zaragoza. En su juventud, María Pilar era popular en su club, el Stadium Casablanca, como reconocida nadadora y saltadora de trampolín y palanca, caso similar al de su hermano pequeño Juan Antonio. Su madre, de procedencia burguesa y conocedora de la obra de pensadoras como Simone de Beauvoir, hablaba francés y hacía de anfitriona de las tertulias de distinto signo político que tenían lugar en la casa familiar.
Estudió en el Colegio Santa Ana de Zaragoza, demostrando una gran capacidad intelectual estudiando el Logroño Magisterio Nacional. Comenzó su formación artística en los años de Bachillerato asistiendo al estudio de Dibujo Publicitario que el ilustrador de crónica, Manuel Bayo Marín, montó en Zaragoza. Al mismo tiempo recibió clases de Joaquina Zamora, la decana de las artes aragonesas, en cuya academia aprendió la proporción, los colores o la estilización de la figura humana, conocimientos con los que pudo obtener la beca Francisco Pradilla de la Diputación Provincial de Zaragoza y así cursar Bellas Artes en la Escuela San Jorge de Barcelona de 1953 a 1955.
En el año 1956 y 1957, ganó por oposición una bolsa de viaje para pintores del Ayuntamiento de Zaragoza. Con el dinero obtenido, viajó primero a París y después a Roma, siendo para ella una oportunidad de conocer las vanguardias pictóricas.
María Pilar Burges en la inauguración de una exposición en la Diputación Provincial de Zaragoza. Foto de Gerardo Sancho (DARA).
Vídeo de la vida y obra de pilar Burges.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y doctorada en Bellas Artes por la Universidad Complutense de Madrid, Burges es la primera aragonesa doctorada en dicha disciplina.
Tras pasar algunas temporadas de su vida en Barcelona, París, Roma o Gran Canaria, finalmente María Pilar decidió establecerse en su casa familiar de Zaragoza, ubicada en la calle Coso número 43. Fue ejemplo de entrega total y amor a su profesión y a la creación. Falleció en su ciudad natal, Zaragoza, en febrero de 2008 tras luchar contra un cáncer de larga duración.
Pictóricamente, transita por diferentes etapas: desde un realismo clásico de tono poético al neoimpresionismo, pasando por el neocubismo o el arte pop, pero siempre con un discurso feminista. Burges realiza una importante labor pedagógica desde su centro "Escuela de Arte Aplicado Burges", en la que forma a otros pintores a lo largo de dos décadas. Su extenso legado artístico está compuesto por más 1140 piezas, entre las que destacan más de 200 lienzos e incluye obras plásticas, autorretratos, fotografías, ilustraciones, murales y escritos originales.
El Ayuntamiento de Zaragoza le dedicó en el año 2012 la exposición "María Pilar Burges. Retrospectiva 1949-1986".
La familia de la artista cedió su legado en 2015 al Ayuntamiento de Fayón (Zaragoza), corporación que nombró a Burges hija adoptiva en 2017 y que ha materializado el deseo de la pintora creando el "Espacio Burges".
En el diario Aragón Express del 16 de junio de l 1978 consta una entrevista a toda página.
Fuente: Wikipedia - Heraldo de Aragón - El rincón de La Burges - María Pilar Burges. Retrospectiva 1949 - 1986.
La actual calle estaba dentro de un viejo polígono de naves industriales situado a la izquierda del puente de Las Fuentes que fue derribado en 2016 para levantar bloques para 900 pisos entre la ribera del Ebro, Marqués de la Cadena y la calle de Cosuenda, en una superficie total de 76.000 metros cuadrados.
Mirando desde el puente de la Unión hacia la calle Burges, comparativa de la vista en 2008 y en 2024. Google Maps.
Polígono industrial en la margen izquierda precediendo al puente de la Unión durante los años noventa. Foto de elblogdecha.org.
Foto de origen desconocido en los años 90 del siglo XX.
(Barrio del Picarral): Municipio de la provincia de Zaragoza, a 14 km de la capital. Situado en el valle del Ebro, junto al río, aguas abajo de Zaragoza.
Grupo de viviendas "Ortiz de Zárate". Constituido por diez bloques, está situado en el sector del Picarral, entre las calles Pantano de Yesa, Pilar Andrés, Valle de Pineta y Ortiz de Zárate, y al sur del Grupo Teniente Polanco e inmediato a la parte norte del Conjunto denominado Balsas de Ebro Viejo fue promovido por la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, proyectado en 1960 por el arquitecto Fausto García Marco y construido en 1961.
Más información: Ortiz, calle del Teniente Antonio - zaragoza.es.
(Barrio de Delicias): Ciudad situada en el norte de la Península Ibérica, capital de la provincia homónima integrada en la comunidad autónoma de Castilla y León.
Forma parte del conocido como barrio de Cariñena o barrio de Salamanca. Comprende las zonas que están alrededor de las calles de que aluden a capitales de provincia: Ávila, Salamanca, Burgos, Tarragona, Toledo, Tarragona, Santander... y Escosura.
Durante los años 40 del siglo XX toda esta zona seguía el eje de la antigua carretera de Valencia, con un laberinto de calles que acababan en la estación de Cariñena (demolida en 1940).
Era una zona industrial con fábricas, campos desolados, acequias y coches abandonados. El espacio de la vieja estación de Cariñena se comenzó a urbanizar en la postguerra, a partir de 1945, mediante edificios de entre 4 y 5 plantas con patio interior destinados a los obreros de las fábricas situadas en esta zona de la ciudad en régimen de alquiler. Eran relativamente baratas debido a su “lejanía” del centro urbano.
Hasta 1955 tenía poca población pero a partir de ese momento se inicia el desarrollo urbano que no concluiría hasta 1970, constituyendo un enlace entre la Ciudad Jardín, Las Delicias y Hernán Cortés y convirtiéndose una de las zonas urbanas más densamente pobladas de la ciudad a finales de los años 70.
La zona más al norte de este nuevo barrio estaba ocupada por los talleres Carde y Escoriaza, y no se comenzó a urbanizar hasta la desaparición de los mismos ocurrida en los años 60, momento en que se empezó levantar el Parque Roma (ver más en Escoriaza, calle de Manuel).
Evolución urbanística del barrio de Cariñena o Salamanca, remarcándose en rojo la ubicación de la calle Burgos. En el plano de Martín de 1920 se ve la estación de Cariñena, cerrada en 1933, sobre lo que será después la calle Santander. En el segundo plano del ejército (1932-1941) ya podemos ver la parcelación prevista del barrio y que la calle ya estaba definida. En el plano de Margalé de 1950 se cita ya la calle con su denominación actual. En el plano de Beltrán de 1958 se ve la calle Santander aún por abrir en su totalidad. En el plano de Margalé de 1958 se ve que actual la calle Burgos no llega hasta Franco y López porque en ese momento había un edificio que la cortaba entre la calle Ávila y Escosura. El último plano es turístico del año 1968.
Foto de la calle Burgos en los 60 del siglo pasado (DARA).
Veinte años después, la mayor “cercanía” del centro y la demanda de vivienda por el éxodo rural favoreció la urbanización de los terrenos de la antigua Carde y Escoriaza con viviendas de mucha mayor calidad y destinados a una población con mayor poder económico.
La ausencia de espacios verdes y zonas deportivas ha sido una de las demandas de los vecinos que al menos tenían a "cuatro pasos" la Ciudad Jardín.
En la primera década del siglo XXI el barrio se fue degradando por la continuada presencia por las noches de locales de prostitución y prostitutas en las calles de Escosura, Ávila y Burgos, principalmente. Para evitarlo en 2009 los vecinos salían todos los viernes se apostaban en las esquinas de las vías donde habitualmente se colocan las prostitutas para dificultar su labor y para ahuyentar a prostitutas y clientes.
Ver más en Delicias, barrio de Las.
El Noticiero, 6 de marzo de 1966.
La calle comienza a estar citada en la prensa hacia 1942. Una noticia de un ahogamiento en una acequia que pasaba por la calle lo atestigua (Heraldo de Aragón del 24 de febrero de 1942, página 2).
La Casa de Teruel estaba en el número 9 de esta calle en 1980.
Factorías Nápoles de Zaragoza (posteriormente NAZAR) se instaló en 1958 en el número 8 de la calle Ávila, entre la calles Toledo y Burgos. Ver más en Ávila, calle de.
La Abacería. Este comercio tradicional (de cuatro generaciones) estaba en la calle Ávila esquina con la calle Burgos. Ver más en Ávila, calle de.
Refrigeración Servicio, S. L., en el número 24 en los años 50 del siglo pasado.
El Noticiero, 1 de abril de 1951.
Imagen del camino del Buro en 2024. Google Maps.
(Barrio de Valdefierro): Greda, un tipo de arcilla arenosa que se utilizaba para hacer las eras para la trilla.
Se trata de un camino rural junto al Canal Imperial entre campos de cultivo y limitado por acequias para dar acceso a fincas, torres de labranza y chalets.
En 2024 durante un paseo por el mismo podías "disfrutar" de varios puntos utilizados de escombrera y basurero ilegal.
Centro privado de Educación Especial San Antonio, en el número 80. Pertenece a Atades.
(Avenida Valencia): Miguel Alejos Burriel (Martín del Río, 1800 - Zaragoza, 1849). Corregidor y alcalde de Zaragoza, así como procurador y diputado a Cortes por Teruel
Abogado y propietario agrícola, consta como administrador de fincas, como las de la rica condesa de Montijo. Con la desamortización compró una casa y negocios en Zaragoza, en la que se asentó.
De tendencias liberales, inició una carrera al ser elegido concejal en la Junta Revolucionaria que tomó el poder en Zaragoza en 1835. En 1836 fue elegido diputado por la provincia de Teruel, cargo que renovaría en sucesivas elecciones hasta 1843.
El ascenso al poder de Espartero le impulsó a la alcaldía de Zaragoza de 1840 a 1841, haciéndose anunciar como "primer alcalde constitucional". Uno de los hitos de su alcaldía fue la ley de ayuntamientos de 1840, que pretendía recortar la autonomía municipal en España y contra la que Burriel organizó la oposición en su ciudad. Durante ese periodo también actuó como presidente de la Junta Provincial de Gobierno de la provincia de Zaragoza del 7 de septiembre de 1840 al 1 de octubre de 1840, en ausencia de un jefe político superior titular.
Calle alcalde Burriel en una foto de los años 30 del siglo XX del archivo Mora (DARA) y en 2018. El edificio del fondo corresponde al número 26 de la avenida de Valencia y es lo único que pervive de la foto. Ni un coche, un carro, niños jugando en la calle. Una imagen de otra Zaragoza.
Contenido de la lápida del alcalde Burriel en Torrero. La Voz de Aragón 1 de noviembre de 1931.
Tras dejar la alcaldía se hizo famoso por su breve ensayo titulado “El Porvenir industrial de Zaragoza” que pretendía convertir la ciudad en una gran urbe. Describía su proyecto para una industrialización de de la capital aragonesa. Pretendía aprovechar la energía hidráulica del del Canal Imperial, que discurría por el Monte Torrero a una altura de 90 pies sobre el nivel del Huerva y del Ebro. Imaginó tres grandes calles industriales entre Torrero, la subida de Cuéllar y San José, por las que discurrirían tres canales en tres niveles distintos, suministrando la energía necesaria a un gran complejo industrial de base textil y lanar, que acabara con la importación de productos en la ciudad y generara trabajo para más de 200.000 personas, multiplicando la población de esta (45.000 habitantes en ese momento). Diseñó hasta las viviendas de los obreros.
También era partidario de impulsar la navegación del Ebro por barcos de pequeño porte eliminando los obstáculos y angostándolo, es decir, canalizándolo.
Retirado de la política desde el año de 1843, pasaba su vida entre su casa y la torre que poseía en las inmediaciones de esta capital. Murió de un ataque de apoplejía fulminante (Diario de Zaragoza del 28 de junio de 1849) y está enterrado en Torrero. Su único hijo, Juan Miguel Burriel, siguió sus pasos en política.
El escultor Félix Burriel (Zaragoza, 1888 - 1976) es descendiente suyo. Ver más en Burriel, calle del Escultor Félix.
Más información: sienteloconoido.es - Zaragoza Esparterista (1840-1843). Pilar Ínigo. Cuadernos de Zaragoza, número 154.
Hasta inicios del siglo XX aquí estaba la torre de Fortis. Ver en el plano de Casañal de 1908.
La calle consta en el callejero desde al menos 1929. En el plano de Margalé de 1950 consta como calle Burriel la parte final de la actual calle Pamplona Escudero, en el cruce con Cortes de Aragón. Podría ser un error del plano.
Fue pavimentada en 1949 (El Noticiero del 17 de abril de 1949).
En 1929 en el número 9 había una casa mortuoria.
La calle Burriel en el plano de Margalé de 1950.
(Barrio de Valdorrey): Jesús Burriel Alias (Muniesa, Teruel, 1935). Famoso jotero.
De pequeño vivió con sus padres y su hermana Luisa en diferentes masías de su pueblo. Llevando un rebaño de ovejas y cabras y en la soledad del campo, empieza a cantar sus primeras jotas.
Cuando vino a Zaragoza en el verano de 1961 trabajó en el matadero y empezó a formarse en el mundo de la jota. Comenzó a recibir clases de jota con la que fue su maestra, Dª Jacinta Bartolomé en la Escuela Municipal de Jota. A la vez, también tuvo la suerte de tomar algunas clases y poder educar su voz con Margarita Martínez, conocida maestra de canto lírico y lenguaje musical.
Cuentan la anécdota que estaba trabajando en el matadero vio un cartel donde se anunciaba un certamen de jota en la ciudad, presentándose con la ropa de faena y lo ganó.
Perteneció a los grupos folklóricos: Los Mañicos, Los Baturros, La Fiera y Royo del Rabal. En los últimos también impartió clases como profesor, faceta a la que ha dedicado más de 30 años.
Ostenta el segundo premio del Certamen Oficial de Jota de Zaragoza y el primer premio de profesionales del Galán Bergua de Radio Zaragoza en 1986.
Fuente: dclajota.wixsite.com
Cruce de las calles Burriel y Alfonso Zapater en 2008 y 2024.
Imagen cenital de 2024 de la calle antes de que se urbanizasen las parcelas entre las calles Zapater y Burriel.
Campo de fútbol "El Rabal". Los clubes la UD La Jota (fundada en 1970) y la AD Vadorrey (fundada en 1986) se fusionaron un 13 de septiembre de 2009 para crear un nuevo: el Club Deportivo Unión La Jota-Vadorrey. El presupuesto del campo fue de más de 3 millones de euros. Fuente: elperiodicodearagon.com.
Inicio de la calle desde el paseo de la Ribera en 2008, antes de la construcción del campo del CD. Unión La Jota y Vadorrey, y en 2022.
Parque de Vadorrey, de14.900 m2.
Destaca la fuente con el último remolcador remolachero que navegó por el Canal Imperial lo rescatamos de la chatarra. Con la creación de las primeras fábricas azucareras en el valle del Ebro muy a finales del siglo XIX se impulsó el uso el Canal Imperial para el transporte de remolacha desde los puntos de origen (pueblos) a los centros de tratamiento (azucareras). A lo largo de toda la primera mitad del siglo XX era frecuente ver en el viejo canal pontones remolacheros tirados por remolcadores, como el de la fuente, en el Canal Imperial de Aragón.
El remolcador colocado transportó mercancías por el Ebro entre Mequinenza y la desembocadura. Al quedar sin uso por la construcción del pantano de Caspe se rescató de la chatarra para colocarse aquí en 1987 como un monumento al río Ebro.
Foto propia de 2024.
Parque de Vadorrey, fuente y barco en 1987. Proyecto GAZA.
Foto de 1935 en el Canal Imperial. Centro de Documentación Digital de la Ribera Baja del Ebro. Fuente: Lorién La Hoz - Legazpe.
(Barrio de San José): Félix Burriel Marín (Zaragoza, 1888 - 1976). Escultor.
Estudió en la escuela de Artes Industriales de Zaragoza en el taller del escultor imaginero Francisco Borja. Continuó su formación en Madrid, en la Escuela de Artes y Oficios en el taller de Mateo Inurria, del que seguiría su escuela.
Vuelve a Zaragoza en 1915 y en 1926 la Diputación Provincial de Zaragoza le becó para estudiar en París (1926 a 1928) y Roma (La Voz de Aragón del 10 de febrero de 1926).
Tras este periplo volvió de nuevo a nuestra ciudad, siendo esa su gran frustración porque pensaba que podría haber hecho carrera en París. En el paseo de Pamplona fue propietario de un taller que había pertenecido a Honorio García Condoy. En el taller se formaron escultores como Manuel Arcón y Antonio Bueno Bueno. Durante 6 años Francisco Rallo Lahoz trabajó en el taller, primero como discípulo y luego a sueldo.
Su relación con José Bueno fue amigo y enemigo, se respetaban y temían, pero recelaban entre sí porque eran competidores asiduos en los diversos concursos. Eran, por antonomasia, los escultores oficiales de Zaragoza.
En esa época el taller trabajó en la talla de Cristo Rey para la Iglesia del Camino de las Fuentes, y en el grupo escultórico Alegoría del Ahorro en la parte superior del edificio Eliseos (ver más en Sagasta, paseo). Colaboró en las obras del edificio de la Confederación Hidrográfica del Ebro, junto a Regino Borobio. Es destacable también la ingente cantidad de estatuas de ínclitos aragoneses (varias en la plaza Aragón), realizadas en su mayoría en yeso, estuco y mármol.
Félix Burriel hacia 1926. Exposición antológica de los escultores aragoneses (zaragoza.es)
Bajo relieve de Burriel en el edificio de la C.H.E. Exposición antológica de los escultores aragoneses (zaragoza.es)
Otras obras suyas son el relieve "Alegoría del paso por la vida" en la sede de la Caja de Previsión Social de Aragón (ver más en Costa, calle de Joaquín); San Vicente de Paúl (en la fachada nueva de la basílica del Pilar); la lápida de la calle Inocencio Jiménez (ver Giménez, calle de Inocencio); el monumento a Francisco de Goya (ver más en Labordeta, parque de José Antonio); la decoración de la Casa Iguacel (ver más en Pamplona, paseo); el monumento al ahorro (ver más en Sagasta, paseo); los monumentos a Miguel Asín Palacios y Eduardo Ibarra, y el Monumento a los estudiantes caídos en la guerra para la Ciudad Universitaria de Zaragoza (ver más en San Francisco, plaza); el busto de Segismundo Moret del Museo Provincial de Bellas Artes (ver más en Sitios, plaza de los), el Sagrado Corazón para la fachada de la iglesia de los padres jesuitas (ver más en San Pedro Nolasco, plaza); busto a mosén Pedro Dosset en la Casa de Amparo (1966); en la rotonda balaustrada del frontispicio de El Pilar, la figura de José de Calasanz, santo oscense; y tres imágenes del paso para la Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Bautista (1948).
Entre los premios obtenidos está la medalla obtenida en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid (1942).
Enseñó dibujo en la Escuela de Artes Aplicadas de Zaragoza hasta su jubilación en 1958 y fue miembro de la Academia de Bellas Artes de San Luis.
Era bisnieto de un alcalde de la ciudad. Ver más en Burriel, calle del alcalde.
Para saber más: Exposición antológica de los escultores aragoneses.
Cuando la fábrica Licorera ya llevaba tiempo sin actividad, la calle La Licorera (ver más en Licorera, patio de la) fue renombrada en 1979 como calle Escultor Félix Burriel.
Plano de Margalé (1958) donde se remarca la denominada calle La Licorera. En el plano de 1980 ya con la actual denominación.
Calle del Escultor Félix Burriel (1984). En la derecha perduraba la fachada de la "Industrial Licorera Española", con la puerta con el letrero en su parte superior y una etiqueta del ron "Negus". Al fondo, la avenida de San José. Proyecto GAZA.
Raimundo Salas Mercadal (Blesa, Teruel, 1932 – Madrdid, 1970). Poeta.
Se trasladó a Zaragoza tras la guerra y residió hasta los treinta años, dejando los estudios y trabajando en esta calle La Licorera, porque allí estaba la bodega de su familia.
Introducido en el ambiente literario de la Zaragoza de los cincuenta, de la mano de Guillermo Gúdel, fue un miembro fundador del "Grupo Niké" (ver más en Cinco de Marzo, calle), donde demostró ser uno de los poetas-artistas más notables de aquella generación. Miguel Labordeta describía así a Raimundo: “Salas, por ejemplo, escribe maravillosos poemas después de haber estado todo el día cargando cajas de gaseosa.”
Finalmente decidió dedicarse "a las letras" y se casó en 1965. En sus últimos años, marchó a Madrid donde comenzó a vivir de la literatura mediante colaboraciones en una editorial. Murió joven, con sólo 38 años.
Sólo existe un libro de Raimundo Salas, editado en la colección El Bardo un año después de su muerte.
Fuentes: blesa.info - Paco Sanz (eldiario.es)
Industrial Licorera Española S.A. Aquí estaba, con entrada al Camino de San José (actual avenida de San José) número 56 entre los años 20 y 70 del siglo XX.
El Señor Fernando López Cordoncillo tenía una fábrica de licores (sus productos estrella eran el ron Cordoncillo y el anís Ballesteros) en la plaza San Carlos número 3 a principios del siglo XX. Parece que le fue bien y decidió ampliar el negocio, y en 1919 se unió a otros socios capitalistas y fundaron la sociedad Industrial Licorera Española S.A. que a comienzos de la década de los años 20 (siglo XX), instaló una importante fábrica de licores y hielo en el Camino de San José.
En 1922 inauguraron su fábrica de hielo.
En los años 30 consta como gerente de Salvador Bello Ratia, que años después compraría el bar restaurante La Maravilla (ver más en el número 5 de Independencia, paseo de la).
Ver más en Licorera, patio de la - San Carlos Borromeo, plaza.
Entrada a los garajes de la fábrica licorera ya cerrada en 1988. Podemos situarla junto al número 5 de la calle Félix Burriel. Se observa que tras el muro perimetral ya se están levantando los bloques de viviendas que la sustituyeron. Fuente: “Memoria de las calles de Zaragoza”, Julián Ruiz Marín, Librería General, 2003. sienteloconoido.es
Junto a la fábrica Licorera se abría el callejón de la acequia de la Mengrana, o Menglana, que regaba los campos de Miraflores. Se ve (calle Callejón) en el plano anterior de 1958, debajo de la calle la Licorera. Era un camino rural que venía de la huerta de Miraflores y una fábrica de hielo, y terminaba en el Camino de San José. Una vez canalizada y cubierta esta acequia, y urbanizado el entorno mediante el proyecto de conexión con Cesáreo Alierta, desapareció. Era callejón porque sólo tenía entrada y salida por la avenida, donde cruzaba por el denominado "puente de la Mengrana".
El término "mengrana" seguramente provenga de "granada". El nombre de la acequia debe hacer referencia a una finca de granadas que hubo en sus proximidades.
Plano de 1944 de Lorda, de las barriadas. Se remarcan la calle La Licorera y la acequia de la Menglana.
La Libertad, 4 de agosto de 1855, página 4.
Plano de 1958 de Beltrán y Casañal en el que ve, remarcado en amarillo, el recorrido de la acequia de la Menglana.
En esta calle de la Licorera, números 1 al 5, se instalaron laboratorios Proyex S.A., de Octavio Pérez Barrachina y Fernando Landa Solana. Fundados en 1959 (ver reportaje en Aragón Express del 9 de agosto de 1978, página 25), se dedicaban a la inspección, control de terrenos para la construcción (estudios geotécnicos).
La mala gestión realizada por Octavio Pérez Rodríguez, hijo del fundador, que tomó las riendas del negocio en 1996, provocó que entrasen en procedimiento concursal (suspensión de pagos) el pasado en 2005 y que fueran absorbidos por el Instituto Técnico de la Construcción (ITC), integrado en el grupo Atisae.
El Noticiero del 29 de junio de 1975.
Industrias Arba S.A., enpresa constituida en 1967 dedicada a la fabricación de pinturas, estaba instalada en los años 70 del siglo pasado en el número 7 de esta calle La Licorera. Actualmente están en el polígono Malpica.
Aragón Express del 23 de agosto de 1973.
Caja de cerillas promocional de Industrias Arba. Web de compra venta.
Calle de la Licorera en 1976. En primer término se ve el edificio de dos plantas de las antiguas instalaciones de Industrias Arba S.A. A su izquierda y un poco más abajo de la calle la Licorera. Al fondo en acceso desde la avenida de San José. Fuente: Julián Rosa.
(Barrio de San José): Era antiguo camino secundario (el principal era el camino de San José) con dirección sur que pertenecía al Sindicato de Riegos de Miraflores. Se llamaba así porque conducía a una partida de ese nombre dentro del término del Plano.
Según me informó Josi Sauca Modrego, el topónimo Cabaldós es de origen medieval. Está documentado que su etimología puede derivar de "Cabezo Alto", dada la gran cantidad de montículos que había en la zona y que con el tiempo se arrasaron y que tienen su reflejo en la toponimia de la zona (Cortado, Montemolín).
Tanto por este camino como, a su izquierda, por el paralelo del Puente Virrey se accedía al Barranco de la Muerte y a Torrero y ambos confluían, y confluyen, en el camino de San José (actual avenida).
Su forma combada responde al recorrido seguido por una antigua escorrentía o acequia que partía desde la Granja Experimental y, tras pasar por detrás de la Estación de Utrillas, seguía su recorrido por la actual calle Monasterio San Martín de Cillas. Se puede ver en el plano de Beltrán y Casañal de 1958.
En este término abundaban los olivares, según se desprende en los anuncios de compra-venta de fincas presentes en la prensa local.
Evolución del Camino de Cabaldós en planos. 1) Primer Sitio, 1808, cuando era solo camino. 2) Casañal, 1899, ya se ve el frontón Zaragozano, la estación de Utrillas y la Granja Experimental. 3 y 4) Beltrán y Casañal - Margalé, 1958. El espacio entre el camino del Puente Virrey y de Cabaldós ya en proceso de urbanización. 5) Margalé, 1964. 6) 1980. 7) 1993, con la calle Cartajena ya ampliada y convertida en la actual avenida Cesáreo Alierta.
Plano de Casañal de 1899 donde pueden verse la ubicación de las partidas agrícolas de Miraflores, Rabalete y Cabaldós.
Durante el siglo XIX Zaragoza seguía siendo eminentemente agrícola. En toda esta zona de la ciudad abundaban torres y campos regados por una red de acequias (Las Adulas, Ontonar, El Plano, San José, etc) que nacidas del Canal Imperial surtían de agua a las fincas situadas junto a los caminos agrícolas de la zona como con nombres como Miralflores, Herederos, Alcachoferas o el de Cabaldós.
Un ejemplo es la acequia del Ojo del Gallo. Según algunos anuncios en prensa de la época, el camino Cabaldós, pasada la Granja Experimental, se cruzaría con el brazal de la Abuja del Gallo (Diario de Zaragoza del 30 de octubre de 1847, página 3). Esta acequia pervive actualmente y cruza la Z-30 junto al camino de Miraflores.
Arturo Bayod, del Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, me aportó un plano de Casañal de 1892 donde aparece citada como acequia Ojo del Gallo, denominación que mantiene actualmente.
La acequia del Gallo en el plano de Casañal (1892). Fuente. Arturo Bayod
El camino Cabaldós no se asfaltó hasta 1964, como se aprecia en esta foto del inicio de esa década. Foto de los Servicios Aéreos Fotográficos. Fuente: Ignacio Martínez Barselo.
El Frontón Zaragozano, estuvo en el Camino Cabaldós. Se situaría a la altura de la actual calle Juana de Ibarbourou, entre las calles Monasterio de Poblet y Privilegio de la Unión. Construido en 1895 cerca del Camino del Bajo Aragón y el nuevo Macelo, fue derribado en 1967 para urbanizar la zona y trazar un enjambre de calles nuevas que desdibujarían el trazado del antiguo camino.
Ver más en Ibarbourou, calle Juana de.
El último resto en pie del viejo recinto deportivo donde se leía "Frontón Zaragozano de Pelota". Ya estaba acorralado y sentenciado por el desarrollismo de los años 70 del siglo XX. Fuente: zaragoza.es
El conocido como "barrio de la Paciencia" se extendía desde el camino de San José hasta el camino de Cabaldós, en torno a la calle de Carbó (actual calle Privilegio de la Unión).
El nombre era un alarde de ironía. En el año de 1927 se comenzaron a construir las parcelas para la clase trabajadora para viviendas autoconstruidas con materiales de poca calidad, sin servicios municipales de ningún tipo y sometidos al albedrío de los dueños de las fincas. Solo tras muchas movilizaciones vecinales y paciencia lograron mejoras de sus condiciones de vida.
Ver más en Privilegio de la Unión, calle.
Inicio del camino Cabaldós desde Miguel Servet en 1932, con la entrada al frontón Zaragozano al fondo. Foto de la Barrera. Fuente: Arturo Bayod.
Aragón Express (11/8/1978).
Campo del Arenas S.D. estaba junto al Camino Cabadós, sobre antiguos campos de cultivo del Barrio de la Paciencia, en un solar alquilado que estaba sobre la actual calle Luis Braille y muy cerca del Frontón Zaragozano. Ver más en la web la calle Luis Braille.
Talleres eléctricos Arblas estaban en el número 84 en los años 70 del siglo pasado. Se dedicaban a instalaciones eléctricas y bobinados.
Diario de Avisos de Zaragoza del 31 de enero de 1915.
Huerta de Izuzquiza. En torno a la estación Utrillas creció una incipiente industria metalúrgica basada en pequeños talleres para la transformación del metal. Entre ellos destacó talleres Izuzquiza, propiedad de una importante familia de empresarios poseedora de vastos terrenos entre la calle Miguel Servet 106 y el camino Cabaldós, colindantes con el ferrocarril, entre el Frontón Zaragozano y la Estación Utrillas, que constituyeron lo que se denominó la “huerta (o campo) de Izuzquiza”.
Tenían otras tiendas en Coso 60, Miguel Servet 116 y en la calle la calle Sitios número 8.
Ver más de esta empresa y la familia Izuzquiza Arana en Amar, calle de Josefa.
Mural a la altura de la calle Valentín Zabala realizado entre 2016 y 2018. Wikipedia.
Sección de plano de Casañal de 1899 donde se remarca la "huerta de Izuzquiza".
Granja Experimental. Durante más de un lustro el Camino de Cabaldós era el que conducía a la Granja Agrícola de Zaragoza, una institución gestionada por la Diputación Provincial para la investigación y experimentación agraria creada por real decreto en 1881 y situada en el término de Rabalete, en el lugar donde hoy disfrutamos del parque de La Granja.
Revolucionó el sector primario aragonés impulsando la introducción de nuevos cultivos, desconocidas técnicas para aprovechar mejor los suelos, diseño de moderna maquinaria y con la implantación de los estudios de Peritaje Agrícola.
Sus primeros edificios fueron diseñados por Félix Navarro. Abandonada en 1943 y con todas sus infraestructuras echadas a perder fue adquirida por el ayuntamiento de la ciudad en los años 60 del siglo pasado para destinar los terrenos a colegios, zonas verdes y espacios deportivos.
Ver más en Granja, parque de la.
Foto de Juan Mora Insa. Tomado del DARA.
En un artículo a toda página publicado en El Noticiero del 26 de octubre de 1971 (página 20) se criticaba el nivel de degradación de la zona. Josi Sauca Modrego, del Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, localizó el lugar exacto al que corresponden las fotos y los situó en un plano de 1964.
La foto de arriba (1) corresponde al edificio de El edificio de patología vegetal, un importante centro investigador español que aportó importantes avances en la lucha contra la Filoxera, el Mildiu, la lucha contra la langosta y contra la enfermedad de la remolacha.
Respecto a la foto del medio (2), el muro correspondía a la vía de los directos de la estación de Utrillas. Iba paralelo al antiguo camino de Herederos pero por su cercanía al camino Cabaldós en ocasiones se confundían sus nombres. En la foto ya había desaparecido la vía convirtiéndose en un simple camino. Tras el cartel se observa la silueta de la Granja Experimental.
La foto de abajo (3) corresponde a uno de los edificio anexos a La Granja Experimental, en el momento del artículo destinado a simple depósito municipal.
El Noticiero, 26 de octubre de 1971, página 20.
Plano de Margalé de 1964 donde se señalan las construcciones que se ven en las fotos del artículo de El Noticiero.
(Polígono Cogullada): Francisco Caballero Ibáñez (Zaragoza, 1896-Zaragoza, 1954). Ingeniero de caminos, canales y puertos, y alcalde de la ciudad entre 1941 a 1947.
De familia bien, era hijo de José María Caballero, licenciado en derecho, juez municipal en Calatayud, notario y político conservador que llegó a Diputado Provincial por el distrito de Calatayud-Ateca. José María tuvo cuatro hijos, Francisco, el que nos ocupa, Elena, María Asunción, un primer Ramón Caballero, fallecido a los 5 años, y un segundo con el mismo nombre que ejerció la medicina (El Noticiero del 16 de julio de 1922).
Francisco estudió en la Escuela de Ingenieros de Caminos. Casó con Carmen Laslerra Carpí, hija de Antonio Lasierra Purroy, industrial y financiero con calle dedicada en el barrio de Torrero, con quien tuvo tres hijos.
De su afiliación a la causa franquista no hay duda. Militante de la J.O.O.N.S., se ofreció en la mañana del 18 de julio de 1936 en el castillo de la Aljafería al ejército golpista como soldado voluntario. Fue nombrado gestor municipal en el "primer ayuntamiento de la nueva España" y era socio de la rancia y muy nacionalcatólica asociación "La Cadiera".
Nada más acabar su formación universitaria en Zaragoza (años 20 del siglo pasado) asumió la dirección de los embalses de Santolea y Moneva. Trabajó en el Consejo Técnico y como Delegado en el gobierno de la Confederación Hidrológica del Ebro.
Como alcalde sustituyó al doctor Juan José Rivas Bosch, que lo dejó por motivos de salud tras dos años en el cargo. No era un desconocido en el ayuntamiento, llevaba cinco años asumiendo los cargos de concejal y Teniente de Alcalde. Su impulso a las grandes obras de la ciudad (plaza del Pilar, San Vicente de Paúl y Gran Vía) fue su gran aval para llegar al cargo. Al tomar posesión expresó que sus objetivos serían el nuevo ayuntamiento, la prolongación y ensanche de la calle de Valenzuela, la continuación de la Gran Vía, el ensanche de Miraflores, la clarificación del agua de abastecimiento y la nueva Escuela de Veterinaria, la creación de una "Tienda Económica" (una especie de comedor social) y la urbanización y edificación de viviendas baratas en el entorno del Matadero de Miguel Servet y alrededores de Gran Vía. Fuente: La Hoja del Lunes (10 de noviembre de 1941).
Durante su mandato se reforma y amplía la plaza del Pilar, que dejó prácticamente terminada, terminó la calle San Vicente de Paúl, abrió y amplió la calle de Valenzuela hasta el Coso, construyó viviendas baratas v ultrabaratas en la prolongación de Gran Vía, provecto de una barriada de casas baratas en el barrio de Venecia, que luego realizó como presidente de "Hogar Cristiano", puso la primera piedra de la nueva Casa Consistorial, encargó el monumento al Generalísimo en la Academia G. Militar, se construyó el mercadillo de San Vicente de Paúl, reformó la plaza Salamero, cedió solares para la facultad de veterinaria, se construyó el nuevo gobierno civil, y se hizo un importante esfuerzo de pavimentación y alumbrado de amplios sectores. Como curiosidad podemos decir que mientras siendo alcalde se instalaron los primeros semáforos para regular el tráfico. En la alcaldía lo sustituyó José María Sánchez Ventura.
A propuesta del presidente de la Federación de Fútbol, Sánchez Candial, fue presidente del Zaragoza Club de Fútbol (anterior denominación del Real Zaragoza) del 17 de mayo de 1941 al 5 de marzo de 1943.
Del 27 de mayo de 1953 al 30 de enero de 1954 fue Presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza. Dimitió por incompatibilidades en el cargo de Ingeniero Director Gerente de Obras de modernización de puerto de Valencia, que dejó muy avanzado.
Como presidente del Hogar Cristiano, organización eclesiástica de carácter social bajo los auspicios de Acción Católica, impulsó la creación de viviendas "ultrabaratas" para familias de muy escasos recursos y casi nula solvencia para tratar de luchar contra el chabolismo en auge en varios puntos de la ciudad. Según sus propias palabras se debía hacer un recuento de las familias que viven en las graveras y construir las viviendas necesarias para alojarlas a fondo perdido y destruir estas inmediatamente. Un ejemplo el Grupo de Viviendas Casta Álvarez, detrás del matadero de Miguel Servet (ver más en Ballesteros, calle de Florentino).
También impulsó viviendas para personas que disfrutan de unos ingresos fijos, aunque no elevados. Un ejemplo son las ciento veintiocho viviendas levantadas baratas en el barrio de Venecia (ver más en Hogar Cristiano, calle). Entre los solicitantes se valoraron el número de hijos, disponer de un ingreso mínimo de 500 pesetas mensuales, y tener buena conducta. Sus ocupantes adquirían la propiedad en cuarenta años, desembolsando el diez por ciento en una primera aportación y pagando después una cuota mensual.
La Hoja del Lunes del 10/11/1941.
Inicio de discurso de Francisco Caballero, alcalde de la ciudad en ese momento, con motivo del acto de colocación de la primera piedra del mausoleo de los italianos caídos en la Guerra Civil (ver más en Cuéllar, paseo). La Hoja del Lunes del 4 de mayo de 1942.
El día de su muerte (El Noticiero, 3 de diciembre de 1954) el ayuntamiento acordó se le concediera la Medalla de Oro de la ciudad y se pusiera su nombre a alguna vía (El Noticiero, 10 de diciembre de 1954), como así fue. También da nombre a un grupo sindical de viviendas junto al Parque Labordeta (ver más en Piquer, calle de Andrés).
Antes se la conoció como Enlace de Carreteras N-ll y N.123. Esta vía, que conecta la carretera de Barcelona y la de Huesca, lleva el nombre de avenida Alcalde Caballero desde al menos el mes de febrero de 1971.
Plano de 1980 con la avenida Alcalde Caballero remarcada en amarillo.
CALSA-CASE. Era una de las ingenierías pesadas españolas menos conocidas especialistas en la producción de máquinas de movimiento de tierras, aunque también fabricaba tractores y cargadoras.
Estaba en el cruce entre Salvador Allende, San Juan de la Peña y Alcalde Caballero. Ver más en Academia General Militar, avenida de la.
El final de la avenida Alcalde Caballero en 1972 (AMZ). Al fondo se ven la cartelería de CALSA, al otro lado de la avenida San Juan de la Peña. Fuente: Fran Ríos.
Factoría PYGASA, En el cruce con la avenida Cataluña, en la parcela 78 del Polígono de Malpica. En los años 60 del siglo pasado se instaló aquí la factoría Arquero S.A., dedicada a la deshidratación de alfalfa y fabricación de piensos compuestos. Pocos años después cambió de denominación a PYGASA (Piensos y Ganados S. A.), ampliando en 1966 (El Noticiero, 5 de noviembre de 1966) sus instalaciones para cría, engorde y matadero industrial de pollos, lo que originó quejas por malos olores en el inmediato vecindario de la avenida de Cataluña y barrio de La Jota. Unos años después se vendió a la empresa a la multinacional francesa pollera Doux que la cerró, pese a que se había comprometido a mantener la producción y los puestos de trabajo. Después fue derribada.
Estuvieron vinculados al ciclismo. En los años 60 patrocinaban un equipo ciclista aficionado y en los 70 patrocinaban la Vuelta Ciclista a Aragón.
Imagen que recoge un momento en que el Enlace de Carreteras (actual avenida Alcalde Caballero) no estaba aún ni imaginada. En rojo se remarca el convento de las Carmelitas Descalzas de San José y en verde la ubicación donde una década después estaría el trazo de la actual avenida Alcalde Caballero. Foto del Arxiu Nacional de Catalunya, TAF Helicopter (1953).
Dos fotos de TAF Helicopter (1965) donde vemos dos perspectivas del cruce de la carretera de Cataluña (actualmente avenida) y el enlace de carreteas (actual avenida Alcalde Caballero). En rojo se señala PYGASA, en azul el convento de las Carmelitas Descalzas de San José, en naranja Talleres Cataluña (TACA). Imágenes obtenidas de Aluterio Cifuentes.
Foto de Gerardo Sancho Ramo, años 60 (A.H.P.Z.). El Viaje de la Libélula.
Foto de 1989 de Antonio Calvo Pedrós (AMZ). Proyecto GAZA.
El Noticiero, 25 de mayo de 1976.
El Noticiero, 3 de junio de 1971.
El Noticiero, 16 de octubre de 1971
Snack Bar restaurante Pirineos, en el número 22. Fue inaugurado y bendecido (como era norma no escrita en esa época) el viernes 6 de marzo de 1970. El capellán del Pilar que dirigió el oficio religioso dijo que "es más importante crear trabajo que levantar hospitales o asilos", un ejemplo de la sumisión frecuente de la iglesia católica a los intereses económicos.
La cafetería estaba decorada en tonos naranjas y contaba con un mural de estilo "pop" de Martín Ruiz Anglada (Milmarcos, Guadalajara, 1929 - Zaragoza, 2001), que representaba los Mallos de Riglos con árboles en tonos rojos. El complejo hostelero contaba con una gasolinera. Fuente: El Noticiero, 7 de marzo de 1970.
Información y fotos tomadas de un reportaje sobre la inauguración del restaurante Pirineos publicado en el diario Aragón Express del 7 de marzo de 1970.
El Noticiero, 16 de febrero de 1977.
En esta calle, en lo que hoy es un guardamuebles en la curva antes de llegar al puente, hubo una embotelladora de la Casera, que competía con la Konga, cuya fábrica estaba en la Almozara.
Don Rodolfo Echarri, director de Comercial Aragonesa de Neumáticos, S. A., distribuidora en Zaragoza de los afamados productos de "Firestone", en el 22, rodeando la cafetería Pirineos.
Aragón Express del 21 de diciembre de 1974.
Hierros Usón con la avenida Alcalde caballero cruzando las vías por el puente y calle Corbera Baja en primer plano. Los terrenos al norte de la avenida aún están destinados al cultivo. Guía Telefónica de 1978.
(Conde Aranda): Posiblemente así llamada por un mesón con dicho nombre (mesón de "Caballo") que existió en esta calle en el siglo XVII. Debía ubicarse ya en la plaza de San Ildefonso (plaza de San Lambreto hoy).
Esta calle se iniciaba en ese siglo en la plaza de la Cruz de San Ildefonso, por un lado, y en una desaparecida calle del mesón de Mosén Francisco (calle Pignatelli hoy). Ver más en Pignatelli, calle. Fuente: Cuadernos de Zaragoza, número 19, páginas 19 y 41, de Mª del Carmen Ansón Calvo.
Plano de 1852 de Yarza y Gironza donde se remarca la calle del Caballo.
Las denominadas "Cuatro Esquinas de la Victoria", espacio entre las calle del Caballo, de la Paja y del Mosén Francisco (actualmente parte de calle Pignatelli) y San Martín, eran los bajos fondos de la ciudad en los siglos pasado, lugar donde se perdían la honra, las fortunas y hasta la vida. En el Diario de Zaragoza del 17, 20, 25, 28 de mayo, y del 2 y 7 de junio de 1880 hay una sección denominada "El Dios Baco en Zaragoza" donde se describe el ambiente de esta zona de la ciudad entre finales del XVII y primer tercio del XVIII.
Explica que en siglos anteriores los carreteros dejaban en esa calle sus caballos y carros en caballerías (de donde se deriva que también podría derivar el nombre de la calle de este hecho) para acudir a las tabernas cercanas o al Hospital Militar, que se encontraba en esa zona de la ciudad. Muchos de esos mozos de mulas no debían buena gente, y si a ellos se unían un buen número de vagabundos, ropavejeros (que vendían ropas antes de que sus dueños las extraviasen), estudiantes de gorra, faquires y ganapanes baldíos y holgazanes adorando al Dios Baco y jugándose a los naipes los cuartos en las abundantes tabernas de esta calle y adyacentes, tenemos una descripción bastante acertada de lo que debió ser este popular, desaconsejable y siempre concurrido barrio siglos atrás. Tampoco faltaban las embaucadoras gitanas vestidas de chillones colores, que por poco dinero decían la buenaventura. En este ambiente los robos, escándalos, pendencias y crímenes tenían el caldo de cultivo perfecto. Ver más en Pignatelli, calle de Ramón.
Publicidad de la Alpargatería del Dios Baco. Diario de Avisos de Zaragoza, 9/6/1878.
Alpargatería del Dios Baco (y linería), en el número 1 a finales del siglo XIX. Diario de Zaragoza del 12 de septiembre de 1871. Propiedad del señor Giménez, se situaba en la esquina de la calle del Caballo y de la calle que se llamó de la Dama (actual calle Pignatelli). También era de punto de expedición de entradas para los toros, bailes y otros eventos. Debió de ser tan conocida que algunos la utilizaban para dar nombre extraoficial a la calle (calle del Dios Baco).
En la esquina de la calle Caballo había un altar dedicado a San Francisco de Paula adornado con flores, esfinges rosetones, angelotes y escudos, junto a algún monstruo. Diario de Zaragoza del 25 de mayo de 1880.
Edificio del número 3. Edificio catalogado del que se conserva únicamente la fachada. Fue proyectado en 1883 por el maestro de obras Mariano Pueyo. Más información: zaragoza.es.
Entre 1888 y 1935 en sus bajos se alojaba una barbería (Diario de Avisos de Zaragoza, 6 de febrero de 1888) y en la segunda mitad del siglo XX una tienda de vajillas y menaje.
Aragón Express del 31 de mayo de 1974.
Número 3. Foto propia de 2024.
Edificio del número 5. Edificio catalogado de finales del XIX. Casa de viviendas resultado de unir y reformar varias fincas. En 1883 se reforman dos de ellas (Caballo, 5 y Doncellas, 6), con arreglo al proyecto de Julio Bravo y Folch, por encargo del propietario de las mismas, Fermín Delmes. Posteriormente se incorporaría la correspondiente a Pignatelli 11.
Edificada entre medianerías, consta de cinco plantas con fachada a tres calles y resultado de unir tres fincas de arquitectura tradicional y popular.
Más información: zaragoza.es.
Número 5. Foto propia de 2024.
Edificio del número 9. Casa tradicional aragonesa del siglo XVII, con modificaciones en el XVIII. Ejemplo de arquitectura tradicional, remodelada en época reciente, y restaurada y rehabilitada en los años 1992. Consta de cuatro plantas y bodega, rematada en alero. Destaca su portada de acceso, en piedra, a base de un arco escarzano mixtilíneo que apoya en jambas con pilastras de orden toscano que sostienen una cornisa moldurada que sirve de repisa del balcón superior de la planta principal. Más información: zaragoza.es.
En 1926 en los bajos había una carpintería. Heraldo de Aragón del 5 de enero de 1926.
Número 9. Foto propia de 2024.
Pleno en la quiniela. María Ángeles Rodríguez Yagüe, una leonesa de treinta y siete años que vivía en la ciudad desde hacía un lustro, en 1971 ganó el pleno al quince de la lotería. Y solo hubo otros tres en esa jornada. Habitó en el número 7.
Aragón Express, 25/10/1971.
El Clamor Zaragozano del 3 de marzo de 1901.
En el número 8 de la calle estuvo el bar Morenito en los años 50 del siglo XX. El propietario debía tener algún vínculo con un torero llamado José Moreno y Andaluz (Aranda de Moncayo, Zaragoza, 1896 - Macay, Venezuela, 1933), conocido como "Morenito de Zaragoza", que tomó dos veces la alternativa, hecho infrecuente pero no excepcional. El Noticiero, 8/1/1974.
Noticia del indulto en el Diario de Avisos de Zaragoza del 21 de noviembre de 1892.
Crimen de la calle del Caballo. En el segundo piso de la casa número 12 de esta calle tuvo lugar el 15 de febrero de 1892 un asesinato que conmocionó a la ciudad y quedó reflejado con mucho espacio en las páginas de los diarios de la época (La Derecha, 16 de febrero). El asesino fue un joven de 25 años de edad llamado Francisco Pérez Pascual que mantenía relaciones con Margarita Marín y Vela, peinadora de 27. Margarita y su hermana vivían en este segundo piso del número 12 que pertenecía a su tía, Ildefonsa Lorente Paesa, de 76 años que las había acogido tras emigrar desde su pueblo, Aniñón.
Parece que Margarita quería dejar a Francisco, y eso no le sentó bien, llegando a amenazar públicamente con matarla y matarse después él si lo dejaba. Cumplió la primera parte de su promesa en esta casa de la calle del Caballo tras encerrarse con Margarita en una de las habitaciones. Parece ser que tras una agria discusión y la feroz defensa de ella, él le propinó más de veinte cuchilladas que acabaron con su vida. Por el revuelo provocado y esperándose ya lo peor, Ildefonsa llamó a la puerta. Margarita, en un último esfuerzo, consiguió abrir, siendo también la anciana víctima de la ira pasional del asesino. Herida de muerte se asomó al balcón pidiendo ayuda y Francisco fue detenido por los vecinos, sin mostrar arrepentimiento por que había hecho.
Francisco fue condenado a la pena de muerte y 20 años de reclusión. Consiguió el indulto de la pena capital gracias a la intervención de un joven abogado y redactor del Diario de Avisos de Zaragoza, Galo Ponte y Escartin (ver más en Ponte, calle de Galo). Galo Ponte junto a otros juristas y gran parte de la prensa se oponían a las ejecuciones sumarias y presionaron para evitarla. La Alianza Aragonesa, 21 de noviembre de 1892.
Miguel Ballearín Sancho fue uno de los héroes de los Sitios. Nacido en Zaragoza y bautizado en la parroquia de San Pablo en 1775, en 1808 desempeñaba el cargo de alcalde del barrio de San Ildefonso. Junto a Pantaleón Salamanca levantaron una compañía de cien hombres de su sector y defendieron la Puerta del Carmen. Terminada la guerra se casó en 1817 con María Antonia Grasa (tuvieron al menos tres hijos). En 1825 y en 1830 el matrimonio vivía en esta calle, números 70-71.
Fábrica de camas de hierro y niqueladas de Miguel Azcona, en el número 10.
Florentino Ballesteros, importante torero zaragozano, nació en 1983 en la calle del caballo número 12. Ver más en Ballesteros, calle de Florentino.
Diario de Avisos de Zaragoza del 26 de septiembre de 1871, donde se hace referencia al estado de la calle en la segunda mitad del siglo XIX.
Zona de ambiente putero a lo largo de todo el siglo XX. Era uno de los puntos de prostitución de la ciudad desde al menos la Guerra Civil. Algunos datos que he encontrado al respecto:
* Una meretriz muy popular fue Julia "La Corruscos", de la que se contaba que dejó embarazada un militar musulmán a los 15 años de edad y que malvivió vendiendo su cuerpo, en el frente durante la guerra, y en esta calle Caballo y antes en la plaza Ecce Homo. Dicen que una vez, en el frente de Belchite se hizo 62 soldados. Fuente: “El tubo, ombligo de Zaragoza”, de M.A. Brunet, M.A. (1994). Mira Editores.
* En los años cincuenta aquí había bares de ambiente homosexual, como el "Noche y Día" y el "Montecarlo".
* Muy cerca había una peluquería en la que Pedro, el peluquero, ponía inyecciones para enfermedades las venéreas de su clientela.
Artículos que hacían gracia en la prensa de los años 70. Aragón Express del 15 de enero de 1972.
(Barrio del Picarral): Municipio de la provincia de Zaragoza, situado en la margen derecha del río Ebro, el cual atraviesa el término en dirección Norte Sureste.
Grupo de Viviendas Ortiz de Zárate. Situado en el sector del Picarral, entre las calles Pantano de Yesa, Pilar Andrés, Valle de Pineta y Ortiz de Zárate, y al sur del Grupo Teniente Polanco e inmediato a la parte norte del Conjunto denominado Balsas de Ebro Viejo. Promovido por la Obra Sindical del Hogar y Arquitectura, fue proyectado en 1960 por el arquitecto Fausto García Marco y construido en 1961. Los diez bloques integran 33 fincas con 264 viviendas de tipo social y 12 tiendas.
Ver más en Ortiz, calle del Teniente Antonio y en zaragoza.es.
Fuente: zaragoza-ciudad.com
(Barrio de San José): Ermita románica (siglo XII) situada a 3 kilómetros de La Almunia de Doña Godina, en el paraje conocido como Monte de La Cuesta.
A pocos metros del cauce el Jalón y junto a la vía que comunicaba las ciudades romanas de Caesaraugusta (Zaragoza) y Bilbilis (Calatayud), la solitaria construcción es, como ocurre en tantos casos de edificios religiosos aislados hoy denominados "ermita", la antigua iglesia parroquial y único resto llegado a nuestros días de una población desaparecida; de nombre Cabañas y despoblada en el siglo XV por la incipiente "La Almunia de Cabañas", posteriormente denominada de Doña Godina.
Tras el abandono del pueblo de Cabañas, la iglesia corrió idéntica suerte y así permaneció hasta que en el siglo XVII fue restituido el culto religioso como santuario de Nuestra Señora de Cabañas, de gran devoción en toda la comarca de Valdejalón. Una desafortunada reforma llevada a cabo en los años 60 del pasado siglo le privó de parte de su fisonomía original. En su interior destacan sus pinturas góticas, una pila bautismal románica, y, como elemento más destacado, un alfarje o techumbre mudéjar de madera decorada, incluido en la lista de obras Patrimonio de la Humanidad. También fue declarada Monumento Nacional en 1978 y Bien de Interés Cultural en 2002.
Es una calle peatonal.
Fuente: laalmunia.es
(Torrero): En algún lugar he leído que por aquí pasaba una cañada o cabañera, un lugar de paso de los ganados trashumantes. Hay un camino de la Cabañera cerca de la Universidad San Jorge.
Las cabañeras aragonesas unen los pastos veraniegos de montaña con los de invernada en la ribera del Ebro, el Levante, La Mancha e incluso la alta Andalucía. Y Zaragoza era un punto geográfico importante porque era el centro de distribución de esos ganados trashumantes que todos los inviernos bajaban de los valles del Pirineo para desparramarse por los pastos bajo la jurisdicción de la Casa de Ganaderos en el valle del Ebro.
Los dueños de los rebaños trashumantes estaban obligados a pagar impuestos de tránsito (castellaje, carneraje) a su paso por los caminos; en el caso de que los rebaños invadieran los montes comunales estaba estipulada una multa (montazgo, herbaje). Los reyes ofrecían su protección especial a los ganados trashumantes, las conocidas “libertades de pastoreo”. En Zaragoza sus vecinos dispusieron de libertad de pastoreo por toda la ribera del Ebro a partir de la misma conquista de la ciudad (1118) según el fuero de 1129.
Reportaje del programa "Esta es mi tierra", de Aragón TV del 21 de abril de 2021.
Heraldo de Aragón del 17 de enero de 1934.
En el siglo XIII los ganaderos se unieron en ligallos, juntas, cofradías y casas de ganaderos, y mestas, que resultaron muy útiles para regular y proteger su oficio e intereses. Entre sus misiones estaban la autodefensa y ayuda mutua, la persecución de cuatreros y la reintegración al legítimo dueño del ganado perdido o robado, la vigilancia de la libre disponibilidad de los pastos y el cumplimiento de sus derechos y privilegios, además de mantener transitables y en buen estado las vías pecuarias, los abrevaderos y los descansaderos.
La trashumancia aragonesa surge una vez conquistado por Alfonso I el territorio islámico del Valle del Ebro y estribaciones ibéricas. En pleno proceso de repoblación, los ganaderos aragoneses se fueron asegurando pastos de invierno para sus rebaños y tuvieron que concordar sus intereses con las de las poblaciones por las que pasaban que trataban de evitar los posibles daños del ganado en los cultivos.
Una de esas entidades supralocales fue la Casa de Ganaderos de Zaragoza, que sigue hoy en día en vigor. Contaba con la protección real y luchaba, entre otras cosas, contra las tasas locales abusivas y los estrechamientos artificiosos en caminos y pasos cabañeros.
Los trashumantes de Zaragoza y su área de influencia se dirigían en verano a los valles situados entre Ansó y Broto y a las Sierras Ibéricas turolenses y castellonenses. Había varias rutas, pero la más importante era la cabañera real que sale de la ciudad por el Puente de Piedra hacia la villa de Zuera, pasando por el descansadero de las Coronas del Cascajo donde estaba la Horca de Ganaderos. Llegó a tener hasta un Justicia propio, con jurisdicción civil y criminal en todo el reino para litigios y asuntos que afectaban a la institución, que perduró hasta 1826.
Antaño ocho vías pecuarias que atravesaban el término de Zaragoza pero la trashumancia inició un largo declive en el siglo XX y la Casa de Ganaderos perdió su condición privilegiada, transformándose en 1915 en una sociedad cooperativa. Poco a poco las cañadas fueron ocupadas y desplazadas por nuevas infraestructuras hidráulicas, agrícolas, industriales o carreteras.
La calle Fray Julián Garcés y la avenida de San José eran y sigue siendo una "cabañera", reconocida en los planos antiguos por su anchura respecto a otros caminos.
Entre 1970 y 1980 hubo un momento en el que las cabañeras estuvieron a punto de desaparecer definitivamente, optado muchos de los ganaderos trashumantes supervivientes por el camión como forma de transporte. La trashumancia se veía como un atraso, una vergüenza para unos tiempos que relacionaban este modo de vida con suciedad, pobreza, incultura y pasado.
A mediados de los años 80 esta tendencia parece que comenzó a invertirse. Algunos ganaderos, que en años anteriores habían optado por el camión como forma de transporte, comenzaron a valorar las ventajas del viejo modo de realizar la trashumancia y optaron por volver a recorrer las viejas vías pecuarias con sus ovejas. A finales del siglo XX la tendencia se consolidó.
Resumido con modificaciones de revistaambienta.es.
Ver más en San Andrés, calle de.
La primera referencia en prensa de esta calle data de 1926.
En el número 10 había una Casa Mortuoria en 1939. El Noticiero del 14 de febrero de 1939.
Talleres Ara. Aragón Exprés del 27 de febrero de 1976.
El número 12 de la calle Cabañera, un ejemplo de las primeras viviendas del barrio. Google Maps (2008)
(Barrio del Picarral): Juan Cabré Aguiló (Calaceite, Teruel, 1882 – Madrid, 1947). Arqueólogo turolense.
Realizó sus primeros estudios en Tortosa y Zaragoza. Más tarde continuó su formación en Madrid gracias a una beca de la Diputación de Teruel. Al mismo tiempo fue alumno de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y realizó algún trabajo para el Museo del Prado. Esta formación plástica es muy evidente en los dibujos que acompañan toda su obra de catalogación, especialmente en el caso del Castro de la Mesa de Miranda. Esta inclinación por el dibujo y, más tarde, por la arqueología, parece que pudiera estar influida por el coleccionista Sebastián Monserrat de Zaragoza, quien le acercó a su colección formada por piezas de la cultura ibérica.
Fue nombrado Correspondiente de la Real Academia de la Historia y designado para la elaboración del Catálogo Monumental de España, en concreto, el de la provincia de Teruel. Cabré inició sus investigaciones sobre la cultura Ibérica en el sur de la Península a partir de 1917, pero pronto se orientó a los pueblos de cultura celta del centro de España con las excavaciones de las Cogotas, Sanchorreja y el Mesa de Miranda.
Finalizada la guerra civil, Cabré fue cesado como responsable del Museo Cerralbo, si bien en 1940 fue nombrado Jefe de la Sección de Prehistoria del Instituto "Diego de Velázquez" de Arte y Arqueología. En julio de 1942, obtuvo, por oposición, la plaza de preparador de la Sección de Prehistoria y Edad Antigua del Museo Arqueológico Nacional, cargo que desempeñó hasta el momento de su muerte.
Juan Cabré (Fototeca del Patrimonio Histórico). Tomado de historiasdelbajoaragon
Reportaje a toda página del General Moscardó. Heraldo de Aragón del 30 de mayo de 1937
Hasta 2009 se llamó calle del General Moscardó. Se cambió por la Ley de la Memoria Histórica.
José Moscardó Ituarte (Madrid, 1878 - Madrid, 1956). Militar franquista que se significó como defensor del Alcázar de Toledo frente al asedio de las fuerzas gubernamentales al inicio de la Guerra Civil. La propaganda franquista lo mitificó por negarse a rendir el Alcázar a cambio de la vida de su hijo.
Ascendió a coronel por antigüedad en 1934. En 1936, continuaba dirigiendo la Escuela de Educación Física de Toledo. Unido a la sublevación militar de 1936 contra el gobierno de la Segunda República y encabezándola en Toledo, por ser el militar de mayor graduación implicado, alcanzó celebridad por su defensa del Alcázar de Toledo contra las fuerzas leales al gobierno, que atrajo las miradas del mundo entero. Tras el fin del asedio, Moscardó, cuadrado ante el general José Enrique Varela, pronuncia una famosa frase: Mi general, sin novedad en el Alcázar.
Fue ascendido a general y premiado con la Cruz Laureada de San Fernando. Después mandó la división de Soria y, en 1938, el Cuerpo de Ejército de Aragón.
Tras el final de la contienda bélica, ocupará el cargo de jefe de la Casa Militar del Jefe del Estado, jefe de las Milicias de FET y de las JONS y capitán general de la II (Andalucía) y IV (Cataluña) Regiones Militares. Una vez retirado del Ejército fue nombrado Delegado nacional de Deportes y ocupó la presidencia del Comité Olímpico Español.
Aquí y en las calles adyacentes se encuentran las 120 viviendas ultrabaratas del Grupo Francisco Franco, de promoción municipal. Ver más en Sánchez, calle de María.
(Polígono Cogullada): La menor de las Islas Baleares. No tiene población permanente.
Cuenta la leyenda que el general cartaginés Aníbal Barca nació en uno el cercano islote Conejera.
Durante los siglos XIII y XIV la isla de Cabrera y su puerto natural eran utilizados por piratas berberiscos como base desde donde atacar las costas mallorquinas. Por este motivo, ya en el siglo XIV, se construyó un castillo en la entrada del puerto para la vigilancia de las aguas cercanas a Mallorca.
En 1808 estalla la guerra de la Independencia Española y tras la victoria española en la batalla de Bailén, 9000 hombres, la mitad de los soldados franceses hechos prisioneros en esa batalla, fueron llevados a la isla de Cabrera. Este cautiverio fue el primer campo de concentración de la historia. Allí la prisión era la propia isla. Aunque inicialmente eran abastecidos con lo mínimo para su supervivencia esto duró poco y ante la inexistencia de fauna y flora de donde poder alimentarse enfermaron y murieron de inanición dándose situaciones de canibalismo y coprofagia. En 1814, al firmarse la paz, solo habían sobrevivido uno de cada cuatro habitantes forzosos llevados a cabrera.
La presencia militar desde 1916 ha permitido la conservación de este privilegiado ecosistema hasta nuestros días, perteneciendo desde el 29 de abril de 1991 al Parque nacional marítimo-terrestre del Archipiélago de Cabrera, mediante la Ley 14/1991. Hoy en día la isla sigue siendo propiedad del Ministerio de Defensa, mientras que su conservación está delegada en el Gobierno de las Islas Baleares.
Está en una manzana de calles dedicadas a las islas del archipiélago balear.
En el plano de Margalé de 1964 se señalan en morado el grupo de calles con nombres de islas del archipiélago balear.
(Barrio de Torrero): Juan Cabrero López (Zaragoza, 1440 – ¿Zaragoza?, 1514). Comendador de la Orden de Santiago, contino, mayordomo mayor, mosén camarero y consejero real del Rey Católico.
Hijo de Martín Cabrero (personaje de cierta importancia en la Corte de Alfonso V) y de Inglesa López de Quinto. Casó con María Cortés, viuda de Juan de Manariello, alrededor del año 1471. Fue combatiente profesional en sus primeros años.
Conmemoración del 400 aniversario del descubrimiento de América con un número especial del Diario de Avisos de Zaragoza del 12 de octubre de 1892.
Su carrera palaciega se inicia en 1477, cuando consta como miembro de la Corte del entonces príncipe de Gerona y ya rey de Castilla y Sicilia, siendo muy pronto ascendido a la condición de camarero mayor, escalafón que acarreaba la condición de caballero. Entre otras atribuciones, según las Ordinaciones de Pedro IV todavía en vigor, era el custodio del sello secreto y de las llaves de los aposentos del Soberano, dormía cerca del Rey, llevaba el inventario de los bienes de la cámara real, se cuidaba de que tuviera escolta permanente y era el superior jerárquico de los oficios que atendían la salud de su señor (médico, cirujano, barbero, etc.). Este puesto cortesano, que desempeñará prácticamente a lo largo de todo su reinado, le convertirá en uno de los palaciegos más queridos de Fernando II de Aragón, siendo uno de sus asesores más íntimos.
Su nombre ha pasado a la posteridad porque siendo camarero de Fernando II fue el más probable responsable de que se firmasen las Capitulaciones de Santa Fe y el proyecto colombino de ir a la India en 1492 pudiera realizarse. Castilla aparentemente tenía la voluntad pero no los fondos para financiar su proyecto, pero entonces en enero de 1492 la Corona de Aragón decidió colaborar y trabajar en favor de la empresa. Si bien es cierto que no participó directamente en las últimas conversaciones mantenidas con Colón, su acceso a la intimidad del aposento regio y su influjo en el ánimo del rey, fueron decisivos en que el aragonés se implicase en una empresa que parecía desahuciada.
En premio a sus servicios tras el decreto de expulsión de los judíos, Fernando II le donó el castillo y las carnicerías de la judería de Zaragoza, trece mil ducados y un repartimiento de indios en la isla de La Española, convirtiéndose probablemente en el primer aragonés con posesiones en el Nuevo Mundo.
Una de las mayores pruebas de su trato cercano y de la confianza que le tenía el rey fue su inclusión en su testamento (1512) como albacea, y que fuera investido caballero de Santiago con la Encomienda de Montalbán y Trece de la Orden, título que heredaron sus deudos.
Fuentes: dbe.rah.es - "Una revisión del papel de Juan Cabrero. Su labor en la empresa de las indias, a través de sus testamentos y otros nuevos documentos", de Miguel González Ancín y Otis Towns (2021).
Hasta 1943 se llamaba calle Vega, según el diario El Noticiero de 16 de noviembre de ese año, página 6.
El Noticiero del 22 de julio de 1932.
Talleres Dupón, Valero y Soto. Aragón Exprés del 27 de febrero de 1976
(Barrio de San José): Ciudad del oeste de España, capital de la provincia homónima. Se encuentra situada en la comunidad autónoma de Extremadura.
La calle ya consta en los anuncios clasificados de los periódicos desde al menos 1930 (La Voz de Aragón del 30 de julio de 1930) y en el plano de 1938, de Borobio y Beltrán. En ese momento era una calle sin salida entre fincas con entrada desde la avenida San José.
En el número 16-18 en 1935 había una vaquería (La Voz de Aragón del 21 de agosto de 1935).
Calle Cáceres (remarcada en amarillo) en 1952 sin salida aún a Puente Virrey.
Reportaje en Aragón Express del 8 de julio de 1977 (página 13) donde se hacen eco de un conflicto por la destrucción, y posterior degradación del entorno, de un camino que desde la calle Cáceres comunicaba varias fincas. Pinchas en la imagen para leerlo en el archivo original.
Foto aérea de 1956 (desconozco la fuente) con la calle Cáceres en amarillo, Tenor Fleta en azul, avenida San José en rojo y Puente Virrey en verde. Se observa el ambiente rural que aún tenía el entorno.
Imagen aérea de los años 90 (fotos que encontré cuando trabajé en D.G.A. sin referencias del autor) del siglo XX con el mismo código de colores de la foto anterior.
(Zona Centro): Calle muy próxima a la plaza de San Miguel que une el Coso con la calle Reconquista.
El origen del nombre no lo tengo claro. En Heraldo de Aragón he encontrado que hace referencia a la cadena que ponían en las casas donde había estado alojado el Rey, lo que era signo de distinción. Allí estaba la desaparecida quinta de Artal de Foces, residencia predilecta del rey Juan I de Aragón (1387-1395). Como era costumbre por ser un signo de distinción, en la puerta de la finca se colocaba una enorme cadena de hierro, que simbolizaba que el edificio había acogido al monarca.
En "La judería zaragozana", de Ángel Canellas (1974). Cuadernos de Zaragoza, nº 2; defiende otra causa. En la página 6 explica que el término "cadena" se le aplicó por ser un lugar de cierre de la judería nueva de la ciudad.
Calle de la Cadena con la calle Reconquista al fondo. Foto de Juan Mora Insa en 1951 (DARA). A la izquierda la casa donde vivió Goya y su familia durante los años de 1772 y 1773, que hacía esquina con la calle de Enmedio (hoy de A. Agustín) y compartía el desaparecido "Arco de Lanao". Al frondo a la izquierda estuvo el taller de "Maderas Ipas" hasta su derribo a finales del s. XX (tomado de José Luis Ona).
Arco de La Nao (o Lanao). De ladrillo, posiblemente similar al de los Cartujos (ver más en Bayeu, calle de Francisco), servía de estrecha comunicación a la calle de Gastón (actual calle Antonio Agustín). Estaba asentado en la calle de Enmedio, cruce con calle de la Cadena. Desaparecido a final del siglo XIX. Fuente: Diario de Avisos de Zaragoza del 19 de agosto de 1899 y El Noticiero del 12 de julio de 1969. Ver más en Agustín, calle de Antonio.
Al final del segundo Sitio fue ocupado por los franceses, junto a la Puerta de Valencia y el Seminario Sacerdotal (Joaquín Torneo y Benedicto en El Saldubense del 19 de mayo de 1858).
En el plano de Yarza de 1852 se ve que el arco da nombre a la vieja calle de Enmedio (o Medio), actual calle Antonio Agustín.
El arco de Lanao señalado en plano de 1712. Fuente: "Plano de Zaragoza según el plano de 1712". José María Ballestín Miguel (2017). IFC.
Calle Arco de Lanao en plano de Yarza de 1852.
Existió una posada de la Cadena, pero estaba en otra calle (ver más en Azoque, calle del).
En esta calle había una aguardentería (tienda donde se vendía aguardiente por menor). Fuente: Diario de Zaragoza del 15 de mayo de 1819.
Taller de cerrajería de los hermanos Borge, durante muchos años estuvo en la calle de la Cadena número 8. Se trasladaron a calle de la Yedra en 1885. Vicente, uno de los hermanos falleció tras una penosa enfermedad cinco años después (Diario de Avisos de Zaragoza,18/2/1890).
Diario de Avisos de Zaragoza, 27 de diciembre de 1885.
En el número 4 de la calle estaba Casa Lamuela, de venta de vino.
La Voz de Aragón del 17 de abril de 1927.
En esta calle vivó Francisco de Goya entre 1771 y 1773, antes de casarse con Josefa Bayeu. Estaba en la esquina con la calle de Enmedio (hoy de Antonio Agustín), junto al desaparecido Arco de Lanao.
Fernando Lázaro Carreter (Zaragoza, 1923 - Madrid, 2004). Filólogo y director de la Real Academia Española entre 1992 y 1998. Nació en la calle de Predicadores, vivió en las calles de San Pablo, San Agustín, Don Juan de Aragón y Santa Cruz; de esta última saldría para tomar posesión de su cátedra en Salamanca, en 1949. En Aragón Express del 26 de enero de 1972 dicen que se crio en esta calle de la Cadena. Ver más Lázaro, calle de Fernando.
Fernando Lázaro Carreter en Aragón Express del 26 de enero de 1972, cuando lo nombraron Académico de la Lengua.
En el El Eco de Aragón del 8 de noviembre de 1866 aparecía esta nota humorística sobre la calle de la Cadena.
Casa del número 3 de la calle, la primera a la izquierda viniendo del Coso. De ladrillo, decorada con azulejos y con destacable forja en el balcón central. En el artículo inferior se abogaba por su conservación pero se eliminó poco después. Su propietaria fue durante muchos años María Palomar.
En 1952 en sus bajos Francisco Vicente Altarriba vendía motores de trilladoras (El Noticiero del 19 de febrero).
El Noticiero del 22 de febrero de 1952.
Aragón Express del 22 de marzo de 1973.
El 9 de enero de 1906 a las 4 de la tarde se declaró un virulento incendio en un almacén de alfalfa propiedad de José Polo que estaba en unos solares del número 19, propiedad de Mariano Sábado. La actuación de los bomberos fue deficiente por inexistencia de red de cañerías que suministrasen agua en la calle, lo que motivó la queja de los vecinos. Ante el peligro de que el incendio se extendiera a los inmuebles vecinos se determinó sacar a dos enfermos que en ellos moraban, uno de ellos muy grave (había recibido los últimos sacramentos). Era Sebastián "el Cartelero", encargado durante muchos años de fijar los carteles del teatro Principal en los sitios públicos. Fuente: Diario de Avisos de Zaragoza del 10 de enero.
Diario de Avisos de Zaragoza del 3 de julio de 1885, página 5.
Taller de hojalatería de Segundo Bravo. El Noticiero del 5 de marzo de 1909.
Casa del número 6, catalogada. En 1909 Nicolas Bronchales propietario de esta casa, solicitaba licencia para reformarla (fachada, elevación de la planta última, entubado de pluviales etc. presentando planos del arquitecto Félix Navarro Pérez. La reforma se hacía sobre una casa de arquitectura tradicional y carácter popular. Fue rehabilitada de forma integral al comienzo de la década de los años 90. Fuente: zaragoza.es
Foto propia 2024.
Casa del número 8, catalogada. Es el resultado de unir tres fincas (se ve en un parcelario de Casañal). En febrero de 1919, Balbina Palomar propietaria de las tres fincas, solicitaba licencia para reformar la parte mayor del edificio con arreglo a los planos del arquitecto Julio Bravo que proyectaba la reforma de la parte retranqueada a la línea de la calle, en el mismo estilo que las anteriores. Fue rehabilitada al comienzo de la década de los años 90. Fuente: zaragoza.es
Foto propia 2024.
Casa del número 24, catalogada. Casa de arquitectura tradicional popular, siglos XVI- XVIII, con remodelaciones posteriores, que incorporó elementos de interés procedente de otros edificios (reja modernista, etc). Fuente: zaragoza.es
Foto propia 2024.
Diario de Avisos de Zaragoza del 31 de mayo de 1897.
Casa del número 16, catalogada. De arquitectura tradicional, reformada en 1872 y en 1886. En 1872 es el arquitecto Juan Antonio Atienza quien por encargo de Evaristo Lavandera transforma la casa del siglo XVII (mirador adintelado, puerta de medio punto y rafe de esquinilla y dentellones), en una de viviendas al uso, a la que en 1886 se le elevaría una planta más, proyectada en este caso por Mariano Pueyo, decorándose las fachadas.
En el 2000 se ha hecho una agregación parcelaria de un pequeño solar situado en el ángulo de las calles Agustín y del Perro. Fuente: zaragoza.es
Foto de Juan Mora Insa hacia 1950 desde el número 3 de la calle Antonio Agustín hacia la plaza San Miguel completada con el edificio actual del número 16, y foto actual del número 16.
(Barrio del Arrabal): Lacadena y Brualla, Ramón de (Zaragoza, 1895 - 1965). Abogado, pero sobre todo consumado periodista, y destacado escritor, conferenciante y crítico taurino. Fue el juglar de la cultura y vida social zaragozana durante buena parte del siglo XX.
Hijo de Enrique de Lacadena y Lalaguna (subintendente de Administración Militar) y de Emilia Brualla y Gil, casados en 1886 y padres de cuatro hijas y un único varón, nuestro protagonista. Vivían en la "Casa de las bolas doradas" (por las que bien cuidadas y relucientes se pavoneaban en los ángulos de las barandillas de los balcones dando prestancia a la fachada), en el número 60 de la calle Mayor (El Noticiero del 9 de julio de 1953).
El linaje Lacadena es uno de los más antiguos y con más arraigo de la ciudad de Jaca y su entorno, con una rama en la villa de Berdún, y con abundancia de hombres de leyes. Infanzones de siempre, la primera Marquesa de La Cadena fue María del Carmen Pratosi y Fita, al ser condecorados en 1890 por María Cristina de Habsburgo los servicios a la Regencia de su padre, Juan Estaban José Lacadena y Martínez de Aspurz.
Ramón Lacadena. Foto de Jalón Ángel. Fuente: Celia Sánchez García.
La Voz de Aragón del 1 de enero de 1930.
La Voz de Aragón, 30 de diciembre de 1925. Humorismo de una época que ya pasó.
Nuestro protagonista fue el tercer titular del marquesado de La Cadena. Lo recibió en 1927 al morir su tío, Ramón Lacadena y Lalaguna, Subsecretario del Ministerio de Justicia y el Gobierno Civil de la provincia maña.
Los que lo conocieron destacan su llaneza de trato y que nunca hizo ostentación del título, aunque mientras vivió fue el marqués por antonomasia de la ciudad. Su zaragocismo, su cultura y su forma de transmitirla en columnas de prensa marcaron una época.
Estudió en los Maristas el Bachillerato, graduándose en Perito Mercantil, cursando después Derecho ejerciendo como abogado desde 1917. Desde 1922 simultaneó la abogacía con el periodismo en El Día, Las Noticias, Hoja del Lunes, La Voz de Aragón (del que fue Director), El Noticiero y Amanecer, como gacetillero, reportero de sucesos, cronista de tribunales, editorialista, crítico de música, teatro, libros y toros, colaborador y hasta caricaturista.
Fue sobre todo periodista por vocación. Sus correctas, amenas y graciosas columnas y crónicas fueron las preferidas por los lectores de periódicos por su gracia y amenidad, sin pedantería alguna.
Muy recordadas fueron sus garbosas y atinadas biografías de personas, lugares y casas de nuestra ciudad. Firmaba con el seudónimo de “Don Indalecio” sus famosas crónicas taurinas donde con cuatro palabras inteligentes y apasionadas el lector sabía cómo era el toro, el traje del diestro y los éxitos y torpezas de los espadas y sus cuadrillas.
Monárquico liberal, militó en Derecha Aragonesa y el Bloque Nacional. Estuvo a favor del Alzamiento de 1936, pero tituló expresivamente alguno de sus libros Entre Rojos y entre Azules, para significar su posición centrista.
Formó parte de la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, del Consejo de Derecho Aragonés y de la Caja de Ahorros y Monte Piedad de Zaragoza, Aragón y Rioja como consejero, de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis, de la institución Femando el Católico, del Ateneo de Zaragoza (que llegó a presidir) y de La Caridad, dejando en todas ellas muestras de su erudición, ingenio, sano criterio y amor a la ciudad.
La Voz de Aragón del 24 de diciembre de 1926.
Gran amigo de Juan Moneva (ver calle Moneva, calle de Juan) por inspiración de este fundó en 1950 un cenáculo literario bautizado con el nombre de "Lectorium", que semanalmente se reunía en su domicilio. En su domicilio y en su casa de Jaca poseía una biblioteca espléndida, donde destacaban los títulos de toros, teatro y los textos aragoneses del XIX y del XX.
Terciario franciscano y devoto de la Virgen del Pilar, cuyo templo visitaba a diario, estaba casado desde 1926 con Esther Calero Fernández con quien tuvo cinco hijos: Esther (profesora de Literatura Española de la Universidad de Zaragoza), Enrique (el IV Marqués de La Cadena), M.ª Teresa (religiosa del Sagrado Corazón), María de la Concepción y Juan Ramón (destacado ingeniero agrónomo). Tenían su vivienda en el paseo de la Independencia, 8, principal (ver más en Independencia, paseo de la). Fue enterrado en Jaca tras una larga y penosa enfermedad.
Fuentes:
* El Noticiero del 18 de mayo de 1965
* El Noticiero del 9 de abril de 1968
* "Linaje Lacadena. Estudio Genealógico Nobiliario" de Miguel Ángel Castán (2004).
* "D. Indalecio", de Antonio González en El Noticiero del 18 de mayo de 1965.
El 10 de julio de 1808 se efectuó una salida durante los Sitios en la que participaron unos 70 caballos y que permitió expulsar a los franceses de las torres de Lapuyade y del Arzobispo (en el entorno de esta avenida) de las inmediaciones del arrabal hasta Juslibol.
"D. Indalecio", necrológica de Antonio González en El Noticiero del 18 de mayo de 1965.
La calle adquiere su nombre en 1967 (El Noticiero, 14 de julio de 1967).
Ya se puede leer su nombre en un plano del año 1969. Como se ve en ese plano, nace como una pequeña calle sin salida que servía de entrada a las centrales lecheras C.L.U.Z.A.S.A.
En los planos de 1980 y 1982 ya conecta con el camino Valimaña.
En los de 1987 y 1993 ya alcanza su trazado actual, conectando la avenida San Juan de la Peña con el puente de La Unión, y constituyendo un tramo importante del segundo cinturón de ronda de la ciudad.
La calle Marqués de la Cadena en dos fotos aéreas, una de los primeros años 90 y otra de 2010. En la primera se ve el puente ya concluido, y el tramo desde el río a la plaza Mozart ya concluido.
La citada plaza Mozart empieza a esbozarse y el tramo a partir de ella muy verde todavía. Los terrenos aledaños se ven aún en gran sin urbanizar.
La Casa Cuartel de la avenida Cataluña ha desaparecido y aún pervive la fábrica de Amado Laguna de Rins donde años después se levantará el I.E.S. Pilar Lorengar y las modernas urbanizaciones al sur de la avenida La Jota.
Foto de inicios de los años 70 del siglo XX cuyo origen no tengo recogido (si alguien lo conoce estaré encantado de indicarlo).
En la segunda foto se remarca en con rojo el trazado de una incipiente calle Marqués de La Cadena, apenas una calle sin salida para dar acceso al barrio La Jota y las instalaciones de CLUZASA.
En verde el viejo cuartel de la Guardia Civil de la avenida Cataluña, en azul las instalaciones de CLUZASA, en amarillo una plaza Mozart desconocida para muchos de nosotros, y en morado la zona donde años se trazaría el paseo de Longares.
Se señala con 1 la avenida La Jota y con 2 la calle Molino de Armas.
Foto del año 1985. Fuente: Banco de imágenes del Picarral. Tomado de Proyecto GAZA.
Comparativa entre una imagen tomada desde la actual calle Marqués de La Cadena en los años 80, cuando era un descampado de antiguas naves derruidas, y en 2008.
El edificio de viviendas de la izquierda pervive, correspondiendo al número 1 de la calle Valle de Broto. A la izquierda estaría el muro que delimitaba los antiguos depósitos de Campsa y donde desde 2007 está el IES La Azucarera, mi actual centro de trabajo. A la derecha Hierros Alfonso. Por detrás de nosotros estarían las vías que desde la Estación del Norte se dirigían a Huesca.
Cruce del Camino Vado y la calle Marqués de la Cadena. Años 80 del siglo XX. Fuente: Asociación Vadorrey.
Comparativa de la "misma" foto en dos momentos diferentes. La calle Marqués de La Cadena desde la plaza Mozart en 1996. Al fondo se ven las naves de Hierros Alfonso. Fuente: Pablo Moreno Fayed, que me ha autorizado su publicación de esta foto realizada por su abuelo, José Fayed.
Transportes Callizo, propiedad de Enrique Callizo Bueno, en su inicial ubicación en la esquina con la calle Molino de Armas. Fuente: Aragón Express del 23 de julio de 1976.
Tornillería Aragonesa, en calle Marqués de la Cadena número 11 y José Oto número 43, cuando su gerente era José Luis Abenia. Fundada en 1977 se dedica a la distribución de tornillos. Aragón Express del 22 de mayo del 1981.
C.L.U.Z.A.S.A., Centrales Lecheras Unidas de Zaragoza S.A. Estaban en el número 78 de la avenida Cataluña, en lo que inicialmente era un mero callejón sin salida en el barrio de La Jota, en la intersección de la calle del Marqués de la Cadena con las calles de José Oto y del Molino de las Armas.
Fundada el 21 de mayo de 1956, fue el fruto de la unión de varias granjas dedicadas al reparto de leche a domicilio (la Granja Victoria, la Granja El Pilar y de la Cooperativa de la Casa de Ganaderos), así como de otras personas que aportaron capital social. La razón social explicitada en sus estatutos era la higienización y venta de leche pasteurizada y esterilizada.
CLUZASA en un plano de los años 50.
CLUZASA en sus inicios. Foto de Amigos del Rabal. Fuente: Aluterio Cifuentes.
Sección de embotellado de CLUZASA en 1960. Revista "75 años de La Cámara de Comercio e Industria de Zaragoza". Fuente: Juan Carlos Ajenjo Alonso.
Hacia 1980, la empresa era la tercera empresa del sector a nivel nacional contando con 250 trabajadores y un volumen de ventas superior a los 1.000 millones de pesetas, con una cifra de capital social de 135 millones y un mercado para sus productos localizado fundamentalmente en Zaragoza capital. Ya no se limitaban a comercializar productos lácteos y derivados, también distribuían zumos y horchatas.
Cerró en 1986 dejando a deber a muchos de sus trabajadores. Estos intentaron que se recalificasen los terrenos para que pudiesen cobrar pero no lo consiguieron... Ellos no, pero cuando cayó en las manos adecuadas poco tardaron en recalificarlo.
Fue demolida en 1989 para abrir paso al actual segundo cinturón de ronda (actual calle marqués de la Cadena). La empresa de la eliminación fue Derribos García, y en su web hay testimonio gráfico de esos trabajos.
El Noticiero del 8 de mayo de 1960.
Aragón Expres,18/10/1979.
Durante el siglo XIX la leche había sido considerada más un producto terapéutico que un alimento, a diferencia del queso y la mantequilla. El consumo de leche líquida como parte de la dieta alimentaria se inició en España a finales del siglo XIX, pero se disparó en el primer tercio del siglo XX y con ello la presencia de vaquerías y lecherías en nuestras ciudades (5.000 vacas había en Madrid en 1971), especialmente en las barriadas obreras de la periferia (Torrero, San José, Arrabal) donde se vendían la leche fresca, recién ordeñada, sin pasteurizar ni esterilizar.
En Zaragoza abundaban y estaban en lugares que ahora no creeríamos. Así, un tramo de la actual calle Cereros tuvo el nombre de calle de las Vacas (tramo que iba de la plaza de Santo Domingo hasta donde formaba ángulo con la calle Salina), por la presencia de vaquerías.
La primera vaquería modelo de la ciudad se estableció en 1860 en la calle Cinco de Marzo, cuando acababa de abrirse la calle. A esta siguieron otras muchas, normalmente en los barrios del extrarradio, como las de Martín Bel, Manuel Ochoa (Delicias), Gabasa, Juan Ramos Gracia, Carmelo Baile o José Benito (San José), Gilberto (Santa Isabel), Andrés Lausín, la Moderna o la de la Torre de las Monjas (Casablanca). Solían agruparse en cooperativas que distribuían parte de la producción en unas sucursales establecidas por la ciudad: la Cooperativa Social Lechera y la Cooperativa de la Casa de Ganaderos.
Inicialmente eran negocios familiares que combinaban con otros trabajos y que permitían cierta holgura económica a sus propietarios a cambio de la vigilancia y cuidados constantes de las reses que exigía. Eso no quita para que en Zaragoza también hubiera importantes explotaciones de tamaño industrial como la de "El Pilar", en el camino del Puente del Gállego (ver más en Cataluña, avenida de).
Tartana de reparto de leche de Madrid en 1951.
Fuente: La Librería.
La vaquería normalmente tenía adjunta la vivienda del vaquero y su familia, y un local para la venta del producto. La leche se distribuía diariamente a granel en tartanas por la calle o a domicilio a clientes fidelizados. No solían ser trayectos muy largos por las dificultades para su conservación, especialmente en verano, y su fácil contaminación. Lo normal es que el comprador la hirviera al menos una vez de forma inmediata y la guardase en un lugar fresco tres días como máximo.
Despachando leche. Foto Josep Branguli i Soler, Barcelona 1943.
Fuente: Blog Historias Matritenses
Pese a todos estos cuidados las intoxicaciones y las infecciones (la Fiebre Aftosa en vacas o la tuberculosis y las fiebres de malta en humanos) eran frecuentes y para tratar de evitarlas las autoridades sanitarias regulaban con ordenanzas y decretos los lugares donde se permitía el establecimiento de vaquerías, el estado de los animales, la limpieza de los establos, el transporte y especialmente la venta, para evitar las frecuentes adulteraciones del producto que tenían repercusiones muy graves en el bolsillo y en la salud de los ciudadanos.
Uno de los fraudes más habituales era el "bautismo" de la leche, que consistía en añadir agua al producto para que rindiese más al vendedor.
En la vaquería colaboraba toda la familia a diario participando todos en su mantenimiento del establo, en la distribución del producto y en el control de las infecciones. Por la mañana se ordeñaba en pozales de zinc que sólo utilizaban para la leche y fregados previamente, se colaba la leche con una tela llamada tarlatana, se limpiaban y cepillaban las vacas, se cambiar la paja, se desinfectaba con Zotal o productos similares, etc.
En Zaragoza (La Voz de Aragón del 30 de diciembre de 1925), para facilitar las inspecciones, el ayuntamiento de la ciudad impone la obligatoriedad de comunicar el número de vacas de cada explotación, los accesos por donde debían entrar las lecheras en la ciudad, llevar una guía de circulación en regla, transportarla en vasijas numeradas y venderla en unos horarios establecidos. Menos de un año después (La Voz de Aragón del 28 de noviembre de 1926) se aumenta la exigencia obligando a que la venta a domicilio fuera en envases de cristal o metálicos precintados, lo que provoca la queja de los pequeños productores que alegaban que les obligaba a asumir un mayor gasto (sin poder subir el precio, regulado por el ayuntamiento) sin evitar que pudiera adulterarse el producto antes de su precintado (La Voz de Aragón del 22 de abril de 1930).
Además se creó un cuerpo de funcionarios (guardias de consumos, veterinarios, inspectores y policías sanitarios) para inspeccionar los emplazamientos y procurar que las ordenanzas se cumpliesen, para que el producto a la venta no estuviera aguado, que no se vendiera leche mezclada con otra del día anterior, o adulterada (con bicarbonato, por ejemplo).
Las sanciones iban desde la inutilización de la leche, multas de cuantía progresiva para los reincidentes, la publicación en prensa de los nombres de los industriales que se lucrasen á expensas de la salud del vecindario, hasta la clausura de la vaquería y el aislamiento de los animales y trabajadores (incluso por varios meses), junto con la vacunación de los animales a expensas del propietario, en los casos más graves.
El Noticiero del 6 de junio de 1926
Los periódicos publican a diario multas impuestas por la expedición de lecha adulterada, llegándose a afirmar que la leche consumida en Zaragoza tenía más de agua (y de otras cosas) que de leche.
Heraldo de Aragón, 26 de noviembre de 1932.
El Socialista, 20 de junio de 1934.
Como pasaba con otros productos de primera necesidad como el pan, el aceite o la carne, su venta estaba sometida al control (especialmente su precio) de las autoridades para evitar las alteraciones sociales y motines que solían producirse cuando se encarecían este tipo de productos (ver más en Broqueleros, calle de los).
El precio de venta de la leche se aprobaba en la Junta Provincial de Abastos y su aumento era el principal motivo de las reclamaciones del gremio de vaqueros, así como los coeficientes de grasa que debía tener la leche a la venta para que fuera considerada correcta (no aguada) desde el punto de vitas legal. La Voz de Aragón del 1 de octubre de 1935.
Estas reclamaciones de los industriales eran motivo de encendidos debates periodísticos como el que se puede leer en periódico El Día del 20 de noviembre de 1923 (página 4). En él un articulista echa por tierra punto por punto los argumentos que las cooperativas habían presentado al ayuntamiento para solicitar el aumento del precio de la leche.
En 1961 el Reglamento de actividades molestas, insalubres, nocivas y peligrosas, aplicable para poblaciones de más de 10.000 habitantes, al dar un plazo de diez años para el traslado de las explotaciones, fue el comienzo del fin de las vaquerías urbanas y de la costumbre de ir a la lechería a conseguir leche fresca del día.
El golpe definitivo que terminaría con la erradicación de las vacas instaladas en el casco urbano fue con la aprobación del régimen de centrales lecheras, en virtud del Reglamento del 6 de diciembre de 1966, que imponía la concentración productiva del sector en torno a grandes empresas en detrimento de los negocios familiares. En esta normativa se determinó que la leche debía ser toda esterilizada, pasteurizada (sometiendo la leche a una temperatura de 70-72 grados durante unos 15 segundos) y embotellada, y que los que tenían vacas deberían entregar su leche a las centrales lecheras y sólo podían vender las botellas expedidas por las centrales.
En estos momentos los precios mínimos de compra de la leche al ganadero en origen eran establecidos por el gobierno nacional y serían motivo de frecuentes tensiones entre las cooperativas de ganaderos, que alegaban que el aumento del precio de la cebada, del maíz no tenían estaban reflejados en dicho precio, y las centrales lecheras.
El Noticiero del 21 de febrero de 1974
Humor de Gastón en el Heraldo de Aragón del 4 de noviembre de 1924.
Aragón Express del 28 de julio de 1982.
También se llegó al acuerdo de las condiciones mínimas que debía tener el producto comercializado, por lo que si la leche que el pequeño ganadero entregaba a la central lechera superaba el mínimo de grasa exigido legalmente la empresa lo utilizaba para elaborar otros productos (mantequilla, por ejemplo) sin beneficio alguno para el ganadero. También era frecuenta que la central láctea retirase la grasa láctea para venderla como mantequilla y adicionar otro tipo de grasa, animal o vegetal, para que cumpla el mínimo de grasa establecida legalmente.
Pese a todo el cambio no fue inmediato y en los años 80 del siglo XX aún una parte importante de la leche se seguía vendiendo a granel y sin pasteurizar, fuera del circuito legal, y las noticias de vendedores ambulantes detenidos y de miles de litros intervenidos por los organismos públicos, eran noticia habitual de los periódicos del momento.
Normalmente se trataba de los propios ganaderos del extrarradio que promocionando el producto como "natural" intentaban saltarse intermediarios con furgonetas y lecheras camufladas para la venta a domicilio, con la connivencia de algunas amas de casa que se hacían propaganda entre ellas.
Con las centrales lecheras y sus furgonetas de reparto también desaparecieron los tradicionales despachos de leche y vendiéndose las botellas primero y después los tetrabriks en las estanterías de los supermercados como cualquier otro producto.
Fuentes:
Podcast "Zaragoza te habla"
"Vaquerías y lecheras en Calatayud", de María Soledad Alconchel (2020).
Camión repartidor de CLUZASA en 1964 (AMZ) repartiendo en la plaza Emperador Carlos V.
(Zona Centro): Su nombre proviene de la zarzuela Marcha a Cádiz, y no de la ciudad andaluza, como normalmente se cree.
La Marcha militar de la zarzuela Cádiz, es una zarzuela de los compositores Federico Chueca (Madrid, 1846-Madrid, 1908) y Joaquín Valverde (Badajoz, 1846-Madrid, 1910), con arreglos para banda de Abel Moreno, de 1886. Ambientada en el asedio de Cádiz tal y como lo narró Benito Pérez Galdós en sus Episodios Nacionales, sus creadores, autores reconocidos del llamado género chico, idearon una zarzuela que al poco de estrenarse en el teatro Apolo, en 1886, alcanzó una popularidad inaudita, siendo cantadas sus piezas más pegadizas en todos los rincones de la capital.
La marcha militar, último número musical del primer acto, era en realidad la versión de un himno compuesto por Chueca en honor del general Prim en 1868. Se convirtió pronto en el vértice de la obra, pasando del escenario del Apolo a las bandas de todos los regimientos, y hasta llegó a ser propuesta en 1898 para himno nacional.
Sin embargo, la derrota ante los norteamericanos ese mismo año en la guerra de Cuba hizo que cayera en el olvido, cuando no convertida en símbolo de la “patriotería populachera”. Triste y paradójico destino el de una marcha destinada a homenajear a ese pueblo que derrotó a los franceses e hizo posible la llegada de las libertades.
Durante muchos años se la conoció como calle Monzón (el tramo primer tramo, que daba a la calle o paseo de Santa Engracia) y calle de las Recogidas (el segundo tramo, el que daba a la plaza del Carmen), por estar allí el convento (desaparecido) de las Recogidas de San Felipe Neri.
Plano del libro "Zaragoza según el plano de 1712 y su vecindario de 1723", de J.M. Ballestín (2017). Se observan la primigenia calle Cádiz dividida en dos tramos (Monzón y Recogidas) y dos hospicios pertenecientes a los monasterios de Rueda y Veruela.
Hacia mediados del siglo XIX aparece en los planos como calle Veruela (o Beruela) el tramo antes conocido como calle Monzón. Se ve en el plano de 1712 del libro de Ballestín (2017). Seguramente el nombre le viene por el hospicio del monasterio de Veruela, que estaba en ese primer tramo de la calle.
Plano de Yarza y Gironza (1853) donde se aprecia que el nombre Beruela ha sustituido al de Monzón para denominar a la calle.
Como se puede ver, toda esta zona fuera de la muralla romana de la ciudad estaba colonizada por extensos conventos que sufrieron enormemente los bombardeos y minas francesas, especialmente durante el Primer Sitio.
En 1862 aparece ya toda la vía como calle del Parque, supongo porque llevaba al Parque de Artillería, situado entonces en la plaza del Carmen. La denominación se mantiene en varios planos hasta el de 1872 del Estado Mayor del Ejército.
Antonio Candalija (el que impulsó la apertura de la calle Alfonso I) siendo alcalde, ayudado por el arquitecto Miguel Geliner, planeó el ensanche y alineación de la calle de Cádiz. Diario de Avisos de Zaragoza del 21 de enero de 1897. No se llevó a cabo continuó siendo un embudo urbano con mucho tráfico de carros y carruajes.
En el plano parcelario de Casañal de 1879 ya consta como calle Cádiz.
Primera mención a la calle Cádiz que he encontrado en la hemeroteca. Diario de Avisos de Zaragoza, 19 de mayo de 1879.
Plano del año 1862. Desconozco la fuente.
En este plano de 1880 de Calvet y Boix ya aparece con la denominación actual.
En algún sitio que no recuerdo leí que en esta calle vivió Manuela Sancho, heroína de los Sitios, y que todos los domingos el IV regimiento de artillería desfilaba bajo su balcón para homenajearla. Ver más en Sancho, calle de Manuela.
Casa de Baños de Ballesteros. Baños viejos o Baños antiguos del Salón de Santa Engracia. Entraron en servicio el 25 de julio de 1821 (y reedificados en 1823), antes de que se completaran los porches del paseo. Estaban en unos locales en los números 24 y 26, en la plazuela de entrada a las entonces denominadas calles Beruela (actual calle Cádiz) y Pontarrón de San Diego (actual calle San Diego).
Era un edificio sólido de planta cuadrada con dos órdenes de ventanas que estaba rodeado de un jardín donde se aguardaban los bañistas. En sus dos pisos y el bajo, albergaba veintiséis pilas forradas de plomo y distribuidas en varias cabinas o cuartos. Aunque se publicitaba como un médico para aliviar dolencias, se utilizaba normalmente para recreo y alivio de los calores veraniegos.
Hasta que en 1839 comenzaron a funcionar los Baños del Huerva (ver más en San Miguel, plaza) sólo existía esta casa de baños, que era la más antigua de la ciudad. En 1860 ya había 4 establecimientos de este tipo que, según autores de la época, eran cómodas, aseadas y con buen servicio. Como era normal en esa época, imperaba una discretísima separación de sexos. Manuel Abizanda en El Noticiero, 26 de agosto de 1926, página 2.
Casa de años de Ballesteros referenciada en un plano de 1853 (AMZ).
Noticia de su apertura en el Diario Constitucional de la Ciudad de Zaragoza del 24 de julio de 1821.
Estos baños viejos eran de construcción sencilla y su aspecto exterior bastante sólido. De forma cuadrada y con ventanas, contaba con un pequeño jardín rodeado con una verja de hierro. Incluía un conjunto de cabinas con tinas o pilas de agua caliente y fría.
Hacia los años 70 del siglo XIX se hizo cargo del negocio D. Manuel Ballesteros y Contín, zaragozano dedicado a la construcción, residente en Madrid y senador del Reino por la provincia de Zaragoza entre 1898 y 1911. Debió hacer una profunda reforma del establecimiento. Falleció en Madrid el 1 de diciembre de 1926.
Manuel Ballesteros. Fuente: senado.es
La Voz Aragonesa del 31 de julio de 1887.
La Alianza Aragonesa del 24 de julio de 1885.
La casa de baños se abría en verano a las cinco de la mañana y no se cerraba hasta las diez de la noche. En la época de Ballesteros contenía dos grandes balsas (de agua corriente), una para hombres y otra para mujeres al módico precio de un real. Esto era una novedad en la ciudad ya que la otra casa de baños (la de Marraco) en la década de los años 80 del siglo XIX solo ofrecía baños calientes.
En la balsa destinada a las mujeres había dos "bañeras", unas mujeres al cuidado de la balsa y de las cabinas para mujeres conocidas como la Rafaela y la Felisa. En las cabinas, tanto de hombres como de mujeres, se realizaban baños calientes (calentados por combustión de leña) por un importe de una peseta sin ropa y cinco o seis reales con ella.
Años después sufrió varias remodelaciones. Con la primera desaparecieron las balsas para aprovechar el terreno para edificar, quedando en sus últimos años un patio rectangular con un remedo de jardincillo al que abrían sus puertecitas ocho o diez cabinas. Después vinieron las modificaciones interiores de la casa que fueron aumentando poco a poco el espacio destinado a las viviendas y locales de la planta baja de la finca en detrimento de la casa de baños, que ya solo abría durante ocho horas al día.
En el primer cuarto del siglo XX se fue extendiendo la llegada del agua corriente a los hogares. La Fonda Europa en 1906 fue el primer lugar de la ciudad en ofrecer una pila de baño de uso particular, y poco a poco se fueron generalizando en los establecimientos y viviendas más pudientes (José Blasco en El Noticiero del 17 de julio de 1949, página 11).
Fue el principio del fin de las viejas Casas de Baños de la ciudad. Los Baños de Ballesteros aguantaron a duras penas abiertos hasta cerca de 1920. Una década después ya se habla que casi nada quedaba del edificio y de las instalaciones, salvo los restos de la verja de acceso y de las puertas de las cabinas en un patio cercano (Heraldo de Aragón, 17 de agosto de 1930). De sus piletas y calderas para calentar el agua, ni rastro.
Reportaje de Emilio Colás y foto de Martín Chivite publicado en el Heraldo de Aragón del 17 de agosto de 1930.
UNA CALLE DE PRIMERA DIVISIÓN: Tres exjugadores de fútbol establecieron sus comercios en la calle de Cádiz: Reija, Torres y Yarza.
Alta confección Reija, en el número 1. Firma fundada en 1966 con una pequeña boutique por Severino Reija Vázquez (Lugo, 1938), futbolista del Real Zaragoza, integrante del equipo de los Magníficos y campeón de Europa en 1964.
Comenzó jugando en el equipo del colegio de los Salesianos de La Coruña. Posteriormente pasó al Oza Juvenil de la ciudad de La Coruña y más tarde al Deportivo de la Coruña durante dos temporadas, en las que debutó en Segunda División.
Su llegada a nuestra ciudad tuvo que ver también con el corte y confección. García Muniesa, un vicepresidente del Real Zaragoza, era sastre y un empleado se su sucursal en La Coruña le habló de Reija. Tras verlo jugar en un amistoso programado exprofeso, entró a formar parte de la plantilla maña, debutando en Primera División en la temporada 1959-1960 en una Romareda recién inaugurada.
Severino Reija, capitán de España contra Checoslovaquia en 1967. Heraldo de Aragón.
Con un jovencísimo Lapetra se hicieron con la banda izquierda del equipo. Sin ser zurdo, desde su posición de lateral recorría como una bala para llagar a la línea de fondo y poner el mejor centro para que el delantero de turno hiciera gol. Su gran capacidad ofensiva no fue en detrimento de la defensiva, mostrándose como el más fiable y aguerrido marcador, sin ser "leñero", siendo para muchos el "inventor" de la figura del carrilero.
Alcanzó la internacionalidad con la selección española en 24 ocasiones, la primera con el seleccionador Pablo Hernández en 1962, llegando a ser su capitán en varias ocasiones. Y no era una selección cualquiera, la integraban peloteros de la talla de Santamaría, Luis Suárez, Del Sol, Carmelo Cedrún, Amancio, Gento y Alfredo Di Stefano. Fue el único jugador zaragocista en jugar dos mundiales, los de Chile (1962) e Inglaterra (1966), y formó parte del equipo que en 1964 conquistaron la segunda edición de la Eurocopa, en 1964.
Tras diez temporadas en el equipo zaragozano, se retiró en 1969 habiendo ganado dos Copas del Generalísimo (1964 y 1966) y una Copa de Ferias (1964). En su nueva vida fuera del césped se convirtió en un respetable empresario de éxito en el sector del corte y la confección, comenzando en esta tienda de la calle Cádiz. Hoy tienen cuatro tiendas abiertas en puntos diferentes de la ciudad.
Fuente: eldesmarque.com - sportaragon.com - heraldo.es
Modas Torres, en el número 5, abrió en 1968 (El Noticiero del 27 de diciembre de 1967) y cerró en 2023 (Heraldo de Aragón del 10 de noviembre de 2023). Siempre regentada por Angelita Buendía y Manuel Torres, jugador del Real Zaragoza y campeón de Europa con el Real Madrid.
Manuel Torres Pastor (Teruel, 1930 - Zaragoza, 2014), de familia de panaderos turolenses. Tras unos inicios en la tercera división aragonesa y un breve paso por el Manchego, de Ciudad Real, donde conoció a su mujer, fichó por el Real Zaragoza en 1953. Menudo, rápido y con poco pelo le apodaron “El Torico”. En el equipo aragonés alcanzó su plenitud deportiva y con el que subió a Primera División en 1957. Los que lo conocieron lo calificaban de defensa rápido y explosivo que se sumaba igualmente al ataque y que colaboraba en las jugadas de creación.
En abril de 1957 aceptó una cesión de seis meses al Real Madrid para cubrir la baja de Ángel Atienza. En ese breve espacio de tiempo se proclamó campeón de la Copa Latina y también de la Copa de Europa el 30 de mayo de 1957 ante la Fiorentina, la segunda del club blanco, en un partido en el en el que ganaron por dos goles a cero a los italianos con una alineación para el recuerdo: Alonso, Torres, Marquitos, Lesmes, Miguel Muñoz, Zárraga, Kopa, Mateos, Di Stéfano (con el que trabó una gran amistad), Rial y Gento.
Torres y Yarza, exjugadores del Real Zaragoza, posando junto a Modas Torres. Aragón Exprés del 5 de julio de 1973.
El equipo blanco estuvo cerca de ficharle, pero Cesáreo Alierta no aceptó la oferta madridista. Al finalizar la temporada volvió al Real Zaragoza, donde permanecería hasta 1962. Defendió la camiseta del Real Zaragoza durante 195 partidos en un total de ocho temporadas (entre las campañas 1953/54 y 61/62).
El defensa anunció su prematura retirada a los 29 años, cuando apreció que el Real Zaragoza no equiparaba su ficha a la de otros jugadores con menor trayectoria. Falleció en 2024 arrasado por el alzheimer.
Fuentes: eldesmarque.com - elperiodicodearagon.com - heraldo.es
Torres (en rojo), agarrado por Di Stéfano, posando con el trofeo de campeón de Europa en 1957. heraldo.es
Yarza Regalos, en el número 8 e inaugurada el 7 de septiembre de 1967, era propiedad del portero y capitán zaragocista a Enrique Yarza, que aún estaba en activo. Creo que cerró en 1976.
José Enrique Yarza Soraluce (San Sebastián, 1930 - 2001), deportivamente conocido como Yarza, fue un guardameta mítico del Real Zaragoza. Es el jugador que más temporadas ha estado en el primer equipo en toda la historia del Real Zaragoza.
Hijo de una familia acomodada de San Sebastián llegó a nuestra ciudad en 1948 cuando se matriculó en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad de Zaragoza e ingresó en el Colegio mayor Pedro Cerbuna. Tras destacar formando parte de un combinado universitario que realizaba pequeñas giras por los pueblos de la provincia, llamó la atención de los clubes de la ciudad jugando primero en el Fuenclara, el Celta de Zaragoza, de Primera Regional, y la S.D. Arenas, antes de acabar en el Real Zaragoza.
Yarza debutó con el Real Zaragoza en 1953 siendo titular ya en su primera temporada con 23 años, pero sus errores contra La Leonesa en octubre de 1954, con Cesáreo Alierta de presidente, y las críticas de la prensa (muchas por su altura, 1.73 m) le abrumaron y le condenaron al banquillo en favor de Pedro Lasheras.
Titular del reportaje a toda página publicado en El Noticiero del 9 de septiembre de 1967, página 6.
Aragón Exprés del 28 de febrero de 1973
Yarza celebrando la Copa del Generalísimo del año1964. Archivo ABC.
Sin embargo, la temporada 1959/60, cuando ya tenía 29, recuperó la titularidad, que ostentó durante nueve temporadas consecutivas. Fue el guardameta y capitán de una de las mejores etapas históricas del Real Zaragoza, la de los magníficos. Se proclamó campeón de la Copa del Generalísmo en 1964 y 1966, y de la Copa de Ferias en 1964. A pesar de su veteranía, se mantuvo en activo hasta los 39 años, cuando una lesión en el tendón de Aquiles forzó su retirada. Su último partido, contra el Wlenner austriaco, fue el de su homenaje, en la que le impusieron la Medalla de Plata al Mérito Deportivo.
Tras asumir cargos de entrenador en la cantera y de ojeador del club, tuvo algunas experiencias en los banquillos del fútbol regional, como en Andorra o el Tauste. Además de la tienda de la calle Cádiz, regentó un club de copas en el Paseo de las Damas, junto a su compañero magnífico Santamaría. En 1976 volvió a su ciudad natal donde falleció en víctima de un cáncer hepático en 2001.
Fuente: eldesmarque.com.
OTROS COMERCIOS DE LA CALLE
Casa Burillo, en los números 1 y 3. Propiedad de Antonio Burillo, estaba dedicado a la venta de ultramarinos y comestibles, estuvo en servicio entre 1913 y al menos hasta 1943. Debía ser una especie de precursora de las franquicias porque tenía sucursales en la calle Carmen 17 (zona de Hernán Cortés), en el Coso 178 y en la calle San Pablo 112. En 1941 consta que se había trasladado al número 18 de esta misma calle (Heraldo de Aragón del 20 de diciembre de 1941).
Diario de Avisos de Zaragoza del 20 de noviembre de 1885.
Reportaje publicitario a dos columnas en el Diario de Avisos de Zaragoza, 29 de julio de 1935.
Diario de Avisos de Zaragoza,14/4/1883.
Diario de Avisos de Zaragoza, 20/5/1887. Antes estaba en la calle de Predicadores 52.
El Noticiero del 31 de enero de 1917.
La Flecha de Oro, en el número 4. Sedería, mercería y novedades, propiedad de Miguel Cisterna. Inaugurada el 26 de mayo de 1928 y abierta al menos hasta 1935, fue decorada por Salvador Martínez, un escenógrafo (La Voz de Aragón, 27/5/1928.
La Tribuna, 25 de noviembre de 1928.
Goyos Club, snack bar. Con dos accesos, en el número 4 y San Diego 2 (antigua calle Murillo).
Después el local fue ocupado por la cervecería Trafalgar, de dos hermanos, Pascual y Pedro.
Foto de Gerardo Sancho Ramo (AMZ).
Caja de cerillas publicitaria. todocoleccion.net/
Droguería y ferretería del Carmen, en el local comercial del número 5, frente al convento de las Recogidas. Propiedad de Enrique Lamana, sufrió un aparatoso incendio el 19 de noviembre 1911 que comenzó a las 11 de la mañana (Edición de tarde del Diario de Avisos de Zaragoza de ese día).
En 1889 aquí estaba el taller de platería y estampaciones de Ignacio Aguilar.
Diario Mercantil de Zaragoza, 29/3/1889.
Fotografía del incendio en la Droguería y ferretería del Carmen. A sofocarlo acudieron un regimiento de artillería, una compañía de Ingenieros con material de incendios y la brigada municipal de bomberos. En el adoquinado podemos ver las vías de la tranviaria línea de Madrid que hacia la izquierda conducían a la plaza del Pueblo (actual plaza del Carmen). Al fondo se ven los balcones del inmueble del número 106 de la calle del Azoque. Proyecto GAZA.
Hostal del Rey, en el número 6. Tenía 50 habitaciones, con calefacción y baños. Debía tener una decoración peculiar a base de armaduras y panoplias, con espadas en su vestíbulo y escaleras.
Revista Aragón del año 1942.
Sucesión de comercios en el número 7.
La Crónica del 28 de septiembre de 1913.
Droguería de la Cruz. Heraldo de Aragón del 30 de abril de 1927.
Floristería de Santiago Lahoz, en la calle Cádiz número 7 en los años 20 y 30 del siglo pasado. Tuvo otro quiosco de flores en la plaza Sas. Heraldo de Aragón del 1 de febrero de 1934.
Sastrería Blanco, en el número 9 desde 1934 (La Voz de Aragón del 28 de febrero de 1934). Antes estuvo en la calle Goya (1928), en Jaime I (1930).
Y después aquí también, Boutique Carla.
Guía telefónica de 1978.
Reblet Boutique, en el número 10. en la esquina con Laurel. En 1935 el matrimonio formado por el diseñador Pepe Reblet y Carmen Izquierdo, inauguraron una tienda en la calle Alfonso I, número 14 (ver más en Alfonso I, calle). Carmen siempre había sido muy moderna, como lo demuestra el hecho de que de joven fue multada por llevar pantalones o biquini (vídeo de la exposición MODA XX ZGZ).
En los años 60 del siglo XX sus hijos, los hermanos Reblet (Pepe y Nikolás), instalaron su boutique en la calle Cádiz donde eran sinónimo de modernidad. Tanto que en esos años artistas como Raphael y Camilo Sesto fueron "de propio" para nutrir sus armarios.
Era otra Zaragoza, una que se escandalizó la primera vez que los slips masculinos lucieron en los escaparates de Reblet y que se comenzaba a abrir a las nuevas tendencias de la moda, hasta entonces reservadas a las clases acomodadas, puesto que la mayoría de la población practicaba lo que se denominaba "quita y pon", es decir, tenían dos únicos vestidos por temporada.
Nikolas Reblet fue un visionario, un adelantado a su época que rompió los estereotipos de lo masculino y lo femenino en la moda en nuestra ciudad. También estuvo vinculado al mundo de la noche. En 1979 abrió Boy's, el primer local open minded (de mente abierta) de la ciudad, el primer bar musical de paredes negras en un momento en que no había otra cosa que tascas y cafeterías.
Fuentes: eldiario.es - heraldo.es - zaragoza.es
Nikolas Reblet en su tienda de la calle Cádiz. Nikolas Reblet Izquierdo.
Pepe Reblet (a la izquierda) con el diseñador Custo Dalmau en la inauguración de una tienda en Zaragoza. elperiodicodearagon.com
Sastrería Ortega, en el número 15. La firma tenía ya tenía 60 años a sus espaldas en 1934. Propiedad de don Francisco Ortega, que consta como presidente de la Sociedad de maestros sastres "La Confianza" (La Voz de Aragón del 29 de julio de 1930).
Ocupó el local ocupado un año antes por el Bazar Quirúrgico, trasladado al número 4.
Foto de Gerardo Sancho Ramo de los años 60 (AMZ). Al fondo calle Azoque, a la derecha la cafetería Trafalgar, un poco más adelante la sastrería Ortega y el Hostal del Rey. A la izquierda los escaparates de Reija.
Calle Cádiz en 1976 la plaza del Carmen. Al fondo el paseo de la Independencia. A la derecha, antes de ser derribado, el antiguo convento de las Recogidas. Foto de Gerardo Sancho (AMZ).
La peligrosa calle Cádiz. En los años 70 esta vía era un peligro por el exceso de circulación rodada. Sí, lo han escuchado bien, aunque algunos no se lo crean ahora que lleva años siendo peatonal... por ahí pasaban dos carriles de coches, autobuses, camiones,... hasta tranvías y trolebuses (hasta uno en cada dirección).
Eso se tradujo en quejas y encendidos artículos en la prensa de la época argumentando que era la zona más contaminada y sucia de la ciudad por los humos de los tubos de escape. Además, las aceras eran tan estrechas que había riesgo evidente de atropello cuando se cruzaban dos peatones y nadie podía pararse delante de los escaparates, queja habitual de los comerciantes de la calle.
Hasta dos años después (noviembre de 1975) no se acordó cambios importantes. Inicialmente solo se limitaron a la ampliación de las aceras, la reducción del tráfico rodado a un solo carril que se desviaba por la calle Marqués de Casa Jiménez. Ante la desesperación de vecinos y comerciantes, el inicio de las obras se demoró varios meses (Aragón Express del 11 de marzo de 1976).
Las voces que abogaban por su peatonalización completa se empezaron a escuchar poco después (Aragón Express del 26 de mayo de 1977).
Ya debía ser una calle de mucho trasiego de gente y carruajes a mediados del siglo XIX. La Libertad, 14 de octubre de 1856.
Artículo a toda página haciéndose eco de las críticas al ayuntamiento por no atender la reclamación de los comerciantes de la calle. Aragón Exprés 5 de julio de 1973.
Noticia del acuerdo municipal para la ampliación de las aceras y reducción del tráfico en la calle. Aragón Express, 13 de noviembre de 1975.
Tranvía por la calle Cádiz. Aunque parezca difícil de creer, por esta estrecha calle, además de vehículos particulares y camiones, circulaba un tranvía con vías de ida y vuelta por el que pasaban las líneas de Madrid, Delicias y mercancías.
La línea 3, conocida como "Madrid", inaugurada el 6 de mayo de 1917, circulaba en doble vía por la calle Cádiz. Hacía el siguiente itinerario: Paseo de la Independencia, calle Cádiz, calle Madre Rafols, plaza del Portillo y avenida de Madrid.
En 1931 (La Voz de Aragón del 7 de febrero de 1931) se decide levantar la doble vía doble en la calle Cádiz para que la vuelta la haga por la recién abierta calle del Portillo (ver más en Aranda, calle del Conde). Es decir, pasado 1931 la ida circulaba pegado a la pared de las Carmelitas pasaba por las actuales Ramón y Cajal, Madre Rafols, por el Hospicio (actual sede de la D.G.A.), plaza Toros, plaza Portillo, Marie Curie, María Agustín, Clavé y acabando en los campos de la hoy calle Santander, en lo que había sido la antigua estación de Cariñena. La vuelta la hacía por la misma vía hasta bordear la iglesia del Portillo para bajar toda ampliada la calle del Portillo, llegar a plaza de España, recorrer el paseo Independencia y entrar a la calle Cádiz.
Finalmente los autobuses sustituyeron a los tranvías en esta línea un 7 de noviembre de 1971 (Aragón Exprés del ese día).
Convento de las Recogidas. Desaparecido. Estaba en el solar donde hoy se levanta el Centro Comercial El Caracol.
En mis archivos tengo registrado que Inicialmente fue un hospital y después convento de las Adoratrices, antes de levantar su desaparecido convento de la calle Hernán Cortes (ver más en Sacramento, calle de la Madre), pero no lo tengo confirmado.
Fue fundado en 1589, cuando don Artal de Alagón y Martínez de Luna (Conde de Sástago) cedió su torre para que se instalasen allí unas mujeres dedicadas a la oración. En estos años se instalaron en todo este entorno extramuros muchos conventos que buscaban para instalarse zonas con gran cantidad de terreno disponible y escasamente pobladas que les permitían el desarrollo de su vida religiosa en clausura fuera del bullicio de la ciudad consolidada.
Se le denominó colegio de "Nuestra Señora de la Misericordia de las Hermanas Recogidas”. El término proviene de su función de servir acoger prostitutas arrepentidas y como de medio de limpieza espiritual de estas. Desde el siglo XVI se promovieron conventos similares donde estas mujeres pudieran mediante oración y trabajo diluir la mácula adquirida por el vicio carnal. No era el único convento o colegio destina a a las mujeres descarriadas en la ciudad ya que convivió muchos años con el de Santa Fe, conocido como el de las "Arrepentidas" (ver más en Salamero, plaza de Miguel), pero en este caso las mujeres eran encerradas a perpetuidad.
La ocupación de los terrenos no fue inmediata a causa de Felipe II, pasando dos años las religiosas en el convento de las Vírgenes (ver más en Vírgenes, calle). El rey pensaba que la instalación del cenobio femenino tan cerca del convento de Santa Engracia podía tener perniciosas consecuencias en la decencia de los monjes. Vencidos los impedimentos unas cincuenta Recogidas se instalaron definitivamente en clausura en 1596.
Alejadas de todo lo que había sido su vida anterior vivían de realizar labores de costura y de la generosidad de su mecenas abriendo en días señalados el convento a mujeres que quisieran dejar su "mala vida" para que viesen cómo vivían las que habían decidido "recogerse". "Por costumbre inmemorial", también recibían viandas (un "libiano" o una cabeza por cada tres reses) de los carniceros de la ciudad (Diario de Zaragoza, del 26 de febrero de 1833).
En el primer Sitio (1808) los franceses trataron de rendir la ciudad al asalto por el sur arrasando con minas e incendios todos los edificios, mayoritariamente religiosos, que flanqueaban la angosta calle de Santa Engracia (ver más en Independencia, paseo de la). La quema de su archivo es la causa de que tengamos tan pocos datos del convento anteriores al siglo XIX.
Convento de las Recogidas fotografiado por Gerardo Sancho Ramo (AMZ) en 1976. Al fondo el edificio de la calle Azoque, en la salida a la plaza del Carmen. En el centro, junto al convento el tejadillo de una hamburguesería ya desaparecida.
El convento de las Recogidas remarcado en rojo en el plano de Casanova de 1769. Como puede apreciarse el convento ocupaba una extensa manzana y la fachada del convento llegaba hasta la plaza Carmen.
Infografía de Heraldo de Aragón donde se representa el entorno de calle de Santa Engracia durante los Sitios. En amarillo se remarca la actual calle Cádiz y con flechas negras se representan los movimientos de las tropas francesas. Se puede observar que toda la zona al sur de la ciudad romana estaba ocupada por instituciones religiosas.
Sobre plano de los Sitios el historiador Daniel Aquillué remarca en azul los edificios destruidos durante los Sitios, en naranja los destruidos tras los Sitios. En amarillo remarco el trazado de la actual calle Cádiz. Podemos apreciar la enorme destrucción y pérdida patrimonial que supuso la Guerra de la Independencia en este sector de la ciudad.
Tras los Sitios la principal causa de destrucción de patrimonio religioso fueron las sucesivas desamortizaciones que se sucedieron a lo largo del siglo XIX. En las órdenes femeninas el número de edificios desamortizados fue menor y muchos de ellos llegaron en activo hasta bien entrado el siglo XX, como fue el caso de nuestro convento de la calle Cádiz.
En 1815 el convento pasaría a dedicarse a la educación de niñas bajo la advocación de Nuestra Señora del Carmen, aunque manteniendo el nombre de Recogidas. El colegio incluía una triple separación de alumnas: internas, mediopensionistas (comían en casa) y vigiladas. También era habitual en los centros educativos religiosos hasta muy avanzado el siglo XX la existencia de alumnos externos y los externos gratuitos, que eran los que no pagaban matrícula ni libros, y comían en casa.
En 1869, justo después de la revolución de "La Gloriosa", el ayuntamiento proyectó la reforma y modernización del entorno de la plaza del Carmen, incluida la calle del Parque (actual calle Cádiz), para la que pretendía la ampliación y alineación de la vía, lo que afectaba e hizo peligrar supervivencia del colegio. Tras algunas gestiones la ciudad llegó a un acuerdo con el arzobispado por el que tomasen los metros necesarios para la ampliación y alineación de la calle pero respetando el convento y sus religiosas a cambio de la cesión al ayuntamiento de unos terrenos en el Seminario de San Carlos para avanzar en la alineación y ampliación de ese tramo ese tramo del Coso. La fachada de la calle Cádiz y la iglesia fueron las partes más afectadas.
En el plano de Yarza y Gironza de 1853 ya se ven sobreimpresionadas las líneas propuestas para la ampliación y alineación de la calle. Como vemos, inicialmente estaba previsto que la reforma de la calle Cádiz no afectase al convento, pero la propuesta de Yarza era más ambiciosa y afectó a toda la fachada norte del convento.
En 1870 el arquitecto Fernando de Yarza presentó el proyecto que retranqueaba la nueva fachada y a la que dotaría de un estilo neomedieval (ventanas geminadas, espadaña, óculos, etc). La obra de ensanchamiento de la calle finalizó en abril de 1871 (Diario de Avisos de Zaragoza del 19 de abril).
Las obras de la nueva iglesia se realizaron con prontitud, inaugurándose el 6 de octubre de 1872. No ocurrió así con la fachada y durante varios años (al menos hasta finales de 1874) el tajo dado se tapó con una fea tapia provisional para evitar las miradas de los curiosos en las dependencias conventuales y escolares. Recordemos que el coste de las obras recayó completamente en el convento y desde el primer momento aparecieron noticias en prensa solicitando ayuda para las religiosas. Para tratar de reducir gastos participaron en las obras presos de la cárcel, aprovechando alguno para "coger las de Villadiego".
Diario de Avisos de Zaragoza del 1 de mayo de 1871, donde se aboga directamente porque sea el ayuntamiento el que asuma los costes.
Diario de Avisos de Zaragoza del 14 de octubre 1872.
Diario de Avisos de Zaragoza del 30 de abril de 1874.
Diario de Avisos de Zaragoza del 17 de julio de 1874.
Plano de la reforma del alzado norte de Yarza. Imagen perteneciente al artículo “Convento de Recogidas de Zaragoza”, de Pilar Lop Otín (2006). Tomado de Alfonso Martínez Abad.
Tras abandonar seis días el convento en 1931 temerosas de ser asaltadas en esos tiempos convulsos (qué casualidad que siempre son convulsos cuando gobierna la izquierda) pocas noticias hay del convento hasta 1964.
Durante la Guerra Civil fue utilizado como hospital (Ministerio de Defensa).
Viendo que con los ingresos obtenidos por el colegio y las labores que realizaban no les alcanzaban solicitaron al arzobispo alquilar parte del edificio que daba a la plaza del Carmen a varias tiendas (zapearía, farmacia y tienda de modas). La pela es la pela, aunque para ganarlas tengan que meter a los mercaderes en el templo.
Patio del convento de las Recogidas. Colección Antonio Arguas Perdiguer. Fuente: Josean Ortin.
Foto aérea del convento de las Recogidas. La foto es anterior a 1961 porque aún se observa Independencia con su paseo central, que sería eliminado en 1961. Se observa perfectamente el patio arbolado de la foto anterior. Fuente: DARA.
Un siglo después del tajo dado al convento para ampliar y alinear la calle Cádiz el boom inmobiliario puso sus ojos en el convento que fue piqueteado por completo a finales de los años 70 del siglo pasado. Hay que entender que esos años en esos años los únicos espacios pendientes de urbanizar que quedaban dentro de la ciudad consolidada eran los viejos cenobios, y especialmente sus extensas huertas. Ante la falta de vocaciones, los elevados costes de mantenimiento de sus viejos caserones y la revalorización de sus terrenos, las comunidades religiosas vendieron todo por suculentas ofertas económicas y se trasladaron con los bolsillos llenos a edificios nuevos en las zonas de crecimiento de la ciudad en esos años.
Fotografía de Gerardo Sancho de 1978 (DARA), durante la eliminación del convento. Está hecha desde el número 11 de la plaza del Carmen.
Las Carmelitas de la calle Cádiz, por ejemplo, se fueron a Casablanca y levantaron una residencia de estudiantes manteniendo la advocación a la virgen del Carmen. Supongo que dentro de algunos años, cuando les vuelvan a llegar ofertas por sus actuales terrenos volverán a conjugar el verbo especular.
Ante el descenso de vocaciones deciden unirse a las Carmelitas Misioneras Teresianas en su última etapa (1971-1977) en la calle Cádiz. Finalmente en 1978 vendieron todo el conjunto a la familia Parra levantándose años después aquí el centro comercial "El Caracol".
Fuente: Pilar Lop Otín: “Convento de Recogidas de Zaragoza”, Boletín Museo e Instituto “Camón Aznar”, de Ibercaja, XCVII, 2006, pp. 147-172.
Foto del derribo de la iglesia, cuya entrada se hacía por la calle Cádiz. Foto de J.L.O.G en febrero 1978. Fuente: José Luis Ona González.
En su solar se levantó Centro Comercial Independencia, conocido popularmente como el Caracol por su diseño en espiral. Se inauguró en 1984 diseñado por los arquitectos Joaquín Maggioni Casadevall, Eduardo Alonso Sola, Antonio Tirado y Emilio Molinero del Río. Se trata de una espiral de varias alturas y una parte baja más amplia perfecta para la celebración de diversos eventos. Además surgen varios brazos de comunicación con las calles adyacentes.
Edificios catalogados de la calle:
El número 3 es un edificio de viviendas de seis plantas y sótano proyectado para José Larrosa y Viñuales en 1902 por el arquitecto Félix Navarro Pérez entre medianerías sobre espaciosa parcela cuadrada.
La obra se sitúa plenamente en el eclecticismo más variado y decorativista que se da en los primeros años del siglo XX en la obra de Félix Navarro, constituyendo uno de los ejemplos de edificio de viviendas más notables y espectaculares de este arquitecto.
Fuentes: zaragoza.es - El viaje de la libélula
Foto propia de diciembre de 2024.
El número 4, de cinco plantas. En 1864 la Compañía de Seguros "La Peninsular" se establecía en Zaragoza en 1860, edificando la manzana entera situada entre el Paseo de la Independencia, calle Cádiz, Murillo y San Diego, según proyecto del arquitecto José Mª Lluch. Posteriormente la propiedad se dividió en tres, dando lugar a las fincas número 16 de Independencia, Cádiz 4 y 6, manteniendo esta casa la fisonomía inicial.
La ornamentación es muy sobria y consiste en los enmarques moldurados con cabezales en acodo y dinteles decorados con elementos florales. Fuente: zaragoza.es
Foto propia de diciembre de 2024.
El número 5 es una casa reformada (se añadió una planta más) en 1884 de acuerdo a un proyecto del maestro de obras Mariano Pueyo por encargo de Valentina del Frasno. El mirador de hierro acristalado se colocó en 1913 por encargo de José Larrosa Viñuales.
Fuente: zaragoza.es
Foto propia de diciembre de 2024. En el bajo comercial aún pervive la señalética de Modas Torres, cerrado en 2023.
El número 6 es consecuencia de segmentar el edificio primitivo de compañía de seguros "La Peninsular", como ya se ha dicho respecto al número 4. En 1939 el arquitecto José García Ros proyectaba la reforma interior del edificio para destinarlo a usos hosteleros ("Hostal del Rey") por encargo de Joaquín Moya Catalán. Se trata de un edificio característico de la segunda mitad del siglo XIX (1864). Fuentes: zaragoza.es
El número 7, es una casa antigua, que se amplía en 1876 edificando, sobre la acequia del Pontarron, con autorización del Sindicato de Riegos de Miralbueno, con arreglo al proyecto del maestro de obras Antonio Miranda. Hacia los años 40 se le elevó una planta más al edificio. Conserva dos miradores acristalados de estructura metálica. Se trata de un edificio antiguo de carácter popular, reformado en 1876 y rehabilitado. Fuente: zaragoza.es
El número 8, edificio antiguo reformado en 1907 por Félix Navarro. Fuente: zaragoza.es
Número 8 en 2014. Foto propia.
El número 10, es un edificio de nueva planta construido según proyecto del arquitecto Julio Bravo de 1907, por encargo del propietario de la finca Macario Solanas.
Lo más interesante es la decoración de carácter vegetal de la fachada y la puerta, la original, de dos hojas de madera tallada, de diseño geométrico, con montante de reja. Fuente: zaragoza.es
Número 10 en 2014. Foto propia.
El número 12 es un edificio eclécticista que incorpora elementos de influencia modernista. Fue proyectado por Julio Bravo en 1909, por encargo de Rafael López Gil, de acuerdo a la nueva línea de la calle. Fuente: zaragoza.es
Según reza una placa, en este número 12 de esta calle nació el pianista aragonés Luis Galve el 10 de marzo 1908. Ver más en Galve, calle del pianista Luis.
Número 12 en 2014. Foto propia.
El número 16, es casa antigua (mediados del siglo XIX) de carácter popular rehabilitada recientemente.
Fuente: zaragoza.es
Número 16 en 2014. Foto propia.