(Barrio de la Romareda): Carlos de Austria o Habsburgo (Gante, 1500 – Monasterio de Yuste, 1558). Rey de España con el nombre de Carlos I (1516 -1556), el primero que unió en su persona las coronas de Castilla, Aragón y Navarra, y Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V (1520-1558), llamado César, el César Carlos o Su Majestad Cesárea.
Era hijo de Juana la Loca y Felipe el Hermoso. Eso implicaba que heredaba por parte de sus abuelos paternos Austria, Flandes y el derecho al trono del Sacro Imperio Germánico; y por parte de sus abuelos maternos la Corona de Aragón, Castilla y las Indias Occidentales (América). Era primo hermano del arzobispo /de Zaragoza Don Hernando de Aragón, hijo bastardo de Fernando II (El católico).
Centrándonos en su relación con Aragón, voy a tomar como referencia básica los artículos "Las Huellas de Carlos V", de Sergio Martínez Gil (2022); y "Carlos V y Aragón", de Santiago Navascués Alcay (2017).
La primera vez que vino fue el mes el 9 mayo de 1518, cuando aún no había sido nombrado emperador, alargándose su estancia durante 8 meses. Se alojó en el palacio real de la Aljafería, teniendo el objetivo de ser jurado como rey y conseguir más fondos. Aunque rey por herencia, también era un completo extranjero en unos reinos que acababa de pisar por primera vez y de los que no conocía casi nada. Se temía además que el nuevo monarca tan sólo viera sus nuevos dominios como un apéndice de los que ya tenía y que sólo acudiría a ellos cuando necesitara dinero, por lo que sufrió ciertas dificultades para ser reconocido y jurado como monarca. La nobleza aragonesa tenía grandes reticencias, ya que era un secreto a voces que el abuelo de Carlos, Fernando II el Católico, prefería a su otro nieto, Fernando de Habsburgo, como candidato al trono ya que lo había educado él mismo durante años. Finalmente Carlos convenció a Alonso de Aragón, arzobispo de Zaragoza e hijo ilegítimo del rey Fernando, para que le apoyara, y el nuevo monarca fue jurado y juró en la Seo de Zaragoza los fueros aragoneses.
Escultura de Carlos V del escultor maño Carlos Palao. DARA.
El Palacio de Carlos V, anterior Casa de Compuertas de la Acequia Imperial (1528), en El Bocal Real, en el término municipal de Fontellas. Ubicado en la entrada al nacimiento del Canal Imperial de Aragón, se trata de una edificación del siglo XVI, en origen destinada a ser residencia habitual para el gobernador del canal. Su construcción está ligada al proyecto de la Acequia Imperial, realizado en 1529 por el ingeniero Gil de Molanés, aunque experimentó posteriores reformas durante las obras de la Presa de Pignatelli en el siglo XVIII. Fuente: aragoneria.com
Fruto de la vuelta al mundo que completó Juan Sebastián Elcano entre los años 1519 y 1522, en 1529 se firmó con Portugal el Tratado de Zaragoza que volvía a repartir el planeta con nuestros vecinos pero que en cambio apenas es conocido, al contrario que el de Tordesillas. Fruto de este tratado gestado en Zaragoza pero firmado en Lérida es que el Océano Pacífico fuera durante mucho tiempo casi de exclusivo uso hispano en cuanto a potencias occidentales se refiere.
Otra huella en nuestra ciudad que dejó el emperador Carlos durante su reinado en Aragón fue el decreto de conversión de los musulmanes que todavía vivían en el reino en el año 1526, y que eran especialmente numerosos en algunas regiones como en la cuenca del valle del Ebro. La conversión forzosa de estas gentes al cristianismo ya se había producido desde el año 1502, pero se retrasó en el reino de Aragón por la presión de una nobleza que era consciente del perjuicio económico que la medida les suponía.
En 1529 el emperador Carlos V visitó Zaragoza y las fuerzas vivas del momento le pidieron un canal que llevase el agua del río a las tierras próximas ciudad. Era el precedente del Canal Imperial, un fallido primer intento. El 22 de junio del mismo año, se firmaron las capitulaciones y se levantó a una legua de Tudela un azud, que derivaba el agua del Ebro y alimentaba esa prevista Acequia imperial de Aragón. Las obras realizadas permitieron la puesta en regadío de tierras navarras en Ribaforada, Buñuel y Cortes; no se llegó a alcanzar, en contra de lo previsto, el río Jalón, de modo que el agua solo llegaba débil y ocasionalmente a los municipios zaragozanos de Mallén y Gallur. A mediados del siglo XVIII, el deterioro de la acequia, por las crecidas el Ebro, los y problemas técnicos y económicos, hicieron que muchos de esos regadíos tuvieran que volver al cultivo de secano.
Fue un monarca que se involucró en la política del reino, llegando a asistir a las Cortes aragonesas hasta en 8 ocasiones. Varias instituciones, edificios y personajes de la ciudad guardan estrecha vinculación con el emperador:
* Intervino en la creación de la Universidad de Zaragoza, fundada por un privilegio real emitido por Carlos el 10 de septiembre de 1542 durante las Cortes de Monzón y cuyo año de fundación aparece en el logo de la institución, si bien es cierto que no comenzaría a funcionar de verdad hasta varias décadas después por la presión ejercida por sus detractores.
* La devoción que se tiene en Zaragoza a San Lamberto proviene de un consejero de Carlos I, el cardenal Adriano de Utrecht. Este recibió en España la noticia de haber sido elegido papa en 1522 y aquí conoció la existencia de este mártir zaragozano. Como tenía especial devoción por otro Lamberto, patrono de Utrecht, su ciudad natal, pidió visitar la tumba. La ciudad le regala una reliquia del cráneo, en artístico estuche de plata, para que la lleve a Roma con él. Agradecido, el nuevo pontífice da su venía a la fundación de un convento dedicado al mártir labrador, en cuyo lugar está ahora el cuartel militar de este nombre.
* El colegio (hoy desaparecido) de la Orden de los Trinitarios observantes, que estaba en la actual calle de la Trinidad, fue fundado en 1522 por orden de Carlos V.
* La desaparecida Puerta de san Ildefonso, situada junto al torreón de la Zuda y frente al actual puente de Santiago tuvo, entre otros nombres, el de Puerta Imperial, en honor al emperador Carlos V, entre el siglo XV y 1858.
Vista desde la margen derecha de la Puerta Imperial o de la Tripería en 1855. Fuente: "Viaje artístico por Aragón de Valentín Carderera", J.M. Lanzarote e I. Arana, IFC - Fundación Lázaro Galdiano, 2013.
* Fray Juan de la Regla, con calle dedicada en nuestra ciudad, fue el prior de Santa Engracia y confesor de Carlos I cuando había abdicado ya a favor de su hijo.
* Gabriel Zaporta, comerciante y financiero muy poderoso en la Zaragoza del siglo XVI obtuvo de Carlos V el título de Señor de Valmaña, por financiar sus expediciones militares.
* Juan Sauvage (aquí lo castellanizaron como Salvaje), canciller de Carlos V y que se había encargado de su educación siendo príncipe, estaba en la ciudad en 1518 acompañando al ya rey cuando falleció cerca de la plaza de Santa Cruz, hospedado en la casa de la noble familia Contamina, a causa de la peste que azotaba el reino.
* Antonio Agustín, con calle dedicada en nuestra ciudad, ejerció de primer vicecanciller del Consejo de Aragón para Carlos I hasta que murió, en 1523.
* El arzobispo Don Hernando de Aragón fue nombrado por Carlos V abad de Veruela y, más tarde, fue visitador general de la orden y diputado.
* Luis González de Villasimpliz, secretario del emperador, lo hospedó en su residencia, que sería más tarde el Palacio de Fuentes (en el Coso Alto), en su primera visita solemne a Zaragoza.
En su origen, allá por años 30 del siglo XX, la plaza era el lugar de giro tranvía de la línea 11 del tranvía (San José-Feria de Muestras). La plaza Emperador Carlos era la cabecera de la línea de San José-Feria de Muestras (o Parque), el lugar donde daban la vuelta y donde se situaba su última parada.
Sin duda fue clave para el nacimiento de la plaza (solo giro del tranvía inicialmente) el inauguración oficial del parque José Antonio Labordeta (popularmente conocido por "Parque Grande") en 1929 por Miguel Primo de Rivera. La alta demanda propició la puesta en funcionamiento de una nueva línea de tranvía (la línea 11) en 1932.
Anteriormente la llegada al recién inaugurado parque se hacía mediante automóviles y autobuses privados los más pudientes, "por el camino de San Fernando" el resto de los mortales, en masa los festivos. Algunos recortaban el trayecto caminando cogiendo el tranvía hasta la Playa de Torrero para completar por el Canal Imperial o por el paseo de Ruiseñores su recorrido.
No sé donde leí que cuando se proyectó la plaza se pensó dedicarla a los "Reyes Católicos", pero creo que nunca llegó a llamarse así.
La primera referencia en la hemeroteca que he encontrado de la plaza con el nombre de Emperador Carlos V en 1960, apareciendo ya así en el plano de Margalé de 1964.
Los inicios de la plaza, cuando aún no tenía denominación, en el plano del ejército de 1932-1941. Se ve claramente que su forma está claramente vinculada a su función de rotonda de giro del tranvía.
La plaza con la actual denominación en el plano de Bernardo y Olavarría (1964).
Evolución de la plaza Emperador Carlos V en fotos aéreas de 1930-1936, 1945, 1956, 1980 y 1983. Fuente: Fototeca.
Evolución de la plaza en postales: 1) Hacia 1950, Ediciones Darvi 2) 1955, García Garrabella 3) Hacia 1960, web de compraventa 4) 1964, de Ediciones Arribas, de la colección Miguel Pascual Laborda 5) 1967, editada por Comercial Josán 6) 1986, libro turístico editado por Ayuntamiento de Zaragoza, publicada por Moncho García.
Detalle de postal de Ediciones Arribas (DARA) centrada en la plaza del Emperador Carlos que creo que fue tomada a finales de los años 40 del siglo XX.
Feria de Muestras, años 70. Detrás del campo de la Romareda se están haciendo las calles del Polígono Gran Vía, que es como se llamó inicialmente el nuevo barrio. Ediciones Arribas. DARA
Entorno de la plaza del Emperador Carlos V a finales de los años 60 del siglo pasado. Colección del ayuntamiento de Zaragoza. Archivo Arribas. DARA
La línea 11, también llamada del parque comenzó su andadura el 23 de septiembre de 1932 desde la plaza de la Constitución (actual plaza de España) a Venecia (Torrero).
Fue suprimida el 22 de agosto de 1936 tras el golpe de estado franquista, volviendo a funcionar el 22 de agosto de 1937 desde la plaza de España al Parque.
Se unificó con la línea 13 de San José el 10 de diciembre de 1967.
Tranvía 213 (llamados los "rizados"), fabricado en 1953, girando en la plaza Emperador Carlos V hacia 1960. Línea 11 (Parque). Tomado del libro "Centenario del Tranvía eléctrico en Zaragoza", de J.M. Valero (2002).
Foto tomada el 22 enero 1976 a la altura de la plaza de Aragón el último día de circulación de la línea 11. Foto Monge. Foto de José maría Valero, autor del libro "Centenario del tranvía eléctrico en Zaragoza", y del que poseo uno de los pocos ejemplares. Fuente: El Desván de Rafael Castillejo
El 22 de enero de 1976, con unos últimos servicios gratuitos, dejó de operar la última línea de tranvías, la número 11 Parque-San José, que iba de esta plaza de España a la del Emperador Carlos V.
Esa Zaragoza aún olía a rancio. Franco acababa de morir pero sus herederos se perpetuaban en las instituciones. Solo unos días después nombraron alcalde a Miguel Merino Pinedo, casualmente hijo de uno de los fundadores de Falange y firme defensor de su historia y valores. Todo estaba atado y bien atado.
Con esta desaparición Tranvías de Zaragoza S. A. se convirtió en Transportes Urbanos de Zaragoza, S. A. (Tuzsa), dejando a doscientos treinta y dos trabajadores sin trabajo (finalmente creo que se les reubicó en el Ayuntamiento y en Pikolín, y se ofreció la jubilación anticipada a los de mayor edad).
No todos estaban a favor de la desaparición de este medio de transporte en la ciudad. Muchos usuarios y colectivos, como el Colegio de Arquitectos de Aragón que abogaba por la modernización, se mostraron en contra en la prensa de esos días. Aducían razones prácticas (menos frenazos bruscos), económicos (un autobús tenía una vida útil de 8 años y algunos tranvías superaban la treintena) y medioambientales (no contaminaban). Aragón Exprés del 21 de enero, página 15, y El Noticiero del 22 de enero de 1976, página 12.
Aragón Exprés del 22 de enero de 1976, página 12.
Para los promotores de la medida los tranvías eran viejos, incómodos y ruidosos. La empresa adujo sobre todo una mejora de rentabilidad económica del servicio.
La desaparición de esta línea fue un duro revés nostálgico para una generación de zaragozanos que lo utilizaron para ir a la Casa Grande, pero sobre todo para su ocio. Con él iban a cantar los goles del Real Zaragoza, a disfrutar de la naturaleza y el aire limpio del Parque Grande y el Cabezo, para festejar los Pilares visitando la Feria de Muestras y divertirse en las atracciones, carruseles y norias que por un tiempo allí se instalaron.
Fotos del último viaje del viejo tranvía en el que se ve al cobrador firmando para el recuerdo los billetes, gratuitos para la ocasión, de acceso de los nostálgicos usuarios que quisieron despedirlo. Gerardo Sancho.1976. DARA.
El 218, último tranvía de Zaragoza, se exhibe en el Museo Vasco del Ferrocarril de Azpeitia. Una muestra más de la dejadez de nuestra ciudad por su historia. Vídeo del canal oficial Ferrocarril Ibérico.
Morera blanca de la plaza del Emperador Carlos V, árbol singular de Zaragoza. Ejemplar de Shopora japónica forma péndula obtenido de la Quinta de San José y que se encuentra en la intersección de la calle Manuel Lasala, Isabel la Católica y la plaza del Emperador Carlos V, frente al Parque Grande-José Antonio Labordeta. Fuente: Mª Pilar Gonzalo/Anteayer Fotográfico Zaragozano.
Google Maps en 2018.
La morera en una foto de los años 50. Fuente: Manuel Ordonez.
Los primeros comercios y empresas en la plaza que me constan en la hemeroteca son Comercial Usón (vendía herramientas para el jardín) y Talleres Alacón, ambos de la década de los 70 del siglo XX.
El Noticiero del 16 de abril de 1977.
Feria de Muestras de Zaragoza.
Una feria de muestras es un encuentro realizado en forma anual generalmente de una semana de duración en el que empresas o entidades de una misma actividad comercial exponen sus productos y servicios. Las ferias también se conocen como salones quedando reservado el término feria de muestras para designar exposiciones generalistas en que se muestran productos de diferentes industrias, como es el caso de la de Zaragoza. Si las primeras están dirigidas al público profesional, las segundas se orientan al visitante profano.
Antecedentes:
La historia de las ferias de muestras en Zaragoza se remonta a la segunda mitad del siglo XIX con las dos primera exposiciones industriales, en 1868 (ver más en Aragón, plaza de) y 1885 (ver más en el Matadero, Servet, calle de Miguel) que buscaban mostrar la industria y la agricultura local y abrirla al progreso internacional, y donde se mezclaba lo festivo con lo comercial.
Después hubo otras exposiciones menores los años 1901, 1902, 1908 y 1913 y que pretendían dar a conocer al público el trabajo de las pequeñas industrias y artesanos de la ciudad.
La Exposición Hispano-Francesa de 1908, emplazada en la Huerta de Santa Engracia (ver más en Sitios, plaza de los) significó un salto fundamental. En su organización participó la Cámara de Comercio de Zaragoza, creada en 1886.
Desde 1910 funcionó en la ciudad el Museo Comercial de Aragón, bajo el patronato de la Cámara de Comercio y con Basilio Paraíso como primer director e impulsor. Ubicado en los amplios salones del Palacio de Museos (actual Museo Provincial, ver más Sitios, plaza de los), debía ser la base de exportación de los productos aragoneses al Norte de África y otros puertos del Asia Menor. Concebida como una exposición permanente de muestras, reflejo de la producción industrial y del movimiento comercial de nuestra región, donde el público pudiera encontrar en decorativas vitrinas muestras y datos relativos precios, producción, etc de cuantos artículos le interesasen (Heraldo de Aragón del 16 de enero de 1910, página 2).
Feria de Muestras celebrada en 1962. Archivo Coyne (DARA).
Viñeta Teixi animando a la participación de industriales en la I Feria de Muestras. La Voz de Aragón del 26 de julio de 1934.
Feria regional (1934-1935):
En 1930 (Independencia del 21 de julio, página 1) encuentro las primeras informaciones periodísticas en las que se habla de crear una Feria de Muestras en nuestra ciudad, como las que ya se celebraban en diversos puntos de la geografía nacional como Barcelona Sevilla, pero en ese momento lo descartan al considerar que no disponen de una gran variedad de productos manufacturados. En esos Pilares se cita una "Feria de Muestras o Mercado Regional" celebrado con stands distribuidos por distintas calles del centro de la ciudad, que pese a su nombre, además ofrecía productos foráneos como cocos cubanos, quisquillas, mojama americana o patatas a la inglesa (La Voz de Aragón del día del Pilar el 1930, página 31).
En la primera Conferencia Económica celebrada el año 1933, acordaron organizar exposiciones y ferias de muestras para dar a conocer en toda su importancia la producción aragonesa y orientar su expansión y desarrollo. En marzo del año siguiente se anuncia que hay una comisión constituida por representantes de los diferentes ramos de la industria trabajando para que pueda celebrarse una feria regional en los Pilares de ese año, centralizándose el trabajo en la Oficina Económica de la Sociedad de Amigos del País, impulsora del evento (La Voz de Aragón del 4 de marzo de 1944, página 11; El Noticiero del 15 de marzo de 1934, página 5).
Aunque inicialmente se barajó la idea de emplear tres grandes locales en puntos distintos de la ciudad, finalmente fue la Lonja la que acogió en exclusividad la I Feria Regional de Muestras los días 5 al 20 de octubre de 1934, en los Pilares (La Voz de Aragón del 24 de marzo de 1934, 16). La inauguración solemne se produjo el día 10 de octubre con la oportuna participación de todas las entidades y personalidades económicas regionales (La Voz de Aragón, 11 de octubre, página 2), sociales y militares.
Como el interior la Lonja se les quedaba pequeña tuvieron que ampliar el recinto expositivo por los jardines y parte del paseo del Ebro (actual paseo Echegaray Caballero), donde se dispusieron stands cubiertos. La Lonja y los jardines fueron cedidos gustosamente por el ayuntamiento, al frente del cual estaba Miguel López de Gera. La feria contaba con un servicio de bar y un aparato en la entrada que permitía hacer el conteo de los visitantes (El Noticiero del 11 de octubre, página 5) y la Banda Municipal amenizó al público con recitales.
La clausura se celebró el 28 de octubre a las 11 y media de la mañana con la visita del Ministro de Hacienda, el zaragozano Manuel Marraco (Heraldo de Aragón del 27 de octubre, página 1). El éxito de la primera edición llevó a los organizadores a plantearse la necesidad de crear una cita anual.
Cartel de la I Feria de Muestras de 1934. La Voz de Aragón del 23 de octubre.
Plano de zona expositiva de la I feria de Muestras, que incluía tanto el interior como los jardines exteriores, que fueron vallados para el evento. Heraldo de Aragón del 29 de julio de 1934. De la distribución de los stands se encargó el Sr. Regino Borobio, arquitecto municipal.
Stands de la I Feria de Muestras Aragonesa. La Voz de Aragón, 14 y 23 de octubre de 1934.
La segunda edición, también organizada por la Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País, tenía el reto de recoger el éxito de la edición anterior y superarlo. Aunque se exponían marcas de todo el país, aún se consideraba una muestra regional. Estaba prevista para los días 6 al 21 de octubre de 1935 y tenía la dificultad de su instalación, que debía realizarse de nueva planta en una superficie de 3.000 metros cuadrados, frente a los 700 metros que contaban en la lonja.
Debido al aumento de solicitudes de marcas expositoras, cambió de ubicación para superar las limitaciones de espacio de la Lonja. El lugar elegido fue el patio posterior del instituto Goya, que entonces estaba instalado en el edificio del suprimido (por la disolución de la Compañía de Jesús) Colegio del Salvador localizado en la avenida de Galán y García Hernández, actualmente denominado paseo de la Constitución, donde actualmente se levanta la sede central de Ibercaja. En el frontón del instituto se instaló el salón de fiestas, lugar de celebración de la inauguración y de la clausura del evento.
Los trabajos de instalación de la Feria duraron un mes y se realizaron bajo la dirección artística del arquitecto don Regino Borobio, que se encargó de proyectar los 120 stands y fue el autor de la decoración del recinto. El coste superó las trescientas mil pesetas (Heraldo de Aragón del 1 de noviembre de 1935, página 1).
Por problemas organizativos (retrasos en el montaje de los stand) la apertura tuvo que retrasarse dos veces, del día 6 al día 10 primero, y al 11 de octubre finalmente (El Noticiero del 6 de octubre, página 12, y del 11 de octubre de 1935, página 2), fecha en la que se realizó la inauguración oficial. El cierre del evento también se retrasó al día 25 de octubre.
Acceso a la II Feria de Muestras Aragonesa, en la entonces avenida de Galán y García Hernández (hoy paseo de la Constitución). Al fondo, el colegio del Salvador de los padres jesuitas, en la actual plaza de Paraíso (a la derecha). Instantáneas zaragozanas, CAZAR, 1982. Proyecto GAZA.
Localización del espacio donde se ubicó la II Feria de Muestras Aragonesa en el plano de M.A. Navarro de 1925.
Aunque estaba previsto el cierre el día 25, el éxito de público (160.000 visitantes) retrasó la clausura al domingo 27 de octubre, siendo presidida por el Ministro de Industria, Comercio y Agricultura, Don José Martínez de Velasco.
Plano general de la II Feria de Muestras de 1935. Aquí se distribuyeron los 120 stands que albergó el recinto en esta segunda edición. Anexa a la Feria de Muestras se celebró la primera Feria Aragonesa del Automóvil Usado. Heraldo de Aragón del 19 de septiembre de 1935, página 9.
Cartel de la II Feria de Muestras de Guillermo. Heraldo de Aragón del 19 de septiembre de 1935.
Fotos de Abelardo de la Barrera del salón de fiestas donde se desarrolló a las 4 de la tarde el acto de inauguración de la II Feria de muestras. La Voz de Aragón del 12 de octubre de 1935, página 13.
Como hemos dicho ya, las dos primeras ediciones resultaron un éxito y sus promotores a finales de 1935 ya estaban trabajando en la tercera edición con dos objetivos claros: dispones de un recinto estable y conseguir que subiera de nivel, teniendo la consideración de feria nacional.
No era una idea nueva, en el Heraldo de Aragón del 29 de julio de 1934, página 5, José Sinués (ver más en Sinués, plaza de José), secretario de la Sociedad Económica y alma de la organización de la I Feria de Muestras de 1934, exponía que aunque la intención era conseguir en un futuro una feria de ámbito nacional para conseguirlo debían contar de un recinto de exposiciones con amplios terrenos, cosa que hasta después de la Guerra Civil no pudo ser.
Puerta de acceso principal de la feria de 1935. Tomado de Mónica Vázquez Astorga (2006).
La tercera edición, prevista para 1936, estaba ya preparándose con el ánimo de superar a sus antecesoras (El Noticiero del 16 de mayo, página 13), para lo que se había solicitado al consistorio la cesión de terrenos para su emplazamiento en el sector de la Gran Vía que comienza en el paseo de los Plátanos, actual paseo de la Constitución (Diario de Aragón del 16 de junio, página 2). Se preveía contar con pabellones cubierto que facilitasen la participación de algunas empresas que no pudieron hacerlo la edición anterior por no poder someter sus productos a las inclemencias del tiempo (Heraldo de Aragón del 17 de junio, página 3).
La Guerra Civil paralizó todo hasta "cuando el movimiento salvador de España haya consolidado la indudable y gloriosa victoria" (Diario Amanecer del 6 de octubre, página 4). Tras la victoria de los franquistas, ya en 1940 se informa de un intento no fructificado de retomar la idea de una nueva feria de muestras y de que la Cámara de Comercio había sido depurada de personal izquierdista.
Mónica Vázquez Astorga (2006) explica que con vistas a esta celebración de la I Feria Nacional de Muestras (1941), el Ministerio de Industria y Comercio aprobó, en octubre de 1940, el Reglamento de la Feria, constituido por veinticuatro artículos, redactado por la Cámara Oficial de Comercio e Industria de Zaragoza, y del que destacamos que solo podían ser expuestos productos nacionales, que no se podía a traer a los visitantes con gritos, altavoces o músicas, y que no podían introducirse cámaras fotográficas ni hacer fotos (para evitar el espionaje industrial).
Consta en el diario Amanecer del 5 de noviembre, página 2, la autorización para la celebración de la Feria de Muestras de Zaragoza de 1941 los días, 15 al 31 de mayo. La Gran Gala de inauguración se formalizó en el Teatro principal el 22 de mayo organizada por D. Francisco Blesa Comín y con la presencia del ministro de Industria y Comercio, D. Demetrio Carceller.
Se rotulaba ya como Feria Nacional de Muestras (Heraldo de Aragón del 18 de mayo). Debió de realizarse muy en precario por la situación económica del país. Su clausura se alargó hasta el 22 de junio con un gran festival de jota en la que cantaron Felisa Galé y José Oto.
En esta feria y en las posteriores, como reflejo de la economía regional y nacional, abundaban expositores vinculados al mundo agrícola, a productos y maquinaria agrícolas y a las industrias derivadas de la agricultura.
El Noticiero del 25 de marzo de 1941, página 3.
En 1942 el evento se denominó II Feria Nacional de Muestras y volvió a estar organizado por D. Francisco Blesa. Se programó durante las Fiestas del Pilar (del 1 al 15 de octubre) y se emplazó en las inmediaciones de "uno de los sitios más despejados de la ciudad y junto al bellísimo parque de Buenavista", en un terreno de 15.000 metros cuadrados (Amanecer del 20 de agosto, página 2).
En ese mismo periódico se informaba de la adquisición por parte de la Cámara de Comercio de dichos terrenos donde ya se construía las instalaciones, ahora ya de carácter permanente.
El 13 de septiembre de 1942 se anunciaba en Heraldo de Aragón que el Palacio de la Producción Aragonesa, como lo llamaban en esos primeros momentos, las obras estaban muy avanzadas y el hormigón armado sustituía ya los provisionales vallados de madera que delimitaban el recinto ferial de 1941. Ese primer año se estrenaron cuatro modernos pabellones y otro doble con airosas viseras construidos en apenas tres meses gracias al trabajo de más de mil obreros en dos turnos y jornadas de trabajo de hasta 12 horas. Se dieron por completadas las obras el 23 de septiembre (Diario Amanecer, página 3), pero aún sin iniciarse el edificio principal actual ni la torre, que se iniciarían al año siguiente.
Para animar a la llegada de visitantes foráneos se establecieron tarifas especiales de tren en los billetes de ida y vuelta los días de la feria. Contaría con un bar-restaurante con comedor, una gran pérgola, un mirador elevado desde el que contemplar desde lo alto el parque y esa zona de expansión de la ciudad. Como en las anteriores, estuvo amenizada por conciertos, bailes, espectáculos folclóricos y fiestas de sociedad.
Imagen aérea de las obras en el recinto ferial en 1943. La torre, que mientras que en los folletos publicitarios lucía terminada, en la realidad solamente alcanza un par de decenas de metros de altura. Fuente desconocida.
Catálogo de la II Feria de Muestras. Web de compraventa.
Obras de construcción del recinto ferial. Fotos de Gerardo Sancho (DARA).
El Noticiero del 30 de septiembre de 1942.
Aunque estaba previsto abrir al público e inaugurar el día 1 de octubre tuvo que retrasarse al día siguiente por coincidir con las solemnidades que tenían lugar el "Día del Caudillo". Finalmente, en medio de la toma de Stalingrado por los nazis, a las 11 de la mañana del día 2 tuvo el acto inaugural, con la presencia del director general de Comercio, D. Antonio de Miguel y el presidente de la Cámara de Comercio, D. Francisco Blesa entre otras personalidades (Heraldo de Aragón del 3 de octubre).
En esa España casposa y en blanco y negro, en el acto no podía faltar la bendición del arzobispo, D. Rigoberto Doménech y Valls. Para entrar el público general tuvo que esperar a la tarde.
Dentro del recinto esperaban contar con más de doscientos expositores, el doble que en la edición anterior. Estarían representadas todas las actividades de la vida económica de la región, desde los productos de la tierra, entre las que destacaban las numerosas bodegas aragonesas, hasta una muestra de modernos trolebuses y tranvías, y los productos de las fábricas de sopas, por ejemplo (Heraldo de Aragón del 13 de septiembre, última página). Además el número de empresas nacionales presentes también fue elevado y abarcaron todos los puntos de la geografía regional, no solo las regiones más cercanas a la nuestra.
Las obras no se circunscribieron al recinto expositivo exclusivamente, la prolongación de la Gran Vía permitió un acceso cómodo y fácil a los visitantes como para los expositores.
Creo que las fotos son del arzobispo D. Rigoberto Doménech inaugurando las nuevas instalaciones y paseando por el recinto, aunque quizá correspondan a ediciones posteriores de la feria. Fotos de Gerardo Sancho (DARA).
Aunque ambas ferias de muestras se titulaban con el término "nacional" es en 1943 cuando es declarada oficialmente de carácter estatal y nacional (Heraldo de Aragón, 22 junio, página 2). En este periódico también se informa que se han iniciado las obras del primer vestíbulo, las puertas de acceso y la gran torre.
La decisión de materializar el anhelo de contar con un recinto fijo fue eminentemente política y de propaganda. Como afirma Mónica Vázquez Astorga (2022), la España de la postguerra "disfrutaba" de un total aislamiento internacional y la construcción de edificios representativos vinculados al ámbito comercial e industrial podía mostrarse por el régimen franquista como una muestra de resurgimiento económico.
La torre del ferial, una de las imágenes más representativas de la Zaragoza de la segunda mitad del siglo XX, es una clara referencia a las torres mudéjares aragonesas con una función real y simbólica de faro. Servía de reclamo publicitario de la feria y es un recurso habitual en otras instalaciones similares de la época, como el ferial de Bilbao. Respecto a la idea original se amplió la planta para instalar un ascensor y que los visitantes pudiesen acceder a la zona superior y disfrutar de una bonita vista de esa zona de la ciudad. En el chapitel se instaló el faro que "lanzará destellos a una distancia de cuarenta kilómetros" (El Noticiero del 14 de septiembre de 1944, página 6).
Con el paso de las ediciones la feria perdió en parte su carácter eminentemente agrícola y ganando peso otros sectores como el eléctrico (electrodomésticos, aire acondicionado, calentadores), el cinematográfico/radiofónico o de la automoción. El crecimiento del evento fue exponencial, pasando por ejemplo de 270 stands en 1941 a los 2.000 en 1964, con 32 provincias representadas. Fruto de ese crecimiento es la celebración de certámenes monográficos como la Feria Internacional de Maquinaria Agrícola, por poner un ejemplo.
Foto del salón de actos de la Feria de Muestras. Archivo Coyne de 1951 (DARA).
Ciudadano Coyne. Inauguración de la XX Feria de Muestras.
La torre-faro en construcción. Fuentes desconocida.
Postal de la editorial Arribas, años 60 (DARA).
Terrenos de la antigua Feria de Muestras aplanados a la espera del moderno auditorio que se inaugurará en 1994. Ayuntamiento de Zaragoza.
La proyección internacional de nuestra Feria de Muestras en los años 70 del siglo XX exigió una nueva ampliación para la que no había espacio en el ya consolidado barrio de la Romareda. Tras no fructificar algunos intentos de ampliación ocupando terrenos del Cuartel de Palafox (Aragón Exprés del 10 de marzo de 1982), se decidió cambiar el emplazamiento por unas nuevas instalaciones, más amplias y versátiles, junto a la autovía de Madrid, frente a la Venta de los Caballos entonces y a PLAZA hoy.
Días previos a las Fiestas del Pilar de 1986, los reyes Juan Carlos I y Sofía fueron los encargados descubrir una placa y monseñor Elías Yanes, arzobispo de la ciudad en aquel momento, bendijo el nuevo espacio.
A modo de epílogo es de destacar la importancia de la familia de arquitectos Borobio. José Borobio Ojeda proyectó un stand para edición de 1934. En la de 1935 su hermano Regino se hizo cargo de la dirección del recinto y, posteriormente, proyectó, en colaboración con su hermano José y con el también arquitecto ilicitano José Beltrán Navarro, el recinto ferial frente al parque Primo de Rivera. Uno de sus hijos, Regino Borobio Navarro, se encargó, en la década de los ochenta, de la proyección del nuevo recinto ferial en la carretera de Madrid (Mónica Vázquez Astorga, 2006), construido en solo 17 meses.
Otras importantes personalidades de la Zaragoza del siglo XX que estuvieron vinculadas a la Feria de Muestras fueron Alberto Bressel Marca (Zaragoza, 1899 - 1975), Impulsor de la empresa “Maquinista y Fundiciones del Ebro” y Presidente de la Cámara de Comercio y de la Feria de Muestras; y Antonio Blasco del Cacho (Zaragoza, 1909 - Zaragoza, 1972), reconocido franquista que estuvo al frente de la Cámara de Comercio y al que distinguieron en 1966 poniendo su nombre al gran pabellón de la vieja Feria de Muestras y a un puente sobre el Huerva.
Foto donde se señalaba la propuesta de ampliación del viejo recinto ferial, finalmente desestimada. Aragón Exprés,10 de marzo de 1982.
Fuentes y más información:
* "El edificio de la antigua Feria de Muestras de Zaragoza: ¿el Ave Fénix resurgiendo de las cenizas?", de Mónica Vázquez Astorga (2006). Artigrama, núm. 21.
* "El arte del cartel anunciador en Zaragoza: los carteles anunciadores de la Feria de Muestras de Zaragoza", María Pilar Biel y Mónica Vázquez (2004), revista Studium.
* Zaragoza. Arquitectura. Siglo XX, de Jesús Martínez Verón (2016).
* "La Feria Oficial y Nacional de Muestras de Zaragoza como medio de propaganda política (1940-1965)", de Mónica Vázquez Astorga (2022).
(Zona Centro): La Orden de Nuestra Señora del Monte Carmelo (también llamada Orden de los Carmelitas) es una orden religiosa católica que surgió alrededor del Siglo XII, cuando un grupo de ermitaños, inspirados en el profeta Elías, se retiraron a vivir en el Monte Carmelo, considerado el jardín de Palestina ("Karmel" significa "jardín"). En medio de las celdas construyeron una iglesia, que dedicaron a su patrona, la Virgen María, a quien veneran como Nuestra Señora del Carmen.
La calle recibe esta denominación por ser una de las vías laterales de la parroquia de Nuestra Señora del Carmen.
Los terrenos entre la calles Doctor Fleming y Santa Ana pendientes de urbanizar hacia 1958. Fuente de la imagen desconocida.
La calle es de reciente apertura. El primer plano que he encontrado donde consta abierta la calle ya con el nombre de El Carmelo es de 2004. El espacio que ocupa esta vía consta como desde la segunda mitad del siglo XIX como un terreno apenas edificado de huertas y jardines en las traseras del convento de la Encarnación, del Hospital Provincial (o de Nuestra Señora de Gracia) y de la Casa de la Misericordia (hoy sede de la D.G.A).
El entorno de la actual calle de El Carmelo en los planos de 1853 (Yarza y Gironza), 1872 (Estado Mayor del Ejército, 1880 - 1899 -1908 (Casañal), 1920 (Martín), 1924 (M.A. Navarro), 1939 (parcelario), 1950 (Colegio de Arquitectos de Aragón) y 1958 (Margalé).
Anfiteatro anatómico. Este tipo de instalaciones médicas comenzaron a proliferar a raíz de las disecciones de Andrés Vesalio (Bruselas, Países Bajos de los Habsburgo, 1514 - Zante, islas Jónicas venecianas, 1564), que utilizaba normalmente cadáveres de ajusticiados para sus investigaciones. Al contrario que sus coetáneos que eran auxiliados por cirujanos barberos, era él mismo el que ejecutaba las disecciones.
Anfiteatro y museo anatómico del Hospital de Gracia. Foto de César Gracia Jarke (Archivo biblioteca de la Diputación Provincial) de 1956. Fuente A. Fernández (2019).
Para poder seguir estos estudios anatómicos en directo sin dificultar la visión de los espectadores que ocupaban los lugares más distantes, se hicieron habituales los anfiteatros anatómicos, inicialmente un fenómeno minoritario, dedicado sólo a estudiantes y doctores. Las disecciones eran realizadas por expertos anatomistas, siempre en los meses de más frío (para aumentar la conservación del cadáver) y con buena luz, aunque también en horario nocturno e iluminados por velas perfumadas. Las sesiones comenzaban inevitablemente por la eventración de abdomen y tórax, por ser las partes que antes se descomponen, y seguidas por brazos y piernas, que tardaban más en corromperse. La disección de un cuerpo completo duraba 3 o 5 días.
En ocasiones se convertían en un evento social donde profanos, a cambio del abono de la correspondiente entrada, podían presenciar estos eventos que revolucionaban la vida social de la ciudad en la que se celebraban y que eran motivo de interés para pintores de la categoría de Rembrandt.
En España aún podemos contemplar el anfiteatro anatómico circular de Barcelona, uno de los más destacados de estos salones en toda Europa. Formaba parte del Hospital de la Santa Creu y fue construido por Ventura Rodríguez, el mismo de la Santa Capilla de Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza, hacia 1760.
En Zaragoza los estudios médicos se realizaban en sus inicios en las dependencias del primer Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza (el situado en la actual plaza de España). Allí, en el primer anfiteatro anatómico de nuestra universidad, un grupo de médicos, los primeros Juan Bautista Juanini y José Lucas Casalete en 1677, realizaron realizaron distintas demostraciones de la circulación de la sangre. En 1686 en él se presentó la primera topografía médica moderna, de gran importancia en la posterior Ilustración española, obra de Nicolás Francisco San Juan y Domingo, médico zaragozano discípulo de Casalete.
El anfiteatro anatómico en el plano de Casañal de 1880. En rojo se señala en anfiteatro, en verde el convento de la Encarnación (junto a la Puerta del Carmen), en azul el Hospital Nuestra Señora de Gracia y en negro la Real casa de la Misericordia (actual sede de la D.G.A.).
Planta del anfiteatro anatómico en el plano de Casañal de 1879.
En 1843 la facultad de medicina de nuestra ciudad fue suprimida, siendo en el Colegio de Prácticos en el Arte de Curar de Zaragoza (1843-1845), una especie de facultad a pequeña escala (de menor dotación, profesorado y estudios), donde se impartían los estudios de medicina. Tres de las materias que se cursaban (anatomía general y Descriptiva, Fisiología y Disección anatómica) se impartían, entre otros lugares, en el anfiteatro y en la sala de disección que en un primer momento se habían habilitado provisionalmente en la iglesia del extinguido convento del Carmen (o de la Encarnación), propiedad del nuevo Hospital de Nuestra Señora de Gracia desde 1814 (el primero fue destruido durante los Sitios). Parece ser que el anfiteatro anatómico allí habilitado ya resultaba insuficiente o inadecuado porque consta en el DARA una propuesta de la Universidad literaria de Zaragoza al Ayuntamiento para la construcción de un anfiteatro con sala de disección en el Hospital General.
Muestra del unánime deseo de todas las fuerzas vivas de Zaragoza de la implantación de la Escuela de Medicina de 2.ª clase en nuestra ciudad, la Junta Provincial de beneficencia ofreció la sala de disección y el anfiteatro anatómico, construido hacia 1867 en la huerta del Hospital Provincial (entorno a esta calle de El Carmelo) para el uso de dichas enseñanzas. Solo un año después, al amparo de la ley de Libertad de Enseñanza de 1868, se creaba la ampliación de esa escuela de medicina de 2ª clase recientemente creada, primer paso para conseguir que la ciudad tuviera Facultad de Medicina oficial.
Secciones del plano general de la huerta alta del Hospital Provincial con la planta, el alzado y secciones del anfiteatro, sala de disecciones y capilla de cadáveres, de Julio Ferrán (arquitecto) en 1874. Fuente: Exposición sobre el Hospital de Nuestra Señora de Gracia en el pala cio de Sástago en noviembre de 2025.
Asunción Fernández Doctor (2019) afirma que para conseguir estudios de esta calificación, en el año 1871 se construyó en terrenos del mismo Hospital de Nuestra Señora de Gracia y, por tanto, de la beneficencia provincial, otro anfiteatro (supongo que en el mismo emplazamiento), más acorde a la mayor categoría de los estudios de medicina de la ciudad. En sus gradas en forma de semicírculo cómodamente podían sentarse más de 200 alumnos, además de contar con otros departamentos contiguos para practicar las disecciones.
Foto de Lucas Cepero de 1920 donde se señala la ubicación del anfiteatro anatómico del Hospital Provincial.
Anfiteatro anatómico de la Real Academia de Medicina de Barcelona.
En este curso 1872-1873 se determinó que para conseguir la deseada categoría de Facultad de Medicina oficial se debía, entre otras cosas, aumentar y mejorar el material para el anfiteatro anatómico (instrumentos, libros y piezas anatómicas).
Según Asunción Fernández Doctor (2019), "para el anfiteatro manifestaron la necesidad de colocar una o dos fuentes de "agua viva" sin las que no era posible la limpieza en los trabajos de disección de los cadáveres. También, decían, hacía falta un excusado para alumnos y profesores, ya que no existía ninguno (ello nos da idea de la pobreza y de la improvisación con que se habían preparado estas instalaciones en la huerta del Hospital). Además, pedían que se construyera un salón que sirviera de gabinete para conservar las piezas anatómicas que la Escuela preparase por sí y las imitadas que se comprasen. También se necesitaban los instrumentos más indispensables para las operaciones en cadáveres. En el salón, especificaban más, debería haber un apartado para contener los libros de la Facultad y que pudiera servir de biblioteca. Y para la custodia del edificio y pronto servicio de las enseñanzas, pedían habitación suficiente para los dos mozos que tenía la Facultad. En cuanto a los instrumentos, libros de medicina y piezas anatómicas de cartón, pasta, porcelana o cera, debería haber fondos abundantes, pues los días que no se disponía de cadáver suplían su falta con las pocas piezas artificiales que imitaban algunas regiones del cuerpo humano, existentes en el Colegio de veterinaria, y que su director prestaba gustosamente. El presupuesto de todo esto calculaban que sería de unos 60.000 reales, o sea, unas 15.000 pesetas".
Parece ser que las mejoras se hicieron y en el Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de agosto de 1875 (página 2), se informa de una visita a la Universidad del inspector de Instrucción pública, D. Juan Magaz. En dicha visita inspeccionó el anfiteatro anatómico, entre otras dependencias docentes, quedando muy complacido, consiguiéndose solo un año más tarde que hubiera Facultad de Medicina oficial en la ciudad, y pasando por tanto a depender de los presupuestos generales del estado.
En 1877 (Diario de Avisos de Zaragoza del 23 de febrero, página 3, consta la propuesta del señor Rector de la universidad a la Diputación de la construcción de un nuevo anfiteatro anatómico en el hospital de Nuestra Señora de Gracia para uso de la facultad de medicina. Parece que no tuvo éxito en su solicitud pero consta en este mismo diario (Diario de Avisos de Zaragoza del 11 de abril de ese año, página 3) que se le autorizó a ordenar la construcción de una sala de espera en dicho anfiteatro.
En el anfiteatro tenían lugar los ejercicios de disección de las oposiciones a plazas de médicos numerarios y agregados de la Beneficencia Provincial de Zaragoza (La Derecha del 25 de enero de 1882, página 3). Se sabe también que el premio Nobel de Medicina, D. Santiago Ramón y Cajal elaboró en él su primer atlas de anatomía gracias a su trabajo en él.
Plano de 1950 centrado en un edificio que parece ser lo que quedase del viejo anfiteatro anatómico, en desuso desde 1893.
Los últimos resto del anfiteatro anatómico poco antes de ser derruidos. Foto del Archivo Arribas en el DARA. Anterior a 1958.
El 18 de octubre de 1893, día de San Lucas, patrón de medicina, se inauguró el edificio del Paraninfo, para albergar las Facultades de Medicina y Ciencias, diseñado por el arquitecto Ricardo Magdalena. La nueva Facultad de medicina de Zaragoza constaba de tres edificios: el principal (dedicado a la docencia de las facultades de medicina y Ciencias), un segundo dedicado a hospital clínico, y un tercero, dedicado al tratamiento del cadáver.
Este último estaba situado junto al camino de los Cubos, y albergaba el departamento de Disección o Anfiteatro anatómico. Incluía una gran sala bien iluminada y ventilada con doce mesas de mármol para setenta y dos alumnos (seis por mesa), y a la izquierda en forma de hemiciclo el depósito de cadáveres con seis mesas de mármol y pila para lavarlos y conservarlos en hielo; a la derecha, con idéntica forma, estaba la clase de Disección y anatomía topográfica. Además, cuatro gabinetes que formaban salientes en los cuatro ángulos del salón servían para estancia del profesor, laboratorios de preparaciones y arsenal de instrumentos. A ambos lados de este edificio, existían dos pequeños pabellones dedicados a lavadero y colador, el de la derecha, y a maceraciones para obtener los huesos, el de la izquierda.
El nuevo anfiteatro anatómico del palacio de las Facultades de Medicina y Ciencias. La captura se ha realizado desde la altura del inmediato Hospital clínico. Foto de Lucas Escolá Arimany recogida en Hilarión y Enrique Villuendas (sección Fotomicrográfica de la Facultad de Medicina), "Álbum fotográfico realizado con motivo de la inauguración del edificio de la Facultad de Medicina y Ciencias". Colegio Oficial de Arquitectos de Aragón. Reproducida en la exposición "Historia, conocimiento y patrimonio, 475 aniversario del privilegio fundacional de la Universidad de Zaragoza, Vicerrectorado de Cultura y Proyección Social-Universidad de Zaragoza. Proyecto GAZA.
La puesta en marcha de estas modernas instalaciones implicó el traslado de la universidad y, por tanto, el fin del uso del anfiteatro anexo al Hospital Provincial en 1893. Fue derruido en 1958. Se puede ver en los planos y fotos aéreas ese año.
Fuentes:
"De vísceras y ceras", de Elena Belascoain (2024).
"El anfiteatro anatómico y la mesa de disección", de Xavier Sierra Valentí (2018).
"La Facultad de Medicina de Zaragoza (1868-1908)", de Asunción Fernández Doctor (2019).
(Entorno de la Avenida de Francisco de Goya):
Ha habido y hay varias vías urbanas y elementos urbanísticos importantes con esta denominación de Carmen, lo que se explica por el pasado carmeliano de nuestra capital. La plaza de Nuestra Señora del Carmen, entre Independencia y César Augusto, que recibe su nombre por el desaparecido convento del Carmen (ver más Carmen, plaza de Nuestra Señora del); la Puerta del Carmen, que recibe su nombre porque daba acceso a dicho convento del Carmen; y esta calle del Carmen, que entiendo simplemente alude a su cercanía a la puerta de ese nombre. Otra razón puede ser que el barrio de Hernán Cortés tenía como patrona a la Virgen del Carmen.
Hubo otra calle del Carmen anterior desde al menos 1723. Correspondía a una parte de la actual calle Azoque y comprendía la acera derecha, en dirección a la puerta de Baltax, de las calles llamadas Carmen, Aljeceros, Plaza del Carmen, Callizo de los Ciegos y Puerta de Baltax. En 1863 desapareció la calle del Carmen y pasó a llamarse calle Azoque, que se formó con la unión de las antiguas calles Azoque, plaza de la Alfóndiga, Santa Fe, Carmen y Juego de Pelota. "Callejero: la Zaragoza de las mujeres", de Carmen Romeo Pemán, Gloria Álvarez Roche, Cristina Baselga Mantecón, Concha Gaudó Gaudó (2018).
En los inicios urbanísticos de esta porción de terreno triangular entre el paseo de Teruel, la calle Cortes de Aragón y la trinchera del ferrocarril (hoy avenida de Goya), a las dos calles transversales que lo vertebraban les pusieron el nombre de calle del Carmen y avenida del Carmen.
La calle Cánovas (antes conocida como calle del Carmen) y la actual calle del Carmen (antes con la denominación de avenida) en el plano de M.A. Navarro de 1925.
El Noticiero del 22 de noviembre de 1924, página 6. En 1931 aún seguían sin alcantarillado.
Ya en 1920 se cita a la antigua calle del Carmen en la hemeroteca como calle de Antonio Cánovas (Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de octubre). Supongo que el cambio estuvo motivado por la existencia de una calle y plaza muy cercanas con ese nombre, lo que podía provocar errores postales.
La ciudad siguió creciendo y una segunda parcelación superó la zanja de ferrocarril y la calle ganó en longitud. Ahora la avenida del Carmen comenzaba en la actual calle de Hernán Cortés, atravesaba la línea de ferrocarril y llegaba hasta Corona de Aragón.
Con el cubrimiento de la vía del tren el segundo tramo de la avenida del Carmen pasó a llamarse San Antonio María Claret y el primero conservó el nombre de avenida del Carmen un tiempo. Un acuerdo municipal de 1943, la avenida, pasó a llamarse calle del Carmen, aunque en la prensa muchos comercios, el final de la década, siguieron anunciándose por la antigua de nominación de avenida.
A finales de los años veinte tenía dos zonas diferenciadas. Una más antigua y más amplia que ya formaba parte del municipio de pleno derecho, con todos sus derechos y deberes, y otra más moderna, conformada por las calles de Fita, Dato, Ricla, Cánovas, Princesa y del Carmen (entonces avenida), cuyos límites eran el cuartel y la zanja abierta de la vía de los Directos que unía Madrid con Barcelona (actual avenida Goya) y, lateralmente, por el camino de los Cubos (actual calle del Doctor Cerrada) y la carretera de Valencia (hoy avenida).
Esta segunda zona de la barriada a finales de los años 20 del siglo pasado vivía una situación indefinida, anónima, al margen del municipio porque no era reconocida como parte suya por este, con muchos de los deberes y tributos (arbitrios) que pesaban sobre los parcelistas y los demás ciudadanos pero sin ninguno de los derechos compensadores. Ejercían de vías públicas sin serlo.
La razón es que casi todos estos barrios habían surgido en el extrarradio de la ciudad consolidada en esos momentos de la mano de potentados que tras adquirir dichos terrenos como rústicos los parcelaron y vendieron en dilatadas cuotas semanales a familias pobres. Estas familias venidas de todo Aragón para nutrir de mano de obra barata la floreciente industria local, levantaban sus viviendas, huertos y corrales después de cumplir su jornada laboral, que no era ni mucho menos como la actual, con sus propias manos y sus limitados recursos, con poco orden o concierto.
Agrupados en juntas de propietarios, los vecinos de estas nuevas barriadas, inicialmente privadas, para optar a la municipalización normalmente debían asumir los gastos alcantarillado, traída de agua y luz (no la tuvieron hasta los inicios de los años 30 del siglo XX), incluso la vigilancia nocturna a base de serenos. Así, poco a poco las vaquerías, los grandes huertos, esos caminos pedregosos y polvorientos, se fueron urbanizando y como consecuencia nacieron calles, como esta del Carmen.
Estas barriadas extramunicipales no eran pequeñas. En el caso de la que nos ocupa (Hernán Cortés) eran núcleos poblacionales importantes que superaban los 10.000 habitantes y contenían industrias de verdadera importancia, como la fábrica de galletas "La Universal".
Fuentes: La Voz de Aragón del 2 de abril de 1927 (página 8) - Heraldo de Aragón del 17 de julio de 1928 (página 2) - Heraldo de Aragón del 23 de noviembre de 1929 (Página 2).
El edificio con dirección postal calle de la Princesa número 9, en la esquina con la calle del Carmen, es el más antiguo de la calle, datado en 1930 en el catastro.
La evolución urbanística de la calle queda de manifiesto en estas tres fotos tomadas casi desde el mismo punto, casi en el cruce con la calle Hernán Cortés. Se pueden identificar edificios que permanecen de una foto a la siguiente. La primera de las fotos fue publicada en La Voz de Aragón del 18 de febrero de 1934. La segunda es del archivo de Juan Mora (hacia 1951). La tercera es una captura actual (2025) de Google Maps donde señalo los edificios que perviven de la segunda imagen.
Municipalización y urbanización de la calle. La calle estaba en el conocido barrio de Hernán Cortés, grupo de edificaciones que había a ambos lados de la antigua carretera de Valencia (actualmente las calles Hernán Cortés, el paseo Teruel y la avenida de Valencia), a partir de la puerta del Carmen. Surgió de la parcelación de terrenos de Francisco Delgado en 1909, propietario de terrenos a este lado de la ciudad.
Segunda parcelación de la calle del Carmen del barrio de Hernán Cortés. En la primera mitad de los años 20 del siglo XX el barrio de Hernán Cortes ya se extendía más allá del puentecillo que entonces permitía superar la trinchera del ferrocarril hasta inicialmente la calle Bretón, y ya en los años 50 hasta la actual calle Corona de Aragón.
Esta zona tras las vías y entonces entre la carretera de Valencia y el camino Viejo de Casablanca se la conoció con el nombre de segunda parcelación y se abría a la gran amplitud de lo que sería la Gran Vía, aún pendiente de urbanizar. Tenía por eje la calle del Carmen en dirección a los cuarteles del batallón de alumbrado. La entonces calle del Carmen estaba cruzada por las paralelas de Lerga Luna, Avenida de Mayo, Vargas, Cavia, Bretón, Príncipe y Virtud, que desembocan por su izquierda en el citado camino de Casa Blanca
Su calle principal, inicialmente una simple ampliación de la calle del Carmen, ya consta en el plano de Margalé de 1964 con la denominación actual de calle de San Antonio María Claret.
Ver más en San Antonio María Claret, calle.
Foto aérea tomada de Fototeca de 1957 donde se remarca la primera (derecha) y segunda (izquierda) parcelación de la calle del Carmen separadas por la trinchera del ferrocarril.
Foto del año 1957 centrada en la fachada del recién construido bloque de viviendas de renta limitada proyectado por José de Yarza García en el número 18-20. Fuente desconocida.
El cubrimiento de la zanja del ferrocarril M.Z.A., bajo la actual avenida de Goya, fue una de las limitaciones del nuevo barrio. Ya en 1927 la Junta de propietarios del barrio solicitaba la ampliación del estrecho puente que cruzaba las vías. La Voz de Aragón del 2 de abril de 1927, página 8.
Desde los años 30 del siglo XX las peticiones habituales de la Asociación de Propietarios del barrio de Hernán Cortés al ayuntamiento era ya el cubrimiento definitivo de la zanja ferroviaria.
Foto anterior al cubrimiento de la avenida de Goya (1966-1967) donde se ve el puentecito que habilitaba el cruce de la primera parcelación de la calle del Carmen (a la izquierda) a la segunda parcelación, actual calle San Antonio maría Claret. Tomada de "Aragón en el recuerdo".
Foto del cubrimiento de la avenida de Goya (1967) donde ya se observa que se ha cubierto la zanja del ferrocarril. La calle del Carmen es la primera bocacalle a la derecha. Tomada de Eduardo Aznar Guerra.
En 1936, pocos meses antes de la Guerra Civil, el ayuntamiento se planteó el tendido de una nueva línea de tranvía por esta calle. El conflicto armado enfrió este interés y finalmente la propuesta, que llegó a ser aprobada por el consistorio, no se materializó. El Socialista del 7 de marzo de 1936, página 2.
En 1938 en el número 21 de la avenida del Carmen estaba la capilla de las RR. M.M. de Jesús y María. El Noticiero del 14 de diciembre de 1938, página 2.
En 1942 en el número 11 de la calle del Carmen (entiendo que no se trata de la actual calle Cánovas, que antes tuvo esta denominación) se instaló de forma provisional la parroquia de San Braulio (obispo de la ciudad durante veinte años), en la capilla de los Padres del Inmaculado Corazón de María. Se instaló en la iglesia del convento de Misioneros del Inmaculado Corazón de María, celebrándose el primer acto parroquial el domingo de Cuasimodo (celebración católica del primer domingo siguiente a la Pascua de Resurrección) de 1943, con la visita del Santo Viático a los enfermos.
La fundación de la nueva parroquia data del 1 de marzo de 1942, habiéndose formado su territorio jurisdiccional del que tenía la Parroquia de Santiago el Mayor, porque la distancia a la iglesia de San Ildefonso y el número excesivo de feligreses que había alcanzado ya esta zona de expansión de la ciudad.
Apenas un año después, el 1 de mayo de 1943, se trasladaron a la calle López Allué número 5, donde estuvo hasta la inauguración en 1964 de la actual parroquia de San Braulio en la calle Corona de Aragón.
Fuente: El Noticiero del 11 de abril de 1958, página 14.
Una enorme pluma-grúa se desplomó sobre el número 28 de la calle del Carmen, casi en la esquina con la avenida Goya el 26 de septiembre de 1979. Partió en dos pedazos un autobús de la línea 38 que cubría el trayecto entre Bajo Aragón y Ciudad Jardín (de donde venía en esos momentos), y causó destrozos en el ático de la casa de enfrente, resultando ocho personas heridas, una de ellas grave. La empresa constructora del edificio donde operaba dicha grúa, en el ángulo de la avenida Goya y calle del Carmen, no poseía la correspondiente autorización municipal de instalación.
Fuente desconocida.
Industrias y comercios de la calle. En los años 20 en la calle abundan las casas de dos plantas con corral y huerto, vaquerías y los pequeños talleres (ebanistería, carpintería, mecánica) y comercios (carnicería). Os describo algunos de los que he encontrado rebuscando en la hemeroteca:
Fábrica de cajas de cartón de Leopoldo Santorromán, establecido en la Avenida del Carmen, número 1. Heraldo de Aragón del 11 de febrero de 1932, pág. 2.
Confitería/pastelería de José Compaired, en el número 1 de la avenida del Carmen en 1933. Situada en la esquina a la calle de Hernán Cortés y a la Avenida del Carmen lucía sus productos en las vitrinas de la fachada. Natural de Layana, D. José estaba casado con doña Encarnación Lizalde y fue presidente de la asociación de confiteros en 1930. Permaneció abierta al menos hasta 1948.
Fábrica de lonas para alpargatas de Francisco Torres Clavero, en el número 2 de la avenida del Carmen desde 1922 hasta al menos la Guerra Civil. En la publicidad de la época alababan la amplitud y moderna maquinaria de la fábrica, lo que le permitía producir anualmente muchos centenares de kilogramos, introduciendo su mercancía por los principales mercados de Aragón, Rioja, Navarra, Burgos, Salamanca y otras varias provincias.
Una de las naves de telares de la fábrica de Francisco Torres Clavero. La Voz de Aragón del 9 de julio de 1932, página 12.
Fotografía de Terry P Jones, americano de la Base Aérea, fechada por Fran Ríos como anterior a 1975. Tomada a la altura del número 16 de la calle, centra la imagen el chaflán del número 5, que hace esquina con la calle Princesa. Se observa al fondo el Cuartel de Hernán Cortés, que sería demolido en 1982, y delante el bus de Ciudad Jardín, desaparecido en el 75. Fuente: José Luis Hernández.
Heraldo de Aragón del día del Pilar de 1943.
En 1931 en el número 5 había una fábrica de camas. Heraldo de Aragón, 10 de febrero, página 2.
El Noticiero del 17 de septiembre de 1924.
Heraldo de Aragón del día del Pilar de 1943.
Casa Tortajada, establecimiento de ultramarinos, en el número 8. Desde 1929 (llegó por ampliación del negocio) hasta mediados de la Guerra Civil. Era una fábrica de aceitunas rellenas de anchoa, pepinillos, encurtidos y ultramarinos.
Hasta finales de 1929 estuvo establecida en la calle Mártires número 7 (Arco Cinegio). Al frente estaba doña Irene Pérez, viuda tres años antes de Arturo Álvarez Sarasqueta, fallecido con 44 años. Se trasladó al barrio de Hernán Cortés por motivos de salud.
Tienda de ultramarinos de Irene Pérez, foto de Heraldo de Aragón, 13 de mayo de 1930, página 3.
Fueron agraciados por la lotería. El segundo premio (cinco millones de pesetas) del sorteo extraordinario del 12 de mayo de 1930 correspondió al número 4.412, fue vendido en Zaragoza y Félix Pérez, antiguo capataz de cultivos de la Azucarera de Aragón y propietario de la calle de Cánovas número 37, 1º, repartió numerosas participaciones entre los vecinos de la calle, cobrando él 15.000 duros. Una de esas participaciones la poseían Doña Irene, su hijo Manuel Gracia y su sobrina Pilar Apartegui, que cobraron otros cinco mil duros.
Aunque mantuvieron el nombre "Casa Trotajada", el establecimiento me consta ya de Don Francisco Monreal en agosto de 1933 (La Voz de Aragón del 24 de agosto, página 9). Fue adquirida en 1934 por Joaquín Sarto (La Voz de Aragón del 18 de febrero). En 1936 abrieron una sucursal en la calle Azoque número 6 (El Noticiero del 1 de septiembre de 1935).
Casa Tortajada en el Heraldo de Aragón del 1 de enero de 1932.
Hubo Casas Mortuorias en los números 8 (en 1937) y en el 5 (en 1944).
Antes de la existencia de estas casas mortuorias la costumbre en toda Europa era que el fallecido permaneciera en la sala de estar, donde se disponían los familiares del difunto para las últimas visitas antes del entierro. Con el tiempo y con la evolución de los equipamientos públicos, las salas funerarias se hicieron mucho más comunes y equipadas.
Los difuntos, ya a principios de 1900, apenas estaban expuestos en una sala de la casa, sino que permanecían en salas mortuorias preparadas expresamente para ello. Eran una especie de tanatorio más sencillo, con menos instalaciones, solo para el mantenimiento, inspección o identificación de los cadáveres antes de su entierro o incineración.
Velatorio en una posible Casa Mortuoria que no tengo constancia alguna que estuviese ubicada en Zaragoza.
Imprenta de Cecilio del Molino y de Martín, en la avenida del Carmen 17. Era un taller tipográfico que disponía una importante sección que fabricaba bolsas de todos tipos.
Había llegado desde la calle Ramón y Cajal, números 23-25 (El Noticiero del 27 de diciembre de 1914), a esta zona de expansión de la ciudad en 1917. Ese año solicitó permiso para construir su domicilio en la barriada de Hernán Cortés, donde posteriormente traslada su taller impresor a la avenida del Carmen, 17. Posteriormente adquirió una prensa litográfica y se especializó en la impresión de bolsas de papel. La empresa me consta activa en esta ubicación al menos hasta 1943 (Amanecer del 18 de julio).
El Sr. del Molino presidió la Junta del barrio de Hernán Cortés desde los años 20 y Presidente de la federación de barrios en los años 30 del siglo XX. Durante la Guerra Civil fue designado Jefe del Sindicato de Papel y Artes Gráficas. Se casó con Pilar Garcés Ara y falleció el 1 de octubre de 1941 (Heraldo de Aragón).
La Voz de Aragón, 23/9/1934.
Fue uno de esos empresarios que abrazaron el golpe de estado militar en la ciudad. La Hoja del Lunes del 7 de septiembre de 1936.
La Voz de Aragón del 30 de abril de 1927.
Fábrica de jabón de Emilio Vicente, con aceites de Saviñán. La Voz de Aragón, 30 de abril de 1927, página 4. En 1930 consta que tenía el despacho de venta en la plaza de San Antón número 10.
En el número 13 había una fábrica de dulces en 1922 y una ebanistería en 1929.
Heraldo de Aragón del 27 de diciembre de 1922.
En el 19 estaba el Colegio de Jesús y María desde al menos 1934. Después debieron modificar el acceso porque consta en la calle paralela (ver más en Cortes de Aragón, calle de).
Concesionario de Andrés Nicolás, en el número 21 al 25. En 1927 ejercía de taller mecánico de construcciones y suministros militares. Hacia 1933 ya se anuncia como Nicolás Hermanos y estaban centrados en la reparación de automóviles. En los años 30 del siglo XX era casa oficial de Chevrolet y hacia 1935 ya me consta como propiedad de Manuel Pueyo (Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de julio).
Con la muerte de José Nicolás Polo, con 41 años (Heraldo de Aragón del 17 de abril), la empresa pasó a denominarse "Viuda de José Nicolás", siendo a partir de 1947 cuando ya no constan más noticias en la hemeroteca sobre esta empresa.
En 1936 con motivo de la inauguraron de su nueva estación de engrase y un gran taller de reparaciones con los últimos avances de la época, en el Heraldo de Aragón del 2 de abril les hicieron un reportaje a media página. Foto de Martín Chivite.
(Zona centro): Según Blaco Ijazo (1965) y Castán (2015), el primoroso convento de Nuestra señora del Carmen fue fundado por los carmelitos descalzos el 17 de junio de 1290 con licencia de Hugo Mataplana, arzobispo de la Zaragoza, en lo que antes fue una ermita dedicada a Santa Elena. Esta ermita estuvo ubicada en lo que después fue el coro y la entrada de la iglesia del convento del Carmen.
No lo tengo confirmado, pero Fernando Castán Palomar, en La Voz de Aragón del 22 de enero de 1933 su origen, explica que el convento en su origen se llamó de Nuestra Señora de la Consolación y de los santos Fabián y Sebastián.
No se sabe si la fundación fue para ser convento u hospicio. Lo que si sabemos es que era un grandioso convento que llegó a abarcar un inmenso solar comprendido entre los paseos de la Independencia y de Pamplona, la avenida de César Augusto, la puerta y la plaza del Carmen, a las que dio nombre.
Parece ser que fue fundado por D. Hugo de Mataplana (Gombrèn -Zaragoza, 1296), de una noble familia catalana, consejero de los reyes Jaime I, Pedro II y Alfonso II de Aragón, y obispo de Zaragoza, cargo durante el que coronó al rey Jaime II.
Tenía dos iglesias, permaneciendo una de ellas en ruinas en la época de Madoz. La iglesia principal, del siglo XVI, se hallaba en el lugar que ocupa el Hotel Palafox y el edificio del aparcamiento.
En él cobraron notoriedad como predicadores muchos frailes y en él se celebraron las Costes de Aragón el 2 de octubre de 1441, en tiempos de Alfonso V "el Magnánimo", que fueron presididas por su esposa, María de Castilla, al hallarse él en Nápoles.
Estas Cortes debían haberse celebrado en el convento de Predicadores, pero por estar indispuesta la Reina los Brazos del Reino se trasladaron allí, Las Cortes socorrieron al Rey con cincuenta y cinco mil libras, y con veinte mil florines para ayuda de la compra de las villas de Borja y Magallón. En ellas fueron aprobados los famosos fueros en favor del Justicia de Aragón, relativos a no poder ser depuesto del oficio por la sola voluntad del rey o de las Cortes, si no por mandato del Rey y las Cortes, juntamente.
En el siglo XVI, en la época de la Reforma, se hizo observante (una vida monástica más rigurosa y austera), en lugar de claustral.
En ese siglo se construyó una nueva Iglesia, con muchas obras de arte de gran valor, entre las que destacaba un gran Retablo Renacentista realizado por el prestigioso Damián Forment (quizá el mejor de los que hizo), y se ampliaban y remodelaban el resto de edificaciones perteneciente al Convento.
De su interior destacaba su espaciosa iglesia con su retablo mayor, obra de Damián Forment, uno los mejores de la ciudad. En el claustro figuraban pintadas escenas de la vida de San Elías, pintadas por el profesor Francisco Giménez.
En el convento estaba la muy noble y antigua capilla de la Casa de los Ribas, linaje muy importante en la Zaragoza de entonces.
Desde el siglo XVII, la cofradía del gremio de plateros disponía de una capilla en dicho convento para celebrar misas, aniversarios, enterrar a los cofrades y otros actos propios de su agrupación gremial (DARA).
Evolución urbanística del entorno en los planos de 1) Carlos casanova (1734 ), señalado con el número 39; 2) Plano Topográfico de obras ofensivas y defensivas de los Sitios (1809); 3) Yarza y Gironza (1853), donde ya se ve la Casa Monta, residencia de la Guardia Civil; 4) Casañal (1908), donde ya se puede ver a la derecha la Escuela de Veterinaria justo después del cuartel de la benemérita; 5) Plano parcelario del Instituto Geográfico y Catastral (1935), donde le lee la ubicación de la Guardia Civil y del establecimiento veterinario; 6) Margalé (1964), donde se ve el solar del cuartel derribado poco antes; 7) de 1982, donde ya se ve abierto el segundo tramo de la calle del Marqués de Casa Jiménez hasta la entonces calle Capitán Portolés.
En el convento del Carmen fue fundada la cofradía Nuestra Señora de la Candelera, que en 1850, con el monasterio ya extinguido, se trasladó a la iglesia de San Cayetano. Otras cofradías con sede en este convento fueron la de la Purificación de la Virgen, el Justo Simeón y San Jerónimo, con capilla propia.
En 1659 la Iglesia fue reedificada de nuevo, sustituida por un grandioso templo barroco, de características similares a la actual Iglesia de Santiago. El Convento comprendía además de la Iglesia: dos claustros, noviciado con su Iglesia, el Colegio Universitario de San José (donde actualmente está el cuartel de la Guardia Civil de la avenida César Augusto número 8) y diversas dependencias conventuales y huerta.
Los zaragozanos mostraban especial devoción por la imagen en madera de un Cristo crucificado, situado en una capilla junto al claustro antiguo del convento. En dicha capilla tuvo sus inicios la Procesión del Santo Entierro, tras trasladándose después esa procesión a la iglesia de San Francisco, en la actual plaza de España. También devocionaban allí la imagen de la Nuestra Señora de la Candelaria, que era de gran antigüedad, y la de Nuestra Señora de la Leche, ubicada en el coro del convento.
En el Diario de Avisos de Zaragoza, del 16 de julio de 1892, se explica que tras los Sitios, con motivo de la festividad del Carmen, se desarrollaban importantes festejos en la plaza y calles adyacentes, engalanadas con flores para la ocasión. Cuenta que allí, con las gentes, vistiendo sus mejores ropajes, se sucedían las diversiones, como los donaires y chistes del popular padre carmelita P. Sánchez, los convites sufragados por los labradores más acomodados del barrio, y la animada música de zampoña (un tipo de flauta de pan) y tamboril. Se citan como vecinos ilustres del barrio del Carmen a Manuela Sancho (heroína de los Sitios y con casa en la actual calle Cádiz) y los respetables vecinos apodados Jornalero, Salsero, Maruso, Almendricas, Tripa larga, Chaleco, Gargantilla, el seminarista Gil, Manuel Barco y del rector Larrosa.
Escenario de combates, especialmente en el primer Sitio, quedó completamente arruinado. Después de la Guerra, volvieron a él reconstruyendo la iglesia, el convento y colegio de San José con su iglesia.
Ruinas del interior de la iglesia del Carmen. Obra de Fernando Brambila en 1808. Fuente: Museo del Prado.
Iglesia del Carmen, destruida tras el primer Sitio. Grabados Gálvez y Brambila. Colección particular de D. José Luis Cintora. Fuente: Artilleros de Aragón.
En 1835 el convento fue suprimido (como todos en la Desamortización) y abandonado por los religiosos, quedando en manos del Estado, que cedió gran parte de sus instalaciones para graneros y almacenes al cuartel de la Guardia Civil, al depósito de Cadáveres y a locales diocesanos. El derribo de la iglesia debió realizarse hacia 1837 (Diario Constitucional de Zaragoza del 12 de mayo, página 4.
Terminada la primera guerra carlista (1840), y tras realizar obras importantes en las calle General Sanjurjo (actual avenida César Augusto) y de la Vieja Guardia (un tramo de calle de Casa Jiménez), fue cedido al ramo de guerra por R.O. de 16 de diciembre de 1842 para almacén de fortificación, dependencias para oficinas militares y Parque de Ingenieros. Obras mediante, el ejército formó allí un inmueble miliar de los más notables del país. En los años 80 del siglo XIX alojó, además, el Gobierno Militar de la plaza. El Diario de Zaragoza del 24 de noviembre de 1882, página 1.
En 1852 se derribó la parte del convento que recaía a la calle de la Reina (actual calle Val-Carreres) para "dar ensanche a la calle". La calle debía contar con un ángulo saliente de dicho convento y las obras permitieron eliminar ese obstáculo y alinear y ampliar esta vía, una de las salidas de la ciudad en esos años. El Zaragozano del 3 de noviembre de 1852, página 2. Lo que quedase del convento fue definitivamente derruido en 1859 (El Saldubense del 24 de abril, página 3).
En 1927, durante el reinado de Alfonso XIII y bajo la dictadura del General Miguel Primo de Rivera, se establece en la ciudad la Academia General Militar. El dictador decidió que su primer Director fuera un jovencísimo general de gran prestigio por las campañas de África llamado Francisco Franco. En una habitación del cuartel del Carmen fue donde estableció la Junta Facultativa que organizó todo lo necesario para la apertura de la Academia. El Noticiero, 17 de diciembre de 1940, página 8.
Durante los años de gestión de la Junta de Enajenación fue el edificio que le causó más preocupaciones debido a su extensión, al gran número de solicitudes con alegación de méritos para habitar en él, el desmantelamiento de sus ruinas, las necesidades de la fortificación y los problemas con sus inquilinos.
Hacia 1931 se planteó la cesión de los terrenos al ayuntamiento para llevar el Instituto Nacional de Segunda Enseñanza en Zaragoza, hoy el IES Goya, muy saturado, a los terrenos del cuartel (Heraldo de Aragón, 12 de noviembre, página 3 - El Noticiero, 11 de noviembre, página 2). En 1935 la propuesta era agrupar en el infrautilizado cuartel diferentes oficinas militares desperdigadas por la ciudad y alojar allí a los guardias y servidores del orden público municipales (El Noticiero del 10 de agosto, página 5).
El 11 de junio de 1936 se informa en la página 2 del Diario de Aragón de la orden comunicada del Excmo. señor General Jefe del Estado Mayor Central del Ministerio de la Guerra, para la cesión del cuartel del Carmen al Ministerio de Hacienda para que éste, a su vez, lo traspasase al ayuntamiento. No llegó a realizarse por el levantamiento militar franquista ocurrido solo un mes después.
Dibujo de Vicente García. El Noticiero del 22 de junio de 1965.
Patio del cuartel. Foto de Alonso publicadas en la revista Nuevo Mundo de 1920. Fuente: Proyecto GAZA.
Entrada al cuartel en la calle Soberanía Nacional, actualmente denominada Doctor Val-Carreres. Foto de Alonso publicadas en la revista Nuevo Mundo del 16 de enero de 1920.
1859. Proyecto de edificio sobre el área del antiguo convento del Carmen en Zaragoza. DARA.
Cuartel del Carmen a la izquierda en una foto tomada desde la plaza del Carmen, donde se ve la calle Soberanía Nacional. Desde esas ventanas los sublevados del cuartel trataron de evitar los movimientos de la Guardia Civil, hiriendo a dos de miembros de la benemérita. Fotos de Alonso publicada en la revista Nuevo Mundo del 16 de enero de 1920.
Cuartel del Carmen a la derecha y plaza del Carmen al fondo, entonces llamada "del Pueblo". La foto estaría tomada en 1933 desde la lo que hoy sería la esquina entre la actual avenida César Augusto y la calle dedicada al doctor Val-Carreres. En la esquina del muro que perimetraba el cuartel se ven huellas de la lápida que durante la dictadura de Primo de Rivera (1926) escenificó el cambio de denominación de la calle por la de General Sanjurjo. A la derecha, no sale en la foto, en dirección a la Puerta del Carmen, estaba la antigua Casa Monte, de la Guardia Civil, y la Escuela Superior de Veterinaria. Foto de A. de la Barrera publicadas en La Voz de Aragón del 22 de enero de 1933.
Contorneado en rojo, primitiva ubicación del convento de la Encarnación en el plano de Casañal de 1908, en azul la actual ubicación de monasterio, y en verde la localización de la moderna iglesia del Carmen.
En 1948, restablecida la Orden de Carmelitas, consiguen volver a su ubicación original, ocupando la Vieja Iglesia del Noviciado que aún seguía en pie, dotándola de culto, y convirtiéndose en uno de los templos más populosos de la Ciudad. Con la apertura de gran Vía Imperial (actual avenida de César Augusto), todo lo que quedaba del viejo convento y colegio carmelita, y del cuartel cayó bajo la piqueta.
También fue demolido el vecino Convento de la Encarnación de las Madres Carmelitas ubicado unas decenas de metros al norte del actual monasterio, reedificado ya junto a la Puerta del Carmen e inaugurado en 1962. Incluía la nueva iglesia y el Colegio de Ntra. Señora del Carmen del paseo de María Agustín número 8. Ver más en el número 1 de César Augusto, avenida de.
Pasaron bastantes años y reconocida por el Ramo de Guerra la conveniencia de vender el edilicio por inhóspito e inadecuado. Finalmente el 23 de diciembre de 1954 se entregó al gobierno militar para su enajenación, cuando aún estaba ocupado por el Regimiento de Cazadores de Montaña núm. 3, la Jefatura de Artillería, la Institución Sueiro, la Escuela Regional de Idiomas, la Biblioteca Regional Militar, la Comisión de Movilización Industrial, la Vicaria Castrense y la Representación del Patronato de Huérfanos. El Noticiero del 22 de junio de 1965, página 21.
En El Noticiero del 22 de noviembre de 1956, página 1, se informaba que se había dispuesto la prolongación de la calle de Casa Jiménez por en medio de lo que fue convento y cuartel hasta salir frente al Instituto Provincial de Higiene, en la calle de Sanjurjo.
Se anunció en subasta del solar el 16 de febrero de 1957, ejecutándose solo un mes después. La mejor oferta la presentó "Zaragoza Urbana S.A." y fue completamente derribado el 20 de abril de 1956 para construir modernos bloques de edificios, un casino y un cine. Parte del dinero conseguido fue utilizado para la construcción del nuevo Hospital Militar, en Casablanca.
Derribo de lo que quedaba del antiguo cuartel del Carmen. Al fondo a la izquierda se aprecia la trasera del Frontón Aragonés, a la derecha el blanco número 8-10 de la calle Albareda. En el solar se edificarían edificarán poco después el Hotel Palafox y la prolongación de la calle Casa Jiménez. Foto de Gerardo Sancho de finales de los años 50 del siglo XX desde los edificios de la actual calle Val-Carreres (DARA).
Entre 1957 y 1964 en el solar se instalaron de forma temporal varios circos en su periplo por las ciudades españolas y hasta un enorme belén navideño en 1961. Sus 10.000 m2 y su céntrica ubicación lo hicieron el lugar idóneo durante unos años.
El Noticiero del 5 de octubre de 1957, página 9.
Foto tomada en las fiestas del Pilar de 1963 por el helicóptero de TAF, con la carpa del Circo Monumental en el centro, la actual calle Val- Carreres a la derecha y la plaza del Carmen abajo.
Circo Monumental desde la plaza del Carmen. Foto de Gerardo Sancho (DARA).
Sobre el gran belén que se instaló aquí en 1961 debo citar como fuente el artículo "El mayor belén que ha visto Zaragoza", de Manuel Ordóñez Gracia de Anteayer Fotográfico Zaragozano. Cuenta Ordoñez que en 1961 se tuvo instaló en el solar dejado por el cuartel de artillería tomando el relevo del que se construyó en 1960 en el bulevar central del paseo de la Independencia, que ese año estaba en obras.
Tras conseguir la cesión temporal gratuita de los dueños del solar, “Zaragoza Urbana S.A.”, se encargó de su montaje la Obra Sindical “Educación y Descanso” en colaboración con el Ayuntamiento bajo la dirección de Manuel Rodeles Giménez. Sus 6.000 m2 fueron inaugurados el 23 de diciembre por el arzobispo Casimiro Morcillo, arropado por diversas autoridades civiles y religiosas más un acompañamiento musical del coro de los infanticos de Pilar.
Al año siguiente el belén municipal, de proporciones mucho más modestas, se trasladó a la esquina de la plaza de España con la Diputación Provincial, hasta que en 1972 se trasladó a la plaza del Pilar, y allí sigue.
El Noticiero del 24 de diciembre de 1961.
Vista del Belén instalado en el solar del antiguo Cuartel del Carmen, con la calle capitán Portolés al fondo (hoy calle del doctor Val-Carreres). Gerardo Sancho, 1961 (DARA). Fuente: "El mayor belén que ha visto Zaragoza", de Manuel Ordóñez Gracia de Anteayer Fotográfico Zaragozano.
En 1970 comenzaron las obras en el solar. En abril de ese año "Zaragoza Urbana S.A.” se inauguró el primer aparcamiento subterráneo de la ciudad, con cinco plantas.
Aragón Exprés del 23 de abril de 1970, página 16.
En otra parte del solar de lo que fue antiguo cuartel del Carmen, se erigido el cine Don Quijote, descrito n la prensa de la época como "fastuoso, dotado de los medios y dé las técnicas más modernas y actuales". Propiedad de "Zaragoza Urbana, S.A.", se inauguró en una sesión privada el 17 de diciembre de 1974. La entrada estaba por la prolongación de la calle Casa Jiménez.
Solo unos meses después, el 21 de julio de 1975, se inauguró un nuevo cine junto al Don Quijote, El cervantes, más pequeño que el primero (Aragón Exprés del 17 de julio y 22 de julio). En la inauguración proyectaron "Verano del 42", de Robert Muñigan.
El Hotel Palafox será inaugurado en 1982, supuestamente, sobre los restos arqueológicos del Anfiteatro romano, aunque los propietarios aseguraron que allí solo se encontraron "restos de un cuartel moderno, del convento del Carmen y de un aljibe árabe".
Foto de García Luna en Aragón Exprés del 19 de diciembre de 1974.
En este convento fue inmolado sin honor y sin sepulcro el 7 de febrero de 1429 el arzobispo Fray Alonso de Argüelles (o Argüello), que fue Ministro General de los franciscanos menores, canciller y confesor de Alonso V de Aragón.
Estaba aquí preso por orden del rey, según unos por las relaciones secretas y contrarias a la paz del Reino que sostenía con D. Alfonso de Luna (condestable del rey de Castilla), y según otros por haber requebrado (piropeado) a la reina. Según relata Fernando Castán Palomar, el arzobispo de Zaragoza, un día en que, protocolariamente, había de dar el brazo a la reina se sintió desvanecido por la pálida belleza de la egregia señora y, olvidando su alta jerarquía eclesiástica, hizo a la reina María unas insólitas confesiones, acaso demasiado enardecidas. La soberana contó a su esposo cómo el prelado la había galanteado y el rey (paradójicamente apodado "el Magnánimo"), cabreado en grado sumo, se tomó revancha sumarísima. Convocó al lascivo prelado a una reunión en el convento del Carmen en Zaragoza, de donde nunca más salió.
Como su cuerpo nunca apareció, su muerte fue atribuida a diferentes causas. Algunos dicen que fue emparedado en un sótano del convento, otros que fue arrojado al Ebro, lo que parece que no hay duda de que su muerte obedeció a decreto del rey. Por el año 1860, descubriendo unas bóvedas en los claustros se halló el cadáver de un hombre desnudo, que algunos infirieron podría ser el del prelado infortunado. Diario del Pueblo del 14 de febrero de 1894, página 2, y La Voz de Aragón del 22 de enero de 1933, página 10.
El cuartel fue noticia en todo el país por un descabellado intento de sublevación contra el presidido el Gobierno por el señor Allende Salazar. Ocurrió durante la noche del 8 al 9 de enero de 1920 y costó la vida a diez personas, siendo reflejo del tenso ambiente de lucha social y huelgas generado por la situación caótica de los años finales del periodo de la Restauración y la gran actividad anarcosindicalista y libertaria en nuestra ciudad, la perla de este movimiento en España.
Abrió la acción una quincena de artilleros armados, capitaneados por el vendedor de periódicos (con puesto de periódicos en el segundo porche del paseo de la Independencia) y popular anarquista Ángel Chueca (1877-1920). Chueca, con domicilio en la calle San Lorenzo número 14, ejerció la corresponsalía en Zaragoza de la revista España Nueva y alardeaba de sus relaciones con el republicanismo local y el madrileño. Desde su puesto, muy visitado los domingos por soldados, organizó una insurrección armada que que pretendía proclamar la República y que parece ser que contaba con apoyo entre la tropa del próximo cuartel de Pontoneros.
Montaban guardia en el Cuartel el alférez Anselmo Berges, que dormía en el cuarto de Banderas, y el sargento D. Antonio Antón, que estaba en el cuarto de prevención. Sobre las dos de la mañana un grupo de soldados del Cuartel se deslizaron hasta el cuerpo de guardia desarmando y amarrando al centinela de guardia, también redujeron al alférez y al sargento, acabando con sus vidas a cuchilladas. Mientras ocurren estas muertes, el centinela huye y da la voz de alarma. Allí se entabló una fuerte batalla entre los asaltantes y las fuerzas adictas a la disciplina.
Chueca esperaba la en la zona trasera del cuartel una señal para entrar y como no la hubo se fue a su domicilio que pensando que habían desistido de intentarlo. Pero no fue así y el cabo Nicolás Godoy con cuatro soldados armados recorrieron las calles de Cádiz, paseo de la Independencia, San Gil y San Pedro Nolasco, para acceder a la de San Lorenzo donde encontraron a Chueca a punto de acceder a su domicilio.
Tras ponerle al día, decidieron que Godoy a volvería al cuartel, mientras que él, escoltado por los cuatro soldados, iba a visitar los periódicos para arrastrar a los obreros al movimiento. Ángel Chueca y el grupo de soldados ácratas del 9.° Regimiento Libero de Artillería recorrieron varias calles vociferando para alentar la sublevación, animando a tomar la plaza y cerrando los pocos establecimientos abiertos a esas horas. Afanados en retirar la prensa, acudieron a Heraldo, donde expulsan a todos los trabajadores por la calle Santa Catalina y exigen al redactor Gutiérrez que corte las líneas telefónicas. Este acata la orden pero dejó un teléfono, el de la calle, y tras la salida de los soldados llamó a Gobernación advirtiendo del motín. Meses después será asesinado por el chivatazo.
De allí Chueca y sus escoltas acuden a El Noticiero encontrándose por el camino a dos agentes del entonces Cuerpo de Vigilancia y dos guardias de Seguridad que para salvar sus vidas dicen sumarse a la rebelión. Pero los cuatro, nada más verse solos, corrieron a la comisaría, situada en los bajos del Gobierno Civil, con entrada por la calle de Bruil, informando a sus jefes de lo acaecido.
Godoy, al separarse de Chueca, empezó a dudar de que triunfara la aventura y en lugar de reintegrarse al cuartel del Carmen se fue al Gobierno Civil, situado en la plaza de Aragón. Allí pidió hablar con el gobernador civil, ya enterado de lo que está sucediendo y que se encontraba a la espera de obtener comunicación con el ministro de la Gobernación, para desvincularse del motín. Tras escucharlo y conocer que puede comunicarse con Madrid, el Gobernador Civil invitó a Godoy a salir y sentarse en el pasillo, cosa que hace a medias, porque se vuelve al cuartel.
El complot contaba con apoyo de soldados del Regimiento de Pontoneros, que esperaban una determinada señal en una ventana de las que daban a la calle y que correspondía a la enfermería. Quedó encargado de dar el aviso el cabo Pascual Gálvez, que se equivocó de ventana, lo que determinó la inhibición de estos soldados. Al abortarse el motín el capitón señor Fallquier, advirtió que más de un centenar de soldados se habían acostado vestidos, aclarándose después que habían sido varios los que fingiéndose enfermos pernoctaron en la enfermería, esperando vanamente la señal para unirse a la rebelión.
En el interior del cuartel del Carmen comenzó la lucha entre leales y amotinados. Los sargentos Cebrián y Molina, y el cabo Concordio Vela actuaron con enorme decisión contra los sublevados. Mientras Molina disparaba en dirección al cercano cuartel de la Guardia Civil (al final de la calle de la Soberanía Nacional, volviendo la esquina, en la llamada Casa Monte, residencia de los guardiaciviles) para alertarles, Vela salió del cuartel para dar cuenta al coronel de la Guardia Civil, señor Valdés, y después al de Artillería, señor Diez Vicario, de lo que estaba sucediendo.
Tras ser informados, el coronel de artillería, Sr Vicario y el comandante Sr. Giménez se dirigen al cuartel, pero no consiguen entrar recibiéndolos los sublevados con disparos desde las ventanas. La Guardia Civil ya alertada consiguió rodear el edificio, abrir la puerta y acceder al interior, encontrándose con varios cuerpos en el patio, uno de ellos el de Ángel Chueca, que cuentan murió por un disparo desde el ventanillo de la puerta mientras empuñaba un revólver "Remington" en la mano derecha y un folleto anarquista en la izquierda.
Fracasada la intentona y tras recuperar el control del cuartel y pasar revista, se observa que faltan nueve soldados que al parecer se han fugado saltando la tapia del patio pequeño. Los soldados José Muñiz, Juan Bautista Ramos, Jacinto Pérez, Juan Merino y Manuel Clavería llegaron en su fuga hasta la llamada Venta de los Caballos (en la actual carretera de Logroño), donde se hicieron rápidamente dueños de la situación, amenazando al guarda y a su esposa. Todos menos uno, que se suicidó allí mismo, fueron finalmente detenidos.
Puerta del patio donde cayó Chueca.
Puerta de acceso al cuarto de prevención donde cayó el sargento Antón.
Patio pequeño por donde salieron los amotinados.
Lugar del patio del cuartel del Carmen donde fueron fusilados los sediciosos.
Cortejo fúnebre por Independencia. Foto del Gobernador Civil y del hijo del teniente Berges. Fotos de Alonso en la revista Nuevo Mundo. 16 de enero de 1920.
Otro núcleo pudo ser detenido en los Pirineos, cuando trataba de penetrar en Francia.
Al día siguiente no se hablaba de otra cosa en la ciudad, consternada por el suceso. La autoridad militar tomó el mando de la ciudad declarando el estado de guerra publicó a la ocho y media de la mañana la ley marcial en los lugares habituales por un piquete de infantería.
En el consejo de guerra ordinario, llevado a cabo el 16 de julio de 1920, se condenó a muerte a dos cabos y cinco soldados artilleros. En el patio del cuartel se cumplió la sentencia, siendo fusilados el cabo Nicolás Godoy (hijo del maestro de Moyuela), Paulino Eubegó (soldado protegido del canónigo José Blanco que se entregó por recomendación de este), y los también soldados Valero Máñez (herido en estado crítico que fue atado a una silla para poder ser fusilado), Antonio Peña, Faustino Oliva, José Pelegrín (de 14 años) y Pascual Galve. Veinte hombres al mando del alférez Bernal fueron los encargados de ejecutarlo. Cada tres soldados figuraba un sargento, con la exclusiva misión de asegurarse que nadie errase los disparos.
Fueron condenados a cadena perpetua Martínez, Menasach, Ramos, Muñiz y Prieto, siendo condenados a penas entre ocho y seis años los demás. El Consejo impuso doce años y un día, con inhabilitación perpetua a Gregorio San Agustín, presidente del Sindicato de la Construcción de la Confederación Nacional del Trabajo, del qué existían numerosos antecedentes como agitador. A lo largo de toda la década de los años 20 del siglo pasado e inicios de la siguiente, coincidiendo con los alcaldes más republicanos, se pueden leer múltiples peticiones de clemencia contra los artilleros sublevados alegando que "pecaron más por inconsciencia que por maldad" (La Voz de Aragón del 10 de noviembre de 1926). En una fecha entre abril de 1931 y1933 que no he podido concretar se zanjó el tema con libertades condicionales que aún permanecían en el Presidio de San Miguel de los Reyes.
El periodista Fernando Castán Palomar hizo una crónica de la noche de los fusilamientos en La Voz de Aragón de los días 25 de enero y 26 de enero de 1933, páginas 8 y 9 respectivamente, que recomiendo leer.
Como medida preventiva, en las primeras horas de la mañana se detiene a destacados dirigentes anarcosindicalistas de la ciudad, que tampoco tenían ni idea ni habían apoyado la intentona de Chueca. La huelga general, espontáneamente declarada por el pueblo, hizo que no se produjeran más ejecuciones, pero no evitó que se pronunciaran graves condenadas a presidio.
La Voz de Aragón, 17 de abril 1931.
El teniente Berges.
Paso del cortejo fúnebre del alférez Berges y del sargento Antón a su frente a Capitanía General. Foto de Alonso.
Entierro en Torrero. Fuente: Aragón Rebelde.
Ángel, inmortalizado por Ramón J. Sender en su novela Crónica al alba bajo el nombre de Ángel Checa, fue arrojado en la fosa común del cementerio de Torrero, en la que durante muchos años una flor roja lo recordaba todos los 8 de enero por sacrificar su vida por sus ideas.
Portada de Heraldo de Aragón del 10 de enero de 1920. La prensa de la época lo describió con una visión partidista, escribiendo, por ejemplo, que el intento de asalto se debió a un individuo perturbado por la “utopía roja".
Fuentes:
* "El barrio de San Pablo en la época de los Sitios de Zaragoza", de María Jesús Castán Espiérrez (2015), IFC, página 137.
* "Cuarteles de Zaragoza. Los que fueron", de José Blasco Ijazo en El Noticiero del 22 de junio de 1965, página 21.
* "La sublevación de la puerta del Carmen", de Eduardo Comín Colomer, en Aragón Exprés del 21 de enero de 1975.
* "1920-2020: Zaragoza, la perla del sindicalismo", de Kike García francés (2020).
* Web de la cofradía de la Verónica.
* Prensa de esos días: Heraldo de Aragón del 9 de enero - El Noticiero del 9 de enero - Heraldo de Aragón del 10 de enero - La Crónica de Aragón del 11 de enero
Durante el dominio musulmán y primeros siglos del cristiano, el cementerio moro, llamado maqbarat báb al-Qibla o cementerio de la puerta meridional, estuvo situado en el solar que luego había de ocupar el convento del Carmen. En 1337, Pedro IV mandó que lo trasladasen fuera del muro exterior. Fuente: "Zaragoza en el siglo XV. Morfología urbana, huertas y término municipal", de Isabel Falcón Pérez (1981), página 68. En otro texto dicen que el lugar fuera del muro exterior donde Pedro IV sacó el cementerio debió estar próximo a la Puerta del Portillo.
Hospital de Peregrinos o de Santas Justa y Rufina (también parece que se le llamó "Iluminación del Cuerpo de Cristo" o de "Ntra. Sra. del Carmen"). Estaba en el número 51 de la calle del Carmen, en la plaza homónima, junto al convento del mismo nombre entre el final del siglo XVIII y principios del XIX. Tenía por objeto hospedar a los peregrinos o los pobres transeúntes durante tres noches consecutivas. Fundado en 1466, se gobernaba por una Cofradía, siendo en 1806 sus cargos mayordomo, Mariano Sardaña (luego hablaremos más de esta familia), y procurador, Domingo Ruiz.
Destruido el Hospital de Gracia en la Guerra de Independencia, tuvo que ser cedido para este objeto el que era de Convalecientes, y este hospital de peregrinos asumió la función de atender a enfermos convalecientes. Los peregrinos eran entonces acogidos en la casa de la Santa y Real Hermandad del Refugio.
Más información: "El barrio de San Pablo en la época de los Sitios de Zaragoza", de M.J. Castán (2015), página 190 en adelante.
Señalado con el número 77 y en plena plaza del Carmen se ve la localización exacta del Hospital de Peregrinos en el plano de Carlos Casanova de 1734. En el número 39 se señala la Iglesia del convento del Carmen y en el número 84 el Colegio de San José.
Juramento de defensa en la Puerta del Carmen, obra de Nicolás Ruiz de Valdivia y Aguilera.
Juramento de los defensores de los Sitios. Durante el primer Sitio, hasta la victoria de la Batalla de las Eras, la defensa había recaído en improvisados guerrilleros. El valor individual lo hacía todo y el esfuerzo aislado era la única táctica. El instinto del pueblo, el único general. Pero, obtenida la primera victoria, se había pensado en organizar las huestes: se habían nombrado comandantes, se habían agrupado los individuos y se habían regularizado las operaciones.
Pero faltaba el juramento santo, imprescindible en todo ejército disciplinado: ¿Juráis, soldados de Aragón, defender vuestra santa Religión, vuestra Patria y vuestro Rey?. Tuvo lugar el 26 de junio a las dos de la tarde en la plaza del Carmen con las autoridades, encabezadas por el marqués de Lazán, instaladas bajo la Casa Saldaña (se describe adelante) y sonando los acordes de la banda militar.
Llegado el momento se hizo el silencio y la multitud dirige sus miradas hacia el estandarte de la Virgen del Pilar, que el Sargento Mayor ha puesto en alto. Con voz potente grita: "juráis, valientes y leales soldados de Aragón, defender vuestra Santa Religión, vuestra Patria y vuestro Rey, sin consentir jamás el yugo del francés, y no abandonar nunca a vuestros jefes, ni esta Bandera, protegida por la Santísima Virgen del Pilar, nuestra Patrona?” Un grito general, unánime, como si saliera de una sola garganta, contesta con inexplicable entusiasmo y ardor emocionante: ¡Si, juramos! Tomado de G. García-Arista en el Heraldo de Aragón del 13 de mayo de 1934, página 9.
Nombres de la plaza. Ha tenido tres denominaciones: plaza de Nuestra Señora del Carmen, o simplemente del Carmen, del Pueblo y de Isabel II.
Inicialmente figura en los primeros planos como plaza del Carmen, por el convento homónimo. En 1863 figura como plaza de Isabel II, manteniéndose brevemente esa denominación hasta octubre de 1868 por la revolución conocida como La Gloriosa, por la que se derrocó a la reina Isabel II. Mudó de nombre a plaza del Pueblo, siendo informado así en el Diario de Zaragoza del 8 de octubre de 1868, página 3.
Así se rotuló hasta que, tras la Guerra Civil, en los diarios Amanecer y El Noticiero del 25 de enero de 1940, se anunció que la plaza volvía a denominarse como inicialmente, plaza de Nuestra Señora del Carmen. Cualquier denominación que sonase a popular o república molestaba a los franquistas.
Desde la plaza del Carmen hasta la primitiva puerta de Santa Engracia (muy cerca de la plaza de Santa Engracia) llevaba la denominada calle del Juego de la Pelota en el siglo XVIII. Una parte coincidiría con la actual vía dedicada a Marceliano Isábal. En esa calle tenían lugar los partidos de pelota al largo entre los más afamados aficionados, que venían de los pueblos a disputarse el triunfo de ese desaparecido juego. El banco del saque lo colocaban en la plaza dicha enfilando a la calle referida.
Las tres denominaciones que ha tenido la plaza en los planos de Yarza y Gironza (1853), de 1863 (DARA) y del estado mayor del Ejército (1872).
Fuente del pato. En medio de la plaza estaba la “Fuente del Pato”, aunque lo que había representado era un cisne. Popularmente a la plaza se la conoció como plaza del Pato.
La primera fuente pública fue la de la Princesa (actual plaza España). A partir de 1865 se sumarían en el servicio las llamadas fuentes de vecindad. Las primeras estaban en las plazas de la Magdalena, Santo Domingo y de la Seo, siendo esta última la que más tiempo pervivió (fuente de la Samaritana).
La primera noticia de su existencia aparece en El Correo de Aragón del 24 de octubre de 1867, página 1. Se solicitaba la colocación de una fuente de vecindad en la plaza de Isabel II porque no había ninguna cerca de donde puedan surtirse los vecinos.
Normalmente estaban desprovistas de valor artístico y algunas no eran más que un frontal de piedra que tomaba como soporte la pared de algún edificio. Muchas de ellas no tuvieron ni nombre específico. Una excepción es la fuente que aquí se encontraba, con la figura de un cisne decorándola.
Desapareció hacia 1909 sustituida por el kiosco de refrescos de D. Tomás Espí (El Noticiero del 8 de julio de 1911, página 1). Las tasas municipales que pagaba este negocio y que ya no eran utilizadas para abastecerse de agua debieron ser la causa de la eliminación de la fuente.
Heraldo de Aragón del 20 de abril de 1923, página 1.
La fuente del Pato señalada en el plano parcelario de Casañal 1911. Arriba la calle Azoque, a la izquierda la actual calle Val-Carreres, abajo la calle de Bilbao y a la derecha la calle Cádiz.
El Noticiero del 8 de julio de 1911, página 1.
Descripción de la calle en el año 1929 hecha por los propios vecinos. El Noticiero del 16 de julio de 1929, pág. 2.
Aquí en el siglo XIX hubo un tradicional mercado al aire libre de productos hortícolas, cebollas especialmente.
El edificio de viviendas del número 1 de la plaza es el único catalogado. Construido de nueva planta con arreglo al proyecto de Félix Navarro de 1903, por encargo de José Garriga, solo se ha conservado la fachada. Fuente: zaragoza.es
Google Maps 2023.
Espectáculos variados. En la plaza hicieron parada espectáculos temporales que se ofrecían al público en la prensa de la época. Todos ellos se realizaron entre abril de 1821 y mayo de 1822 en un lugar denominado como "Casa Pintada", en el número 68 en los años 20 del siglo XIX, que quizá corresponda con la casa Saldaña, de la que hablaremos después. Los espectáculos eran de lo más variado, desde unas máquinas hidráulicas desarrolladas por el granadino Francisco Morales (profesor de astronomía experimental), que permitían subir agua a la altura que se desease y mover figuras autómatas y una máquina astronómica que permitía ver el sistema copernicano con la evolución de los planetas alrededor del sol, eclipses y las rotaciones de la tierra (Diario Constitucional de Zaragoza del 28 de octubre de 1821, página 4), hasta de juegos de manos por un tal Sr Zervi.
Cuatro décadas después en la plaza (ya no se cita que sea en la citada Casa Pintada) se desarrolló un espectáculo de figuras de cera.
Diario Constitucional de la Ciudad de Zaragoza del 10 de mayo de 1821.
El Diario de Zaragoza del 29 de mayo de 1861.
Diario Constitucional de la Ciudad de Zaragoza del 28 de octubre de 1821.
Hacia 1693 la familia infanzona Ezquerra, oriunda de Navarra y afincada en Luna, se avecinó en la plaza del Carmen, junto a la calle Azoque, donde a finales del siglo XIX aún campeaban sus armas.
Casa de Saldaña (o Sardaña), en el número 67 en la primera mitad del siglo XIX (Diario Constitucional de Zaragoza del 28 de octubre de 1836, página 4) y, finalmente el 9. En la esquina con la calle juego de la Pelota (actualmente se corresponde con la calle Marceliano Isábal) y frente al Hospital de Peregrinos, era un amplísimo y vetusto palacio, propiedad en el siglo XVII de don Eugenio Samper.
En una de sus cámaras murió en 1674 el arzobispo de Zaragoza fray Francisco de Gamboa (Fernando Castán Palomar en la La Voz de Aragón del 22 de enero de 1933, página 10).
Por orden de Felipe V, el palacio sirvió entre 1706 y 1708 de residencia al tribunal de la Inquisición, trasladándose después al palacio de Sástago.
En 1723 consta que era propiedad de Francisco Montemayor (José Mª Ballestín, 2017).
Profundamente remodelada en el XVIII, a finales de ese siglo pasa a manos del belchitano Pedro Cortés y Larraz, Arzobispo de Guatemala (1767-1779) y más tarde de Tortosa (1780-1786). Fijó residencia en Zaragoza cuando renunció a la mitra en 1786, por lo que esta casa desde entonces era conocida como "Casa del Obispo".
Me consta que también fue en algún momento residencia de los Marqueses de Torres, título concedido por Felipe III en 1620 en favor de don Martín Abarca de Bolea y Fernández de Heredia, noble del reino de Aragón.
De ella destacaba su imponente fachada, su amplio patio interior y su gran salón, utilizado después de salón de actos cuando el inmueble cumplió funciones educativas.
Casa Saldaña remarcada en el plano tomado del libro "Zaragoza según el plano de 1712", de José Mª Ballestín (2017).
En el primer Sitio (1808), la casa fue testigo de importantes sucesos:
* En la plaza del Carmen, bajo la casa Saldaña, los defensores de la ciudad hicieron el juramento de defender a la religión, a la patria y al rey el 26 de junio.
* En la esquina de la casa de Saldaña, los aragoneses situaron un cañón que causó bastante daño a los franceses y retrasó su entrada por esa zona, que pensaron sería sencilla y rápida. Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de noviembre de 1906.
Después, a lo largo de todo el siglo XIX, fue conocida como Casa de los Condes de Saldaña (o simplemente Casa Saldaña o Sardaña). Mariano Sardaña, juez de Montes y Huertas, es el primero del que tengo noticias de que viviera en esta casa en 1818 (Diario de Zaragoza del 25 de febrero, página 4).
También me consta que vivió en el entresuelo de la casona, Zacarías Íñigo y Saldaña (La Revolución del 3 de mayo, página 4). Casado con Juana Magallón y Juste, fue un rico propietario y apoderado de sociedades que también ejerció como Diputado Provincial por el distrito de Azuara y Teniente de Alcalde de la ciudad en la década de los 60 y 70 del siglo XIX. Falleció el 19 de mayo de 1875 (Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de julio).
Era hijo del matrimonio entre Fermín Zacarías Íñigo y María Sardaña de Íñigo (fallecida en marzo de 1850), que adquiere en 1842 con la desamortización el olivar de San Agustín (ver más en Bruil, parque) y el convento y huerta de Jerusalén, en el salón de Santa Engracia, sobre los que edificó los famosos Baños de Zacarías o La Moderna Casa de Baño en 1840 (El Noticiero del 26 de mayo de 1946, pág. 6).
Planos de la Casa Saldaña, ya en el número 9, realizados por Casañal en 1911 (páginas 2736 y 2738).
Observamos que en ese momento se rotulaba la calle de la derecha como de Casa Jiménez (actualmente es la de Marceliano Isábal).
El inmueble destaca por su gran tamaño (llegaba por su parte trasera hasta la actual calle del Marqués de Casa Jiménez), su gran patio interior y su amplio salón (esquina inferior izquierda), que se utilizaba de señorial salón de actos cuando cumplió funciones educativas.
En el primero de los planos queda claro que lindaba con el convento de las recogidas (ver más en Cádiz, calle) y vemos el desaparecido callejón del Riego, un simple espacio entre fincas por el que pasaba la acequia del Pontarrón, uno de los ramales de la acequia de la Romareda, que tras pasar por la calle Doctor Cerrada, cruzaba el actual paseo Pamplona, iba al aire por lo que hoy es la calle Bilbao hasta cruzar, por este callejón del riego, hasta la calle Cádiz y por la calle Laurel finalizaba en lo que hoy es el Centro Comercial Independencia (“El Caracol”).
En el Diario de Zaragoza del 27 de diciembre de 1797 encuentro citada por primera vez la casa Saldaña informando que en ella había instalada una taberna.
A partir de 1850, aprovechando su gran salón, fue utilizado como elegante salón de bailes y fiestas.
El Zaragozano del 11 de abril de 1852, pág. 4.
Diario de Zaragoza del 1 de febrero de 1857, p. 2.
Era punto de salida y llegada de diligencias. Consta en la hemeroteca que en 1853 de aquí salían las que iban a Ayerbe, pasando por Villanueva y Gurrea, y en 1857 de las de Zaragoza a Borja y Tarazona.
El Saldubense, 29 de septiembre de 1857, pág. 12.
También fue sede de un ateneo teatral, aprovechando las grandes dimensiones de su salón, con capacidad para 500 personas.
El Saldubense, 20 de agosto de 1859, pág. 3.
El Diario de Zaragoza, 25 de enero de 1863, pág. 4.
En los años 60 del siglo XIX se instaló en sus locales un almacén de maderas. Hubo un accidente en 1879 que segó la vida de un niño (Diario de Avisos de Zaragoza del 13 de junio).
En 1873 también me consta afincada en la Casa Saldaña una bodega o tienda de vinos (Diario de Avisos de Zaragoza del 17 de diciembre de 1873, pág. 11).
En su gran salón las sociedades La Violeta, La Delicia y Juventud Española organizaban concurridos bailes de sociedad y de máscaras a hacia 1870. En un documento se dice que en esta casa se hicieron prácticas espiritistas.
La sociedad La Delicia organizaba bailes y sesiones de declamación.. y bailes de pollos y pollas. El Eco de Aragón, 20 de febrero de 1870, pág. 3.
En los locales de la Casa Saldaña, en el breve tiempo en que la plaza estaba dedicada a Isabel II, se instaló un colegio de segunda enseñanza atendido por el profesor superior Fernando Cerezuela y Blasco. Abierto en la Casa Saldaña desde 1863, admitía alumnos internos, medio pensionistas y externos.
Venía de la calle San Juan el Viejo número 152. A inicios de 1872 se trasladó al ex-convento de San Camilo, en la calle Morería, núm. 1, próximo al arco de San Roque. Tenía también sección de adultos, de dibujo lineal y de maestras elementales (Diario de Avisos de Zaragoza,13 de enero de 1872, pág. 12).
El Anunciador del 19 de mayo de 1863, pág. 3.
Colegio El Salvador. En su periplo por la ciudad, tuvo su sede en la Casa Saldaña el Colegio El Salvador entre 1871 y 1879.
Cuando la situación política se lo permitió, el catalán P. Clemente Bofill, con dos escolares jesuitas y un hermano coadjutor, comienzan a trabajar en el mes de agosto de 1871 para fundar un nuevo colegio. El día 19 de ese mes habían alquilado el caserón de los Condes de Saldaña pero como tuvieron que reacondicionarlo a los nuevos usos no pudieron comenzar las clases hasta curso 1871-72 con 50 alumnos, todos ellos internos, y una comunidad de once jesuitas. Era uno de esos colegios para las "familias bien" de la ciudad.
Aunque el nombre del colegio fue El Salvador, esa no fue la primera opción. El padre Bofill quería denominarlo Colegio del Pilar, pero ya había otro colegio que se anunciaba con ese nombre (el Colegio Politécnico). Optó por llamarlo del Salvador, por ser el título mismo de La Seo zaragozana, y muy propio para una institución jesuítica.
El colegio disponía de un gran salón de actos que en días especiales se cubría de magníficos tapices de damasco carmesí, habiendo de trecho en trecho panoplias formadas con banderas, escudos de armas y cuadros ó retratos, iluminado todo con bellas arañas y grupos de luces. En el fondo, y en medio de un elegante templete se ostentaba una estatua de la Virgen del Pilar (Diario de Avisos de Zaragoza del 22 de junio de 1874, página 6).
La presencia de la Compañía de Jesús en Zaragoza comienza en 1547 con una pequeña comunidad de jesuitas que habían recibido la misión de fundar un colegio. Su primer centro en la ciudad fue el Colegio de la Purísima Concepción, hoy es el Real Seminario de San Carlos, en 1.585. Allí permanecieron hasta su incautación en 1.767 con la expulsión de los Jesuitas de España. Tras la restauración de la Compañía en 1.814, los Jesuitas regresan a Zaragoza en 1871 fundando este colegio del Salvador de la plaza del Pueblo. El curso 1879-1880 se trasladan al inicio del paseo de Torreo, en el solar donde hoy se levanta la sede central de Ibercaja, permaneciendo allí hasta que en 1971 se trasladaron a sus actuales instalaciones de la calle Cardenal Gomá (hoy renombrada Padre Arrupe).
Más información: San Carlos Borromeo, plaza - Paraíso, plaza Basilio - Arrupe, calle del Padre.
Fuentes y más información: Web de antiguos alumnos del colegio El Salvador - "Resumen de la historia de nuestro colegio", sin más datos.
Lo que quedaba de la Casa de Saldaña cuando hacía casi un siglo que nadie la llamaba así y ya había mudado su señorial función para servir de simple casa de vecindad. Foto de Gerardo Sancho (DARA) de los años 60 del siglo XX.
La academia de dibujo y pintura de Manuel Viñadó e Iranzo ubicada en la casaza Saldaña abrió en noviembre de 1879. A finales de 1888 la trasladó, primero al número 96-98 del Coso, después al principal del número 47 de la calle Torre Nueva, junto a la calle Alfonso I.
El Diario Democrático del 19 de noviembre de 1879, página 13.
En 1890 consta que el Sr. Viñadó abrió industria de fabricación de placas y etiquetas de hierro y cobre con rótulos de esmalte para placas de calle y números de casas.
Finalmente en 1892 cedió la academia a Emilio Fortún y Sofí.
Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de enero de 1891, pág. 1
Academia de Dibujo y Pintura de Abel Bueno Gros (Villanueva de Gállego, 1872 – Zaragoza, 1944), en la vieja Casa Saldaña. La abrió en 1898, con solo 23 años como centro privado y contó desde sus comienzos con una “clase especial para señoritas” a la que siempre aludían sus anuncios en prensa.
Por su estudio pasaron muchas jóvenes que por su extracción social no podían tener acceso a la Escuela de Artes. En la puerta del edificio existía una gran placa esmaltada que informaba que contaba con una clase especial para señoritas, dibujo para carreras especiales, pintura para labores artísticas (de bordado), dibujo para obreros y clases de noche.
Abel Bueno por gentileza de su nieto, Javier Bueno Lidón en "El Retablillo".
Isabel Bueno Monreal junto a su padre, Abel Bueno (sentado). Fuente: Javier Bueno Lidón.
Academia de pintura de Abel Bueno Gros en la Casa Saldaña hacia 1898. Tomada del libro "El ultracentenario del Colegio del Salvador: Jesuitas en Zaragoza", de Juan Ignacio Fernández Marco (1999). Imagen que aportó Víctor Barón Ramón en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
Impartía dos clases diarias de once a una de la mañana en dos grupos, con un total de cuarenta alumnas y una duración del aprendizaje de tres años. Las enseñanzas estaban orientadas entre otras cosas «al dibujo aplicado a labores de bordado». Las niñas empezaban los estudios a los doce y quince años.
También por sus aulas pasaron muchos jóvenes zaragozanos para tomar clases preparatorias en dibujo y otras materias con el fin de acceder al bachiller superior y enseñanzas universitarias.
Consiguió que el Ayuntamiento de Zaragoza le subvencionara por aquellas fechas con 1.500 ptas. anuales para dar clases a las niñas de las Escuelas Municipales de enseñanza Primaria, previamente seleccionadas por sus dotes artísticas por la Junta local, asistiendo gratuitamente a las clases de su Academia.
Los últimos años de la academia fueron en la calle del Molino, bocacalle de Alfonso, y a la que se trasladaron hacia 1970 porque este viejo caserón de la plaza del Carmen amenazaba ruina. Sus puertas se cerraron en 1975 y todos sus modelos y escayolas fueron donados a la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza.
Su hija, Isabel Bueno Monreal, fue una prometedora pintora aragonesa, truncada en plena juventud, pues falleció a los 23 años el 11 de abril de 1929. Si no me equivoco, se ahorcó en su cuarto de la casa familiar de la calle del Marqués de Casa Jiménez debido a, según la prensa de la época, un desengaño amoroso.
Fuentes y más información:
* Sobre Abel Bueno Gros lo cuenta todo Carlos Urzainqui en su blog "El Retabillo".
* Sobre Pilar Bueno: maes.unizar.es + La Voz de Aragón, 12/3/1929 + Javier Bueno Lidón.
La Escuela Normal de Maestras estuvo instalada en la casa Saldaña entre 1883 (La Alianza Aragonesa del 12 de enero de 1883, página 3) y 1901. La Normal de Maestras de Zaragoza desde su fundación en 1855 había pasado por muchos locales viejos y ruinosos. Comenzaron en la calle San Juan el Viejo, pasaron por la calle Don Juan de Aragón y el convento de Santa Fe, hasta acabar en este caserón de la denominada en ese momento plaza del Pueblo, que no mejoró ni mucho menos las condiciones en las que desarrollaban su labor.
Hasta 1887 no se establecería la escuela práctica de niñas en locales de esta Casa de Saldaña. En 1900 la escuela Normal de Maestras de Zaragoza aún tenía solo la calificación de Elemental, siendo ese año cuando en prensa comienza a haber voces abogando para que el ayuntamiento invirtiera lo necesario para que a la Diputación Provincial no le fuera gravoso conseguir la categoría Superior. En 1901 ya consta que se había trasladado a la plaza del Pilar, en la casa de los marqueses de Aytona, donde permaneció durante bastantes años.
A partir del año 1901 en la hemeroteca pueden leerse muchos anuncios de alquiler de habitaciones que nos permite afirmar que el viejo caserón fue segmentado y vendido por partes como casa de vecindad, destino que compartió con muchas casonas linajudas de la ciudad. Sus últimos propietarios, animados por el desarrollismo de los años 70 del siglo XX, lo vendieron a una constructora que lo arrasó para levantar un edifico de viviendas (en el catastro consta ya terminado en 1977).
Cuartel de Miñones. La voz miñón procede del Catalán minyó, muchacho, aunque es más común admitir su origen del francés mignon, término usado para designar a los soldados más jóvenes. Se trataba de una milicia irregular de soldados jóvenes reclutada en Aragón por orden de Carlos III durante los siglos XVIII y XIX destinado a la persecución de ladrones y contrabandistas, y a mantener el orden público en zonas rurales. El cuartel tuvo varios emplazamientos en nuestra ciudad, uno de ellos la calle del Carmen (el tramo de la actual calle Azoque entre las plazas Salamero y del Carmen, se llamó calle del Carmen), abandonándolo en 1806.
Más sobre este cuartel en: Boggiero, calle de Basilio.
En esta plaza tenían principio y final de parada los primeros autobuses que llevaban al barrio de Valdefierro en la década de los años 60 del siglo pasado. No eran municipales, una empresa privada se interesó por el servicio en 1956 (El Noticiero del 7 de noviembre, página 1 y 2).
Eran de marca Nazar (ver más en Valdefierro, barrio y avenida) y esta primera línea discurría desde la plaza de Nuestra Señora del Carmen, calle Capitán Portolés (actual Val-Carreres), avenida General Sanjurjo (tramo final de César Augusto), calles Hernán Cortés, Cortes de Aragón, Corona de Aragón, San Juan Bosco, y por el Seminario Metropolitano y el enlace de carreteras al fielato de Valdefierro. El servicio no se municipalizó hasta el 19 de marzo de 1974.
Foto de la Asociación de Vecinos de Valdefierro. Fuente: elespanol.com.
Busto de Goya, obra de Honorio García Condoy. En diciembre de 1926 Ignacio Zuloaga, con motivo del centenario de Goya, ofrecía un cuadro para adquirirse por suscripción popular y a su ofrecimiento se sumaron los artistas Ángel Díaz Domínguez, Ramón Martín Durbán y Honorio García Condoy, que participó con un busto de Goya para que presidiera el baile de época a celebrar en la Lonja (La Voz de Aragón del 21 de noviembre de 1926, página 7). Dicho busto en yeso, adquirido por el Ayuntamiento por 500 pesetas (unos 2.500 euros actuales) estaba en paradero desconocido hasta que se encontró cubierto de polvo en un pasillo del antiguo Ayuntamiento de Zaragoza. Con posterioridad, es pasado a bronce y en 1987 colocado en la plaza del Carmen sobre pedestal de piedra, obra de la Asociación Pablo Gargallo, liderada por Alberto Pagnussatt.
El pedestal, labrado en piedra de Calatorao, es obra de la escultora Pilar Pérez Subías, natural de la localidad zaragozana de Quinto de Ebro.
Fuente de texto y foto: zaragoza.es - esculturaurbanaaragon.com.es
Pequeños comercios de la plaza:
El almacén de coloniales del señor Figueras. Arturo Bayod en una entrada del Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, apoyándose en el plano catastral de 1935, ubicó definitivamente el despacho de ultramarinos de Federico Figueras en la calle Azoque número 110, esquina con la calle Soberanía Nacional, actual Val-Carreres, frente al cuartel de artillería.
El Sr. Figueras era un gran aficionado a los toros y elaboraba como especialidad de la casa el chocolate "Los Héroes", empleando a sus propios familiares para su elaboración. Fueron galardonados con la Medalla de Oro, en la Exposición Hispano francesa de 1908.
La fábrica fue fundada en el año 1904, con todos los adelantos. Estaba instalada en edificios propios, sitos en la calle de Agustina de Aragón, 42 y 44, empleado veinte operarios y alcanzando una producción de mil libras diarias (450 kg).
Ver más en Aragón, calle de Agustina de.
Exterior de la tienda de ultramarinos de Federico Figueras. Foto de Lucas Cepero en 1915 (DARA).
Reportaje publicitario en La Voz de Aragón, 17 de octubre de 1925 página 14.
Interior de la fábrica de chocolate de Federico Figueras, en la calle Agustina de Aragón. Foto de Lucas Cepero en 1915 o de A. de la Barrera en 1925 (DARA).
Ultramarinos Figueras en una foto de pueblos-espana.org subida por Lucioangel Zaratiegui al Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
El almacén y la fábrica de vinos y licores de la "Casa Cerdán y Mansergas", en el número 108 de calle Azoque, en la misma plaza del Pueblo, frente a la calle Cádiz y junto a la tienda de ultramarino de Federico Figueras, a la que suministraba sus productos.
Ya estaban antes en en el número 1 (después en el 7) de la calle Cariñena en 1923, aunque los inicios de la empresa fueron en 1887.
Dirigida por Vicente Mansergas, la casa recibió un diploma en le Exposición Hispano Francesa que campeaba en el despacho de la empresa. Vendían a Aragón y exportaban al norte de España.
Heraldo de Aragón, 11 de enero de 1912, página 3.
Casa Usón, pescadería, instalada tambín (pero después que Casa Mansergas) en el 108 de la calle Azoque a finales de 1931. Instalada en la ciudad hacia 1915, Casa Usón veinte años más tarde contaba con sucursales en las calles de Méndez Núñez 34 y puestos en el Mercado Central. La empresa pervivió al menos hasta 1943.
Mostrador de Casa Usón, en la plaza del Pueblo. La Voz de Aragón del 13 de septiembre de 1931, página 4.
Pensión Plus Ultra, en el número 11, en la esquina de la plaza del Carmen con la calle Capitán Portolés (actual Val-Carreres) en los años 40 del siglo pasado. Antes estaba en el número 18 del Coso.
Cofradía de las Siete Palabras y de San Juan Evangelista pasando bajo los balcones de la Pensión Plus Ultra en la plaza del Carmen en 1964. Archivo Coyne (DARA).
Cafetería y hostal DUX, en el número 11, la esquina con Capitán Portolés, donde antes habían estado el establecimiento de ultramarinos de Federico Figueras y el hostal Plus Ultra.
Cafetería y hostal Dux en 1969. Fotografía de la colección de José Luis Cintora.
La clínica del doctor Noarbe, en el número 1 (o el 2) de la plaza, abierta en marzo de 1914. El Sr. Hipólito fue un reconocido tuno en sus tiempos de universidad. Fue de las primeras clínicas en contar con aparato de Rayos X, importado de Alemania (La Justicia del 30 de marzo de 1914).
La Justicia del 6 de abril de 1914, página 2.
Las Noticias del 11 de marzo de 1929, página 8.
Chocolates y Cafés de A. Orga. Abiertos desde finales de 1888 en el número 7. Propiedad de Antonio Orga Unsaín, su hermano Francisco Orga Unsaín (fallecido el 10 de mayo de 1904), ya regentaba un establecimiento de ultramarinos en la calle Mártires número 7 (o 11) en 1871 de acreditada fama por sus quesos.
El Diario de Zaragoza, 8 de enero de 1889, página 4.
La Servicial, propiedad de Félix Salayerría. Heraldo de Aragón del 21 de julio de 1931, página 4.
En la página 6 del Heraldo de Aragón del 1 de abril de 1909 consta que se autoriza á D. Tomás Espí (propietario de una fábrica de barquillos en la calle Peromarta) para instalar un quiosco de refrescos y helados en la plaza del Carmen, en el lugar donde estaba la conocida como Fuente del Pato, por 150 pesetas anuales.
Finalmente en consta La Correspondencia de Aragón del día siguiente, que fue Andrés Usón el propietario final del quiosco, inaugurado la noche del 25 de junio de 1910. Contaba con alumbrado, asientos y veladores bajo los árboles.
Los veladores que rodeaban el quiosco fueron motivo de quejas de los vecinos de la plaza por ruido y miradas inoportunas. El Noticiero, 8 de julio de 1911.
La Correspondencia de Aragón, 30/8/1911, pág. 3
Farmacia de Braulio Armisén, en el número 5 (según épocas) de la plaza del Carmen desde 1875 hasta 1968, siendo su último propietario Luis Armisén, reemplazada por la farmacia Gaudó en los bajos ya del moderno edificio acabado en 1969.
Braulio Armisén y Boira (Leciñena, 1849 - Zaragoza, 1906) era un famoso farmacéutico de la Zaragoza de finales del siglo XIX. Obtuvo el grado de Licenciado en Farmacia el año 1870 y ya desde 1873 consta que se vendían preparados suyos de café concentrado (producto para bares especialmente) en la tienda de ultramarinos de Nicolás Bel de la calle Jaime I número 44 (El Diario de Zaragoza del 17 de febrero de 1873).
Sus padres fueron Miguela Boira y Antonio Armisén Valencia, maestro de primera enseñanza de Leciñena (La Consecuencia del 28 de febrero de 1891, página 8) hasta que dejó el cargo por indisposición en 1852. Se trasladaron a vivir a la calle de las Monjas (no he localizado dónde estaba) número 36, en el arrabal zaragozano. En ningún caso me consta que fuera farmacéutico, como así afirma Carmen Francés (2018).
Fotos de obras en la plaza del Carmen. La primera orientada hacia la entrada de la calle Cádiz, y con la farmacia Armisén a la derecha, fuera de plano. De Gerardo Sancho, de 1968 a más tardar (DARA).
Imagen tomada de web de compraventa.
Inició su actividad profesional en esta farmacia de la plaza del Pueblo número 5 a finales de 1875 (Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de enero de 1876).
Solo tres años después ya consta en la hemeroteca que allí preparaba unas gaseosas refrescantes que habían sido declaradas de utilidad pública y que fueron marca de fábrica "Gaseosas refrescantes aromáticas de Armisén" desde 1893.
Esta especie de limonada refrescante aromática en polvo y purgante creada durante la epidemia del cólera en Zaragoza se utilizaba como refresco y como gasificante en repostería y se vendía al precio de 1 peseta y fue premiada en la Exposición Universal de Viena de 1901 y en la Internacional Hispano-Francesa que se celebró en Zaragoza en 1908.
Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de octubre de 1879, página 13.
La Voz de Aragón del 26 de septiembre de 1928, página 11.
Vocal del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza en 1905 y de la Junta de Escuelas en 1881, también elaboró otros dos productos en su laboratorio:
* un alimento infantil al que denominó Nesfarina y del que la publicidad afirmaba ser un "superalimento digestivo (que) Fortalece los músculos, nervios y huesos y regulariza las digestiones evitando estreñimientos y diarreas". La publicidad, dirigida a las madres, aseguraba que no dárselo les expondría "a peligros mayores que colgarlo del balcón".
* el Café Moka Concentrado Armisén, con leche y café a a turca, alimento decía la publicidad "insustituible en excursiones, viajes, reuniones improvisadas (que) conserva todo el aroma y el poder nutritivo y estimulante del mejor café y resulta en su preparación más económico por el completo aprovechamiento de sus elementos".
Todos estos productos se vendían en farmacias, droguerías y tiendas de ultramarinos.
Publicidad tomada del texto "Evocación de médicos y farmacéuticos aragoneses y su contribución a la sociedad de su tiempo en los siglos XVI-XVII Y XIX-XX", de Mª del Carmen Francés Causapé (2018).
Braulio Armisén, fallecido el 2 de enero de 1906, casó con Emilia Berástegui Aguirre, fallecida el 25 de octubre de 1925, con quien tuvo cuatro hijos, dos de ellos muertos de forma prematura.
El mayor fue el industrial y abogado Enrique Armisén Berástegui, o Berasategui, (Zaragoza, 1873-1930), alcalde de la ciudad entre 1929 y 1930. Antes fue coempresario del teatro la Parisiana, al que puso el nombre, en el paseo de la Independencia. Ver más en Armisén, calle de Enrique.
Entre diciembre de 1890 y primeros de enero del año siguiente tuvo la desgracia de perder a su padre (por achaques de su avanzada edad) y a sus otros dos hijos (al primero al menos de sarampión), el segundo cuando volvían del entierro del primero. La Derecha del 3 de enero de 1891, página 2.
Los últimos años la farmacia la dirigía Luis Armisén pero trasladaron la fabricación de sus gaseosas y resto de elaborados primero al camino viejo de Monzalbarba número 77 en los años 60 y, después a la avenida Pablo Gargallo número 87.
Fuente y más información: "Evocación de médicos y farmacéuticos aragoneses y su contribución a la sociedad de su tiempo en los siglos XVI-XVII Y XIX-XX", de Mª del Carmen Francés Causapé (2018).
Blog "mirando en la alberca"
El pasaje del teatro y cine Iris, en el complejo Iris Park, que era un complejo recreativo inaugurado en 1931 que contaba con teatro, pista de baile y patinaje, cine al aire libre y amplios espacios de recreo. Construido como parque de verano, se ubicaba sobre el solar dejado por el lavadero de Castelví y entre las calles Azoque y Ramón y Cajal, más buena parte de lo es hoy avenida de Cesar Augusto.
El acceso principal al teatro y cine Iris era desde la calle de Ramón y Cajal, aunque desde 1940 tendría un acceso secundario, un pasadizo, desde el número 68 de la calle de Azoque, a la altura de la plaza del Carmen y frente a la calle de Cádiz. En 1953 se derribó este complejo recreativo para levantar un teatro de nueva planta, el Fleta. El pasaje de la imagen continuará usándose como entrada hasta el cierre del nuevo teatro, pese a que la previsión era utilizar para ello la fachada principal, una vez abierta la avenida de César Augusto.
Ver más en César Augusto, avenida de.
¡Aquí... Zaragoza!, José Blasco Ijazo, 1954. Tomado de Proyecto GAZA.
El Iris Park, que albergaba el cine y el Teatro Iris en un plano parcelario de 1939 y en otro de 1950 de Margalé, donde señalan en rojo l(número 4 y 14) la entrada y salida del complejo recreativo.
(Barrio de San José): Por la acequia del mismo nombre. En general, en aragonés se denominaba carrera a un camino o un espacio abierto donde se reunían los vecinos para tomar la fresca por las noches.
La acequia del Sábado era un ramal de la acequia de las Adulas que arrancaba de la conocida como zona del "Sábado", cerca de lo que hoy es el Rincón de Goya del "Parque Grande", y desembocaba en el Huerva a la altura del actual Puente de los Gitanos (oficialmente denominado como puente del Emperador Augusto). Creo que tomó el nombre de "Sábado" de que esa partida de las Abdulas sólo tenía derecho a riego los sábados. A lo largo de la acequia se conformó un camino que vertebraba y daba acceso a torres agrícolas y fábricas de la margen derecha del Hueva en esta zona de la ciudad. El sinuoso recorrido de la acequia explica el irregular trazado del camino.
Plano de Zaragoza aportado por Arturo Bayod en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, donde se señala la zona del Sábado, en el actual parque Labordeta.
Plano de Zaragoza Dibujo de Constantino Llebaria de 1923 donde se aprecia en rojo el trazado de la acequia del Sábado, y arriba nombrada la acequia de las Adulas, de la que se nutre.
El viejo y largo Camino del Sábado ha tenido varias denominaciones y recortes.
Inicialmente tenía dos entradas, una en Sagasta, por la actual calle Maestro Marquina, y la otra partía de la zona de "El Sábado", en el parque Grande, seguiría por Arzobispo Morcillo hasta el tramo que aún conserva la denominación inicial. Ambos se juntarían en el cruce de la calle Jacinto Benavente y continuaría por la calle Arzobispo Doménech hasta el Huerva, en la actual Gran Vía.
La actual calle Juan Pablo Bonet no existía, formaría parte del espacio que estaba entre los dos brazos del Camino del Sábado. Entre los inicios del siglo XX y 1935 las calles San Juan de la Cruz y Bonet recibían un único nombre: avenida Transversal, porque unía de manera rápida el paseo de Sagasta y la Gran Vía.
Antes de 1940 se le segregó la primera parte, la que comprende de calle Juan Pablo Bonet al citado camino, para denominarla calle del Maestro Marquina. Eso data de antes del año 1940.
En 1955, desde el paseo de Calvo Sotelo (actual Sagasta) hasta el paseo de Mariano Renovales pasó a llamarse calle del Arzobispo Doménech.
Fuente: El Noticiero del 17 de agosto de 1955, página 2.
En el slide de la derecha se observa que el trazado del Camino del Sábado desde el actual paseo Sagasta coincide con el trazado de la actual calle Maestro Marquina. A partir de ahí el callejero no respetó el trazado del viejo camino y , llegando a la actual calle Jacinto Benavente, discurriría en lo que hoy serían las calles Madre Genoveva Torres Morales y Arzobispo Doménech.
1) Plano de Casañal de 1892, en él se señala en amarillo el trazado del camino del Sábado 2) Foto aérea de la Fototeca de 1945-1946, aún se aprecia el viejo trazado del camino 3) En el plano posterior (actual) el viejo camino en la parte que se inicia en Sagasta ya está completamente desdibujado sobre el callejero actual.
Hasta la urbanización definitiva de esta zona de la ciudad, toda la zona estaba salpicada de torres agrícolas.
Entre ellas, podríamos destacar en el lado izquierdo, la de Francisco Navarro -en primer término-, la de la Viuda de Vidal (que fuera de Quintana), y la de Don José Pellicer. En lado derecho del camino...asoman...la que fue Torre de Moncasi (que buena relación tiene con el nombre de la calle homónima) y, al fondo, la de Baltasar o Balbina Palomar (antes de Laplana).
Foto del Camino del Sábado (a la derecha) de Gabriel Faci de 1920 (DARA). Arturo Bayod, en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza, donde se señala el trazado aproximado de las principales calles actuales (inexistentes en ese momento): amarillo (calle Juan Pablo Bonet), rojo (calle Maestro Marquina), verde (calle Vasconia y azul (Torre Moncasi).
Plano de 1899 de Casañal en el que se aprecian los nombres de las torres que se comunicaban por el camino del Sábado.
La Torre de Palomar en el plano de M.A. Navarro (1925). Estaría entre las actuales vías Ricardo Lozano, Moncasi, Moriones y Goya.
Al respecto del barrio conocido a principios del siglo XX como la Explanada del Sábado, en un artículo de El Noticiero del 22 de abril de 1930, página 9, se explica que el barrio se conformó en torno a 1905 y que tenía una extensión aproximada de 25.000 mts2. Contaba entonces con 150 edificios construidos, siendo de ellos viviendas 350.
El número de habitantes lo calculaba en 1.500, la mayoría obreros y humildes propietarios, aunque también había algún pequeño taller y dos o tres tiendas de comestibles y vinos.
Solo contaban con servicio de agua potable suministrado por el ayuntamiento desde los depósitos de Torrero (junto al actual parque Pignatelli) a expensas de los vecinos las calles Viva España, Porvenir, Unión, Sevilla y Camino del Sábado. El resto utilizaba el agua de acequias próximas.
Había una fuente pública instalada por el consistorio con cargo al barrio en la calle de la Luz. El alumbrado público también fue instado por cuenta de los vecinos, igual que el guardia que hacía la vigilancia nocturna. Esta situación al margen del municipio era algo habitual en estas urbanizaciones que tenían en sus inicios consideración de privadas y que no contaban con el amparo y servicios de la ciudad consolidada.
En el paseo de Sagasta había una capilla a la que acudían los vecinos a cumplir con sus obligaciones religiosas.
Se critica que los técnicos municipales autorizasen la deficiente parcelación de la zona de la Explanada del Sábado en esos años, que en gran parte de la zona está emplazada sobre terrenos irregulares, sin tener en cuenta rasante alguna, lo que dificultaba la implantación de los servicios habituales de este tipo de urbanizaciones privadas en esos años. En ese momento las calles existentes eran Huerva, Centro, Luz, Viva España, Porvenir, Unión, Sevilla y Camino del Sábado. Irónicamente el articulista justifica sus nombres por todo aquello de lo que carecían. Ya contaba el barrio con alumbrado público.
En agosto de 1928 celebraron sus fiestas y organizaron la tradicional comida para los pobres de la barriada, algo típico en las celebraciones de los barrios de la ciudad. No les debía ir mal porque no encontraron mendigos autóctonos a los que obsequiar. Los representantes del barrio "visitaron al alcalde de la ciudad para suplicarle les envíe una buena redada de pordioseros el estado de acometer con, entusiasmo un plato de paella y unos trozos de merluza a la vinagreta". La Voz de Aragón del 14 de agosto de 1925, página 2.
A partir de 1929 otra de las reivindicaciones habituales del barrio era la prolongación del Camino del Sábado hasta el Parque de Buena Vista, inaugurado ese año. Supongo que la construcción del puente del Emperador Augusto (popularmente conocido como puente "de los gitanos") vendría a responder a esa petición.
Las mayores carencias en el año 1930 eran la ausencia de alcantarillado y la limpieza. Otra de las reivindicaciones de los vecinos de esa zona era la comunicación con el Camino de los Cubos (entorno a Gran Vía), salvando el Huerva. Los señores Castillo (ver más en Lasala, calle de Manuel) construyeron una sencilla pasarela privada entre enero y marzo de 1927 para el paso a su fábrica (El Noticiero del 4 de marzo, página 1), situada al otro lado del Huerva. En las rampas de uno y otro lado del río se construyeron escaleras desde el camino para llegar (La Voz de Aragón del 10 de diciembre de 1927, página 14).
Pronto se quedó pequeño y el 1 de septiembre de 1933 se inauguró el definitivo puente del Emperador Augusto (conocido popularmente como "de los gitanos").
No fue asfaltada hasta al menos los años 70 del siglo XX. En El Noticiero del 7 de agosto de 1962, página 14.
Vista de la calle tomada del DARA cerca del cruce con la calle Viva España, y comparativa actual. El bloque blanco de cuatro plantas de la derecha es la fábrica de lanas en rama, algodones y miraguano de la India, de José Urroz Marías. Estaba en la esquina del Camino del Sábado con la calle del Porvenir.
Graves inundaciones del Huerva del 20 septiembre de 1921. Esa noche una descomunal tormenta provocó el desbordamiento del Huerva que marcó el récord de caudal registrado en dicho río (660 m3/s), llevándose la vida de 18 vecinos de Aguilón.
Aguas abajo también tuvo efectos devastadores. En Zaragoza no hubo que lamentar víctimas, pero en el Camino del Sábado el agua llegó al metro de altura y una vivienda se derrumbó por completo y el resto sufrió importantes daños, quedando muchos de los vecinos sin vivienda tras la revisión de las mismas por el arquitecto municipal.
Fuente: Heraldo de Aragón del 22 de septiembre de 1921.
Fábrica de dulces, de Teodoro Longás, en el número 181, en la casa conocida como "La Confitera" (La Alianza Aragonesa del 26 de diciembre de 1900, página 2). En el diario Aragón Político del 14 de mayo de 1886 se informa que los señores Longás y compañía instalaron en el camino del Sábado número 281 una fábrica movida por un motor hidráulico de productos alimenticios (dulces, turrones y fideos). La venta de sus productos se hacía en el despacho del número 64 del Coso, junto a vinos de Champagne, Jerez, Málaga, entre otros, y licores como coñac, ron y ginebra de las mejores marcas, y anisados finos y de Escatrón. Antes tenía despacho de venta en la calle Azoque número 11.
En el diario La Derecha del 18 de diciembre y La Alianza Aragonesa del 21 de diciembre de 1885, página 3 en ambos casos, se informa de un robo con violencia que sufrieron.
En 1891 conta ya en el Diario de Avisos de Zaragoza que la empresa "La Guayaba Española" era propiedad de Aznar, Castells y Compañía y que el despacho que tenían en la calle Azoque 32-34, principal, lo trasladaron el 15 de mayo a la plaza del Pueblo número 4 (actual plaza de Nuestra Señora del Carmen). La fábrica seguía domiciliada en el Camino del Sábado 281.
En el Diario de Zaragoza del 28 de abril 1892, página 3, consta que la gran fábrica de dulces La Guayaba Española, movida por vapor, se estableció en la calle Perena, siendo propiedad de D. José Serrano. Daba trabajo a un buen número de trabajadores.
En el Diario mercantil de Zaragoza del 18 de noviembre de 1893, página 4, consta que la empresa La Guayaba Española tenía su despacho en la calle Torre Nueva número 16.
La fábrica de dulces en el plano de Casañal de 1892.
La Alianza Aragonesa del 18/12/1883, página 4.
Diario de Avisos de Zaragoza del 9 de julio 1891, página 14.
Fábrica de curtidos. La progresiva, de la "Sociedad La Progresiva de expendedores de carnes", de Mariano de Blas Zapata, en la torre propiedad de Pedro Urroz (La Correspondencia de Aragón del 13 de noviembre de 1910, página 1). Junto al Huerva, utilizaba el río como cloaca, ya que la energía motriz era eléctrica.
Mariano de Blas estaba casado con Tomasa Zapater y Vicente (fallecida en diciembre de 1910).
La primera noticia sobre esta fábrica la encuentro en El Mercantil Aragonés del 11 de enero de 1888, página 3. Informaba de un robo de maquinaria.
En 1900 la describían de la siguiente manera: "en conjunto se forma por tres cuerpos de construcción y dos cubiertos, El primero de aquellos es de unos ciento veinticinco metros de extensión, en piso bajo o firme y otro abuhardillado; junto á éste hay un cubierto destinado a cochera y cuadra: otro de estos edificios mide doscientos tres metros, siendo su estructura de pilares, puentes y entramados respectivamente de ladrillo y maderos y con cierres de adobes. Otro de los cubiertos inmediato al rio mide unos treinta y cinco metros y hubo otro de igual extensión pero hoy arruinado, quedando solamente los pilares y algunos puentes que sostuvieron un terrado de construcción defectuosa". La Alianza Aragonesa del 26 de diciembre de 1900, página 2.
En 1910 (El Diario de Avisos de Zaragoza del 2 de noviembre, página 1) hubo una disputa entre dos obreros que acabó con uno muerto por apuñalamiento. El asesino, Mariano Hernández, que finalmente fue absuelto entendiéndose que había actuado en legítima defensa (El Noticiero del 10 de noviembre de 1911, página 1).
La Progresiva en el plano de Casañal de 1892.
La Progresiva en el plano de Margalé de 1958.
En 1913 (La Crónica del 7 de octubre, página 1; La Crónica del 27 de julio, página 3) se informa de cambió de propietario, D. Julián García, teniendo que solicitar de nuevo el permiso de apertura. Este hecho no se confirma en noticias posteriores que sigue citando la fábrica como propiedad de Mariano Blas (Heraldo de Aragón del 25 de enero 1918, página 2).
En Heraldo de Aragón del 22 de enero de 1922, página 5, se anuncia que sale a la venta la fábrica. La sociedad "La Progresiva" siguió viva al menos hasta 1927 (Heraldo de Aragón del 5 de marzo, página 5) en que se autorizó a Mariano Blas (supongo que el hijo) y otros consejeros a dar los pasos necesarios para extinguir la sociedad.
Cuando fue derribada allí se ubicaría el bar-asador "Tócame Roque", ya junto al puente de los Gitanos, en el cruce con el la calle Juan Pablo Bonet, mítico en los años 80 del siglo pasado. Era uno de esos sitios para clases populares (por sus precios bajos) con el techo de cañizos y la terraza sobre el Huerva, muy frecuentado en las noches de verano. Los que lo conocieron dicen que tenía los mejores bocadillos, productos a la brasa y las mejores jarras de cerveza y sangría de la ciudad.
Imagen del Camino del Sábado en los años 70 del siglo XX, en el cruce con la calle Porvenir. Al fondo la calle Juan Pablo Bonet, y justo antes el gran edificio con tejado a dos aguas de la fábrica La Progresiva (señalada en la foto). Foto Jaría (DARA).
Imagen del Camino del Sábado en los años 70 del siglo XX. Estaría tomada junto a la fábrica La progresiva (a la derecha) con el cruce de la calle Porvenir enfrente. Foto tomada del DARA.
Esquina del número 25 de Juan Pablo Bonet donde se ve la entrada al camino del Sábado a la derecha, entonces muy industrial, con la fábrica de Curtidos "La Progresiva" en el lado derecho de la calle. Fue tomada en 1962 desde la calle Juan Pablo Bonet por John "Ganso" Kovatch, militar de la Base Aérea de Zaragoza.
Foto de finales de los años 60 del siglo XX tomada desde la salida de la calle Genoveva Torres, con la calle Juan Pablo Bonet enfrente, el puente "de los gitanos" a la derecha, fuera de plano, y el edificio ya abandonado de la progresiva a la derecha. Tomada del DARA.
Perrera, en el 288 del Camino del Sábado. Dedicada a la venta de perros de caza, mastines y de otras clases. Era propiedad de propiedad Carmen María, esposa del contratista de la caza de perros con lazo, encargado de dar caza a perros callejeros desde julio de 1901).
Este servicio no solía muy bien visto por algunos dueños de los canes, por lo que se pensó que el incendio pudo ser provocado. En la madrugada del 20 de diciembre de 1901 (Diario de Avisos de Zaragoza y Heraldo de Aragón) se declaró un incendio en el edificio estaca destinado para guardar pieles y grasas, extendiéndose al resto y arruinando por completo las instalaciones. No constan más datos de este negocio, por lo que podemos deducir que el fuego precipitó su final.
Más sobre el servicio municipal de la perrera en Aznar, calle del Doctor Joaquín.
Heraldo de Aragón, 5 de noviembre de 1901, pág. 8
Vaquería, en el 294 del Camino del Sábado hacia 1915. Era habitual la existencia de estas instalaciones en los extrarradios. Daban a estos barrios su característico "aroma".
Fábrica de toquillas y tintes de Santiago Vicente Berges, también denominada Gran Tintorería Hispano-Alemana en el del Camino del Sábado, detrás del camino de la cadena (actual calle Alar del Rey), a la altura del número 1 de la actual calle Jacinto Benavente (así llamada desde 1925). Tenía sucursales en la calle Alfonso 38; Porches del mercado 5 y Coso 135.
El Sr. Vicente no era nuevo en el negocio. Consta en la hemeroteca que tenía una tienda de tejidos llamada "La España" en la calle Méndez Núñez número 21 que trasladó en 1902 a la calle Espoz y Mina número 2 (El Mercantil de Aragón del 25 de febrero de 1898 - Heraldo de Aragón del 10 de marzo de 1902). Consta, como ya hemos dicho antes, que era el propietario de "La Nueva Tintorería del Mercado", instalada en los porches de Mercado desde, al menos, 1914 (El Noticiero del 5 de junio, página 1) hasta, al menos, 1926 (Heraldo de Aragón del 13 de mayo, página 8).
La primera noticia que tengo de esta fábrica es de 1906 (Heraldo de Aragón del 25 de noviembre, página 5). En 1914 consta la autorización municipal de la instalación de un generador de vapor.
El Noticiero del 15 de diciembre de 1916, página 4
La fábrica de toquillas remarcada (de amarillo) y la fábrica de calzado de Hijo de Matías Peyrona (en rojo) en el plano parcelario de 1935, entre el Cº del Sábado y la actual avenida Goya. El Noticiero, 15 de diciembre de 1916, página 4.
Hacia 1925 actualiza el nombre en prensa, denominándose fábrica de jerséis o de géneros de punto de Santiago Vicente, y su domicilio postal, en la recientemente abierta calle Jacinto Benavente número 1 (La Voz de Aragón del 16 de mayo de 1925, página 15).
Me consta por la hemeroteca que estaba en funcionamiento al menos hasta el final de la Guerra Civil, por aportaciones en especie al bando nacional. No debe extrañarnos, era muy católico y como muchos fabricantes de tejidos de la ciudad se beneficiaron de que la ciudad estuviera toda la contienda en la retaguardia para hacer negocio suministrando uniformes y pertrechos militares. El Sr. Santiago Vicente Berges, casado con María del Pilar Alcrudo Andrés, falleció 6 de mayo de 1943 (El Noticiero del 27 de febrero de 1946, página 3). Su hijo mayor (eran cinco hermanos), Luis Vicente Alcrudo, continuó con el negocio desde antes de 1930, falleciendo el 12 de abril de 1949 (El Noticiero del día siguiente).
Calle Jacinto Benavente aún sin asfaltar. En la primera foto a la izquierda se puede ver el edificio de la fábrica de toquillas de Vicente Alcrudo y al final el edificio del instituto Goya. En la segunda se ve el edificio esquinero de la calle Benavente con la de Genoveva Torres, con la chimenea de la fábrica de toquillas a la izquierda, sobre los tejados. En la tercera vemos a la izquierda del edificio blanco la calle Benavente y la chimenea de la fábrica de toquillas. Fotos de finales de los años 60 del siglo pasado. DARA.
Fábrica de bicicletas de la firma “Bicicletas Z“, en el número 16 del Camino del Sábado. Me consta que estaba abierta al menos desde 1926 (La Voz de Aragón del 5 de diciembre, página 2) y 1930 (La Voz de Aragón del 12 de marzo, página 4), estando ya cerrada en 1935 (El Noticiero del 8 de agosto, página 5).
El edificio de la fábrica de bicis estuvo en pie hasta los años 80 del siglo XX y se eliminó para abrir la calle de Genoveva Torres en los 90.
La Voz de Aragón del 30 de agosto de 1927, página 17.
Localización de la fábrica de bicicletas en el plano parcelario de 1935 y en la foto aérea de 1930-1936 (Fototeca). Abajo el conocido popularmente como puente "de los Gitanos".
Fábrica de bicicletas en la actual calle Genoveva Torres en una comparativa entre una foto de los finales de los años 60 del siglo XX, antes de la remodelación de este lado de la rivera para abrir esa nueva calle, y actual. Fuente: DARA.
Imagen del Camino del Sábado en el tramo que hoy corresponde a la calle Genoveva Torres. Vemos la vieja fábrica de bicicletas (a la derecha) desde un punto cercano al cruce con la calle Benavente y con el puente de "los gitanos" al fondo a la derecha (fuera del plano). Tomada del DARA.
Fábrica de calzado del Sr. Sorrosal en el número 1 del camino del Sábado, en las proximidades al paseo de Sagasta, al fondo del Camino de la Cadena (actual calle Alar del Rey), proyectada por Miguel Ángel Navarro en 1916. Fabricaba más de 600 pares diarios en 1916 y llegó a tener 100 obreros (un porcentaje muy alto mujeres).
José Sorrosal y Zumeta creo que era hijo de Alonso Sorrosal, comerciante de tejidos con tienda en la calle del Temple número 20 en 1900 (Heraldo de Aragón del 9 de febrero, página 2). En 1912, ya con José al frente del negocio, con una fábrica de calzado en la calle Azoque número 62, a la altura de la plaza del Carbón (Heraldo de Aragón, del 13 de junio, página 4).
En 1916 traslada la fábrica al Camino del Sábado inaugurando el 30 de julio de ese año su tienda para el público "El Invencible" en la "moderna" calle Pignatelli, números 5 y 7 (La Crónica del 31 de julio, página 3). Desde marzo de 1918 consta que en el local se había instalado la tienda de máquinas de coser de Santiago Idiago y José Sorrosal había trasladado la tienda, ahora llamada Casa Sorrosal, al número 24 del Coso (Heraldo de Aragón del 10 de mayo de 1924, página 7), que cesó su actividad liquidando su stock entre marzo y abril de 1926, por el cambio de propietario de la fábrica.
El 22 de septiembre de 1923 sufrieron un robo importante. Cuando dos empleados volvían del banco con el dinero para pagar los jornales semanales de los trabajadores fueron atracados a punta de pistola por tres individuos en las cercanías de la fábrica. Tras una persecución uno de los atracadores fue detenido, otro meses después, y el dinero recuperado en una tienda llamada "La Chavola" situada en el Camino de las Alcachoferas, en las proximidades de la fábrica de cerveza (Heraldo de Aragón del 23 de de septiembre, Diario de Avisos de Zaragoza del 24 de septiembre, y El Noticiero del 25 de septiembre, página 1 en los tres casos).
La fábrica de toquillas remarcada (de amarillo) y la fábrica de calzado de Hijo de Matías Peyrona (en rojo) en el plano parcelario de 1935, entre el Cº del Sábado y la actual avenida Goya.
El Noticiero del 14 de octubre de 1916, página 4.
En noviembre de 1925 la fábrica tuvo que cerrar temporalmente por una crisis en la industria del calzado que echó a la calle a las 40 obreras y 50 obreros que en ella trabajaban (La Voz de Aragón del 17 de noviembre, página 16).
La indemnización por despido se reducía en ese momento a ocho jornales, uno de los motivos que explica la conflictividad obrera existente en esos momentos, sin la que hoy no tendríamos los derechos que disfrutamos.
Solo un mes después la fábrica se incendió. A las once de la mañana los inquilinos de la casa donde se hallaba instalada la fábrica advirtieron que se había iniciado un incendio en la chimenea del segundo piso. Los medios de comunicación calificaron los daños "de bastante consideración" (La Voz de Aragón, 18 de diciembre, página 1).
En 1926 la fábrica cambió de dueño, pasando a ser propiedad de Matías Peyrona. En un artículo de Basilio García-Herreros en la Revista Nuevo Mundo en 1934 la describía con 150 operarios y 250.000 pares de zapatos de producción anual. Antes había estado en el paseo de la Mina, pero se trasladó a estas nuevas instalaciones de su propiedad buscando mayor capacidad (1.000 mts2).
Hacia 1968 se derruyó, como se ve en las fotos, en las obras de apertura de la avenida Goya y el cubrimiento de la trinchera del ferrocarril.
Exterior de la fábrica de Calzado del Hijo de Matías Peyrona. Estaría tomada desde el puente que cruzaba la trinchera del ferrocarril, actual avenida Goya, que estaría a su derecha. En el torreón de la imagen estaba la vivienda del propietario. Imagen de web de compraventa de un artículo de Basilio García-Herreros en la Revista Nuevo Mundo en 1934.
Foto de los últimos restos de la fábrica de calzado de Sorrosal, a la izquierda, eliminada para el ensanchamiento de lo que hoy sería la avenida de Goya, en el cruce con la calle Arzobispo Doménech (de izquierda a derecha). Foto tomada hacia 1968 (DARA).
Imagen tomada junto al instituto Goya en dirección al paseo de Sagasta de las obras de la apertura y cubrimiento de la avenida Goya. Vemos la vieja fábrica de calzado momentos previos a su derribo. Se puede apreciar el tamaño de la misma. Tomada a finales de los años 60 (DARA).
Fábrica de lanas en rama y algodones, miraguano de la India, de José Urroz Marías, en los números 288 y 291 (más tarde en los 55-60). La empresa, fundada en 1848, tenía su despacho en la calle Espoz y Mina número 24 (después de la Guerra Civil en el número 12). Llamaba la atención por la forma maciza y cúbica del edificio y por su chimenea.
José Urroz estaba casado con María Villana y falleció en 1 de mayo de 1953. Era hijo de Pedro Urroz Ruíz y hermano de Pedro Urroz Marías, primer propietario de la fue la harinera de San José, de Morón o "La Industrial de Aragón", en Camino de San José (hoy en el 201 de la avenida de San José).
La Voz de Aragón, 23 de mayo de 1930, página 11.
El Noticiero del 18 de julio de 1941, página 2
La Progresiva, a la derecha en primer término, el camino del Sábado de frente con la chimenea de la fábrica de lanas en rama, algodones y miraguano de la India, de José Urroz Marías (en la esquina del Camino del Sábado con la calle del Porvenir) a la izquierda. La foto estaría tomada desde el cruce de la actual Juan Pablo Bonet, con el puente "de los gitanos" unos metros más a la derecha (si estaba hecho...). Foto del archivo Mora (DARA), diría que hacia 1935.
La fábrica de lanas en el plano parcelario de 1935, en el cruce entre el Camino del Sábado y la calle del porvenir.
(Casco Histórico): Matías Carrica era un conocido y acomodado artesano que unos años antes había sido licenciado del Batallón Ligero “Voluntarios de Aragón”. Debido a su experiencia militar integrado en el segundo batallón de Voluntarios se puso al frente de unos 30 paisanos, defendiendo durante un largo periodo el Convento de los Religiosos Agustinos Descalzos en las inmediaciones de la plaza del Portillo en los combates del 15 de junio, unos días después, el 28, se le ve defendiendo la Puerta Sancho.
También se destacó el 4 de agosto cuando las columnas francesas avanzaban hacia el centro de la población. Carrica mandando un grupo de 12 zaragozanos se lanzó contra las filas enemigas que habían ocupado la plazuela de Estrévedes (entre el Coso, Conde Aranda y César Augusto) deteniendo primero su avance y después obligándoles a replegarse hacia San Ildefonso bajo el fuego de sus armas.
Poco después vio dos compañías del enemigo con una pieza de artillería después de sobrepasar Santa Engracia y se agrupó con su hueste tras la esquina del convento de Santa Fe (ver más en Salamero, plaza de Miguel), rechazándolos desde allí y desalojándolos de varios edificios. En otras fuentes leo que, además, les obligó a refugiarse en el actual Colegio de Santa Rosa donde fueron sitiados hasta su rendición.
Calle de la Luna remarcada en el plano de Yarza y Gironza de 1853.
Ejemplo del tono irónico de las noticias de cercanía en la prensa de la época a colación de un accidente callejero. Accidente. Diario de Zaragoza del 30 de septiembre de 1853, página 2.
Para acabar su gloriosa jornada, esa misma noche Carrica no cesó de abrir fuego desde los balcones de la casa de Villaba en el Coso (frente al Arco de San Roque) a los enemigos que ocupaban algunos puntos de la calle.
Ya por la noche, encontró a otro soldado en un sótano, al que hirió en un brazo y consiguió rendir, llevándoselo a hombros a un hospital, ocupándole un sable de montar y una mochila.
En una de sus patrullas vio en la calle mal-empedrada (actual calle Peromarta) que un soldado francés salía de una casa y en el portal le dio muerte; entró en la casa y lo que vio le horrorizó, pues había un hombre y cuatro mujeres vilmente asesinados y en un rincón un niño de unos 7 años que milagrosamente se había salvado y que lloraba desconsoladamente, al que como pudo consoló con un tierno abrazo. Se incautó del fusil del francés así como de algunos objetos del muerto.
Debió morir a finales del Primer Sitio, pues no se le menciona durante el Segundo.
Antes se la conocía como callejuela de Contamina y, sobre todo, calle de la Luna, siendo el doble de larga que en la actualidad. No fue hasta 1860 que se segmentó y se denominó oficialmente con su nombre actual (El Noticiero del 2 de junio de 1946, página 12) al tramo entre las calles Torrenueva y Contamina, quedando con el nombre de calle de la Luna exclusivamente el tramo entre las calles Contamina y de la Roda (actualmente calle Santa Isabel).
También se la conoció por un horno que aquí hubo, el conocido como Horno de los Agujeros. (“La Casa del Deán y Zaragoza”, F. Oliván Baile, 1969, página 151).
Antes de la apertura de la calle Alfonso (1866) el trayecto cotidiano de los zaragozanos y visitantes desde el Coso a la plaza del Pilar pasaba por esta calle.
Comercios y sucesos de la calle:
Tintorería de Marcial Fendevila, desde 1705 en el número 11 de esta calle. Era una conocida tintorería que en 1875 pertenecía a Marcial Fendevila, que tenía otro establecimiento del mismo tipo en el número 3 de la calle Alfonso I, junto a la Bola Dorada. En 1897 la casa que la alojaba se derrumbó por una explosión de gas y entiendo que abandonó la calle porque no he encontrado más noticias de ella.
La tintorería era el escenario de un folletón "El romance de Gila Blasa. Historia de un tintorero, de un Colegio de Señoritas y de una herencia inesperada" de Alberto Casañal Shakery publicado en el Heraldo de Aragón del 15 de enero de 1927, página 3.
La tintorería de Fendevila. Diario de Avisos de Zaragoza del 6 de enero de 1885, página 2.
Representación de la tintorería de Fendevila en el folletón de Casañal publicado en el Heraldo de Aragón del 15 de enero de 1927, página 3.
Había una aguardientería en la calle Carrica esquina con la de Contamina en 1797 (Diario de Zaragoza del 23 de mayo, página 4), una carpintería y un tejedor en 1830.
En 1829 Marcos Latronhe instaló su teatro pintoresco mecánico en esta calle (Diario de Zaragoza del 15 de mayo, página 3). Parece ser que era un espectáculo con títeres (Diario de Zaragoza del 23 de enero, página 3).
En 1842 me consta (Diario Constitutcional de Zaragoza del 2 de agosto, página 4) un horno o una panadería donde se amasaban y cocían panecillos, roscas y pan superior de flor y donde se permitía a los suquereros (turroneros) cocer lo que necesitasen para su oficio.
En 1849 vivía aquí un blanquero (encalador de dinteles) que se anunciaba "con más equidad que cualquiera otro lo hiciera".
En 1852 aquí había un taller cerrajero, y en 1860 una buñolería y un almacén de harina. Desde los años 50 del siglo XIX hasta 1905 en la esquina con la calle Contamina estuvo el despacho de carbón "Herraj Carbonizado", hasta que se fueron a la calle de Estébanes 11 y 13 por unas obras.
El Avisador del 30 de enero de 1858, página 4.
Diario de Avisos de Zaragoza del 25 de octubre de 1905.
El Colegio de Señoritas de Nuestra Señora del Carmen se ubicaba en los número 9 y 11 desde 1885 dirigido por Pilar Ferrer e impartía enseñanza elemental. En diciembre de 1906 ya era propiedad de Carmen Brandarís y Rotllan, maestra superior que además ofrecía clases especiales de francés y dibujo.
El Colegio de Nuestra Sra del Carmen. La Derecha, 2 de marzo de 1885, página 4.
La Industrial Aragonesa (tienda de azadas, picos, prensas y motores) y una fábrica de colchas también estaban en esta calle en 1863.
A finales de siglo XIX allí trabajaba un zapatero y una tienda de ropas (El Diario de Zaragoza del 18 de mayo de 1877, página 4).
Heraldo de Aragón del 31 de julio de 1941, página 2.
El Noticiero del 27 de febrero de 1977, página 11.
El restaurante "El Choque" estaba en esta calle en los años 70 del siglo XX. Inicialmente frente al parque de bomberos (antiguo convento de La Victoria) estaba el restaurante "El Choque", pero se trasladó a esta calle de Carrica por derribo del edificio que lo alojaba. Juan Ruiz Marín en su libro "Memorias de las calles de Zaragoza" de 1997, lo describía como económico y concurrido.
Artesanía en piel Berdejo, la última guarnicionera o talabartería (tienda de trabajos en cuero), en el número 4 de la calle. La tienda y taller de bolsos de José Luis Berdejo, que actualmente regentan su hijo Carlos y su nieta Marimar.
La empresa familiar comenzó en la plaza de San Antón, donde hasta hace unos pocos años todavía estaba el cartel. Francisco Berdejo fundó un taller en la década de los 40 que continuó su hijo, José Luis en las calles San Pablo y Albareda. A este le sustituyó su hijo Carlos que el 1 de septiembre del 2000 trasladó el taller a la calle Carrica. Junto a su hija Marimar, son de los pocos guarnicioneros que mantienen vivo el oficio en Aragón, junto con compañeros de Lumpiaque, Gistaín o Borrés.
El censo de 1890 dice que en Zaragoza había 28. Una cifra que aumentó en los años posteriores: 30 en 1892 y 38 en 1910. Y siguió en alza: en 1934 llegó a contar con más de medio centenar de profesionales en toda la ciudad.
El nombre del oficio viene de término talabarte, que era el cinturón ancho del que se colgaba la espada. Antes hacían más aparejos para las caballerías pero ahora se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos y elaboran los collares para perros personalizados encargos para las cofradías de Semana Santa (cinchas para tambores y bombos, portaestandartes y bandoleras con cujas), o arteras, monederos, llaveros o bolsitas de Judas.
Texto basado en un artículo de Mariano Millán de heraldo.es
Fuente: Artesanía en piel Berdejo.
Entre 1855 y 1857 el derrumbamiento y derribo de una casa en la esquina con la calle Contamina fue motivo de queja habitual de los vecinos de la calle, que la solían ver bloqueada por maderos y escombros. En 1857 un carretero aquí falleció aplastado por su propio carro.
En 1897 en una casa de la esquina con la calle de la Roda hubo una explosión de gas en una cañería pública que hirió a varias personas y derrumbó varios pisos de la edificación del número 11, destrozando la tintorería, la zapatería, una carnicería y un taller de platería, cuyos operarios volaron un metro por los aires. El dueño de la tintorería ya había avisado dos veces a la compañía del gas del escape, pero no tuvieron a bien acudir a revisarlo (La Derecha del 15 de octubre, página 3).
Fiestas del barrio de San Cayetano, a mediados del mes de julio. El barrio lo integraban las calles de Roda, Luna, Jazmín, Molino y plazuela de San Braulio y su acto más importante era la procesión de la imagen de la Santísima Virgen del Carmen, su patrona. Se reunían frente a la casa del mayordomo (el encargado de organizar los festejos) donde estaba la imagen de la citada virgen que procesionaban hasta la iglesia de Santa Isabel, donde rezaban una salve. Al día siguiente se hacía el camino inverso hacia la casa del mayordomo del año siguiente, donde se guarda de nuevo la imagen. Los balcones se engalanaban con guirnaldas y se iluminaban con luces de distintos colores. A lo procesión asistían los vecinos de aquellas calles con cirios encendidos. Diario de Zaragoza del 16 de julio de 1896, página 1.
Crimen pasional en esta calle. A finales de julio de 1900 se encontró el cadáver de Raimunda Sánchez, mujer soltera originaria de Sos del Rey Católico, en catedral de La Seo, generando un revuelo tremendo en la ciudad.
Raimunda tenía 27 años y vivía en el número 12 de la calle de la Luna. Tuvo que abandonar su trabajo anterior sirviendo casas por sus frecuentes problemas de salud y vivía de la "asignación" que le daba Manuel Sánchez, Secretario del Cabildo Metropolitano de la Seo y muy conocido en la ciudad, que complementaba con algunos encargos de costura.
El Clamor Zaragozano del 5 de agosto de 1900.
Parece ser que al enterarse de que el cura, además de con ella, mantenía relaciones con otras mujeres, fue a verlo a La Seo para "cantarle las cuarenta". Supongo que debió amenazarle con hacer pública su relación y el religioso respondió estrangulándola con una cuerda y escondiendo su cuerpo en un saco en el archivo del cabildo.
Días después su cuerpo putrefacto fue encontrado, saltando a las páginas de los periódicos. Ese tiempo fue aprovechado por el asesino para escapar, posiblemente al extranjero, con una elevada suma de dinero. Seguramente contó con la ayuda de su familia, muy religiosa e influyente en la ciudad de Jaca. La prensa católica de la época pasó pronto página y en la poca información que dieron en primer momento expusieron ampliamente los méritos previos del asesino aludiendo a un momento de enajenación mental. Solo El Clamor Zaragozano, diario republicano exigió una exhaustiva investigación y se quejó por la desidia de las autoridades en la búsqueda del criminal.
Murales de la calle. El edificio esquinero con la calle Candalija fue objeto de diversas intervenciones artísticas. La primera fue de PsP en el marco de la tercera edición del Festival Asalto (2007), siendo borrado solo dos años después por Ayuntamiento. En 2012, en el marco del mismo festival, se volvió a pintar un mural allí. En 2016, el edificio fue derribado.
Se derribaron tres edificios centenarios que estaban en la esquina a Contamina. Otro atentado más contra la historia de la ciudad porque para piquetearlos tuvieron previamente que descatalogarlos con el informe en contra de Patrimonio Cultural.
El objetivo, según el autor del blog El Blog de Zaragoza era ampliar la calle para dar acceso a la calle Maestro Luna con vehículos a motor y “esponjar” el Casco con una nueva plaza.
Mural de la calle Carrica ya desaparecido fotografiado por Esther Moliné (2010), que nos ha dado permiso para publicarla en esta web.
Foto tomada de festivalasalto.com. El autor del mural fue PsP en la tercera edición del festival.
Mural de Kenor para la 5ª edición del festival Asalto. Fuente: elkenor.com
Dos fotos publicadas en El Blog de Zaragoza, del último mural y del derribo de los tres edificios antes citados.
(Barrio de San José): Purificación Carrillo González (Quinto, 1928 - Zaragoza, 2012). Por todos conocida como Conchita Carrillo, fue una locutora de radio.
Hija de guardia civil de Murcia que se casó en segundas nupcias con Josefina González, pasó aproximadamente los seis primeros años de su vida en Quinto, viviendo en el antiguo cuartel de la guardia civil, que estaba situado en la calle que hoy también lleva su nombre. De allí se fue a Maella, donde pasó la Guerra Civil refugiándose de los bombardeos en unos sótanos de la avenida Clavé. Su vocación surgió cuando un fraile capuchino le trajo una radio Phillips de Alemania con la que se quedaba desvelada, hasta altas horas de la madrugada, cambiando de emisoras y oyendo música.
Comenzó trabajando una ortopedia y en la tienda de discos "Guateque" para ayudar en la economía familiar, debido a la muerte de su padre. En 1957, decidió presentarse a las oposiciones para la radio en la calle Almagro, y ya no dejó de hacer radio el resto de su vida. En una entrevista al final de su vida dijo: “La radio, Radio Zaragoza, ha sido mi vida entera. Ha sido lo más hermoso de mi vida: en lo íntimo, en lo espiritual y en lo más hondo. La radio ha sido mi refugio y paraíso”.
Desarrolló su carrera profesional en Radio Zaragoza iniciándose los domingos en el programa dominical "Toriles", que presentaba el popular "Armando Jarana", y con Lisardo de Felipe condujo Despierta, Aragón, basado en la intervención de los oyentes. Más tarde en el concurso "Lo toma o lo deja", luego formó parte de un colectivo para la leyenda: "Estudio 7". Ya en los 70, pasó a conducir el popular y costumbrista programa ‘Aragón’, y se convirtió en una voz familiar, en una voz de compañía, atenta a las pequeñas cosas de la vida, de las gentes y los pueblos.
Ante el público presentó el exitoso programa que se realizaba en el desaparecido Club Zaragoza, con actuaciones en directo. También actuó como presentadora en el acto celebrado en el ÁCTUR con motivo de la visita de Juan Pablo II a Zaragoza y fue la voz en la campaña radiofónica contra el trasvase.
Aficionada a la música desde muy niña, halló en la jota su mejor acomodo. El nombre de Conchita Carrillo se halla estrechamente vinculado a la jota aragonesa y, especialmente, al certamen "Demetrio Galán Bergua" de Radio Zaragoza, del que fue presentadora y verdadera "alma mater". Su trabajo como locutora junto a su labor de promoción y difusión de la jota han sido reconocidos con numerosos premios y distinciones.
En 1994 se dio su nombre a esta calle del barrio de San José.
Fuente: heraldo.es
Foto de Miguel Gabarda Villarroya de los años 80 del siglo XX donde podemos ver, desde el final de la calle Zaragoza la Vieja, las parcelas ya desaparecidas que formaban el lado de los pares de la calle Conchita Carrillo por detrás.
Foto de viejas parcelas ya desaparecidas de la calle Conchita Carrillo en 2014.
(Barrio de la Magdalena): Martín Carrillo (Zaragoza, 1561 - Monasterio de Montearagón, 1630) fue un eclesiástico y escritor aragonés. Varón de inmensos conocimientos, especialmente interesado en los históricos, tan notable por su sabiduría como por sus virtudes cívicas y religiosas.
Inició sus estudios en Velilla de Ebro y los continuó en la Universidad de Zaragoza, asistiendo en ella a sus facultades de Filosofía, Teología, Cánones y Leyes. Se graduó de maestro en Artes, de bachiller en Cánones (21 de mayo de 1587), licenciado en Cánones (29 de octubre de 1592) y de doctor en la misma Facultad (4 de diciembre de 1592).
En la Universidad obtuvo las cátedras de Prima de Cánones y la de Decreto (1592-1597) y fue elegido rector de ella (1614), empleos que compatibilizó con su carrera eclesiástica, que comenzó como párroco de la de San Nicolás de Velilla y continuó como beneficiado de la parroquia de Santa Cruz de Zaragoza y como canónigo de la catedral de San Salvador de la seo de Zaragoza, juez sinodal y metropolitano, vicario general y visitador del real patrimonio, hacienda y ministros del reino de Aragón en tiempos de Felipe III.
Finalmente fue nombrado abad del monasterio de Montearagón (15 de diciembre de 1615), donde entró en el año siguiente (7 de febrero de 1616) y en ese mismo año fue elegido diputado del reino. Se mantuvo en su abadía hasta su muerte, tras la cual fue sepultado en la capilla de San Martín, que él mismo había mandado construir.
Autor prolífico que, a una serie de obras piadosas y teológicas, unió las que dedicara a cuestiones canónicas, tales como la bula de difuntos y los sacramentos y las de temas históricos, entre las que destacan unos Anales que recogen “las cosas más notables” sucedidas en España hasta 1620, y su historia de san Valero y otros santos aragoneses, al igual que su historia de las “mujeres insignes” referidas en las Escrituras y las inscripciones de los reyes de Aragón existentes en el palacio de la Diputación.
Fue tío de Diego Dormer, jurista y Cronista del Reino, con calle dedicada junto a La Seo. Supongo que le concederían el honor de dar su nombre a esta calle cercana a la universidad por haber sido uno de sus rectores (1614-1615).
Fuente del texto: Real Academia de la Historia.
Biografía de San Valero, de Martín Carrillo. Universidad de Zaragoza.
• Antiguamente llamada calle Tras de la Magdalena o calle del Órgano. En un plano del ejército de 1872 ya consta como calle de Carrillo.
En el plano de 1863 de Yarza y Gironza consta como calle del Órgano.
Plano tomado del libro "Zaragoza según el plano de 1712 y su vecindario de 1723" de José M. Ballestín Miguel (2017). Podemos apreciar la ubicación de las casonas de Tejada (señalada como el Colegio de San Juan Bautista) y la Casa del marqués de Campo Real en la calle Carrillo.
Casas nobiliarias asentadas en la calle.
Casa Tejada, haciendo esquina con la calle de la Universidad (donde actualmente está la panadería Simón). Edificio de primera mitad del XVIII utilizado como colegio de San Juan Bautista, dependiente de la cercana universidad.
Ya desligado de esa función docente, paso a ser un edificio de viviendas, y se le conocía por Casa Tejada, por ser este el nombre de alguno de sus antiguos propietarios. A principios del siglo XX fue adquirida por don Juan Guitart, y en él nació don Cristóbal Guitart Aparicio (Zaragoza, 1925 - 2015), ingeniero industrial e historiador español, estudioso de los castillos aragoneses e impulsor de su divulgación, y autor de un importante archivo fotográfico.
Su fachada era utilizada por los comerciantes de la calle Universidad para publicitar sus establecimientos, como puede verse en varias de las fotos que acompañan a esta calle.
Como pasó en muchas casonas de la ciudad, la falta de mantenimiento de los propietarios y la progresiva desaparición de sus inquilinos avanzó su deterioro y motivando la declaración de ruina publicada en los diarios de 1971.
No debía ser un palacio, pero si una de esas típicas casas grandes infanzonas de las que tiempo atrás en la ciudad hubo tantas. Para su derribo se adujo su poco interés artístico pues no contaba con el típico patio renacentista y en sus últimos años solo galería de arquillos del último piso revestía de interés para su conservación. A los ojos actuales es una pérdida patrimonial enorme.
En la excavación arqueológica de su solar se recuperaron interesantes restos renacentistas.
Fuente: María Pilar Gonzalo Vidao, de Anteayer Fotográfico, Zaragozano para heraldo.es - José Luis Cintora, en el Grupo de Fotos Antiguas de Zaragoza.
El palacete que nombras se había convertido en viviendas. Recorría la calle Carrilo hasta la plaza Asso. En los bajos estaba una chatarrería (acudíamos a por cojinetes para hacer las patinetas... otra historia) y unas bodegas, creo que Vinos Ubide. En parte de la casa vivían familias gitanas, algunos de ellos amigos míos.
Foto de Jean Laurent en torno a 1870.
En esta calle había un taller de coches a finales del siglo XIX. En la casa Tejada, en la esquina que daba a la plaza de la Magdalena había un cartel que lo anunciaba.
Foto del DARA en el que podemos ver a la derecha de la iglesia de la Magdalena, en la esquina de la Casa Tejada, el cartel del taller de coches "Nº 1" en en los bajos la tienda de vinos y licores de Segundo Yberni. La foto podría ser de entorno a 1905.
Los Encantes, en el número 3 de la calle Carrillo desde 1905 hasta al menos 1910. Antes estuvieron en el número 15 de la calle San Jorge, junto al convento de La Enseñanza, de donde vinieron porque porque los Maristas los despacharon del local (lo dicen así en su publicidad).
Propiedad de Sanz y Herranz, era una especie de "todoacien" de la época. Reparaban y vendían jergones, cunas, lavamanos, botellas, etc. El Progreso, 17 de noviembre de 1905 (página 4).
Diario de Avisos de Zaragoza del 20 de abril de 1910.
En el número 7, frente a la iglesia de la Magdalena, estaba la tienda de vinos y licores de Segundo Yberni en 1905, una carnicería hacia 1910 y en los años 60, su último inquilino, el Café o Bar La Magdalena, cerrado en 1970 por el derribo del edificio que lo alojaba.
En el bar, tras el mostrrador, había una puerta, por la cual se accedía a un salón, donde se hacían "guateques" clandestinos los domingos y días de fiesta.
El Café La Magdalena, en el número 7 de la calle Carrillo. Año 1970. Foto de Leonardo Pérez Obis, donada por Ángel Hernández Mostajo para rafaelcastillejo.com. Proyecto GAZA.
https://www.zaragoza.es/nuba/app/results/?pa=1&q=ruste
• Casa de los Sáenz de Villanueva. Derribada a inicios de los años 40. Tenía un blasón dieciochesco encima de puerta principal.
Casa del Marqués de Campo Real, posiblemente en la esquina con la calle Don Juan de Aragón.
E:\calles de zaragoza\planos\Originales\1879 - 1911 Planos Casañal\1911 Parcelarios Casañal AMZ_4-2_0000738 Página 398 y por ahí
https://www.facebook.com/groups/fotosantiguasdezaragoza/posts/835510519821139/
https://www.facebook.com/groups/679576612733784/posts/1326005118090927/
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modernos edificios residenciales que a la izquierda se extienden en esta manzana desde la calle de Torrellas, la plaza de Asso (nº 6) la calle de Martín Carrillo (nº 3, 5 y 7) y hasta la calle de la Universidad. Fueron proyectados por los arquitectos Teófilo Martín Sáenz y Luis Fernández Ramírez sobre los solares de antiguas casonas en esta parte del barrio de la Magdalena, incluyendo la fotogénica Casa Tejada.
En primer término, aspecto de la calle de Martín Carrillo tras la urbanización integral de esta zona, dotándola de nuevo mobiliario urbano, arbolado, iluminación e incluyendo itinerarios peatonales. A la izquierda, las referidas viviendas residenciales aún sin ocupar, y con los bajos comerciales tapiados de obra y aún vacantes. A la derecha, lienzo norteño de la iglesia parroquial de Santa María Magdalena. Al fondo y a la izquierda, el IES Pedro de Luna, recayente a la plaza de la Magdalena y construido donde estuviera la homónima universidad. Tras el Coso Bajo, vista parcial del solar tras derribo del nº 164, esquinero con la calle de Alejandro Palomar y construido algunos años después.
https://www.facebook.com/groups/679576612733784/posts/1559290421429061/ Inicio. Dibujo. Casona de los Lanes de Villanueva, esquinera con la calle de Martín Carrillo y derribada a principios de los años 40. Su piedra armera con el escudo perdura en el Museo de Zaragoza.
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/27024488507/ 1973. Inicio. lado izdo solar
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22547554134/
https://x.com/PacoSanz70/status/1919014025897128167
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22530671053/ 1968 inicio
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22880444360/ 1970
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/50262950396/ 1991. Inicio
https://www.facebook.com/groups/679576612733784/posts/1545873336104103/ 1991 Igual que anterior pero ver el texto
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22733787348/ 1968 Final. Hacia plaza magdalena
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/23151095246/ 1970 hacia plaza Asso
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22831783030/ Final. Casa tejada
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/23101874246/ 1968. Final Bar La Magdalena
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22806337629/ 1970. Final Café La Magdalena
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/22806423749/ 1970
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/23148372986/ 1970
https://ifc.dpz.es/recursos/publicaciones/36/14/_ebook.pdf Revisar siempre
Fotos por ubicar
https://dara.aragon.es/opac/app/item/?q=magdalena&pmp=%25foto%25,foto&ob=re:1&i=1000024431&ft=place:ZARAGOZA aNTONIO AGUSTÍN
Asso: https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/30749184261/ asso
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/49352382846/ Asso
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/15073230922/ Alcover
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/14886986107/ Alcover
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/14889847888/ Cantín y Gamboa
https://www.flickr.com/photos/zaragozaantigua/15072973432/ Arcadas
(Barrio de Rosales del Canal): Johann Sebastian Bac