BOSQUED - CALANDA

(Barrio Oliver): José Bosqued Gacía - Molins (Zaragoza, 1915 - 2010). Capellán del barrio Oliver y fundador de la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción y el Patronato Escolar en el barrio.

Miembro de una de esas familias burguesas que hicieron y deshicieron durante el siglo XX en la ciudad, era nieto del fundador de la Sociedad Anónima Farmacéutica Aragonesa (S.A.F.A.), fundada en 1919, y hermano de Ignacio Bosqued García, propietario una farmacia en el paseo de la Independencia y presidente del consejo de administración de SAFA en los años 70 del siglo pasado.

Aprobó sus estudios de escolar y bachiller en 1930 en el colegio de los Corazonistas, pasando posteriormente a estudiar Derecho en la Universidad de Zaragoza. En el año 1943 comenzó la carrera de sacerdote y en 1950 fue ordenado diácono.

El 7 de agosto de 1951 fue destinado al Barrio Oliver por el Arzobispo de Zaragoza y en 1953 funda la Cofradía de Nuestra Señora de la Asunción junto con 13 vecinos del barrio. Casi al mismo tiempo funda el Patronato Escolar en el barrio con varios de los colegios de la zona. Además colabora estrechamente con D. José Sinues y el Sr. Gómez Laguna, alcalde de la ciudad, en la construcción de la Guardería de San José. 

El 23 de junio de 1970 el Papa Pablo VI le concede el título de Monseñor de la Iglesia Católica y en 1979 recibe el premio Inmortal Ciudad de Zaragoza. Construye el complejo parroquial de la plaza Teodora Lamadrid que incluye la Iglesia de la Coronación de la Virgen y el Hogar del Jubilado, así como locales para ocio. Como reconocimiento a toda su labor, Zaragoza le entrega la Medalla de Plata de la ciudad.

En el año 1982 y a petición de todos los vecinos del barrio Oliver, el Excelentísimo Ayuntamiento de Zaragoza nombra una de las principales calles del barrio con su nombre. 

Falleció el 18 de diciembre de 2010. En el primer aniversario de su muerte se colocó una placa en la fachada de la parroquia de la Coronación de la Virgen una placa en agradecimiento a toda su labor hacia este barrio.

Información obtenida fundamentalmente de lallegada.com.

El padre Bosqued inaugurando en octubre de 1961 la nueva línea de autobuses del barrio Oliver formada por cuatro autobuses Nazar. 

Fuente: Archivo Miguel Pascual

(Barrio de la Magdalena): Antiguamente así se denominaba a todo el antiguo barrio (también conocido como barrio del Sepulcro) que comprendía las calles cercanas al coso que había antes de que se abriera San Vicente de Paúl. 

BARRIO DEL BOTERÓN

Sobre el barrio del Boterón (o del sepulcro): El castizo barrio de límites indefinidos que se articulaba en torno a su vía principal, la calle del Sepulcro.

El nombre procede del gremio de artesanos curtidores de botos, botas y pellejos de piel de cabra para guardar aceite y vino durante los siglos XIV y XV. Su fabricación se hace a base de pieles, normalmente de cabra, poniendo el pelo en la parte interior y se calafeteaban con pez, para evitar cualquier pérdida de líquido. Como puede observarse esta ubicación esta próxima al barrio de las Tenerías, que era donde se curtían las pieles.

Los boteros vivían en las calles del Conde Alperche, plazuela de Santa Rosa y otras del sector que en la actualidad han desaparecido total o parcialmente, con ocasión de la apertura de San Vicente de Paúl. 

* Callizo de Domingo Vero, aunque desconozco cuál sería su ubicación exacta, debió estar junto al templo. Era el nombre de un vecino ilustre de la calle.

Delimitación del barrio del Boterón en plano de Casañal de 1908 en comparación con el plano actual.

* Postigos

Junto al convento del Santo Sepulcro, en la parte de la ribera, se abrió en 1302 un postigo para que los arráeces (patronos de barcas fluviales), parroquianos en su mayoría de San Nicolás, tuvieran un acceso más fácil al Ebro. Fue el rey Jaime II quien concedió la oportuna licencia para el retranqueo. En el siglo XY continuaba abierto este portillo (que hoy está obstruido por edificaciones), saliendo a él la calle denominada del Hospicio de Nuestra Señora de Monserrate.

Siguiendo por la ribera y muy próximo al anterior encontramos el postigo de Aguadores, poco más o menos en la actual calle de Gavín. A él salía la calle denominada del postigo de Aguadores, junto al cementerio de La Seo. No hay constancia de la fecha en que se rompió el muro si bien podrá ser éste el portillo que abrió en 1327 el caballero Galacian de Tarba, con la oportuna licencia de Jaime II, para comunicar sus posesiones a ambos lados de la muralla.

Fuente del texto y plano de: "ZARAGOZA EN EL SIGLO XV. Morfología urbana, huertas y término municipal", de María Isabel Falcón.

Plano de Martín de 1920 donde se ve ese callejón de la Pluma y el portalón actual detrás del que estaba antes de los derribos.

Dibujo Martín Durbán publicado en el Heraldo de Aragón del 7 de julio de 1922 que muestra una parte del viejo Boterón que desapareció después de la Guerra Civil. Tomado del libro Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957).

A finales del siglo XIX el barrio se fue quedando lejos de la parte más moderna de la ciudad (calle Alfonso, Independencia, plaza Aragón) y perdiendo el atractivo para sus nobles vecinos que fueron dejando paso a otro tipo de vecindario. Los imponentes casas señoriales donde antes vivía una familia con sus criados se transformaron en casas de vecindad dividiéndose el espacio para meter todas las de viviendas posibles y decenas de inquilinos. Y claro, poco a poco se fue degradando, viéndose como algo viejo, y sus estrechas y tortuosas calles, sus viejos callizos, eran mal vistos por los partidarios de grandes avenidas

A principios del siglo XX lo abigarradado de su callejero, unido a la vejez de sus moradas, su hacinamiento y las deficientes condiciones higiénicas (sin alcantarillado y sin pavimentar hasta la apertura de San Vicente de Paul) lo convirtieron en un foco de insalubridad y delincuencia donde se concentró una parte importante de la población gitana de la ciudad. Tanto es así que se lo consideraba el punto más sucio de la ciudad, pobre, oscuro y cañí. En el año 1885, el cólera hizo estragos en la ciudad y en este barrio se enseñoreó haciendo verdaderos estragos, arrojando la mortalidad una del 40% sobre el resto de la población. 

El Mercantil de Aragón del 15 de abril de1902.

La Derecha del 24 de febrero de 1893.


El Mercantil de Aragón del 14 de junio de1898

Estaba sentenciado, todos los planes urbanísticos desde 1860, fervientemente defendidos por los interesados periódicos locales, solo contemplaban piquetearlo para romper su estructura urbanística casi impenetrable y expulsar masivamente a sus inquilinos tradicionales hacia la periferia. 

Entre el 8 y el 14 de diciembre de 1933 se inició en Zaragoza una revuelta anarquista que puso patas arriba la ciudad y fue epicentro de réplicas por toda España. Como tomo del artículo de Paco Sanz, fue como una versión maña de la "Semana Trágica" de Barcelona. Aunque había habido enfrentamientos las horas previas en otros puntos de la ciudad, la revuelta se intensificó  en este barrio del Boterón con enfrentamientos desde la calle Conde Alperche (calle desaparecida al inicio de la actual calle San Vicente de Paúl desde la ribera del Ebro) hasta la desaparecida plazuela del Reino (Ver más en San Vicente de Paúl, calle de).

En dicha plaza tuvo lugar una dura pugna que se saldaría con varios heridos y un muerto. Los anarquistas disparaban desde el número 29 de la calle Palafox, logrando incluso tomar la torre de la Iglesia de la Magdalena (o la de San Nicolás) de la que serían desalojados por los guardias de Asalto. Los días siguientes se cortó la luz y se prohibió salir a la calle a los vecinos del barrio.

Fuente: eldiario.es (parte 1) - eldiario.es (parte 2), ambos de Paco Sanz. 

Como curiosidad nos cuenta Gil Comín en El Noticiero del 7 de junio de 1974 (página 18) que uno de los primeros "tiovivos" que rodaron por el mundo fue ideado por un gitano de este barrio que empleando la fuerza motriz de su matalón (caballería flaca y endeble) o de él mismo la hacía girar sin cesar en viajes de a perrilla.

Calle Palafox en 1933. En la portada de una revista donde guardias de asalto posan recreando los sucesos de 1933 en el cruce entre la calle Palafox (la que se ve tras el camión) y las desaparecías vías del Chantre y del Conde de Alperche (a la izquierda). Foto de Martínez, para revista "Nuevo Mundo", diciembre 1933. Proyecto GAZA.

Pero de momento los planes urbanísticos antes descritos se habían quedado en proyectos sin ejecutar y ninguna amenaza se había cumplido, pero la Guerra Civil lo cambió todo. Ya el 18 de julio de 1936, cuando ya se sabía que la guarnición se había sublevado, con el pretexto de evitar disturbios, un destacamento de la Guardia de Asalto se dirigió al Boterón donde encontró algo de resistencia por la alta concentración allí de obreros anarquistas que ya habían protagonizado una importante revuelta anarquista de 1933. Como habréis intuido, muchos de este barrio fueron fusilados poco después. 

Seguro que este aspecto también influyó en los gobernantes franquistas para pasar de las palabras a los hechos. La primera mutilación del entorno se acordó bajo el pretexto de higienizarlo, pero seguramente también pretendía a limpiarlo de "rojos". 

Pasada la contienda la barriada todo se materializa en la apertura de la calle San Vicente de Paúl y la primera reforma del barrio del Sepulcro expropiando los solares laterales a las nuevas calles para revenderlos con fines especulativos en lotes mayores una vez hecha la urbanización. Completada en apenas quince años, supuso la alteración profunda de más de un tercio de la superficie del casco romano y la expropiación y el derribo de ocho hectáreas de inmuebles privados. Ver más en San Vicente de Paúl, calle.

La zona antes de la apertura de San Vicente de Paúl (Martín, 1920) y después, tomada libro "Una y grande. Ciudad y ordenación urbana en Zaragoza (1936-1957)".

En la década de los 60 lo que quedaba del viejo barrio se componía mayoritariamente de casas viejas y en mal estado de dos plantas, con mayoría de población gitana y animales domésticos (caballerías, cerdos, etc) con ellos. La convivencia entre gitanos y payos parece que era buena a tenor de algún artículo que he leído de esa época. Aunque había gitanos ricos, la mayor parte eran chamarileros y continuaban dedicándose, como siempre lo hicieron, a la venta de caballerías y a la cestería, de la que decían que eran unos virtuosos y que vendían a la puerta de sus casas. 

Foto tomada desde el paseo Echegaray Caballero frente al número 150 aproximadamente en una toma imposible de repetir ahora y que da muestra del nivel de destrucción que del viejo barrio producido. Aragón Press del 14 de junio de 1973.

Entre 1965 y 1980 recibió la puntilla definitiva con el ensanchamiento de varias calles, la destrucción de muchas de sus viejas casonas y la eliminación de callejuelas y callizos de nombres ya olvidados que dotaban al barrio de una personalidad especial (Garro, Retiro, Pallaruelo, Grillo, Monserrate y Lobo, Silencio, de la Rosa y Esmir) en pro de un desarrollismo poco respetuoso con el patrimonio de todos.

No solo se perdieron elementos materiales, también se esfumaron en poco tiempo sus habitantes tradicionales cuando las expropiaciones forzosas y los negocios urbanísticos empujaron a la emigración a los gitanos del Boterón a otros núcleos chabolistas de la ciudad, como el cercano Arrabal o las graveras de La Paz. Con ellos se perdió en nuestra capital cultura inmaterial, gritos expresivos, frases típicas e interjecciones chocantes de la Zaragoza más castiza.

Ver más en Sepulcro, calle del; San Vicente de Paúl; Piedad, plaza de Nuestra Señora de la; San Nicolás, plaza de; San Bruno, plaza de.

El Boterón en1958. La foto se hizo desde un punto de la calle Sepulcro cercano a la plaza de San Nicolás. El edificio del fondo, a la derecha de la foto, corresponde con el de los números 43 a 47 de San Vicente de Paúl.  Foto de Gerardo Sancho Ramo (AMZ). Fuente: Proyecto GAZA.

El día 15 de abril de 1938, a las cero horas, saldría la primera procesión propia de la Cofradía de Nuestra Señora de la Piedad. El día, la hora y el recorrido se han mantenido invariables hasta hoy: iglesia de Santa Isabel, Manifestación, Alfonso I, Coso, Plaza de España, Don Jaime, Plaza de la Seo y calle del Sepulcro hasta la iglesia de San Nicolás. De la cofradía no os digo más porque si queréis saber más lo mejor es ir a la web de la cofradía: lapiedad.es 

Foto de Coyne (DARA), posterior a 1955, de la cofradía de los Gitanos saliendo de la iglesia de San Nicolás. Por Arturo Bayod supe que es posterior al año 1955 porque la Virgen lleva la corona actual.

Fuente visual: Archivo Mora (DARA). Al fondo se ve la calle Sepulcro y el inicio de la calle Gavín.

LA CALLE DEL BOTERÓN

Parece ser que antes de la Guerra de Sucesión (principios del siglo XVIII) se llamó calle Bual. 

El posterior nombre de Pallaruelo se explica en el Correo de Aragón (Diario de Zaragoza) del 10 de julio de 1868, y no debemos confundirlo con otro Tío Pallaruelo (ver más en calle Boggiero) de mediados del siglo XIX. 

"Pallaruelo era un zapatero remendón cuyo tenducho era el punto donde se reunían a chismografiar todas las comadres del barrio. Durante la Guerra de Sucesión Pallaruelo se constituyó  en furibundo tribuno de la causa del Archiduque, y en la Batalla del Barranco de la Muerte, asistió como voluntario, batiéndose con valor y regresando a casa con el botín suficiente para no coser más zapatos. Rico ya, Pallaruelo compró la casa que había vivido durante su pobreza y aunque se portó como bueno, al subir al trono Felipe V (solo medio año después), el antiguo zapatero tuvo que emigrar como todos los partidarios del Archiduque [...]". 

Hay varias versiones de esta historia. Algunos cuentan que la tienda la tenía en las Tenerías... Pero esta la primera fuente de la misma que conozco, por lo que la reproduzco textualmente. La calle pervivió con esta denominación hasta finales de los años 50 del siglo XX.

La Crónica del 3 de diciembre de 1913.

Esta ampliación y alineación de la calle hasta Echegaray ya estaba prevista en 1923 para higienizar el barrio (El Noticiero del 2 de septiembre de 1923, página 1) y parece que se consiguió (Heraldo de Aragón del 18 de septiembre de 1923, página 3), temporalmente al menos porque en el Heraldo de Aragón del 23 de noviembre de 1932 ya estaban solicitando su apertura al paseo de nuevo.

La apertura, alineación y cambio de nombre definitivo de la calle parece que se completó en 1964 (plano de Margalé).

Calle Pallaruelo en una acuarela de A. Ruste (DARA)

La zona en guía urbana de los años 60 editada por Comercial Josán.

Roger I de Lauria (Reino de Sicilia, 1245 - Cocentaina, Reino de Valencia, 1305). Marino y militar italiano al servicio de la Corona de Aragón. Fue almirante de la flota de la Corona de Aragón y de Sicilia, la cual dirigió brillantemente durante todo el reinado de Pedro III el Grande de Aragón. Se le concedió el condado de Cocentaina (Alicante) como recompensa por su trayectoria militar al servicio de la Corona de Aragón.

Aragón Press del 2 de julio de 1971.

El Hogar del Pensionista poco después de abrirse al público (DARA).

(Barrio del Arrabal): Localidad y municipio situado en el sur de la comarca de Zaragoza, a 22 km de la capital. En este municipio se encuentra la población celtíbera de Contrebia Belaisca del siglo IV y V a. C., en ella se han encontrado los famosos Bronces de Botorrita que se datan en el siglo I a. C.


(Barrio de Valdefierro): Boötes, (el pastor de bueyes = Boyero), es una de las 88 constelaciones modernas. Boötes parece ser una figura humana grande, mirando hacia la Osa Mayor. 

Toda esa zona del barrio está dedicada a constelaciones y objetos celestes.

Viejas parcelas al inicio de la calle Boyero. Foto Google Maps de 2024.

Los talleres de Muebles LACASA estaban en el nº 20. Llegaron a ser los principales patrocinadores del Vuelta a Aragón de 1976. Eran propiedad de Manuel Palomares, que tenía establecimientos de Corona de Aragón 22 y 24, y en la esquina de las calles Embarcadero, escuela y Vía (lugar donde nació la firma). Aragón Express del 10 de febrero de 1979. 

(Barrio de Montecanal): (Hamburgo, 1833 - Viena, 1897) fue un pianista y compositor alemán del Romanticismo, aunque se le puede considerar ya un postromántico. A Brahms se le considera el más clásico de los compositores románticos, manteniéndose fiel toda su vida al clasicismo romántico y conservador influenciado por Mozart, Haydn y en especial Beethoven. Las expresiones Las tres bes o La santa trinidad se refieren a Bach, Beethoven y Brahms como tres de los mayores compositores de la historia de la música.

Se trata de una calle peatonal de apenas 70 metros de longitud.

(Barrio de San José): Louis Braille (Francia 1809 - 1852). Profesor francés ciego, famoso por la invención del sistema de lectura para ciegos que lleva su apellido, (sistema Braille). 

A la edad de 3 años perdió la vista. Se infectó el ojo izquierdo tras un accidente en el taller de su padre al clavarse un punzón en el ojo izquierdo. La infección acabó por dañarle el ojo derecho también, provocándole una ceguera irreversible debida a una oftalmopatía simpática. Tras obtener una beca de estudios, en 1819 se trasladó a París, donde ingresó en el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos, institución en la que posteriormente ejerció como profesor. En este mismo centro conoció a Charles Barbier, inventor de un sistema de lectura para ciegos que Braille reformó y completó hasta convertirlo en el que iba a ser el sistema universal de lectura para los afectados de ceguera.


Noticia del cambio de nombre de la vía. El Noticiero del 23 de marzo del 1956.

Artículo donde se cita la antigua denominación de la vía y confusiones por estar sin placas y mal escrita. El Noticiero, 16 de abril de 1963.

Vista de la Braille desde el número 16 hacia Camino Cabaldós. Como se puede ver, la calle quedaba interrumpida por la permanencia de unas naves industriales antes de la calle de las Flores. 

Fuente: Banco de Imágenes de San José.

En sus primeros años de vida la vía era zona de parcelas, campos de cultivo, caminos y acequias. Entre 1941 y 1964 allí se localiza el campo de fútbol del Arenas Sociedad Deportiva. En 1958 (planos de Margalé y Beltrán) era apenas una entrada desde el Camino Cabaldós. Según un nomenclátor de 1962, por entonces ya alcanzaba a la calle General Ricardos. 

Entre 1964 y finales de los años 80 del siglo XX vemos que se amplía notablemente, extendiéndose desde el Camino de Cabaldós, conforme se construían nuevas fincas pero sigue cerrada en el extremo de la calle Monasterio de Samos.

En 1970 consta como travesía Luis Braile.

En los años 80 no conectaba aun con el Camino Cabaldós por unas naves antes de llegar al cruce con la calle de las Flores.

Desde los primeros años de los años 90 del siglo pasado ya figura con su morfología y con la categoría de calle.

Planos: 1)1958 Margalé 2) 1958 Beltrán 3) 1964 Margalé 4) 1968 5) 1980 6) 1987 7) 1991 8) 1993.

Publicidad en Aragón Press, 28/10/1971.

El Noticiero del 21/2/1968.

Bar Mikado en Google Maps (2024).

Un partido épico en el campo que había en el actual parque Bruil (ver más en Asalto, calle) Zaragoza, que resolvía las semifinales del Campeonato de España de ese año entre el Barcelona y el Arenas de Güecho, fue el origen del club maño. El equipo vizcaíno logró empatar a cuatro goles al equipo catalán, con un gol al final del tempo reglamentado, y ganar el partido en la prórroga, clasificándose para la final, que perderían contra el Real Unión Club en el Estadio de Torrero de Zaragoza el día 15 de mayo de 1927. 

Esa gesta del Arenas de Güecho en las semifinales causó tal impresión en la capital del Ebro la actuación del equipo vasco, que un grupo de aficionados, al frente de los cuales estaba su primer presidente (D. Julián Sánchez), acordaron en noviembre de ese mismo año formar otro en Zaragoza con el mismo nombre y colores, rayas rojinegras.

Los inicios fueron duros porque no tenían campo propio e iban deambulando por los que les dejaban: La Cartuja (1928 a 1930), San Juan (1931 a 1932), la Hípica (1932 a 1934) y los Campos Elíseos (1935 a 1936). 

La Guerra Civil les afectó mucho porque muchos de sus jugadores fueron movilizados y cinco fallecieron, pero después los buenos resultados fueron llegando, alcanzando varios años el primer puesto del futbol regional que les dio derecho a jugar torneos interregionales. Pero pese a ello, seguían sin campo propio volviendo a jugar en el campo de San Juan (Amanecer, 24 de agosto de 1939).

Tradicional equipación del Arenas (DARA).

Parte del artículo dedicado a la inauguración en el diario Amanecer del 30 de septiembre de 1941. Se ve en la última foto que al final del partido estuvo complicado pillar un taxi.

Finalmente, bajo la presidencia de Juan José Sarto y patrocinio de don Agustín Gericó, el 28 de septiembre de 1941 consiguen inaugurar su propio recinto deportivo, conocido como el campo de San José, sobre antiguos campos de cultivo del Barrio de la Paciencia, en un solar alquilado que estaba sobre la actual calle Luis Braille y muy cerca del Frontón Zaragozano. Las cosas se hicieron como dios manda: bendición del canónigo de la catedral, saque de honor de la señorita Beatriz Monasterio, hija de José Monasterio Ituarte, Capitán General de la V región Militar (Zaragoza), y los himnos del Movimiento y nacional con todos (cualquiera se hacía el estupendo) aireando el sobaco

Foto de Sancho del equipo local en su nuevo campo en el diario Amanecer, 30/9/1941. El Arenas vistió en aquella ocasión con camiseta blanca debido a que coincidían sus colores con los del Huesca, y por entonces, era el equipo propietario el que cambiaba de color (El Noticiero, 9/7/1969). Las edificaciones detrás de los jugadores corresponderían al lado que daba a Privilegio de la Unión.

El partido inaugural contra el Huesca de la jornada inaugural de Primera Regional de la temporada 1941/42 fue un despropósito porque las gradas no estaban instaladas (tuvieron que colocar miles de sillas para los asistentes), el césped estaba a medio crecer y las lluvias de los días anteriores dejaron el campo impracticable. Al menos se fueron con el buen sabor de boca de la victoria 2-1 y a las buenas críticas de las instalaciones que pueden leerse en los periódicos de la época.

Foto de Gerardo Sancho (DARA) el día de la inauguración donde se ven algunas de las sillas que hubo que poner para acomodar al público al no haberse hecho las gradas a tiempo. Fuente: Arturo Bayod.

No fue el primer equipo del barrio de San José. En el Heraldo de Aragón de 24 de mayo de 1942, página 7, se habla de que antes ya daban patadas al balón en esa zona el Atlético Comín y el Rabalete. En este campo jugaban también como locales equipos que no se podían permitir tener campo propio, como el Club Atlético Zaragoza.

Campo de San José en 1944. Correspondía a la séptima jornada de la liga 1944-45 (Tercera División, Grupo 4) entre el Club Atlético Zaragoza (camiseta blanca y pantalón azul claro) y La Sociedad Deportiva Escoriaza. Foto de Gerardo Sancho (DARA). Otra foto del partido.

Fotos de Gerardo Sancho en DARA con diversas perspectivas del campo.

Localización del campo de San José en plano de 1952 y en la actualidad.

En ese campo fueron destacados jugadores Ruberte, Pepito, Palo, Arrazola, Zapata, Anas, Castan, Peña, Escuer, Cosculluela, Rodríguez, Narro, Salinas, Sexmilo, Aquerretalos y los hermanos Violeta, padre y tío del mítico jugador conocido como "el León de Torrero". Por el campo del Arenas desfilaron en competición oficial, equipos como el Castellón, Escoriaza, Málaga, Valladolid, Levante, Atlético de Bilbao (con Lezama o Venancio) y el Barcelona (con Velasco y Curta). 

Fueron los momentos de mayor gloria deportiva, disputando varias liguillas de ascenso a segunda división (años 1946-1947 y 1960) y de copa, llegando a eliminar al Real Zaragoza en este torneo del KO. 

Tener campo propio no fue la solución para un Arenas que siempre vivió al borde de la desaparición por sus problemas económicos. Parece que en esa época instalaron unos pabellones para que se pudieran reunir socios y fidelizar a la afición, porque las recaudaciones eran escasas. En 1943, ya bajo la presidencia de Fernández Pérez, en Heraldo de Aragón ya escriben que el campo se les había quedado pequeño y que necesitaba reformas tales como instalar una grada (ni un simple escalón de tierra parece que tenían). Ya los partidos importantes los jugaban en el estadio de Torrero.

Foto de los momentos que precedieron al inicio del partido amistoso celebrado el 18 de mayo de 1950 entre el Arenas y el Barcelona con motivo del homenaje al presidente del Arenas, señor Prats. Ganaron 5 a 2 los catalanes. Prats entregó la copa a Velasco, capitán de los forasteros, y este se la devolvió para que figurase en las vitrinas del club. El Noticiero del 19 de mayo de 1950, página 6. Fuente: Lucioangel Zaratiegui.

Partido Arenas - Atlético de Bilbao en el Campo de San José el 8 de abril de 1950, con el mítico Lezama en la portería de los vascos y Violeta (padre del mítico jugador del Zaragoza) defendiendo a los areneros. El Noticiero del 8 de abril de 1950, página 7. Foto: Gerardo Sancho (DARA).

En 1955 siguen los problemas extradeportivos porque con el equipo clasificado para la fase de ascenso a segunda división no tienen capacidad económica para adquirir en propiedad el estadio de San José y se huelen que, debido a el solar empieza a ser apreciado por los especuladores del ladrillo, se pueden ver de nuevo sin campo (El Noticiero del 14 de enero de 1955). 

Ese año abandonaron ya el campo de San José, arrasado hacia 1964 para hacer pisos, y el club volvió a una diáspora que lo llevó a jugar en los campos del Arrabal, de Torrero, de San Antonio (Barrio Jesús), y los de la federación. Mientras se formó la Peña Deportiva Aragón con el simple objeto de construir un propio. Pero pese a las aportaciones de los socios de la sociedad, por unas cosas u otras, seguían sin campo.

En 1957, pese a la enconada rivalidad de los areneros con el primer equipo de la ciudad, pudieron salvarse de la desaparición gracias a que el Real Zaragoza les cedió gratis su campo para los partidos decisivos. Como se cuenta en El Noticiero del 1 de diciembre de 1960, bajo la presidencia de Alfonso Solans (supongo que el mismo que luego lo fue del Real Zaragoza y levantó la Recopa), jugaron arrendados en el campo de Torrero. En esos años, junto con el Amistad (su rival históricamente más habitual), debió ejercer de equipo filial del Real Zaragoza (El Noticiero del 31 de julio de 1959).

Fueron los años de mayores éxitos del club jugándose el ascenso a la segunda división en varias ocasiones entre 1957 y 1961 alternando entre el campo del Arrabal y el de Torrero (Aragón Press del 1 de septiembre de 1972). Eliminó en una liguilla al histórico Real Unión de Irún, también al Amposta y al Éibar, que después de venir con cuatro goles de ventaja, perdió en Torrero por 5-0. Fueron el Alavés, Onteniente y Manresa los que frustraron las aspiraciones de ascenso a la Segunda División.

El Noticiero del 9 de julio de 1968, página 12.

Finalmente, bajo la presidencia de Dr. Martín Celimendiz, el campo se hizo realidad el 9 de julio de 1969 (El Noticiero) al final del Camino del Vado, en el denominado estadio de "Entrerríos" en una inauguración por todo lo alto que contó con la presencia del alcalde D. Cesáreo Alierta y que finalizó con un ágape en su nueva ciudad deportiva "Martín-Celiméndiz" con piscina olímpica que el Arenas disponía desde 1967 en el Cabezo Cortado, a la izquierda del Canal Imperial (ver más en Melilla, calle) y donde había más secciones deportivas. 

En esos años nombraron Socio de Honor del Club a un tal Juan Antonio Samaranch, en ese momento Delegado nacional de Deportes, que se acercó a Zaragoza para inaugurar el Libro de Oro del club.

Paradójicamente, ya con campo de fútbol propio, modernas instalaciones multideportivas y más de mil socios, el club estuvo siempre lejos de las glorias deportivas pasadas. Este terreno de juego junto al Gállego pasó a pertenecer al Real Zaragoza, que más tarde se lo cedió para su gestión al Ayuntamiento de Zaragoza que lo cedió a la UD La Jota pero debido a su mal estado quedaron abandonados hasta que la Unión Deportiva Latinoamericana las han recuperado para crear sus propias competiciones, que reúnen una multitud cada fin de semana. 

Parece que también jugaron en el ahora abandonado campo de Miraflores, propiedad de Cuber según se lee en un muro que a duras penas aún pervive.

(Barrio La Paz): República Federativa del Brasil, es un país soberano de América del Sur que comprende la mitad oriental del subcontinente y algunos grupos de pequeñas islas en el océano Atlántico.

Se trata de una corta y estrecha travesía peatonal que se debió nombrar a principios de los años 60 del siglo pasado porque en el plano de Beltrán, rectificado por Casañal, de 1958 no aparece, mientras que en el plano de Margalé de 1964, sí.

(Barrio Oliver): Ángela Bravo Ortega (Guadalajara, 1929 - Zaragoza, 2003). Conocida como Tita Bravo, fue una mujer cristiana y comprometida, defensora de los derechos de los trabajadores. 

Trabajó desde 1975 como auxiliar de enfermería en el Servicio de Urología del Hospital Clínico Lozano Blesa, siendo elegida miembro del Comité de empresa hasta 1993. 

A la lucha por la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, reivindicación histórica, se uniría la lucha por el reconocimiento al valor de la identidad femenina, a raíz del resurgir del feminismo contemporáneo, tras los movimientos sociales de 1968.

Junto a su marido, Dionisio Santolaria, apoyó la creación de la primera residencia obrera para los trabajadores procedentes del éxodo rural (hasta entonces malvivían en pensiones) y el nacimiento de la Organización Sindical de Trabajadores de Aragón (OSTA), a la que perteneció hasta su muerte. 

Ángela Bravo en Aragón Press, 15 de marzo de 1977.

XXV Aniversario de la victoria, desfile militar en paseo Isabel la Católica. Foto de Gerardo Sancho (DARA).

Es la primera sindicalista a la que se le dedica una calle en Zaragoza. Está enterrada en el cementerio de Torrero. Fuente: noticia de elperiodicodearagon.com - Callejero: la Zaragoza de las mujeres.

Ha sido incluida en la ruta denominada Las Imborrables que reconoce la relevancia de cuarenta mujeres sepultadas en el cementerio zaragozano de Torrero, entre las que se encuentran también figuras como Manolita Marco Monte, Lolita Parra y Gerona o Manuela Moreno. 

Fuente. Ruta mujeres imborrables por el cementerio de Torrero, de Magdalena Lasala.

Como curiosidad, la familia Bravo Ortega tiene en Zaragoza dos calles dedicadas. La de Ángela y la de su hermano Antonio, un pediatra de reconocido prestigio. Ver más en Bravo, calle de Antonio.


(Barrio Delicias): Antonio Bravo Ortega (Madrid, 1921 - Zaragoza, 1957). Médico puericultor del Estado, discípulo de Suárez Perdiguero, y Lorente Sanz. 

Era hijo de D. Antonio Bravo, Jefe de Obras Públicas de Zaragoza y hermano de Ángela, sindicalista, y él. Ver más en Bravo, calle de Ángela.

En Madrid estudió el bachiller con premio extraordinario y comenzó la carrera de Medicina pero la finalizó en Zaragoza, donde fue Premio Extraordinario. En 1948 sacó la plaza de médico puericultor del Estado cuando era médico especialista de niños del cuadro médico de la Asociación de la Prensa. Para celebrarlo sus amigos y compañeros le dedicaron una cena en el Hotel Lafuente (ver más en Valenzuela, calle del Teniente Coronel. Fuente: El Noticiero del 18 de julio de 1948.

Profesor adjunto de la Cátedra de Pediatría de Zaragoza, tenía su clínica en Calvo Sotelo, 9 (actual Gran Vía de Santiago Ramón y Cajal). Sus amigos y compañeros lo describen como un gran médico, un trabajador infatigable, una persona bondadosa e inolvidable. 

Muerto el 24 de mayo de 1957 a los 36 años por una angina de pecho, su actividad profesional duró solo once años. Dejó tres hijos, de los que destaca Merce Bravo, ilustradora.

Fue la primera vez que en el Paraninfo actual las banderas ondearon a media asta. Está enterrado en el cementerio de Torrero. 


El Noticiero, 25 de mayo de 1957.

En Zaragoza hubo cuatro hermanos (Tomás, Manuel, Mariano y José) que fueron picadores y los cuatro ostentaron el sobrenombre “Relámpago”. El más notable de los cuatro hermanos fue Manuel, picador de Florentino Ballesteros. 

Su hijo fue Antonio Bravo y Lecina (Zaragoza, 1905 - 1963), también de apodo "Relámpago", nació el 24 de agosto y tenía su casa en el barrio de Las Delicias. La primera vez que se vistió y actuó de picador fue aquí, el 4 de abril de 1926, en una novillada de Miura, celebrada el día de Pascua de Resurrección, figurando como reserva. En su primera temporada ya se hizo famoso en el arte de picar, sumando nada menos que cincuenta y dos actuaciones.

Destacó como excelente caballista y buen varilarguero. Actuó en las cuadrillas de los matadores José García, "Maera", Pepe Amorós, Solorzano "Maravilla", Antonio Bienvenida y Julio Aparicio y César Girón. Destacó como picador serio y seguro, sin efectivísimos siendo la máxima figura de su época.

En 1929, en Bilbao, al caer contra el estribo, se abrió una brecha en la frente, de la que conservó una cicatriz, como recuerdo toda su vida.

José Borobia (ver más en Borobia, calle de José) le dedicó un pasodoble. Falleció el 3 de marzo de 1963, a los 57 años de edad.

Fuente: El Noticiero, 5/3/1963 - El Noticiero ,7/3/1963 - hemerotecadigital.bne.es 

Su hijo fue Manuel Bravo López (Zaragoza, 1935 - Jaca, 2021), otro "Relámpago", que a diferencia de sus antecesores fue matador de toros. Tomó la alternativa el 11 de octubre de 1960 en la plaza de toros de Zaragoza y que toreó dos veces en pamplona, aunque ninguna de ellas en San Fermín. Su carrera como maestro taurino fue corta (lo dejó a los 26 años) debido a una lesión en la rodilla. 

Fuente: torosennavarra.com - elpirineoaragones.com - aplausos.es 

Antonio era primo del también popular mozo de espadas Diego Castillo "Relámpago". 

Manuel López el día que tomó la alternativa (1960). 

Foto de elpirineoaragones.com 

Calle Antonio Bravo en plano de Margalé de 1964.


(Barrio de Casablanca): Pico del Pirineo oscense, en el valle de Tena. Tiene una altura de 2760 metros y en su parte baja tiene un ibón del mismo nombre. 

(Barrio de Delicias): Localidad situada en el valle del Aranda, encajonado por las sierras ibéricas, segundo municipio en número de habitantes de la comarca.

(Barrio del Picarral): Alberto Bressel Marca (Zaragoza, 1899 - 1975). Impulsor de la empresa “Maquinista y Fundiciones del Ebro” (de fabricación de maquinaria), cercana a esta calle, Presidente de la Cámara de Comercio y de la Feria de Muestras.

La historia de los Bressel en nuestra ciudad comienza cuando un ingeniero de nacionalidad alemana (aunque creo que nacido Musselshell, Montana, Estados Unidos), Albert Bressel Müller, llega a finales del siglo XIX para participar en la construcción de la Azucarera de Aragón (ver más en Azucarera, calle de la) y, una vez puesta en marcha, ejercer de jefe de mantenimiento. 

Supongo que como otros ingenieros alemanes que llegan en esos años para trabajar en la incipiente industria aragonesa tenía pensado llegar, cumplir el contrato de obra firmado e irse, pero el amor llamó a su puerta. No eligió mal, se casó con Florinda Marca Gaudó (1879-1946), hija del administrador de la azucarera. Y empezaron a llegar los vástagos: Arturo, primogénito y nuestro protagonista (1899), Andrés (1901), Florinda, Emilio y Alberto (parece que fue árbitro de fútbol en los años 20 del siglo pasado). Andrés parece que falleció prematuramente porque en la esquela de Albert, patriarca familiar, no aparece citado.

En 1911 Albert Bressel, con experiencia adquirida y previendo la necesidad del nuevo sector industrial azucarero aragonés de crear maquinaria que mejorase la eficacia de la fabricación de azúcar, se lanza a la piscina independizándose y fundando un pequeño taller de cerrajería en la calle Policarpo Romea (bocacalle del Coso bajo) junto al importante industrial zaragozano José Pellejero Cucalón (socio capitalista, proyectista de la mayoría de edificios de la fábrica y codirector de la misma). Así nacieron los Talleres Bressel y Pellejero, dedicados inicialmente a producir piezas de repuesto para la maquinaria de las azucareras con solo once trabajadores. 

Hacia 1913 trasladaron la producción a una nueva gran superficie en la avenida de Cataluña números a la altura de los números 17-19 (entonces correspondía al 242 de la carretera de Barcelona). 

Foto de Arturo Bressel en 1951, cuando entra en el ayuntamiento como concejal. Tomada de El Noticiero,1 de diciembre de 1965.

El joven ingeniero y hombre de negocios José Pellejero en esos años era ya presidente del Círculo Mercantil, director de la Alcoholera Agrícola del Pilar, gerente de la Azucarera de Aragón, secretario del consejo del ferrocarril de Utrillas, entre otros muchos cargos. 

Consta que en 1914 Alberto Bressel se encarga de los trabajos metálicos durante la construcción del cine Doré, en Independencia número 14.

En la foto Arturo Bressel, José Pellegero, Albert Bressel y Alberto Bressel. Fuente: antoniosaz.blogspot.com 

Evolución de la zona de la avenida Cataluña donde se asentaron los Talleres Bressel y Pellejero en 1908 (Casañal), 1938 (posiblemente de Arturo Bressel Viñuales para el proyecto GAZA) y 1964 (Margalé). En rojo el espacio ocupado por Maquinista y Fundiciones del Ebro y en azul la ubicación de la Estación del Norte, en el Arrabal.

El crecimiento de la nueva empresa fue espectacular en esa segunda década del siglo XX. En 1917 se proyecta una de las ampliaciones y se construye la sección de calderería. Dos años más tarde se lleva a cabo una nueva ampliación basada en la yuxtaposición de naves y edificios en función de las necesidades y los requerimientos técnicos. En esos años adquiere su definitiva denominación de Maquinista y Fundiciones del Ebro, S.A. 

Pero no todo fue un camino de rosas, la España de esos años era un hervidero de huelgas y conflictos sociales que desembocó en una huelga de trabajadores del sector en 1916 por una mejora de sus salarios, de las condiciones laborales, y el reconocimiento de las organizaciones sindicales del sector. Además, en 1918 Alberto Bressel tuvo un accidente de coche yendo a Molina de Aragón, fracturándose ambos brazos. 

En 1926 se les concede autorización para construir un apartadero en la estación del Norte, en el Arrabal.

El 25 de marzo de 1931 fallece Albert Bressel. Le dedican necrológicas en Heraldo de Aragón (la esquela de la izquierda, del 26 de marzo) y La Voz de Aragón (28 de marzo).

En julio de 1935 Arturo, junto con su hermano Emilio y Rogelio Gracia (chófer), participaron en el rescate de heridos de un accidente de autobús en Coruña. Adjunto el recorte de prensa del suceso.

Durante la Guerra Civil, al igual que el resto de grandes factorías de la ciudad, fue rápidamente militarizada y puesta al servicio del bando franquista, que necesitaba armamento y munición. Al ser un elemento muy importante en la logística del bando nacional, en esos años en la fábrica se construyó un amplio refugio antiaéreo.

José pellejero Cucalón, l otro socio de la empresa no tardó en tomar partido. Como casi toda la élite empresarial zaragozana, en 1936 se alineó con los golpistas formando parte de la junta gestora del ayuntamiento de la ciudad tras el "glorioso alzamiento militar". 

Su hermano Cristóbal Pellejero, doble licenciado en Filosofía y Letras y Derecho y director del Instituto Goya (1933), fue uno de los encargados de redactar los nuevos manuales educativos en sintonía con el nacionalcatolicismo. Fuente: Libro "Depurar y Castigar", de Eliseo Moreno. 

El Noticiero del 25 de julio de 1935.

En los años veinte, comercializadas con la marca EBRO, habían comenzado la fabricación de elementos para redes de abastecimiento de aguas. Concluida la guerra civil creció la demanda de este tipo de material para reconstruir las ciudades devastadas tras el conflicto bélico. 

En 1940 comenzó la fabricación de máquinas y herramientas bajo la denominación NESTOR, marca que adquirió prestigio en todo el país. Fuente: zaragoza.es 

El Noticiero del 12 de octubre de 1928.

Tomada de zaragoza.es 

Tomado de chebro.es 

Fotos de Coyne (1940-1965) del interior de la factoría siderúrgica. Fuente: DARA.

En 1939 Arturo Bressel, el hermano mayor y el que da nombre a esta calle, asume el cargo de director de la empresa, y durante su gestión la convierte en una de las grandes industrias locales. 

En 1939 se produce una de las sucesivas ampliaciones de la fábrica, construyéndose su característico e icónico torreoncillo angular que durante décadas sería una de las vistas más habituales del Arrabal. A su derecha, la Nueva Harinera de Juan Solans. A la izquierda, las dos chimeneas de la antigua Azucarera del Arrabal. Y en preimer plano los restos de la Estación del Norte. Foto de 1998 de Andrés Ferrer de la serie "Historia Ausente (1994-1999)". Fuente: Proyecto GAZA.

La empresa se encarga de construir la pasarela metálica colgante, inaugurada en 1941, antecesora del actual puente de Santiago. Ver más en Santiago, puente de.

Parece ser que los Bressel se distinguieron por dispensar un buen trato a sus trabajadores (700 trabajadores de los años 50). La fábrica albergó un dispensario médico que atendía a casi 2000 personas, servicio de comedor, sala de juegos y una biblioteca a disposición de los trabajadores. 

Según artículo publicado en Heraldo de Aragón del 3 de noviembre de 1940, también contaba con una escuela de aprendices que fue de las primeras en tener reconocimiento en España. 

Escuela de Aprendices. Fuente: Arturo Bressel Viñuales.

En ese momento ya estaba casado con Concepción Egido Gracia, había tenido una nutrida descendencia y pasaba su tiempo libre dedicado a su colección de sellos. Como importante industrial zaragozano que era ocupó cargos importantes en la ciudad. Así, desde 1951 y con Gómez laguna de alcalde, fue concejal del ayuntamiento y en 1955 era ya segundo Teniente de Alcalde del Ayuntamiento de Zaragoza. A finales de 1965 es nombrado presidente de la Cámara de Comercio e Industria.

Y mientras tanto la vida pasaba y la empresa continuaba creciendo hasta convertirse complejo industrial heterogéneo de 22.000 m² que creció añadiendo instalaciones conforme iba surgiendo su necesidad donde trabajaron hasta 700 trabajadores en los años 50 del siglo pasado.

Comparativa entre tres fotos, una de mediados de los años 60 del siglo XX, otra de 1981 y la última, en la actualidad. En la primera imagen de Arturo Bressel Viñuales, descendiente de la familia Bressel, perfila en rojo el espacio ocupado por la factoría en una foto de mediados de los años 60 (se ve el puente de Santiago en construcción). En la segunda, de 1981 de Jesús San Andrés, se ven ya en el centro los bloques de diez plantas de los jardines de Aguilar del Ebro levantados, los primeros en esta parte de la ciudad y se señala en rojo el acceso principal a la factoría. En la tercera, cenital, se remarca en rojo el espacio que ocuparía la factoría.

Finalmente Arturo Bressel fallece el 12 de marzo de 1975 habiendo recibido las Medallas del Trabajo, la de Oro de las Cámaras de Comercio de España, la de Honor de la Feria Muestras y siendo loado por El Noticiero del 14 de marzo.

La fábrica continuó una década su actividad metalúrgica, hasta 1988. Todo fue eliminado en 1998 siendo sustituido por modernos bloques residenciales de diez plantas. El viejo barrio industrial y obrero perdió lo que lo hacía diferente, era ya otro, residencial y para rentas altas.

El primer edificio en ser demolido (1994) fue el torreoncito angular acristalado en su cúspide. Ocupado por indigentes e incendiado, lo que aceleró su fin. Foto de "150 años de ferrocarril en Zaragoza", 2011. Tomada del Proyecto GAZA.

Del conjunto fabril solo se ha conservado uno de los edificios, el Edificio Tribeca. Su función original era la de carpintería y almacén de modelos primero, y de oficina administrativa y técnica de la empresa al final. Después fue sede de Diario 16. En 1998 el edificio se rehabilitó para albergar viviendas.

Ver más en Cataluña, avenida de.

Fuentes: zaragozaarquitecturasigloxx.com - elperiodicodearagon.com - zaragozaguia.com 

La batalla del Ebro es recordada en los libros de historia por ser la más larga y duradera de la Guerra Civil. Tuvo lugar, en 1938, al oeste de la línea del río Ebro, en la zona occidental de la provincia de Tarragona (Terra Alta) y en la zona oriental de la provincia de Zaragoza (Mequinenza). Los cuatro meses de disputa (entre julio y noviembre de 1938) significaron el fin de la guerra en Aragón, cayeron del lado nacional y dejando herido de muerte al bando republicano. Tomado de elperiodicodearagon.com 


El Noticiero del 25 de julio de 1963 conmemoraba a toda página el veinticinco aniversario de la Batalla del Ebro.

(Barrio Universidad): Tomás Bretón y Hernández (Salamanca, 1850 - Madrid, 1923). Músico, compositor y director de orquesta. Fue una de las grandes figuras de la música española del tránsito entre el siglo XIX y el XX y uno de nuestros más grandes autores dramáticos. 

Hijo de una humilde familia y huérfano de padre a los dos años, pudo, a costa de grandes sacrificios, empezar sus estudios en la Escuela de Bellas Artes de San Eloy de su ciudad natal. A los once años era segundo violín de una orquesta de ópera. Después pasó a violín concertino y más tarde organizó cuartetos con los que hizo el aprendizaje de maestro director. 

En 1875 estrenó con gran éxito su primera tentativa operística, Guzmán el Bueno. En la década de 1880 prosiguió su formación en Roma, Milán, Viena y París. A su regreso a España, dirigió la Orquesta de la Sociedad de Conciertos, con la que realizó una valiosa labor en la introducción del repertorio sinfónico europeo. 

Su obra más recordada es la zarzuela "La verbena de la Paloma" (subtitulada El boticario y las chulapas y celos mal reprimidos), dicen que escrita en quince días. Se trata de un sainete lírico en prosa con libreto de Ricardo de la Vega y música de Tomás Bretón. Se estrenó el 17 de febrero de 1894 en el Teatro Apolo de Madrid.​ 

Gran amante del folclore aragonés, especialmente de la jota, nos regaló varias obras: 

* La ópera "Los Amantes de Teruel", estrenada con gran éxito en el Teatro Real el 12 de febrero de 1889. La reseña de dicho estreno consta en el Diario de Avisos de Zaragoza del día de los enamorados.

* "La Dolores". Ópera en tres actos estrenada el 16 de marzo de 1895 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, muestra del teatro de ambiente aragonés tan popular en la época. Basada en un drama de Felíu y Codina José Feliú i Codina cuyo origen fue una copla que escuchó a un romancero ciego en la estación de tren de Binéfar (Huesca). 

El Diario de Zaragoza publicó el 17 de marzo una crónica que os recomiendo leer. En Zaragoza la estrenó el 28 de abril, dirigiéndola la noche del estreno. Es considerada como la primera ópera española. Ninguna otra ópera ha tenido un éxito tan clamoroso y continuado. La Dolores es fruto de una época, de una necesidad y de unas circunstancias: el deseo continuo a lo largo del XIX de llegar a una gran ópera nacional.

* "Cantata a Aragón", con texto del poeta Luis Guitarte, habla en sus versos de Agustina de Aragón, Los Sitios de Zaragoza, Los Amantes de Teruel y La Campana de Huesca. Fue estrenada en Zaragoza en 1919 y su ensoñadora partitura es un canto a la jota. 

Estas obras y su afición por la jota, hicieron de nuestro protagonista una persona muy querida en la ciudad, visitándola varias veces. Bretón fallece en su domicilio de la calle Campomanes de Madrid a los 72 años a causa de una afección cardiaca.

En 1923 se iniciaron las obras de los paseos Calvo Sotelo (actual Gran Vía) y Fernando El Católico, y tras ellos nacería una arteria formada por tres calles (Alberto Casañal, Mariano Cavia y Tomás Bretón). El tranvía conectará esta zona con el centro la ciudad y poco a poco adquirirá los servicios básicos (saneamiento, luz, asfaltado) que le correspondían por ser ya una zona urbana.

Los tramos de Cavia y Bretón eran más estrechos y antiestéticos que el de Casañal por existir casas medio derruidas, vallas, baches y mala iluminación. El cambio comenzó a principios de los años 60 del siglo XX derribando los edificios del lado de los impares y construyeron los nuevos edificios unos metros más atrás. A finales de los años 70 la vía adquirió una anchura de 20 metros para una única dirección de circulación (lo que dotó de mayor fluidez a la circulación), con cuatro metros de acera arbolada por cada lado. Simultáneamente se fue llenando de bloques de viviendas de 7 plantas con amplios locales comerciales con los que la calle fue adquiriendo la actividad comercial de la que hoy disfruta. 

De acuerdo con Anteayer Fotográfico, "la intención de los munícipes que en ese primer tramo del XX urbanizaron el "ensanche" fue homenajear, sin dispersarlos, a los prohombres nacidos o vinculados con Aragón. Así es como se fueron entrelazando las calles de Fita, La Gasca, Cerrada, Pamplona, Laguna, Barbasán, Gracián, Allué... Y por supuesto, las del maestro Bretón, Cavia y Casañal, estas dos últimas quizá extremadamente cortas". 

"Una caricia", noticia sobre violencia de género publicado en El Noticiero del 14 de marzo de 1947. Afortunadamente en esto hemos cambiado para bien.

El primer tramo, entre Fernando El Católico hasta la calle Cortes de Aragón, se denominó calle Alberto Casañal. En 1977 ya era ya bastante amplio, con tres carriles pero, curiosamente, sin portales de viviendas.

A Alberto Casañal le costó obtener su vía dedicada definitivamente en la ciudad. Entre el 7 de noviembre de 1923 y el 26 de septiembre de 1931 se le dedicó la actual calle Blasón Aragonés. Desde al menos 1951 y hasta el 30 de julio de 1987 se denominó así a este el tramo de la actual calle Bretón. Actualmente tiene dedicado un paseo en el Barrio del Picarral (ver más en Casañal, paseo de Alberto).

El segundo tramo, calle Mariano de Cavia, llegaba hasta la calle Moret. En 1977 era más estrecho (solo dos carriles) y feo que el de Casañal. Tras perder la denominación en favor de Bretón disfruta de una plaza en el barrio de San Pablo (Cavia, plaza de Mariano) y una calle en el barrio de Santa Isabel (Cavia, calle de Mariano).

El tercer tramo, Tomás bretón, es el que desembocaba en la avenida de Valencia y el que finalmente, en 1987, dio nombre a los tres tramos.

Comparativa entre los planos de 1968 y 1993 donde se aprecia la unificación del nombre de la vía.

Aragón Express del 29 de noviembre de 1977.

Parece que luego pasó a manos de su hijo Lázaro Lancina Sebastián al que hicieron un amplio reportaje en el Aragón Express del 4 de diciembre de 1980, páginas 12 y 13 al ser un gremio, el de los carboneros, abocado a la desaparición. De hecho, en el momento de este reportaje, solo quedaban ya ocho carbonerías minoristas en toda la ciudad de las más de trescientas que había dos décadas antes agrupadas en un sindicato.

Reportaje a dos páginas sobre el oficio de carbonero minorista en Zaragoza. Aragón Express del 4 de diciembre de 1980. Foto de Consuelo Rojo.

Pocos años antes se formaban largas filas de consumidores esperando turno en estos ennegrecidos almacenes para comprar petróleo, "galletas de Asturias" (antracita para calefacciones comunitarias), leña, lignitos y antracitas para alimentar el tiro de las cocinas, la llama de aquellas económicas estufas de petróleo, los rescoldos del brasero. Costaba un kilo de antracita algo menos de tres pesetas, y tres pesetas con veinticinco céntimos el litro de petróleo. También vendían "zisco" (residuos del carbón vegetal que se empleaban para braseros) y "granza" (trozos pequeños de antracita para cocinas normalmente).

Eran tiempos de un gran consumo de carbón vegetal. Se traía de las Cuencas Mineras hasta la Estación de Utrillas y algunos almacenes minoristas llegaban a contratar hasta siete vagones diarios. La distribución a las comunidades era frecuente hacerla a pie para ahorrarse los gastos de compra o alquiles de motocarros.

Pero ya a finales de los años 70 del siglo pasado los pedidos para las calefacciones de comunidades y con fines industriales se canalizaban exclusivamente a través de los vendedores mayoristas. A los minoristas solo les quedaba la venta de petróleo y de carbón en muy pequeñas cantidades a personas particulares que mantenían sus antiguas calefacciones de braseros. Si a ello le unimos que hacia 1965 comenzó el uso del gas y que estos minoristas (supongo que por seguridad) tenían prohibida su venta, y que el carbón estaba destinado mayoritariamente para las centrales térmicas, la desaparición de este sector era solo cuestión de tiempo. 

El recuerdo del que fue un poderoso gremio y una profesión floreciente en Zaragoza quedará, tal vez, en la denominación de la vieja plaza del Carbón (plaza Salamero), donde hace muchísimo tiempo se vendía al aire libre en improvisado mercadillo, la leña y el negro mineral.

Fue introducida por el Pepe Martín, deportista polifacético y campeón de España de boxeo profesional (en 1940 derrotando a Victoriano Alonso en el Frontón Cinema), que después fue entrenador de gimnastas, luchadores y boxeadores como Lorén (que participó en los JJOO de Tokio de 1964 y fue suspendido a perpetuidad como boxeador aficionado por agredir al árbitro de su primer combate) y Perico Fernández cuando ganó el Campeonato de Europa de superligeros en 1974. 

El primer practicante de la halterofilia en nuestra comunidad autónoma fue José Blesa. En 1955 José Martín, recibió orden de Madrid para constituir en Zaragoza la primera federación regional de gimnasia deportiva y pesas (1956), que inicialmente estaba vinculada a la de atletismo y después a la de gimnasia. Unos ejes de ferrocarril, una barra larga de hierro, una rueda a cada lado, un hombre fuerte en medio... y a levantar.

Fotos de Gerardo Sancho. 1) Firma del combate de boxeo entre los púgiles aragoneses Pepe Martín (rojo) y Luis Soria en los años 40 (DARA). 2) foto del combate (DARA). 3) Años más tarde recibiendo una condecoración de la Federación de "Beddy Builders" (DARA). Soria y Martín fueron los mejores boxeadores  aragoneses de la postguerra.

Ignacio Almau. cesbor.blogspot.com

En 1956 se celebró el primer campeonato de neófitos en el Gimnasio Zaragoza B. C., propiedad de Pepe Martín. Los primeros campeones fueron Marcellán, Alonso, Blesa, Bescós y Vissieres. Fue Marcellán el primer aragonés que se clasificaba en un tercer puesto nacional en 1956. Fue Barrios, el primer aragonés que se clasificaba como campeón de España del peso medio en Bilbao en 1957, por delante del famoso Moscos. 

El impulso definitivo se dio en el Club Polideportivo Parque (en el Parque Primo de Rivera, hoy Labordeta), que tomó en 1959 las instalaciones del Salduba para forjar el equipo que levantó el 11 de julio de 1965 en Montemar, Alicante, el primer título nacional. Ese equipo estaba formado por Ignacio Alagón, Pedro Pablo Fernández, Juan Bautista Mallot, Cecilio Marcellán, José Luis Alonso, Armando Otero e Ignacio Almau, con Pepe Martín (entrenador) y Antonio Aured (juez).

Pepe Martín falleció en Zaragoza en marzo de 1979.

Ignacio Almau Martínez (Borja, 1944) era el mejor deportista de esa primera época. De niño se trasladó a vivir a Zaragoza y su frágil musculación le impulsó a entrenar en el gimnasio Salduba, donde muy pronto se percataron de sus posibilidades. En 1962 comenzó a practicar la Halterofilia y el 24 de junio de ese mismo año se proclamó Campeón de España en categoría junior, título que revalidó al año siguiente, alzándose con el título absoluto y siendo internacional, por vez primera, frente a Suiza en Valencia. 

Fue Campeón de España en diez ocasiones, dos de ellas en la categoría de 56 kilos y ocho en la de 60. Miembro de la selección española en 25 ocasiones, tomó parte en los Campeonatos de Europa celebrados en Leningrado (1968), Varsovia (1969), Budapest (1970) y Sofía (1971). Estuvo presente, asimismo, en el Campeonato del Mundo, celebrado en Varsovia en 1969 y en los Juegos del Mediterráneo que se celebraron en Esmirna, en 1971, año en el que fue galardonado con el Premio al mejor deportista de Aragón. No pudo lograr su sueño de participar en unos Juegos Olímpicos.

Fuente: El Noticiero, 30/12/1964, página 10 - heraldo.es - cesbor.blogspot.com 

1968 VIII Cto. de España de Halterofilia en Zaragoza.

La portada del disco "Vuelve Rocky Kan" (2023). Muestra a Rocky Kan en 1969 con su guitarra en la discoteca Samantha’s. Aparece delante del frontal de vehículo que servía como cabina del DJ.

La discoteca Samantha’s era propiedad de de José Luis Cano Olivera (Sevilla, 1942 - Zaragoza, 1992), aunque todos lo conocían por su apodo artístico "Rocky Kan". Fue un cantante de Rock and roll de finales de los años 1950, uno de los primeros rockeros españoles de los 60.

Había nacido en Sevilla el 9 de septiembre de 1942. Hijo de un inspector de policía, su familia se trasladó a Zaragoza cuando él era todavía un niño. En la capital aragonesa trabajó durante su adolescencia como botones y camarero en varios establecimientos hosteleros, entre ellos el bar de oficiales de la base militar estadounidense. Allí conoció el rock and roll que llegaba de Estados Unidos.

Deslumbrado por el nuevo sonido y las canciones de artistas como Elvis Presley, Little Richard o Chuck Berry decidió convertirse en cantante de rock. Sus primeras actuaciones tuvieron lugar en locales de Zaragoza ya a principios de 1957. Ese mismo año participó en el programa de Radio Juventud ‘Plataforma de estrellas’, en el Teatro Fleta y cambió su nombre real por el definitivo Rocky Kan.​

En 1959 se instaló en Barcelona, en un intento por conseguir un contrato discográfico y publicar sus discos. No fue hasta el año siguiente cuando la compañía Iberofón lo fichó y con ella grabó en 1961 sus primeros EP con versiones de canciones norteamericanas, italianas y francesas, así como algún tema propio. Ese mismo año pero unos meses antes había grabado Chico Valento, el primer disco de disco rock and roll en España.

Su producción, claramente adscrita al rock and roll, incluía versiones de temas estadounidenses, italianos y franceses; así como temas propios. Y, como era corriente en la época, alternaba las interpretaciones en inglés, italiano y español.​

A finales de 1963 tuvo que realizar el servicio militar obligatorio, lo que supuso un parón artístico de casi dos años. A su reincorporación a la vida civil los cambios estilísticos y musicales acaecidos en 1964, tras la eclosión de la "British Invasion", el auge del beat y el rythm and blues y el surgimiento de miles de grupos en todo el país habían transformado la escena rock española.​ Los viejos rockers pioneros de finales de los 50 se veían obligados a amoldarse a las nuevas corrientes, cambiando su imagen y estilo, o a desaparecer.​ Este último fue el caso de Rocky Kan, aunque no sin antes grabar un último sencillo en 1965 (con la discográfica Zafiro), más orientado hacia el beat y el Ye-yé.​ 

Se retiró hacia finales de los 60. Se casó, formó una familia y a partir de entonces montó varios bares y restaurantes, y una de las primeras discotecas de la ciudad, Samantha’s, en recuerdo a una de sus canciones más exitosas. Las timbas de póker y una vida ocio aconsejable le hicieron acabar en la cárcel a en 1977. Falleció en un accidente de coche el 28 de diciembre de 1992.

Fuente: wikipedia.org - cope.es -  heraldo.es 

Cuatro años antes ya estaban buscando personal.  El Noticiero del 9 de junio de 1966.

Comparativa entre una foto de Gerardo Sancho (DARA) de la esquina ocupada por la Cafetería Bretón en los años 60 y en la actualidad (2024).

Foto de Gerardo Sancho (DARA) del interior de la Cafetería Bretón en los años 60.

El Noticiero del 25 de agosto de 1972, página 2.

Edificio "Torresol". Postal KOLOR-ZERKOWITZ (1964). Luisa Olga Sanjuan Jaime.

Comparativa entre una foto de García Luna de 1982 en la esquina de Fernando El Católico durante un reventón y en la actualidad. 

Fuente: Aragón Express del 22 de enero.

Comparativa entre una foto de los años 70 del siglo XX y hoy. Gerardo Sancho (DARA)

(San Pablo): Labradores y comerciantes del barrio del Gancho que hicieron frente a un motín popular entre el 1 y el 6 de abril de 1766 (el motín del pan). Se conoce erróneamente como el motín de "los broqueteros", porque fueron precisamente ellos los que acabaron con aquella revuelta.

No fue una rebelión aislada. En el siglo XVIII se sucedieron los motines por todo el país contra las inmorales subidas de los productos de primera necesidad, contra la influencia de los extranjeros en el gobierno del país y, como en el caso previo del motín de Esquilache (napolitano y hombre de confianza de Calos III), por la prohibición de determinadas costumbres como el uso de la capa larga y el chambergo (sombrero bajos de copa y anchos de falda) bajo el argumento de que el embozo permitía el anonimato y la facilidad de esconder armas, lo que fomentaba toda clase de delitos y desórdenes. Al pueblo le causa risa que se legislase sobre eso y no se hiciera nada para mejorar su situación.

En el caso que nos ocupa nos encontramos en un contexto de varios años de malas cosechas y sequía, con la existencia de acaparadores que retenían trigo para especular, y con una orden de Carlos III que liberalizaba el precio del trigo. Además la ciudad estaba llena de labriegos hambrientos que habían huido a la ciudad en busca de trabajo. La consecuencia fue la subida del precio del pan, similar al de otras ocasiones, pero en esta sirvió de pretexto para que muchos aprovechasen la ocasión para robar, saquear y ajustar cuentas.

El 1 de abril de 1766 aparecieron en lugares relevantes de la ciudad pasquines animando a la rebelión con amenazas directas al intendente Corregidor de Avilés y a los especuladores de que si no bajaba el precio del pan en el plazo de ocho se les quemarían sus casas. No eran amenazas hechas por un donnadie en su redacción se traslucía que estaban hechas por alguien de cierta cultura.

Los días siguientes continuaron los pasquines descontando cada día para el fin del plazo dado y ahora ya citando a las futuras víctimas profiriendo amenazas contra sus propiedades en la ciudad. Así señalaban con el dedo a don José Avilés, hijo del Intendente Corregidor, a don Francisco Domezaín, a don Lucas Goicoechea, a don Pablo Pascual y a D. Miguel Losilla y se ordenaba a "personas aficionadas a sostener derechos , prerrogativas y preeminencias que por el derecho civil y de gentes que, público privado, nos competen contra los crueles enemigos que atesoran los bienes de los pobres en Cristo que estén prevenidos ya la seña que tienen comunicada concurran al punto que se tiene destinado para ejecutar las extorsiones y hostilidades que en tales casos nos son permitidas".

Las autoridades, el marqués de Castelar (Capitán General de Aragón) y el de Avilés (Intendente Corregidor), debieron entrar en pánico viendo la que se les venía encima. El procedimiento era muy similar al inicio del motín de Esquilache madrileño de la pasada Semana Santa y pensaron que en la ciudad se estaba cociendo reproducirlo. Castelar tomó dos decisiones:

Calle Broqueleros desde C/ San Pablo. 2024. Foto propia.

Por un lado movilizó tropas a Utebo y Monzarbarba. Amedrentadas las autoridades centraban sus esfuerzos en que los alborotadores no salieran de la ciudad para que evitar que el motín se trasladase a otras localidades. 

Por otro convocó a una reunieron secreta (se les pidió que llegasen sin uniformes para despistar) con el resto de autoridades y, para aplacar los ánimos, acordaron publicar un bando que autorizaba sin distinción de clases que se pudiera amasar pan y venderlo libremente, privilegio de que antes disfrutaba solo un cierto gremio, además de exigir a los almacenistas de trigo que dieran relación exacta de las cantidades que tenía cada cual, para dar cierta satisfacción a los hambrientos. 

No funcionó. Por aquel entonces la publicación de un bando llevaba una parafernalia importante cuando se verificaba con todo el aparato que requería lo solemne de las circunstancias. Un brillante cortejo compuesto de clarines, timbaleros, alguaciles vestidos con pintorescas ropas recorrían la ciudad a caballo pregonando las nuevas normas aprobadas. 

En este caso la lectura y publicación debía hacerse al día siguiente, el domingo 5 de abril por la mañana, pero tuvo que posponerse hasta pasada la una del mediodía. El cronista oficial, Tomás Sebastián y Latre, argumentó que fue porque nadie les quería alquilar las monturas, algo raro teniendo en cuenta la existencia en la ciudad de dos regimientos de caballerías. Seguramente se debió a que pensaron que a esas horas habría menos gente en las calles.

Comenzó la comitiva el recorrido desde Capitanía General donde dieron la primera lectura sin novedad, hasta algunos dicen que recibieron aplausos. Continuaron a su derecha bajando por la Albardería (ver más en César Augusto, avenida de) hacia el mercado donde repitieron la lectura, arrastrando cada vez más curiosos. Los primeros "susurros desapacibles" se escucharon en la calle Platería (actual calle de la Manifestación) camino de la calle Mayor. En el cruce de las calles Jaime I y Mayor ya se habían mudado en pitos, insultos, escupitajos y amenazas hacia los infelices ministros de justicia. Además de que la gente se apretujaba cada vez más por la estrechez de esas calles...

Al llegar junto a la antigua universidad y osar leer de nuevo el bando comenzó el la lluvia de guijarros al alguacil mayor y la desbandada de la comitiva municipal. Un clarinetero fue derribado de su caballo y uno de los cabecillas subiéndose sobre él y soplando el clarinete arengó a la plebe para que lo siguiera por el Coso camino del palacio del Capitán General, pidiendo la muerte del Corregidor y el cumplimiento de sus exigencias. El marqués del Castelar estaba enfermo, pero saltó de la cama al oír el espantoso tumulto y envuelto en una bata de seda salió al balcón para calmar a los amotinados. Un estudiante le exigió que bajase el precio del pan, el aceite y las judías, y el General prometió darles satisfacción, pero otro día.

Obra de Pedro Richardo, del colectivo 100 Pression en la Calle Broqueleros, realizada durante el Festival Asalto. Foto propia, 2024.

Palacio de Fuenclara, en la parroquia de San Felipe. 

Tomado de heraldo.es 

Muchos no lo creyeron y se dirigieron en masa a la casa del Intendente, sita en el palacio de la condesa de Fuenclara, entrando por la fuerza, robando y destrozando todo lo que encontraron a su paso y provocando la primera víctima, un cochero de la casa que se interpuso a la turba y recibió una estocada. José Avilés, el hijo del intendente y militar de oficio les ofreció su vida a cambio de salvar la de su padre, que andaba escondido en el tejado. Le respondieron "no queremos tu vida, que es de Dios, si no lo que es nuestro". Con el mobiliario y enseres de la casa hicieron una hoguera tan grande que amenazó hasta la integridad de la iglesia de San Felipe. El Intendente, su mujer y su hijo, tuvieron que huir por el tejado; refugiándose en la casa vecina de don Joaquín Villaba.

El Capitán General acudió junto con el Regimiento Cantabria con orden de no abrir fuego, pero lo único que consiguió es asegurar la vida del Intendente y que los saqueos se trasladasen a otras casas ricas de la ciudad, entre ellas: 

*Las dos casas del mercader Lucas Goicoechea en la antigua plaza de la Cabra. En otros documento pone que estaba en la calle de Goicoechea (ver más en Bayeu, calle de Francisco. Tiraron los muebles por la ventana y los quemaron, junto con ambos edificios, que eran adyacentes. Dos días más tarde el fuego aún estaba activo y a duras penas se consiguió que no afectase al Colegio de las Vírgenes. Ver más en Méndez, calle de Casto.

*La de Francisco Antonio Domezain, funcionario de la Real Hacienda, y uno de los más ricos y acreditados negociantes de esta ciudad.

*Y las de Losilla (en el Mercado), Alejo Romeo, Miguel Pascual (en la calle San Blas) y Pascual Castellanos (en la calle Torre Nueva). 

Los responsables eclesiásticos trataron de contener a la muchedumbre con procesiones Santísimo en ristre y rezos del rosario, pero los amotinados simplemente se santiguaban al ver pasar a los religiosos y continuaban a lo suyo por las casas de José Tubo, Vicente Junqueras, Pascual (en la calle San Blas) y en el café del Carmen, en la calle San Gil, participando cada vez más gente en ellos.

Como decíamos meter al ejército y enfrentarse a los alborotadores seguramente sería como echar gasolina al fuego, pero algo debían hacer las autoridades. El capitán José Ortiz, del regimiento de Lombardía y casado con una de la parroquia de San Miguel, le sirvió la solución al Capitán General en bandeja de plata: saldría contra los revoltosos con algunos paisanos amigos suyos y una escolta de cuatro granaderos para publicar un bando aceptando las exigencias de los amotinados de abaratar las subsistencias.

No solo nadie se metió con este pequeño grupo si no que los recibieron entre aplausos. Después aseguró reforzando la guardia del puente de Piedra y de la Tesorería, en la plaza de la Seo, pensando que todo podría haber sido provocado por alguien interesado en montar follón dentro para facilitar un ataque a la ciudad desde afuera.

En la ciudad crecía la indignación que provocaban entre muchos zaragozanos las pendencias de los amotinados, hecho que percibió el capitán Ortiz. Consciente que era necesaria la neutralidad del poder y que no era conveniente meter al ejército para resolver por las armas la situación, decidió dirigirse con los que le acompañaban ante el Capitán General para que solicitar armarse y enfrentarse a lo que podía haber sido un antecedente de la Revolución Francesa. 

El grupo de parroquianos que lo acompañaban (por lo general labradores y artesanos acomodados, aunque había de todo) de San Pablo, la Magdalena, San Miguel y del Arrabal, acaudillados por algunos valientes (Muñoz, Porta, Santa Romana, Tomás Escartín) se presentaron a las 8 de la noche en el palacio del capitán general (actual Audiencia Provincial) para hacer la solicitud. 

Miguel Thomás, de la parroquia de San Pablo, fue el encargado de convencer al general de que si se negaba a otorgar tan excepcional permiso esa misma noche la ciudad podría arder por completo. Aunque se dice que el marqués de Castelar se negó al principio por lo inusual de la propuesta, finalmente accedió, aunque exigiendo, de forma muy hábil, que el capitán Ortiz se quedase junto a él. Su objetivo que el mismo pueblo acabase con el motín que el mismo pueblo había comenzado, evitando avivar el odio hacia los gobernantes.

Mural del artista Vworkshop en la séptima edición del Festival Asalto. Foto propia, 2024.

Con el sí del Capitán General, los broqueleros planearon dividirse en dos cuadrillas para reclutar gente de buena intención. Una cuadrilla partiría al Mercado y otra a las Tenerías para reunirse después en el Coso y convenir una contraseña, "sombrero", que delatara a los que podían infiltrarse en sus filas. Los pocos que reunieron se armaron como pudieron con las espadas y broqueles (pequeños escudos) que encontraron y de forma heroica se lanzaron sobre los que andaban haciendo el mal en la casa de Miguel Pascual, y en el café del Carmen, provocando su huida. 

Uno de muertos a cuchilladas de broqueleros fue un individuo grandote y pendenciero llamado Francho Luque y que vivía en la calle del Saco, que se puso a la cabeza de una hueste de desalmados cometiendo todo tipo de tropelías.

Siguieron recorriendo la ciudad enfrentándose a los amotinados, disolviendo a espadazos a la masa de gentes del Coso y sofocando incendios. Las autoridades, ahora sí, tomaron posiciones estratégicas en la ciudad, apresaron a varios de los delincuentes y recuperaron algunas de las riquezas expoliadas. 

A las doce de la noche, ya exhaustos, la ciudad volvía al orden. Se marcharon hacia el Coso y formaron frente al balcón del Capitán General. El que ejercía de jefe de todos ellos, Domingo Tomás, labrador de San Pablo, subió y le dijo al marqués Castellar aquello de "Puede vuestra merced dormir tranquilo. Zaragoza está pacífica" y que se iban a sus casas a descansar. Entre ellos Mariano Cerezo (ver Cerezo, calle de Mariano), de 22 años, para el que estos enfrentamientos fueron un aperitivo de lo que se iba a encontrar cuando años más tarde llegaron los crueles asedios de la Guerra de la Independencia. 

Los días posteriores toda la apatía mostrada por las autoridades en reprimir el motín se convirtió represión y mano dura contra los responsables del levantamiento. Una decena fueron ajusticiados, el primero el que montó el caballo del clarinero, dejando a la exhibición pública sus cabezas en la Puerta del Carmen a modo de advertencia, y los latigazos, destierros y las deportaciones a prisiones de África estuvieron al orden del día y solo se detuvieron por intervención del arzobispo.

José Luis Galbe en Heraldo de Aragón (3 de octubre de 1926), pone en duda esta la versión oficial y argumenta que todo respondía a un plan maquiavélico urdido por las fuerzas vivas de la ciudad que funcionó a la perfección. La propagada posterior hizo héroes a simples esquiroles o tontos útiles. Resumiendo mucho el capitán Ortiz seleccionó a un grupo paisanos de buena voluntad de entre sus adictos, los armó bien, les dio autoridad para ejercer la violencia, les aseguró el apoyo del ejército y que serán premiados por ello. Otros, pensando que obraban como "Dios manda" les siguieron. 

Pasado todo, con alguna distinción, pero igual de pobres, les volvieron a quitar las armas y volvieron a sus oficios anteriores. Con esta estrategia enfrentaron a ciudadanos contra ciudadanos, evitando la entrada del ejército en la ciudad y que la revuelta se extendiera otras ciudades contra las instituciones del estado.

Calle Broqueleros desde la calle San Blas. 2024. Foto propia.

Aunque se pacificó la ciudad, las autoridades quedaron en evidencia por su pasividad. Ante los ojos de todos los héroes fueron los broqueleros y la envidia de las autoridades se materializó en que se les formó un proceso en el que se les acusaba de haber asumido por su cuenta una tarea y una responsabilidad para la que no estaban investidos debidamente. 

Los broqueleros tuvieron que pedir perdón al rey por haberse comportado como héroes sin el título apropiado y, con la intercesión del Conde de Aranda, (recién llegado al cargo de la presidencia del Consejo de Castilla en sustitución de Esquilache), no solo los perdonó si no que los premió concediéndoles un año después veintiuna Mercedes de Hidalguía y escudo de armas que representaba un joven vestido de paisano con una espada en la diestra y un broquel con las armas de la ciudad en la zurda y por orla sobre campo de gules un mote en verso que dice: PRO REGE ET PATRIA PARITER CERTARE DECORUM EST. 

Escudo de la calle Villacampa número 4. DARA.

Los privilegiados fueron Francisco Alcaine, Blas Bruil, Francisco Calvete, Vicente Casanova, José Esquirol, Manuel Felipe, Miguel Ferrer, Cristóbal de Fuentes, Pascual Garcés, Joaquín Insausti, Manuel Lasierra, Francisco Martínez, Juan Francisco Muñoz, Matías Oñate, Manuel Ortiz, Andrés Pasaña, Félix Porta, Francisco Porta, Manuel Santa Romana, Pedro Valero y Marcos Ximénez.

No es que fueran solo 21 los broqueleros, que fueron muchos más, los privilegiados son los que se distinguieron como jefes de patrulla y los tres alcaldes del Arrabal: Miguel Ferrer, Blas Buil y Francisco Alcaine. A Blas Buil se le concedió además la gracia de ser alcalde del Arrabal de por vida y que después el cargo fuera ocupado por su hijo, José Buil (también se distinguió como el padre en estos hechos) también de por vida. 

Aún se conserva uno de aquellos escudos en la fachada del número 4 de la calle Villacampa, en el Arrabal. El escudo está en la fachada de la que fue casa de Miguel Ferrer.

Fuentes: El Correo de Aragón (1 de octubre de 1867) - Gil de Azagra, Heraldo de Aragón del día del Pilar de 1919 - Andrés Giménez Soler, El Noticiero (2 de enero de 1934) - El Noticiero (20 de junio de 1934) -  Adolfo castillo Genzor, El Noticiero (23 de junio de 1970).

Cuando se llamaba calle Sobrejuelas o Obrejuelas abarcaba un tramo mayor, llegando desde la calle San Blas hasta la calle Castellana (actual calle Boggiero), sumando el tramo de la calle Echeandía actual.

La actual calle Broqueleros en plano del siglo XVII con la denominación de Sobrejuelas, en plano de 1769 de Carlos casanova con el nombre de Mesón de San Antonio, en plano de 1853 de Coello con el nombre de calle de San Antonio, y en plano de Casañal de 1880 ya con la denominación de calle Broqueleros.


En 1870 en este número estaba el Juzgado del distrito de San Pablo, y en 1905 había una carbonería.


En noviembre de 1935 la policía localizaron en una tienda de este número 3 un arsenal de bombas y municiones: 5 bombas, una gran caja de municiones de fusil, 29 cajas de municiones de pistola de nueve milímetros, dos pistolas con dos cargadores cada una, cuatro aparatos cargadores de tambor, 11 muelles de pistola y otros efectos y útiles para fabricación de explosivos. Parece que los almacenes donde se encontraron habían sido arrendados por el dueño de la tienda a Antonio Pérez Fernández, propietario de una frutería en el número 15 de la calle Prudencio y que ya estaba siendo investigado por tenencia de líquido inflamable. Heraldo de Aragón del 14 de noviembre de 1935.

El Mercantil de Aragón del doce de diciembre de 1899. El autor de la columna, Cerero H., propone eliminar los nombres de calles "que no dicen nada" y sustituirlas por otras dedicadas a personajes ilustres.

En el segundo piso de este número 4 en el año 1910 estaba el colegio de sordomudos y ciegos que dirigía el profesor D. Lorenzo Cáceres Gracia, de 31 años. El 14 de noviembre de ese año un profesor auxiliar acuchilló al director y a Raimunda Berdejo, la dueña de la casa. Desde principios de ese año prestaba sus servicios como profesor auxiliar del colegio un joven llamado Ramón Usón Gracia, de 18 años de edad y con una grave deficiencia visual. 

Heraldo de Aragón del 15 de Noviembre de 1910.

 Ambos protagonistas tenían una relación cordial pero una discrepancia por la asistencia a un concierto en una torre de los alrededores desembocó en que Usón acuchilló al director delante de varios de sus alumnos. Cuando ante el alboroto generado entró Raimunda e intentó separarlos también se llevó cuchilladas en el brazo izquierdo. El agresor se presentó ante la autoridad en la oficina de vigilancia de la calle Cinco de Marzo, quedando detenido y siendo trasladado a la cárcel de la calle Predicadores.

Aquí estaba la posada de San Antón en 1869. Fue subastada en 1883.

El actual edificio es la consecuencia de la reforma emprendida por el maestro de obras Antonio Miranda, propietario de la casa, en 1908. En ella se reordenaron y transformaron los vanos de esta casa antigua de arquitectura tradicional. En el interior, es interesante la puerta interior del zaguán. Más información: zaragoza.es 

En 1918 aquí había un punto de venta de leche y productos del ramo.

En junio de 1936 aquí estaba el almacén de jamones de Manuel Lalana Segura. Lo sabemos por la noticia del robo de unos jamones publicada en El Noticiero del 11 de junio de 1936.

Diario de Avisos de Zaragoza del 15 de febrero de 1918.


Quejas por la deficiente iluminación. 

El Eco de Aragón (22/11/1865), página 3


El Diario de Zaragoza del 30 de marzo de 1887, página 3. Riña en la que finalmente hubo un fallecido según se informó en un periódico de los días posteriores. Era el segundo marido que le mataban a su pobre viuda.


La Derecha del 31 de diciembre de 1891, página 3.

Heraldo de Aragón del 2 de octubre de 1907.

(Barrio del Picarral): Se encuentra en la vertiente sur de los Pirineos, en la comarca aragonesa de Sobrarbe, estando recorrido de norte a sur por el río Ara. Su capitalidad la ostenta la villa de Broto, que le da nombre.


Plano turístico del año 1968 en el se ve aún el puente del ferrocarril de la Almozara y aún no se ha planificado el trazado de lo que, como se ve en el otro plano de 1980, será la calle Valle de Broto.

Foto del cruce de la avenida de los Pirineos y la calle Valle de Broto con Kasán de fondo. Gerardo Sancho en 1983 (DARA).

Captura de Google Maps del año 2022.

Tomada de Wikipedia.

Antes en el entorno del actual Parque de Bomberos se levantaba gran montaña de escombros por ser el punto de acumulación de desechos procedentes del derribo de la manzana de Escuelas Pías y Cerdán.

Foto del año 1975 de la montaña de escombros que ocupaba el lugar donde luego se levantaría la Central de Bomberos. Fuente: Juan Carlos Lahoz Pérez.

Se inauguró el mes de marzo de 1983. Antes, desde abril de 1896, el único parque de bomberos era el ubicado en el Convento de la Victoria (ver más en Victoria, plaza de la). Entre sus modernas instalaciones contaba con un centro de comunicación altamente sofisticado (con capacidad para mil líneas), al estilo alemán y cajas negras (para grabar las llamadas y registrar los datos como la hora de la llamada, número que la ha hecho y tiempo de la llamada). Para ello el concejal delegado de Bomberos, Santiago Vallés, visitó parques de bomberos de varias ciudades alemanas para conocer la última tecnología en este campo.

La plantilla en ese momento eran 234 hombres en servicio activo, más 24 de la escala auxiliar, que realizaban también misiones de apoyo

Para colmar las necesidades de la Unidad de Buceadores de Bomberos de Zaragoza (fundada en 1967) se construyó una piscina con foso de buceo que fue modélica en su tiempo.

Inauguración de la nueva Central de Bomberos presidida por el alcalde de Zaragoza, Ramón Sainz de Varanda, y José Barrionuevo, ministro del interior. Fotos de Gerardo Sancho, 1983 (DARA).

(Zona Centro): Juan Faustino Bruil y Olliarburu. (Zaragoza, 1810 - 1878​). Banquero, comerciante, ministro de Hacienda, senador vitalicio y bienhechor de Zaragoza, así declarado por acuerdo del ayuntamiento. Durante varias décadas fue la figura más relevante de Zaragoza y una referencia en materia económica que intervino en cuantos asuntos de este tipo se suscitaron en su época en la ciudad.

Nació en una Zaragoza asolada tras los dos Sitios del matrimonio francés formado por Juan Bruil, natural de Arbeña, y de doña Engracia Olliarburu, oriunda de Busenaris. Fue bautizado en San Pablo por el coadjutor de la parroquia don José Burriel. Los que lo conocieron dicen de él que era un buen mozo, reservado, que vestía de forma distinguida y que, al gusto de la época, lucía patillas cortas, bigote moco y la mosca (pelo bajo el labio inferior aún sin tener perilla) habitual entre esparterístas. No era de habladurías, nadie sabía casi nada de su vida privada.

Comienza sus actividades mercantiles en una tienda que su padre (francés) poseían en la calle Espoz y Mina (calle Tornería entonces), en el cruce de la calle del Arco de Santo Domingo (antes llamado arco de la Raga, ubicado a la entrada de la calle de San Braulio y cerca de su intersección con Espoz y Mina), en la casa que fue de Don Alejandro Palomar. Bruil pasó por todos los puestos, fue aprendiz, mancebo y dueño.

A los 22 años, lo que demuestra que ya podía mantener un hogar, casó con doña Ángeles Mur Mendoza, de solo 14 años de edad, acto que se celebró el 29 de junio de 1832, en la iglesia de San Pablo, siendo el encargado de administrar el sacramento don José Martí, cura de la parroquia. Una de sus viviendas estaba en la calle de la calle Montera (actual calle Candalija)

Como dueño de un establecimiento, y por lo tanto deseoso de estar al corriente de la marcha mercantil de la ciudad, empezó a frecuentar la famosa tertulia de Comercio, de donde salió la idea de crear el Banco de Crédito y el Centro Mercantil. Con solo 35 años, funda (1845) y preside la primera sociedad anónima financiera creada en Aragón, la Caja de Descuentos Zaragozana, que comenzó a operar en su domicilio del Coso número 6, hasta su conversión en 1857 en el Banco de Zaragoza y en Banco de Crédito de Zaragoza a partir de 1875. Era uno de los veinte bancos que hubo en España que podían emitir papel moneda hasta 1874 en que se unificó ese privilegio en el Banco de España (El Noticiero del 25 de junio de 1974, página 28), con el consiguiente disgusto de nuestro protagonista. El objetivo era generar un instrumento poderoso de ayuda a la industria y al comercio que permitiese ensanchar su radio de acción y poner en circulación capitales Inactivos.

También fue comisionado del Banco de San Fernando, el antecedente del actual Banco de España. 

Retrato de Juan Bruil regalado al ayuntamiento por la familia tras su fallecimiento.

Diario de Avisos de Zaragoza del 23 de agosto de 1897.

Como todos los genuinos representantes de la burguesía maña del siglo XIX, hizo una gran fortuna con la compra de bienes nacionales emanados de la desamortización de Mendizábal, lo que sumado a la diversificación de sus negocios empresariales (consta como socio representante de varias empresas, como esta de diligencias a Navarra) le convirtieron en el mayor contribuyente fiscal de Aragón en la década de 1860.

En política se alineó con los progresistas, siendo alma y cabeza de la revolución de julio de 1854 que llevaría al poder al general Espartero y que se ideó en su famosa torre de Bruil. Como premio fue nombrado ministro de Hacienda por Leopoldo O'Donnell, ejerciendo entre el 5 de junio de 1855, en que sustituye a Pascual Madoz, al 7 de noviembre de 1856, cayendo con Espartero. 

No tuvo una actuación brillante. El momento político, su sencilla apariencia (no llegó a hacerse el uniforme de ministro) y sus pocas dotes oratorias no le ayudaron. Finalmente la oposición de los sectores más revolucionarios y contrarios a sus proyectos de reforma de los aranceles de las aduanas y de restablecimiento de los derechos de puertas y consumos le condujo a la dimisión. Bruil es un destacado artífice de la legislación que aparece durante el bienio progresista, la cual permite el establecimiento de mejores sistemas financieros privados que impulsaran la economía. Suya es la primera ley de sociedades anónimas de préstamo y crédito que permitiría la entrada de capitales extranjeros para la financiación de proyectos en España. 

En materia ciudadana contribuyó a la apertura de las calles Alfonso I y Espartero (1856), costeó con su sueldo como ministro la construcción de la desaparecida puerta del Duque de la Victoria (ver más en San Miguel, plaza de), y perteneció a la Junta directiva de la Exposición Aragonesa del 68 que organizó la Económica Aragonesa de Amigos del País, a la que perteneció.

Fue el ideólogo del Canfranero porque en 1853 impulsó el primer proyecto de construcción del ferrocarril a Francia por Canfranc para dar salida a Aragón hacia Francia. También dirigió en 1850 un importante, aunque fracasado porque finalmente se decantaron por el ferrocarril, proyecto para la ampliación del Canal Imperial hasta el Puerto de los Alfaques, con objeto de poder disponer de un fácil acceso al mercado catalán para los productos aragoneses.

Aunque él y su esposa, Ángela Mur y Mendoza, adquirieron un gran número de propiedades durante las desamortizaciones, la más célebre fue la conocida, extensa y lujosa torre de Bruil, extramuro, junto al Huerva. Situada en la calle Asalto, sirvió al matrimonio Bruil-Mur de residencia y lugar de descanso y recreo, tras adquirirla en 1850. Ver más en Bruil, parque.

En otra extensa propiedad suya situada en el Burgo de Ebro, otro ejemplo de su afición a jardinería, fue el Soto de Bruil, donde introdujo modernas técnicas agrícolas y edificó en 1860 la llamada "Casa de Herederos".

A su muerte fue vendido a la familia de Palomar y Mur, que lo ha conservado, especialmente el edificio, con un mimo extraordinario explotándola como finca de alquiler para eventos sociales.

El Anunciador, 30/12/1864, página 2 y 3.

Foto actual del Soto de Bruil. 

Fuente: sotodebruil.com 

Parece ser que el mantenimiento había hecho mella su la economía familiar. Parece ser que se barajó la posibilidad de utilizar sus jardines para acoger en parte la Exposición Regional de 1868, cosa que podía haber solucionado sus problemas económicos pero el certamen se desarrolló en la Glorieta de Pignatelli (ver más en Aragón, plaza de). Finalmente, ante la imposibilidad de poder mantenerla, el 23 de agosto de 1868 el matrimonio Bruil-Mur decidió vender la torre por 70.000 escudos al notario don Francisco de Cavia y Fernández y su mujer doña Anselma Lac y Gracia. 

Bruil murió el 21 de marzo de 1878 de gastroenteritis en su casa de la Maestranza (ver más en Dormer, calle de Diego) y sin descendencia. No debía conservar su gran fortuna porque no se pudieron cumplir todas sus disposiciones testamentarias. Fue enterrado con una cajita con los restos de sus padres que siempre conservó. Su mujer le sobrevivió hasta el 18 de agosto de 1897.

Los restos de Juan Bruil y su esposa descansan en un panteón del cementerio de Torrero obra del escultor Ponciano Ponzano, el mismo que labró el frontón del palacio de Congreso por encargo de Bruil cuando fue ministro. Eran familia desde el 12 de mayo de 1841 en que el escultor se casó con Juana Mur, hermana de la esposa de Juan Bruil.

El busto de su centro, realizado en mármol de Carrara, fue realizado en el año 1854, en vida de Juan Bruil, en uno de los viajes de Ponzano a su ciudad natal, ya que desde su regreso de Roma, se había establecido en Madrid. 

Diario de Avisos de Zaragoza del 1 de abril de 1878.

Posteriormente, en 1880, fallecidos escultor (1877) y retratado (1878), será colocado presidiendo su monumento funerario en el Cementerio de Torrero de Zaragoza, cuyo proyecto está fechado en 1880. Fuente: zaragoza.es 

Panteón de Juan Bruil y Ángeles Mur (zaragoza.es). 

Fuentes: elperiodicodearagon.com -  Heraldo de Aragón (3/2/1906) - La Voz de Aragón (1/11/1927) - El Noticiero (3/3/1955).

Detalle de plano de Casañal de 1887 donde se aprecia la calle con su actual denominación.  

Plano de Casañal de 1899.

Debemos entender que, como se ve en los planos anteriores de 1850, antes la puerta era una apertura entre tapias (postigo de San Miguel de los Navarros) para acceder al puente de San José, el barrio de Montemolín y la carretera del Bajo Aragón. Es decir, podemos decir que la plaza San Miguel estaba cerrada, si salida. Era un fondo de saco al que sólo se podía acceder por las calles Reconquista, la de Antonio Agustín y la de San Miguel.

Tras el lamentable estado en el que estaba la puerta Quemada tras los Sitios se consideró que se debía levantar otra, pero esta vez frente al nuevo puente de San José recientemente construido sobre el Huerva (que recordemos ya no estaba delante de la calle Heroísmo). La nueva puerta se acabó el 20 de julio de 1856 y costó solo quince días levantarla exprofeso para la visita del homenajeado. 

Para unirla directamente al Coso se abrió una amplia vía para lo que hubo que derruir una manzana de viviendas con la oposición de sus expropiados propietarios.

Según Heraldo de Aragón del 14 de enero de 1907, página 1, uno de esos edificios a derribar era el que tenía instalada la farmacia de Cebollero. Por el patio de esta botica cruzaba una servidumbre de paso que comunicaba el Coso con la plaza San Miguel.

Sección del plano de Casanova de 1769.

Plano de Lucea de 1850 (Colección Lorda).

Había dos manzanas pequeñas contiguas a dicha servidumbre. En estas manzanas vivían Martín Alierta, la perra, la tía Calera,los padres de D. Antonio Usón, concejal del ayuntamiento, el tío Diablo y la señá Leona.

Un callizo daba acceso al horno de la calle de la Parra número 7, junto a él vivían los padres de Don Manuel Urbez (secretario municipal), el señor Antonio (sacristán de San Miguel), el tío Mariano el esquilador, D. Evaristo Lavandera (regente de San Miguel), un carpintero a quien llamaban "el Morretes", entre otros. 

Finalmente Bruil se quedó sin calle (El Noticiero del 25 de junio de 1974, página 28) porque un ayuntamiento de la época isabelina decidió mudar el nombre por el del general Espartero. Dos décadas después le concedieron una nueva y definitiva calle a Bruil junto a la plaza Aragón.

Mariano Ferrús, en El Saldubense del 4 de abril de 1862, se queja de la falta de uniformidad de la calle Bruil (actual calle Espartero) poco después de ser abierta.

Inicialmente fue uno de los hotelitos modernistas de la plaza Aragón propiedad del matrimonio Baylín-Aramburo. Terminado en 1879, disponía esta amplísima finca de una superficie de 2.186 metros cuadrados sobre la que se edificó una casa en el centro del solar. 

Lo vendieron en 1890 a Tomás Castellano Villarroya que lo destinó a su residencia privada. Su hijo, Tomás Castellano y Echenique, debió ver una buena oportunidad de negocio en la cercana Exposición Hispano-Francesa de 1908 y se lanzó a la caza de inversores para levantar un hotel de prestigio que permitiera acoger a los distinguidos visitantes. El nombre elegido fue el de Gran Hotel Regina, en homenaje a la esposa del rey. Era el mejor de la ciudad, con ascensor, baño en todas las habitaciones y agua caliente. Cerró en 1911 pese a que la infanta Isabel (la Chata) allí se alojó. 

Finalizada la Exposición, el chalet quedó libre y en 1911, se instaló en él por un tiempo el Gobierno Civil. 

En la construcción aneja (en ese momento llamada llamada Casa Pamplona) que daba a la calle Bruil (el antiguo hotel Regina), entre 1913 y 1919, se instalaron en la llamada Casa Pamplona los Hermanos del Sagrado Corazón para continuar con su colegio que antes tenían en la calle de la Industria. 

Ver mucha más información en Aragón, plaza de (número 1).

Alzado del Hotel Regina en 1908. Fuente. La imagen perdida: los hotelitos de la Plaza de Aragón en Zaragoza. Isabel Yeste. Artigrama, núm. 31, 2016, pp. 391-419.  

Entre 1928 y 1939, en dependencias anexas al edificio, en el número 2 de la calle, albergó la Gran Politécnica Torres. Era propiedad del comandante de Infantería diplomado de Estado Mayor don Antonio Torres Bestard. Era un centro de estudios de Bachillerato y de preparación de oposiciones para el ingreso en la Academia General Militar y en la Escuela Naval. Contaba con internado, amplias clases, un gimnasio al aire libre con modernos aparatos, una capilla, comedor, vestuarios y enfermería.

La Voz de Aragón del 16 de agosto de 1931.

Durante la Guerra Civil fue hospital de guerra y punto de recogida de donativos para las tropas nacionales. Durante la Dictadura fue lugar de manifestaciones estudiantiles y retén permanente de la policía armada. 

Reportaje publicitario publicado en La Voz de Aragón del 14 de enero de 1928, página 12. Puncha sobre la imagen para acceder al artículo.

Politécnica Torres en 1936. Imagen tomada desde la avenida de Galán y García Hernández (actual paseo de la Constitución), y centrada en los vehículos con abastos para las tropas sublevadas. 

Fuente: fotoszgzmemoria.blogspot.com.

Poco después pasó a manos del cocinero Luis Bandrés, quien en 1939 encargó al arquitecto Teodoro Ríos reconstruir el viejo hotel Regina. El nuevo establecimiento hotelero se denominó Hotel Centenario, cuya remodelación y ampliación definitiva se acometió en 1942. De este hotel adquirí una rueda de distancias a capitales españolas con la publicidad del hotel en un mercadillo.

Comparativa de la esquina de la calle Bruil desde el paseo Narina Moreno (actual paseo de la Constitución). Foto de Gerardo Sancho de 1966 (DARA) y actual (2024).

Hotel Centenario, de Ediciones Artigot (AMZ) 

Finalmente, el viejo chalet se vende un año más tarde a una inmobiliaria y es derribado en 1958. En 1966, Inmobiliaria y Construcciones Pórtico S.A. solicita licencia de obras para la construcción de un nuevo edificio sobre el solar del viejo Hotel Centenario, ampliando el espacio hasta lo que hoy es el paseo de la Constitución, edificando poco después el actual Hotel Don Yo, obra de Julio Suso, propiedad de la cadena HUSA y de tres estrellas inicialmente. Abrió en 1970 siendo su primer director fue Francisco Rausell y el maître era don Miguel González. 

En los años 70 del siglo XX se hacían subastas en sus salones. Fue cerrado por una pérdida de clientes y remodelado y reabierto en 1980.

Publicidad de la cena cotillón del hotel Don Yo. Aragón Express,19/12/1973.

Aragón Express del 27 de junio de 1974.

La calle ya con los arcos del paseo Independencia construidos y el cartel del hotel Don Yo en medio. Fuente: "Zaragoza: sus calles y su historia", 1984, de Castillo Genzor.

Duró hasta 1912 y actualizó sus instalaciones al introducir el agua corriente y los baños de sales medicinales a finales del siglo XIX. 

Ver más en Independencia, paseo de la.

La República del 22 de mayo de 1872.

(Barrio de las Tenerías): Juan Faustino Bruil y Olliarburu. (Zaragoza, 1810 - Zaragoza, 1878​). Banquero, comerciante, ministro de Hacienda, senador vitalicio y bienhechor de Zaragoza, así declarado por acuerdo del ayuntamiento. Durante varias décadas fue la figura más relevante de Zaragoza y una referencia en materia económica que intervino en cuantos asuntos de este tipo se suscitaron en su época en la ciudad. Ver más en Bruil, calle de Juan.

Este parque tiene una superficie de 33.420 metros cuadrados y sus límites son: al norte con el andador Alberto Albericio Conchán, al oeste con la calle Asalto, al este con el río Huerva y Mariano Alvira Lasierra, y al sur con los jardines Mancomunidad de Aragón. Fue una de las primeras zonas verdes de la ciudad, ha pasado por varias etapas:

Etapa 1: Huerta y olivar del convento de San Agustín.

El terreno había sido la huerta (en la margen izquierda del Huerva) y el mimado olivar (en la margen derecha) cultivado por los padres del convento de San Agustín, fundado en 1219, y sus criados. 

En los actuales terrenos del parque se encontraban las ruinas del molino de Juan Martín de Goicoechea, empresario navarro afincado en la ciudad y buen amigo de Goya. Esta almazara fue construida en el año 1785 y contaba con seis prensas de las de viga y libra y tres bodegas. 

Tanto el olivar como el molino fueron destruidos durante el Segundo Sitio (1809). El olivar fue talado entre los dos sitios para evitar que los soldados franceses se parapetaran tras sus troncos. La almazara, al ser utilizado de fortín avanzado, fue punto estratégico y lugar de importantes combates, siendo tomado definitivamente por los invasores el 27 de enero. Una columna gala se instalaría en él para asaltar la brecha del centro, que se encontraba abierta en la muralla de rejola, frente al molino. 

El  convento tampoco quedó indemne. Como muchos otros cenobios de la ciudad, formaba parte de la línea defensiva de la zona oriental de la ciudad y fue objeto de encarnizados combates, que  incluyeron bombardeos y voladuras con minas, arruinándolo por completo. Después de la Guerra de la Independencia los carmelitas reconstruyeron en parte el antiguo convento, alojándose dos meses en lo que quedaba del molino. No pudieron acabar porque fue definitivamente exclaustrado en 1835, pasó a manos del estado, dividido y subastado durante la desamortización de Mendizábal. 

Fuente y más información: mjmingo.wordpress.com.

Retrato Juan Martín Goicoechea Goya (1790). 

Plano del segundo Sitio (1808) donde se remarca la ubicación del molino de aceite y de los olivares de los frailes de San Agustín cortados por los defensores para facilitar la defensa de ese punto de la ciudad.

Postal editada para el centenario de los Sitios localizada en web de compra venta.

Etapa 2: Propiedad de Zacarías Ínigo.

El terreno fue adquirido en 1842 por Fermín Zacarías Ínigo Lafuente, labrador acomodado, y doña María Sardaña de Íñigo (fallecida en marzo de 1850) por 40.000 reales aprovechando el proceso desamortizador de la década de los 30 del siglo XX. No fue su única compra, también se hizo con los terrenos del convento de Capuchinas y de Jerusalén en el Salón de Santa Engracia (ver más en Independencia, paseo de la) para instalar allí años después los famosos Baños de Zacarías o La Moderna Casa de Baño a mediados del siglo XIX (El Noticiero del 26 de mayo de 1946, pág. 6). 

Los Zacarías Ínigo fueron una importante familia burguesa de la ciudad en el siglo XIX. Este Fermín Zacarías Ínigo debió ser el hijo de otro Zacarías Ínigo con droguería en el Coso, esquina Arco Cinegio, al que las tropas francesas arruinaron su negocio durante el I Sitio pero que se repuso pocos años después. Durante el Segundo Sitio prestó todos sus ahorros para la defensa de la ciudad (ver la noticia aparecida en El Noticiero del 5 de septiembre de 1936, seguramente para incentivar las donaciones a favor de los nacionales durante la Guerra Civil). 

Otro Zacarías, el hijo del matrimonio Ínigo-Sardaña, fue un rico propietario que llegó a diputado provincial por el distrito de Azuara y a Teniente de Alcalde de la ciudad entre 1864-1867. Falleció el 21 de mayo de 1875

Etapa 3: Propiedad de Juan Bruil.

Ese mismo año de 1842 la huerta de los frailes fue adquirida por Juan Bruil (ver calle Bruil, calle de Juan), que además adquirió años más tarde una parte de los edificios del convento de San Agustín y otro campo que había sido propiedad del Hospitalico de Niños Huérfanos. En total poseía un terreno de casi 30.000 metros cuadrados. Y los compró pese a la opinión de su madre que le decía, "¡Hijo, no compres el olivar de los frailes, que te vas a condenar!". Pero como buen burgués, a dios rogando pero con el mazo dando.

Bruil se hizo especialmente famoso en la ciudad por ser el propietario de esta extensa y lujosa torre extramuros, junto al Huerva, en los terrenos del parque que actualmente lleva su nombre. Primero dedicó la finca en casa de monta de yeguas y burras. 

Diario de Zaragoza del 7 de febrero de 1846.

Foto de Gerardo Sancho antes de la reforma de 1965 Montaña Rusa. DARA.

Pero Bruil era un hombre adinerado, caprichoso y apasionado de la agricultura (cualidades muy comunes en la burguesía de la época), y en esta finca de 4 hectáreas de superficie, realizó cuantiosos gastos para convertirla en un frondoso jardín decimonónico regado gracias a la acequia de la Romareda Baja y en una lujosa residencia de recreo que fuera una muestra de su estatus social.

Según un cronista local, se plantaron de espesas alamedas, bambús, palmeras, paseos cubiertos de bóvedas vegetales que desembocaban en plazoletas con cenadores cubiertos, laberintos vegetales, estanques, jardines con caprichosa variedad de flores de especies desconocidas en la ciudad (camelias, magnolias, orquídeas, cedros), extensos invernaderos para especies exóticas y esculturas dedicadas a las estaciones del año. 

Por tener tenía hasta una montaña rusa de 25 metros de altura, que era la gran atracción de la finca. No debemos pensar que era como las de ahora, ni mucho menos, si no que debemos imaginarnos una especie de tobogán grande desde el que se podía divisar toda la finca y a la que se subía por una escalera de madera con huecos a modo de cuevas.

Para cuidar el que fue primer establecimiento de arboricultura y horticultura de Aragón tenía un equipo de 10 trabajadores dirigidos por jardineros franceses/belgas (se fueron sucediendo Enrique Bonnamy, Alfredo Carriére, Neumman Foissy, Constant Jourdaín y Lorenzo Racaud). 

El último de esos jardineros galos, Lorenzo Racaud, se afincó en Zaragoza junto a su esposa, ocupando una torre de buena huerta de las Fuentes entre las calles Monasterio del Pueyo y el camino de Fillas y trabajando hasta su muerte como jardinero del Hospicio Provincial. 

Torre de Bruil en el plano geométrico de José Yarza de 1861. Se observa perfectamente el diseño de los jardines y en su parte superior el molino de Goicoechea. Fuente: zaragoza.es

Diario de Zaragoza, 26/6/1867, página 3.

También fue el primer zoo de la ciudad porque en él había faisanes, cisnes, pavos reales, ciervos y corzos en semilibertad junto al río, pasando por una serie un estanque junto al Huerva convertido en acuario, jaulas con monos y hasta gusanos de seda. 

Para vivienda de los propietarios, para dar acceso a la finca y para albergar los servicios básicos que exigía, se erigieron cinco edificios. 

La casa, con fachada hacia la calle Asalto, a la altura del cruce con Alonso V, y construida en 1844, era la residencia del matrimonio Bruil-Mur, no solo durante los varanos, también durante largas temporadas al año. Se componía de tres edificios unidos y su sobrio aspecto exterior no presagiaba la suntuosidad de su interior. Disponían de salones para la lectura y la tertulia, billares, y hasta capilla. Aquí, en las habituales reuniones de progresistas y liberales quede las que era anfitrión Juan Bruil, se gestó la revolución de julio de 1854 que llevaría al poder al general Espartero.

Vista de la vivienda de Juan Bruil desde la calle Asalto. Revista La Cadiera. Fuente: Aluterio Cifuentes

La casa del "Tío Antonio" (el guarda), las viviendas de los otros trabajadores, el palomar, invernaderos, cuadras, corrales, fragua y un edificio que albergaba la explotación de gusanos de seda constituían el resto de edificaciones de la finca al modo de las casas de campo inglesas.

La torre de Bruil en el plano de Casañal de 1880. Se señala en rojo el estanque para peces, en azul el edificio para la cría de gusanos de seda y, en verde, la vivienda principal. Se ve también la ubicación de la almazara de Goicoechea.

El Saldubense del 27 de mayo de 1858, p. 11.

Juan Bruil, muy celoso de su vida privada, no permitía el acceso a la finca a casi nadie, pero tras una riada del Huerva ocurrida el 3 de septiembre de 1855 permitió entrar a todos los críos para disfrutar de las frutas que, llenas de barro, se habrían perdido sin remedio. 

La experiencia debió satisfacerle porque poco después, y pese a que don Juan no era un hombre que gustase del exhibicionismo, al cerciorarse del placer que experimentaban los ciudadanos paseando y visitando su finca privada, mandó repartir tarjetas que les dieran fácil acceso especialmente los domingos y festivos. La concurrencia de visitantes resultó extraordinaria. 

Y eso era una gran novedad en una ciudad sin parques públicos, en la que aún faltan al menos medio siglo para que los vecinos pudieran disfrutar de paseos por el Cabezo de Buena Vista, los parques de Pignatelli y Primo de Rivera, los paseos de Pamplona, Calvo Sotelo, Fernando el Católico e Isabel la Católica. Hasta la apertura de la torre de Bruil los únicos alicientes para caminar eran el descuidado paseo del Ebro, la arboleda de Macanaz y las Balsas del Ebro Viejo, el paseo de las Damas y el de las Tapias (actual paseo María Agustín), el Camino de Torrero (actual paseo Sagasta), que conducía al paseo Ruiseñores y a la playa de Torrero. 

Como puede leerse en El Eco de Aragón del 23 de marzo de 1869, como buen comerciante la razón de permitir el acceso a la torre no fue solamente con un fin altruista, también procuró obtener un rendimiento económico con la venta de árboles frutales, flores, fascales (haces de cereal), semillas y leña a los visitantes.

Etapa 4: Propiedad de la familia Cavia.

Como indica José Blasco Ijazo en El Noticiero del 3 de marzo de 1955, página 7, los gastos de mantenimiento de la finca eran cuantiosos y la fortuna familiar parece que iba menguando, por lo que el matrimonio formado por Juan Bruil y Ángeles Mur decidió vender la torre y el día 23 de agosto de 1868 ante el notarlo don Celestino Serrano y Franco. La enajenaron en 70.000 escudos, en favor de otro notarlo de la ciudad, don Francisco de Cavia y Fernández y su mujer doña Anselma Lac y Gracia. 

Su jardinero entre 1869 y 1871 era Benjamín Leclaire, afamado profesor y jardinero mayor del Patrimonio de la Corona en Aranjuez por espacio de veinte años, profesor de horticultura y arboricultura en la escuela central flamenca y condecorado con la Cruz de Oro del Gran Ducado de Mecldemburg y dos Medallas de la Exposición Española en 1857. Vivía en la misma torre hasta que las cosas se torcieron con el administrador de la finca. Fuente: Diario de Zaragoza del 6 de noviembre de 1869, página 4

Parece que la relación contractual acabó de mala manera porque menos de un mes después de haber abandonado (desconozco si obligado o por voluntad propia) su empleo (el 20 de febrero) pagó un anuncio en el Diario de Zaragoza (del 16 de marzo) advirtiendo a los clientes de la torre (era una especie de vivero donde se vendían, árboles, plantas y semillas) que él ya no estaba al frente del mismo y dejando entrever que la supuesta pérdida de calidad de las ventas y envíos  se debía a que ya no estaba allí trabajando. Como ya no podía vivir en la torre se trasladó a la calle Alonso V número 52, muy cerca de su anterior lugar de trabajo.

La respuesta del administrador de la finca fue que se ocupase de sus asuntos, que la calidad no había bajado y que se hacían cargo de sus deudas y pedidos.

Catálogo en el que se enumeran los productos disponibles en el establecimiento de horticultura situado a las afueras de Zaragoza para los años 1871 y 1872. Fuente: realacademiadegastronomia.com

Diario de Zaragoza del 6 de noviembre de 1869, página 4.

Diario de Zaragoza del 16 de marzo 1871.

Diario de Zaragoza del 17 de marzo 1871.

Muerto sin testamento don Francisco (24 de julio de 1880) la heredaron sus hijos Mariano (ilustre periodista, ver más en Cavia, plaza de Mariano), Pilar, Constantino, Patrocinio y Carolina. 

Finalmente sus hijos decidieron venderla en subasta judicial, rematada en 13 de noviembre de 1878 en 87.100 pesetas a favor de don Ramón Berduque, quien cedió el remate a don Sebastián Monserrat y de Bondía. 

Etapa 5: Propiedad de Sebastián Monserrat y de Bondía.

Don Sebastián Monserrat y de Bondía (Maella, 1840 - Zaragoza, 1915) era un político, abogado y propietario, sobrino carnal del obispo de Barcelona. Pertenecía al antiguo linaje que de Ponce de Guardia, famoso caballero que ayudó al Conde Borrell a reconquistar Barcelona, que según la costumbre de la época, trocó su apellido por el de la tierra que ganó con el esfuerzo de su brazo. 

Religioso hasta la médula, en 1879 hizo adjurar al pastor protestante Antonio Sánchez, a su mujer e hija de sus "errores", y convertirse al cristianismo.

En política era carlista y jaimista militante. 

También miembro de la academia de historiadora y un importante coleccionista de arte. Habilitó los recintos cubiertos de la torre para albergar su colección, conformando un museo de primer nivel que albergaba tapices flamencos, pinturas, porcelanas, arquimesas, monedas, joyas y una biblioteca de más de 8.000 volúmenes, entre ellos bastantes códices e incunables. Escribió, con José Pleyan, "Aragón Histórico, Pintoresco y Monumental".

Si al aspecto vegetal y artístico le unimos que en la finca los festivos se daban conciertos por bandas militares, mejorando aún más si cabe la torre de recreo heredada de Juan Bruil, podemos hablar del lugar de ocio de acceso público más importante de la ciudad durante treinta y cinco años.

Se casó con María Jesús del Paño y Villacampa, hija del jurisconsulto don Ignacio Pano de Sessé. Tuvo cinco hijos: Jesús Teresa, fallecida a corta edad en 1884; Sebastián, que vivía en el número 27 de la calle Jaime I; Pantaleón (alcalde entre el 28 de Junio y el 29 de noviembre de 1917), José María e Ignacio (fallecido el 30 de enero de 1948), concejales y diputados provinciales. 

Sebastián Monserrat. 

Centro de Estudios Borjanos.

Tras la muerte del padre sus sucesores continuaron con la explotación de la torre, que fue donada ante el notario don Pablo Molinos a su hijo José María el día 14 de julio de 1917, siendo su propietario al menos hasta 1955.

Plano de Casañal del año 1908 donde ya consta como torre de Monserrat.

Los años no fueron pasando en balde. En la las primeras décadas del siglo XX comenzaron a surgir nuevos lugares de ocio (parque Primo de Rivera, quintas Julieta y de San José, etc) que hicieron que la vieja finca de Bruil perdiera popularidad, por lo que José María Monserrat, previendo la falta de rentabilidad por su alto mantenimiento, decidió arrendarla para otros usos.

En 1881 ya no se accedía mediante incitación, se vendían las entradas a la torre por un real. El Faro Católico Aragonés del 17 de abril 1880.

Etapa 6: Luna Park.

En el número 13 de la calle Asalto, el empresario José Nadal abrió en el verano de 1920 el Luna Park. Era un parque de recreo y atracciones que ofrecía un espectáculo moral y atractivo (verbenas, conciertos, toros los festivos, concursos, combates de boxeo, etc) durante los días veraniegos que fue una gran novedad en la ciudad. A los jardines y arboledas existentes añadieron un restaurante al aire libre, un campo de deportes (de fútbol creo), la primera pista de patines de España, plaza de toros y algunas atracciones desconocidas en la ciudad. La entrada era libre los días laborables.

Publicidad de Luna Park. Diario "El Día" del año 1923.

El nombre no fue una novedad. Lo copió de otros establecimientos que una década antes ya estaban abiertos en París o Berlín. Este último tenía montaña rusa mecánica y hasta un zoo humano de somalís.

Convivió con el Saturno Park de la huerta de Santa Engracia (ver más en Sitios, plaza de los). Su vida fue fugaz, en 1924 ya había cerrado. 

La torre siguió funcionando como vivero hasta al menos 1933 bajo la propiedad de Pantaleón Monserrat de Pano, con un despacho de venta en la plaza de San MigueI, 14, duplicado.

La Voz de Aragón, 3 de febrero de 1932.

Etapa 7: Campo de fútbol. Dionisio Carreras.

En 1924, Pascual Irache, presidente del Zaragoza Foot-ball-Club (no confundir con el Real Zaragoza), tras su fusión con el CD Fuenclara que carecía de campo propio, construyó donde estaba el Luna Park (Asalto 13) su propio estadio, llamado campo del Conde del Asalto, en unos terrenos arrendados a la familia Monserrat. 

Por aquel entonces era éste uno de los equipos punteros del fútbol en la ciudad, militante de la 3ª División regional que buscaba afanosamente hacerse con un terreno de juego propio. Los primeros chutes los habían dado en el campo de La Hípica o de Las Delicias (ver más en Atienza, calle de Agustina).

El contrato que se firmó entre el Sr. Irache, directivo del club y el entonces propietario de la finca, obligaba a éste último a ceder la superficie necesaria para la construcción de un campo reglamentario con una franja alrededor para tribuna y espectadores de pie, adecuar edificios para vestuarios y gimnasio. El club correría a cargo de los gastos y abonaría una cantidad mensual en concepto de alquiler más un porcentaje de taquilla y el pago de las correspondientes contribuciones. Tras el acuerdo, trabajadores y socios del club balompédico se pusieron manos a la obra. 

AHPZ. Gabriel Faci. Años 20. Fuente: Proyecto GAZA. A la izquierda de la foto estaba la portería que daba al Huerva y a la derecha la otra, que daba a Asalto. 

Noticia de la inauguración en el Diario de Avisos de Zaragoza y en Heraldo de Aragón. 

En un primer momento se procedió a la tala y venta de árboles centenarios (fue una gran fuente de ingresos para el club), desbrozado y allanado del terreno, para seguir con la realización de la tribuna principal, elevada mediante la aportación de varios miles de carretadas de tierras y áridos. En seis meses se concluye. Los restos de esta sólida “grada” constituyen, aún hoy, los dos taludes del parque. 

Este campo tenía una capacidad para 6.000 aficionados (llegó a alcanzar los 12.000) y poseía unas dimensiones de 105×70 metros sobre el terreno del actual parque Bruil lindando en sus lados cortos con el río Huerva y la calle de Asalto. Además se instalaron piscina, pista de patines, quiosco de música, etc.

La inauguración del campo fue en el 19 de octubre de 1924 a las 3 de la tarde con el partido de la primera jornada de Liga entre el Zaragoza FC y la RSA Stadium (conocidos como los "tomates" por su camiseta roja). Ganaron los segundos por 1-4 (o 0-4) ante un campo lleno hasta la bandera. Los periódicos alabaron el admirable aspecto del terreno de juego, con su fondo arbolado y unas gradas preferentes con sillas y pequeños palcos. 

Hubo problemas económicos (parece que el alquiler era abusivo) y en 1925 unieron con los más ricos de la Sociedad Atlética Stadium (el que tenía su campo en el Arrabal), con el VIII conde de Sobradiel (José-Ignacio Cavero y Alcíbar-Jáuregui) a su cabeza, que sufragando la ampliación del campo doblando el tamaño de la grada central. En la fusión se decide que el color de la camiseta sea la roja (tradicional del Stadium) con pantalón azul (primera vez que llevan ese color en el pantalón) continuando siendo conocidos como "los tomates".

En enero de 1926 el Zaragoza recibió la visita del Sparta de Praga en este campo. Los visitantes ganaron por 1-6 en uno de los primeros partidos internacionales en Zaragoza.

En 1932 por problemas económicos a la hora del pago del arrendamiento dejó de utilizarse por el de Torrero y propiciaron la fusión del Zaragoza FC y el Iberia (origen del Real Zaragoza actual), aunque otros equipos como el Amistad lo utilizaron algunos años hasta que en 1936, a causa del golpe de estado, se convirtió en depósito de automóviles requisados.

A modo de aclaración... En la ciudad hay tres equipos principales de los años veinte. Por orden de importancia serían el Iberia Sport Club (1917, de primera categoría), la Sociedad Atlética Stadium (1919) y, finalmente, el Zaragoza Foot-ball Club (1921, de última categoría), que es el que jugaba en Asalto.

Desde el 7 de octubre de 1923 ya se estaban jugando partidos en el campo de Torrero, pero allí no jugaba el Zaragoza FC como local porque era el campo del Iberia Sport Club (club de primera categoría). 

En 1932, con la fusión del Zaragoza C.D. y el Iberia S.C. el nuevo equipo abandona el campo de la Torre de Bruil sustituyéndolo por el de Torrero. El campo desapareció con la reforma del parque del año 1965.

Tomado con modificaciones de rz1932historia  y de fundacionibercaja.es.

Foto aérea de 1935 donde señalo en rojo el campo.

Especial sobre la historia del Real Zaragoza a partir de la página 33 de El Noticiero del 16 de septiembre de 1973. 

Dionisio Carreras Salvador (Codo, Zaragoza, 1890 - 1949), tuvo casa en esta calle. Corredor milagroso y a la vez caótico de la prehistoria del atletismo al que sus paisanos lo apodaron como El Campana. Era un superdotado, una de las primeras estrellas del deporte zaragozano, al que le faltó método y algo de rigor. No disponía de entrenador ni de un entrenamiento planificado. Tampoco se cuidaba físicamente pues le gustaba fumar, beber y el buen comer además de tener fama de mujeriego.

Continuador de la gran tradición de andarines aragoneses, sus victorias en pruebas menores (carreras pedrestes y polladas) le concedieron cierta fama. Sus duelos con Dionisio Magén, El Chato de Garrapinillos e Ignacio Latorre fueron muy recordadas. En un mismo día ganó dos pruebas: por la mañana compitió, y venció, en La Puebla de Albortón; estando allí, tomando un café en un bar, se enteró de que también había prueba por la tarde en Azuara. Se puso en camino, había unos quince kilómetros de distancia, y llegó unos instantes previos a que empezase la prueba; tomó la salida, ganó los tres pollos y regresó a Codo e invitó a cenar a sus amigos. Otra prueba de su fortaleza y de su romanticismo es que solía acudir corriendo a Zaragoza, que está a 50 kilómetros de distancia, para besar a su novia.

Ya en la capital trabajó en el cubrimiento del río Huerva. El Zaragoza Foot-Ball Club, se interesó por él y decidió ficharlo para su equipo de atletismo. Le ofreció, en esta calle Asalto, casa con luz y leña, y trabajo de responsable del mantenimiento (conserje) del campo de fútbol del Bruil. Era perfecto porque eso le daba sustento y espacio para sus entrenamientos.

Imagen tomada la cuenta de facebook De Filipides al running.  

Su gran momento, el que le daría un lugar en la leyenda, se produjo en la Olimpiada de París-1924. El año anterior se había fundado la Federación Aragonesa de Atletismo. Fue el primer olímpico aragonés y para ello se preparó a conciencia, incluso con un entrenador, Francisco Alonso. Tomó la salida con 56 atletas más pero no fue su día (le pilló algo mayor, con 34 años) y se confundió varias veces en el curso de la carrera; con todo, recorrió el recorrido en 2 horas 57 minutos, acabando en la novena posición.

Fue campeón de Aragón de campo a través y el primer campeón de España de maratón (Barcelona en 1928) con una marca de 2h 25 min 28 seg (récord mundial) pero fue anulada porque los organizadores se equivocaron haciendo el trazado y faltaban 5 km. En 1926 ganó la Behovia-San Sebastián.

Se vio obligado a renunciar a los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 por una enfermedad. Falleció en Codo en 1943 a la edad de 59 años.

Más información en Antón Castro para Heraldo de Aragón y en R. Martí para El Periódico de Aragón.

Etapa 8: Canódromo. Guerra Civil.

Como ya hemos explicado, en 1932 por problemas económicos a la hora del pago del arrendamiento dejó de utilizarse por el campo de fútbol de Torrero, aunque otros equipos como el Amistad lo utilizaron algunos años hasta que en 1936 se instaló aquí el primero de los dos canódromos que ha tenido la ciudad. 

Las primeras noticias sobre el interés por construir esta instalación aparecen en la prensa local en el diario La Voz de Aragón del 12 de diciembre de 1934. Las gestiones llegan a buen puerto y finalmente el sábado 11 de julio de 1936 a las 18 horas se inaugura. 

La afición en España por este deporte de origen inglés comenzó solo 5 años antes, con la instalación del primer canódromo en Madrid. Juan Lecube, exfutbolista del Atlétic de Madrid y el Celta, junto a José María Iglesias, un empresario residente en una población cercana a Zaragoza, pusieron los treinta mil duros necesarios para que las carreras de galgos llegasen a la ciudad. Dicen que llegó a ser el mejor del país porque desde todos los puntos los espectadores disfrutaban de una vista completa del recorrido (un óvalo de 350 metros) incluso de noche, gracias a su potente iluminación. La pista era de arena o ceniza y contaba con casetas para formalizar las apuestas a la entrada.

Heraldo de Aragón del 7 de agosto de 1936.

Heraldo de Aragón del 8 de julio de 1936, noticia de M. Chivite sobre la inauguración del canódromo. Pincha sobre la imagen para ver el artículo completo.

Los galgos que corrían eran llevados por sus propietarios particulares y seguían una peculiar dieta a base sopas de leche en el desayuno y un guiso de arroz, carne, huevos y pan duro a media tarde. En algunas ocasiones, por ejemplo el día "se les da también un poco de coñac y hasta champagne a veces". Las pruebas se dividían en de velocidad y de obstáculos. La organización de una jornada de carreras era compleja y requería de unos cincuenta empleados y de entre 60 y 100 galgos de criadores privados para pudiera desarrollar con normalidad.

No pudieron tener peor suerte sus promotores porque solo una semana después de la inauguración tendría lugar la sublevación militar de 1936 y el inicio de la Guerra Civil, motivo por el que el proyecto estaba condenado al fracaso. Pero no se puede decir que no lo intentaron... Tras unos días de parón por el inicio de la guerra, el 8 de agosto de 1936 se reanudaron las carreras con ofertas irresistibles como el acceso gratuito para damas. En un país que malvivía con cartillas de racionamiento habría poco espacio para el vicio de las apuestas en carreras de galgos y las jornadas de carreras se fueron espaciando cada vez más hasta agosto del año siguiente, momento en que las carreras cesaron hasta que el 15 de mayo de 1975 se inaugurase el nuevo canódromo de la calle Miguel Servet.

Poca información hay sobre el devenir de la finca durante los años de la Guerra Civil, salvo que fue utilizada como aparcamiento aprovechando que la espesa vegetación permitía ocultar los vehículos requisados por los nacionales a los bombarderos de la aviación republicana. 

Desde 1938 hasta el final de la contienda también fue punto de instrucción y encuentro de "Flechas y Pelayos", nombre que se daba a los jóvenes que integraban las organizaciones juveniles de corte fascista. El nombre hacía referencia a una revista juvenil subordinada a los intereses ideológicos de los franquistas.

Tras la guerra (entre al menos inicios de 1939 y mediados de 1940) se instaló allí el primer ARAGONIA. En este caso no era un moderno centro comercial si no una fábrica de jabones y perfumes gestionada por José Mª. Monserrat.

Heraldo de Aragón del 18 de mayo de 1939.

Los años posteriores la finca se abandonó utilizándose como cementerio de coches.

Foto de Gerardo Sancho (DARA) en los años 50 del siglo XX.

Etapa 9: Parque municipal.

Recordemos que, como decíamos anteriormente, hasta 1956 lo que hoy es el terreno del parque siguió siendo propiedad de José María Monserrat de Pano y de cuatro pequeños propietarios más.

En 1953 ya se dieron los primeros pasos para la conversión de los terrenos en el tercer gran parque municipal de la ciudad (tras el de Pignatelli y el de Primo de Rivera) pero no se concretaron hasta que tres años más tarde el ayuntamiento, presidido por Luis Gómez Laguna, expropió los terrenos (con la oposición y demandas de sus propietarios), derribó algunas viejas edificaciones de la antigua torre, añadió los terrenos del viejo molino de Goicoechea e inicio su reforma. 

Hubo alguna propuesta para instalar allí de nuevo un campo de fútbol para el Arenas, que finalmente se rechazó.

A las 7.30 horas de la tarde del 17 de julio de 1965 el mismo Gómez Laguna lo inauguró, llevando el nombre de su primer propietario y creador, habiéndose descartado ponerle el nombre de sus últimos propietarios (la familia Monserrat de Pano), seguramente por su titánica resistencia a la expropiación (El Noticiero del 12 de junio de 1959, página 12).

Foto de Gerardo Sancho (DARA). El alcalde Gómez Laguna (el más bajo de los cuatro que están en primer plano) acompañado del resto de concejales recorriendo el parque el día de la inauguración.

Fotos de Gerardo Sancho (DARA). En la primera, en el lado izquierda se ve la escultura de un niño jugando al guá, obra de Diego Francisco Bretón García-Leñero, toledano de nacimiento y maño de adopción. La obra original se encuentra actualmente en el ayuntamiento.

El parque ocupó finalmente 42.000 m2 y albergaba una amplia zona de columpios, kiosco-bar, piscina, canastas de baloncesto, pista de patinaje, fuentes, bonitos jardines y hasta un pequeño zoo, junto a la calle Alvira Lasierra, donde malvivieron zorros, un tigre, pavos reales, leones, monos, jabalíes y dos osos (Juan y Nicolasa) víctimas del poco espacio de las jaulas y de la acción de gamberros. 

La piscina tenía de 40 metros de largo. Aunque en alguno de los proyectos estaba previsto que estuviera junto al Huerva finalmente se construyó en el espacio dejado por el viejo campo de fútbol y el canódromo. Estaba en construcción el día de la inauguración y los niños y niñas no pudieron estrenarla hasta el verano siguiente. Todos los usuarios debían esperar hasta que a las once de la mañana el guardia diera el toque de silbato que permitía el baño. Como se ve en las fotos se dividía en tres zonas, siendo la del centro la destinada a los más pequeños. Contaba con unos sencillos vestuarios ubicados en las cercanías.

Inicialmente la piscina estaba proyectada junto al Huerva, en el lugar que ocupó el viejo estanque de los peces de Juan Bruil como puede verse en este plano (DARA).

Varias tomas de la piscina. Las tres primeras de Gerardo Sancho (DARA), y las otras dos en color, la primera encontrada en el DARA y la cuarta y quinta son postales de Comercial Josán.

En 1972 el ayuntamiento adquirió tres viejos tranvías retirados del servicio para adaptarlos como bibliotecas infantiles en parque públicos (El Noticiero del 28 de abril de 1972). Entre 1976 y 1978 instalaron uno de ellos en este parque Bruil, como hicieron también en los parques Tío Jorge y Castillo Palomar. Su uso fue esporádico y los comentarios en prensa decían que su estado y mantenimiento (suciedad) no incitaban a entrar en ellos. Aragón Express del 11 de agosto de 1975, página 15.

En 1981, durante una reforma de ampliación de la calle Asalto a costa del parque algunos se encadenaron para tratar de evitar que recortasen el parque. No funcionó y la reforma se completó como estaba previsto.

En 1978, trece años después de su inauguración, ya comenzaron las críticas en la prensa por su falta de mantenimiento y limpieza, especialmente el zoo.

Hasta 1983 no se construyó una pasarela que conectase sobre el Huerva el parque con el barrio de Las Fuentes.

Biblio-tranvía del parque Palomar en 1979. Al fondo los tejados de Transportes Ochoa, en ese momento en la avenida de Navarra. 

Fuente: Lorenzo Gumiel.

En 1984 el parque se volvió a reformar integralmente, tanto de la vegetación como del mobiliario urbano, y se eliminó el zoo.

En esta reforma se colocó una estructura de trece grandes bloques de piedra en varias alturas en forma de muralla pertenecientes a los restos del antiguo molino de Goicoechea en la que hoy juegan y escalan los niños.

Las quejas aparecidas en prensa desde 1978 por el estado de los animales del zoo motivaron su cierre. Para una sociedad en la comenzaban a atisbarse los primeros indicios de ecologismo (la primera referencia al término ecología la he encontrado en la prensa zaragozana a principios de los años 70 del siglo pasado) la crueldad y el trato dado a los animales del zoo provocaba evidente rechazo. Y había razones para ello, según cuentan P. Zapater en heraldo.es, M Díaz en elperiodicodearagon.com, y Alfonso Martínez Abad en fundacionibercaja.es:

El Noticiero del 20 de febrero de 1979 pág. 9.

Aragón Express, 31 de julio de 1976, pág. 16.

Varias fotos de la jaula de la osa. Imágenes del blog de Daniel Pérez.

Fuentes: 

(Barrio de La Jota): Pablo Bruna, El Ciego de Daroca (Daroca, 1611 - 1679). Compositor de música y organista español del siglo XVII. Daroca era un centro de peregrinación en el siglo XVII a causa del Misterio de los Corporales. Las siete iglesias, la mayor la colegiata, y los siete conventos que poseía la ciudad, es probable que tuvieran todas órgano (se sabe con seguridad de cinco de las iglesias). 

De este ambiente musical surgiría Bruna. Fue el segundo hijo de los diez que tuvieron Blas Bruna y María Tardez. Se quedó ciego a los cinco o seis años por una enfermedad, pero eso no impidió que aprendiera música al igual que sus hermanos Blas y Orosia. De tal guisa que a los 16 ya se le permite ser organista de la Colegiata de Santa María la Mayor y de los Corporales de Daroca, pero no se le nombrará organista oficialmente hasta 1631, cuatro años después. Ocupará el puesto hasta su muerte, en 1679. 

Bruna tocaba en el órgano construido por Guillaume y Gaudioso de Lupe, padre e hijo, respectivamente, considerado uno de los mejores de España. En 1669 fue nombrado maestro de capilla en sustitución de Juan Baraza, que se había ido a la Catedral de Huesca. Quedaría al cargo hasta 1677, año en el que Juan de Torres, maestro de capilla de la Catedral de Jaca, toma el cargo. 

Murió en Daroca, donde pasó toda su vida, en 1679, tras donar sus bienes e instrumentos musicales a su familia, amigos y discípulos. Su fama en vida fue enorme. Los reyes Felipe IV de España (Felipe III de Aragón) y Carlos II hacían parada en Daroca para escuchar al maestro Bruna. El cabildo del Pilar de Zaragoza lo invitó en 1639 a quedarse como organista, pero Bruna lo rechazó. Su popularidad crecía por el flujo de peregrinos de Daroca y hubo en la época una polémica sobre si Bruna era mejor o no que Andrés Peris, el organista ciego de la Catedral de Valencia.

Fuente: Wikipedia. Más información: https://dbe.rah.es/biografias/15924/pablo-bruna 

(Barrio de la Almozara): Capital y ciudad más grande de Bélgica y la principal sede administrativa de la Unión Europea.

(Barrio del Picarral): El pantano pertenece al municipio de Biescas y recoge las aguas del río Gállego. Con su construcción quedaron anegadas 234 hectáreas de terreno dedicadas principalmente a pastos, además de una parte del núcleo urbano de Búbal, localidad que dio nombre al embalse. Otras poblaciones, como Saqués y Polituara, fueron expropiadas por completo debido a la proximidad del embalse y están actualmente deshabitadas.

(Barrio de San José): Municipio de la comarca de Calatayud, en la provincia de Zaragoza. Tiene una población de 87 habitantes.


Estaban en la calle Miguel Servet, en la acera de la derecha, entre la fábrica Giesa y el edificio de entrada de viajeros de la estación de Cappa (luego de Utrillas), por lo que también se las conoció como "Cocheras de Cappa". Eran unas enormes instalaciones en las que dar cobijo y reparación tranviaria a todas las líneas. 

Su espacio lo ocuparon las primeras cocheras de los autobuses urbanos de la ciudad, hasta que, demolición mediante, la zona sea urbanizada.

Plano turístico de 1968 y fotografía actual de Google Maps donde se remarcan las cocheras del tranvía.

Cocheras del tranvía en 1945 (DARA). Justo detrás de las cocheras, imagen parcial del depósito de locomotoras de la Estación de Utrillas, y la chimenea de la Estación, un poco más a la derecha.

Las cocheras del tranvía. Fuente: José María Valero.

Heraldo de Aragón del 10 de julio de 1934, página 3. En la edición del día siguiente se ofrece más información del suceso (Heraldo de Aragón del 11 de julio de 1934, página 3).

Todo surge tras la huelga general del mes de abril porque la Compañía de Tranvías realizó una admisión de nuevo personal para poner en circulación los coches. 

Al terminar el conflicto fueron admitidos los huelguistas, pero la empresa decidió mantener en sus puestos al nuevo personal. No parece que los viejos y nuevos trabajadores se llevasen bien.

(Parque Labordeta): Actualmente es un parque situado detrás de la estatua del Batallador entre el parque José Antonio Labordeta y los Pinares de Venecia, ocupando a lo largo de sus 122.000 m² de superficie, el denominado Cerro del Cabezo de Buena Vista, elevación natural sobre gravas que debe su nombre a sus elevados terrenos desde los que se podía contemplar desde sus bonitos miradores las espectaculares vistas del skyline zaragozano y las huertas regadas por el río Huerva. El monte, a finales del XVIII, había sido literalmente abierto en sus zonas sur y oriental a pico y pala por presos empleados en la construcción del Canal Imperial de Aragón, como son testigo los taludes entre los que se encajona.

La historia del cabezo y del antiguo parque Primo de Rivera está indisolublemente unidas. La idea de hacer el parque actualmente denominado José Antonio Labordeta comenzó a gestarse a principios del siglo XX (una especie de Tibidabo hablaban los periódicos). El consistorio proyectó hacerlo en el entorno de este cabezo (colina en aragonés) porque ya un lugar de paseo entre los zaragozanos para oxigenarse, contemplar desde sus miradores la ciudad y su huerta desde lo alto los fines de semana (estaba lejos y no había tranvía ni autobús que te acercase). Además, permitiría impulsar la urbanización del ensanche de Miralbueno y disponer de un buen marco para colocar la estatua de Pignatelli (que finalmente se ubicó en el paseo de Cuéllar) que iba a dejar la plaza Aragón para dejar su sitio a la del Justiciazgo. 

Plano del año 1951 del Instituto Geográfico Catastral. DARA.

Los primeros pasos fueron en 1905 se dieron con la firma de la cesión mediante alquiler del Cabezo de Buenavista entre el alcalde y el Director del Canal Imperial de Aragón. Un año más tarde el parque el alcalde D. Alfredo Ojeda consiguió autorización para coger el agua del Canal Imperial para regar el parque. Entre 1905 y 1914 se plantaron árboles de gran porte (pinos albares y algunos eucaliptos), otros más ornamentales y setos que bordearían los caminos que contenía. Los periódicos en 1916 ya exigían que las actuaciones que "hermoseasen" el cabezo se acelerasen.

Tres fotos que reflejan diferentes momentos del Cabezo de Buenavista. La primera es de Julio Requejo anterior a 1923 (no sé donde la encontré), donde se observa en una mañana de invierno al fondo la silueta del Pilar, el arbolado recién plantado y no se observa la estatua del Batallador porque aún no se la había ni planteado. La segunda foto es de una postal (tomada de historiasdezaragoza.wordpress.com) de fecha posterior a 1923 porque ya se ve sobre los árboles la silueta de El Batallador y se ve el arbolado más desarrollado. La última es actual (2024) tomada de Google Maps. 

Centrándonos en el Cabezo de Buenavista hay que decir que alberga el denominado "Jardín de Invierno" (1914), una vieja gravera de las que se extraían materiales para la construcción que se aprovechó por su inmejorable orientación y el abrigo al cierzo que lo hacían muy agradable en cualquier época del año. 

Inicialmente el "jardín de Invierno tuvo una curiosa gruta de origen no natural. Según la "Pequeña Guía del Parque Grande" de Javier Delgado (1997), en 1914 se aprovecharon unas graveras horadadas en esta ladera del Cabezo de Buena Vista para conseguir un refugio natural al que llamaban "la gruta" que contenía un estaque de reducidas dimensiones con nenúfares. Desapareció con la reforma del "jardín de Invierno" de 1959, siendo sustituida por un escenario, reconstruyendo las escaleras y asfaltando la zona para convertirla en un auditorio al aire libre.

Foto de la gruta del Jardín de Invierno Julio Requejo en 1922 (DARA).

Finalmente en 1929 el dictador Miguel Primo de Rivera inauguró y dio nombre oficialmente al actual parque José Antonio Labordeta. 

Fuente: Alfonso Martínez Abad, "El Cabezo de Buenavista que dio origen al Parque Grande", perteneciente a Anteayer Fotográfico Zaragozano.

Actualmente, además del Jardín de Invierno acoge:

Sobre el Cabezo de Buenavista ver más en Labordeta, parque de José Antonio.

Este redactor de La Voz de Aragón del 19 de abril de 1935 era un graciosillo.

(ACTUR): Estado de ánimo que denota buena predisposición para hacer cosas y divertirse.

Está paralelo a la avenida de José Atarés, y suele arrojar en primavera un aspecto selvático (y algo sucio) por la altura de su vegetación y el desorden de los especímenes que allí crecen. Un paseo por él muestra un paisaje con flores como margaritas, lavandas o dientes de león, que se mezclan con hierbas y otras especies vegetales menos vistosas, como cardos o plantas de trigo, y algún que otro desperdicio, como papeles o bolsas de plástico.

(Casco Histórico): El edifico (Casa del Buen Pastor) donde se encuentra el Centro de profesorado Juan de Lanuza, en el número 2 de la calle.

1ª etapa: Convento de los Teatinos.

Los Tetinos venían de Italia. Los había fundado en 1524 San Cayetano de Thlene. A España llegaron los teatinos ya entrado el siglo XVII. El primero en llegar fue el P. Plácido Frangipane Mirto que con el apoyo de Felipe IV (que lo nombró su predicador) fundó las casas teatinas en varias ciudades peninsulares, entre las que estaba Zaragoza. 

Aquí debió llegar para predicar en la iglesia del Hospital Real y General en la Cuaresma de 1630 invitado por el Consejo de Aragón. Sus palabras debieron ser bien recibidas y decidió ese mismo año hacer la primera fundación con teatinos venidos de Italia. En 1632 ya teníamos una comunidad de la orden en la ciudad formada por dieciséis religiosos. En 1681 la Diputación de Aragón decide construir a sus expensas un templo al cuidado de los teatinos dedicado a la Real Capilla de Santa Isabel de Portugal (infanta y patrona), aunque en la ciudad también es conocida como la de San Cayetano por ser el fundador de la orden teatina. El convento se levantaba junto al templo, en el solar que luego ocuparía el edificio de El Buen Pastor.

En 1808, en la contienda contra los franceses, aportaron a la Real tesorería cuarenta mil reales para las obras de defensa de la ciudad y se mantuvieron en la ciudad durante los dos asedios colaboraron administrando asistencia espiritual incluso en la primera línea de fuego, dando sepultura a los cadáveres provocados por la epidemia que arrasó la ciudad (cinco religiosos perecieron por esta causa) y elaborando los cartuchos de munición. 

Plano de Casanova (1769). En la segunda imagen se señala de morado la iglesia/convento de los PP. Teatinos. La iglesia circular con el número 84 de su izquierda corresponde a la desaparecida iglesia del Temple. De naranja se remarca la calle Buen pastor, que en ese momento se la denominaba travesía de la Cruz.

Tras los Sitios, los teatinos residían ya en su convento el 6 de junio de 1814, según la Guía de Zaragoza de 1860, página 213. En 1835 abandonaron la ciudad por haber sido suprimida su casa "por las circunstancias" (a causa de las desamortizaciones que suprimieron conventos y monasterios), haciéndose cargo del templo la Hermandad de la Sangre de Cristo. Regresaron en 1964, tras 129 años de ausencia, para volver a hacerse cargo de la iglesia de San Cayetano que fundaron en el siglo XVII.

Fuentes: 

* La desamortización eclesiástica en Zaragoza a través de la documentación conservada en el archivo de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis (1835-1845). Wifredo Rincón García (2018).

* El Noticiero de los días 7 de julio de 1964, 28 de julio de 1964, 14 de septiembre de 1967 y 21 de febrero de 1969

2ª etapa: La antigua delegación de Hacienda en la ciudad. Según la Guía de Zaragoza de 1860, página 213, tras la supresión del convento teatino el edificio fue ocupado por las oficinas de la Hacienda Nacional, que reunía en esta sede las que tenía dispersas hasta al menos 1860.

3ª etapa: Real Asociación El Buen Pastor, de 1803. Institución benéfica que ayudaba a los presos pobres y les enseñaba un oficio. Cubría alguna necesidad con la venta de sus trabajos, que repercutía en los presos. También daban a los presos instrucción religiosa.

Antes de ocupar el desamortizado convento de los Teatinos estaban alojados muy cerca, en la calle Botoneros, calle desaparecida que debió estar entre las actuales Buen Pastor y Olmo, discurriendo en lo que hoy son los porches junto al Mercado Central, en la avenida César Augusto.

La Real Cárcel de la Corte (ver más en Manifestación, calle de la) estaba ubicada en el arco de la puerta de Toledo, unidas a la parte que servía de cárcel de los Manifestados. Allí se cumplían las sentencias de la Sala del Crimen de la Real Audiencia de Aragón, de la que dependió la administración de justicia de todo el Reino. Para alivio de los presos de la Cárcel de la ciudad, fue erigida la Real Asociación de Caridad, bajo la advocación del Buen Pastor.

En el Diario de Zaragoza del 18 de agosto de 1818 se expone en primera página los fines de la Real Asociación del Buen Pastor.

Los productos elaborados por los presos se vendían y cada cierto tiempo en la prensa (se exponía el estado de las cuentas, con indicación de las salidas (gastos) y las entradas (venta de trabajos de los presos y dinero recogido en colectas y procesiones). Es interesante leerlo para comprender el la labor de esta institución.

Estado de cuentas de la institución El Buen Pastor expuestos en la Gazeta de Zaragoza del 25 de febrero de 1806-02-25, página 9.

4ª etapa: Escuelas municipales El Buen Pastor. En 1909 se acordó el traslado al nuevo edificio la escuela de niños de San Antonio Abad y las de niñas y párvulos de las calle de los Estébanes. Fue culminado el 1 de julio de 1911 (oficialmente en 1912), como se lee en la fachada en una humilde inscripción a mano alzada que alguien escribió. Era una escuela de niñas. Edifico catalogado. 

Desde comienzos del siglo XX Ricardo Magdalena, en su condición de arquitecto del Consistorio, proyectó una serie de escuelas municipales, la última esta de la calle del Buen Pastor, la más ambiciosa de todas ellas y que no vio acabada. 

El inmueble incluía no sólo las aulas sino también viviendas para maestros y su construcción se prolongó hasta el año 1912. Recibió el nombre de Buen Pastor en homenaje a la asociación benéfica de esta denominación. La fachada principal recae sobre la calle del Buen Pastor y consta de tres alturas realizadas en ladrillo salvo el zócalo de piedra. Tiene un sótano con bodegas, como era costumbre. Para remarcar la zona de entrada incorporó el escudo de la ciudad de Zaragoza.

Interiormente, destaca su irregularidad (se observa simplemente apreciando lo empinado de la calle) y el uso de columnas de fundición de Averly similares a las de los porches del Mercado. La planta baja también esconde misterios, como la existencia de un cuarto sin puerta del que se desconoce su contenido. Mantiene actualmente sus escaleras primitivas de madera y forja, la carpintería de 1911 y dos patios de recreo con fuentes de fundición de Averly.

El inmueble se consideraba inadecuado al fin educativo en diciembre de 1943 pero no se aprobó la construcción del nuevo colegio hasta 1947 (el Grupo Menéndez Pelayo de la plaza de Santa Marta). Las clases siguieron allí al menos hasta los años 50 del siglo pasado.

En el colegio del Buen Pastor hubo un tiempo en que hacían los reconocimientos médicos para el Servicio Militar. Allí fueron tallados, medidos y pesados unas cuantas generaciones de zaragozanos que vivían pendientes del sorteo del Servicio Militar, que les podía llevar a las provincias españolas en África.

Fuentes: zaragozaarquitecturasigloxx.com - heraldo.es - zaragoza.es 

La Voz de Aragón del 25 de abril de1926.

Más adelante lo llamaron colegio María Diaz Lizardi. Fue una maestra nacida en Funes, Navarra, en 1856. Su hermana también fue maestra. Alcanzó el título de maestra superior en 7 de marzo de 1881. Hizo sus primeras oposiciones en San Sebastián, en abril de 1880, obteniendo el primer lugar entre diez opositoras y fue nombrada para la escuela de Orio.

Al frente de esta escuela estuvo siete meses. Unas afortunadas oposiciones hechas en Zaragoza le valieron la escuela que en nuestra ciudad regentó 19 años, desde el 27 de abril de 1881, hasta el 3 de abril de 1900, recibiendo muchos elogios.

Ingresar por méritos en la primera clase del escalafón de maestros de la provincia y obtuvo un premio extraordinario del Ayuntamiento, concedido en 15 de marzo de 1885, y otro concedido en 1898, consistente en una rosa de oro y un diploma honorífico que le fueron entregados en sesión solemne a la que asistieron el Ayuntamiento en corporación, el rector de la Universidad, la Junta local de primera enseñanza, y las familias de sus alumnas. También le concedieron la medalla de oro de la ciudad.

El 3 de abril de 1900 fue nombrada profesora numeraria de la Escuela Normal de Maestras de Tarragona. Su ausencia de Zaragoza no duró más que siete meses y veinte y ocho días. El 1 de diciembre de 1900, tomó posesión del cargo de profesora de la Escuela Normal de Maestras de Zaragoza. En 1926, tras 46 años en la docencia, se jubiló a los 70 años dejando un gran recuerdo entre sus discípulas.

Después de su jubilación mantuvo gran actividad en la Acción Católica de la Mujer de Zaragoza, donde figuraba como Presidenta de la Sección del Magisterio femenino.

En la pared de una de las aulas del actual centro de profesores existe una placa descubierta el 21 de octubre de 1919 donde se la homenajea. La placa reza lo siguiente: "Homenaje de gratitud a la excelsa maestra que con gran abnegación guio a centenares de niñas hacia el bien y la instrucción. Sus discípulas perpetúan el nombre de quien les iluminó el corazón y la inteligencia con sus sabias enseñanzas y ejemplares virtudes".

Fuente: La Voz de Aragón del 25 de abril de 1926 - zaragoza.es 

En esa época hubo maestros y maestras muy recordados, con presencia en nuestro callejero y con grupos escolares que llevaron y, en algunos casos, mantienen su nombre: Valentín Zabala, Cándido Domingo, Pedro Joaquín Soler, Azcona, Solana, Eulogia Lafuente Querejeta, Tomás Alvira, Andresa Recarte, Díaz Lizardi y, muy especialmente, don Marcelino López Ornat.

5ª etapa. Centro de Profesorado "Juan de Lanuza". En 1994, tras quedar inadecuado para su uso propiamente escolar, el edificio acoge hoy el Centro de Profesorado, conservando buena parte su apariencia original. 

Hay una parroquia denominada del Buen Pastor en el barrio de La Paz (ver más en García, calle de Honorio). 

También hubo un reformatorio muy conocido en la ciudad con el mismo nombre inicialmente en el barrio de Las Fuentes (ver más en Aragón, calle de María de) y después trasladado al barrio de Valdefierro (ver más en Aldebarán, calle). La institución cesó su actividad en 2006.

(Parque José Antonio Labordeta): José Julio Bueno Gimeno (Zaragoza, 1884 - Madrid, 1957). Escultor de brillante historial que desarrolló en Zaragoza una abundantísima producción escultórica, sobre todo de tipo monumental lo más representativo de su estilo. 

De una familia tan numerosa como unida, desde muy pequeño era aficionado a hacer figuras con barro para el Belén de Navidad. Cuando advirtieron sus dotes fue admitido en un taller de escultura religiosa a los 10 años.

A los 13 años comenzó los estudios artísticos en la Escuela de Artes Industriales de Zaragoza, donde fue alentado por Ricardo Magdalena para que se dedicara a la escultura. A los 19 años consigue su primera obra premiada, cuyo premio le es entregado por el Rey Alfonso XIII en las Fiestas del Pilar.

Exterminio, de José Bueno. Foto de Juan Mora (DARA).

Su carrera profesional se inició modestamente, trabajando de "santero" hasta que, tras librarse del servicio militar, pudo, pasando graves penurias económicas, trasladarse a Madrid. Se destacó en la Academia de Bellas Artes de San Fernando, especialmente en las clases de escultura de los profesores Aniceto Marinas y Juan Samaó, que le cogió gran afecto y se hizo cargo de algunos de sus gastos formativos.

Con 28 años, tras superar unas oposiciones muy exigentes, fue pensionado en Roma (el primer escultor aragonés en conseguirlo) contactando con otros escultores como Capuz o Moisés Huerta y viajando a Grecia y París. En esa época participó en numerosas exposiciones y concursos nacionales e internacionales cosechando segundas y terceras medallas. Al regresar a Madrid ganó su primera medalla de Oro con su grupo "Exterminio" (parece más un nombre para un grupo punk ochentero). 

Con con 32 años ya tiene ganas de volver a su ciudad natal a vivir de su oficio. A su llegada a Zaragoza ya era toda una personalidad y recibió un abultado número de encargos del ayuntamiento: monumentos, retratos, estatuas, imágenes y trabajos decorativos. 

En 1.918 comienza su obra de mayor envergadura (6,50 metros de altura), “Monumento a Alfonso I el Batallador”, en mármol de carrara. Hijo un proyecto para escultura ecuestre pero se lo rechazaron porque  la querían en una pose similar a la del retrato del pintor Francisco Pradilla.

En 1.924 consigue la primera medalla de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Se suceden las felicitaciones de sus colegas y los homenajes en Madrid y Zaragoza. Forma parte de numerosas juntas, instituciones y asociaciones. Está en el cenit de su carrera.

Volvió a Madrid en 1926, alcanzando la plaza de profesor de la Escuela de Artes y Oficios de esa ciudad, cargo que ocupó hasta su jubilación con 70 años.

A principios de 1.927 conoce a Hildegard Heimerle, joven estudiante alemana que completaba sus estudios universitarios en Salamanca estudiando castellano y en París estudiando francés, y con la que finalmente se casa y con la que tiene su primer hijo en 1934.

José Bueno y Hilde, su mujer. Fuente: escultorjosebueno.blogspot.com 

Foto de Juan Mora (DARA) donde se ve en primer plano a Bueno delante de la obra de la Fosa Común del cementerio de Torrero y otras obras de motivos funerarios.

El año 1.936 todo sale mal. Estalla la guerra civil y 7 días después fallece su esposa por problemas tras el parto de su segunda hija, Matilde. la vida esos años en una ciudad sitiada debió ser muy dura para un padre solo al cuidado de dos hijos de corta edad. Acabada la guerra pudo vivir de su sueldo de profesor y de algunos encargos religiosos, mandando a sus hijas con la familia que tenía en Zaragoza a estudiar en el Colegio Alemán.

En 1.949 concluye la escultura en madera de aliso "Jesús atado a la Columna", una de las obras más destacadas de la Semana Santa Zaragozana por su tamaño (casi 3 metros) y por el gran conocimiento de la anatomía humana que demuestra.

Tras una grave enfermedad termina el “Cristo yacente” (1953, perteneciente a la procesión del Santo Entierro de Alcañiz), “Nuestro Padre Jesús Crucificado” (1955), y “Nuestra Señora de la Lágrimas” (1956).

Además de las comentadas dejó otras obras destacables: Monumento conmemorativo sobre la Fosa Común (cementerio de Torrero), "Mujer dormida" de la (plaza de Basilio Paraíso), monumentos a Mariano de Cavia, a Fernando Soteras “Mefisto” (ambos en plaza de Aragón) y a los Hermanos Argensola (plaza de San Pedro Nolasco), el mausoleo a la Madre Rafols. En los últimos años de su vida ganó un concurso encargarse de un monumento a Goya pero su ejecución se dilató más que la vida de este escultor.

Su estilo está impregnado de un permanente sentido clásico de la forma, de aire grave y contenido en las obras monumentales, y de un fuerte influjo neohelénico en los grandes relieves. 

Fuentes: El Noticiero del 30 de mayo de 1957 - escultorjosebueno.blogspot.com.es/ - apintoresyescultores.es 

(Barrio Oliver): José Bosque