Boletin Nº 5

El 10 de abril de 2023 se cumplirán 91 años de una de las erupciones más importantes de un volcán ubicado en la Cordillera de los Andes. En ese día de 1932, el volcán Quizapú, ubicado en Chile, entró en erupción y su ceniza fue transportada por el viento hacia el este, llegando a las provincias de Mendoza, La Pampa, Buenos Aires y a regiones tan lejanas como Uruguay y Brasil (Figura 1a). Una leyenda popular no confirmada, atribuye el origen del nombre Quizapú a la respuesta que un baqueano dio a un grupo de geólogos que estudiaban la zona a mitad del siglo XX, cuando éstos le preguntaran cuál era el nombre del volcán, él respondió QUIen SAbe PUes. 

Figura 1. a) Área de acumulación de la ceniza volcánica depositada durante la erupción del volcán Quizapú en 1932 (colores mas oscuros indican mayor espesor), b) perfil actual del suelo en el bosque de Caldén.

Esta erupción es considerada una de las más grandes registradas en el siglo XX. Tal fue su magnitud que, en algunas zonas de la Provincia de La Pampa, su acumulación alcanzó espesores importantes, tal como puede verse en las imágenes de General Pico de la época (Figura 2).

Figura 2. Acumulación de ceniza volcánica del Quizapú en General Pico, La Pampa, en 1932.  Extractado de: https://fototecabernardograff.wordpress.com/category/colecciones-fotograficas/coleccion-fillipini/ceniza-volcanica-en-la-pampa-general-pico-1932/ 

La erupción del volcán produjo en su momento gran incertidumbre entre la población, ya que la nube de ceniza cubrió el cielo en forma repentina y la noche se hizo en pleno día. Testigos presenciales relatan que, en general, se desconocía el origen del fenómeno, lo que llevó a muchos a pensar que se estaba ante “el fin del mundo”. Aunque las crónicas de la época no hablan de víctimas fatales, si existió un gran impacto sobre la producción agropecuaria, ya que la ceniza cubrió pastizales y zonas productivas, dejando al ganado sin alimentación.

Actualmente, la capa de ceniza se encuentra en los suelos de diversos sitios de la provincia de La Pampa, especialmente en los del Caldenal, en forma de una capa blanquecina de disposición horizontal, que posee espesores de hasta 10 cm (Figura 1b). En general, se encuentra intacta, sin disturbios, y sobre ella se ha depositado otro material que puede alcanzar más de 25 cm de espesor (hoy denominado horizonte A). Este último no es de origen volcánico como la ceniza sino que proviene de la acumulación por el viento de material erosionado de suelos o sedimentos cercanos y se acumula desde la época de la erupción hasta la fecha. En este nuevo material se está formando un suelo, similar al que se encuentra por debajo de la ceniza, pero mucho más “joven”, ya que tiene como máximo 91 años de edad. Por el contrario, el suelo enterrado que se encuentra por debajo de la ceniza (el horizonte Ab) tendría varios miles de años de evolución, aunque se desconoce su edad exacta, al igual que para otros suelos de La Pampa.

En las zonas agrícolas, el laboreo ha mezclado la ceniza con el resto del suelo y, generalmente, no puede ser distinguida a simple vista.

Las preguntas que surgen ante esta situación son ¿qué impacto ha tenido la ceniza sobre los suelos de La Pampa? y ¿cuál es su utilidad desde el punto de vista científico? Intentaremos aquí responder estos dos interrogantes.

El impacto de la ceniza del Quizapú sobre los suelos es limitado. Por su composición, posee poco efecto sobre la fertilidad del suelo, ya que contiene altas proporciones de silicio, un elemento no esencial para las plantas. La presencia de este elemento le confiere un gran poder abrasivo, lo que en su momento fue aprovechado para limpiar enseres domésticos. Su contenido en otros elementos de importancia para las plantas como el fósforo es muy escaso, así como su impacto sobre la capacidad del suelo para almacenar agua.

Desde el punto de vista científico, la presencia de la capa de ceniza en los suelos es muy relevante, ya que constituye un indicador espacio-temporal muy preciso, que permite obtener datos muy útiles desde el punto de vista ambiental. El más notable es conocer cuánto carbono atmosférico puede secuestrar un suelo en 91 años. Esto es muy relevante, considerando que el secuestro de carbono es un proceso directamente vinculado con la disminución de la concentración de dióxido de carbono atmosférico, uno de los gases de mayor impacto sobre el Cambio Climático Global.

Pocos suelos del mundo presentan las condiciones de los del Caldenal pampeano, donde es posible determinar la tasa de fijación de carbono del suelo y conocer en cuánto tiempo se produce el secuestro de una determinada cantidad de dióxido de carbono de la atmósfera. Este dato, además de aportar información poco disponible a nivel mundial sobre una temática tan sensible como el Cambio Climático, permitirá conocer la capacidad de secuestro de carbono de los suelos de Argentina y revalorizar, de esta manera, la importancia del Caldenal en su rol de regulador de procesos ambientales

Investigadores del INCITAP desarrollan desde principios de 2022 un estudio sobre esta temática. Los primeros resultados indican que, aun dentro del Caldenal, existen diferencias entre los suelos, lo que permite suponer que poseen diferentes capacidades de secuestro de carbono.