La evaluación es una actividad inherente a la actividad humana y fundamental para la mejora, aplicando este principio también a la educación. Más allá de una calificación, la evaluación educativa implica un juicio de valor que sirve como diagnóstico, pronóstico y base para la toma de decisiones, facilitando la mejora continua del proceso de aprendizaje. Es crucial para las analíticas predictivas y prescriptivas.
Enfoques y Momentos de la Evaluación
La evaluación se puede enfocar en tres ejes:
Evaluación del aprendizaje: Mide el rendimiento del alumno.
Evaluación para el aprendizaje: Ofrece feedback y orientación para mejorar el proceso.
Evaluación como aprendizaje: El alumno autoevalúa y reflexiona sobre su propio progreso.
Considerando la evaluación para el aprendizaje, existen tres momentos clave:
Antes de iniciar (diagnóstica): Identifica obstáculos y conocimientos previos sin calificación.
Durante el proceso (formativa/sumativa): Monitorea el progreso para ajustar itinerarios y puede o no llevar calificación.
Después del proceso (sumativa/terminal): Determina el nivel de dominio final alcanzado por los alumnos.
La recopilación de datos de logros estudiantiles es esencial para las analíticas de aprendizaje y la planificación de mejoras individuales y grupales, estableciendo expectativas de resultados para garantizar la calidad.
Medios e Instrumentos de Evaluación
La evaluación formativa requiere medios continuos que el profesor proponga para recoger evidencias y dar feedback. Las herramientas y aplicaciones digitales son valiosas para obtener datos objetivos, incluso de aspectos no visibles. Las tareas pueden ir más allá de los exámenes tradicionales (ej. proyectos, experimentos).
Los instrumentos de evaluación varían según los objetivos y el desarrollo competencial:
Plantillas de corrección: Para pruebas objetivas, automatizables (ej. formularios de Google/Office 365).
Plantillas de pruebas de ensayo: Para preguntas abiertas, requieren criterios claros, respuestas tipo y tiempo adecuado para asegurar objetividad.
Cuestionarios de autoevaluación: Permiten al alumno comprobar su conocimiento y planificar mejoras, incluyendo feedback y orientaciones.
Cuaderno de registro del profesor: Para notas sobre conductas, participación y progreso, apoyado por herramientas digitales como iDoceo o Remind, que también registran la trazabilidad en los EVA.
Lista de control (o de chequeo): Para verificar el cumplimiento de indicadores con una escala dicotómica (sí/no), útil en debates o pruebas orales (ej. formularios de Google).
Escala de valoración: Similar a la lista de control, pero estima el grado de consecución de un indicador mediante una escala Likert (ej. formularios de Google/Office 365).
Rúbrica: Matriz de valoración que define criterios y niveles de cumplimiento (insuficiente a sobresaliente) para una tarea o producto, ayudando tanto al profesor a evaluar como al estudiante a comprender las expectativas.