Mi nombre es Adrianis Paola Clemente Rivera. Mi trayectoria educativa comenzó a temprana edad, mi pasión por la educación ha sido inefable. Desde mi infancia eran notables mis deseos por corregir, instruir y ayudar a los demás. A los tres años, rápido que me subía a un vehículo junto a mi familia, comenzaba a decir: “colóquense el cinturón de seguridad”. De hecho, siempre me ha gustado velar por la seguridad de los demás. A la misma vez, ser un ejemplo de lo que enseñaba. De igual forma, siempre que llegaba a un lugar buscaba rápidamente un papel y un lápiz. Desde siempre me ha encantado escribir y dibujar. Es por esto por lo que comencé a escribir antes del tiempo estipulado para los niños de mi edad. A los dos años, ingresé al primer centro de aprendizaje, preescolar. Me destaqué por mi liderazgo, me gustaba guiar y ayudar a los demás. Es por esto por lo que construía mi propio conocimiento y desde ahí ayudaba a mis compañeros. No obstante, durante elemental, intermedia y superior me mantuve en el mismo centro de enseñanza.
Durante mi trayectoria escolar participé en clubes de liderazgo, competencias, talleres de fotoperiodismo y del club de biblioteca. Siempre estuve involucrada en todas las actividades de la escuela y a la misma vez me ocupaba de mis deberes como estudiante. También, fui parte de la directiva de la clase, del consejo de estudiantes y de los talleres de pantomima. Participé en la semana de la nutrición en dos competencias de “Master Chef” en la escuela, de estas competencias gané una de ellas. En la segunda competencia, aprendí que no puedo ganar siempre, sino darle oportunidad a los demás. Por otra parte, fui parte de las “Girls Scout” aprendí sobre el trabajo en equipo, esfuerzo y el valor del dinero y trabajo. Para ganar cada uno de los parchos para el “sach”, tenía que ser partícipe de un sinnúmero de eventos y actividades. En las cuales me destaqué por mi perseverancia y entrega. De igual forma, cumplí con la meta de toda niña escucha o “Girls Scout”, desarrollar el valor, la confianza y el carácter para hacer del mundo un lugar mejor. Estas experiencias fueron muy gratas y enriquecedoras. De igual forma, me ayudaron en mi formación académica y personal.
Por consiguiente, en la graduación de noveno grado tuve la gran oportunidad de realizar el discurso de bienvenida para los actos de graduación en francés. Debido a que tuve la oportunidad de tomar la clase desde séptimo a duodécimo grado. Durante este tiempo tuve la oportunidad de aprender esta lengua y participar en el club de francés. Por mi gran desempeño y dominio de esta lengua, obtuve la medalla de francés en la semana del estudiante. De igual forma, obtuve un reconocimiento por excelencia académica, comportamiento y desempeño sobresaliente. Por otro lado, obtuve una dedicación hermosa por parte de una maestra muy especial. La cual me entregó el reconocimiento por el civismo en los actos de graduación.
Por otro lado, específicamente en los grados: décimo, undécimo y duodécimo, me encontraba media indecisa en lo que quería estudiar. Sin embargo, siempre dije “si no es enfermería es educación”, porque es lo que me gusta. Tras el transcurso del tiempo, llega un nuevo maestro de Español, llamado Jorge Román. Este maestro le dio una actualización a las estrategias de enseñanza, actividades, tareas y al ambiente en el aula. Inmediatamente que entraba al salón, sentía un ambiente cómodo, democrático, agradable y lingüísticamente enriquecedor. Además, este salón contaba con pinturas, cuadros y obras de grandes literatos y autores que contribuyeron a nuestra lengua materna.
En definitiva, ese maestro marcó una gran diferencia y lo más importante como buen educador hizo a los estudiantes partícipes del proceso de enseñanza- aprendizaje. No obstante, como líder del grupo, tuve la gran oportunidad de crear un examen. Luego, el profesor lo evaluó y asignó a los estudiantes. También, tuve la oportunidad de dirigir junto con otros compañeros las actividades para la Semana de la Lengua. De igual forma, pude planificar y realizar una clase demostrativa. En donde utilice un podio, una pizarra inteligente y un marcador. Él hizo esto para que viviera la experiencia y así pudiera compartir mi conocimiento con los demás. Luego de estas grandes experiencias pude comprender que la educación; enseñar y facilitar el proceso, es mi vocación. Mi meta es terminar mi bachillerato en Educación Secundaria en Español. Además, me gustaría realizar una segunda concentración en la enseñanza del Español nivel 4to a 6to. De la misma manera, deseo realizar una maestría en Administración y Supervisión. Para de esta forma, ejercer como directora de escuela, promover la innovación educativa y velar por los derechos de los estudiantes. En fin, aspiro a ser una maestra responsable, comprensiva y dedicada. Más allá de esto deseo dejar una huella en mis estudiantes para toda la vida y enseñar desde mi corazón.