Ellos, ¿están escuchando? Hablar sobre tu dolor

(Traducción de la nota “Are they listening? Talking about your pain” publicada en el sitio web PainACTION (*). Autora: Dra. Lynette Menefee Pujol (**) el 29 de Julio de 2008. Revisada por el Dr. Kevin L. Zacharoff (médico anestesiólogo, especialista en medicina del dolor) en Septiembre de 2013. Traducida por Alejandra Guasp, Red EDA, 21/11/2014)

(*) El objetivo del sitio web painACTION es ayudar a la gente a mejorar su automanejo del dolor. Participan educadores en salud, expertos en dolor y personas que afrontar el dolor.

(**) La Dra. Lynette Menefee Pujol es psicóloga y Profesora auxiliar en el Jefferson Medical College en Filadelfia. Se especializa en medicina del comportamiento en el Centro del Dolor Jefferson.

De acuerdo con el diccionario, quejarse es: “expresar descontento, dolor o resentimiento, generalmente en forma tediosa”. Palabras similares son: ”rezongar, protestar, lamentarse y gimotear”. En los días en los que tu dolor es fuerte, podrías querer quejarte.

Si has tenido dolor crónico durante un largo tiempo, sabés que las personas cercanas a vos se cansan de escuchar sobre tu dolor, e incluso vos podés cansarte de hablar de eso.

¿Quejarte o comunicarte?

Luego de leer la definición de “quejarse”, probablemente no quieras estar cerca de una persona que se queja, ni ser una de esas personas. Pero a veces el dolor te supera, y sentís que no solo tenés el “derecho” de quejarte, sino que tenés el deber de hacerlo. Entonces, querés comunicar algo.

Este artículo discute: las maneras en que podés preferir comunicarte, por qué tenés estas preferencias, y cómo comunicarte sin quejarte.

¿Vos, qué hacés?

Pensá en una escala que va de 0 a 10. Si 0 significa que nunca hablás sobre tu dolor y 10 significa que “siempre” hablás sobre tu dolor, ubicá tu puntaje en la escala con respecto a la mayoría de la gente…

Si tendés a discutir cómo te sentís con casi todos, tu puntaje será un número alto, pero si tendés a ser más retraído o callado en lo que respecta a tu dolor, tu puntaje será más bajo.

Ahora, otorgale un puntaje a cuánto hablás sobre tu dolor con:

  • Tu esposo/a o pareja
  • Tus hijos
  • Tu mejor amigo
  • Un conocido
  • Un extraño

Hay muchas razones por las cuales te comunicás o no sobre tu dolor. Tus puntajes son solo estimaciones, pero esto es lo que podrían significar:

Si tus números se ubican principalmente en el punto más bajo de la escala, podrías:

  • Sentirte incómodo expresando tu dolor
  • Provenir de una cultura que desalienta hablar sobre los problemas (o el dolor)
  • Hacer que tu tratamiento sea más difícil para los profesionales que se encargan de tu salud, porque no les decís lo que realmente te está pasando
  • Solo compartir lo que te pasa con ciertas personas
  • Haber aceptado tu dolor y no sentir la necesidad de hablar sobre él

Si tus números están principalmente en el extremo superior de la escala, podrías:

  • Sentirte cómodo expresando cómo te sentís
  • Provenir de una cultura que tiende a expresar los sentimientos
  • Ser acusado de “exagerar” tu dolor
  • Compartir lo que te pasa con mucha gente
  • Estar muy triste con tu situación presente
  • Haber aceptado tu dolor, pero igualmente sentir la necesidad de hablar sobre él

¿Cuánto “deberías” comunicar?

Cuánto deberías hablar sobre tu dolor y sobre otras dificultades es una cuestión personal, afectada por tu personalidad, tu situación, tu cultura, y las personalidades y culturas de las otras personas en tu vida. Por ejemplo, algunos amigos podrían pensar que no es cortés preguntarte cómo te va, mientras que otros podrían pensar que no preguntarte nada indica que no les preocupa.

Mientras considerás cuánta comunicación es mejor para vos, considerá también el efecto que eso tiene en tu tratamiento, en tus amigos y en tu familia.

Existe un delicado balance entre compartir lo suficiente para que la gente te entienda, y saber que hablar de tu dolor tiene un efecto negativo en las relaciones.

Considerá tener una especie de “apunte” preparado cuando no querés decir mucho; como por ejemplo: “Realmente hoy no quiero hablar mucho sobre eso, pero ¡gracias por preocuparte!”. En lugar de hablar, algunas parejas usan un sistema de señas/signos o de números, para comunicar cuándo el dolor ha aumentado o es particularmente difícil de afrontar.

¿Qué es lo que realmente querés?

Antes de comunicarte en relación con tu dolor, pensá en lo que realmente querés. Quizás sea:

  • Expresar tus emociones
  • Ser comprendido
  • Tener la atención de la gente
  • Recibir un mejor tratamiento de parte de tu médico
  • Recibir apoyo práctico, como por ejemplo, ayuda con los quehaceres
  • Pedir sugerencias para encontrar posibles soluciones

¿Cómo deberías decir las cosas?

Entonces, pensá en cómo comunicar tus necesidades.

Si sentís que te estás quejando – cuando esto significa “rezongar” – podés estar tan concentrado en tu dolor, que los pensamientos negativos toman el mando, y los pensamientos precisos son reemplazados por pensamientos poco realistas e imprecisos, como “No puedo manejar este dolor”.

Aunque podés sentir que esto es así en el momento, vos afrontás tu dolor todos los días y sabés, por experiencia propia, que vendrán días mejores.

Cuando sabés lo que necesitás, y no es solo “quejarte”, pedilo.

Usá frases en primera persona, como:

  • "Estoy teniendo un día con mucho dolor y te agradecería si pudieras hacerte cargo de los chicos".
  • "Siento que mi situación es injusta. ¿Estarías dispuesto a escucharme compartiendo mis sentimientos por un ratito? Luego yo estoy dispuesto a escucharte también!"
  • "Estoy teniendo un momento difícil, afrontando un día muy largo y tedioso. ¿Me podrías ayudar a buscar alguna solución para esta tarea que tengo que hacer?"

Puede ser que los miembros de tu familia o tus amigos no siempre puedan darte lo que te hace falta, cuando te hace falta. Deberías prepararte para pedírselo a alguien más, o bien afrontar esa dificultad solo de la mejor manera posible. En el lado positivo, tendrás la satisfacción de que afrontaste tus sentimientos negativos y pediste lo que necesitabas de manera positiva.

QUEJARTE probablemente no sea de mucha ayuda, ni para vos, ni para los demás en tu vida.

Sin embargo, COMUNICARTE en relación con tu dolor y con las circunstancias que estás atravesando, ¡sí puede ayudarte!

Referencias

  • Caudill, M.A. (2002). Managing pain before it manages you (Revised Version). New York: The Gilford Press.
  • Turk, D.C. & Frits, W. (2005). The Pain Survival Guide: How to Reclaim Your Life. Washington, D.C.: American Psychological Association.

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