Mitos sobre el tratamiento del dolor crónico

(Traducción de la nota “Myths About Treating Chronic Pain”, escrita por R. M. Griffin, Revisada por B. Nazario, MD y publicada en el portal WebMd. Traducido por Alejandra Guasp, Red EDA, 10/12/11. La nota original –en inglés- puede leerse siguiendo este enlace: http://www.webmd.com/pain-management/chronic-pain-11/myths-facts. Traducción: Alejandra Guasp, Red Ehlers-Danlos Argentina)

Cuando tenés dolor crónico, es difícil separar los mitos de los hechos. Para sentirte mejor, ¿se supone que tenés que estar en cama o salir a trotar? ¿Deberías hablar con tu médico sobre probar con calmantes opioides poderosos o deberías mantenerte alejado de ellos? ¿Vale la pena probar con la “cura milagrosa” que tu compañero de trabajo jura que le curó la ciática?

El dolor crónico es un trastorno serio y debilitante. Mucha gente que sufre de dolor crónico está tan desesperada por recibir ayuda que es capaza de creer lo que sea – y como resultado de eso creer en algunos mitos que pueden ser poco prudentes e incluso peligrosos.

Para ayudarte a separar los mitos de los hechos sobre el dolor crónico, el portal WEbMD recurrió a especialistas en el tratamiento del dolor. Esto es lo que dicen:

Mito: para curar el dolor crónico, basta con tratar su causa

Tratar el dolor crónico no es tan simple. Sí, a veces tratar la causa elimina el dolor: si tenés un clavo en el zapato, removés el clavo. Cualquier persona con dolor crónico debe abordarlo con su médico para ver si hay un problema tratable o una enfermedad, dice Anne Louise Oaklander, MD, PhD, profesora asociada de neurología en la Escuela de Medicina de Harvard.

Pero en muchos casos, la intersección entre el dolor y su causa es más complicada. Las enfermedades que cursan con dolor pueden ser crónicas y difíciles de controlar. A veces el dolor perdura aún luego de que la causa original parece haberse resuelto. Otras veces, la causa del dolor es simplemente misteriosa.

“Con algunas personas, hacemos todas las pruebas, pero no podemos saber qué causa su dolor”, dice Steven P. Cohen, MD, director de investigación del dolor en el Walter Reed Army Medical Center en Washington, D.C. "No podemos hacer un diagnóstico".

La gente con dolor crónico a menudo necesita un abordaje dual: el tratamiento de la causa (si es que hay una) y en forma separada un tratamiento para el dolor en sí mismo. Esto en ocasiones significa ver a un especialista en dolor, así como a otros médicos.

Hecho: aún el dolor crónico leve debería ser evaluado por un médico

Los especialistas en dolor dicen que muchísima gente todavía enfrenta su vida con dolor crónico sin ningún razón. La gente piensa que si el dolor es soporable, no vale la pena decirle al médico.

Sin embargo, tu dolor tiene que ser evaluado, aún si es leve. Primero, podría ser un signo de una enfermedad o de un problema de salud que necesita tratamiento. Segundo, tratar el dolor adecuadamente a veces puede evitar que se convierta en un dolor crónico difícil de tratar.

Más allá de esto, siempre es importante tomar el dolor seriamente en sí mismo. El dolor crónico es insidioso. Aparece sigilosamente, empeorando en forma lenta e imperceptible.

Si no te das cuenta de esto, podrías desarrollar formas poco saludables de enfrentarlo. Esto podría incluir usar calmantes de venta libre durante un largo período o en dosis altas, algo que puede tener serios riesgos. La gente con dolor crónico también tiene un riesgo mayor de recaer en el alcohol u otras sustancias que nublen su dolor.

Con el tiempo, el dolor crónico también puede llevar a la falta de sueño, al aislamiento social, a la depresión y a otros problemas que pueden afectar tus relaciones familiares y laborales.

Mito: quedarte en cama generalmente es la mejor cura para el dolor

El viejo consejo médico para la gente con algunos tipos de dolor crónico – por ejemplo el dolor de espalda- era quedarse en cama. Pero este ya no es el caso.

“Ahora sabemos que para casi todos los tipos de enfermedades con dolor crónico, no solo el dolor de espalda, el reposo [prolongado] en cama casi nunca es útil” dice el Dr. Cohen. "En algunos casos de hecho empeora el pronóstico".

“Resulta que para la mayoría de las causas de dolor, mantener tu agenda normal – incluyendo tu actividad física- te ayudará a mejorar más rápido”.

Por supuesto, hay situaciones en las que el reposo es importante – especialmente uno o dos días luego de una lesión aguda. Siempre seguí el consejo de tu médico.

Mito: al aumento del dolor es inevitable a medida que envejecemos

Los especialistas en dolor dicen que este es un mito particularmente dañino sobre el dolor crónico. Muchísima gente piensa que el dolor es solo un signo de envejecimiento y que no puede hacerse mucho al respecto.

“Pienso que por desgracia demasiados médicos creen esto”, dice Cohen. “Ellos ven a un paciente mayor con dolor y no piensan nada sobre eso”.

Es incuestionable que nuestras probabilidades de desarrollar una enfermedad dolorosa, como la artritis, son mayores a medida que envejecemos. Pero esas enfermedades puede tratarse y el dolor puede ser controlado.

Entonces, no importa la edad que tengas, nunca te conformes con el dolor crónico.

Hecho: el dolor crónico se conecta con la depresión

Para mucha gente, el dolor crónico se entrelaza con la depresión –así como con la ansiedad y con otros trastornos psicológicos.

“Hay una relación muy compleja entre el dolor y la depresión”, dice Cohen. “El dolor puede ser un síntoma de depresión, y la depresión ciertamente puede empeorar el diagnóstico de dolor”. Es una combinación cruel. A menudo, es imposible determinar dónde termina uno y empieza el otro.

Por supuesto, a algunas personas con dolor crónico no les gusta esta idea. Sienten que aceptar la conexión psicológica con el dolor implica que lo están inventando, que su dolor está “en su mente”. Pero este no es el caso, PARA NADA.

La depresión y los trastornos de ansiedad son enfermedades médicas reales. Los estudios han mostrado una conexión clara entre el trauma emocional y los trastornos dolorosos.

Los estudios por imágenes del cerebro de hecho han encontrado que el dolor físico y psicológico activa algunas áreas idénticas del cerebro, dice Seddon R. Savage, MD, presidente de la American Pain Society. Reconocer que el dolor crónico y la depresión están conectados de ninguna manera disminuye lo que estás sintiendo.

También, los antidepresivos han demostrado ser de ayuda para manejar ciertos tipos de dolor crónico. Tu médico podría sugerirte antidepresivos para tu dolor crónico , aún si no estás deprimido.

Mito: tomar analgésicos opioides lleva a la adicción

Todos hemos escuchado historias sensacionalistas sobre la adicción de las celebridades. Entonces, no es sorprendente que mucha gente con dolor crónico tenga miedo de que tomar opioides termine en la adicción a las drogas.

Como resultado de esto, algunas personas con un dolor cónico terrible rehúsan tomar medicación que realmente podría ayudarlas.

“Cuando se toman a corto plazo y se utilizan como se indica, el riesgo de convertirse en adictos a los medicamentos opioides es muy, muy bajo”, dice Cohen.

Existen ocasiones en que los médicos deben ser especialmente cuidadosos con los opioides, dice la Dra. Oaklander. Por ejemplo, con las personas que tienen un antecedente personal o famiiar importante de adicción tienen un riesgo mayor.

“Pero aún así, en algunos casos pueden usar estas drogas en forma segura”, dice, “aunque preferiblemente con la guía de un especialista en dolor”.

Mito: tomar analgésicos opioides va a curar completamente el dolor crónico

Aunque los opioides son efectivos para tratar el dolor, no son el Santo Grial para sul alivio. Algunas personas piensan que si tan solo lograran que sus médicos les den una recta, sus problemas se solucionarían.

“Hay un gran inconveniente con el tratamiento con opioides”, dice Cohen. No son efectivos con todos los tipos de dolor. Pueden ocasionar desagradables efectos secundarios. Se puede desarrollar una dependencia física si el manejo del dolor y el tratamiento no son monitoreados. Eso no es adicción, sino que el cuerpo se acostumbra al medicamento. Con el tiempo, necesita dosis mayores para obtener el mismo nivel de alivio.

Los opioides parecen aumentar el riesgo de que otros tratamientos fallen. Incluso hay evidencia de que los opioides pueden desencadenar el dolor crónico, dice Cohen. Una persona con dolor de cabeza ocasional y leve, podría desarrollar dolores de cabeza crónicos y debilitantes luego de utilizar dosis elevadas de opioides.

Entonces, dependiendo de la causa de tu dolor crónico, los calmantes opioides podrían ayudarte. Pero no son el “mejor” tratamiento universal para el dolor crónico -solo son una herramienta más entre muchas otras, desde los medicamentos antiinflamatorios, hasta las medicina alternativa como la acupuntura.

Hecho: raramente hay un solo tratamiento que pueda curar el dolor crónico

“La gente con dolor crónico a menudo tiene esta idea falsa”, dice Savage. “Piensan que serán capaces de encontrar el tratamiento perfecto que cure su dolor”.

Quizás sea una nueva droga, o una nueva técnica quirúrgica de la que leyeron en algún artículo. O tal vez sea un dispositivo o un suplemento que vieron promocionado en un aviso publicitario a las 3 de la mañana. Tienen la esperanza de que allí esté la respuesta que haga que su dolor desaparezca por completo.

Afrontar el dolor crónico raramente es tan simple. Savage dice que abordar el dolor a menudo requiere de un equipo de expertos utilizando una combinación de técnicas – diferentes medicamentos, fisioterapia, consejo psicológico, técnicas de relajación y otras- para lograr el control del dolor.

Adoptá expectativas realistas. Vas a estar mejor, pero vas a tener que trabajar duro, usar diferentes tratamientos, y va a llevarte tiempo.

Hecho: Aún con un buen tratamiento, el dolor crónico podría no desaparecer

Esto por desgracia es cierto. “Alguien que ha tenido dolor durante 18 años no debería esperar que luego de unas pocas visitas a un médico especialista en dolor se cure”, dice Cohen. “Tratar el dolor crónico generalmente es un proceso largo”.

Pero no te desanimes. Incluso si los expertos no pueden hacer que tu dolor crónico desaparezca por completo, todavía pueden hacer una gran diferencia. Después de todo, el dolor no lo es todo; lo que más importa es cómo ese dolor afecta tu calidad de vida.

Quizás tengas algo de dolor luego del tratamiento. Pero si el tratamiento restablece tu capacidad de hacer cosas que tu dolor crónico te impedía –ya sea hacer caminatas largas, tejer al crochet una manta, o retomar tu trabajo –vale la pena.