Post date: 11-nov-2015 16:22:27
Biografía del célebre físico teórico Stephen Hawking, empezando por sus estudios universitarios en Cambridge a mediados de los años sesentas, donde sorprendió a sus profesores con avanzados conceptos y teorías sobre el origen del Universo... y donde se empezó a manifestar la enfermedad nerviosa degenerativa qué supuestamente lo mataría en pocos años.
A fines del siglo pasado leí uno de los libros de Stephen Hawking, e incluso entendí algunos párrafos (la dedicatoria y el "copyright", principalmente......je no es cierto), pero lo que me hizo apreciarlo más como persona fue su cameo en Star Trek: The Next Generation (en el episodio "Descent, Part 1", por si quieren buscarlo en Netflix), revelando el humor y sencillez de ese enigmático genio. Y ahora la película La Teoría del Todo completa esa misión con una mirada a la vida doméstica de Hawking, así como su matrimonio con Jane Wilde (Felicity Jones) y las dificultades (tanto físicas como emocionales) que ambos enfrentaron para sobrellevar la debilitante condición del científico, que afortunadamente nunca ha afectado su brillante mente y espíritu inquisitivo. Todo esto está muy bien, y fue hábilmente realizado por el director James Marsh... pero en lo personal me hubiera gustado que pusieran igual atención a su trayectoria académica, sus innovaciones teóricas y quizás hasta un análisis de su proceso deductivo o fuentes de inspiración; desafortunadamente no fue así, y la ausencia de estos elementos hace que la película se sienta incompleta y superficial.
Habiendo dicho eso, el enfoque íntimo de La Teoría del Todo nos ayuda a comprender mejor al hombre detrás de la leyenda (lo cual debería ser la meta de toda biografía), y nos da una nueva perspectiva de las inmensas dificultades que Hawking superó en su búsqueda de los grandes misterios del universo. El problema es que dichos "misterios" se expresan en forma de conversaciones desechables y demasiado triviales para transmitir su enorme alcance y potencial. Si La Teoría del Todo hubiera integrado mejor ambas perspectivas (personal y profesional), sería una obra sobresaliente, igualmente valiosa por sus virtudes dramáticas y por su esfuerzo de difusión científica. Después de todo, no es una biografía sobre un artista o político, sino sobre uno de los físicos teóricos más influyentes de la historia.
De cualquier modo me gustó la película a pesar de este leve desequilibrio, y desde luego el elenco entero merece aplausos por su emotivo trabajo, no solo Eddie Redmayne y su poderosa interpretación de Stephen Hawking, sino Felicity Jones como su sufrida esposa Jane, y David Thewlis como el profesor universitario que reconoció por primera vez el potencial de un joven estudiante con más entusiasmo que disciplina.
El director James Marsh presenta la historia con sencillez y claridad, evitando el amarillismo o la explotación de los sujetos en aras del melodrama. Su estilo visual es colorido y elegante... quizás más de la cuenta en algunas escenas idealizadas que chocan con la supuesta realidad de los hechos. Pero, bueno, esa estrategia preciosista es normal para las películas que persiguen el prestigio de las nominaciones, lo cual no tiene nada de malo cuando lo respaldan con una sólida narrativa.
Desde el punto de vista didáctico hubiera preferido ver un buen documental sobre Stephen Hawking, centrado en hechos y teorías, sin tanta empalagosa floritura romántica. Por otro lado, reconozco los considerables logros artísticos de La Teoría del Todo en lo que respecta a su elegancia visual, su sincero propósito de humanizar al científico, y sobre todo a la espectacular actuación del protagonista, quien enfrentó la difícil tarea de reproducir las limitaciones físicas y modismos de Hawking sin caer en exageraciones ofensivas o afectaciones demasiado "método". Entonces, contradiciendo su título, La Teoría del Todo no explica mucho, pero basta para hacerla una experiencia satisfactoria y memorable que puedo recomendar con confianza. Solo pido que, por favor, no repitan la misma fórmula cuando filmen la biografía de Richard Feynman. O de Reed Richards.