Helíades

Eran las hermanas de Faetonte e hijas de Helios (el Sol), y de la oceánide Clímene. Faetonte consiguió que su padre le permitiera conducir su carro con el que cada día alumbra la bóveda celeste, Pero no supo mantenerse en la ruta trazada y en su descenso estuvo a punto de incendiar la tierra. Subió entonces muy alto, pero los astros se quejaron y Zeus entonces lo fulminó con su rayo cayendo al río Erídano. Sus hermanas recogieron su cadáver y le lloraron en las riberas del río hasta que al final acabaron transformadas en álamos. Sus lágrimas dieron lugar al ámbar.