Cipariso

Era un joven cazador de la isla de Ceos, cuya belleza despertó el amor del dios Apolo. Sentía gran predilección por un ciervo que había amaestrado y estaba consagrado a las ninfas. Pero un día, mientras el ciervo dormía, Cipariso durante una cacería accidentalmente lo mató. Al darse cuenta de su fatal error, el joven desesperado pidió a los dioses que le concedieran poder estar siempre de luto. Los dioses oyeron su ruego y lo transformaron en ciprés, y Apolo decidió que desde ese momento este árbol acompañara a los que están de duelo

Versalles