9. La crisis de entreguerras

Bloque 9: Guerra Total y Guerra Fría

Con el final de la I Guerra Mundial se abre una época apasionante y trágica.

  • Una época de optimismo económico, en la que se desarrolla la sociedad de consumo. Pero también una época de estancamiento y de desigualdades.

  • Una época de grandes esperanzas políticas, en la que la democracia avanza por nuevos territorios y se hace más real al incorporar a la mujer como pleno sujeto político. Pero también una época de frustración que lleva a la búsqueda de alternativas políticas antidemocráticas.

  • Una época de gran vitalidad cultural, en la que se inaugura la moderna cultura de masas. Pero también una época de cierre cultural, en la que se trata de aplastar la diferencia.

  • En fin, una época que florece sobre las ruinas de la Gran Guerra, pero a la sombra de la Segunda Guerra Mundial.

9.1. De los "felices años 20" a la depresión de los 30

LOS FELICES AÑOS 20

La Gran Guerra había ocasionado la pérdida de millones de vidas humanas y tremendas destrucciones materiales. Así que durante la posguerra toda Europa tuvo que invertir enormes esfuerzos en la reconstrucción. Estados Unidos, que había salio de la guerra con sus estructuras económicas intactas, se convirtió en el motor económico del mundo, concediendo préstamos y realizando inversiones para reconstruir Europa. Fue entonces cuando Estados Unidos se convirtió en la primera potencia mundial.

En pocos años, el esfuerzo de reconstrucción favoreció un rápido crecimiento económico y con él un sentimiento de optimismo y euforia que es muy frecuente en las sociedades que han sobrevivido a un gran conflicto. Como la gente estaba convencida de que las cosas iban a mejorar, perdió el miedo a gastar dinero, a tener hijos, a invertir. Al aumentar el consumo, la economía siguió creciendo más y más rápido. Se llamó a ese período los felices años 20.

SITUACIÓN TRAS LA I GUERRA MUNDIAL

Pero el optimismo también puede ser peligroso para la economía. Confiando en que la situación iría siempre a mejor, muchas personas invirtieron todos sus ahorros e incluso pidieron préstamos para comprar acciones. Los bancos invertían casi todos los ahorros de sus clientes, sin conservar un fondo suficiente para garantizar que podían devolverlo si muchos de esos clientes venían a retirar sus ahorros a la vez. Las empresas comenzaron a producir más de lo que eran capaces de vender.

Y sobre todo había un problema de fondo, y era que, en realidad, la prosperidad económica se apoyaba en unas bases muy débiles:

  • Muchos países tenían que pagar grandes deudas. Los países vencedores de la I Guerra Mundial tenían que pagar los préstamos pedidos durante la guerra y para la reconstrucción. Los países perdedores tenían que pagar, además, las indemnizaciones o reparaciones de guerra.

  • Había más desempleo que antes de la guerra.

  • Había una gran inestabilidad monetaria.

  • Muchos países impusieron medidas proteccionistas que, junto al desorden monetario, dañaron al comercio internacional.

  • En el sector agrario e industrial se empezó a producir más de lo que se podía vender. El exceso de oferta con respecto a la demanda provocó una depresión en el sector agrario, mientras los precios de los productos industriales comenzaban a bajar.

Los felices años 20

VIDEOS QUE REFLEJAN LOS FELICES AÑOS 20:

LA CRISIS DEL 29

El resultado de lo anterior fue la crisis de 1929. Empezó en los Estados Unidos, con una caída de precios en el sector agrario que arrastró detrás de sí al sector industrial. Los grandes inversores, mejor informados, vendieron sus acciones en la Bolsa, que sabían que iba a bajar. El pánico se extendió. Todos querían vender sus acciones antes de que su valor bajara más, pero pocos querían comprarlas. Entre los días 24 y 29 de octubre (los llamados jueves negro, lunes negro y martes negro) el precio de las acciones en la Bolsa de nueva York se hundió. Es el llamado crash o crac del 29.

Particulares, bancos y empresas se quedaron sin dinero para hacer frente a sus deudas. Al acudir en masa a los bancos a retirar sus ahorros o recuperar sus inversiones, muchos se encontraron con que estos no tenían suficiente dinero para pagarles lo que les debían. Se sucedieron así las quiebras de bancos y empresas.

La crisis del 29

LA GRAN DEPRESIÓN

LA GRAN DEPRESIÓN

SOLUCIONES A LA CRISIS

SOLUCIONES A LA CRISIS

9.2. La democracia: entre el florecimiento y la amenaza

El final de la I Guerra Mundial trajo consigo importantes avances políticos.

  • Como ya has visto en el tema anterior, se creó la Sociedad de Naciones para tratar de resolver pacíficamente los conflictos internacionales. Tuvo muchas dificultades, ya que muchos países no la aceptaron o acabaron abandonándola. Pero fue el primer intento de hacer lo que hoy hace la ONU (Organización de Naciones Unidas).

  • Países como España o Alemania establecieron regímenes democráticos avanzados. Nunca antes se había extendido tanto el modelo político de democracia liberal.

  • El sufragio femenino (es decir, el derecho de la mujer a votar y a ser votada), que antes de la I Guerra mundial apenas existía, se implantó en la mayoría de los países avanzados. Esta conquista era el fruto de una larga lucha que se había iniciado en la segunda mitad del siglo XIX y que fue protagonizada por el movimiento sufragista. El proceso fue estimulado ahora por la masiva incorporación de mujeres al mercado laboral, al haber tenido que ocupar durante la guerra empleos tradicionalmente masculinos en sustitución de los soldados que habían marchado al frente. La II República Española (1931-1939) es un buen ejemplo de este fenómeno de avance democrático, como verás en el próximo tema. En conclusión, a partir de ahora podemos empezar a hablar en algunos países de auténtico sufragio universal, no solo de sufragio universal masculino.

Pero pese a estos avances, la democracia liberal tuvo que enfrentarse durante el período de entreguerras a graves amenazas, que acabaron provocando una crisis de la democracia a escala mundial. La II República es también un trágico ejemplo de ello: surgida gracias a la derrota de una dictadura militar, la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930), terminaría hundiéndose en el baño de sangre de la Guerra Civil (1936-1939), para acabar dando paso a la larga dictadura militar de Franco (1936-1975).

¿De dónde venían estas amenazas contra la democracia?

En general, venían de un sentimiento extendido, tanto entre la extrema derecha como en la extrema izquierda, de que la democracia liberal era incapaz de resolver los problemas de la gente y había que sustituirlas por alternativas políticas mucho más agresivas y autoritarias. Varios factores permiten explicar este sentimiento:

  • En primer lugar, la democracia liberal no había sabido evitar la I Guerra Mundial, ni estaba siendo capaz de superar la Gran Depresión.

  • En segundo lugar, en países que habían perdido la I Guerra Mundial, como Alemania, o que no habían obtenido de ella el premio que entendían que les correspondía por la victoria, como Italia o Japón, se extendió un deseo de revancha contra el Tratado de Versalles.

  • Finalmente, la propia radicalización política, o sea la creciente fuerza de la extrema derecha y la extrema izquierda, funcionaba como un círculo vicioso, que fortalecía a una de ellas por temor a la otra, debilitando a los sectores políticos más moderados, que eran los que apoyaban la democracia liberal.

Entre la extrema derecha cobró fuerza la derecha autoritaria, que defendía el establecimiento de un régimen político autoritario como forma de defender su ideología, basada en un nacionalismo agresivo y posturas muy conservadoras o reaccionarias en el plano político, social y cultural. Durante este período, la mayoría de los países de la Europa oriental y meridional fueron gobernados en algún momento por dictaduras militares y otros regímenes autoritarios. Ejemplos característicos son las ya mencionadas dictaduras españolas de Primo de Rivera y Franco.

Un régimen político autoritario es un sistema político en el que el poder ejecutivo acumula mucha autoridad, es decir, está muy poco limitado.

El ejemplo más característico de régimen autoritario en la época contemporánea es la dictadura militar, un sistema político, típico del siglo XX, en el que todos los poderes quedan concentrados en manos del jefe del ejército, que gobierna por la fuerza gracias a su poder militar, sin tolerar la oposición.

(¿Te acuerdas de que ya en Bloque 7 definimos de forma más general qué era una dictadura?)

Pero el ataque más radical e innovador a la democracia liberal vino de una serie de sistemas políticos, surgidos tanto en la extrema derecha como en la extrema izquierda, a los que se denomina totalitarismos. Dedicaremos el próximo apartado a identificar y describir los principales movimientos y sistemas totalitarios surgidos en este período.

El retroceso de la democracia durante el período de entreguerrasPuedes ver como los regímenes liberales han ido retrocediendo en todo el sur, el centro y el este de Europa entre 1923 y 1937.Modificación propia de mapa de IEG-Maps. Licencia CC BY-NC

9.3. EL ASCENSO DE LOS TOTALITARISMOS

Uno de los problemas más graves del período de entreguerras fue el auge de los regímenes políticos totalitarios. Un régimen totalitario es un tipo de sistema político, surgido en el siglo XX, que defiende el total sometimiento de los individuos al Estado, controlado por un partido único cuyo líder concentra todos los poderes y es venerado como un ser sobrehumano (a eso se le llama culto a la personalidad).

Los sistemas totalitarios tratan de controlar todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos, y no sólo exigen a estos que sean obedientes, sino también partidarios activos del régimen.

El totalitarismo es, por tanto, todo lo contrario de una democracia.

Los totalitarismos surgieron de varios movimientos que se opusieron a la democracia liberal, tanto desde la extrema izquierda (comunismo soviético) como desde la extrema derecha (fascismos).

A continuación estudiaremos cada uno de ellos.


La Revolución Soviética y el nacimiento de la URSS

Para entender lo que vamos a explicar, tenemos que dar un pequeño paso hacia atrás en el tiempo: de nuevo a la I Guerra Mundial.

Durante la I Guerra Mundial , las muertes y el hambre provocadas por la guerra crearon una situación de gran descontento popular en el Imperio Ruso, que ya desde antes venía arrastrando una gran inestabilidad política.


En febrero de 1917 una revolución dirigida por liberales y socialistas acabó con el régimen político absolutista del Zar ruso. En la revolución jugaron un papel muy importante los sóviets, asambleas locales de obreros, campesinos o soldados, en los que los socialistas tenían mucha influencia. Tras la revolución, los sóviets permanecieron organizados, constituyendo un poder paralelo al del gobierno.

Pero el gobierno liberal que salió de la revolución no quiso salirse de la guerra, lo que hizo que el descontento popular siguiera aumentando. La situación fue aprovechada por el sector más radical del partido marxista ruso, los bolcheviques, liderados por Vladimir Ilich Ulianov, apodado Lenin. Los bolcheviques prometieron al pueblo ruso paz y pan y dirigieron con éxito la revolución de octubre de 1917, que estableció el primer estado comunista de la Historia.

Para asegurarte de que entiendes bien lo que estamos viendo, recuerda lo que ya vimos en el Bloque 8:

  • El comunismo había surgido de una corriente del socialismo llamada marxismo, que seguía el pensamiento de Karl Marx.

  • El marxismo defendía que para crear una sociedad justa había que eliminar la propiedad privada de los medios de producción (o sea, de todo lo que se usa para producir).

  • Para ello era preciso que los obreros (a los que también se llamaba "proletarios") tomaran el poder mediante una revolución, creando un nuevo régimen, la dictadura del proletariado, en el que el Estado controlaría todos los medios de producción.

  • Ese régimen debería extenderse a escala mundial hasta que la gente se acostumbrara a vivir sin propiedad privada. Solo después de eso el Estado podría desaparecer.

El Imperio Ruso fue sustituido por una unión de repúblicas, en las que la base del poder eran los sóviets, asambleas organizadas en una red jerárquica a cuya cabeza se encontraba el Sóviet Supremo. Por esa razón el nuevo estado se llamó Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS).

Ahora bien, como en el nuevo régimen no había mecanismos para garantizar la división de poderes, los bolcheviques, organizados en el Partido Comunista de la Unión Soviética, acabaron haciéndose con el control de los sóviets y de todo el aparato del Estado. Esta tendencia se acentuó cuando tras la muerte de Lenin en 1924 lo sustituyó en el poder Josef Stalin, quien convirtió la Unión Soviética en un estado totalitario.

Stalin impuso el culto a la personalidad y aplastó brutalmente cualquier sospecha de oposición. La economía se colectivizó y fue sometida a una rigurosa planificación estatal. Estableció para ello planes económicos de cinco años, los planes quinquenales, que fijaban sectores estratégicos en los que se concentraba la inversión estatal durante ese período. Aunque algunos de estos planes ocasionaron auténticos desastres económicos, lograron convertir a la URSS en una potencia económica y militar de primer orden.

De Lenin a Stalin

Te he contado de forma muy resumida la evolución política entre el triunfo de la revolución de octubre de 1917 y el Estado totalitario de Stalin. Si profundizas un poco más, verás que la construcción de este nuevo Estado pasó por varias etapas:

1) La guerra civil (1918-1921). La revolución de octubre significó la salida de Rusia de la I Guerra Mundial, pero eso no significó la paz. El nuevo gobierno comunista tuvo que enfrentarse a la oposición zarista, liberal y socialista moderada en una sangrienta guerra civil, en la que los opositores contaron con la ayuda de los vencedores de la I Guerra Mundial. Para hacer frente a la guerra civil, Lenin implantó el comunismo de guerra: bancos, fábricas, infraestructuras y grandes propiedades agrarias pasaron al control directo del Estado. Para obtener los alimentos necesarios, se estableció un sistema de requisas obligatorias de parte de la cosecha.

2) La Nueva Política Económica (NEP) (1921-1924). Acabada la guerra civil, Lenin se encontró con que una parte importante del campesinado se oponía al comunismo de guerra y que la producción había descendido, extendiendo el hambre. Así que el gobierno de Lenin decidió suavizar su política: se permitió a los campesinos decidir qué producir y cómo venderlo, reservándose el Estado siempre una cuota obligatoria; se permitió también la libre iniciativa en la pequeña y mediana empresa; se suavizó la regulación de la economía.

3) La dictadura de Stalin (1927-1953). Pero en 1924 Lenin murió. Se abrió un período de lucha de poder para ver quién le sucedería. Los principales candidatos eran León Trotski y Josef Stalin. Trotski defendía que la URSS debía concentrarse en fomentar la revolución mundial, mientras que Stalin defendía la fórmula del "comunismo en un solo país": la URSS debía concentrarse en adquirir fuerza como Estado para poder defenderse de quienes pretendieran atacarla. Finalmente, Stalin logró hacerse con el poder, expulsando a Trotski del país y haciéndolo asesinar más tarde.

Fue así como estableció su dictadura. Eliminó brutalmente toda posible oposición política, tanto de fuera como de dentro del partido. Las llamadas purgas condenaron a la muerte, la cárcel o a un durísimo destierro en Siberia a más de un millón de personas, entre las que se contaban numerosos miembros del partido. Impuso el culto a su personalidad e hizo de la pertenencia al partido el requisito para cualquier forma de promoción social. En política económica, el compromiso entre socialismo y capitalismo que había establecido la NEP fue sustituido por la colectivización y la planificación estatal. Stalin mantuvo su dictadura hasta su muerte en 1953.

La creación de la URSS tuvo un enorme impacto en el resto del mundo. El Partido Comunista de la Unión Soviética creó la III Internacional, una asociación internacional de partidos marxistas que en realidad estaba totalmente controlada por la Unión Soviética y servía para fomentar a escala internacional sus intereses.

  • Una parte del marxismo decidió copiar la vía revolucionaria de la URSS y crear partidos integrados en la III Internacional. Eran los llamados partidos comunistas leninistas, entre los que se contó el PCE (Partido Comunista de España). Una minoría optó también por el socialismo revolucionario, pero se enfrentó a Stalin: se les llamo comunistas trotskistas por Leon Trotski, el gran opositor a Stalin entre los bolcheviques.

  • Los marxistas que optaron por la vía democrática se conocieron como socialistas o socialdemócratas. El PSOE (Partido Socialista Obrero Español) era uno de ellos.

De esa forma, la Revolución de 1917 despertó la esperanza en una parte del movimiento obrero, le dio una mayor organización y lo radicalizó.

En cambio, entre la derecha la Revolución Rusa despertó el temor y favoreció el fortalecimiento de la extrema derecha, que consideraba que la democracia liberal era demasiado débil como para frenar la amenaza comunista.

Los fascismos

Ya hemos visto como entre la derecha europea la revolución rusa creó una gran sensación de miedo ante el movimiento obrero y fortaleció la convicción de la extrema derecha de que había que apartarse de la democracia. Una parte de esa extrema derecha se convenció además de que si quería frenar el comunismo debía imitar las tácticas de sus adversarios, que tan efectivas habían resultado en la URSS. De esa convicción nacieron los fascismos.

¿Qué son los fascismos?

Los fascismos no son un único movimiento político, sino una serie de movimientos de ámbito nacional que comparten una serie de rasgos comunes, aunque puedan diferenciarse en otros aspectos. En general, podemos definir los fascismos como un conjunto de movimientos políticos surgidos en el período de entreguerras que combinan los ideales de la extrema derecha con tácticas propias de la extrema izquierda y un estilo innovador. Comparten una serie de características:

  • Son anti-liberales y anti-socialistas, o sea que rechazan cualquier forma de liberalismo, muy en especial la democracia, y cualquier forma de socialismo, desde las más moderadas a las más revolucionarias.

  • Defienden un nacionalismo muy agresivo y el sometimiento de los individuos a los intereses de la Nación.

  • Consideran el uso de la violencia y la desigualdad entre personas, géneros o razas como valores positivos, lo que se traduce en xenofobia y racismo.

  • Se apoyan en movimientos de masas similares a los de los partidos socialistas, tratando de atraerse a los obreros. Para ello crean símbolos y rituales muy atrayentes.

  • Luchan por concentrar todo el poder en manos de un partido único, organizado como si fuera un ejército (o sea, paramilitar) y dirigido por un líder carismático.

  • Defienden una economía dirigida por el Estado, cuyo objetivo es conseguir la autarquía, es decir, la autosuficiencia económica del país.

Existieron numerosos movimientos fascistas o cercanos al fascismo, pero los únicos que llegaron a establecer regímenes puramente fascistas fueron el fascismo italiano y el nacionalsocialismo o nazismo alemán.

EL FASCISMO ITALIANO

El primer movimiento fascista fue el fascismo italiano, que da nombre al movimiento. Su líder, Benito Mussolini, un antiguo socialista, creó el Partido Nacional Fascista. El fascismo se desarrolló gracias al clima de descontento que había entre los italianos por la inestabilidad política y por las fuertes tensiones sociales entre el movimiento obrero y los empresarios.

En 1922, Mussolini organizó la marcha sobre Roma, en la que miles de fascistas desfilaron por la capital exigiendo el poder. El rey de Italia aceptó y entregó el gobierno a Mussolini. En los años siguientes este desmontó el sistema parlamentario y fue librándose de sus adversarios, creando poco a poco un régimen totalitario que se prolongaría hasta el final de la II Guerra Mundial.

EL NAZISMO ALEMÁN

Pero el movimiento fascista más violento fue el nacionalsocialismo alemán, dirigido por Adolf Hitler, lider del Partido Nacional-Socialista Alemán (conocido como partido nazi). Para conquistar el poder Hitler aprovechó el deseo de revancha de los alemanes contra el Tratado de Versalles y la frustración por la inflación de los años 20 y la depresión de los años 30, que generaron un fuerte conflicto social.

El partido nazi inventó a un enemigo al que poder culpar de todos los males de Alemania: los judíos. En las elecciones de 1933, el discurso nacionalista, antisemita y xenófobo del partido nazi le dio buenos resultados, que le permitieron aliarse con otros partidos de extrema derecha y formar gobierno. En muy poco tiempo, gracias al constante recurso a la violencia, Hitler logró convertir el régimen liberal alemán en un sistema totalitario. Pronto comenzó la persecución de los judíos, que desencadenaría un genocidio, y una política de rearme y agresiones militares que conduciría en solo seis años a la II Guerra Mundial (1939-1945).