2. La Europa de las revoluciones: La Revolución Francesa

Cuando comenzaba el año 1789 Francia era el país más rico y poblado del continente europeo, su cultura era la más influyente y su monarquía era el modelo de despotismo ilustrado. A finales de año el país estaba envuelto en una revolución que a lo largo de una década se llevaría por delante a decenas de miles de vidas y que acabaría poniendo las bases de un nuevo modelo de sociedad. ¿Cómo pudo suceder algo así?

En este tema vamos a tratar de entenderlo. Y también trataremos de entender las consecuencias que trajo.

1. Las causas de la Revolución Francesa

La Revolución Francesa no fue la consecuencia de una sola causa. Como es normal en la Historia, varias causas aportaron "su granito de arena" en el resultado que fue la Revolución (a esas causas que contribuyen a un mismo resultado se les llama factores).

Podemos enumerar las siguientes:

  • Una serie de malas cosechas hicieron que los precios de los alimentos subieran, lo que extendió el malestar entre las clases populares y provocó varias revueltas.

  • La burguesía, que en los últimos tiempos se había hecho más fuerte e influyente, estaba cada vez más enfadada porque los estamentos privilegiados no pagaban impuestos y se reservaban los puestos y honores más altos. Los burgueses veían injusto que se les obligara a pagar impuestos y se les considerara inferiores a los estamentos privilegiados, cuando ellos aportaban con su trabajo mucho más a la prosperidad de Francia.

La burguesía era el grupo social compuesto por las personas acomodadas que se dedicaban al comercio, la Banca, la Función Pública, las profesiones liberales y otros negocios. A esas personas se les llama burgueses.

El despertar del Tercer Estado. Caricatura de 1789.La nobleza y el clero contemplan horrorizados como el Tercer Estado se libra de sus cadenas.Imagen en Gallica. Dominio público

Esa burguesía descontenta había encontrado en la Ilustración una alternativa teórica al Antiguo Régimen. Además, pocos años antes la Revolución Americana (1775-1783), en la que los actuales Estados Unidos se independizaron de Inglaterra, les había demostrado que era posible romper con el Antiguo Régimen y establecer un sistema político basado en los ideales ilustrados.

Finalmente, la monarquía francesa atravesaba grandes problemas financieros por las recientes guerras y los grandes gastos de la lujosa Corte de Versalles, el palacio real. Para resolver el problema el rey, Luis XVI, guiado por los principios del despotismo ilustrado, intentó obligar a los estamentos privilegiados a contribuir en el pago de un nuevo impuesto. Curiosamente, esa fue la chispa que hizo arder la revolución.

La Revolución Francesa tuvo varios factores:

  • las malas cosechas extendieron el enfado entre las clases populares,

  • la discriminación extendió el enfado entre los burgueses,

  • la Ilustración y la Revolución Americana dieron un plan de acción a los burgueses

  • y las dificultades financieras hicieron que el rey intentara que los estamentos privilegiados pagaran un impuesto, lo que hizo que también ellos se enfadaran.


2. El desarrollo de la Revolución Francesa (1789-1799)

La Revolución Francesa marca el nacimiento del mundo contemporáneo. Representa la materialización de los principios políticos y jurídicos de la Ilustración, de los que seguimos siendo herederos. Pero también demuestra cómo la revolución avanza a menudo a espaldas de sus padres y cómo la defensa de unos principios puede llevar a traicionar esos mismos principios, como ocurrió durante el llamado período del Terror.

En su evolución, podemos distinguir unos inicios moderados, una segunda fase de radicalización y finalmente una reacción moderada, que acaba conduciendo al período napoleónico. Veámoslo con detalle.

2.1. La fase moderada

¿Recuerdas que el rey Luis XVI quería hacer que los estamentos privilegiados pagaran un nuevo impuesto? Los representantes de la nobleza y el clero protestaron. Dijeron que sólo lo harían si el Rey conseguía la aprobación de los Estados Generales, una antigua asamblea en la que estaban representados los tres estamentos del Reino, cada uno de ellos con un voto. No se convocaban desde hacía más de cien años.

El rey se vio obligado a convocar los Estados Generales. Pero esta convocatoria fue aprovechada por los burgueses y el resto del Tercer Estado (campesinos, clases populares...) para organizarse y exponer sus reclamaciones en una serie de cuadernos de quejas.

Curiosidad

Fíjate en una cosa. Los que dieron el primer paso de la Revolución no fueron los burgueses ni los campesinos. Fueron los estamentos privilegiados. ¡Más de un noble debió de arrepentirse después!

Cuando se inauguraron los Estados Generales en mayo de 1789, los representantes del Tercer Estado se negaron a representar a un solo estamento con sólo un voto, pues eso los dejaba en minoría frente a los dos estamentos privilegiados. Ya que representaban a la mayoría de la población, y además a la parte de la población que creaba riqueza, exigieron que no hubiera un voto por estamento, sino un voto por persona.

Traje oficial de los representantes de los tres estamentos (de izquierda a derecha, clero, nobleza y Tercer Estado) en los Estados Generales. Grabado de 1789.Imagen en Gallica. Dominio público

Como el Rey se negó, los representantes del Tercer Estado se fueron de los Estados Generales, ocuparon una sala del palacio real (la Sala del Juego de la Pelota) y se proclamaron Asamblea Nacional, es decir, representantes legítimos de la Nación Francesa, o sea, del conjunto de los franceses, con independencia de su estamento. Los franceses ya no eran súbitos del Rey, ahora eran ciudadanos soberanos.

Mientras esto sucedía, en las calles de París y otras grandes ciudades miembros de la burguesía y las clases populares formaron milicias (es decir, grupos armados de voluntarios) para defender a la Asamblea Nacional y para tomar el poder en los ayuntamientos. La cárcel parisina de la Bastilla fue tomada al asalto por los revolucionarios para conseguir armas. La cabeza del comandante de la guarnición de la Bastilla fue clavada en una lanza y paseada por las calles de París. Luis XVI se vio obligado a reconocer la Asamblea Nacional y los nuevos ayuntamientos.

Toma de la Bastilla el 14 de julio de 1789. Grabado de 1802Imagen en Gallica. Dominio público

Gracias a ese respaldo popular, en los dos años siguientes la Asamblea Nacional se dedicó a desmontar el Antiguo Régimen mediante una serie de leyes:

  • Abolió el feudalismo.

  • Firmó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, en la que se reconocía como derechos sagrados e inviolables la libertad individual, la igualdad de derechos, la propiedad privada y la seguridad jurídica. La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 es una de las bases de la Declaración Universal de los Derechos Humanos aprobada por la Organización de Naciones Unidas (ONU) en 1948, que hoy se considera uno de los pilares fundamentales del derecho internacional.

  • La Iglesia quedó sometida al Estado, lo que enemistó a la Iglesia católica con la Revolución.

  • Finalmente, se promulgó la primera constitución europea, la Constitución de 1791, que convirtió a Francia en una monarquía parlamentaria y constitucional, en la que quedaban garantizados los principios básicos de lo que hoy llamamos liberalismo político. Una monarquía constitucional es un régimen político en el que el poder del rey está regulado por una constitución escrita.

Rey constitucional a la fuerza

Eso de la monarquía constitucional no era algo que a Luis XVI le gustara, y los revolucionarios lo sabían. La desconfianza de los revolucionarios hizo que el 5 de octubre de 1789 una multitud enfurecida por la falta de pan, en su mayoría mujeres, asaltara Versalles, que estaba a unos kilómetros de París. Obligó al rey a mudarse al Palacio de las Tullerias, en la misma París, donde podrían mantenerlo más vigilado.

2.2. Radicalización y reacción

Pero los logros revolucionarios se alcanzaron en medio de grandes tensiones. La lucha entre los revolucionarios y los enemigos de la Revolución desembocó en una guerra civil. Además, los países más poderosos de Europa declararon la guerra a la Francia revolucionaria para defender el absolutismo y la posición del rey Luis XVI y su esposa, María Antonieta. Por otra parte, la inestabilidad y la guerra agudizaron la crisis económica y el aumento de precios, extendiendo el descontento social.

Para acabar, los revolucionarios estaban divididos.

  • Los más moderados defendían la monarquía constitucional, el Estado de Derecho y el sufragio censitario.

  • Los más radicales defendían la República, el derecho del Pueblo a no someterse a las leyes cuando fuera necesario y el sufragio universal masculino.

OJO!!!!

Ten cuidado aquí, que aparecen varios términos importantes.

Una república es un sistema político en el que el Jefe de Estado no es hereditario, sino que se elige periódicamente. O sea, una república es lo contrario de una monarquía.

El sufragio es el derecho a votar (sufragio activo) o a ser votado (sufragio pasivo). En este curso veremos tres tipos de sufragio:

  • El sufragio censitario es un sistema de representación política en el que el derecho a votar o a ser votado está limitado a los varones adultos que superan un determinado nivel económico o cultural.

  • El sufragio universal masculino es un sistema de representación en el que todos los varones mayores de edad tienen derecho a votar o a ser votados. En el siglo XIX le llamaban simplemente sufragio universal porque a la mayoría ni se les ocurría la idea de que las mujeres también deberían votar.

  • El sufragio universal es un sistema de representación en el que todos los ciudadanos mayores de edad, hombres o mujeres, tienen derecho a votar o a ser votados.

En 1791 Luis XVI intentó huir de Francia, pero fue capturado. El intento de fuga dio mayor influencia a los radicales, que en 1792 tomaron el poder por la fuerza y proclamaron la República. En 1793 Luis XVI fue juzgado por traición y condenado a morir en la guillotina. Poco más tarde María Antonieta sufrió la misma suerte.

Ejecución de María Antonieta en la guillotina. Grabado de 1793Imagen en Gallica. Dominio público

Bajo la dirección del político Maximilien Robespierre, los radicales suspendieron las libertades constitucionales e implantaron un régimen de terror, justificándolo por la necesidad de vencer por cualquier medio a los enemigos de la Revolución. Las ejecuciones en la guillotina se multiplicaron.

Pero los abusos cometidos durante el Terror acabaron creando una fuerte oposición, que tomó fuerza cuando la situación de Francia comenzó a mejorar, especialmente en el frente de batalla. En 1794 los moderados dieron un golpe de Estado, Robespierre fue ejecutado y se impuso un nuevo régimen: una República moderada en la que el sufragio censitario daba una mayor influencia política a los sectores más acomodados.

Durante este período la situación en el exterior se hizo cada vez más favorable. Los franceses pasaron de invadidos a invasores. Y el general más exitoso era el joven Napoleón Bonaparte. Pero las victorias militares no evitaban que la inestabilidad económica y la violencia política continuaran. En 1799 varios políticos, respaldados por el poder militar de Napoleón, dieron un golpe de Estado y establecieron un gobierno autoritario dirigido por tres cónsules, entre ellos el propio Napoleón. No tardaría en apoderarse de todo el poder en solitario.

La Revolución había concluido. Ahora un gobierno de orden se encargaría de estabilizar la situación para consolidar los principios más moderados de la Revolución a cambio de renunciar a ciertas libertades políticas.

3. El Imperio Napoleónico (1799-1815)

El golpe de Estado de Napoleón en 1799 dio el poder a un trío de cónsules. Se llama a ese régimen el consulado. Pero pronto fue evidente que Napoleón era el hombre fuerte del nuevo gobierno. Aunque en teoría seguía habiendo una constitución, una asamblea legislativa y elecciones, en la práctica se hacía lo que Napoleón quería. Pocos años después Napoleón consiguió que se le nombrara Cónsul Vitalicio, o sea, cónsul de por vida. Este cargo y sus amplios poderes, basados en su posición como jefe del ejército, acercan su posición a la de una moderna dictadura.

Importante

Una dictadura es un régimen político en el que una sola persona o una sola organización política concentra todo el poder y lo ejerce por la fuerza. Surge en el siglo XIX aunque es más típico del siglo XX, como veremos más adelante.

Es diferente de una monarquía absoluta porque el dictador no se considera un rey, heredero de una tradición dinástica, sino un jefe militar y político que ha tomado el poder por la fuerza, en nombre de una determinada ideología.

Aunque Napoleón quitó a los franceses la mayoría de sus libertades políticas, consiguió que la mayoría de ellos lo apoyaran porque acabó con la guerra civil y con la crisis económica. Además hizo importantes reformas que modernizaron Francia, especialmente en el campo de la administración del Estado, la educación pública, la economía y el derecho. Bajo su gobierno, la sociedad y la economía se modernizaron, alejándose de los principios del Antiguo Régimen.

En 1804 Napoleón se hizo proclamar emperador de los franceses y convirtió a Francia en el Imperio Francés. Un Imperio es un Estado muy grande, que integra a diversos pueblos sometidos por conquista al pueblo dominante. El ejemplo más clásico es el Imperio Romano. En la tradición europea el emperador era considerado como un rey de reyes, un rey supremo al que estaban sometidos otros reyes. De esa forma, Napoleón presentaba a Francia como la nación dominante del mundo y a sí mismo como el líder de todos los reyes.

Napoleón convirtió a Francia en la mayor potencia militar de su tiempo. Bajo su mando, Francia logró hacerse con un gran imperio europeo. Para ello se enfrentó a lo largo del tiempo a casi todos los países de la Europa continental, de los cuales los más poderosos eran el Imperio Austríaco, el Imperio Ruso y Prusia. Pero su mayor enemigo siempre fue el Reino Unido (para entendernos, Gran Bretaña), que dominaba los mares gracias a su poderosa flota de guerra.

Las guerras napoleónicas fueron en parte un enfrentamiento entre los ideales de la Revolución Francesa y los del absolutismo, lo que explica que muchas personas apoyaran a Napoleón en los países que estaban en guerra con Francia. Pero sobre todo fueron un conflicto entre Gran Bretaña y Francia para ver cuál de ellas lograba el máximo poder mundial, la hegemonía.

El Imperio Francés se dividía en tres grandes partes.

  • En el centro estaban los territorios incorporados directamente a Francia, entre los que llegaron a estar los actuales Países Bajos, Cataluña o Roma.

  • Luego estaban los reinos vasallos de Francia, territorios conquistados por Napoleón en los que este ponía a un rey nombrado entre sus familiares o generales de confianza. Entre ellos estuvo España.

  • Finalmente estaban los estados dependientes de Francia, estados aliados teóricamente independientes. Todos estos estados vasallos y dependientes obedecían en la práctica a Napoleón. Algunos incluso los había creado él, como el Reino de Italia o la Confederación del Rin.


En su momento de mayor poder, Napoleón logró dominar este imperio y obligar a las restantes potencias continentales a aliarse con él. Pudo así imponer el bloqueo continental a Gran Bretaña, prohibiendo a todos los países europeos comerciar con ella. Pero eso provocó una fuerte reacción entre sus aliados, especialmente el Imperio Ruso, que decidió romper con Francia.

En respuesta Napoleón invadió Rusia, pero fue un desastre. Miles de soldados murieron por las armas y, sobre todo, por el frío extremo. El momento fue aprovechado por otros países para levantarse contra Napoleón. Ocupado en demasiados frentes, el emperador no pudo resistir. En 1814 fue derrotado y desterrado a una isla. Poco más tarde logró escaparse y reconstruir por poco tiempo su poder, pero en 1815 fue definitivamente vencido y desterrado a una isla en medio del Atlántico, donde murió pocos años después.

Napoleón creó uno de los mayores imperios de la historia europea. Este imperio cayó en pocos años, pero entre tanto extendió por toda Europa los ideales de la Revolución Francesa.

VIDEO RESUMEN DEL TEMA

4. España bajo Napoleón: guerra de independencia y Constitución de 1812

El Imperio Napoleónico fue muy importante para España, por lo que nos vamos a detener en lo que pasó en ella. Al estallar la Revolución Francesa el rey de España, Carlos IV, declaró la guerra a Francia. Pero España fue derrotada y decidió buscar la alianza con Francia. Esta alianza llevó a firmar un tratado por el que Francia y España acordaban invadir Portugal, aliada de Gran Bretaña. Para ello España daba permiso para que tropas francesas atravesaran territorio español en dirección a Portugal.

Pero la acumulación en suelo español de tropas francesas provocó el miedo entre los españoles, que fue aprovechado por uno de los bandos de la Corte para provocar una revuelta popular contra el rey, el llamado motín de Aranjuez (1808). Carlos IV se vio obligado a abdicar (es decir, renunciar al trono) y su hijo Fernando VII, auténtico promotor del motín, fue nombrado rey.

Pero Carlos IV pidió ayuda a Napoleón para recuperar el trono. Napoleón asumió el papel de árbitro y convocó a Fernando VII a Bayona, una ciudad francesa en la frontera con España. Fernando VII no tuvo valor para negarse. Una vez en Bayona, Napoleón obligó a padre e hijo a poner el trono en sus manos y después se lo entregó a su propio hermano, José Bonaparte. De esa forma, José I Bonaparte se convirtió en Rey de España.

En realidad, José I Bonaparte fue un gobernante moderno, que por ejemplo concedió a los españoles unos derechos políticos e individuales nunca antes concedidos (Estatuto de Bayona) Eso explica que muchos ilustrados españoles se pusieran de su parte.

Sin embargo, atrapado entre la guerra y su poderoso hermano, José I tuvo pocas posibilidades reales de gobernar.

Una parte de la sociedad española, incluyendo parte del ejército y de la administración, aceptó obedecer a José I, en parte porque se esperaba de él que modernizara a la atrasada España. Se les llamó afrancesados.

Pero otra parte se negó a aceptarlo, exigiendo la salida de España de los franceses y la vuelta de Fernando VII. Se llamaban a sí mismo los patriotas. Un levantamiento popular contra los franceses en Madrid el 2 de mayo de 1808 fue brutalmente aplastado. La indignación ante estos hechos extendió el levantamiento por toda España.

Entre 1808-1815 unidades del ejército español y voluntarios organizados en milicias y guerrillas lucharon contra la ocupación francesa junto a tropas inglesas que desembarcaron en la Península. La Guerra de Independencia española fue también una guerra civil, ya que muchos españoles apoyaban a los franceses. Se les llamaba afrancesados. La resistencia española tuvo una gran importancia, porque obligó a Napoleón a concentrar numerosas tropas en España debilitando su posición en el resto de Europa.

ero la Guerra de Independencia tuvo otro efecto importante. Muchos de los patriotas que luchaban contra la ocupación francesa eran, sin embargo, seguidores de los principios políticos de la Revolución Francesa. Se les llamaba liberales. Ellos entendían que, como el rey estaba ausente, la Nación de los españoles había recuperado su soberanía y que debían aprovecharla para dar una nueva forma al Estado mediante una constitución.

En 1812 las Cortes Españolas (una vieja asamblea medieval parecida a los "Estados Generales" franceses) se reunieron en Cádiz y, siguiendo los principios revolucionarios franceses, redactaron la primera Constitución liberal de la Historia de España: la Constitución de 1812.