La miopía (del griego μύω, "contraer (los ojos)", y ὄψ, "ojo") es un defecto de refracción del ojo en el cual los rayos de luz paralelos convergen en un punto focal situado delante de la retina, en lugar de converger en la misma retina; es el defecto inverso a la hipermetropía, en la que los rayos de luz llegan a la retina antes de converger.
Puede definirse también como un exceso de potencia de refracción de los medios transparentes del ojo con respecto a su longitud, por lo que los rayos luminosos procedentes de objetos situados a cierta distancia del ojo convergen hacia un punto anterior a la retina.
Una persona con miopía tiene dificultades para enfocar bien los objetos lejanos, lo que provoca déficit de agudeza visual y puede conducir también a dolores de cabeza, estrabismo, incomodidad visual e irritación del ojo.
La miopía es un defecto de refracción o ametropía. Es frecuente pero no es el problema visual más común en el mundo, pues este lugar lo ocupa otra ametropía, la hipermetropía. Esto ocurre aún en países con alta incidencia de miopía, como los Estados Unidos, donde aproximadamente el 25 % de la población tiene miopía.
La magnitud de la miopía se mide en dioptrías negativas.
La miopía se corrige con lentes divergentes, ya sean gafas o lentes de contacto. En algunos casos puede utilizarse la cirugía. Esta puede disminuir o aumentar según la edad y el nivel de estrés de la persona. Si se continua un tratamiento la magnitud puede disminuir hasta 2 dioptrías.
Clasificación y recursos externos
Miopía
Aunque son posibles diferentes clasificaciones, lo más usual es dividirla en dos grupos:
Miopía simple: La graduación no sobrepasa las 6 o 5 dioptrías y es de evolución limitada hasta los 22 o 24 años.
Miopía patológica, también llamada miopía magna y miopía progresiva: La graduación sobrepasa las 6 dioptrías, se cree que está causada por una alteración en el desarrollo del segmento posterior del ojo, pueden aparecer diferentes complicaciones como la atrofia coriorretiniana, la maculopatía miópica y el desprendimiento de retina.
Factores genéticos
La hipótesis más aceptada es que la miopía es hereditaria. La propensión a la miopía de hijos de padres miopes es alta. El eje anterior/posterior del ojo miope es más largo que en los ojos no miopes, lo cual, provoca que la imagen se enfoque antes de llegar a la retina y cuando llega a ella ya está desenfocada.
Factores ambientales
Hay desacuerdo en que los hábitos o factores ambientales intervengan en la génesis de la miopía. Muchas personas creen que el hábito de mirar las cosas muy de cerca en la infancia puede producir miopía, sin embargo lo que en realidad ocurre es que los niños se acercan a los objetos porque son miopes y no al revés. También se habla de un aumento de la incidencia de miopía en la población mundial y se culpa de ello a factores externos como la TV o los monitores de ordenador. Es mucho más probable que hayan aumentado la habilidad y los medios técnicos de los médicos para detectar la miopía. Es preciso recordar que aún en el siglo XXI mucha gente, quizá más de la mitad de la población mundial, morirá sin haber sido atendida jamás por un oftalmólogo. En modelos animales se ha demostrado que el ojo compensa el desenfoque causado por una lente negativa alargándose. El mecanismo fisiológico responsable de esta elongación del ojo es desconocido, pero el mecanismo está demostrado y descrito con precisión matemática en humanos.
Combinación de factores genéticos y ambientales
Una susceptibilidad genética sumada a factores ambientales ha sido postulada como explicación a los diversos grados de miopía en diferentes poblaciones. Medina demostró que la miopía es un proceso realimentado en donde factores genéticos y ambientales pueden coexistir.
Las personas que presentan una miopía elevada están más predispuestas que la población general a diferentes enfermedades oculares, entre las que se pueden citar:
El glaucoma (aumento de la presión intraocular).
La catarata u opacidad del cristalino. La catarata en el paciente miope puede aparecer en edades más tempranas de lo habitual.
Maculopatía. Es una degeneración de la zona más sensible de la retina, la mácula. La maculopatía miópica puede presentarse en pacientes con más de 6 dioptrías.
Mancha de Fuchs. Es una lesión de color oscuro que afecta a la zona de la mácula.
Por ello se aconseja que aquellas personas que presenten una miopía con graduación superior a 6 dioptrías, sean sometidas a revisiones periódicas que deberían incluir no solo la agudeza visual, sino la medida de la presión intraocular y una valoración con oftalmoscopio.
En la mayor parte de las personas con miopía, para poder enfocar los objetos lejanos sobre la retina, se debe interponer entre ésta y el objeto una lente divergente o negativa, ya sea en la forma de gafas, lente de contacto (lentillas) o lente intraocular.
Otra posibilidad es alterar el valor dióptrico de la córnea mediante cirugía con láser, se pueden aplicar varias técnicas, como la PKR, LASIK, LASEK, EPILASIK o RELEX-SMILE. Cuando no es posible la cirugía láser para corregir el defecto y el paciente no desea utilizar gafas ni lentillas, puede realizarse una intervención mediante la cual se coloca una lente intraocular.
Cuando hay una gran diferencia de refracción entre un ojo y otro (anisometría), el ojo de mayor graduación corre el peligro de no desarrollar por completo su potencial. El uso de la corrección adecuada puede mejorar la visión del ojo afectado si se realiza durante la infancia, antes de que termine el desarrollo visual.
En los últimos años se han utilizado lentes de contacto nocturnas que moldean la córnea y modifican su poder dióptrico por la presión que ejercen. Estas lentes se quitan durante el día. El tratamiento se conoce como ortoqueratología. No ha tenido gran difusión ya que los resultados no son inmediatos ni duraderos, y muchos pacientes lo abandonan por incomodidad.
En toda persona, incluso hipermétrope o emétrope, el ojo crece acompañando el ritmo de crecimiento corporal. En los ojos miopes el eje anterior aumenta con el crecimiento y por lo tanto aumenta la magnitud de la miopía. Muchas personas, especialmente los padres de los niños miopes, ven con preocupación este fenómeno y lo consideran un fracaso del tratamiento. Es necesario recordar que la función tanto de gafas como de lentes de contacto es conseguir una visión correcta mientras se usan.
Descubre cómo ve un miope
La miopía es el problema refractivo más común y el porcentaje de miopes se ha duplicado en las últimas décadas, alcanzando al 25% de la población mundial . Si te preguntas como ve un miope, sigue leyendo.
¿Como ve un miope?
Hablamos de visión normal o emétrope cuando la luz que entra en el ojo se enfoca justo sobre la retina. La miopía hace que la imagen se enfoque antes de llegar a la retina y no directamente sobre ella, por eso se genera visión borrosa al mirar a objetos lejanos, sin embargo los objetos cercanos se ven claramente.
La miopía aparece cuando la longitud del ojo es mayor de lo normal. Este error refractivo suele ser congénito y se desarrolla a lo largo de la infancia y la adolescencia, llegando a estabilizarse hacia los 30 años habitualmente.
Los miopes ven bien de cerca, por eso tienden a acercarse mucho los libros y el móvil a la cara y se sientan cerca de la televisión o de la pantalla del cine.
Un día en la vida de una miope
Para que podáis entender cómo ve un miope, os vamos a contar la historia de Ana, una miope que no puede vivir sin sus gafas.
Ana se despierta y se pega el despertador a la cara para poder ver la hora. Son las 7.00, Ana mira a la ventana y ve unos puntos difusos por los que entra la luz. Toca levantarse. Al subir la persiana intuye que debe hacer un día precioso, pero tampoco tiene muy claro si hay alguna nube en el cielo.
A tientas, coge las gafas que están en la mesilla de noche, ¡ahora ve mucho mejor! Pero la alegría dura poco, ya que en la ducha no puede llevarlas puestas. Ana ha vuelto a confundir el acondicionador con el body milk por segunda vez esta semana. Por suerte, esta vez se ha dado cuenta y ha podido arreglar el desastre volviendo a lavarse la cabeza. Mientras se maquilla piensa en lo poco que le gusta pintarse los ojos. No porque no le guste como le quedan, sino por lo mucho que le cuesta hacerlo sin verse. Al ponerse las gafas descubre que la raya está un poco más arriba de lo que debiera, pero ya es demasiado tarde, tendrá que salir así.
Por fin lista, nuestra miope prepara el café y, para no variar, se le empañan las gafas al beber, así que se las quita y oye las noticias en la radio porque ponerlas en la tele no tendría mucho sentido.
Ana baja al garaje a por el coche, arranca el motor y sale a la calle. Se le ha olvidado coger las gafas de sol graduadas, así que no le queda más remedio que entrecerrar los ojos y aguantar hasta la oficina. Normalmente lleva unas gafas de sol en el coche, pero no están graduadas y sólo puede usarlas cuando lleva lentillas, a no ser que quiera tener un accidente.
Por fin llega al trabajo, donde se tendrá que dar prisa para no salir tarde. A la salida va al cine. Si no llega para comprar las entradas, seguro que sus amigas cogerán entradas para la última fila, ¡lo que faltaba!
Al parecer Ana aún no sabe lo fácil que es decir bye, bye gafas gracias a la cirugía refractiva. Y tú, ¿eres miope como Ana?