Els segadors

Els Segadors

Els Segadors (en español, Los segadores) es el himno oficial de Cataluña.​ La letra actual es de Emili Guanyavents y data de 1899, aunque se basa en un romance popular del siglo XVII que había sido recogido unos años antes por el filólogo Manuel Milà i Fontanals en su Romancerillo catalán (1882). Estos dos textos del himno, el actual y el histórico, han sido los más difundidos. Sin embargo, el texto actual de Emili Guanyavents es el más político y reivindicativo, y fue ganador de un concurso convocado con esta finalidad por la Unió Catalanista en 1899 y que provocó una apasionada polémica pública y periodística. La música es de Francesc Alió, que la compuso en 1892 adaptando la melodía de una canción ya existente. Se puede ver detrás del himno una antigua canción nacida de la sublevación de Cataluña de 1640 o guerra de los catalanes contra el rey Felipe IV —también conocida como Guerra dels Segadors—, en la cual los campesinos protagonizaron episodios relevantes. De esta guerra se ha conservado la música de lo que después, a partir de finales del siglo XIX, se ha convertido en el símbolo de la identidad catalana.

Por la ley del Parlamento de Cataluña de 25 de febrero de 1993, Els Segadors fue declarado himno nacional de Cataluña.​ Asimismo, el artículo 8.1 del Estatuto de Autonomía declara: «Cataluña, definida como nacionalidad en el artículo 1, tiene como símbolos nacionales la bandera, la fiesta y el himno». El artículo 8.4 establece: «El himno de Cataluña es Els segadors». La sentencia del Tribunal Constitucional de 2010 admite solo, como jurídicamente válido y plenamente constitucional, que el calificativo de nacional es derivado de nacionalidad —término reconocido en el artículo 2 de la Constitución— y no de nación, que corresponde única y exclusivamente a la Nación española,​ diciendo textualmente:

La referencia del art. 8 EAC [Estatuto de Autonomía de Cataluña] a los símbolos nacionales de Cataluña podría inducir a esa indebida confusión si pretendieran extraerse de la mención del preámbulo a determinada declaración del Parlamento de Cataluña sobre la nación catalana unas consecuencias jurídico constitucionales contradictorias con el sentido preciso del art. 2 CE en punto a la sola y exclusiva relevancia constitucional de la Nación española. Sin embargo, cabe interpretar, de acuerdo con la Constitución, que con la calificación como «nacionales» de los símbolos de Cataluña se predica únicamente su condición de símbolos de una nacionalidad constituida como Comunidad Autónoma en ejercicio del derecho que reconoce y garantiza el art. 2 CE, pues así expresamente se proclama en el art. 1 EAC y se reitera en el art. 8 EAC. Se trata, en suma, de los símbolos propios de una nacionalidad, sin pretensión, por ello, de competencia o contradicción con los símbolos de la Nación española.

El registro sonoro oficial fue realizado y divulgado en 1994.

Contexto histórico

Sublevación de Cataluña (1640)

El himno tiene las características de un llamamiento en defensa de la libertad de la tierra. Recoge los hechos acaecidos durante el llamado Corpus de sangre, una revuelta protagonizada por alrededor de un millar de segadores el 7 de junio de 1640, día de Corpus Christi.

Estallada la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), el rey Felipe IV se vio obligado a participar como consecuencia de su parentesco con el emperador romano-germánico, su tío Fernando II. Debido a ello, la autoridad y la reputación de la monarquía española se deterioró y, en 1624, el Conde-Duque de Olivares presentó al rey su Gran Memorial: una serie de reformas encaminadas a reforzar el poder real y la unidad de los territorios que dominaba, con vistas a un mejor aprovechamiento de los recursos al servicio de la política exterior. Unas reformas que, en Cataluña, tuvieron el efecto contrario. Por si fuera poco, nueve años más tarde, España entró en guerra con Francia y el sentimiento de agravio entre los catalanes aumentó cuando el Conde-Duque de Olivares declaró que los catalanes ponían poco empeño en la defensa de su propio territorio.

En mayo de 1640 se produjo un alzamiento generalizado de toda la población del principado de Cataluña contra la movilización, y permanencia sobre él, de los tercios del ejército real y contra la pretensión de que fueran alojados dentro de las poblaciones. A modo de ejemplo, los habitantes de San Feliu de Pallarols o Santa Coloma de Farnés se negaron a abrir las puertas de sus casas para albergar a nadie. El 3 de mayo, tuvo lugar la represalia en Riudarenas y once días más tarde, otra en Santa Coloma de Farnés. Ambas desencadenarían un rápido levantamiento armado de ciudadanos y campesinos que, de las comarcas gerundenses, se extendió hacia el Vallés y hacia Osona y el Ripollés.

En esta tensa situación, el 7 de junio de 1640, día del Corpus Christi, un pequeño incidente en la calle Ample de Barcelona entre un grupo de segadores, trabajadores temporeros y algunos barceloneses, en el cual un segador quedó malherido, precipitó la revuelta conocida como el Corpus de Sangre. Los alzados se apoderaron de la ciudad durante tres días. Los segadores no sólo se movían por su furia contra las exigencias del gobierno real sino también contra el régimen señorial catalán, ya que, desde el primer momento, los rebeldes habían atacado a los ciudadanos ricos y a sus propiedades. Ésta fue, por tanto, también una guerra civil entre catalanes.​ El balance de víctimas fue en total de entre 12 y 20 muertos, en su mayor parte funcionarios reales, entre ellos el virrey, Dalmau de Queralt, conde de Santa Coloma. Este levantamiento marcó el inicio de la sublevación de Cataluñade 1640 o Guerra de los Segadores (1640-1652).

Francisco Manuel de Melo, integrante portugués del ejército real y testigo presencial de algunos de los hechos que narra en su Guerra de Cataluña, aunque no del Corpus de Sangre,​describió la extrema crudeza de la violencia que se llegó a vivir durante la guerra:

Muchos, después de muertos, fueron arrastrados, sus cuerpos divididos, sirviendo de juego y, risa aquel humano horror, que la naturaleza religiosamente dejó por freno de nuestras demasías; la crueldad era deleite; la muerte, entretenimiento, a uno arrancaban la cabeza (ya cadáver), le sacaban los ojos, cortábanle la lengua y las narices; luego, arrojándola de unas en otras manos, dejando en todas sangre y en ninguna lástima, les servía como de fácil pelota; tal hubo que, topando el cuerpo casi despedazado, le cortó aquellas partes cuyo nombre ignora la modestia y, acomodándolas en el sombrero, hizo que le sirviesen de torpísimo y escandaloso adorno.

Francisco Manuel de Melo, Historia de los movimientos, separación y guerra de Cataluña (1645), Madrid, Castalia, 1996,

Multimedia

Els Segadors

Información general

El himno de Cataluña es un símbolo nacional según el artículo 8.1 del Estatuto de Autonomía.

Español: Los segadores

Els Segadors

Adoptado

Música

Letra

Himno de

La antigua canción popular fue adaptada entre 1892 (música) y 1899 (letra). El mismo 1892 fue adoptada por el Orfeó Català para su repertorio, aunque entonces aún no tenía ninguna connotación reivindicativa ni patriótica.​ Sin embargo, al poco tiempo fue adoptada como himno nacional por el incipiente nacionalismo catalán de finales del siglo xix, que buscaba entonces unos símbolos para su proyecto de nación. Poco a poco se fue politizando, y ya a finales de siglo mucha gente la escuchaba de pie y con la cabeza descubierta.​ Pese a todo, su aceptación inicial fue escasa y contestada por diversos sectores de la sociedad, especialmente la clase obrera; prueba de ello es que no fue incorporada a los coros de Clavé. Incluso un catalanista como Valentí Almirall tildó el himno en 1902 de «canto de odio y fanatismo».​

Durante buena parte del siglo xx Els Segadors no fue aceptado plenamente como himno por el catalanismo, y se buscaron otras alternativas, como el Cant del poble, con música de Amadeo Vives y letra de Josep Maria de Sagarra; el Cant de la senyera, de Lluís Millet y Joan Maragall; o la sardana La Santa Espina, de Àngel Guimerà y Enric Morera.​ Durante la transición volvió a ser un himno fuertemente reivindicativo, siendo clamoroso su canto en la popular manifestación del 11 de septiembre de 1976 (diada de Cataluña). Con el restablecimiento de la Generalidad de Cataluña Els Segadors se convirtió en el himno de facto de la nueva autonomía, hecho que sería oficializado en 1993. El Estatuto de Autonomía de 2006 lo definió además como «símbolo nacional».

Melodía

La música original procede probablemente de una canción de tono erótico de la época, adaptada por Francesc Alió para armonizar musicalmente la antigua canción popular de Els Segadors. Con la ayuda de Ernest Moliné i Brasés, Alió cambió la melodía y parte de la letra, sustituyendo el antiguo estribillo segueu arran, que la palla va cara («segad al ras, que la paja está cara») por bon cop de falç, defensors de la terra («buen golpe de hoz, defensores de la tierra»).

En 2013 se señaló que la melodía del himno podría haber sido copiada de un himno religioso judío llamado Ein K'Eloheinu ("No hay nadie como nuestro Dios") que data del siglo XV,

Letra

La letra del himno fue reelaborada por Emili Guanyavents en 1899, debido a la excesiva longitud de la canción original, que además estaba plagada de referencias religiosas, quedando reducida a tres estrofas más el estribillo.

El actual texto del himno de Cataluña es la siguiente:​

Catalán

Catalunya, triomfant,

tornarà a ser rica i plena!

Endarrere aquesta gent

tan ufana i tan superba!

Bon cop de falç!

Bon cop de falç, defensors de la terra!

Bon cop de falç!

Ara és hora, segadors!

Ara és hora d’estar alerta!

Per quan vingui un altre juny

esmolem ben bé les eines!

(tornada)

Que tremoli l’enemic

en veient la nostra ensenya:

com fem caure espigues d’or,

quan convé seguem cadenes!

(tornada)

Español

Cataluña, triunfante,

¡volverá a ser rica y plena!

¡Atrás esta gente

tan ufana y tan soberbia!

¡Buen golpe de hoz!

Buen golpe de hoz, ¡defensores de la tierra!

¡Buen golpe de hoz!

¡Ahora es hora, segadores!

¡Ahora es hora de estar alerta!

Para cuando venga otro junio

¡afilemos bien las herramientas!

(estribillo)

Que tiemble el enemigo

al ver nuestra bandera:

como hacemos caer espigas de oro,

cuando conviene segamos cadenas

(estribillo)

La versión original es una antigua canción popular del siglo XVIII, que explica los hechos producidos en la ya comentada revuelta de los segadores o "Corpus de sangre". Esta fue documentada por Manuel Milà i Fontanals.

La versión antigua es la siguiente:

Catalán

Ai, ditxosa Catalunya / qui t’ha vist rica i plena.

Ara el rei nostre senyor / declarada ens té la guerra.

Lo gran comte d’Olivar / sempre li burxa l’aurella:

“Ara és hora, nostre rei / ara és hora que fem guerra”.

Contra de los catalans / ja ho veieu quina n’han feta:

seguiren viles i llocs / fins al lloc de Riudarenes,

n’han cremada una església / que Santa Coloma es deia,

cremen albes i casulles / los calzes i les patenes.

I el Santíssim Sagrament / alabat sigui per sempre.

Mataren un sacerdot / mentres que la missa deia.

Mataren un cavaller / a la porta de la iglésia,

Don Lluís de Furrià / i els àngels i fan gran festa.

El pa que no era blanc / deien que era massa negre,

lo davan an als cavalls / sols per assolar la terra.

Lo vi que no era bo / engegaven les aixetes,

lo tiraven pels carrers / sols per a assolar la terra.

A presència dels seus pares / deshoraven les donzelles.

En daven part al virrei / del mal que aquells soldats feien:

“Llicència els he donat io / molta més se’n poden prendre”.

A vista de tot això / s’és esvalotat la terra.

Entraren a Barcelona / mil persones forasteres,

entren com a segadors / com eren a temps de sega.

De tres guàrdies que n’hi ha / ja n’han morta la primera.

En mataren el virrei / a l’entrant de la galera.

Mataren als diputats / i als jutges de l’Audiència.

Anaren a la presó / donen llibertat als presos.

Lo bisbe els va beneir / amb la mà dreta i esquerra:

“On és vostre capellà? / A on és la vostra bandera?”

Varen treure el bon Jesús / tot cobert amb un vel negre: “

Aquí és nostre capità / aquí és nostra bandera.

A les armes catalans / que us han declarat la guerra”.

Español

Ay, dichosa Cataluña / quién te ha visto rica y llena.

Ahora el rey nuestro señor / declarada nos tiene la guerra.

El gran Conde de Olivares / siempre le burcha la oreja:

"Ahora es la hora, rey nuestro / ahora es la hora de hacer la guerra".

Contra de los catalanes / ya véis la que han hecho:

Siguieron villas y lugares / hasta el lugar del Riudarenes,

han quemado una iglesia / que Santa Coloma se llamaba,

queman albas y casullas / los cálices y las pátenas.

Y el Santísimo Sacramento / alabado sea por siempre.

Mataron a un sacerdote / mientras se decía la misa.

Mataron a un caballero / a la puerta de la iglesia,

Don Luis de Furrià / y los ángeles y hacen una gran fiesta.

El pan que no era blanco / decían que era demasiado negro,

se lo daban a los caballos / sólo por asolar la tierra.

El vino que no era bueno / abrían los grifos [o espitas],

lo tiraban por las calles / sólo por asolar la tierra.

En presencia de sus padres / deshonraban a las doncellas.

Le daban parte al Virrey / del mal que esos soldados hacían:

"Licéncia les he dado yo / mucha más se pueden tomar".

A la vista de todo esto / se alborota la tierra.

Entraron en Barcelona / mil personas forasteras,

entran como segadores / como eran en tiempos de siega.

De tres guárdias que hay / ya han matado a la primera.

Mataron al Virrey / a la entrada de la galera.

Mataron a los diputados / y a los jueces de la Audiencia.

Fueron a prisión / dan libertad a los presos.

El obispo los bendijo / con la mano derecha e izquierda:

"¿dónde está vuestro capellán? / ¿dónde está vuestra bandera?"

Sacaron al buen Jesús / todo cubierto con un velo negro:

"Aquí está nuestro capellán / aquí está nuestra bandera.

A las armas catalanes / que os han declarado la guerra".