La religión griega aparece plenamente consolidada ya en época micénica (2ª mitad del 2º milenio a.C.).
Todas estas creencias se expresaron y canalizaron a través de los mitos (cuyo significado es todo aquello que se cuenta, aunque sea imposible constatarlo en la realidad, sea verdad o no).
En este aspecto, no hay que olvidar que los mitos eran de tratamiento libre. Es decir, la religión griega no era dogmática (ni siquiera existían sacerdotes profesionales), no había "verdades" que todos debían aceptar ciegamente, sino que cada uno podía interpretar y recrear los mitos según su propia opinión y personalidad. Esto se manifiesta claramente en la inexistencia en Grecia de "Libros sagrados", infalibles, como puede ser el caso de la Biblia.
EL MITO GRIEGO
El mito griego es uno de los pilares básicos de la religión griega. La palabra mito (μῦθος) en un primer momento no significó otra cosa que "palabra o relato". Sin embargo, con el paso del tiempo, fue adquiriendo otro sentido, pasando así a significar todo lo que se podía contar, sin que la objetividad o la verdad o mentira fueran una parte esencial en él. Este término se opuso, por tanto, a logos (λόγoς), que se referiría a lo constatable objetivamente en la realidad externa.
Los griegos establecieron su mitología siguiendo un criterio cronológico. De esta manera en un principio sólo estaba el Caos (Χάος), un vació primordial, el mundo desordenado. Pero a partir de éste se formó el Cosmos (Κόσμος), el mundo ya ordenado, cuyo primer ser fue Gea, la Tierra, y a partir de ella se fueron formando los demás seres. Primero Urano, el cielo, el mar, las montañas, la noche, el Tártaro (el mundo subterráneo), quizás Eros (el amor).
De Gea y Urano nacieron los Cíclopes, los Hecatonquiros y, sobre todo, los Titanes (OCÉANO, CEO, CRÍO, HIPERIÓN, JÁPETO y CRONO; y las Titánides TETIS, FEBE, TÍA, TEMIS, MNEMÓSINE y REA).
Uno de éstos, Crono, destronó a su padre y le arrebató el dominio del mundo. Así se convirtió en el rey del cielo y se casó con su hermana Rea. Crono sabía por un oráculo que uno de los hijos que engendrara con Rea también le arrebataría el trono, y por ello iba devorando a sus hijos según nacían (Crono fue identificadο con el tiempo, que, efectivamente, todo lo devora). Seis fueron los hijos de Crono y Rea, tres niñas y tres niños: DEMÉTER, HESTIA, HERA, POSIDÓN, HADES y ZEUS.