Mi nombre es José Carlos Santos Ramos (JC) y mi trayectoria educativa comenzó en el pueblo de la eterna primavera (Cidra). Durante mis años de estudio en la escuela primaria y secundaria, me identificaron cómo el hijo de Mr. Santos, mi padre. Llevaba conmigo una responsabilidad en dar lo mejor de mi y nunca defraudar a mi padre. Pero ¿quién es mi padre? Pues mi padre es Carlos J. Santos, un maestro de matemática secundaria en el pueblo de Cidra. Es reconocido por varias generaciones por su manera de facilitar las matemáticas a los estudiantes. Por esta razón, yo cargaba con la responsabilidad de ser un estudiante excelente en todos los aspectos y lo logré. Pude sobresalir entre todos los alumnos en las materias de ciencia, español, estudios sociales, deporte y, sobre todo, matemática. Además, mantuve una relación de calidad con cada uno de mis maestros, pues siempre trataba de mantener la cordialidad que hacía que la clase fuera más amena. A su vez la cordialidad me permitía compartir mi pensamiento crítico sin faltar el respeto a mis maestros y compañeros. Por consiguiente, eso me llevó a ser un estudiante, no solo en la sala de clase, si no también en cualquier lugar a donde el destino me lleve. Estas experiencias y muchas otras me llevaron a ser la persona que soy hoy día, que es un amante a la literatura, a la filosofía y, sobre todo, a una buena conversación.
Durante mi vida escolar recorrí diferentes escuelas, entre las cuales hubo colegios privados y escuelas públicas. Primero, durante la escuela elemental pasé por 4 escuelas. En pre-kínder y kínder, los cuales cursé en un colegio, me destaqué por mis avanzadas habilidades de escritura, lectura, entre otros. En las otras 3 escuelas, me destacaba por mi oratoria, rapidez de lecturas y habilidad en el tenis de campo. En la oratoria gane por años consecutivos a nivel regional, mientras en el deporte de tenis de campo llegue a obtener el 2do lugar a nivel nacional. Segundo, ya en la intermedia estuve en 3 escuelas debido a que en la primera solo ofrecían 7mo y la segunda estaba el percance de la remodelación. Durante esos años tuve el privilegio de quedar en 1er lugar en las olimpiadas de matemática a nivel de distrito, llegando a competir con personas muy cualificadas en la materia. Además, fui parte de un grupo de agronomía en el cual tuve la dicha de ser uno de los miembros fundadores. Por último, ya en la escuela superior fui un miembro más activo por ser una escuela vocacional. Fui vicepresidente de la organización Future Leaders Business Of America por dos años consecutivos (10mo y 11mo) y atleta en el programa de tenis de campo. Además, pertenecí al programa avanzado (Pre cálculo) en el cual adquirí un alto conocimiento que me funcionaría en mi vida universitaria. También brindé clínicas de tenis de campo en Cidra durante mis años de escuela superior. Luego, decidí entrar a la Universidad de Puerto Rico en Cayey al programa de Educación Secundaria con concentración en Matemática, cómo lo había previsto desde mis comienzos en la vida escolar. Luego decidí cambiar mis aspiraciones porque descubrí que lo que más me apasiona es la historia y la literatura. Por eso dirigí mis esfuerzos hacia la Universidad de Puerto Rico Recinto de Río Piedras, ya que es de los pocos lugares que ofrecen un bachillerato en Educación Secundaria con concentración en Historia.
Retomando el esfuerzo que tenia que realizar al ser el hijo de Mr. Santos, me impulsé a tomar la decisión de ser maestro de matemática. El esfuerzo que el realizaba cada día para que sus estudiantes tuvieran la mejor enseñanza, me motivó a ser cómo él. Además, maestros como Mr. Moyet y Mr. Rosa fueron pieza clave para seguir motivándome. El primero es un maestro de Ciencia, el cuál con sus dinámicas de enseñanza hacia la clase más sencilla; el segundo es un maestro de Historia, el cual lograba que cada persona en el salón se interesará por aprender del pasado. Por otra parte, ya estando en la universidad, empecé a descubrir que lo que me apasiona son las humanidades, y uno de los profesores que me impulsó para tomar la decisión fue el Dr. Mucher en su clase de filosofía. Él vio en mi esa chispa de saber. Todas las razones antes descritas considero que son parte para llegar a ser lo que soy, un maestro en formación.
Para concluir, mis aspiraciones profesionales van dirigidas hacia el campo de la historia del Caribe. Siempre he tenido la pasión de saber cómo fue la vida de nuestros antepasados en Puerto Rico y las islas adyacentes. Además, me gustaría comprender cómo ha transcurrido la historia desde que Cristóbal Colón llegó a América hasta el presente. Está pasión me lleva a querer ser un maestro innovador, capaz de aplicar el pasado al presente para mostrar la importancia de la materia. Por otra parte, soy una persona apasionada a la pesca y amante de la vida marina. Finalmente, espero lograr mi bachillerato y aprobar los exámenes requeridos para ser un maestro de calidad cómo muchos otros que hay en el mundo.