Paseo con mi madre

Llevaba un día bastante triste y lo único que había hecho había sido estar estudiando, estaba agotada. Mi madre me lo notó y me dijo que tenía que dejar de estudiar y descansar. Continué durante media hora más y se me ocurrió proponerle irnos de paseo. Llevaba mucho tiempo sin salir a pasear con ella y la verdad es algo que me encanta, me encanta salir a pasear y me encanta también hablar con ella; por lo tanto, salir de paseo con ella me resulta alucinante. Mi madre también estaba cansada así que me dijo que vale pero con la condición de que anduviéramos a ritmo tranquilo. Evidentemente, a mí me pareció bien, nos abrigamos y salimos. En el paseo hablamos, reímos, nos desahogamos… Y, sin darnos cuenta, se estaba haciendo de noche. ¡Llevábamos cuarenta minutos andando! Fue entonces cuando decidimos volver.


Regresé a casa más relajada, con la mente despejada, más aireada y con la satisfacción de una buena charleta con mi madre. Realizamos actividad física juntas y además al aire libre. Resultó un plan de lo más agradable. Ambas estábamos muy cansadas y nos supuso un esfuerzo, esto fue por lo tanto un reto para las dos, me alegro mucho de haber salido con ella.

Objetivo de aprendizaje alcanzado: 2.