El País [Semanal]

15 December 1996

‘El Arsista’ en su casa

A sus 38 años, el músico que llegó a vender 100 millones de discos bajo el nombre de Prince dice estar en el mejor momento de su vida. Los motivos: su feliz matrimonio con la bailarina Mayte García, la ruptura con su anterior discográfica y la salida de Emancipation, el disco que descubre sus secretos mejor guardados


Bruno Galindo


A mí personalmente no me gusta nada su música”, dice Lynn Kerber. “Pues algo tendrá, porque siempre hay un montón de gente tomando fotos y merodeando por aquí”, replica su marido. El zumbido de un helicóptero que vigila la zona obliga al matrimonio Kerber, residente en un suburbio de Minneapolis, a alzar la voz . Ella parece algo molesta con su vecino, a quien se sigue refiriendo como Prince: “Nunca le hemos visto en persona, ¿sabe usted? Pero yo siempre sé cuando está en casa. Mire , ¿ve esa luz? Cuando está encendida, él está dentro”. El resplandor -que por un momento se confunde con el foco de la aeronave- viene de la pirámide de cristal que marca el punto más alto de un enigmático edificio conocido como Paisley Parle, el parque del paramento . A él van llegando limusinas cargadas de mujeres fatales emplumadas, raperos-Nike con dentadura de oro y ejecutivos agresivos.

La de hoy es una velada muy especial. El artista al que su conocía como Prince hasta 1993, año en que se rebautizara con un glifo impronunciable ( O(+>), festeja el final de 18 años de contrato con la discográfica Warner y su renacer profesional, materializado en un disco apropiadamente titulado Emancipation. Tan especial es la ocasión que, por primera vez en su carrera, ex Prince abre las puertas de su estudio-discoteca-pl ató-oficina, que se conoce común la fortaleza más inexpugnable del pop , a los atónitos ojos de 500 invitados. Alguno de ellos confíes a haber tenido la tentación de vender su entrada y con el dinero ir corriendo a comprarse un coche

Todos los colores que pueda llegar a ver un se humano en su vida están presentes entre las paredes de Paisley Park. Un mayordomo identificado con el logotipo NPG (Generatión del Nuevo Poder) comenta que el lugar se pintó así el pasado día de San Valentín, fecha en la que O(+> y la bailarina puertorriqueña de 24 años Mayte García formalizaron su romance uniéndose en santo matrimonio. Cuando uno mira al techo, lo que ve es el fresco de un cielo nuboso lleno de pájaros. Si se fija en las paredes del salón central , se encuentra un exuberante paisaje tropical. Y si dirige su mirada al suelo, descubre que está pisando una moqueta celeste sobre la que se han bordado , según alguna cábala, enormes soles y símbolos del zodiaco. Multitud de trofeo s se adocenan en cargadas vitrinas o esconden los desconches de la pared. El fuerte olor a sándalo se empieza a confundir con el de la comid a. El menú invita al overbooking: pasta , cuscús, sushi, sarnosa, pollo al curry, decenas de sofisticados platos vegetarianos y boles rellenos de un extraño cereal que, según inform a el servicio, “se llama Capitan Crunch y es su desayuno favorito”. Aunque nadie le ha visto todavía , todos hablan , claro está, de el. Según definitivas conversaciones con sus empleados, al artista a quien se conoc ía como Prince se le designa a estas alturas como El Artista, sin más. Aunque , si se presenta el caso, dice un guardaespaldas con walkie-talkie que parece a punto de reventar su chaqué, lo mejor es no nombrarle en absoluto. “Pero imagínese que alguien le llama por teléfono . ¿por quién se supone que debe preguntar?”. Nadie le requiere elefónicamente, porque la gente con la que él habla siempre está a su lado . Entendido

O(+> es tan magnífico anfitrión que hasta ha previsto que los fumadores tengan su propia área (fuera del edificio, a 10 grados bajo cero). Hasta la ceniz a se le congela a estos incautos que –iqué curioso !– en gran parte vienen de países mediterráneos. En Paisley Park no se sirven bebidas alcohólicas, aunque hay una especie de sidra con sabor a frutas que hace las veces. Todo por obra y gracia de O(+>; también, por supuesto , la decoración: gigantescas orquídeas de plástico y velas doradas , sillones tallados en formas barrocas bañadas en falso oro y sofás con forma de ameba revestidos de terciopelo púrpura –vayan familiarizándose con este color–, lámparas-fantasía con filamentos que terminan en bolitas luminosas, muy setenta . En el piso de arriba se distingue una jaula engalanada con sedas y perlas. Dentro descansan las mascotas de palacio: dos palomas llamadas Divinidad y Majestad. Paisley Park es, según criterios estrictamente subjetivos, un paraíso terrenal o una horterada monumental

Capitalizan la atención de los invitados los tres estudios de grabación donde, según cuenta la leyenda, ~ ha registrado más de mil horas de música que permanecen inéditas –recordemos que la estrella ha roto con su anterior discográfica porque ésta se negaba a editar las horas extraordinarias de trabajo del prolífico músico–.

Lentamente la fiesta se va desplazando hacia el plató, absolutamente inmaculado , donde se ha montado el escenario que dentro de muy poco estará ocupado por O(+>. Suelo, amplificadores e instrumentos están forrados en peluche blanco , donde sólo resalta el micrófono , que es de oro. Cuelga del techo, frente al escenario, una enorme flecha andrógina, cuyo diseño está derivado del cromosómico nombre del ídolo . Un orondo disc jockey entretiene con la mejor selección de música hip hop que uno pueda escuchar. Hasta que suena la voz grabada de Martín Luther King: “Free at last!”. Atrás queda la esclavitud. O(+> ya es libre, y nosotros para verlo

Dos días más tarde, en Paisley Park, él espera tras una Puerta. Para franquearla , no hay más remedio que recorrer un pasillo forrado de moqueta -púrpura, ¿qué esperaban?- sobre la que, a medida que uno va caminando , se leen las siguientes palabras: “Pregúntate qué te depara el porvenir... ¿Dónde nace tu destino... ?”. Un secretario-paje -que, como corresponde a las leyes físicas, se ha hecho mayor cada vez que me he acercado a él- abre la puerta. Al otro lado está O(+>, sentado en un butacón

Viste un abrigo de pelo de camello, camisa violeta con un grueso cuello donde se anuda una corbata del mismo color. Sus pantalones, más oscuros , terminan en una campana que esconde parcialmente sus botines morados, que, acabados en un tacón de aguja y personalizados con su nombre-logo, le ayudan a superar los 152 centímetros. Un peluquero cruel ha practicado unos trasquilones triangulares sobre sus orejas; sobre el pelo medio rapado brillan estrellitas de brillantina. Alrededor de sus enormes ojos de Bambi se extiende una gruesa capa de maquillaje que aclara su piel de mulato.

O(+>, el artista antes conocido como el huraño, el enemigo de los periodistas o el hombre que jamás mira a la cara de la gente, está dispuesto a dinamitar su fama de inaccesible. Él mismo dirige una campaña de marketing que promete paradas tan insólitas como una aparición en el programa de los Teleñecos. “¿Cómo es eso?”, le preguntaron el otro día. “Tengo que vender un disco”, contestó socarrón. Bajo ese mismo lema y el de convencer de que éste es el mejor –Emancipation es francamente bueno-, comienza a hablar, grave y suavemente, sobre el concierto con el que, hace 48 horas, celebraba la ruptura de su contrato:

–Cuando estoy sobre un escenario me doy cuenta de que para eso hago música . Lo más importante que puede experimentar un músico es ser capaz de compartir esa magia, de intercambiar esa energía. Fíjate en Warner: durante años les he dado mi música y ellos me han dado un montón de discos de oro. Mira lo que hago con ellos: los cuelgo en la pared. No me hacen feliz. Los músicos necesitamos amor: eso es lo único que nos hace sentir bien. No me arrepiento de mi relación con ellos; al fin y al cabo me han ayudado a construir este lugar donde llevo 15 años haciendo música. Pero los contratos ya no me importan nada; sólo me interesa mi familia, mis amigos y la música

–¿Cree que algún día los artistas serán capaces de prescindir de sus compañías y distribuir directamente sus creaciones al público ?

–Sería maravilloso. Pero esa es una cuestión muy delicada porque muchos artistas son demasiado débiles y asustadizos como para salir ahí fuera. Lo más importante para nosotros es seguir los impulsos del espíritu

–Ahora que por fin está usted libre de escrituras, ¿por qué no vuelve al nombre con el que le bautizaron?

–No me cambié el nombre para zafarme de mi contrato con Warner. Eso no se puede hacer: es ilegal. Lo hice porque mi espíritu me lo indicó. En aquel momento dejé de ser quien era para convertirme en alguien más completo. Pero también a partir de aquel momento ellos dejaron de querer discos de Prince. ¿curioso, verdad?

–Parece que, además de ser uno de los grandes nombres del pop mundial, es uno de los más malinterpretados. No hace usted mucho por clarificar su situación. ¿Es que no le importa?

–Claro que me importa . El cambio de nombre me liberó, me permitió convertirme en la persona que deseaba ser y dejar atrás aquella en la que me había convertido. Tiene ante usted una persona que busca la paz, mucho más centrada que antes . Ha llegado el momento de la verdad , creo que esto debe saberse de una vez, y me gustaría que usted lo contara. Aunque yo creo que mucha gente advirtió el cambio cuando escuchó The most beautiful girl in the world [la primera canción lanzada por O(+>, en 1993]

–¿profesa alguna religión concreta?

–Yo sólo creo en la visión interior. Siempre tienes que recurrir a ella para darte cuenta de que que hay en tu interior dos seres diferentes: el que piensa y el que habla . Cuando llegas a ver esto –dice mientras hace una de sus habituales caídas de ojos, entonces has alcanzado tu amanecer personal

–¿Qué representa para usted el amanecer? En muchas de sus canciones hay referencias a éste, incluso su dirección en Internet [www.thedawn.com] lleva este nombre

–El amanecer es el mirar en el interior de ti mismo. Cualquiera es capaz de visualizar el amor dentro de sí. Yo siempre había pensado que es difícil amar a alguien que te hace daño. Hasta que un buen día me di cuenta de que quien más te odia y quien más te ama son, en realidad, la misma persona

–¿Cómo? ¿Podría explicar eso?

–Cuando alguien te odia, en realidad quiere ser tú, y eso es un signo de amor. Todo el mundo puede ver el amanecer, y así podrá hacerlo durante los próximos tres mil años

–Tanta espiritualidad, ¿no choca con la ostentación de este lugar? Espero no ofenderle , pero parece el capitán Nemo a bordo del Nautilus. ¿Qué salvaría de este lugar si lo destruyese, digamos, un incendio?

–Eso no ocurrirá jamás -dice con cierto enfado que inmediatamente controla-. Si tú dejas un pedazo de pan encima de una mesa, al cabo del tiempo se convertirá en moho, y éste en medicina. Tupac Shakur [rapero asesinado a tiros el pasado mes de septiembre] ya no está aquí, pero su desaparición ha mitigado la agresividad de mucha gente. Del mismo modo, Paisley Park nunca será destruido ; en todo caso se convertiría en otra cosa

–Perdone que insista, pero cuesta creer, en medio de este palacio, que no tenga usted cierto apego por lo material...

–No me asusta la pobreza. Crecí pobre . Entre los 17 y los 19 años estuve prácticamente sin un centavo . Pero el dinero llega y los amigos ayudan. Y esas épocas son positivas, porque te obligan a decidir si te interesa o no vivir en este planeta. Yo no estoy aquí por dinero , porque eso no me hace feliz. Los músicos no llegan arriba por el dinero y si lo hacen es que han tomado el sendero equivocado. El dinero es el origen de tod as las cosas malas, y yo nunca me he dejado destruir por él. Ni siquiera suelo llevarlo encima. Lo que hago es utilizarlo para cambiarlo por energía positiva. Todas las personas y las cosas no somos otra cosa que energía. Y necesitamos electricidad positiva para convertir esa energía en algo bueno

–Su nuevo trabajo, Emancipation, está inspirado en las pirámides de Egipto: son tres discos de idéntica duración. ¿Qué le fascina del tema ?

–Cómo se ayudaron los egipcios de las estrellas, de su fe y de su poder mental para construirlas. Para mover esas piedras tuvieron que hacer un enorme esfuerzo mental colectivo. Hoy no podríamos hacerlo. Estarnos demasiado divididos como para concentrarnos todos juntos en una empresa de esa índole. A menudo me pregunto por la naturaleza de los seres humanos: ¿es que en un principio éramos inteligentes y nos estamos volviendo idiotas, o al revés? Yo prefiero pensar que cada vez somos un poco más brillantes. Tenernos que conseguir crear algo juntos

–Recomiéndeme un libro

He visto la luz, de Betty Eadie. Habla de experiencias vividas tras la muerte física

–¿Ha vivido usted algo así?

–No

– ¿Cree que hay vida después de la muerte?

–El creer que existe da fe al ser humano y le hace comportarse mejor durante la vida. Cuando conozco a alguien que no cree en Dios -su habla adquiere la cadencia de un predicador- me pregunto cómo puede vivir sin cuestionarse el tema. Me aterra esa actitud, porque pienso que si no crees, después de la vida no irás a ninguna parte. A mí no me asusta la muerte; sé que hay algo después. Me asusta más la vida (bromea). Hay que elegir entre lo positivo y lo negativo . La fe es positiva porque combate el miedo

–¿sueña mucho ?

–Mucho. Ayer soñé con Mayte . Ella corría. Iba persiguiéndome. Después el juego cambiaba y me hacía perseguirla a ella

–¿Cuál es su peor pesadilla?

–No recuerdo... –se queda pensativo–. Aunque ahora que lo dice me doy cuenta que he dejado de tenerlas . No tengo una pesadilla desde que decidí contraer matrimonio. ¡Es extraordinario!

–¿Cuándo tomó esa decisión?

–Unos seis meses antes de la boda

–¿Es cierto que Mayte y usted se conocieron en España?

–Sí... –se queda pensando- ¡No! La primera vez que ella me vio fue en un concierto en Madrid , pero nuestro primer encuentro fue en Francfort. En otra ocasión fuimos juntos a Barcelona

–¿Qyé recuerda de España?

– ¡España! Ustedes los españoles aman la vida, amigo. No sabe la suerte que tiene de vivir allí. Recuerdo conciertos increíble s y fiestas interminables

–Cuénteme alguna

–No puedo , soy un hombre casado -dice sonriendo mientras juguetea con su corbata, que, extendida, resulta ser larguísima

–Hace 12 años apareció en la portada de Purple rain una primera versión de su nombre-logotipo . Esto hace pensar que lleva usted una buena temporada estudiando su cambio de nombre

– Toda mi vida está incluida en mis discos

–Según ha hecho saber, ésta es la primera vez que edita un disco sin estar preparando otro al mismo tiempo. ¿Teme perder algún día su interés por la música?

–No señor. Mientras mi espíritu esté vivo mi música lo estará. Le contaré algo. El otro día estaba con Mayte en un programa de televisión cuando de repente , en medio de la entrevista , ella dijo algo que me llenó de emoción : “Él y yo estamos regresando juntos” . En ese momento supe que aquellas palabras venían directamente de su espíritu y sentí su amor. Cuando escuchas palabras verdaderas, enseguida sabes que es el espíritu quien las pronuncia porque no están adulte radas. Mi espíritu se expresa de otra manera: a través de la música. Cuando escribo una canción es mi espíritu quien habla. Si no estuviera aquí ahora hablando con usted iría a escribirle una canción a Mayte ahora mismo

–¿ Donde llevaría a Mayte?

–Lejos de este planeta

–¿Le asusta envejecer?

–Adoro envejecer. Eso significa más música, más hijos [la pareja tuvo recientemente un hijo del que rehúsan dar información. Distintas fuentes han revelado que el bebé falleció a finales de octubre víctima de una malformación], más experiencia... Más de todo . Quiero tener tantos, tantos años..

–No me lo diga: tres mil años

–¡Exacto! ¡Ha dado en el clavo, amigo!

–¿Firma autógrafos ?

–No. Ya no puedo firmar. Firmé el último cuando era Prince

–Reniega de él, pero bien que toca sus canciones ..

–No soy el dueño de sus masters, pero sé tocarlas. El paje abre la puerta y anuncia que la entrevista ha tocado fin. Estoy a punto de despedirme de O(+> , cuando éste exclama:

–¡Espera! ¿Es que no vas a preguntar nada del negocio ? Lo olvidaba : O(+> ha decidido recibir a la prensa porque tiene un disco que vender

–Éste es el momento más importante de mi vida. Por fin soy el dueño de mi propia carrera. Y además he creado una fundación, Love One Another, que va a ayudar a los niños y a quienes necesiten ayuda médica.

He vivido en muchos lugares a lo largo de mi vida, pero siempre vuelvo aquí. El verde y los lagos me tranquilizan. Éste es el lugar donde quiero morir”. Son las palabras que O(+> dedica a su ciudad. Minneapolis extiende sus avenidas hacia la capital de Minnesota, la ciudad contigua de St. Paul. Ambas constituyen un mismo núcleo urbano, el último del Centro Oeste norteamericano hasta Canadá. Son las ciudades gemelas (The Twin Cities) y alojan a dos millones de personas (el 52% del Estado). Aquí nacieron el escritor Francis Scott Fitzgerald, el ex vicepresidente Walter Mondale, el dibujante Charles Schulz –creador de Snoopy–, los cineastas Joel y Ethan Coen –Fargo es su homenaje a esta región– y reside Greg LeMond, triple ganador del Tour de Francia. Como en otras ciudades norteamericanas, aquí el coche manda. Si uno tiene un buen vehículo, puede llegar prácticamente a cualquier parte: subir a lo alto de un edificio o asistir a misa. La mayor parte de las calles son, en realidad, descomunales autopistas donde las aceras brillan por su ausencia. Esto tiene cierta lógica, ya que las temperaturas suelen ser demasiado bajas -la nieve está presente ocho meses al año como para que sobrevivan los peatones. El Down Town (la zona centro) de Minneapolis sí brinda la ocasión de pasear al aire libre, aunque quienes más lo hacen son los mendigos y fumadores. Entonces, ¿por donde pasa la gente? Por los skyways, pasillos elevados a unos seis metros del suelo que comunican entre sí docenas de shopping malls (centros comerciales) . A través de estos se puede caminar kilómetros sin pasar dos veces por el mismo sitio ni tener que bajar a la calle (quien haya visto la película Mallrats, de Kevin Smith, ya conoce este fenómeno). La elevada renta per cápita de los habitantes del Estado de Minnesota –una de las más altas del país– estimula su sentido del consumo y, a la postre, dispara el auge de los centros comerciales. U no de los principales centros turísticos de Minneapolis es el Mall of America, un complejo que aglutina un parque de atracciones, un enorme acuario , una selva artificial, bancos, hotel, casino, una iglesia donde las parejas hacen cola para casarse y cerca de 400 tiendas, (una es una librería). El lema del lugar es implacable: “Shut up & buy” (Cállate y compra). Minneapolis es conocida como la ciudad de los 10.000 lagos, está atravesada por el Misisipí y cultiva una extraña obsesión por imitar (con muy poca fortuna) el estilo francés.