TESERACTO

RELOJ DE CRONES

TESERACTO / RELOJ DE CRONES

El Teseracto o Hipercubo es un cubo desfasado en el tiempo, es decir, abarca cada uno de los instantes del tiempo en el que está, pero al mismo tiempo a todos ellos a la vez.

Pueden estar ocurriendo varios momentos en puntos separados de la historia, pero al mismo tiempo suceden todos a la vez.

Por supuesto, es imposible ver un hipercubo en la cuarta dimensión, ya que solo se verían los puntos que tocan nuestro universo, así que, con suerte, solo sería posible ver un cubo común únicamente en caso de que el hipercubo toque el espacio 3D en forma paralela a una de sus hipercaras. En cualquier otro caso, se vería un poliedro irregular, al igual que cuando un cubo es intersecado por un plano se pueden generar distintas figuras planas.

No es posible ver un hipercubo porque el ser humano está sujeto a tres dimensiones, por lo que solo puede verse la proyección de lo que sería un hipercubo. Se parece a dos cubos anidados, con todos los vértices conectados por líneas. Sin embargo, en el teseracto real de cuatro dimensiones todas las líneas tendrían la misma longitud y todos los ángulos serían ángulos rectos

El Teseracto también nos sirve de conexión o convergencia de dos eventos separados del tiempo histórico, haciendo que coincidan en el presente. Es una figura formada por ocho cubos tridimensionales ubicados en un espacio donde existe un cuarto eje dimensional (considerando al primero longitud, el segundo altura y el tercero profundidad). En un espacio tetradimensional, el teseracto es un cubo de cuatro dimensiones espaciales. Se compone de 8 celdas cúbicas, 24 caras cuadradas, 32 aristas y 16 vértices, usando la fórmula del polinomio {\d (x+2)^{n}}, donde el valor de n equivale al número de dimensiones (en este caso particular 4) y x es el largo, alto, ancho, etc., de la figura polidimensional equilátera.

Un CRON equivale a un millón de años. Nuestro RELOJ DE CRONES, conteniendo 110 conchas de moluscos actuales, nos gotea una por cada CRON transcurrido, remontándonos a un pasado remoto de 110 millones de años, que nos enlaza con el cretácico inferior. Mide el transcurso de la vida en unidades de tiempo de la historia de la Tierra para que sea comprensible por la mente humana, ocupando un lugar concreto bajo el Teseracto, que queda así anclado a la montaña en nuestra particular Escala Temporal Geológica.