TOLVA CRONO-

TRANSFORMADORA

Tolva CronoTransformadora

La explicación de la presencia de fósiles marinos en el interior del continente es casi tan sencilla como mágica: en épocas geológicas pasadas, todo el actual territorio de Urdaibai estuvo sumergido bajo el océano, y es concretamente en las canteras de Ereño y el Monte Geranda donde se aprecian con más claridad éstos restos fósiles de conchíferos marinos de Eras Geológicas Arcanas. Este mar somero se fue retirando paulatinamente y a través de inconcebibles plegamientos se fueron levantando terrenos que antes pertenecían al lecho arrecifal marino.

INVERTIMOS EL PROCESO DE CREACIÓN DEL MÁRMOL ROJO de EREÑO. Un fenómeno que no queremos dejar de destacar en la instalación de la obra de arte “Tolva CronoTransformadora ” , es la prodigiosa surgencia conchífera que genera un manantial de conchas, moluscos y gasterópodos marinos que brotan de la cantera transformados en el tiempo. Sus formatos fósiles cretácicos manan ahora como un surtidor temporal generando un cauce de meandros rotundos.

Este ingenio transmutador nos generará un retroceso geológico en el que las piedras del conchífero antiguo que caen en cascada recuperarán la juventud, transformándose gracias a la metamorfosis espacio-temporal por medio de una mutación electroquímica, en un surtidor de moluscos y crustáceos del tiempo actual.

El diseño de la Tolva corresponde a dos cubos porciones de Teseracto, distorsionados en su forma. El Teseracto o Hipercubo es una figura formada por ocho cubos tridimensionales ubicados en un espacio donde existe un cuarto eje dimensional. Seis de ellos serían troncos de pirámide de bases cuadradas, mientras que los otros dos serían cubos: el exterior y el núcleo. De éste modo, la Tolva Cronotransformadora reproduce la forma del tronco de pirámide superior, y del hipercubo-núcleo, que es el que en realidad contiene todo el tiempo transcurrido, y en donde se gestan las transmutaciones temporales.

Es en ese limo fecundo de colores y formas variadas donde el público debe aportar materia al recipiente/contenedor mágico, depositando un pequeño objeto con querencia personal y pedir un deseo a la Madre Roca para que se cumpla este sencillo pero sentido ritual metatemporal de energía telúrica.