Capital de la provincia homónima, en la Comunidad Autónoma de Castilla y León.
Antes de instalarse en Logroño en el verano de 1507, Nebrija pasó por Palencia para rencontrarse con el obispo Juan Rodríguez de Fonseca (1451-1524), antiguo pupilo suyo al volver de Bolonia, con quien también coincidió en la Universidad de Salamanca.
Nebrija, además de reencontrarse con su viejo amigo y discípulo Fonseca, pudo cotejar el uso de la locución "aurichalco libani" en un viejo códice con los comentarios del Apocalipsis de San Juan, que conservaba el convento de Santo Domingo. Casi dos páginas de su Apología le dedica el lingüista, en un apunte, antes de dar el libro al impresor Arnao Guillén de Brócar, con el fin de fijar y aclarar el término aurichalco, conforme aparecía en el códice palentino. El pasaje aparece en el versículo 18, del capítulo 2, del Apocalipsis.
Que el humanista se desviara a Palencia, procedente de Salamanca y camino de Logroño para consultar en un códice esta locución latina, revela la minuciosidad con que desempeñaba sus tareas filológicas y la trascendencia que entonces implicaba interpretar las sagradas escrituras.
Fonseca fue, sucesivamente, obispo de Badajoz, Córdoba, Palencia y Burgos. También ejerció como diplomático, mecenas y primer ministro de Indias. Tomó posesión de la diócesis de Palencia en abril de 1506. Humanista y mecenas, fue generoso con sus iglesias catedrales. Mientras fue obispo de Palencia, se construyó el suntuoso trascoro de la Catedral de San Antolín, donde fue colocado un tríptico encargado en Flandes y en el que se halla el retrato del propio Fonseca.