Museo del Tren de Puerto Rico

La estación de Isabela

En la entrada al museo te recibe una replica de la fachada de la estación Isabela. Esta maqueta, construida a un 80% del tamaño de la estructura original nos ayuda a imaginar esa bonita estación construida hace mas de un siglo atrás. Has un alto bajo el techo de su andén y disfruta de esta corta lectura sobre esta parte de nuestro pasado ferroviario.

Fachada de la estación Isabela.

Las estaciones del tren

El tren de la American Railroad (A.R.R.) llevaba y traía mercancía, correo, y pasajeros. Las estaciones no solamente eran un lugar para tomar el tren sino que también servían como un importante centro de actividad económica y social en cada pueblo a lo largo de la ruta. Las estaciones variaban en diseño y tamaño dependiendo del volumen de pasajeros y carga en el área que servían. Para ahorrar dinero, las estaciones estaban construidas basadas en diseños preconcebidos que hacían rápida su construcción. Esto resulto en que se repitieran diseños en varios pueblos a lo largo de la línea. Las estaciones de mayor tamaño fueron construidas en San Juan, Arecibo, Aguadilla, Mayaguez, y Ponce, los pueblos de mayor actividad económica. Pueblos con menor tráfico como Isabela recibieron estaciones de tamaño mas modesto.

Foto del edificio original de la estación Isabela ca.1906.

Foto por Attilio Moscioni.

La estación en Isabela

La estación del pueblo de Isabela, la mas grande en la sección entre los pueblos de Arecibo y Aguadilla, fue inaugurada en 1907, año en que se completa el tramo. Como otras construidas por la American Railroad en la primera década del siglo veinte, la estructura de la estación de Isabela constaba de paredes bajas hechas en piedra labrada con bordes de ladrillo, un estilo de construcción que aún podemos apreciar hoy día en tajeas, alcantarillas y puentes que sobreviven a lo largo de la ruta. Sobre esta base se erigió una estructura en madera con techo de "dos aguas" cubierto con metal corrugado galvanizado con zinc (Fig. 1). Este último fue remplazado por un techo similar pero de "cuatro aguas" en algún momento antes del 1930.

Figura 1. Modelo de la estructura de la estación.

El techo de la estructura se extendía hacia el lado de la vía creando un pórtico sobre el andén que servía para proteger a los pasajeros del sol y la lluvia (Fig. 2). La planta del edificio medía unos 16 metros de largo por unos 6 de ancho. El andén se extendía unos 4.8 metros hacia la vía. El edificio de la estación estaba dividido en diferentes espacios. Todas las estaciones contaban con una sala de espera para pasajeros, una oficina de boletos (Fig. 2,3), varios espacios usados como oficina, telégrafo o almacén. Las estaciones de mayor tamaño también contaban con una residencia para el Jefe de Estación y su familia. El plano de la estación de Isabela incluye espacio para un fogón lo que sugiere que la residencia se ubicaba en la parte del edificio opuesta al andén.

Figura 2. Modelo de la estación ilustrando el techo de la estación y el andén.

Figura 3. Modelo de la estación ilustrando el andén, la sala de espera y la ventana de venta de boletos.

Estructuras vecinas

Por lo general cada estación constaba con un edificio adicional hecho en madera en donde se guardaba la carga que llegaba o esperaba por salir. Las letrinas (baños mas adelante en el siglo 20) se encontraban en un pequeño edificio al lado de la estación. En el caso de Isabela, la estación también contaba al principio con un hotel (Indicado como "Lunch house" en la foto).

Foto capturada ca.1909 de un edificio rotulado "Hotel" que existió en el lado oeste de la estación. Observe la nota escrita a mano indicando que servía como "Lunch house" Lo que sugería incluía venta de comida. Fuente: Bitácoras del Teniente William H. Armstrong.

Recuerdos...

Cada estación del tren tenía algo que la hacía "especial" y en Isabela lo eran dos productos de sus vendedores ambulantes. Uno de estos lo fue el "quesito de hoja". Este producto continua siendo un favorito de muchos hasta el día de hoy ya que un paseo por la región de Isabela no está completo sin una visita a Rancho Loma Linda o La Granja (en Quebradillas) para comprar una muestra de este producto tan característico de esta región.

Otro artículo de gran curiosidad para los que lo recuerdan lo fueron los llamados "peces de colores" que vendían a los viajeros los niños que vivían cerca de la estación. Los peces eran recogidos de charcas cercanas por niños entre las edades de 10 a 15 años los cuales los envasaban en frascos de vidrio que habían sido descartados como basura y los vendían en la estación del tren. Cierra los ojos e imagínate el ambiente! El sonido de la locomotora preparándose para salir, el vapor, el olor a carbón, pasajeros apurándose para abordar y los niños pregonando ¡VENDO PECES DE COLORES! Algunos pasajeros detenían su carrera para comprar los pequeños peces creando algo de nerviosismo en sus compañeros de viaje que gritaban ¡OLVIDATE DE LOS PECES DE COLORES! Es esta escena de la vida cotidiana de esa época la que da origen al uso de esta última frase para comunicar la urgencia de avanzar o darte prisa en esta parte de la isla.

El modelo de la estación Isabela

Como muchas otras viejas estructuras en nuestra isla, el edificio de la estación Isabela desapareció hace muchas décadas. Afortunadamente, los planos de este bonito edificio han sido preservados como parte de la colección de documentos en el Archivo General de Puerto Rico. En el año 2015 el proyecto de microhistorias de Redescubriendo a Puerto Rico de nuestro colaborador Héctor Ruiz uso los planos como base para construir un modelo interactivo que aquí compartimos. Te invitamos a explorarlo...

Esta página ha sido publicada en colaboración con Héctor Ruiz | Redescubriendo a Puerto Rico

This page was published in collaboration with Héctor Ruiz | Redescubriendo a Puerto Rico