Decae flexible la llanura de agua.
En sus urnas el sol
Aún secreto se baña.
Un leve encarnado transcurre.
Y él abre de pronto a las bahías
La gran dulzura de los ojos.
La sombra sumergida de las rocas muere.
Dulce brotar de las caderas alegres,
El verdadero amor es una calma encendida.
Y la gozo difusa
Desde el ala alabastrina
De una mañana inmóvil.